Felipe II hizo de Madrid la capital de España al trasladar la Corte desde Toledo en 1561, aunque se mantuvo demasiado ocupado por problemas externos como para ocuparse de la ciudad. Sin embargo, este acto sentó las bases para que Madrid pasara de ser un pequeño poblado de 3.000 habitantes a una gran ciudad con más de 40.000 personas a comienzos del siglo XVII.
1. PARA AMPLIAR CONOCIMIENTO DEL MEDIO
Felipe II protagonizó casi medio siglo de política internacional en
una época de profundas divisiones y de rivalidad entre potencias.
Convencido del sentido trascendente de su misión como monarca
católico contra herejes e infieles, el monarca español combatió en
múltiples frentes que le llevaron a agotar la hacienda estatal y a
empobrecer una Castilla castigada por malas cosechas y epidemias.
Acaso por ello, volcado en mantener un imperio inmenso, la huella
del monarca en Madrid es escasa, aunque ha dejado la impronta
más importante: fue el responsable de hacer de la villa capital de
España y lugar de la Corte.
Tuvo el mayor imperio
conocido hasta ese
momento. Eran tiempos de
conflictos, en los cuales el
nacimiento de nuevas
confesiones,
fundamentalmente, el
protestantismo, la constante
amenaza del imperio otomano y el enfrentamiento con las
grandes potencias europeas, sobre todo, Inglaterra, por los
intereses en los Países Bajos, Portugal y América, llevaron al
soberano español por una desenfrenada carrera de guerras en
el exterior de la Península Ibérica. Por otra parte, la sangría
económica que supusieron tales enfrentamientos sumieron a
las tierras castellanas en un constante empobrecimiento,
provocado por la acumulación de impuestos que debían
financiar la política real. Acaso por este motivo, las ciudades
españolas y, en particular, Madrid no fueron objeto de la
atención del rey y las obras promovidas en ellas fueron
escasas.
Sin embargo, Felipe II le hizo a la villa y corte el más preciado
obsequio al nombrarla capital de su imperio y trasladar
definitivamente la corte. Fue el inicio de un largo proceso que,
desde la institución de capital de España. Pero en ese escaso
siglo y medio, Madrid cambió su fisonomía desde poco menos
que un poblacho que, en 1513, tenía tres mil habitantes hasta
ser una ciudad tumultuosa con más de cuarenta mil personas,
2. a comienzos del siglo XVII. Quizás, Felipe II no se preocupó
de Madrid, pero, con el nombramiento concedido, sentó las
bases de su posterior desarrollo. A pesar de ello, en las calles
madrileñas todavía es posible contemplar la escasa herencia
monumental legada por el monarca.
En julio de 1561, Felipe II
convirtió Madrid en residencia
permanente de los reyes de
España al trasladar la Corte
desde Toledo.
Sin embargo, a finales del
siglo XVI, la villa había
duplicado esa superficie y seguía creciendo siguiendo sus
líneas de comunicaciones. Tras recibir la Corte, Madrid se
convirtió en obligado punto de cita de mercaderes,
diplomáticos, soldados, truhanes, príncipes y religiosos de
todas las naciones. Tal fue así, que Navarrete escribió: "toda
la inmundicia de Europa ha venido a España, sin que haya
quedado en Francia, Alemania, Italia, Flandes, y aun en las
islas rebeldes, cojo, manco, tullido ni ciego que no haya venido
a Castilla".
Alrededor de la Calle Mayor
El reinado de Felipe II se extendió entre 1556 y 1598. Durante
esa época, el monarca se mantuvo demasiado ocupado por
los problemas de política exterior como para ocuparse de
Madrid. Además, sus iniciativas monumentales se dirigieron
hacia dos proyectos que, a pesar de encontrarse en lo que hoy
es la Comunidad Autónoma madrileña, no forman parte de la
capital, como son el monasterio de El Escorial y el palacio y
los jardines de Aranjuez.
Acaso, el inicio de este paseo deba hacerse en el Puente de
Segovia, uno de los muchos que cruzan el río Manzanares.
Juan de Herrera, el mismo arquitecto que se encargó de
diseñar El Escorial, lo construyó hacia 1582 o 1584,
empleando, según documentos de la época, más de
doscientos mil ducados.
3. LOPE DE VEGA
Juventud
Félix Lope de Vega y Carpio, procedente de una familia humilde natural del valle de
Carriedo, en la montaña cántabra, fue hijo de Félix de Vega, bordador de profesión, y de
Francisca Fernández Flórez. No hay datos precisos sobre su madre. Se sabe, en cambio,
que tras una breve estancia en Valladolid, su padre se mudó a Madrid en 1561, atraído
quizá por las posibilidades de la recién estrenada capitalidad de la Villa y Corte. Sin
embargo, Lope de Vega afirmaría más tarde que su padre llegó a Madrid por una
aventura amorosa de la que le rescataría su futura madre. Así, el escritor sería fruto de la
reconciliación, y debería su existencia a los mismos celos que tanto analizaría en su
obra dramática.
Niño muy precoz, leía latín y castellano ya a los cinco años. A la misma edad compone
versos. Siempre de acuerdo con su testimonio, a los doce escribe comedias (Yo las
componía de once y doce años / de a cuatro actos y de a cuatro pliegos / porque cada
acto un pliego contenía). Es posible que su primera comedia fuese, como el mismo
Lope afirmaría en la dedicatoria de la obra a su hijo Lope, El verdadero amante. Su
gran talento le lleva a la escuela del poeta y músico Vicente Espinel, en Madrid, a quien
siempre citó con veneración. Así el soneto: Aquesta pluma, célebre maestro / que me
pusisteis en las manos, cuando / los primeros caracteres firmando / estaba, temeroso y
poco diestro... Continúa su formación en el Estudio de la Compañía de Jesús, que más
tarde se convierte en Colegio Imperial (1574):
4. Así, Lope no consigue el grado de bachiller y para ganarse la vida tiene que trabajar como
secretario de aristócratas.
En total tuvo 15 hijos documentados entre legítimos e ilegítimos.
Obras
El peregrino en su patria
La Dorotea
La niña de plata
QUEVEDO
Quevedo nació en Madrid en el seno de una familia de hidalgos.
Huérfano a los seis años, pasó a estudiar en el Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, en lo
que hoy es el Instituto de San Isidro de Madrid.4 Estudió Teología en Alcalá, sin llegar a
ordenarse, y lenguas antiguas y modernas. Se gana la amistad de Félix Lope de Vega, así como
de Miguel de Cervantes.
La obra poética de Quevedo, que está constituida por unos 875 poemas. Aproximadamente,
un 40% de sus textos son satíricos; si a ello se le añade el hecho de que muchos de ellos
circularon públicamente en vida del autor a través de copias manuscritas, se explica la fama de
crítico severo y mordaz de su época con que se conoce, en parte, a Quevedo.
5. VELÁZQUEZ
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, hacia el 5 de junio de 15991 – Madrid, 6 de
agosto de 1660), conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno de
los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.
Las meninas
7. ZURBARÁN
Fue un artista representativo de la Contrarreforma.
DIBUJA MUCHO LA RELIGIÓN.
MURILLO
8.
9. FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES
http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Goya
Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 30 de marzo de 1746 – Burdeos,
Francia, 16 de abril de 1828).
EL QUITASOL
10. LA PRADERA DE SAN ISIDRO
CÓMICOS AMBULANTES
EL COLOSO
2 DE MAYO DE 1808