22. Los Amigos de la Montaña
somos personas que con
nuestro caminar, en un diálogo
constante y profundo de varios
años con la montaña y con la
Quebrada La Vieja, nos hemos
dejado tocar y hemos sido
moldeados por ellas, y en esa
relación nos han enseñado
a amarlas y a cuidarlas.
27. “Yo subo a la montaña porque es una
manera de meditar, de sentirme viva y
saludable, y porque es un oasis de paz,
silencio y armonía en medio de la
ciudad.
Los días en los que subo son más
productivos y felices.”
Marta
28. “En la montaña encuentra uno salud,
tanto física como mental. Eso se logra con
los compañeros, con el aire, con la
naturaleza, y como que se aleja uno del
mundanal ruido. Por eso me gusta…..
Ojalá la gente se beneficie de la montaña
que Dios nos dá, que la tenemos aquí no
más…. Es un don de Dios y de la
naturaleza….”
Clarita
29. “Es un lugar para tomar energías, para
respirar un poco de paz, adquirir el valor
de lo que es importante en la vida. Eso
es este lugar.”
Luz Marina
30. “…Es inspiración….Yo vengo acá con un
problema en la cabeza y salgo con la
solución. No me pregunte por qué….
La mezcla de ejercicio, naturaleza…..,
facilita todo, es rico, es amable…
Juan Carlos
31. “Me gusta venir por la naturaleza,
la paz, la tranquilidad, el silencio,
la felicidad…”
María Antonia
32. “Siempre me ha animado encontrar
la paz interior aquí en la montaña...”
Francisco
34. “La montaña es un tiempo sagrado a la
semana para estar en contacto con la
naturaleza, con la madre. Es el polo a tierra….
Hay que informar a la gente que es nueva y
que viene, que este es un sitio sagrado que
debemos cuidar. En ese aspecto es como
respetar a la mamá. Esta es nuestra mamá
también, entonces hay que cuidarla, hay que
consentirla, hay que valorarla….”
Andrés
35. “La montaña para mí es como una
conexión con Dios. Me genera mucha
energía espiritual. Para mí fue un
cambio total en mi vida…… La verdad
es que me da una paz enorme.
Yo creo que es un método de vida y una
cercanía maravillosa con Dios.”
Rodrigo
36. “Esta montaña para mí es mágica. Esto
significa todo. Esta es mi religión. Con
algunos que yo llamo loquitos de la
montaña, estamos convencidos de que
es mágica, que nos irradia energía,
magnetismo. Entonces la disfrutamos
y la gozamos inmensamente.”
Juan Jacobo
37. “Me gusta venir por todo, los árboles,
el agua, los pájaros, todo lo que es el
aire puro….. Es un lugar encantador y
hermoso. Al mismo tiempo esto evoca
todo lo que es la fuerza del agua y el
significado del agua como parte de la
vida...”
Osiris
38. “…..Personalmente subo porque el
contacto con la naturaleza nos ayuda
a nuestro crecimiento espiritual y
por razones de salud.”
Evelyn
39. “….. subo a la montaña porque al estar
en contacto con la naturaleza y al volver
siento una paz y una tranquilidad
inmensa, solo quien sube a la montaña
sabe entender este sentimiento.”
Jimena
40. “Yo subo a la montaña para
conectarme conmigo y con la
naturaleza.
Despierto mis sentidos.”
Adriana
41. “… En una ciudad como Bogotá , subir a la
montaña es un momento único del día
para respirar, para meditar, ejercitar el
cuerpo y el espíritu y cargar baterías para
iniciar una jornada, llena de positivismo y
de buena energía y así compartir mejor y
con mas disponibilidad en sociedad (en
familia) con los habitantes de la ciudad…”
Luis Fernando
42. “Porque le da posibilidad de
existencia a mi espíritu, reconforta
mi cuerpo y descansa mi mente……”
María Elena
43. “Yo subo a la montaña porque ella es
generosa llenándome de energía, aire
limpio, aclarando mi pensamiento y
haciéndome sentir viva y feliz.”
Isabela
44. “Yo subo a la montaña por el alivio
espiritual, la sensación de paz y
tranquilidad que la misma brinda…”
Luis Eduardo
45. “Subir a la montaña nos permite creer
que si es posible vivir mejor en Bogotá.
Tenemos el reto de preservar el secreto
mejor guardado de la ciudad al tiempo
que permitimos que muchos la puedan
disfrutar.”
Eduardo
46. “Yo subo a la montaña porque necesito
conectarme directamente con la
naturaleza y sentirme parte de ella, allá
donde aun está sana y preservada.
Me gusta subir para respirar aire puro, oír
las quebradas, sentir a los arboles y ver
toda esa belleza que se encuentra allí.”
Elfriede
47. “Encuentro que el color de la
vegetación, el aire de la montaña, el
sonido de la quebrada, la actitud de
los otros caminantes, las amistades
silenciosas y anónimas —creadas
solo con el saludo y la mirada— me
sanan el alma para comenzar el día.”
Gustavo
48. “El hecho de levantarme cada mañana
y sentir el viento del amanecer, el
canto de los pájaros, el agua corriendo
a mi lado,... me hace trascender.
La montaña es un espacio vital, que
me ayuda a vivir cada día con
entusiasmo y optimismo.”
Adriana
49. “Subo porque la montaña es la mejor
terapia y manera de liberarse de las
cargas cotidianas. Subo porque mi
cabeza y corazón lo necesitan...”
Lina
50. “Yo subo a la montaña porque me
permite estar en contacto con la
unidad, y recordar (paso a paso) que
soy uno más.
Y si en comunidad podemos recordar
que somos “uno más”, qué mejor!!”
Fernando
51. “…Subo para no olvidar lo que soy,
y bajo siendo.”
Felipe
52. “Por qué subo a la Montaña:
Porque es la nutrición de mi alma
Porque es la alegría de mi ser
Porque es la paz de mi espíritu
Porque es el alimento de mi cuerpo
Porque es sentimiento compartido
Porque es AMOR de solidaridad y comunidad.
En una palabra VIDA, mi VIDA.”
Gloria
53. “Es el oasis, saluda y hace vibrar;
Con su danza de verdor, de sonata acuática,
de canto de ave celestial, de caricias de brisa pura,
oxigeno y energía de vida.
Con toda su inmensidad acoge con humildad;
ese es el pequeño gran oasis que ha de cuidar la
comunidad.”
María Candelaria
54. “Subo porque simplemente estar allá
entre los árboles y ver el agua bajar,
ver el verde, el barro, todo lo que es
la Montaña me recuerda cual es el
sentido de existir.”
Ana
55. “Para mi subir a la montaña es un
ritual de reconexión con la naturaleza.
Es la posibilidad de no perder ese
vínculo con la tierra a pesar de estar
viviendo en la gran ciudad...”
Felipe
56. “…Allá donde las preocupaciones humanas
no afligen el alma, protegida por el abrazo del
árbol y el arrullo de las aguas, me di cuenta
que podía construir mi ser a partir de mis
hábitos. Que subir a la montaña me
constituye un poquito más cada día. Tengo la
certeza de encontrar más verdades en esas
hojas olorosas y en el fresco del aire que en
cualquier otro lugar Bogotano…”
Zunil