Los Guaraníes vivían en las selvas y bosques del noreste de Argentina, organizados en aldeas con casas alrededor de una plaza central. Se dedicaban a la agricultura itinerante, la caza y la pesca. Creían en un dios creador y en la vida después de la muerte, y celebraban ceremonias religiosas que incluían danza y canto. Hoy están arrinconados en pequeñas tierras y enfrentan problemas de salud y educación.