1. LECTOESCRITURA
Para Margarita Gómez Palacio, (en Lecturas sobre la adquisición de la lectura y la escritura en la
escuela primaria) los pasos iniciales para que un alumno adquiera el sistema de escritura
comprenden desde que empieza a representar gráficamente los sonidos; toma conciencia de que
existe una manera de escribir lo que se dice; es decir del sistema de escritura.
El proceso que antecede al conocimiento formal de la lengua escrita es cuando se considera que
vive en un ambiente alfabetizado, donde la lectura y la escritura son actos que están presentes; de
aquí, se desprenden una serie de momentos que describen el proceso de escritura, sin embargo,
no todos los niños persisten en el orden señalado.
El primer momento se discurre cuando el niño trata de comprender los dibujos, sin darle
importancia a las letras y narra según lo ilustrado. El segundo momento es cuando el niño se da
cuenta de que la personas mayores se fijan en las letras y que comentan que allí dice algo,
comienza a fijarse también en las letras y a tratar de comprender, el docente debe ir guiándole al
niño mediante los dibujos y textos con la finalidad de que tome conciencia de la utilidad de la
escritura.
El tercer momento se considera cuando toma conciencia de que otros saben leer y el no, empieza
a describir pseudoletras o letras sin correspondencia sonoro-grafica, agrega dibujos o dibujos de
una manera esporádica. Solo cuando muestra haber comprendido la direccionalidad de la
escritura o la diferencia entre letras y números, se considera que el alumno ha pasado al cuarto
momento.
El quinto momento se lleva a cabo cuando el niño reconoce y aplica la funcionalidad de la
escritura, es decir, que ya tiene sabe para lo que usa la escritura, esto no implica que ya escriba de
manera convencional.
Para cuando el niño empiece a identificar la relación sonora grafica, es decir, que a ciertas letras le
asigna un valor sonoro, es aquí cuando se considera que se ubica en el sexto momento. Después,
en el séptimo período se despierta una conciencia lingüística que le permite al alumno establecer
una concepción figurativa para pasar a la concepción fonética de la escritura, es decir, va a dejar
de pensar en que las palabras representan objetos para pasar a centrarse en sonidos ya sea que
escribe según la duración de lo que oye o de acuerdo a la correspondencia silábica.
Durante el octavo momento, después de adquirir la conciencia silábica comienza a desarrollar una
conciencia alfabética, este proceso puede ser espontaneo por que empieza a analizar las palabras
monosílabas que poco a poco irá ampliando y a percibir mas sonidos y letras hasta comprender la
palabra completa. El último momento es el noveno y discurre cuando el alumno adquiere la
noción de una palabra hasta formar oraciones.
Se considera que los momentos mencionados se organizan en diferentes periodos según la
evolución del alumno de acuerdo con su conceptualización, logrando Identificar dos características
en las escrituras; la primera es la representación con ausencia de la relación sonoro-grafica; donde
2. se ubica en la edad temprana y se caracteriza con trazos rectos, curvos, quebrados redondeles o
comúnmente llamado “palitos y bolitas”, aquí no se logra diferenciar entre un dibujo o una letra.
Una de las características que se puede considerar es que el alumno no ha descubierto ni la
direccionalidad ni la convencionalidad además de los aspectos de un sistema de escritura; el
alumno puede usar letras para representar lo que se dice y en ocasiones lo acompaña con un
dibujo dándole significado a lo escrito. Puede utilizar una sola grafía para representar una palabra
o una oración, hacer uso de un solo patrón fijo, sin control de la cantidad o con una exigencia
mínima de letras por usar.
La segunda coexiste con la presencia de la relación sonoro-gráfica, donde subyace la
conceptualización en las partes de la emisión oral partiendo de un análisis silábico. Al principio no
se define de una manera clara, debido a la cantidad de grafías representadas es mínima pero
dicha conceptualización se modifica al concebir los elementos más pequeños que la silaba y se
refleja en la comprensión de las reglas del sistema de escritura.
De la misma manera, Gómez Palacio (1995, en El niño y sus primeros años en la escuela) nos
explica el proceso de aprendizaje de la lectura y señala que para la mayoría de los alumnos que
han interactuado con algunos portadores de texto de su entorno es más fácil la aceptación de la
lectura, logrando una validación de las letras, sin embargo a los alumnos que no han tenido la
oportunidad de interactuar con textos escritos tienen una poca aceptación de la lectura y se hace
notar cuando este usa símbolos, trazos o dibujos, apoyando la necesidad de leer un texto y darle
significado.
Subsecuentemente los alumnos comienzan a percatarse de las características cuantitativas de un
texto; por numero de letras o segmentos en los textos, y cualitativas; el valor sonoro convencional
de cada grafía. Algunos comienzan a hacer uso de las estrategias para construir el significado de
un texto entre las principales esta el silabeo, el descifrado y el deletreo. Sin embargo, para la
construir del significado de un texto, depende de la integración de la secuencia gráfica y la relación
entre la palabra y la información previa.
Se pone en juego al conocimiento previo del sistema de escritura y de la comprensión lectora,
surgiendo una interacción ente el lector y el texto, lo que Gómez Palacio llama “relación del
significado”, es decir, una correspondencia entre la información que se aporta del texto y el lector,
construyendo así el nuevo significado. Como resultado se considera a la lectura como una
actividad lingüística-cognoscitiva donde la comprensión radica en la construcción mental activa del
lector para darle significado.