La gente usa máscaras para ocultar su verdadera identidad y explorar nuevas facetas de sí mismos. Aunque las máscaras pueden usarse para engañar a otros, también permiten que las personas experimenten con nuevas personalidades y roles sin el temor al juicio. En última instancia, el uso de máscaras nos recuerda que todos tenemos múltiples lados y que a menudo escondamos partes de nosotros mismos del mundo.