GUÍA PARA EL REZO DEL SANTO ROSARIO, tamaño cuartilla A5 .pdf
Carta Mensaje A
1. MENSAJE A QUIEN PROYECTA TRANSFORMAR SUS SUEÑOS EN REALIDAD
Inspirado en las cartas de Paulo Freire, a quién pretende enseñar, cuarta carta
Por:
Sandra Patricia Becerra Castaño
“Ser sabio: es haber desarrollo la capacidad erótica de sentir el gusto por la vida. Sapiencia es nada
de poder, una pizca de saber, y el máximo posible de sabor”.Barthes
De las cualidades para soñar
Quiero hacer entender que transformar implica convertir; soñar, idealizar; realidad,
contexto. Por lo tanto, considero que se requiere tener los pies bien puestos en el asfalto
que pisamos diariamente, estrechar los lazos que afectivamente vamos forjando e
inspirar a otros a ser coherentes con sus opciones de vida.
Las cualidades que posee todo ser humano, le permite facultarse en voluntad,
inteligencia, libertad y en la capacidad de amar, generar sentimientos de afrenta para
ser reconocidos, sentirnos importantes, engrandecer nuestros autos (yo). Sin embargo,
más allá del término, la cualidad, abarca en sí misma responsabilidad, estima, lealtad,
decisión, bondad y sabiduría.
Por otro lado, los sueños para muchos es representar en la fantasía imágenes o
sucesos mientras se duerme, discurrir fantásticamente, dar por verdadero y solícito lo
que no es, y, sin entrar a juzgar más de lo debido, en esto nos quedamos muchos
inmovilizando nuestra realidad, nuestras cualidades, olvidando en sí nuestra capacidad
de hacer y transformar.
De manera que, soñar desde la realidad transformante de todo ser humano es anhelar
persistentemente algo, idealizar en nuestra mente planes y proyectos para hacerlos
realidad, potenciar nuestros pensamientos en reflexiones continuas, dando valor a lo
que somos y queremos ser. Posibles resultados, una mirada a la vida sin juzgamiento ni
condena, una mirada a la existencia esperanzadora y amorosa, un quehacer gustoso y
sapiencial.
Lo más seguro es que poseamos algunas de las siguientes cualidades que pueden
hacer de nuestros sueños realidad, develar nuestro ser y manifestar autentico cambio.
De lo contrario empecemos por afianzarlas. Todo es un proceso, es preciso empezar y
no dejar para después lo que en tus manos, en tu ser y en tu mente puedes realizar.
Iniciaré con la transparencia, exige sinceridad, realidad y verdad. Es dejar de lado los
engaños internos y dejar que lo que es sea y se vea, lo que pienso se sepa, lo que
siento se sienta.
La transparencia es visibilidad, se practica a través de cuestionamientos reflexivos,
ejemplo: ¿cómo me fue en el pasado? ¿Cómo está mi presente? ¿Qué pienso hacer? A
la vez, se siente alegría y claridad cuando se es transparente, puesto que te liberas de
la rutina, progresas en la toma de decisiones, y no te intimidas por tus acciones y
sucesos vividos en la historia personal.
2. La transparencia expresa satisfacción, realización y felicidad. Se personifica con el valor
de ser uno mismo, en especial, dejarse ver ante los demás tal y como eres. El efecto y
recompensa, la paz interior, descanso sin trabas ni amargura, ni encadenamientos
absurdos que hacen divagar nuestro destino, como los reproches y los resentimientos.
La transparencia fortalece las diversas relaciones afectivas que nuestro roles crean, a
saber: relaciones filiales, paternas, maternas, fraternas, entre otras, siempre y cuando
dejemos de lado nuestros miedos a que los demás descubran nuestra verdad por la
razón que nosotros lo evitamos. Es justo, ante todo, delicadeza, respeto y sentido
común para aprender a quitarnos la careta, puesto que en la afectividad la importancia
está en la claridad.
La confianza en sí mismo es la base de la sociabilidad, de nada te sirve saber mucho si
te lo guardas todo para ti, de nada sirve creerte el todopoderoso, si pasas por encima de
los tuyos, de nada te sirve abarcar tanto, si todo se te sale de las manos, de nada te
sirve decir que estas solo en este mundo, cuando muchos te tienden la mano, de nada
te sirve creer que lo puedes todo, cuando sabes que otros están dispuestos a
colaborarte, de nada te sirve vivir de engaños y mentiras, cuando la verdad siempre se
descubre y a tiempo en la mayoría de los casos.
La confianza en sí mismo, es derecho de unidad, disciplina y convergencia. Es facilidad
en el trato personal, autoconocimiento, esfuerzo por la conducta plena, es ejercitar la
conciencia crítica para ser libre, sin ataduras, sin domeñajes ni alienaciones de cualquier
tipo.
