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P E R I ÓD I C O                    D E       L I B R O S




Lecturas          C r í t i c a s




      El rey y el pueblo: La historia política hoy.
      Cesar Miguel Rondón: El libro de la salsa.
          Germán Espinosa, Antonio Samudio, Héctor Abad Faciolince,
                  Jorge Franco Ramos, Raúl Gómez Jattin,
           Pemán-R, Luis Fayad, Carlos Arturo Truque, Ciro Guerra.
Año 2 - Número 2 - Abril - Junio de 2005 - ISSN: 1657-0650 - Periódico trimestral de distribución gratuita
Director: Carlos Andrés Almeyda Gómez                          Darío Ortiz Robledo (Ibague, Colombia, 1968). Uno de los
                                                                                    artistas contemporaneos más destacados a nivel internacional.
                       Editor: Juan Carlos Gonzalez Franco                          Autodidacta, expuso desde la edad de quince años su pintura
                                  Coordinadores:                                    ha sido expuesta en paises como Italia, japón, Estados Unidos,
                    Ciencias políticas: Hollman Lozano García
                                                                                    Francia, Austria, Suiza y México. Su obra se encuentra en im-
                           Antropología: Ariel José James
                             Poesía: Juan Manuel Roca                               portantes colecciones públicas y privadas como el Museo de
                     Literatura colombiana: Sebastián Pineda                        Arte Latinoamericano de Los Angeles, el Latinoamericano de
                  Literatura extranjera: Sophia Vazquez Ramón                       Miami, el Civico de Abano Terme de padova, Italia, el Museo
             Artes plasticas y fotografía: Juan Carlos Gonzalez Franco              de Antioquia y el Museo de arte contemporaneo de Bogotá.
                 Diseño y diagramación: Héctor Suárez Castro                        Las obras publicadas en esta edición fueron autorizadas
                     Preprensa: Petroleum Digital Ltda..                            gentilmente por su autor. Rendimos además un homenaje a la
                                                                                    memoria de Darío Ortiz Vidales -padre del artista y artista
                     Periódico de libros. Lecturas Críticas                         tambien-, destacado jurista, historiador, periodista y político.
        Para efectos de recibo editorial, favor enviar un correo a cualquiera
                                                                                    Autor de numerosas obras y entrañable amigo de esta casa.
                       de las siguientes direcciones electrónicas:
                Lecturas_criticas@yahoo.it - artfranco8@yahoo.com
                                   correo del lector:                                 C O N T E N I D O
                            lectoresycriterios@hotmail.com
                                     Distribución:
                         Corporación cultural revista Artificios                         LIT. COLOMBIANA       3   Angosta
            Carrera 35 A No. 59-54 Telefax(571) 221 9264. Bogotá, Col.                                             Héctor Abad Faciolince
                                   ISSN: 1657 –0650
                Tarifa postal reducida No. 1172 Vence Dic. De 2005                                             6   Paraíso Travel
                             Participan en esta edición:
                                                                                                                   Jorge Franco Ramos
             Franco Galería-editora, Grupo Santillana de publicaciones,
      Cámara colombiana del libro, Ediciones B, Random House Mondadori,
           Emisora HJCK, Emisora HJUD, Planeta colombiana editorial,                                           8   Perfiles de mi generación.
      Editorial Norma, Banco de la Republica -Biblioteca Luis Angel Arango,                                        Homenaje a Germán Espinosa
    Corferias, Instituto de cultura Brasil-Colombia, Escuela de cine Black-María,
               Editorial El Malpensante, Corporación Revista Número.                                           8   Rubén Dario
                                                                                                                   y la sacerdotiza de Amón
                 Periódico trimestral de distribución gratuita
                              No. 2 Abril-Junio de 2005                                                            Germán Espinosa
     Criterios editoriales y de selección competen exclusivamente al periódico.
      Colaboración solicitada. Los juicios emitidos en la presente edición son                                 9   Vivan Los compañeros
            responsabilidad de sus autores y no comprometen la opinión                                             Carlos Arturo Truque
                                  de Lecturas Críticas.
                                                                                                              10 Testamento de un hombre
                                                                                                                 de negocios
                                                                                                                 Luis Fayad

                                                                                                    MÚSICA 12 EL libro de la salsa
                                                                                                              César Miguel Rondón

                                                                                                       CINE 13 La sombra del caminante
                                                                                                               Ciro Guerra

                                                                                                   PINTURA 14 Libraco Porno
                                                                                                              Antonio Samudio

                                                                                                  POLÍTICA 15 La historia política hoy
                                                                                                              Editor: César Augusto Ayala
                    Certificación y avaluo                                                        CRÓNICA 18 Cuatro maestros
                      de Obras de Arte                                                                       Ricardo Sánchez.

                        Departamento de Restauración                                                 POESÍA 20 Antología poética
                                                                                                               Raúl Gómez Jattin
                           Departamento de curaduría
                       Departamento de Artes Gráficas                               CRÍTICA EN-CUBIERTA 21 Noam Chomsky, Celedonio
                         - Diseño y Diagramación                                                           Orjuela, Eckhardt Van den Hoogen,
                         - Preprensa                                                                       William Ospina, Javier Rocha,
                         - Impresión                                                                       Monica Triana, Mineko Iwasaki,
                                                                                                           Guillermo Cabrera Infante,
                            Carrera 35A No. 59 - 54                                                        Edward Said, Palabra de América.
                            Teléfono: (571) 221 9264
                             Celular: 310 765 4225                                                          Nuestra cáratula .
                            artfranco8@yahoo.com                                                          Darío Ortiz Robledo
                                                                                            Rony Desempleado. Oleo/Lienzo 110X90 Cm. 2002

2        Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
L i t e r a t u r a                                      c o l o m b i a n a

                                                ¿Mapa o calco?
                                                        Por Rodrigo Pérez Gil


                                                                                                                       libro por la mitad y se lo acercó a la
             Angosta                                                                                                   cara. Él, “harto de lirismo y de
      Héctor Abad Faciolince                                                                                           literatura, quería leer algo sin
       Planeta- Seix Barral                                                                                            huellas de ficción, sin
    Bogotá, 2003, 374 páginas.                                                                                         amaneramientos ni adornos, y
                                                                                                                       por eso había agarrado el libro,

M       ás allá de su leve comien                                                                                      en un arranque de curiosidad, en
        zo, esta novela evoca a un                                                                                     el mismo momento en que salía
vendedor de pararrayos, el que                                                                                         de la librería sin despedirse de
anuncia las tormentas, cargado                                                                                         nadie” (pág. 13). Escrito en el es-
con los fierros que exhibe con                                                                                         tilo “llano y exhaustivo de los
ostentación, el augur no viene                                                                                         profesores”, el libro que toma
detrás de las tempestades sino                                                                                         Jacobo de su librería La Cuña,
que las tempestades vienen de-                                                                                         es un “breve tratado sobre la
trás de él, o así lo quiere hacer                                                                                      geografía de Angosta, escrito
creer entrando al pueblo donde                                                                                         por un oscuro académico ale-
lo esperan los chicos y grandes                                                                                        mán” (pág. 12). En la cubierta
ansiosos de aventuras, resuelto a                                                                                      del libro aparece una acuarela del
trazar mapas de tormentas y                                                                                            Salto del Tequendama y el títu-
huracanes, corriendo delante de                                                                                        lo; en la carátula de la novela de
ellos y llevando en los puños sus                                                                                      Abad, una reproducción de un
bastones de hierro.                                                                                                    grabado del Salto, a partir de
                                                                                                                       boceto de Humboldt, y el mis-
  Ocurre que el escritor de ve-                                                                                        mo título Angosta. Jacobo lee,
ras, el poeta, es una especie de                                                                                       detiene su lectura un momento,
chivo expiatorio, a la vez un rayo                                                                                     se levanta y mira por la ventana:
y un pararrayos, una esponja ab-                                                                                       “Está lloviendo afuera, como en
sorbente de los males y desgra-                                                                                        el libro” (pág. 15). Leyendo el
cias de la época, abraza aquello                                                                                       tratado se siente “ausente de este
que abrasa a la desgracia, que la                                                                                      mundo”, pues, “aunque habla
seca, de cierta manera, con su es-                                                                                     de su ciudad, no es en este mo-
critura singular y a través de la                                                                                      mento su ciudad, sino otra cosa
herida que se extiende como una                                      Con ese rostro. Mixta / papel. 70 x 50 cm. 2003   más manejable, unas palabras
grieta en su cuerpo, transmuta la                                                                                      que intentan representarla” (pág.
desgracia y hace valer, mediante                                                                                       15). La novela, larga, y el trata-
                                      con rabia por un ambiente rico         tante ansioso de crack con na-
su expresión, una posición de                                                                                          do, breve, se hacen valer, la una
                                      que lo intimida. En el otro polo,      vaja en la mano,/ una mendiga
deseo y una afirmación de vida,                                                                                        por el otro, éste dentro de aque-
                                      en Tierra Caliente, come con su        de llagas supurantes,/ niños que
aún tartamudeante, aún                                                                                                 lla, la novela es una efectuación
                                      invitada Candela: “Había en ella       combaten en las mil guerras de
trastabillante.                                                                                                        del tratado, el mapa desplegado
                                      algo más que a él le repugnaba         ahora,/ leprosos, viejos aban-
Jacobo Lince, en la novela de         [...]: la manera de hablar. Usaba,     donados [...]” (pág. 221), poe-           que resulta ser a su vez una co-
Abad, oscila entre dos polos, el      por ejemplo casi siempre el ver-       ma del que va a hacer eco el jo-          pia, una representación, un re-
polo de su cuenta en divisas, que     bo colocar, como si algún tabú se      ven Andrés Zuleta en la cima del          flejo del mundo, el libro como
supera el límite para ser socio del   hubiera impuesto contra el ver-        Salto, “Hay un muerto flotando            imagen del mundo, clisé. Es ver-
club Paradiso, un millón de dóla-     bo poner [...] También usaba la        en este río [...]” (pág. 309), pre-       dad que Angosta se quiere hacer
res: “Podría vivir en Tierra Fría,    palabra diferente, nunca distinto”     via su caída fatal.                       valer también como un reloj que
si quisiera”, y el polo de Tierra     (pág. 152). Más adelante, lo van                                                 se adelanta, la nueva Jerusalém de
Caliente, del Sur y del Tercer        a dejar en cueros en esta misma        Angosta va configurando su                los portadores del signo distintivo
Mundo, y he aquí que ambos            Tierra Caliente, a él, tan distin-     mapa a partir del “breve trata-           que se nos augura en el neo-Es-
afectos jalan de él, presa de un      guido, Jacobo, “los ojos cazado-       do de geografía” que el perso-            tado-ecuménico-militaro-indus-
miedo apenas temperado por el         res, verdes, felinos, sobre la piel    naje Jacobo Lince agarra -como            trial, sólo que aquello que la no-
sexo, miedo abierto en Tierra         muy oscura, quemada por el sol         si algún tabú se hubiera impues-          vela proyecta, la proliferación de
Caliente, o moderado en Tierra        (o por un ancestro africano, vaya      to contra el verbo coger- en su           los Check Points, los muros visi-
Fría, donde es el profe de inglés     uno a saber)” (pág. 55), corrien-      librería La Cuña, y alrededor del         bles en la ciudad, en el país y en
de la dama hija del don: “Nice        do desnudo por el sektor C con         yo que ostenta en su retrato de           el mundo, resulta ser una repro-
to meet you, I’m Jacob. What is       un aviso del Fin del Mundo como        media página, dado por el au-             ducción calcada de lo ya dema-
your name?, dijo Jacobo con una       hoja de parra: “Entre el clochard      tor en nota al pie luego de la            siado visible. Ha caído el muro
voz que le temblaba” (pág. 168),      y el teporocho,/ el joven asal-        primera frase del libro: Abrió el         de Berlín y se han levantado

                                                                                                      Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas          3
L i t e r a t u r a                                         c o l o m b i a n a
otros, con vallas sofisticadas y a      deres bien identificados nativos         de ser exterminio de bienes y de          237) que no les permitía desha-
través de las porterías, los guar-      de la propia ciudad: por un lado,        seres, es una empresa de                  cerse de las sobras de la noche a
dias, las colas en la embajada pi-      algunos de los grupos terroris-          desrealización: destruye lo real y        la mañana. Si a ustedes les pre-
diendo visa y las colas en las ter-     tas más feroces y despiadados            lo reorganiza para engañar. Así           ocupa la miseria, le dice Jacobo
minales del aeropuerto de los           de la tierra; guerrilleros               que la copia, el reflejo de la herida,    a su interlocutor, abran las puer-
países del Norte, y he aquí que         polpotianos sin hígados[...] Y           resulta ser tan irrisoria como las        tas, que aquí con lo que a uste-
los personajes de Angosta bus-          por el otro lado los grupos alia-        llagas que ostentan los indigentes        des les sobra podrían vivir mi-
can una entrada, más bien que           dos del establecimiento, igual-          en Tier ra Templada: “llagas              llones de segundones (de Tierra
una salida, en esta vieja ciudad        mente crueles” (pág. 309). He            purulentas, pedazos desmem-               Templada) y de tercerones (de
siempre sitiada, pues en el ori-        aquí, pues, el diagnóstico del tra-      brados del cuerpo, bolsas con             Tierra Caliente). “Era triste e in-
gen de la ciudad hay una máqui-         tado de geografía y de la nove-          drenaje de heces o de sangre”             útil, seguir discutiendo, se con-
na de guerra y no un simple lu-         la, contenido en esta idea cara a        (pág. 28), siendo entonces este           fiesa Jacobo. Si se negaba la
gar de comercio o de encuen-            los medios, clisé, presunto diag-        mundo de la representación en             igualdad de las personas, enton-
tro, o la lengua que nos es co-         nóstico que es ya un síntoma de          la novela el mismo mundo del              ces se volvía a un período
mún, como se dice en el tratado         la guerra real, presente y pasada        espectáculo, el montaje del ho-           premoderno de la concepción
de geografía y como cree An-            en este territorio, cuyos agentes        rror cotidiano de las noticias de         del ser humano, y lo único que
drés Zuleta. Sobreabunda el cli-        actuales, nativos de la propia ciudad,   medio día en la tele, las sobras          podía esperarse eran guerras y
sé en Angosta: no es el espíritu ni     son apenas el primer plano que           del banquete de los ricos con las         violencia, opresión y furor: pre-
es el deseo el que sopla donde-         oculta y no deja ver a las verda-        que, según Andrés, se podrían             cisamente lo que desde hace
quiera en esta novela y en su per-      deras potencias diabólicas,              alimentar muchos: “Y el atenta-           años venía sucediendo” (pág.
sonaje Jacobo (pág. 11), sino las       foráneas y nativas, que se bene-         do contra la libertad no es sola-         245). Esta idea trasnochada acer-
ganas. Clisé es el interrogatorio       fician de la guerra, incluídas las       mente que no te dejen salir [...]         ca de la igualdad de las perso-
en el Check Point a la entrada del      guerrillas, los principales medios       sino que no te dejen entrar, como         nas: Está prohibido a ricos y pobres
joven poeta Andrés a Tierra Fría        de información -aún cierta lite-         hacen los potentes de hoy [...]           vivir bajo los puentes, como la de la
(pág. 20), y las reuniones de los       ratura cortesana e inofensiva- y         herméticamente encerrados en              paz -A los mejores defensores de la
Siete Sabios, los Verdugos de la ciu-   el establecimiento. Vaya usted a         sus castillos y fortalezas, donde         paz se les da de comer el cordero que
dad, y las conversaciones inter-        Bolivia, a Ecuador, a El Salva-          gozan, con todo el egoísmo de             bala-, ideas éstas sobre las que
minables, tanto como “el inter-         dor o a Honduras, y aprecie las          que son capaces, de sus enormes           se acumulan montañas de cadá-
medio jocoso”, el exhaustivo            miserias de esta misma guerra -          riquezas, sabiendo que a muchos           veres, hacen parte del mundo
cotilleo en la librería de viejos de    o de esta misma política que,            nos bastarían las sobras del ban-         trucado y falseado, precisamen-
Jacobo...                               para estos países colonizados, es        quete para ser más felices” (pág.         te merced a la guerra, y envuel-
  En el tratado de geografía, leemos    la continuación de la guerra por         191), ideas estas ventiladas tam-         ve las mentes de estos persona-
con Camila: “Mientras la reali-         otros medios- sin guerrillas. Uno        bién por Jacobo en una discu-             jes aspirados por la altura en un
dad siga siendo esa lacra, esta         huele la sangre seca en los códi-        sión con el marido de su ex-es-           arribismo irrefrenable, que
terrible herida histórica [se refiere   gos. En efecto, la guerra, antes         posa, este egoísmo de los dones (pág.     Jacobo pretende conjurar jun-
en particular a la partición de la                                                                                         tándose con Candela, a quien en-
ciudad en tres sektores, de modo                                                                                           cuentra en Tierra Caliente, y con
que el sektor de Tierra Fría sea                                                                                           quien se liga, igual que con An-
como un club exclusivo para los                                                                                            drés de Tierra Templada, dán-
ricos], lo constructivo [y que,                                                                                            doles dinero de entrada, crean-
dice el tratado, hacen los poetas y                                                                                        do una falsa conexión con ellos
pensadores más dignos de Angosta] no                                                                                       y con los sektores que éstos re-
es inventar una fábula rosa ni                                                                                             presentan, a falta de flujos vita-
hacer un falso encomio del te-                                                                                             les, dinámicos, persisten el dine-
rruño, sino seguir reflejando la he-                                                                                       ro y el yo de Jacobo, a través de
rida” (pág. 308, la cursiva es mía).                                                                                       los cuales se engendran falsas
La herida no supura por la ca-                                                                                             relaciones, como puede apre-
rencia de salidas de vida para los                                                                                         ciarse por el destino fatal de An-
desposeídos de la tierra, sino por                                                                                         drés, propiciado a su vez por
la ausencia de entradas, en la                                                                                             Jacobo, que lo conecta con
cuenta bancaria, y de puertas a                                                                                            Camila, la moza del celoso Se-
través de las cuales entrar a                                                                                              ñor de las Apuestas, y como se
Paradiso (el sektor de Tierra                                                                                              aprecia en el carácter de la rela-
Fría), y la herida consiste tam-                                                                                           ción final de Jacobo con Can-
bién en la carnicería cotidiana                                                                                            dela, el acuerdo donde él es el
operada en la villa que es                                                                                                 protector, el beneficiario, a falta
Medellín, o en el país que es Co-                                                                                          de un genuino afecto comparti-
lombia, “y lo más serio: esta car-                                                                                         do, “No me vas a echar culpas,
nicería [precisa el autor del tra-                                                                                         abuelo, le dice Candela, si te dejo
tado] no la comete un enemigo                                                                                              tirado y más solo que un perro”
externo ni se puede culpar de ella                                                                                         (pág. 365).
a un antagonista extranjero o a                                                                                              El expediente usado por Abad
un enemigo étnico o religioso,                                                                                             en su novela, el tratado de geo-
sino que es perpetrada por po-                  Una figura muy femenina. Carboncillo y pastel / Papel. 50 x 70 cm. 2000.   grafía Angosta, escrito por un os-

