Este documento presenta una lección sobre la benignidad como fruto del Espíritu. Explica que la benignidad implica responder a la benignidad divina y ser benigno con los demás. Propone dos pasos para desarrollar la benignidad: 1) responder a la benignidad de Dios y 2) demostrar benignidad en la vida diaria mediante el respeto y la amabilidad hacia los demás. Concluye invitando a los lectores a planificar cambios prácticos para cultivar más la benignidad.