El documento es un poema de despedida de un maestro jubilado. En el poema, el maestro agradece a familiares, amigos, alumnos y compañeros por su presencia en su jubilación. Recuerda su infancia, su vocación de maestro y su trayectoria profesional como maestro en diferentes pueblos. Finalmente, expresa su orgullo por haber sido maestro y el sueño que siempre tuvo de serlo.
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Jubilacion 17 de noviembre de 2012
1. 17 de Noviembre de
2012
A cuantos estáis aquí, familiares,
amigos y amigas, compañeros, compañeras,
alumnos, alumnas, padres y madres… os
quiero agradecer sinceramente vuestra
presencia. Y al igual que en otras
jubilaciones en las que participé, pergeñé
unos breves versos, hoy no quiero ser
menos, ya que ésta es la jubilación más
importante a la que asistiré jamás.
Por lo tanto, con vuestro permiso, me
dedicaré a mí mismo lo que voy a leer a
continuación. Espero que cada uno de los
presentes se sienta identificado en algún
rinconcito de este poema… que empiezo así:
Qué difícil es romper
el nudo de este silencio,
pero ya que estoy aquí
voy a contaros un sueño,
un sueño que yo soñaba
cuando soñaba despierto.
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2. Todo esto sucedía
tan veloz como lo cuento.
Sucedieron tantas cosas…
Ha pasado tanto tiempo…
Y sin embargo parece
que no despertó Morfeo.
Tuve la inmensa fortuna
de nacer en buen momento
(Así que ahora estoy jubilado,
jodido pero contento)
Mis padres que eran humildes
pero sobre todo buenos,
me guiaron por caminos
rectos como sus consejos.
De mi padre, en gloria esté,
al que, dicen, me parezco,
aprendí algo importante
“A ser honrado y parecerlo”,
A devolver con sonrisas
las patadas que me dieron.
De mi madre, su belleza…
No fue posible, me temo.
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3. Sí el mimo, la protección,
ese cariño tan tierno
que desborda el corazón
porque no te cabe dentro.
Tras una feliz niñez
entre Frómista y Cisneros
me dio por ser un Obispo
y ni al diablo me encomiendo,
que estuve en el seminario
cuando aún era pequeño.
Y antes de llevar sotana
del asunto me arrepiento.
Me gustaban más las faldas
con los colores al viento.
Gracias también a mi hermano,
por poner en mí su empeño
y gracias a que aprendí
muchos latines y griegos,
encaminaba mis pasos
hacia el dulce magisterio.
Allí aprendí a ser pirata,
3
4. guitarra colgada al cuello
Y a punto estuve de echar
al traste todo el invento.
Pero escuché, qué gran suerte,
de nuevo buenos consejos
de mi novia y de mis padres.
Buenas razones me dieron
y terminé la carrera
casi, casi como un juego.
Yo no sé qué pudo ser
si yo era un tío muy feo.
Pero una tarde de agosto,
con las pipas y el paseo,
conocí a esa muchachilla
que ni me miró, me creo,
pues seguro que si lo hace
aún seguiría corriendo.
Esa pudo ser mi suerte,
o tal vez, mi buen gracejo
lo que pudo desarmarla,
lo que acabó en un “te quiero”.
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5. Y soplaron los alisios
y buenos y malos vientos.
Tú, en silencio y en la sombra,
dirigiendo mi velero.
Siempre juntos, siempre unidos,
aunque parezca un misterio.
Perdonad si ahora mismo
hago pausa y me detengo.
Que tengo que hablar muy alto
y hasta quitarme el sombrero
con estos dos hijos míos
que colmaron mis anhelos
y que no sabré bastante
reconocer sus esfuerzos.
Pero sé que sí que saben
lo orgulloso que me siento
… aunque a ver si se dan prisa
que ya quiero ser abuelo.
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6. Muchas gracias también Fuen
y Fabi por este encuentro.
Dure vuestro amor mil años.
Eso es lo que más deseo.
En Quesada disfruté
de la música en directo,
subido a los escenarios,
tocando de pueblo en pueblo
con Manolo, Miguel Ángel,
Pepe, Antonio y el Herrero.
¡Cómo ayudó el Grupo Clave
al acervo quesadeño!
Hace poco despertó
el gusano puñetero.
Con la música en las venas
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7. a sentirme vivo he vuelto.
Sandra, David, Mari Carmen…
¡Qué pedazo de conciertos!
Otra vez la adrenalina
recorriéndonos el cuerpo.
En Aguilar y en Quesada
tuve grandes compañeros.
Algunos estáis presentes,
otros quedaron muy lejos
y otros permanecerán
vivos en nuestro recuerdo.
De todos pude aprender
mil lecciones que me hicieron
más justo, mejor persona,
más humano y más sereno.
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8. Quiero mencionar aparte
a los que me dirigieron.
Si la memoria no falla
Carlos Tamargo, el primero.
Salvador, que en paz descanse,
Y los que le sucedieron:
Jesús Salas, también Cipri
y el último, Juan Moreno.
A todos y a cada uno
os admiro y os respeto.
Nunca fue fácil llevar
ese barco hasta buen puerto.
Creo que siempre apoyé
las cosas que decidieron,
que me mantuve a su lado,
si bien hubo algún momento
en que más bien parecía
yo, un moscardón cojonero.
Bien os consta que lo hice
Por amor a mi colegio.
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9. Dicen que son el tesoro
más preciado que tenemos.
Los que están siempre a tu lado.
Los que luchan con tus miedos.
Los que nunca te traicionan.
Los que guardan tus secretos.
Los que te sirven de apoyo
en horas de desconcierto.
Los que te tienden su mano
cuando tienes un tropiezo.
Los que habéis venido hoy.
Los amigos verdaderos.
En lo profundo del alma
guardo un cariño sincero
para todos los alumnos
que he encontrado en el trayecto,
a los que, modestamente,
ayudé a lanzar su vuelo.
Seguro que con errores
y con algunos aciertos.
En mi corazón tenéis
levantado un monumento.
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10. A todos los aquí presentes,
familiares, compañeros,
amigos, alumnos, padres,
con mi cariño y mi afecto.
Gracias por estar conmigo
y hacérmelo tan ameno.
Por la grata compañía.
Por este bello momento.
Unos, por estar tan cerca.
Otros, más aventureros.
de Granada, de Jaén,
y de Murcia, Marmolejo,
Málaga, Almería, Begíjar…
… tendré que hacer un recuento.
No sé si me dejo alguno
olvidado en el tintero…
De Aguilar de la Frontera
también un par de viajeros.
A toda la prisa tuve
que modificar mis versos.
A todos, pues, os repito:
No sabéis cuánto me alegro.
Quiero terminar mis rimas
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11. con un vocablo certero.
Mucho más que una palabra.
Mucho más que un sentimiento.
Lo que siempre quise ser.
Lo que he terminado siendo.
Tal vez sólo lo soñé
pero fue el sueño más bello
pues de tanto que he soñado
sueño que aún soy… MAESTRO.
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