4      Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
L i t e r a t u r a                                         c o l o m b i a n a
curo académico alemán, crea de                                                                                               Jacobo, herido, por el mismo
entrada un distanciamiento pro-                                                                                              Andrés que llegaba justo enton-
picio al desenfado, al tono de                                                                                               ces al Hotel la Comedia que am-
bonhomía que quisiera hacer va-                                                                                              bos comparten, el rico Jacobo
ler el autor en el arranque de la                                                                                            y el pobre Andrés. La amenaza
novela. Sin embargo, la hermo-                                                                                               que le deja el Señor de las
sa descripción de Colombia que                                                                                               Apuestas: Si vuelve a salir con
comenzamos a leer con Jacobo                                                                                                 Camila, aunque sea para tomarse un
en el tratado, ya termina mal:                                                                                               tinto, va a conocer la base del Salto,
“Este territorio, desde hace un                                                                                              esta amenaza la transfiere
par de siglos, es conocido con                                                                                               Jacobo al joven Andrés al jun-
el nombre que, si la historia del                                                                                            tarlo con Camila, pues al mero
mundo no fuera una cadena de                                                                                                 Salto llegan los sicarios del ru-
absurdas casualidades, debiera                                                                                               fián la noche del trabajo de cam-
llevar toda América: Colombia”                                                                                               po de Andrés, rufián que había
(pág. 12). Lección de historia pa-                                                                                           sido advertido por la misma
tria: Cristóforo Colombo, tam-                                                                                               Camila, el ángel de la muerte,
bién llamado Colón, es un hé-                                                                                                de su paradero esta noche, pi-
roe y hasta una especie de santo,                                                                                            llada con Andrés, el ángel caí-
                                                                         El bueno y el malo. Oleo / tela. 50 x 60 cm. 1998
este mismo Colón embaucador                                                                                                  do, que deja un último poema
y precursor del secuestro en Co-                                                                                             tan irrisorio como su destino:
lombia: Si se acaba el oro, cambia-        el atracadorcito de ruana en Tie-       gosta comparte el mismo pro-              “Hay un muerto flotando en
remos esclavos por oro, escribe en         rra Caliente que obliga a Jacobo        ceso regresivo y el mismo des-            este río/ y hay otro muerto más
carta a sus Altezas, que se                a vestirlo con sus propias ro-          tino fatal del joven y sentimen-          flotando aquí/ Esta es la hora
embolsilló los diez mil maravedís          pas de riquito, incluso Candela,        tal poeta Andrés Zuleta, quien,           en que los grandes símbolos/
prometidos por la Corona a                 salvo el personaje Dan del Ho-          buscando una entrada, es decir,           huyen despavoridos: mira el
quien primero viese Tierra, y que          tel la Comedia, el matemaniático,       una salida a su aspiración arri-          agua/ Hay otro muerto más
sin duda correspondían al mari-            que desprecia a los arribistas y        bista que lo lleva a Tierra Fría,         flotando aquí/ Alguien corre
nero Rodrigo de Triana, el cual            parece moverse, igual que la            encontró la Boca del Infierno             gritando un nombre en llamas
abjuró del cristianismo y se hizo          novela, según la lógica del chis-       en la base del Salto, el “botade-         [...]” (pág. 309). Mientras tanto,
mahometano por el desacato                 te que cuenta a Jacobo: el ma-          ro de muertos”, adonde es con-            Jacobo sostiene el contacto con
del cristiano. En la página si-            temático es como el borracho            ducido desde Tierra Fría vía la           su cuenta en divisas en el Ban-
guiente del tratado, leemos el             que pierde por la noche sus lla-        Fundación H, promotora de los             co, cuenta que consulta en su
juicio y la condena de Angosta:            ves en la calle y las busca sólo        “derechos humanos”, entidad               computador al principio de la
Salvo el clima, que es perfecto, todo en   en el círculo de luz que hace la        que le da empleo a Andrés y le            novela (pág.17), justo luego de
Angosta está mal. Podría ser el pa-        lámpara, siendo que, más bien,          encomienda un informe sobre               leer en el tratado de geografía
raíso, pero se ha convertido en un in-     el matemático es como un cie-           la acción perpetrada por fuerzas          la descripción de la base del
fierno (pág. 14), cantinela que            go que busca a un gato negro            oscuras que medran en Angosta             Salto, antiguo destino de suici-
vuelve una y otra vez a lo largo           en un cuarto oscuro donde no            y tiran sus víctimas Salto abajo,         das, y adonde, según piensa, él
de la novela, como las fases en            hay ningún gato, y si se sale con       este destino sellado aquí no              no iría, pues, en este caso, “Me
el delirio ciclotímico del manía-          la suya, Eureka, da a luz, pinta        exactamente por cuestiones                pegaría un tiro. O, mejor que
co depresivo, mal propiamente              al gato negro, o al menos la son-       políticas, sino por haber sido            eso, me haría pegar un tiro, que
platónico de ascensos y caídas,            risa sin gato de Alicia en el país      Andrés mal acompañado a este              aquí es mucho más fácil y más
Tierra Fría, Paradiso o sektor F, y        de las maravillas.                      trabajo de campo, incauto como            barato. Pondría un aviso en el
Tierra Caliente, o sektor C, en la           Uno como lector hace un ex-           es, necesitando un fotógrafo y            periódico: ‘Busco un sicario que
base del Salto, Boca del infierno,         perimento con Angosta, y ya que         habiendo seguido el consejo de            me quiera matar. Honrosa (o
estribillo que vuelve también al           ésta apela a una representación         Jacobo, el cual, rascándose la            jugosa, o al menos decorosa)
final cuando, en la huída,                 del horror y el espectáculo en          cabeza, le sugirió que su amiga           recompensa’ ”(pág.17). Justo en
sobrevolando en el avión, rum-             un Teatro de la Comedia, la             Camila podía servirle para tal            este punto, presa del ojo del
bo a la Patagonia, los estragos            novela nos sumerge en las aguas         efecto, esta Camila moza del Se-          huracán del miedo, Jacobo
dejados abajo, Jacobo toma el              cenagosas de una regresión de-          ñor de las Apuestas, cuyo poder           “siente la apremiante necesidad
tratado, “Abrió una página al              recho al hueco negro, en lugar          ya había sufrido Jacobo en car-           de confirmar algo”, el monto
azar [...] reconoció una frase que         de pintar el grito, lo cual nos per-    ne propia luego de su salida con          de su cuenta en divisas, la he-
ya había leído, meses atrás [...]          mitiría afrontar las fuerzas invi-      Camila a tomar ron con coca-              rencia que le dejó su madre Rosa
Salvo el clima, que es perfecto,           sibles, las potencias invisibles        cola y bailar boleros en el sitio         la difunta al morir, cuenta que
todo en Angosta está mal. Po-              que hacen gritar, siendo que los        Lengua de Trapo -este nombre,             vuelve a consultar al final, tam-
dría ser el paraíso, pero se ha            poderes visibles, que son las           ¿es por la intemperancia del              bién presa de la tristeza y del
convertido en un infierno” (pág.           guerrillas y el establecimiento,        personaje, o por la incontinen-           miedo, cuenta intacta, y por la
372). Dead End: Callejón sin Sa-           tanto como los mayores me-              cia del autor?: ¡374 páginas en           cual le reza “una oración de
lida. Los personajes principales           dios de información, ocupan-            Biblioteca Breve de Seix Barral!-,        agradecimiento a su madre [...]
de esta novela, más bien que               do el primer plano, demasiado           encuentro al que iba a seguir la          que en últimas le había conce-
buscar una salida, buscan todos            visibles, nos desvían y despo-          golpiza ordenada por el rufián            dido quizá el mayor de los fa-
ellos una entrada: Jacobo, pen-            jan de nuestras fuerzas, deján-         Señor de las Apuestas, habien-            vores: no lo había vuelto rico,
diente de su cuenta en divisas,            donos exhaustos. Así pues, An-          do sido recogido de la calle,             sino algo mucho más importan-

                                                                                                            Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas          5
L i t e r a t u r a                                      c o l o m b i a n a

te: lo había hecho libre, sin atar-
lo a una fortuna y sin dejarlo              De Rosario Tijeras a Paraíso Travel
amarrado a la pobreza” (pág.
363). Jacobo, quien tampoco bus-                                         Por Johann Rodríguez-Bravo
caba una salida sino la libertad con
una entrada, pareciera encontrarla
en el exilio, “en un país que no pi-
diera visa todavía”, en Argentina,                                             Jorge Franco –queriéndolo o           atención por asumir una actitud
y allí decide irse luego de que las              Paraíso Travel                no– inventó un personaje que          aventurera frente a la vida. A mí,
fuerzas oscuras incendian su librería         Jorge Franco Ramos               con los años se convertirá en su      como lector, me gusta el truco
como en los tiempos de Farenheit                   Seix Barral                 sombra, una mujer que es dos          de poner en labios de un “per-
451, cincuenta años después,                      Bogotá, 2002                 veces hombre, una invención fe-       dedor” la historia de una derro-
“pero sólo con Virginia [Cande-                   175 páginas                  menina de Medellín: Rosario Ti-       ta y una resurrección, el típico
la], no sin ella [...] se sentía más                                           jeras. Por bien servido debe dar-     fenómeno Clark Ken. De todas
monógamo y fiel que nunca en su                                                se el autor porque hace muy           formas hay que decir que si en
vida; quería que Candela lo acom-                                              poco se me hizo ver a Rosario         la primera novela le sirvió, en la
pañara esta vez y siempre, con
todo su deseo y con todas sus
                                          S   i Jorge Franco hubiera recor
                                              dado ese bello texto de Au-
                                          gusto Monterroso en el que un
                                                                               entrando a un cine y sé de al-
                                                                               guien que incluso se acostó con
                                                                                                                     segunda se le cayó. En Paraíso
                                                                                                                     Travel, en las primeras páginas,
fuerzas. Había perdido la librería                                             ella en un motelucho de Envi-         el narrador se vuelve insoporta-
                                          zorro se abstiene de seguir pu-
y la seguridad; quería algo firme.”                                            gado. Es por esto que me atre-        ble. El amor, en sus labios, se
                                          blicando tras el éxito de su úni-
Sentía que “había llegado el mo-                                               vo a dar un comienzo tan deso-        hace el más empalagoso de los
                                          co libro, de seguro no hubiera
mento de envejecer en paz, amar                                                lador para hablar de su último        sentimientos y eso en la vida es
                                          publicado Paraíso Travel. “Lo
la rutina y despertarse sin sed y sin                                          libro, pues de Rosario ya se ha       normal y hasta deseable, pero en
                                          que quieren es que escriba un li-
ansias mirando siempre el mis-                                                 dado mucha lata y es casi             la literatura no, pues con ello se
                                          bro malo” – dice el Zorro.
mo rostro y las mismas ojeras a                                                Perogrullo decir que es lo me-        corre el riesgo de volver soso
su lado. Pensó en declarar todo           Desde la literatura hay dos for-
esto que se le ocurría (estaba dé-        mas mediante las cuales un escri-
bil, sin duda, por dentro y por           tor puede ganar espacio en la
fuera), pero cuando Virginia lle-         memoria colectiva de un pueblo:
gó, al fin, por la noche [...]” (pág.     una es redactando frases memo-
364). ¿Libre?                             rables, comienzos impolutos o
El clisé -recuerdos que carecen de        sentencias exquisitas; y la otra,
raíz emocional o intuitiva, y que a       inventando un personaje que lo
la postre lo obligan a uno a no           supere. Ejemplos de lo prime-
ver nada nuevo- es el enemigo             ro abundan: quien no recuerda
mortal del artista auténtico y de la      aforismos como «hay más en la
imaginación viviente. Se quiere, tal      tierra y en el cielo, Horacio, de
vez sí, una representación, pero          lo que sueña tu filosofía» u ora-
más fiel a la vida, esto es, explorar     ciones de la talla de «de cuyo
y conocer el lado oculto de la luna,      nombre no quiero acodarme»;
conocer la manzana por todos los          estas frases, con vida propia, han
lados y no sólo por su frente. El         salido de casa para aventurase en
ojo sólo ve frentes, y la mente, en       el mundo por su cuenta, casi
general, se conforma con frentes,         como un hijo que se va. Asimis-
pero la imaginación necesita el al-       mo, muchos autores han creado
rededor, proyecta una curva ha-           personajes tan vívidos que la
cia el otro lado, hacia el atrás de la    gente cree reconocerlos al cru-
apariencia presentada, así como el        zar una calle o haberlos visto en
instinto necesita el interior de las      una fiesta. Sherlock Holmes, por
                                          ejemplo, es más famoso que           jor que se ha inventado última-       un relato que había comenzado
cosas. Nos parece que Angosta está
                                          Arthur Conan Doyle, su autor;        mente. En Paraíso Travel, Franco      bien. Rosario peca de lo mismo,
plagada de clisés y es quizá por-
                                          Efraín y María más conocidos         inventa una buena historia, al        pero la vida turbulenta de la pro-
que no hemos salido de la tenaza
                                          que Isaacs, Drácula más po-          menos divertida. Es, incluso,         tagonista es la virtud literaria que
del miedo, a sabiendas de que si
                                          pular que Bram Stoker y el           mejor que Rosario Tijeras, más lla-   rescata del abismo una historia
no emigramos del norte (en un
                                          Chapulín más recordado que           mativa como elaboración narra-        que a veces tambalea en las re-
devenir-menor que es como so-
                                          Roberto Gómez Bolaños. Nin-          tiva de un argumento, aunque          flexiones del narrador, un ser
ñar en sentido contrario, no aspi-
                                          guna de estas dos alternativas de    menos como producto estético.         proscrito del amor. No me ima-
rando subir sino dejándonos ir
                                          posteridad es menos importan-        En Rosario, el autor inventa una      gino cómo habría sido de mala
hacia abajo como a nuestro pe-
                                          te que la otra, ambas compren-       fórmula que luego repite des-         la novela si Rosario hubiera sido
sar), jamás sabremos cómo es el
                                          den el verdadero éxito de una        mejorada en el otro libro: un         hombre. Es inevitable hablar de
sur.
                                          obra literaria, intervenir en la     personaje –masculino– que se          las dos novelas de Jorge Fran-
Rodrigo Pérez Gil es escritor y co-       cotidianidad con el mismo rit-       describe a sí mismo como fra-         co; Rosario con su gran éxito edi-
mentarista de libros. Autor de la nove-   mo del viento que aún siendo         casado, anda a la zaga de un per-     torial se ha convertido en para-
la Redada.                                invisible es implacable.             sonaje –femenino– que llama la        digma de la literatura contem-