La confianza en sí mismo, es contacto real, convicción interna, arriesgarse para hacer
avanzar a otros, ser espontáneo, tener identidad de corazón en el ser, en el sentir y en
el obrar. La confianza propicia respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás, exige
valentía y mansedumbre.
La credibilidad se trata de exteriorizar ideas con convicción, con experiencia propia y
compromiso interno, con naturaleza intima y eco personal. Se trata de escuchar
nuestros ruidos interiores y entenderlos, no quedarnos en escuchar porque sí.
Todo ser humano es vulnerable, es importante saberlo, aceptarlo y reconocerlo, éste es
el precio de la credibilidad en nuestro diario vivir. Ciertamente toda debilidad no siempre
es un error, en algunos casos dicha debilidad o vulnerabilidad es por el inadecuado
manejo de la autoridad o porque nos traicionamos a nosotros mismos sin querer,
ejemplo, creyendo que al gritar tenemos la razón o me van a creer.
Por tanto, el ser creíble es dejar que vean nuestras sombras y contrastes, dos
elementos claves en una pintura, para valorar las luces del mismo. Exige que lleguemos
a hablar por sí mismos y dar el valor que le corresponde a nuestra vida, sentir toda
esperanza, proclamar que nuestros sueños son realizables y creemos en cumplir
nuestras metas impuestas para transformar nuestra realidad. Exige libertad, seguridad y
prudencia.
El respeto es “convivir con lo diferente, aprender con lo diferente”1
, ser cortés, afable,
bondadoso, sensato y sensitivo. Invita incesantemente a la responsabilidad, a la
disciplina, a la conciencia ética, a la paciencia y práctica de la justicia.
1
Véase Paulo Freire, Cartas a quien pretende enseñar, pág. 64.
3. Diferente hablar de respeto que de tolerancia, ésta última es entendida como hecho de
exigir o prohibir cuando se podría. Luego la tolerancia no es un derecho sino un acto de
pura benevolencia partiendo de una posición de dominio.
El respeto posibilita atender la realidad desde las diversas variables que presenta
nuestra vida para desarrollar competencias y asumir responsabilidades desde la
autodisciplina y el autocontrol. De ahí, que se consolide el mejoramiento personal a
partir del respeto por nosotros mismos, como forma de aceptar que los ideales se hacen
realidad, y el respeto por los demás, forma de comprender que estamos para ellos.
La creatividad en medio del corazón humano es recrear, gozarse, armonizarse con la
existencia, con la razón que buscamos. Es proporcionar sentido a aquello que creemos
no es posible. Es dar solución a las diversas dificultades que se nos presentan en la
vida, es decir, hacer las cosas bien y cada vez mejor, haciendo útiles nuestras actitudes,
aptitudes, habilidades y destrezas.
La creatividad jamás nos permite caer en razones aparentes o falsas. Se contrapone
totalmente al razonar. Esto consiste en aducir razones para defender una causa o
postura; estorba en excusas, pretextos o disculpas para quedar bien, encubrir
intenciones y justificar un comportamiento determinado.
La creatividad nos saca de la mediocridad, de la rutina y nos amplia el sentido de
generosidad, valentía y humildad. Nos hace llegar siempre hasta el final. Es un vota de
confianza, de perfección, por tanto, es indispensable ser aplicado.
La creatividad consolida respuestas a necesidades inmediatas o postergadas por
motivos inesperados. Nada es imposible aunque parezca incierto el desarrollo de
algunos desafíos que sin darnos cuenta ponen en duda las oportunidades de vida.
La creatividad es “disponernos a responder y a hacer con inmediata alegría y decisión
aquello que nos resulta desequilibrante”2
. Es lograr connivencia entre vida y existencia,
entre sueños y realidad, entre lo estimulante y lo satisfactorio, entre trabajo y esfuerzo,
siempre con dedicada sabiduría, discernimiento y fortaleza, puesto que abre a nuevos
caminos y nuevas ilusiones.
Amar es la capacidad de sentir preocupación, responsabilidad, respeto y comprensión
hacia el otro en los diversos sucesos de cada día. Aprender a vivir es aprender a amar,
porque solo quien ama vive. Quien ama auténtica y serenamente rompe esquemas,
altera criterios e ideales, unifica el sentido de felicidad.
Es preciso vivir a fondo nuestra identidad y aportar manifestaciones de afecto a través
de una mirada especial, una sonrisa, un reconocer que todo es esencial y abonar el
terreno a la realización de nuestros sueños, a cambiar nuestra realidad y evolucionar.
Desde nuestra interioridad despertar a la contexto y proyectar lo mejor de nosotros.
Que nuestros sueños transformen nuestra realidad a partir de nuestro querer ser y poder
hacer, según las palabras de Freire, “tener el deber de ser serios, coherentes, a no
mentir para sobrevivir”.
2
Carlos Vallés, S.J., escritos personales.