2. • Hijo de Gabriel Eligio García y de Luisa Santiaga
Márquez Iguarán, Gabriel García Márquez nació
en Aracataca, en el departamento
del Magdalena,Colombia, «el domingo 6 de
marzo de 1927 a las nueve de la mañana...», como refiere
el propio escritor en sus memorias.
Biografía
3. • Poco después de llegar a Sucre, se decidió que Gabriel
debía empezar su educación formal y fue mandado a un
internado en Barranquilla, un puerto en la boca del Río de
Magdalena. Allí adquirió reputación de chico tímido que
escribía poemas humorísticos y dibujaba tiras
humorísticas. Serio y poco dado a las actividades
atléticas, fue apodado El Viejo por sus compañeros de
clase.
Educación
4. • Márquez señaló:
• En cada libro intento tomar un camino diferente [...]. Uno
no elige el estilo. Usted puede investigar y tratar de
descubrir cuál es el mejor estilo para un tema. Pero el
estilo está determinado por el tema, por el ánimo del
momento. Si usted intenta utilizar algo que no es
conveniente, apenas no resultará. Entonces los críticos
construyen teorías alrededor de esto y ven cosas que yo
no había visto. Respondo solamente a nuestro estilo de
vida, la vida del Caribe.
Estilo
5. • Como autor de ficción, García Márquez es siempre
asociado con el realismo mágico. De hecho, es
considerado la figura central de este género. El realismo
mágico se usa para describir elementos que tienen, como
es el caso en los trabajos de este autor, la yuxtaposición de
la fantasía y el mito con las actividades diarias y
ordinarias.
Realismo y realismo
mágico
7. • .En La hojarasca nació Macondo, ese poblachón cercano a la
costa atlántica colombiana que ya se ha convertido en uno de los
grandes mitos de la literatura universal. En él transcurre la
historia de un entierro imposible. Ha muerto un personaje
extraño, un antiguo médico odiado por el pueblo, y un viejo
coronel retirado, para cumplir una promesa, se ha empeñado en
enterrarle frente a la oposición de todo el poblado y sus
autoridades. Como en una tragedia griega –el libro lleva como
lema una cita de Antígona, que recuerda la prohibición de
enterrar el cuerpo de Polinice– el viejo coronel, su hija y su
nieto van a cumplir la ominosa tarea. La acción, compuesta por
la descripción de los preparativos para el entierro –una media
hora– y los recuerdos de un cuarto de siglo de la historia de
Macondo, de 1905 a 1928, se narra a través de los pensamientos
de estos tres personajes.
La hojarasca 1955
8. oEl coronel no tiene quien le escriba fue escrita por Gabriel García
Márquez durante su estancia en París, adonde había llegado como
corresponsal de prensa y con la secreta intención de estudiar cine, a
mediados de los años cincuenta. El cierre del periódico para el que
trabajaba le sumió en la pobreza, mientras redactaba en tres versiones
distintas esta excepcional novela, que luego fue rechazada por varios
editores antes de su publicación. Tras el barroquismo faulkneriano de La
hojarasca, esta segunda novela supone un paso hacia la ascesis, hacia la
economía expresiva, y el estilo del escritor se hace más puro y
transparente. Se trata también de una historia de injusticia y violencia: un
viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada
de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos
por los servicios prestados a la patria..
El coronel no tiene quien
le escriba 1961
9. • Bajo el lema de estos funerales mitológicos, Gabriel García Márquez
reunió en 1962 siete relatos y la novela corta que da título al presente
volumen, en el que aparece ya en todo su esplendor el elemento
mágico y telúrico que a partir de entonces definiría su obra, sin
apartarla, por ello, de la realidad. Estamos en Macondo y su región
una vez más, entre personajes y episodios reconocibles, pero ahora
caen pájaros muertos sobre el poblado, rompiendo mosquiteros y
alambradas, un cura ve al diablo o afirma haber encontrado al judío
errante, y visitar la tumba de un ser querido supone un riesgo
impredecible. Y hay que enterrar a la Mamá Grande, soberana
absoluta de este mundo, que falleció en olor de santidad a los noventa
y dos años, tras haber conservado la virginidad durante toda su vida, y
a cuyos funerales acude el presidente de la República y hasta el Sumo
Pontífice en su góndola papal, pero también
guajiros, contrabandistas, arroceros, prostitutas, hechiceros y
bananeros llegados para la ocasión
Los funerales de la Mamá
Grande
10. • Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su
padre lo llevó a conocer el hielo.» Con estas palabras empieza una
novela ya legendaria en los anales de la literatura universal, una de las
aventuras literarias más fascinantes de nuestro siglo. Millones de
ejemplares de Cien años de soledad leídos en todas las lenguas y el
premio Nobel de Literatura coronando una obra que se había abierto
paso «boca a boca» –como gusta decir el escritor– son la más palpable
demostración de que la aventura fabulosa de la familia Buendía-
Iguarán, con sus
milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías
, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y
la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.
Cien años de soledad.