6      Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
L i t e r a t u r a                                            c o l o m b i a n a
poránea en Colombia y Améri-            mejor; cosa distinta habría sido          lidad exagerada y misteriosa. El
ca Latina, tanto así que críticos       si los libros se hubiesen publica-        libro la rescata al final, pero la
tan prestigiosos como Gregory           do en el orden contrario, pues            hunde y eso es lo bueno. Franco
Rabbasa la catalogan de ser la          de esa manera los argumentos              sabe hacer una jugarreta que de
verdadera ruptura con el realis-        de este ensayo deberían ser para          otra manera hubiera sido imper-
mo mágico del “boom”, el                saludar el progreso. No quiero            donable; algo así como el gol
mejor libro de la generación            que se entiendan mis palabras             que mete el equipo a último mi-
McOndo a la que pertenece el            como una diatriba en contra de            nuto y empata el partido.
chileno Alberto Fuguet (Tinta           la obra del escritor antioqueño,          Marlon Cruz, el narrador, en una
Roja), el argentino Rodrigo             de hecho me gusta lo que escri-           panorámica, podría parecer un
Fresán (Mantra), el mexicano            be, aunque en su columna de               personaje de Cortazar que salta
Jorge Volpi (El Fin de la Locura)       Soho a veces cometa algunos               de Colombia a Estados Unidos
y los colombianos Santiago              disparates. Mi tarea es contar lo         y viceversa, así como los perso-
Gamboa (Los Impostores) y Mario         que encontré en mi lectura.               najes del escritor argentino que
Mendoza (Satanás) entre otros.          La historia de Paraíso Travel es          van y vienen de París a Buenos
Por otra parte, Paraíso Travel es       mejor que la de Rosario Tijeras           Aires. Y aunque toca en la me-
el primer intento desde su obra         eso ya lo dije; juzgue el lector.         moria del lector esos pasajes ate-
maestra, es por eso que vale la         Dos personajes deciden dejar              rradores del libro El Hueco de
comparación. García Márquez,            Medellín y viajar a Nueva York            Germán Castro Caycedo, su fic-
en muchas entrevistas, cuenta           por el hueco. En la primera no-           ción no se compara con la cru-
sobre las noches de insomnio            che, en la Gran Manzana, uno              deza de las crónicas del perio-
pensando en cómo cambiar su             de los personajes sale a fumar            dista colombiano. En Paraíso
estilo para no repetir el tono de       después de una discusión con el           Travel las palabras del narrador
Cien años de soledad; tras algunos      otro y es sorprendido por un              humanizan el relato, le dan iden-
ensayos – dice el escritor –            policeman al botar la colilla del         tidad, no dejan a la deriva la cru-
                                                                                  deza de las crónicas y la tragedia
                                                                                  de los latinoamericanos que ven-
                                                                                  den su vida en sus países para
                                                                                  buscar algo en el país de Micky
                                                                                  Mouse y el Soldado Ryan.
                                                                                  En lo personal, no me gustan las
                                                                                  obras que pretenden dejar una
                                                                                  moraleja. Sé que no es el objeto
                                                                                  del libro de Franco hablar de los
                                                                                  indocumentados en Estados
                                                                                  Unidos, la tragedia del corazón
                                                                                  se superpone a la tragedia de la
                                                                                  realidad; no obstante, hilando
                                                                                  delgadito, uno podría pensar lo
                                                                                  contrario. El título es una clave:
                                                                                  Paraíso (algo mejor, el más allá,
                                                                                  la tierra prometida) y Travel
                                                                                  (viaje). No creo que ese fondo
                                                                                  de la vida de los ilegales sea de
                                                                                  mucho valor en la novela; en al-
                                                                                  gunos pasajes coadyuvan para in-
                   El ocaso del Cartucho (Detalle). Oleo/tabla. 90x120 cm. 2002   tensificar el dolor de Marlon,
                                                                                  pero no son muy relevantes. Me
                                                                                  quedo con la historia de la trai-
pudo dar con el estilo preciso          cigarrillo al suelo; entonces se          ción, el desamor, el engaño, la
para escribir El Otoño del Patriar-     echa a correr por las calles hasta        locura cegatona del olvido que
ca que, aunque al principio de-         perderse para siempre en las fau-         hay en la novela y eso bien pue-
cepcionó a más de un seguidor,          ces de la ciudad. La historia se          de pasar en Nueva York, en
con el tiempo se ha convertido          entreteje en las palabras del na-         Miami o en Popayán.
en una de sus obras más estu-           rrador mientras cuenta cómo
                                                                                  Pero quién soy yo para darle tres
diadas y esto demuestra, una vez        hace para buscar a su novia que
más, el magistral dominio del           se quedó esperándolo en el cuar-
                                                                                  estrellas a un libro. A Franco                Autores
                                                                                  también deberían filmarle esta
oficio que tiene el Nobel.              to. Esta novia es Reina, una mu-
                                                                                  novela, podría mejorar en la                de peso para
Jorge Franco repitió las triqui-        jer con dos ojos diferentes, una
ñuelas literarias y ese es su peca-     metáfora para describir su dua-
                                                                                  adaptación.                                 un proyecto
                                        lidad de mujer-macho, casi, pero
do. La novela no se defiende sola
                                        no tanto, como Rosario Tijeras            Johann Rodríguez-Bravo es
                                                                                                                                 plural
al ser revisada con quietud, so-
bre todo porque ya se tiene el          que es mitad beso y mitad bala.           reseñista de libros de la Revista Nú-
patrón de comparación y este es         Su pasado es brumoso, su vita-            mero, cuentista y ensayista.

                                                                                                         Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas   7
L i t e r a t u r a                                         c o l o m b i a n a

                                        Perfiles de mi generación
                                                                 Por Óscar Collazos


T      iene algo de antiguo pero, en
      verdad, es un cartacachaco,
un cartagenero de buen hablar y
                                            jores relatos breves de nuestra na-
                                            rrativa. Y en sus ensayos, Espino-
                                            sa regresa adonde siempre ha es-
                                                                                   lefueran retirados, Germán sería
                                                                                   una nave a la deriva.
                                                                                   No hay otro escritor colombia-
                                                                                                                           de Indias, Roberto frecuenta los
                                                                                                                           patios traseros de su memoria de
                                                                                                                           barrio, Manga y Lo Amador, es-
mejor escribir. Algún día le dije           tado: a un academicismo sin Aca-       no que, como él, haya tenido los        cenarios de sus relatos juveniles.
que había nacido “viejo.” La ver-           demia, a un lugar en el que la per-    ojos abiertos y deslumbrados en            Como muchos escritores que
dad es que quise decirle que, des-          fección lingüística se convierte en    el siglo XVIII del Caribe colom-        decidieron vivir de lo que escri-
de que tengo memoria de su per-             clase de retórica y estilo-como        biano, de la Cartagena donde se         ben, Espinosa lleva la vida digna
fil, lo vi acompañado por gran-             decían los antiguos. Si la Acade-      resiste a vivir, acaso porque si vol-   de un hombre sin dinero ni po-
des figuras de la pintura y las ar-         mia Colombiana de la Lengua            viera a vivir en la ciudad donde        sesiones. El único lujo que se per-
tes, mucho mayores que él. Era              quisiera tener otro miembro ilus-      nació, se vería envuelto en las me-     mite es la infaltable botella de
el único muchacho que frecuen-              tre, Germán ocuparía con méri-         diocridades cotidianas de una so-       whisky, además de la exigencia de
taba el Café Automático como                tos un sillón vacío.                   ciedad que se sigue pareciendo a        ser invitado a todas partes y even-
si fuera contemporáneo de León              Correcto en la amistad, suscepti-      los poemas de Luis Carlos López.        to con su esposa Josefina. Se per-
de Greiff, Arturo Camacho                   ble en la crítica, menos irascible a   Las grandes novelas de Espino-          mite otro lujo: ir contra la corrien-
Ramírez y Marco Ospina.                     medida que los años le han dado        sa son contrabando de lujo del          te de las modas, pareciendo a ve-
Ningún escritor de mi generación            reposo y fama, Espinosa no se          siglo XVIII en las aduanas frági-       ces un poeta modernista o
habla un castellano tan castizo ni          separa de los dos bastones que lo      les del XX y XXI.                       simbolista, un cartagenero de an-
escribe con una corrección clásica          guían por la vida: el verdadero, de                                            tes, cuando Eduardo Lemaitre,
                                                                                   Sólo otro cartagenero, menor que
que, sin embargo, le ha permitido           fina madera pulida, y Josefina, es-                                            Tito de Zubiría, Ibarra Merlano,
                                                                                   él-Roberto Burgos Cantor- ex-
crear dos de las novelas mayores            posa y madre de sus hijos. No se                                               Donaldo Bossa y Roberto
                                                                                   hibe esa clase de corrección que
                                                                                                                           Burgos Ojeda impusieron un es-
de la literatura colombiana: La te-         separa tampoco del whisky-su           oscila entre la prudencia y una es-
                                                                                                                           tilo de cultura y de vida.
jedora de coronas y Los cortejos del dia-   ruina-, ni siquiera cuando en la       merada educación. Pero, a dife-
blo. En Noticias de un convento frente      mesa le sirven un buen vino. Si el     rencia de Germán, que parece            Oscar Collazos es escritor y profesor
al mar se encuentra uno de los me-          bastón, Josefina y el whisky           haber frecuentado los Archivos          universitario.



                        El eterno retorno de Rubén Darío
                                                       Por Sebastián Pineda Buitrago

                                            ro proyectil. La pólvora que con-      contar la narración durante los         contrarse agitado, excitado. Rubén
      Germán Espinosa
                                            tiene tal proyectil para causar una    días que se hospedan en la quinta       Darío y la sacerdotisa de Amón, ¡cui-
            Rubén Darío
                                            veraz explosión final es, pues, un     de un aristócrata francés. Corren       dado!, novela no apta para car-
     y la sacerdotisa de Amón.
                                            despliegue asombroso de cultu-         los primeros años del siglo XX,         díacos. El juego de invocación a
         Editorial Norma,
                                            ra: música, literatura, química,       más o menos 1910, 1912, y la co-        seres de ultratumba, la idea de la
        Colección Literatura
                                            geografía, historia, esoterismo,       rriente del impresionismo está en       reencarnación, la música de un
              y muerte.
                                            en encendida comunión con la           pleno furor. Al cenar esa noche         piano cercano, la belleza de una
    Bogotá, 2003. 150 páginas.
                                            trama y el desenlace.                  en casa del misterioso aristócra-       poetisa francesa, un egiptólogo
                                            Conocedor de las técnicas narra-       ta, la música impresionista de          italiano, la sublime poesía de

D      os cosas me sorprendieron            tivas para atrapar al lector a las     Debussy ameniza la velada. Esen-        Rubén Darío, a la postre se apo-
       cuando releí Rubén Darío y           primeras páginas, Germán Es-           cias musicales, olores de un es-        deran de la novela. Se invoca a
la sacerdotisa de Amón, lnovela del         pinosa comienza su novela ex-          tanque de nenúfares, perfumes de        Víctor Hugo y de pronto surge
maestro Germán Espinosa: la                 primiendo, a través de un cuen-        damiselas sensuales -al estilo de       la espada de Alejandro Magno;
primera, que se trata de una tra-           tagotas, en pequeñas dosis, esen-      aquel otro impresionista, Marcel        Debussy, afirman, es la reencar-
ma perfectamente policíaca, al              cias de un perfume que se ex-          Proust-, humedecen y vuelven na-        nación de Chopin; el egiptólogo
mejor estilo de las novelas de              pande por toda nuestra lectura.        vegable la veloz lectura que nos        italiano practica arcaicas costum-
Agatha Christie; la segunda, aca-           La niebla, mezclada con el ro-         procura esta novela policíaca.          bres descritas por Heródoto; los
so un poco extraña, con respec-             cío de la madrugada, se levanta        Cuando la trama asoma, amena-           versos del poema “La princesa
to al argumento. Pero, como                 ingrávida-mente del Canal de la        zante, es cosa de agarrarse del         Eulalia, ríe, ríe, ríe,” se repiten
novela policíaca que es, contar             Mancha, sí, en el norte de Fran-       asiento. La prosa de Germán             como un eco secreto, como
el argumento significaría calum-            cia, una mañana en que el poeta        Espinosa adquiere inaudita agili-       epitomes de la poetisa francesa.
nia, traición. En la trama policial         Rubén Darío arriba en un tren          dad, y al cabo de unos minutos,         Y así, llena de matices, la novela
todo queda regido bajo un sis-              desde París. Al sumo sacerdote         sin darnos cuenta, nos encontra-        va resolviendo sus acertijos, len-
tema autoritario: un blanco es-             del Modernismo lo acompaña             mos más allá de la mitad de la          tamente.
pecífico al cual se dirige, lanza           un imaginario escritor argentino,      novela. Eso sí, inevitablemente,        Al parecer, el viaje que Darío
en ristre, sin desviarse, un certe-         a quien Espinosa encarga de            nuestro pulso cardíaco ha de en-        realiza por esos tiempos a la

8       Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
L i t e r a t u r a                                         c o l o m b i a n a

costa bretona en el Canal de la
Mancha, en efecto, figura en sus                          La metáfora como imagen
biografías. Sólo que sus biógra-
fos ignoran las razones qué mo-                                                       Por Luis Fayad
tivaron al inmenso poeta nica-
ragüense para asistir a la quinta
de un aristócrata francés dedi-
                                                                                  entre los otros. La representación      que por esa propiedad y no por
cado, efectivamente, al estudio
                                               Vivan los compañeros               de una sociedad que cambia con          su prosa poética es un poema.
de las ciencias ocultas. Germán
                                                 Universidad del Valle            el crecimiento urbano: “sólo con-       Hay un cuento para niños, La aven-
Espinosa aprovecha, de esta
                                                  Programa Editorial,             servarían el viejo olor a maderas,      tura de tío conejo, cuento y fábula
manera, semejante sombra para
                                                Cali, 2004. 190 páginas.          a todas las maderas de la Tierra,       de ingenio sin moralejas. En El
poblarla con su luz, con su
                                                                                  pulidas y labradas, olor perdido        misterio se representa un realismo
magnifica prosa. La novela, tam-
                                                                                  en la calle por el asfalto intruso y
bién, es un homenaje eufemístico
a Rubén Darío, al hombre que
cambió el ritmo de la poesía en
                                           U      n título que vuelve, que no
                                                  se deja olvidar, Vivan los
                                           compañeros, de Carlos Arturo Tru-
                                                                                  la bencina”, una muestra de las
                                                                                  nuevas necesidades y aspiraciones,
                                                                                                                          entre hechos que todos creen
                                                                                                                          inexplicables, el misterio del men-
                                                                                                                          digo cojo que una mañana entra
                                                                                  la compra de un carro no mejo-          al templo caminando sin muletas
lengua española, al hombre que             que. El mundo de un escritor en
                                                                                  ra siempre el estado de una fa-         y coloca a las plantas de la ima-
abrió a Hispanoamérica hacia la            veinticinco cuentos, reunidos por
                                                                                  milia, y de unas palabras que na-       gen de la Virgen el collar de es-
literatura universal. Homenaje             primera vez en un solo volumen
                                                                                  cen de un ambiente nuevo: “era          meraldas que había sido robado.
eufemístico, sí, porque se trata           que divulga el Programa Edito-
                                                                                  como una cinta de película repe-        También la Metafísica pasa por
de una novela; porque ya en su             rial de la Universidad del Valle.
                                                                                  tida hasta el cansancio”. No es po-     alguna de las etapas de los per-
ensayo El Modernismo: la apertura          Los datos del autor que señala
                                                                                  sible hacer un resumen para defi-       sonajes como un aspecto abstrac-
de Hispanoamérica a la universalidad,      Fabio Martínez en su introduc-
                                                                                  nir el libro en una sola dirección,     to que los hace crecer y en oca-
Germán Espinosa traza un ho-               ción, en muchos momentos de
                                                                                  pero en todos los cuentos están         siones los sobrepasa. El cuento
menaje más jalado, directo, al             su vida, lo sitúan en su época,
                                                                                  muy presentes las relaciones entre      La fuga interpreta ese paso que se
principal poeta del más impor-             1927, y en su lugar, Condoto,
                                                                                  los individuos tratadas con inten-      da después de la física como la
tante movimiento literario del             Chocó. Murió en Bogotá en
                                                                                  sidad, en situaciones y desenlaces      llegada a otra realidad, la decisión
continente. Bienvenido, pues,              1970. Esas dos fechas abarcan un
                                                                                  diversos. Los finales son los que       del que “se escapa en línea recta
Rubén Darío como personaje li-             trabajo de diversas corrientes y
                                                                                  desea el lector o los que no espe-      por los caminos de la locura”.
terario: y aún no terminamos de            preocupaciones literarias que tras-
                                                                                  raba o los que tiene que aceptar.
zanjar nuestra deuda para con él.          cienden el ámbito de la existen-                                               La metáfora como imagen final
                                                                                  Alguno de los argumentos recuer-
                                           cia del autor, de unas circunstan-     da a Hawthorne en La letra escar-       del cuento y a veces como con-
Por lo demás, siendo las
                                           cias nada halagüeñas en su niñez,      lata o a otros autores, mientras una    clusión, “porque así era la gen-
reencarnaciones uno de los te-
                                           como no pueden serlo las de            parte carece de un desenlace clási-     te”, también aparece enriquecida
mas de la novela, me pregunto                                                                                             por un lenguaje que viene de otros
                                           muchos niños en el Chocó. Car-         co porque la culminación se dio
que pensaría Rubén Darío si de                                                                                            aires. Las primeras imágenes sen-
                                           los Arturo Truque no las olvida,       en ese encuentro de los persona-
pronto resucitara y leyera una                                                                                            sitivas del autor, de tantos años
                                           pero cuando aparecen están mo-         jes, y después, sin agravar más el
historia, cuyo protagonista fue-                                                                                          atrás, le traen la palabra que le da
                                           dificadas por una vocación artís-      acontecimiento, otro día sigue. El
se él mismo. Quizá le agradaría.                                                                                          curso al relato con nuevos soni-
                                           tica. Sus temas son los de la lite-    final es todo el diálogo y lo que
Sobre todo si supiera que el au-                                                                                          dos y deja algo atrás: “regustando
                                           ratura universal. En el primer         sucede desde el principio, como
tor de La tejedora de coronas, del                                                                                        el ritmo picante desgranado por
                                           cuento, Vivan los compañeros, situa-   en la anécdota del empleado me-
El signo del pez, entre otras estu-                                                                                       los guasás, así, moviéndose en cír-
                                           do en la época actual, un mori-        dio que ya en las últimas líneas sale
pendas novelas, ha continuado                                                                                             culos, como sobre un tambor”.
                                           bundo, afiliado a un grupo de re-      de su casa huyendo de los repro-
sus principios: asimilación de te-                                                                                        “Tampoco resistía la sabrosura de
                                           beldes armados que en un mo-           ches de su esposa y va a buscar a
mas universales, preocupación                                                                                             coco fresco de la risa de Guiller-
                                           mento de apuro temen “nunca            los amigos para hablar de algo
por el estilo; una incorruptible                                                                                          mina”. “Con la oreja abierta al
                                           más ver el cotidiano milagro de        distinto a la falta de plata. En este
aristocracia mental, lejana de                                                                                            ritmo de los patacorés”.
                                           la primera luz”, alcanza a verlo       mundo diverso hay sitio para los
dogmatismos, de exotismos, de
                                           antes de morir y a sentir la ilu-      finales felices, hay, dentro de la      Palabras sacadas de su medio, de
la chatura estética, de la mulatez
                                           sión de un triunfo final. En el úl-    violencia, una salida llena de fe,      los libros, del análisis y del oído
intelectual que, tristemente, toda-                                                                                       para conciliar el lenguaje en el ras-
                                           timo cuento, Longinos, que se re-      más que de esperanza. En gene-
vía puebla nuestra literatura.                                                    ral sus finales, como pensaba           treo y la sugerencia de la frase.
                                           monta al día en que Jesús arras-
Creo encontrar sólo dos nove-                                                     Borges que debía ser, vienen de         El cuento avanza con sus descrip-
                                           tra la cruz en su calvario, se des-
listas hispanoamericanos que han                                                  la preparación de una expectati-        ciones de tiempo, “las sirenas que
                                           cribe el ansia de un hombre que
asimilado como ninguno los                                                        va o de un asombro y no son la          decían adiós a la noche alocada
                                           quiere ver de cerca al martiriza-
fundamentos del Modernismo:                                                       sorpresa de estilo barroco ni el        de San Silvestre”, de ambiente y
                                           do, aquel hombre del común es
Manuel Mujica Lainez y                                                            final imprevisto.                       de apariencias físicas, “el momen-
                                           el personaje de la narración y no
Germán Espinosa                                                                                                           to en que un gallo con su pico
                                           el Mesías ni un rey sino el otro, el   Las formas cambian para aco-
                                           que da la visión de quien pocas        modarse al tema, uno de los             llegó a las crestas del alba”, “El
Sebastián Pineda Buitrago es estu-         veces había aparecido en la lite-      cuentos es un soliloquio, o, como       cuchillo certero ascendía encendio
diante de literatura. Director de la red   ratura. Hay cuentos que se iden-       aparece en la nomenclatura de las       por el sol”, con sus descripcio-
nacional de estudiantes de literatura y    tifican en sus circunstancias exte-    técnicas, un monólogo con soli-         nes de tonos, “Desde allí volvió
colaborador permantente de varias re-      riores y en sus tonos de narra-        loquios. Otro es una breve narra-       la frase, inquieta como maripo-
vistas alrededor del país.                 ción y crean un mundo propio           ción, la reseña de una sensación        sa”, “sintió sus pasos rotundos”,

                                                                                                         Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas         9
L i t e r a t u r a                                       c o l o m b i a n a
y sus descripciones del pensa-         pañar a su jefe a pasar la noche       es aprender a leer, ya que el otro         pañaba”. Míster Jim se quedaba
miento, “vivió un momento igual        de Navidad en un prostíbulo,           tampoco sabe. La situación de              mirando al mar, recordando, has-
al presente, un momento de esos        mientras en su casa lo esperan su      nuevos anhelos pertenece a una             ta cuando nada le quedaba en la
que hacen un futuro al revés; de       mujer y sus hijos. Martín, el em-      mentalidad que ha cambiado y               memoria. Entonces se alejaba de
esos futuros que enlazan los tres      pleado, pasa por momentos de           que es aprovechada para hacer              la orilla e iba a lugares de parran-
tiempos y los convierten en un         hastío, estados de ánimo que no        más variados los temas. En Pun-            da, entre hombres y mujeres con
todo confuso”. A esa libertad          tienen vínculos con el arrepenti-      tales para mi casa, con el triunfante      piel de color diferente al suyo y
para buscar sus voces y la forma       miento ni con otros lugares co-        movimiento feminista como sím-             diferente a aquellos que él recor-
de su estilo, se agrega una liber-     munes, ni con la indigencia sino       bolo del mundo contemporáneo:              daba allá lejos con nostalgia. Las
tad de conciencia. Las confesio-       con la falta de afecto propio. O       “Mis desventuras empezaron                 mujeres de este rincón en el que
nes que completan las caracterís-      con la ausencia de un conocimien-      después, mucho después de ha-              se encontraba: “No le desperta-
ticas de los protagonistas sin tras-   to de la buena calidad de vida,        berse aprobado el voto femeni-             ban el ansia que se le había dor-
cender a otros extremos. Como          como en el cuento El collar, en el     no. Para mí eso ha traído una              mido pensando en la última tren-
el personaje que lee algunos           que una anciana paupérrima cuel-       transformación radical: mi mu-             za rubia que tuvieron sus manos”.
versículos de la Biblia: “pero al      ga en el cuello de la imagen de la     jer ya no es mi mujer, es simple-          Hasta que una noche, después de
hacerlo no tenía en la mente nada      Virgen un largo collar de oro con      mente la ciudadana que vive con-           muchas, cuando una mujer del
religioso, sino el pensamiento de      gruesas pepas, regalo suyo, y en-      migo”. Más adelante el hombre              lugar entró a su cuarto y se sentó
gozar un rato”. Y cuando excla-        seguida cae al suelo. Ha muerto        piensa: “Mi mujer, pues, va a ser          a su lado, él vio lo que está des-
ma: “¡Si hasta cada vez que se         de hambre, no por la pobreza           representante a la Cámara. Yo,             crito como su sonrisa blanda,
acordaba de Dios lo odiaba sin         sino víctima de una tergiversación     por carambola, candidato a di-             pechos ariscos, la piel cobriza y
comprender”. Una libertad con-         de sentimientos religiosos. Es uno     funto”. Y para finalizar el cuen-          brillante y la carne que vibraba
cedida por la falta de malicia que     de los problemas humanos que           to: “Mi ciudadana odia la mate-            como los tambores, y de pronto
le da a la frase el tono de un rue-    en el libro pasan por diversas fa-     ras, pero yo las amo. Ella no sabe toda-   vio: “cómo la trenza rubia iba
go y reseña un momento del per-        ses. En El Pingüita se da el doble     vía que fueron puntales para una casa      cambiando de color, como si hu-
sonaje. Con una estructura senci-      drama del niño huérfano de ma-         que ya estaba en el suelo”.                biera anochecido sobre ella”.
lla que recuerda los cuentos de        dre, desconocedor de la identi-        De cómo Jim empezó a olvidar es una        Míster Jim se da cuenta del cam-
Juan Rulfo, Felisberto Hernández,      dad de su padre y objeto de abu-       bella prosa de cuarenta renglo-            bio en su interior y con un tono
Horacio Quiroga, Juan Bosch,           sos del jefe de la pandilla del ba-    nes que recoge un instante, el des-        que al lector le suena a melanco-
conseguida con un duro trabajo         rrio. Pero con un humor sacado         enlace, en la vida de Míster Jim,          lía alegre, piensa: “Por fin, Jim,
y cuya complejidad no está en la       de la gracia natural de los perso-     de quien nadie supo de dónde ni            ya has comenzado a olvidar”.
confusión, amplió los temas y las      najes, el niño reconoce al padre       cuándo vino: “ni en qué parte los
vías para interpretar viejos argu-     en cada hombre que ve e idea           horizontes le semicerraron los             Luis Fayad es escritor y porfesor
mentos. En Martín encuentra dos        venganzas contra el grandulón de       ojos y le grabaron el gesto de             universitarío. Premio Lenin de litera-
razones un empleado debe acom-         la pandilla. Una de las venganzas      ansiedad que siempre lo acom-              tura.



                                                La saga de Fayad
                                                                Por Pemán-R.

                                       trabajo de escritor como una fun-      Sus trabajos, se sabe, tienen la           cosmovisión literaria de nuestra
      Testamento de un                 ción estética y como un deber          hondura de la verdad interior              diversidad transformante, para-
     Hombre de Negocios                social que atiende explícitamente      expuesta para el escrutinio del            dójica y a veces cruel en sus cu-
          Luis Fayad                   necesidades testimoniales de las       entorno social sobre el cual se            riosas modernidades.
        Arango Editores                propias percepciones en torno a        desplaza. En este sentido, Fayad           Hace un año, en el marco de la
                                       vivencias estrechamente unidas         es un escritor colombiano -bo-             Feria Internacional del Libro de
           280pág.
                                       al entorno social al que se debe       gotano- con claras misiones de             Bogotá y luego de varios años,
         Bogotá, 2005                  el escritor y que desde las lejanías   universalidad humana ante el               tuvimos la oportunidad de con-
                                       de su diáspora, procura recons-        mundo y así lo han entendido               versar con el novelista Luis Fayad,
                                       truir todos los días. A excepción      quienes asumen con seriedad el             saber de sus quehaceres literarios
Para un escritor disciplinado y        de los primeros trabajos publi-        estudio de su obra en los varia-           y periodísticos en Berlín y los pro-
exigente como Luis Fayad, los          cados en Colombia, la vida edi-        dos frentes del ejercicio crítico en       yectos de los cuales se ocupa ac-
silencios literarios son presagio de   torial de Fayad ha sido en Euro-       Europa y Latinoamérica.                    tualmente. Vino a Colombia
nuevas y prometedoras sorpre-          pa donde reside hace más de            Por tales razones el anuncio, hace         como invitado especial a la Feria
sas. Y ello es así por cuanto él,      treinta años. Y a lo largo del tiem-   un año de su nueva novela: «Tes-           que el año pasado tuvo como
desde sus primeros libros (Los         po ha ganado la audiencia in-          tamento de un Hombre de Ne-                emblema, el papel del escritor
Sonidos del Fuego,1968; Los Parien-    ternacional para su obra que iden-     gocios», abrió las expectativas            colombiano en el exilio.
tes de Ester, 1978; Compañeros de      tifica fuertes ligaduras raizales y    imaginables para que esta novela           Nuestra conversación entonces,
Viaje, 1991,para no recordar sino      un alma observadora y crítica que      fuese punto culminante en el pro-          saltó por entre los años y las geo-
los más reconocidos por la críti-      jamás depuso las realidades pro-       ceso gestativo de una obra que a           grafías para indagar sobre su
ca internacional), ha asumido su       pias para la definición artística.     manera de saga se integra a la             mundo interior, su potencial