1967
11. • Con este libro, Gabriel García Márquez se descubrió a sí mismo
como un narrador. Sin embargo, la intención primera era la de
escribir un reportaje sobre un hombre, Luis Alejandro Velasco, que
estuvo diez días a la deriva en una balsa mecida por el mar Caribe. El
futuro Premio Nobel de Literatura y entonces joven reportero que era
García Márquez escuchó el relato de los hechos de boca de su
protagonista, y lo transformó, tal vez sin pretenderlo, en un
prodigioso ejercicio literario, una narración escueta y vigorosa donde
late el pulso de un gran escritor. La publicación por entregas del
reportaje en El Espectador de Bogotá supuso un alboroto político
considerable –se revelaba la existencia de contrabando ilegal en un
buque de la Armada colombiana, lo que costó la vida de siete
marineros y el naufragio, más afortunado, de Velasco– y el exilio para
su autor, que se vio abocado a una nueva vida.
Relato de un náufrago
12. • Estos relatos tempranos de quien posteriormente sería premio
Nobel fueron escritos y publicados entre 1947 y
1955, aunque, como libro, Ojos de perro azul no aparecería
hasta 1974, cuando ya el escritor había publicado otros dos
libros de relatos y cuatro novelas, de las que la última, Cien
años de soledad, le proporcionaría su primer gran éxito
internacional. En este libro se incluye su primer cuento
célebre, el Monólogo de Isabel viendo llover en
Macondo, escenario de sus obras posteriores. El personaje de
Isabel reaparecerá en su primera novela, y el tema de la lluvia
cayendo interminablemente, en su personal versión del
diluvio universal, acabaría integrándose suave y
flexiblemente en Cien años de soledad.
Ojos de perro azul
13. • Gabriel García Márquez ha declarado una y otra vez que El otoño
del patriarca es la novela en la que más trabajo y esfuerzo
invirtió. En efecto, García Márquez ha construido una maquinaria
narrativa perfecta que desgrana una historia universal –la agonía
y muerte de un dictador– en forma cíclica, experimental y real al
mismo tiempo, en seis bloques narrativos sin diálogos, sin puntos
y aparte, repitiendo una anécdota siempre igual y siempre
distinta, acumulando hechos y descripciones deslumbrantes.
Novela escrita en Barcelona, entre 1968 y 1975, El otoño del
patriarca deja asomar en su trasfondo el acontecimiento más
importante de la historia española de aquellos años –la muerte del
general Franco–, aunque su contexto y estilo sean, como siempre
en este escritor, el de la asombrosa realidad latinoamericana que
García Márquez ha elevado una vez más a la dignidad del mito.
El otoño del patriarca
14. • Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra más «realista» de
Gabriel García Márquez, pues se basa en un hecho histórico acontecido
en la tierra natal del escritor. Cuando empieza la novela, ya se sabe que
los hermanos Vicario van a matar a Santiago Nasar –de hecho ya le han
matado– para vengar el honor ultrajado de su hermana Ángela, pero el
relato termina precisamente en el momento en el que Santiago Nasar
muere. El tiempo cíclico, tan utilizado por García Márquez en sus
obras, reaparece aquí minuciosamente descompuesto en cada uno de
sus momentos, reconstruido prolija y exactamente por el narrador, que
va dando cuenta de lo que sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y
retrocede en su relato y hasta llega mucho tiempo después para contar
el destino de los supervivientes.
Crónica de una muerte
anunciada
15. • La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el
escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más
de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes
contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza
de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en
utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero
este tiempo –por una vez sucesivo, y no circular–, este escenario y
estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas
que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final
ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los
zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria
que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
El amor en los tiempos de
cólera
16. • El 26 de octubre de 1949 el reportero Gabriel García Márquez fue enviado
al antiguo convento de Santa Clara, que iba a ser demolido para edificar
sobre él un hotel de cinco estrellas, a presenciar el vaciado de las criptas
funerarias y a cubrir la noticia. Se exhumaron los restos de un virrey del
Perú y su amante secreta, un obispo, varias abadesas, un bachiller de artes
y una marquesa. Pero la sorpresa saltó al destapar la tercera hornacina del
altar mayor: se desparramó una cabellera de color cobre, de veintidós
metros y once centímetros de largo, perteneciente a una niña. En la lápida
apenas se leía el nombre: Sierva María de Todos los Ángeles. «Mi abuela
me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años cuya
cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal
de rabia por el mordisco de un perro, y era venerada en los pueblos del
Caribe por sus muchos milagros. La idea de que esa tumba pudiera ser la
suya fue mi noticia de aquel día, y el origen de este libro.»
Del amor y otros
demonios
17. • El año de mis noventa años quise regalarme una noche de
amor loco con una adolescente virgen. Me acordé de Rosa
Cabarcas, la dueña de una casa clandestina que solía avisar
a sus buenos clientes cuando tenía una novedad disponible.
Nunca sucumbí a ésa ni a ninguna de sus muchas
tentaciones obscenas, pero ella no creía en la pureza de mis
principios. También la moral es un asunto de
tiempo, decía, con una sonrisa maligna, ya lo verás
Memoria de mis putas
tristes