10     Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
L i t e r a t u r a                                        c o l o m b i a n a
creativo, su fidelidad estética y      doce densos capítulos distribui-          para adentrarse en el laberinto            Lección de Vida, Las Cartas del Fu-
social en ese prolongado tránsito      dos en 280 páginas correctamente          ordinario de lo humano, sus ele-           turo, El Regreso de los Ecos y Compa-
por el viejo continente. Apreciar      impresas y limpiamente revisadas,         mentos simples, los escenarios             ñeros de Viaje).
por sus palabras el papel difusor      con tapa semidura ilustrada con           comunes bien reconocidos, las              Y con la misma dimensión de
de la cultura latinoamericana en       fotografía de Ramón Giovanni              formas familiares, barriales, cul-         Saga, coherente con su capacidad
esas latitudes y la recepción, allí,   y diseño de Camilo Umaña cuya             turales, los valores normales que          de indagación, inagotable con sus
de nuestras convulsionadas ver-        sobriedad es inequívoca alusión           son verdaderos y verosímiles .             obsesiones, Luis Fayad reencarna
dades políticas y sicológicas.         al entorno familiar del asunto            Desde los asuntos que ocupan la            en «Testamento de un Hombre
Hubo oportunidad para conocer          desde el cual se desata el tormen-        vida y suerte de Gregorio Came-            de negocios», ese universo pro-
sus opiniones en relación con la       toso nudo de la narración.                ro (Los Parientes de Ester), pasan-        pio para insistir en el actor legíti-
nueva realidad del mundo, ins-                                                   do por las indagaciones acerca de          mo de las mismas calles, en los
                                       El ritual de los modelos críticos
crita en el apabullante proceso de                                               las vivencias y dramas de un in-           mismos entornos familiares con
                                       y las manías catalogadoras dieron
la «globalización» que implica el                                                migrante cirio-libanés o las de el         los mismos valores, ahora hipo-
                                       en ubicar hace tiempos a Fayad
peligroso hegemonismo político                                                   desplazado de la provincia nati-           tecados por el entusiasmo que
                                       como precursor de la novela ur-
ante el cual Latinoamérica ocupa                                                 va a la ciudad –Bogotá-, persis-           aporta el narcotráfico, imbuido
                                       bana; pero por encima de estas
un lugar nada envidiable. Se do-                                                 ten en la narrativa de Luis unos           por la violencia de guerrillas y
                                       consideraciones, él es dueño de
lió de la imagen de nuestro ele-                                                 mismos valores, una misma ciu-             contraguerrillas, sumergido en la
                                       unos valores muy particulares en
mento humano en el mundo,                                                        dad y sus escenarios clase-media;          traición y el crimen. La novela
                                       los que el ambiente intimista y
construida por distorsiones                                                      unas mismas costumbres y senti-            hace parte del proceso dialéctico
                                       natural, el mundo de lo cotidia-
mediáticas e intereses ajenos. Y es                                              res morales de esos habitantes y           , ético y cultural de la misma so-
                                       no y los personajes de todos los
aquí donde radica la importancia                                                 protagonistas. Para toda su obra           ciedad que lo ha ocupado como
                                       días, prevalecen sobre otras mu-
del escritor para dar la batalla de                                              persisten esos elementos comu-             escritor; observa la subversión
                                       chas circunstancias. Y contra lo
la identidad en este novedoso                                                    nes: el mismo edificio circunstan-         cultural que la transforma, la sus-
                                       que pudiera pensarse, su proce-
contexto universal, señalar las cri-                                             cial, igual condición económica            tituye, la complementa.
                                       so gestativo no obedece a co-
sis de nuestros pueblos en este                                                  de sus gentes, las mismas carac-           «Acaso sea la primera vez en la
                                       rrientes literarias que hicieron o
nuevo orden que pretende divor-                                                  terísticas arquitectónicas del vie-        que expresamente hago literatu-
                                       hacen presencia temática o esti-
ciar cultura y estética de valores                                               jo barrio, las mismas tradiciones          ra crítica y de compromiso», nos
                                       lística en la narrativa latinoameri-
tales como derechos humanos y                                                    y valores que hacen de la totali-          había dicho Luis hace un año para
                                       cana de los últimos treinta años.
sociales. Son meditaciones en fun-                                               dad de su obra, una verdadera              referirse a los señalamientos so-
                                       Es un proceso natural, propio.
ción creadora. «Reflexiones des-                                                 saga, en el sentido natural de la          ciales, económicos y políticos
                                       Autónomo y singular a partir de
de allá -me dijo- para hacer lite-                                               acepción y que es lo que desea-            implícitos en el texto. Y hace poco
                                       sentir lo cotidiano y cuya origi-
ratura aquí».                                                                    mos resaltar en estos apuntes.(Una         (U.N. Periódico XI-14-04) sos-
                                       nalidad reside en la capacidad
Largas horas sobre asuntos diver-                                                                                           tuvo a sus entrevistadores que
sos para abordar el tema princi-                                                                                            «toda novela tiene ideología y el
pal: su nueva novela. Y Fayad nos                                                                                           no tenerla es tenerla», para signi-
adelantó algunas claves de su re-                                                                                           ficar que si bien el papel del es-
ciente creación que afirman el                                                                                              critor no es enseñársela al lector,
sustento coherente de su estilo li-                                                                                         los hechos mismos la sustentan y
terario, de sus funciones narrati-                                                                                          en el caso que trata Testamento de
vas pero también de su capaci-                                                                                              un hombre de negocios, dadas las rea-
dad innovadora en cuanto esta                                                                                               lidades, las fuentes sociales y po-
nueva novela asume una posición                                                                                             lítico-económicas que la susten-
crítica en relación con todo lo que                                                                                         tan, ello resulta evidente.
pasa en nuestra sociedad y sus                                                                                              Para este trabajo Luis Fayad ela-
causas insertas en procesos eco-                                                                                            bora una técnica literaria que de
nómicos          y     culturales:                                                                                          suyo indica el dominio lingüísti-
narcotráfico, la nueva violencia,                                                                                           co y la capacidad idiomática y es-
valores morales emergentes,                                                                                                 tilística. Hay un narrador omnis-
pragmatismo, indolencia. Y en                                                                                               ciente -Jacinto- en cuyos diálogos
este sentido puede sostenerse que                                                                                           fluyen otros, otras referencias,
se trata de una percepción de                                                                                               otras narraciones que estructuran
cómo afecta la globalidad nues-                                                                                             la escritura, el hilo argumental, el
tras nuevas realidades. Y su visión,                                                                                        asunto. Y el método escogido
desde «allá», tiene el prodigio de                                                                                          permite penetrar con interés el
ser fiel a lo de «acá», sin despre-                                                                                         alma de sus protagonistas, la al-
ciar las minucias del drama hu-                                                                                             mendra social de unos seres rea-
mano de nuestra ciudad que él                                                                                               les que denuncian la crisis de una
tanto conoce en sus esencias so-                                                                                            sociedad que sin nombrarla, se
ciológicas.                                                                                                                 reconoce.
Testamento de un Hombre de Nego-
cios fue finalmente editada y pre-
sentada en Bogotá por Arango                                                                                                Pemán R. Es periodista cultural, poe-
Editores a finales del año pasa-                                                                                            ta, profesor de literatura.
do. La novela está constituida por                                            La Fidanzata. Oleo / tela. 85 x 60 cm. 1999

                                                                                                           Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas        11
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  • 1. P E R I ÓD I C O D E L I B R O S Lecturas C r í t i c a s El rey y el pueblo: La historia política hoy. Cesar Miguel Rondón: El libro de la salsa. Germán Espinosa, Antonio Samudio, Héctor Abad Faciolince, Jorge Franco Ramos, Raúl Gómez Jattin, Pemán-R, Luis Fayad, Carlos Arturo Truque, Ciro Guerra. Año 2 - Número 2 - Abril - Junio de 2005 - ISSN: 1657-0650 - Periódico trimestral de distribución gratuita
  • 2. Director: Carlos Andrés Almeyda Gómez Darío Ortiz Robledo (Ibague, Colombia, 1968). Uno de los artistas contemporaneos más destacados a nivel internacional. Editor: Juan Carlos Gonzalez Franco Autodidacta, expuso desde la edad de quince años su pintura Coordinadores: ha sido expuesta en paises como Italia, japón, Estados Unidos, Ciencias políticas: Hollman Lozano García Francia, Austria, Suiza y México. Su obra se encuentra en im- Antropología: Ariel José James Poesía: Juan Manuel Roca portantes colecciones públicas y privadas como el Museo de Literatura colombiana: Sebastián Pineda Arte Latinoamericano de Los Angeles, el Latinoamericano de Literatura extranjera: Sophia Vazquez Ramón Miami, el Civico de Abano Terme de padova, Italia, el Museo Artes plasticas y fotografía: Juan Carlos Gonzalez Franco de Antioquia y el Museo de arte contemporaneo de Bogotá. Diseño y diagramación: Héctor Suárez Castro Las obras publicadas en esta edición fueron autorizadas Preprensa: Petroleum Digital Ltda.. gentilmente por su autor. Rendimos además un homenaje a la memoria de Darío Ortiz Vidales -padre del artista y artista Periódico de libros. Lecturas Críticas tambien-, destacado jurista, historiador, periodista y político. Para efectos de recibo editorial, favor enviar un correo a cualquiera Autor de numerosas obras y entrañable amigo de esta casa. de las siguientes direcciones electrónicas: Lecturas_criticas@yahoo.it - artfranco8@yahoo.com correo del lector: C O N T E N I D O lectoresycriterios@hotmail.com Distribución: Corporación cultural revista Artificios LIT. COLOMBIANA 3 Angosta Carrera 35 A No. 59-54 Telefax(571) 221 9264. Bogotá, Col. Héctor Abad Faciolince ISSN: 1657 –0650 Tarifa postal reducida No. 1172 Vence Dic. De 2005 6 Paraíso Travel Participan en esta edición: Jorge Franco Ramos Franco Galería-editora, Grupo Santillana de publicaciones, Cámara colombiana del libro, Ediciones B, Random House Mondadori, Emisora HJCK, Emisora HJUD, Planeta colombiana editorial, 8 Perfiles de mi generación. Editorial Norma, Banco de la Republica -Biblioteca Luis Angel Arango, Homenaje a Germán Espinosa Corferias, Instituto de cultura Brasil-Colombia, Escuela de cine Black-María, Editorial El Malpensante, Corporación Revista Número. 8 Rubén Dario y la sacerdotiza de Amón Periódico trimestral de distribución gratuita No. 2 Abril-Junio de 2005 Germán Espinosa Criterios editoriales y de selección competen exclusivamente al periódico. Colaboración solicitada. Los juicios emitidos en la presente edición son 9 Vivan Los compañeros responsabilidad de sus autores y no comprometen la opinión Carlos Arturo Truque de Lecturas Críticas. 10 Testamento de un hombre de negocios Luis Fayad MÚSICA 12 EL libro de la salsa César Miguel Rondón CINE 13 La sombra del caminante Ciro Guerra PINTURA 14 Libraco Porno Antonio Samudio POLÍTICA 15 La historia política hoy Editor: César Augusto Ayala Certificación y avaluo CRÓNICA 18 Cuatro maestros de Obras de Arte Ricardo Sánchez. Departamento de Restauración POESÍA 20 Antología poética Raúl Gómez Jattin Departamento de curaduría Departamento de Artes Gráficas CRÍTICA EN-CUBIERTA 21 Noam Chomsky, Celedonio - Diseño y Diagramación Orjuela, Eckhardt Van den Hoogen, - Preprensa William Ospina, Javier Rocha, - Impresión Monica Triana, Mineko Iwasaki, Guillermo Cabrera Infante, Carrera 35A No. 59 - 54 Edward Said, Palabra de América. Teléfono: (571) 221 9264 Celular: 310 765 4225 Nuestra cáratula . artfranco8@yahoo.com Darío Ortiz Robledo Rony Desempleado. Oleo/Lienzo 110X90 Cm. 2002 2 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
  • 3. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a ¿Mapa o calco? Por Rodrigo Pérez Gil libro por la mitad y se lo acercó a la Angosta cara. Él, “harto de lirismo y de Héctor Abad Faciolince literatura, quería leer algo sin Planeta- Seix Barral huellas de ficción, sin Bogotá, 2003, 374 páginas. amaneramientos ni adornos, y por eso había agarrado el libro, M ás allá de su leve comien en un arranque de curiosidad, en zo, esta novela evoca a un el mismo momento en que salía vendedor de pararrayos, el que de la librería sin despedirse de anuncia las tormentas, cargado nadie” (pág. 13). Escrito en el es- con los fierros que exhibe con tilo “llano y exhaustivo de los ostentación, el augur no viene profesores”, el libro que toma detrás de las tempestades sino Jacobo de su librería La Cuña, que las tempestades vienen de- es un “breve tratado sobre la trás de él, o así lo quiere hacer geografía de Angosta, escrito creer entrando al pueblo donde por un oscuro académico ale- lo esperan los chicos y grandes mán” (pág. 12). En la cubierta ansiosos de aventuras, resuelto a del libro aparece una acuarela del trazar mapas de tormentas y Salto del Tequendama y el títu- huracanes, corriendo delante de lo; en la carátula de la novela de ellos y llevando en los puños sus Abad, una reproducción de un bastones de hierro. grabado del Salto, a partir de boceto de Humboldt, y el mis- Ocurre que el escritor de ve- mo título Angosta. Jacobo lee, ras, el poeta, es una especie de detiene su lectura un momento, chivo expiatorio, a la vez un rayo se levanta y mira por la ventana: y un pararrayos, una esponja ab- “Está lloviendo afuera, como en sorbente de los males y desgra- el libro” (pág. 15). Leyendo el cias de la época, abraza aquello tratado se siente “ausente de este que abrasa a la desgracia, que la mundo”, pues, “aunque habla seca, de cierta manera, con su es- de su ciudad, no es en este mo- critura singular y a través de la mento su ciudad, sino otra cosa herida que se extiende como una Con ese rostro. Mixta / papel. 70 x 50 cm. 2003 más manejable, unas palabras grieta en su cuerpo, transmuta la que intentan representarla” (pág. desgracia y hace valer, mediante 15). La novela, larga, y el trata- con rabia por un ambiente rico tante ansioso de crack con na- su expresión, una posición de do, breve, se hacen valer, la una que lo intimida. En el otro polo, vaja en la mano,/ una mendiga deseo y una afirmación de vida, por el otro, éste dentro de aque- en Tierra Caliente, come con su de llagas supurantes,/ niños que aún tartamudeante, aún lla, la novela es una efectuación invitada Candela: “Había en ella combaten en las mil guerras de trastabillante. del tratado, el mapa desplegado algo más que a él le repugnaba ahora,/ leprosos, viejos aban- Jacobo Lince, en la novela de [...]: la manera de hablar. Usaba, donados [...]” (pág. 221), poe- que resulta ser a su vez una co- Abad, oscila entre dos polos, el por ejemplo casi siempre el ver- ma del que va a hacer eco el jo- pia, una representación, un re- polo de su cuenta en divisas, que bo colocar, como si algún tabú se ven Andrés Zuleta en la cima del flejo del mundo, el libro como supera el límite para ser socio del hubiera impuesto contra el ver- Salto, “Hay un muerto flotando imagen del mundo, clisé. Es ver- club Paradiso, un millón de dóla- bo poner [...] También usaba la en este río [...]” (pág. 309), pre- dad que Angosta se quiere hacer res: “Podría vivir en Tierra Fría, palabra diferente, nunca distinto” via su caída fatal. valer también como un reloj que si quisiera”, y el polo de Tierra (pág. 152). Más adelante, lo van se adelanta, la nueva Jerusalém de Caliente, del Sur y del Tercer a dejar en cueros en esta misma Angosta va configurando su los portadores del signo distintivo Mundo, y he aquí que ambos Tierra Caliente, a él, tan distin- mapa a partir del “breve trata- que se nos augura en el neo-Es- afectos jalan de él, presa de un guido, Jacobo, “los ojos cazado- do de geografía” que el perso- tado-ecuménico-militaro-indus- miedo apenas temperado por el res, verdes, felinos, sobre la piel naje Jacobo Lince agarra -como trial, sólo que aquello que la no- sexo, miedo abierto en Tierra muy oscura, quemada por el sol si algún tabú se hubiera impues- vela proyecta, la proliferación de Caliente, o moderado en Tierra (o por un ancestro africano, vaya to contra el verbo coger- en su los Check Points, los muros visi- Fría, donde es el profe de inglés uno a saber)” (pág. 55), corrien- librería La Cuña, y alrededor del bles en la ciudad, en el país y en de la dama hija del don: “Nice do desnudo por el sektor C con yo que ostenta en su retrato de el mundo, resulta ser una repro- to meet you, I’m Jacob. What is un aviso del Fin del Mundo como media página, dado por el au- ducción calcada de lo ya dema- your name?, dijo Jacobo con una hoja de parra: “Entre el clochard tor en nota al pie luego de la siado visible. Ha caído el muro voz que le temblaba” (pág. 168), y el teporocho,/ el joven asal- primera frase del libro: Abrió el de Berlín y se han levantado Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 3
  • 4. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a otros, con vallas sofisticadas y a deres bien identificados nativos de ser exterminio de bienes y de 237) que no les permitía desha- través de las porterías, los guar- de la propia ciudad: por un lado, seres, es una empresa de cerse de las sobras de la noche a dias, las colas en la embajada pi- algunos de los grupos terroris- desrealización: destruye lo real y la mañana. Si a ustedes les pre- diendo visa y las colas en las ter- tas más feroces y despiadados lo reorganiza para engañar. Así ocupa la miseria, le dice Jacobo minales del aeropuerto de los de la tierra; guerrilleros que la copia, el reflejo de la herida, a su interlocutor, abran las puer- países del Norte, y he aquí que polpotianos sin hígados[...] Y resulta ser tan irrisoria como las tas, que aquí con lo que a uste- los personajes de Angosta bus- por el otro lado los grupos alia- llagas que ostentan los indigentes des les sobra podrían vivir mi- can una entrada, más bien que dos del establecimiento, igual- en Tier ra Templada: “llagas llones de segundones (de Tierra una salida, en esta vieja ciudad mente crueles” (pág. 309). He purulentas, pedazos desmem- Templada) y de tercerones (de siempre sitiada, pues en el ori- aquí, pues, el diagnóstico del tra- brados del cuerpo, bolsas con Tierra Caliente). “Era triste e in- gen de la ciudad hay una máqui- tado de geografía y de la nove- drenaje de heces o de sangre” útil, seguir discutiendo, se con- na de guerra y no un simple lu- la, contenido en esta idea cara a (pág. 28), siendo entonces este fiesa Jacobo. Si se negaba la gar de comercio o de encuen- los medios, clisé, presunto diag- mundo de la representación en igualdad de las personas, enton- tro, o la lengua que nos es co- nóstico que es ya un síntoma de la novela el mismo mundo del ces se volvía a un período mún, como se dice en el tratado la guerra real, presente y pasada espectáculo, el montaje del ho- premoderno de la concepción de geografía y como cree An- en este territorio, cuyos agentes rror cotidiano de las noticias de del ser humano, y lo único que drés Zuleta. Sobreabunda el cli- actuales, nativos de la propia ciudad, medio día en la tele, las sobras podía esperarse eran guerras y sé en Angosta: no es el espíritu ni son apenas el primer plano que del banquete de los ricos con las violencia, opresión y furor: pre- es el deseo el que sopla donde- oculta y no deja ver a las verda- que, según Andrés, se podrían cisamente lo que desde hace quiera en esta novela y en su per- deras potencias diabólicas, alimentar muchos: “Y el atenta- años venía sucediendo” (pág. sonaje Jacobo (pág. 11), sino las foráneas y nativas, que se bene- do contra la libertad no es sola- 245). Esta idea trasnochada acer- ganas. Clisé es el interrogatorio fician de la guerra, incluídas las mente que no te dejen salir [...] ca de la igualdad de las perso- en el Check Point a la entrada del guerrillas, los principales medios sino que no te dejen entrar, como nas: Está prohibido a ricos y pobres joven poeta Andrés a Tierra Fría de información -aún cierta lite- hacen los potentes de hoy [...] vivir bajo los puentes, como la de la (pág. 20), y las reuniones de los ratura cortesana e inofensiva- y herméticamente encerrados en paz -A los mejores defensores de la Siete Sabios, los Verdugos de la ciu- el establecimiento. Vaya usted a sus castillos y fortalezas, donde paz se les da de comer el cordero que dad, y las conversaciones inter- Bolivia, a Ecuador, a El Salva- gozan, con todo el egoísmo de bala-, ideas éstas sobre las que minables, tanto como “el inter- dor o a Honduras, y aprecie las que son capaces, de sus enormes se acumulan montañas de cadá- medio jocoso”, el exhaustivo miserias de esta misma guerra - riquezas, sabiendo que a muchos veres, hacen parte del mundo cotilleo en la librería de viejos de o de esta misma política que, nos bastarían las sobras del ban- trucado y falseado, precisamen- Jacobo... para estos países colonizados, es quete para ser más felices” (pág. te merced a la guerra, y envuel- En el tratado de geografía, leemos la continuación de la guerra por 191), ideas estas ventiladas tam- ve las mentes de estos persona- con Camila: “Mientras la reali- otros medios- sin guerrillas. Uno bién por Jacobo en una discu- jes aspirados por la altura en un dad siga siendo esa lacra, esta huele la sangre seca en los códi- sión con el marido de su ex-es- arribismo irrefrenable, que terrible herida histórica [se refiere gos. En efecto, la guerra, antes posa, este egoísmo de los dones (pág. Jacobo pretende conjurar jun- en particular a la partición de la tándose con Candela, a quien en- ciudad en tres sektores, de modo cuentra en Tierra Caliente, y con que el sektor de Tierra Fría sea quien se liga, igual que con An- como un club exclusivo para los drés de Tierra Templada, dán- ricos], lo constructivo [y que, doles dinero de entrada, crean- dice el tratado, hacen los poetas y do una falsa conexión con ellos pensadores más dignos de Angosta] no y con los sektores que éstos re- es inventar una fábula rosa ni presentan, a falta de flujos vita- hacer un falso encomio del te- les, dinámicos, persisten el dine- rruño, sino seguir reflejando la he- ro y el yo de Jacobo, a través de rida” (pág. 308, la cursiva es mía). los cuales se engendran falsas La herida no supura por la ca- relaciones, como puede apre- rencia de salidas de vida para los ciarse por el destino fatal de An- desposeídos de la tierra, sino por drés, propiciado a su vez por la ausencia de entradas, en la Jacobo, que lo conecta con cuenta bancaria, y de puertas a Camila, la moza del celoso Se- través de las cuales entrar a ñor de las Apuestas, y como se Paradiso (el sektor de Tierra aprecia en el carácter de la rela- Fría), y la herida consiste tam- ción final de Jacobo con Can- bién en la carnicería cotidiana dela, el acuerdo donde él es el operada en la villa que es protector, el beneficiario, a falta Medellín, o en el país que es Co- de un genuino afecto comparti- lombia, “y lo más serio: esta car- do, “No me vas a echar culpas, nicería [precisa el autor del tra- abuelo, le dice Candela, si te dejo tado] no la comete un enemigo tirado y más solo que un perro” externo ni se puede culpar de ella (pág. 365). a un antagonista extranjero o a El expediente usado por Abad un enemigo étnico o religioso, en su novela, el tratado de geo- sino que es perpetrada por po- Una figura muy femenina. Carboncillo y pastel / Papel. 50 x 70 cm. 2000. grafía Angosta, escrito por un os- 4 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
  • 5. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a curo académico alemán, crea de Jacobo, herido, por el mismo entrada un distanciamiento pro- Andrés que llegaba justo enton- picio al desenfado, al tono de ces al Hotel la Comedia que am- bonhomía que quisiera hacer va- bos comparten, el rico Jacobo ler el autor en el arranque de la y el pobre Andrés. La amenaza novela. Sin embargo, la hermo- que le deja el Señor de las sa descripción de Colombia que Apuestas: Si vuelve a salir con comenzamos a leer con Jacobo Camila, aunque sea para tomarse un en el tratado, ya termina mal: tinto, va a conocer la base del Salto, “Este territorio, desde hace un esta amenaza la transfiere par de siglos, es conocido con Jacobo al joven Andrés al jun- el nombre que, si la historia del tarlo con Camila, pues al mero mundo no fuera una cadena de Salto llegan los sicarios del ru- absurdas casualidades, debiera fián la noche del trabajo de cam- llevar toda América: Colombia” po de Andrés, rufián que había (pág. 12). Lección de historia pa- sido advertido por la misma tria: Cristóforo Colombo, tam- Camila, el ángel de la muerte, bién llamado Colón, es un hé- de su paradero esta noche, pi- roe y hasta una especie de santo, llada con Andrés, el ángel caí- El bueno y el malo. Oleo / tela. 50 x 60 cm. 1998 este mismo Colón embaucador do, que deja un último poema y precursor del secuestro en Co- tan irrisorio como su destino: lombia: Si se acaba el oro, cambia- el atracadorcito de ruana en Tie- gosta comparte el mismo pro- “Hay un muerto flotando en remos esclavos por oro, escribe en rra Caliente que obliga a Jacobo ceso regresivo y el mismo des- este río/ y hay otro muerto más carta a sus Altezas, que se a vestirlo con sus propias ro- tino fatal del joven y sentimen- flotando aquí/ Esta es la hora embolsilló los diez mil maravedís pas de riquito, incluso Candela, tal poeta Andrés Zuleta, quien, en que los grandes símbolos/ prometidos por la Corona a salvo el personaje Dan del Ho- buscando una entrada, es decir, huyen despavoridos: mira el quien primero viese Tierra, y que tel la Comedia, el matemaniático, una salida a su aspiración arri- agua/ Hay otro muerto más sin duda correspondían al mari- que desprecia a los arribistas y bista que lo lleva a Tierra Fría, flotando aquí/ Alguien corre nero Rodrigo de Triana, el cual parece moverse, igual que la encontró la Boca del Infierno gritando un nombre en llamas abjuró del cristianismo y se hizo novela, según la lógica del chis- en la base del Salto, el “botade- [...]” (pág. 309). Mientras tanto, mahometano por el desacato te que cuenta a Jacobo: el ma- ro de muertos”, adonde es con- Jacobo sostiene el contacto con del cristiano. En la página si- temático es como el borracho ducido desde Tierra Fría vía la su cuenta en divisas en el Ban- guiente del tratado, leemos el que pierde por la noche sus lla- Fundación H, promotora de los co, cuenta que consulta en su juicio y la condena de Angosta: ves en la calle y las busca sólo “derechos humanos”, entidad computador al principio de la Salvo el clima, que es perfecto, todo en en el círculo de luz que hace la que le da empleo a Andrés y le novela (pág.17), justo luego de Angosta está mal. Podría ser el pa- lámpara, siendo que, más bien, encomienda un informe sobre leer en el tratado de geografía raíso, pero se ha convertido en un in- el matemático es como un cie- la acción perpetrada por fuerzas la descripción de la base del fierno (pág. 14), cantinela que go que busca a un gato negro oscuras que medran en Angosta Salto, antiguo destino de suici- vuelve una y otra vez a lo largo en un cuarto oscuro donde no y tiran sus víctimas Salto abajo, das, y adonde, según piensa, él de la novela, como las fases en hay ningún gato, y si se sale con este destino sellado aquí no no iría, pues, en este caso, “Me el delirio ciclotímico del manía- la suya, Eureka, da a luz, pinta exactamente por cuestiones pegaría un tiro. O, mejor que co depresivo, mal propiamente al gato negro, o al menos la son- políticas, sino por haber sido eso, me haría pegar un tiro, que platónico de ascensos y caídas, risa sin gato de Alicia en el país Andrés mal acompañado a este aquí es mucho más fácil y más Tierra Fría, Paradiso o sektor F, y de las maravillas. trabajo de campo, incauto como barato. Pondría un aviso en el Tierra Caliente, o sektor C, en la Uno como lector hace un ex- es, necesitando un fotógrafo y periódico: ‘Busco un sicario que base del Salto, Boca del infierno, perimento con Angosta, y ya que habiendo seguido el consejo de me quiera matar. Honrosa (o estribillo que vuelve también al ésta apela a una representación Jacobo, el cual, rascándose la jugosa, o al menos decorosa) final cuando, en la huída, del horror y el espectáculo en cabeza, le sugirió que su amiga recompensa’ ”(pág.17). Justo en sobrevolando en el avión, rum- un Teatro de la Comedia, la Camila podía servirle para tal este punto, presa del ojo del bo a la Patagonia, los estragos novela nos sumerge en las aguas efecto, esta Camila moza del Se- huracán del miedo, Jacobo dejados abajo, Jacobo toma el cenagosas de una regresión de- ñor de las Apuestas, cuyo poder “siente la apremiante necesidad tratado, “Abrió una página al recho al hueco negro, en lugar ya había sufrido Jacobo en car- de confirmar algo”, el monto azar [...] reconoció una frase que de pintar el grito, lo cual nos per- ne propia luego de su salida con de su cuenta en divisas, la he- ya había leído, meses atrás [...] mitiría afrontar las fuerzas invi- Camila a tomar ron con coca- rencia que le dejó su madre Rosa Salvo el clima, que es perfecto, sibles, las potencias invisibles cola y bailar boleros en el sitio la difunta al morir, cuenta que todo en Angosta está mal. Po- que hacen gritar, siendo que los Lengua de Trapo -este nombre, vuelve a consultar al final, tam- dría ser el paraíso, pero se ha poderes visibles, que son las ¿es por la intemperancia del bién presa de la tristeza y del convertido en un infierno” (pág. guerrillas y el establecimiento, personaje, o por la incontinen- miedo, cuenta intacta, y por la 372). Dead End: Callejón sin Sa- tanto como los mayores me- cia del autor?: ¡374 páginas en cual le reza “una oración de lida. Los personajes principales dios de información, ocupan- Biblioteca Breve de Seix Barral!-, agradecimiento a su madre [...] de esta novela, más bien que do el primer plano, demasiado encuentro al que iba a seguir la que en últimas le había conce- buscar una salida, buscan todos visibles, nos desvían y despo- golpiza ordenada por el rufián dido quizá el mayor de los fa- ellos una entrada: Jacobo, pen- jan de nuestras fuerzas, deján- Señor de las Apuestas, habien- vores: no lo había vuelto rico, diente de su cuenta en divisas, donos exhaustos. Así pues, An- do sido recogido de la calle, sino algo mucho más importan- Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 5
  • 6. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a te: lo había hecho libre, sin atar- lo a una fortuna y sin dejarlo De Rosario Tijeras a Paraíso Travel amarrado a la pobreza” (pág. 363). Jacobo, quien tampoco bus- Por Johann Rodríguez-Bravo caba una salida sino la libertad con una entrada, pareciera encontrarla en el exilio, “en un país que no pi- diera visa todavía”, en Argentina, Jorge Franco –queriéndolo o atención por asumir una actitud y allí decide irse luego de que las Paraíso Travel no– inventó un personaje que aventurera frente a la vida. A mí, fuerzas oscuras incendian su librería Jorge Franco Ramos con los años se convertirá en su como lector, me gusta el truco como en los tiempos de Farenheit Seix Barral sombra, una mujer que es dos de poner en labios de un “per- 451, cincuenta años después, Bogotá, 2002 veces hombre, una invención fe- dedor” la historia de una derro- “pero sólo con Virginia [Cande- 175 páginas menina de Medellín: Rosario Ti- ta y una resurrección, el típico la], no sin ella [...] se sentía más jeras. Por bien servido debe dar- fenómeno Clark Ken. De todas monógamo y fiel que nunca en su se el autor porque hace muy formas hay que decir que si en vida; quería que Candela lo acom- poco se me hizo ver a Rosario la primera novela le sirvió, en la pañara esta vez y siempre, con todo su deseo y con todas sus S i Jorge Franco hubiera recor dado ese bello texto de Au- gusto Monterroso en el que un entrando a un cine y sé de al- guien que incluso se acostó con segunda se le cayó. En Paraíso Travel, en las primeras páginas, fuerzas. Había perdido la librería ella en un motelucho de Envi- el narrador se vuelve insoporta- zorro se abstiene de seguir pu- y la seguridad; quería algo firme.” gado. Es por esto que me atre- ble. El amor, en sus labios, se blicando tras el éxito de su úni- Sentía que “había llegado el mo- vo a dar un comienzo tan deso- hace el más empalagoso de los co libro, de seguro no hubiera mento de envejecer en paz, amar lador para hablar de su último sentimientos y eso en la vida es publicado Paraíso Travel. “Lo la rutina y despertarse sin sed y sin libro, pues de Rosario ya se ha normal y hasta deseable, pero en que quieren es que escriba un li- ansias mirando siempre el mis- dado mucha lata y es casi la literatura no, pues con ello se bro malo” – dice el Zorro. mo rostro y las mismas ojeras a Perogrullo decir que es lo me- corre el riesgo de volver soso su lado. Pensó en declarar todo Desde la literatura hay dos for- esto que se le ocurría (estaba dé- mas mediante las cuales un escri- bil, sin duda, por dentro y por tor puede ganar espacio en la fuera), pero cuando Virginia lle- memoria colectiva de un pueblo: gó, al fin, por la noche [...]” (pág. una es redactando frases memo- 364). ¿Libre? rables, comienzos impolutos o El clisé -recuerdos que carecen de sentencias exquisitas; y la otra, raíz emocional o intuitiva, y que a inventando un personaje que lo la postre lo obligan a uno a no supere. Ejemplos de lo prime- ver nada nuevo- es el enemigo ro abundan: quien no recuerda mortal del artista auténtico y de la aforismos como «hay más en la imaginación viviente. Se quiere, tal tierra y en el cielo, Horacio, de vez sí, una representación, pero lo que sueña tu filosofía» u ora- más fiel a la vida, esto es, explorar ciones de la talla de «de cuyo y conocer el lado oculto de la luna, nombre no quiero acodarme»; conocer la manzana por todos los estas frases, con vida propia, han lados y no sólo por su frente. El salido de casa para aventurase en ojo sólo ve frentes, y la mente, en el mundo por su cuenta, casi general, se conforma con frentes, como un hijo que se va. Asimis- pero la imaginación necesita el al- mo, muchos autores han creado rededor, proyecta una curva ha- personajes tan vívidos que la cia el otro lado, hacia el atrás de la gente cree reconocerlos al cru- apariencia presentada, así como el zar una calle o haberlos visto en instinto necesita el interior de las una fiesta. Sherlock Holmes, por ejemplo, es más famoso que jor que se ha inventado última- un relato que había comenzado cosas. Nos parece que Angosta está Arthur Conan Doyle, su autor; mente. En Paraíso Travel, Franco bien. Rosario peca de lo mismo, plagada de clisés y es quizá por- Efraín y María más conocidos inventa una buena historia, al pero la vida turbulenta de la pro- que no hemos salido de la tenaza que Isaacs, Drácula más po- menos divertida. Es, incluso, tagonista es la virtud literaria que del miedo, a sabiendas de que si pular que Bram Stoker y el mejor que Rosario Tijeras, más lla- rescata del abismo una historia no emigramos del norte (en un Chapulín más recordado que mativa como elaboración narra- que a veces tambalea en las re- devenir-menor que es como so- Roberto Gómez Bolaños. Nin- tiva de un argumento, aunque flexiones del narrador, un ser ñar en sentido contrario, no aspi- guna de estas dos alternativas de menos como producto estético. proscrito del amor. No me ima- rando subir sino dejándonos ir posteridad es menos importan- En Rosario, el autor inventa una gino cómo habría sido de mala hacia abajo como a nuestro pe- te que la otra, ambas compren- fórmula que luego repite des- la novela si Rosario hubiera sido sar), jamás sabremos cómo es el den el verdadero éxito de una mejorada en el otro libro: un hombre. Es inevitable hablar de sur. obra literaria, intervenir en la personaje –masculino– que se las dos novelas de Jorge Fran- Rodrigo Pérez Gil es escritor y co- cotidianidad con el mismo rit- describe a sí mismo como fra- co; Rosario con su gran éxito edi- mentarista de libros. Autor de la nove- mo del viento que aún siendo casado, anda a la zaga de un per- torial se ha convertido en para- la Redada. invisible es implacable. sonaje –femenino– que llama la digma de la literatura contem- 6 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
  • 7. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a poránea en Colombia y Améri- mejor; cosa distinta habría sido lidad exagerada y misteriosa. El ca Latina, tanto así que críticos si los libros se hubiesen publica- libro la rescata al final, pero la tan prestigiosos como Gregory do en el orden contrario, pues hunde y eso es lo bueno. Franco Rabbasa la catalogan de ser la de esa manera los argumentos sabe hacer una jugarreta que de verdadera ruptura con el realis- de este ensayo deberían ser para otra manera hubiera sido imper- mo mágico del “boom”, el saludar el progreso. No quiero donable; algo así como el gol mejor libro de la generación que se entiendan mis palabras que mete el equipo a último mi- McOndo a la que pertenece el como una diatriba en contra de nuto y empata el partido. chileno Alberto Fuguet (Tinta la obra del escritor antioqueño, Marlon Cruz, el narrador, en una Roja), el argentino Rodrigo de hecho me gusta lo que escri- panorámica, podría parecer un Fresán (Mantra), el mexicano be, aunque en su columna de personaje de Cortazar que salta Jorge Volpi (El Fin de la Locura) Soho a veces cometa algunos de Colombia a Estados Unidos y los colombianos Santiago disparates. Mi tarea es contar lo y viceversa, así como los perso- Gamboa (Los Impostores) y Mario que encontré en mi lectura. najes del escritor argentino que Mendoza (Satanás) entre otros. La historia de Paraíso Travel es van y vienen de París a Buenos Por otra parte, Paraíso Travel es mejor que la de Rosario Tijeras Aires. Y aunque toca en la me- el primer intento desde su obra eso ya lo dije; juzgue el lector. moria del lector esos pasajes ate- maestra, es por eso que vale la Dos personajes deciden dejar rradores del libro El Hueco de comparación. García Márquez, Medellín y viajar a Nueva York Germán Castro Caycedo, su fic- en muchas entrevistas, cuenta por el hueco. En la primera no- ción no se compara con la cru- sobre las noches de insomnio che, en la Gran Manzana, uno deza de las crónicas del perio- pensando en cómo cambiar su de los personajes sale a fumar dista colombiano. En Paraíso estilo para no repetir el tono de después de una discusión con el Travel las palabras del narrador Cien años de soledad; tras algunos otro y es sorprendido por un humanizan el relato, le dan iden- ensayos – dice el escritor – policeman al botar la colilla del tidad, no dejan a la deriva la cru- deza de las crónicas y la tragedia de los latinoamericanos que ven- den su vida en sus países para buscar algo en el país de Micky Mouse y el Soldado Ryan. En lo personal, no me gustan las obras que pretenden dejar una moraleja. Sé que no es el objeto del libro de Franco hablar de los indocumentados en Estados Unidos, la tragedia del corazón se superpone a la tragedia de la realidad; no obstante, hilando delgadito, uno podría pensar lo contrario. El título es una clave: Paraíso (algo mejor, el más allá, la tierra prometida) y Travel (viaje). No creo que ese fondo de la vida de los ilegales sea de mucho valor en la novela; en al- gunos pasajes coadyuvan para in- El ocaso del Cartucho (Detalle). Oleo/tabla. 90x120 cm. 2002 tensificar el dolor de Marlon, pero no son muy relevantes. Me quedo con la historia de la trai- pudo dar con el estilo preciso cigarrillo al suelo; entonces se ción, el desamor, el engaño, la para escribir El Otoño del Patriar- echa a correr por las calles hasta locura cegatona del olvido que ca que, aunque al principio de- perderse para siempre en las fau- hay en la novela y eso bien pue- cepcionó a más de un seguidor, ces de la ciudad. La historia se de pasar en Nueva York, en con el tiempo se ha convertido entreteje en las palabras del na- Miami o en Popayán. en una de sus obras más estu- rrador mientras cuenta cómo Pero quién soy yo para darle tres diadas y esto demuestra, una vez hace para buscar a su novia que más, el magistral dominio del se quedó esperándolo en el cuar- estrellas a un libro. A Franco Autores también deberían filmarle esta oficio que tiene el Nobel. to. Esta novia es Reina, una mu- novela, podría mejorar en la de peso para Jorge Franco repitió las triqui- jer con dos ojos diferentes, una ñuelas literarias y ese es su peca- metáfora para describir su dua- adaptación. un proyecto lidad de mujer-macho, casi, pero do. La novela no se defiende sola no tanto, como Rosario Tijeras Johann Rodríguez-Bravo es plural al ser revisada con quietud, so- bre todo porque ya se tiene el que es mitad beso y mitad bala. reseñista de libros de la Revista Nú- patrón de comparación y este es Su pasado es brumoso, su vita- mero, cuentista y ensayista. Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 7
  • 8. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a Perfiles de mi generación Por Óscar Collazos T iene algo de antiguo pero, en verdad, es un cartacachaco, un cartagenero de buen hablar y jores relatos breves de nuestra na- rrativa. Y en sus ensayos, Espino- sa regresa adonde siempre ha es- lefueran retirados, Germán sería una nave a la deriva. No hay otro escritor colombia- de Indias, Roberto frecuenta los patios traseros de su memoria de barrio, Manga y Lo Amador, es- mejor escribir. Algún día le dije tado: a un academicismo sin Aca- no que, como él, haya tenido los cenarios de sus relatos juveniles. que había nacido “viejo.” La ver- demia, a un lugar en el que la per- ojos abiertos y deslumbrados en Como muchos escritores que dad es que quise decirle que, des- fección lingüística se convierte en el siglo XVIII del Caribe colom- decidieron vivir de lo que escri- de que tengo memoria de su per- clase de retórica y estilo-como biano, de la Cartagena donde se ben, Espinosa lleva la vida digna fil, lo vi acompañado por gran- decían los antiguos. Si la Acade- resiste a vivir, acaso porque si vol- de un hombre sin dinero ni po- des figuras de la pintura y las ar- mia Colombiana de la Lengua viera a vivir en la ciudad donde sesiones. El único lujo que se per- tes, mucho mayores que él. Era quisiera tener otro miembro ilus- nació, se vería envuelto en las me- mite es la infaltable botella de el único muchacho que frecuen- tre, Germán ocuparía con méri- diocridades cotidianas de una so- whisky, además de la exigencia de taba el Café Automático como tos un sillón vacío. ciedad que se sigue pareciendo a ser invitado a todas partes y even- si fuera contemporáneo de León Correcto en la amistad, suscepti- los poemas de Luis Carlos López. to con su esposa Josefina. Se per- de Greiff, Arturo Camacho ble en la crítica, menos irascible a Las grandes novelas de Espino- mite otro lujo: ir contra la corrien- Ramírez y Marco Ospina. medida que los años le han dado sa son contrabando de lujo del te de las modas, pareciendo a ve- Ningún escritor de mi generación reposo y fama, Espinosa no se siglo XVIII en las aduanas frági- ces un poeta modernista o habla un castellano tan castizo ni separa de los dos bastones que lo les del XX y XXI. simbolista, un cartagenero de an- escribe con una corrección clásica guían por la vida: el verdadero, de tes, cuando Eduardo Lemaitre, Sólo otro cartagenero, menor que que, sin embargo, le ha permitido fina madera pulida, y Josefina, es- Tito de Zubiría, Ibarra Merlano, él-Roberto Burgos Cantor- ex- crear dos de las novelas mayores posa y madre de sus hijos. No se Donaldo Bossa y Roberto hibe esa clase de corrección que Burgos Ojeda impusieron un es- de la literatura colombiana: La te- separa tampoco del whisky-su oscila entre la prudencia y una es- tilo de cultura y de vida. jedora de coronas y Los cortejos del dia- ruina-, ni siquiera cuando en la merada educación. Pero, a dife- blo. En Noticias de un convento frente mesa le sirven un buen vino. Si el rencia de Germán, que parece Oscar Collazos es escritor y profesor al mar se encuentra uno de los me- bastón, Josefina y el whisky haber frecuentado los Archivos universitario. El eterno retorno de Rubén Darío Por Sebastián Pineda Buitrago ro proyectil. La pólvora que con- contar la narración durante los contrarse agitado, excitado. Rubén Germán Espinosa tiene tal proyectil para causar una días que se hospedan en la quinta Darío y la sacerdotisa de Amón, ¡cui- Rubén Darío veraz explosión final es, pues, un de un aristócrata francés. Corren dado!, novela no apta para car- y la sacerdotisa de Amón. despliegue asombroso de cultu- los primeros años del siglo XX, díacos. El juego de invocación a Editorial Norma, ra: música, literatura, química, más o menos 1910, 1912, y la co- seres de ultratumba, la idea de la Colección Literatura geografía, historia, esoterismo, rriente del impresionismo está en reencarnación, la música de un y muerte. en encendida comunión con la pleno furor. Al cenar esa noche piano cercano, la belleza de una Bogotá, 2003. 150 páginas. trama y el desenlace. en casa del misterioso aristócra- poetisa francesa, un egiptólogo Conocedor de las técnicas narra- ta, la música impresionista de italiano, la sublime poesía de D os cosas me sorprendieron tivas para atrapar al lector a las Debussy ameniza la velada. Esen- Rubén Darío, a la postre se apo- cuando releí Rubén Darío y primeras páginas, Germán Es- cias musicales, olores de un es- deran de la novela. Se invoca a la sacerdotisa de Amón, lnovela del pinosa comienza su novela ex- tanque de nenúfares, perfumes de Víctor Hugo y de pronto surge maestro Germán Espinosa: la primiendo, a través de un cuen- damiselas sensuales -al estilo de la espada de Alejandro Magno; primera, que se trata de una tra- tagotas, en pequeñas dosis, esen- aquel otro impresionista, Marcel Debussy, afirman, es la reencar- ma perfectamente policíaca, al cias de un perfume que se ex- Proust-, humedecen y vuelven na- nación de Chopin; el egiptólogo mejor estilo de las novelas de pande por toda nuestra lectura. vegable la veloz lectura que nos italiano practica arcaicas costum- Agatha Christie; la segunda, aca- La niebla, mezclada con el ro- procura esta novela policíaca. bres descritas por Heródoto; los so un poco extraña, con respec- cío de la madrugada, se levanta Cuando la trama asoma, amena- versos del poema “La princesa to al argumento. Pero, como ingrávida-mente del Canal de la zante, es cosa de agarrarse del Eulalia, ríe, ríe, ríe,” se repiten novela policíaca que es, contar Mancha, sí, en el norte de Fran- asiento. La prosa de Germán como un eco secreto, como el argumento significaría calum- cia, una mañana en que el poeta Espinosa adquiere inaudita agili- epitomes de la poetisa francesa. nia, traición. En la trama policial Rubén Darío arriba en un tren dad, y al cabo de unos minutos, Y así, llena de matices, la novela todo queda regido bajo un sis- desde París. Al sumo sacerdote sin darnos cuenta, nos encontra- va resolviendo sus acertijos, len- tema autoritario: un blanco es- del Modernismo lo acompaña mos más allá de la mitad de la tamente. pecífico al cual se dirige, lanza un imaginario escritor argentino, novela. Eso sí, inevitablemente, Al parecer, el viaje que Darío en ristre, sin desviarse, un certe- a quien Espinosa encarga de nuestro pulso cardíaco ha de en- realiza por esos tiempos a la 8 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
  • 9. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a costa bretona en el Canal de la Mancha, en efecto, figura en sus La metáfora como imagen biografías. Sólo que sus biógra- fos ignoran las razones qué mo- Por Luis Fayad tivaron al inmenso poeta nica- ragüense para asistir a la quinta de un aristócrata francés dedi- entre los otros. La representación que por esa propiedad y no por cado, efectivamente, al estudio Vivan los compañeros de una sociedad que cambia con su prosa poética es un poema. de las ciencias ocultas. Germán Universidad del Valle el crecimiento urbano: “sólo con- Hay un cuento para niños, La aven- Espinosa aprovecha, de esta Programa Editorial, servarían el viejo olor a maderas, tura de tío conejo, cuento y fábula manera, semejante sombra para Cali, 2004. 190 páginas. a todas las maderas de la Tierra, de ingenio sin moralejas. En El poblarla con su luz, con su pulidas y labradas, olor perdido misterio se representa un realismo magnifica prosa. La novela, tam- en la calle por el asfalto intruso y bién, es un homenaje eufemístico a Rubén Darío, al hombre que cambió el ritmo de la poesía en U n título que vuelve, que no se deja olvidar, Vivan los compañeros, de Carlos Arturo Tru- la bencina”, una muestra de las nuevas necesidades y aspiraciones, entre hechos que todos creen inexplicables, el misterio del men- digo cojo que una mañana entra la compra de un carro no mejo- al templo caminando sin muletas lengua española, al hombre que que. El mundo de un escritor en ra siempre el estado de una fa- y coloca a las plantas de la ima- abrió a Hispanoamérica hacia la veinticinco cuentos, reunidos por milia, y de unas palabras que na- gen de la Virgen el collar de es- literatura universal. Homenaje primera vez en un solo volumen cen de un ambiente nuevo: “era meraldas que había sido robado. eufemístico, sí, porque se trata que divulga el Programa Edito- como una cinta de película repe- También la Metafísica pasa por de una novela; porque ya en su rial de la Universidad del Valle. tida hasta el cansancio”. No es po- alguna de las etapas de los per- ensayo El Modernismo: la apertura Los datos del autor que señala sible hacer un resumen para defi- sonajes como un aspecto abstrac- de Hispanoamérica a la universalidad, Fabio Martínez en su introduc- nir el libro en una sola dirección, to que los hace crecer y en oca- Germán Espinosa traza un ho- ción, en muchos momentos de pero en todos los cuentos están siones los sobrepasa. El cuento menaje más jalado, directo, al su vida, lo sitúan en su época, muy presentes las relaciones entre La fuga interpreta ese paso que se principal poeta del más impor- 1927, y en su lugar, Condoto, los individuos tratadas con inten- da después de la física como la tante movimiento literario del Chocó. Murió en Bogotá en sidad, en situaciones y desenlaces llegada a otra realidad, la decisión continente. Bienvenido, pues, 1970. Esas dos fechas abarcan un diversos. Los finales son los que del que “se escapa en línea recta Rubén Darío como personaje li- trabajo de diversas corrientes y desea el lector o los que no espe- por los caminos de la locura”. terario: y aún no terminamos de preocupaciones literarias que tras- raba o los que tiene que aceptar. zanjar nuestra deuda para con él. cienden el ámbito de la existen- La metáfora como imagen final Alguno de los argumentos recuer- cia del autor, de unas circunstan- da a Hawthorne en La letra escar- del cuento y a veces como con- Por lo demás, siendo las cias nada halagüeñas en su niñez, lata o a otros autores, mientras una clusión, “porque así era la gen- reencarnaciones uno de los te- como no pueden serlo las de parte carece de un desenlace clási- te”, también aparece enriquecida mas de la novela, me pregunto por un lenguaje que viene de otros muchos niños en el Chocó. Car- co porque la culminación se dio que pensaría Rubén Darío si de aires. Las primeras imágenes sen- los Arturo Truque no las olvida, en ese encuentro de los persona- pronto resucitara y leyera una sitivas del autor, de tantos años pero cuando aparecen están mo- jes, y después, sin agravar más el historia, cuyo protagonista fue- atrás, le traen la palabra que le da dificadas por una vocación artís- acontecimiento, otro día sigue. El se él mismo. Quizá le agradaría. curso al relato con nuevos soni- tica. Sus temas son los de la lite- final es todo el diálogo y lo que Sobre todo si supiera que el au- dos y deja algo atrás: “regustando ratura universal. En el primer sucede desde el principio, como tor de La tejedora de coronas, del el ritmo picante desgranado por cuento, Vivan los compañeros, situa- en la anécdota del empleado me- El signo del pez, entre otras estu- los guasás, así, moviéndose en cír- do en la época actual, un mori- dio que ya en las últimas líneas sale pendas novelas, ha continuado culos, como sobre un tambor”. bundo, afiliado a un grupo de re- de su casa huyendo de los repro- sus principios: asimilación de te- “Tampoco resistía la sabrosura de beldes armados que en un mo- ches de su esposa y va a buscar a mas universales, preocupación coco fresco de la risa de Guiller- mento de apuro temen “nunca los amigos para hablar de algo por el estilo; una incorruptible mina”. “Con la oreja abierta al más ver el cotidiano milagro de distinto a la falta de plata. En este aristocracia mental, lejana de ritmo de los patacorés”. la primera luz”, alcanza a verlo mundo diverso hay sitio para los dogmatismos, de exotismos, de antes de morir y a sentir la ilu- finales felices, hay, dentro de la Palabras sacadas de su medio, de la chatura estética, de la mulatez sión de un triunfo final. En el úl- violencia, una salida llena de fe, los libros, del análisis y del oído intelectual que, tristemente, toda- para conciliar el lenguaje en el ras- timo cuento, Longinos, que se re- más que de esperanza. En gene- vía puebla nuestra literatura. ral sus finales, como pensaba treo y la sugerencia de la frase. monta al día en que Jesús arras- Creo encontrar sólo dos nove- Borges que debía ser, vienen de El cuento avanza con sus descrip- tra la cruz en su calvario, se des- listas hispanoamericanos que han la preparación de una expectati- ciones de tiempo, “las sirenas que cribe el ansia de un hombre que asimilado como ninguno los va o de un asombro y no son la decían adiós a la noche alocada quiere ver de cerca al martiriza- fundamentos del Modernismo: sorpresa de estilo barroco ni el de San Silvestre”, de ambiente y do, aquel hombre del común es Manuel Mujica Lainez y final imprevisto. de apariencias físicas, “el momen- el personaje de la narración y no Germán Espinosa to en que un gallo con su pico el Mesías ni un rey sino el otro, el Las formas cambian para aco- que da la visión de quien pocas modarse al tema, uno de los llegó a las crestas del alba”, “El Sebastián Pineda Buitrago es estu- veces había aparecido en la lite- cuentos es un soliloquio, o, como cuchillo certero ascendía encendio diante de literatura. Director de la red ratura. Hay cuentos que se iden- aparece en la nomenclatura de las por el sol”, con sus descripcio- nacional de estudiantes de literatura y tifican en sus circunstancias exte- técnicas, un monólogo con soli- nes de tonos, “Desde allí volvió colaborador permantente de varias re- riores y en sus tonos de narra- loquios. Otro es una breve narra- la frase, inquieta como maripo- vistas alrededor del país. ción y crean un mundo propio ción, la reseña de una sensación sa”, “sintió sus pasos rotundos”, Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 9
  • 10. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a y sus descripciones del pensa- pañar a su jefe a pasar la noche es aprender a leer, ya que el otro pañaba”. Míster Jim se quedaba miento, “vivió un momento igual de Navidad en un prostíbulo, tampoco sabe. La situación de mirando al mar, recordando, has- al presente, un momento de esos mientras en su casa lo esperan su nuevos anhelos pertenece a una ta cuando nada le quedaba en la que hacen un futuro al revés; de mujer y sus hijos. Martín, el em- mentalidad que ha cambiado y memoria. Entonces se alejaba de esos futuros que enlazan los tres pleado, pasa por momentos de que es aprovechada para hacer la orilla e iba a lugares de parran- tiempos y los convierten en un hastío, estados de ánimo que no más variados los temas. En Pun- da, entre hombres y mujeres con todo confuso”. A esa libertad tienen vínculos con el arrepenti- tales para mi casa, con el triunfante piel de color diferente al suyo y para buscar sus voces y la forma miento ni con otros lugares co- movimiento feminista como sím- diferente a aquellos que él recor- de su estilo, se agrega una liber- munes, ni con la indigencia sino bolo del mundo contemporáneo: daba allá lejos con nostalgia. Las tad de conciencia. Las confesio- con la falta de afecto propio. O “Mis desventuras empezaron mujeres de este rincón en el que nes que completan las caracterís- con la ausencia de un conocimien- después, mucho después de ha- se encontraba: “No le desperta- ticas de los protagonistas sin tras- to de la buena calidad de vida, berse aprobado el voto femeni- ban el ansia que se le había dor- cender a otros extremos. Como como en el cuento El collar, en el no. Para mí eso ha traído una mido pensando en la última tren- el personaje que lee algunos que una anciana paupérrima cuel- transformación radical: mi mu- za rubia que tuvieron sus manos”. versículos de la Biblia: “pero al ga en el cuello de la imagen de la jer ya no es mi mujer, es simple- Hasta que una noche, después de hacerlo no tenía en la mente nada Virgen un largo collar de oro con mente la ciudadana que vive con- muchas, cuando una mujer del religioso, sino el pensamiento de gruesas pepas, regalo suyo, y en- migo”. Más adelante el hombre lugar entró a su cuarto y se sentó gozar un rato”. Y cuando excla- seguida cae al suelo. Ha muerto piensa: “Mi mujer, pues, va a ser a su lado, él vio lo que está des- ma: “¡Si hasta cada vez que se de hambre, no por la pobreza representante a la Cámara. Yo, crito como su sonrisa blanda, acordaba de Dios lo odiaba sin sino víctima de una tergiversación por carambola, candidato a di- pechos ariscos, la piel cobriza y comprender”. Una libertad con- de sentimientos religiosos. Es uno funto”. Y para finalizar el cuen- brillante y la carne que vibraba cedida por la falta de malicia que de los problemas humanos que to: “Mi ciudadana odia la mate- como los tambores, y de pronto le da a la frase el tono de un rue- en el libro pasan por diversas fa- ras, pero yo las amo. Ella no sabe toda- vio: “cómo la trenza rubia iba go y reseña un momento del per- ses. En El Pingüita se da el doble vía que fueron puntales para una casa cambiando de color, como si hu- sonaje. Con una estructura senci- drama del niño huérfano de ma- que ya estaba en el suelo”. biera anochecido sobre ella”. lla que recuerda los cuentos de dre, desconocedor de la identi- De cómo Jim empezó a olvidar es una Míster Jim se da cuenta del cam- Juan Rulfo, Felisberto Hernández, dad de su padre y objeto de abu- bella prosa de cuarenta renglo- bio en su interior y con un tono Horacio Quiroga, Juan Bosch, sos del jefe de la pandilla del ba- nes que recoge un instante, el des- que al lector le suena a melanco- conseguida con un duro trabajo rrio. Pero con un humor sacado enlace, en la vida de Míster Jim, lía alegre, piensa: “Por fin, Jim, y cuya complejidad no está en la de la gracia natural de los perso- de quien nadie supo de dónde ni ya has comenzado a olvidar”. confusión, amplió los temas y las najes, el niño reconoce al padre cuándo vino: “ni en qué parte los vías para interpretar viejos argu- en cada hombre que ve e idea horizontes le semicerraron los Luis Fayad es escritor y porfesor mentos. En Martín encuentra dos venganzas contra el grandulón de ojos y le grabaron el gesto de universitarío. Premio Lenin de litera- razones un empleado debe acom- la pandilla. Una de las venganzas ansiedad que siempre lo acom- tura. La saga de Fayad Por Pemán-R. trabajo de escritor como una fun- Sus trabajos, se sabe, tienen la cosmovisión literaria de nuestra Testamento de un ción estética y como un deber hondura de la verdad interior diversidad transformante, para- Hombre de Negocios social que atiende explícitamente expuesta para el escrutinio del dójica y a veces cruel en sus cu- Luis Fayad necesidades testimoniales de las entorno social sobre el cual se riosas modernidades. Arango Editores propias percepciones en torno a desplaza. En este sentido, Fayad Hace un año, en el marco de la vivencias estrechamente unidas es un escritor colombiano -bo- Feria Internacional del Libro de 280pág. al entorno social al que se debe gotano- con claras misiones de Bogotá y luego de varios años, Bogotá, 2005 el escritor y que desde las lejanías universalidad humana ante el tuvimos la oportunidad de con- de su diáspora, procura recons- mundo y así lo han entendido versar con el novelista Luis Fayad, truir todos los días. A excepción quienes asumen con seriedad el saber de sus quehaceres literarios Para un escritor disciplinado y de los primeros trabajos publi- estudio de su obra en los varia- y periodísticos en Berlín y los pro- exigente como Luis Fayad, los cados en Colombia, la vida edi- dos frentes del ejercicio crítico en yectos de los cuales se ocupa ac- silencios literarios son presagio de torial de Fayad ha sido en Euro- Europa y Latinoamérica. tualmente. Vino a Colombia nuevas y prometedoras sorpre- pa donde reside hace más de Por tales razones el anuncio, hace como invitado especial a la Feria sas. Y ello es así por cuanto él, treinta años. Y a lo largo del tiem- un año de su nueva novela: «Tes- que el año pasado tuvo como desde sus primeros libros (Los po ha ganado la audiencia in- tamento de un Hombre de Ne- emblema, el papel del escritor Sonidos del Fuego,1968; Los Parien- ternacional para su obra que iden- gocios», abrió las expectativas colombiano en el exilio. tes de Ester, 1978; Compañeros de tifica fuertes ligaduras raizales y imaginables para que esta novela Nuestra conversación entonces, Viaje, 1991,para no recordar sino un alma observadora y crítica que fuese punto culminante en el pro- saltó por entre los años y las geo- los más reconocidos por la críti- jamás depuso las realidades pro- ceso gestativo de una obra que a grafías para indagar sobre su ca internacional), ha asumido su pias para la definición artística. manera de saga se integra a la mundo interior, su potencial 10 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas
  • 11. L i t e r a t u r a c o l o m b i a n a creativo, su fidelidad estética y doce densos capítulos distribui- para adentrarse en el laberinto Lección de Vida, Las Cartas del Fu- social en ese prolongado tránsito dos en 280 páginas correctamente ordinario de lo humano, sus ele- turo, El Regreso de los Ecos y Compa- por el viejo continente. Apreciar impresas y limpiamente revisadas, mentos simples, los escenarios ñeros de Viaje). por sus palabras el papel difusor con tapa semidura ilustrada con comunes bien reconocidos, las Y con la misma dimensión de de la cultura latinoamericana en fotografía de Ramón Giovanni formas familiares, barriales, cul- Saga, coherente con su capacidad esas latitudes y la recepción, allí, y diseño de Camilo Umaña cuya turales, los valores normales que de indagación, inagotable con sus de nuestras convulsionadas ver- sobriedad es inequívoca alusión son verdaderos y verosímiles . obsesiones, Luis Fayad reencarna dades políticas y sicológicas. al entorno familiar del asunto Desde los asuntos que ocupan la en «Testamento de un Hombre Hubo oportunidad para conocer desde el cual se desata el tormen- vida y suerte de Gregorio Came- de negocios», ese universo pro- sus opiniones en relación con la toso nudo de la narración. ro (Los Parientes de Ester), pasan- pio para insistir en el actor legíti- nueva realidad del mundo, ins- do por las indagaciones acerca de mo de las mismas calles, en los El ritual de los modelos críticos crita en el apabullante proceso de las vivencias y dramas de un in- mismos entornos familiares con y las manías catalogadoras dieron la «globalización» que implica el migrante cirio-libanés o las de el los mismos valores, ahora hipo- en ubicar hace tiempos a Fayad peligroso hegemonismo político desplazado de la provincia nati- tecados por el entusiasmo que como precursor de la novela ur- ante el cual Latinoamérica ocupa va a la ciudad –Bogotá-, persis- aporta el narcotráfico, imbuido bana; pero por encima de estas un lugar nada envidiable. Se do- ten en la narrativa de Luis unos por la violencia de guerrillas y consideraciones, él es dueño de lió de la imagen de nuestro ele- mismos valores, una misma ciu- contraguerrillas, sumergido en la unos valores muy particulares en mento humano en el mundo, dad y sus escenarios clase-media; traición y el crimen. La novela los que el ambiente intimista y construida por distorsiones unas mismas costumbres y senti- hace parte del proceso dialéctico natural, el mundo de lo cotidia- mediáticas e intereses ajenos. Y es res morales de esos habitantes y , ético y cultural de la misma so- no y los personajes de todos los aquí donde radica la importancia protagonistas. Para toda su obra ciedad que lo ha ocupado como días, prevalecen sobre otras mu- del escritor para dar la batalla de persisten esos elementos comu- escritor; observa la subversión chas circunstancias. Y contra lo la identidad en este novedoso nes: el mismo edificio circunstan- cultural que la transforma, la sus- que pudiera pensarse, su proce- contexto universal, señalar las cri- cial, igual condición económica tituye, la complementa. so gestativo no obedece a co- sis de nuestros pueblos en este de sus gentes, las mismas carac- «Acaso sea la primera vez en la rrientes literarias que hicieron o nuevo orden que pretende divor- terísticas arquitectónicas del vie- que expresamente hago literatu- hacen presencia temática o esti- ciar cultura y estética de valores jo barrio, las mismas tradiciones ra crítica y de compromiso», nos lística en la narrativa latinoameri- tales como derechos humanos y y valores que hacen de la totali- había dicho Luis hace un año para cana de los últimos treinta años. sociales. Son meditaciones en fun- dad de su obra, una verdadera referirse a los señalamientos so- Es un proceso natural, propio. ción creadora. «Reflexiones des- saga, en el sentido natural de la ciales, económicos y políticos Autónomo y singular a partir de de allá -me dijo- para hacer lite- acepción y que es lo que desea- implícitos en el texto. Y hace poco sentir lo cotidiano y cuya origi- ratura aquí». mos resaltar en estos apuntes.(Una (U.N. Periódico XI-14-04) sos- nalidad reside en la capacidad Largas horas sobre asuntos diver- tuvo a sus entrevistadores que sos para abordar el tema princi- «toda novela tiene ideología y el pal: su nueva novela. Y Fayad nos no tenerla es tenerla», para signi- adelantó algunas claves de su re- ficar que si bien el papel del es- ciente creación que afirman el critor no es enseñársela al lector, sustento coherente de su estilo li- los hechos mismos la sustentan y terario, de sus funciones narrati- en el caso que trata Testamento de vas pero también de su capaci- un hombre de negocios, dadas las rea- dad innovadora en cuanto esta lidades, las fuentes sociales y po- nueva novela asume una posición lítico-económicas que la susten- crítica en relación con todo lo que tan, ello resulta evidente. pasa en nuestra sociedad y sus Para este trabajo Luis Fayad ela- causas insertas en procesos eco- bora una técnica literaria que de nómicos y culturales: suyo indica el dominio lingüísti- narcotráfico, la nueva violencia, co y la capacidad idiomática y es- valores morales emergentes, tilística. Hay un narrador omnis- pragmatismo, indolencia. Y en ciente -Jacinto- en cuyos diálogos este sentido puede sostenerse que fluyen otros, otras referencias, se trata de una percepción de otras narraciones que estructuran cómo afecta la globalidad nues- la escritura, el hilo argumental, el tras nuevas realidades. Y su visión, asunto. Y el método escogido desde «allá», tiene el prodigio de permite penetrar con interés el ser fiel a lo de «acá», sin despre- alma de sus protagonistas, la al- ciar las minucias del drama hu- mendra social de unos seres rea- mano de nuestra ciudad que él les que denuncian la crisis de una tanto conoce en sus esencias so- sociedad que sin nombrarla, se ciológicas. reconoce. Testamento de un Hombre de Nego- cios fue finalmente editada y pre- sentada en Bogotá por Arango Pemán R. Es periodista cultural, poe- Editores a finales del año pasa- ta, profesor de literatura. do. La novela está constituida por La Fidanzata. Oleo / tela. 85 x 60 cm. 1999 Abril - Junio 2005. No. 2 Lecturas Críticas 11