El documento describe la etología equina y la doma natural de caballos. Explica que la doma natural se basa en la observación del comportamiento natural de los caballos para comunicarse y domarlos sin violencia. El proceso involucra ganar la confianza del caballo a través de perseguirlo suavemente en un círculo hasta que se calma, luego acariciarlo y montarlo gradualmente a través de pasos como poner una silla en el suelo para que la huela.
1. ETOLOGÍA EQUINA O DOMA NATURAL.
La etología es la ciencia que se ocupa de entender el comportamiento y la conducta de los animales, a través de la observación de
ellos en estado natural, para luego aplicar estos conocimientos con el fin de que el ser humano pueda comunicarse con ellos y domesticarlos de
tal manera que se generen relaciones hombre-animal beneficiosas para ambos.
En este artículo presentaremos las bases de la doma natural o doma racional que es consecuencia de la aplicación de la etología del
caballo. En el próximo artículo de diciembre veremos algunas anormalidades conductuales de los caballos y sus tratamientos.
Para poder entender el comportamiento de los caballos es necesario conocer algo de su vida en estado natural. Son animales sociales
que se comunican principalmente con sus pares a través de lenguaje corporal, sin muchas vocalizaciones para no llamar la atención de sus
depredadores, y cuyas defensas son principalmente los sentidos de la visión casi en 360 grados, ya que sus ojos están hacia ambos lados de la
cara; oído sensible para escuchar sonidos que les adviertan de la aproximación de depredadores; y lo más notable como mecanismo de defensa
es la capacidad de arrancar corriendo explosivamente ante el peligro. La compañía con otros caballos es también una manera de sentirse seguro,
por lo que el caballo siempre va a buscar a alguien (otro caballo o persona).
El lenguaje corporal, nombrado por algunos como lenguaje equus, es la base social de comunicación entre los caballos, siendo
necesario conocerlo para entenderlos que quieren decir, ellos a través de su cuerpo manifiestan diferentes sensaciones tales como tranquilidad,
nerviosismo, amistad, confianza, enojo, malestar, dolor y comodidad.
De manera innata un caballo salvaje reconoce en el ser humano a un depredador, ya que nosotros tenemos la apariencia física de
estos, como ojos en la parte frontal de la cara para enfocar a la presa, manos con dedos separados similares a garras de un felino, por lo que su
reacción frente a nosotros es escapar.
DOMA NATURAL
Tomando en cuenta estos conocimientos se ha desarrollado una metodología para "domesticar" o domar en forma "racional" o
"natural" a los caballos, sin violencia, sin golpes, sólo basado en la comunicación corporal, obteniendo un animal de carácter equilibrado, con
plena confianza en su domador o jinete, dispuesto a realizar todo lo que se le pida. Esta metodología comenzó a ser desarrollada en los Estados
Unidos a mediados del siglo pasado y se ha convertido en nuestros días en la primera opción de doma en ese país y Europa, además de ser
adoptada como obligatoria por la caballería del ejército británico. Además de ser aplicable para la doma de potrillos, se utiliza como
tratamiento de equinos adultos con "mala conducta" producto generalmente de malas enseñanzas (la culpa no la tiene el chancho) o domas
traumáticas. Es tal la eficacia de este tipo de doma que se ha utilizado incluso con equinos salvajes los que pueden ser montados sin un solo
corcoveo luego de un par de horas de trabajo.
A continuación veremos una secuencia de acciones que se realizan en una doma natural:
2. Se introduce al caballo en un corral circular idealmente de 18 a 20 metros de diámetro, con muros altos que le impida distraerse con
el medio externo, se le deja un tiempo prudente para que se relaje en el lugar. Luego el domador se sitúa en el medio del círculo con actitud
corporal predadora, es decir, hombros hacia atrás, vista fija en los ojos de la presa (el caballo), las manos abiertas simulando garras, puede
utilizarse una cuerda larga de material suave (para no provocar dolor) en una mano.
El domador manteniendo la actitud comienza a perseguir al caballo obligándolo a que huya de él haciéndolo correr a una mano y
luego a la otra, puede ayudarse arrojando la cuerda sobre el animal.
El caballo en esta situación, probablemente tomará una conducta defensiva huyendo con actitud corporal que manifiesta temor, y
atento a la conducta del domador, orientando la oreja del lado del centro del círculo hacia el domador.
Luego de unos minutos el caballo se comienza a dar cuenta que el arrancar en círculos no lo lleva a ninguna parte, y que no ha sido
atacado por el domador, por lo que comienza a dar señales de tranquilidad, baja su cabeza, relaja el lomo, cuello, y comienza a sacar
la lengua, (tal como un potrillo le avisa a su madre que desea acercarse a ella y mamar).
Observadas estas manifestaciones del caballo, el domador comienza a comunicarle que no le provocará daño, bajando los hombros,
no mirándolo a los ojos, hablándole suavemente. Se continúa moviendo al caballo en círculos hasta asegurarse de que las señales de
tranquilidad del caballo son completas.
Observadas estas manifestaciones del caballo, el domador comienza a comunicarle que no le provocará daño, bajando los hombros,
no mirándolo a los ojos, hablándole suavemente. Se continúa moviendo al caballo en círculos hasta asegurarse de que las señales de
tranquilidad del caballo son completas.
3. Otra buena forma de demostrar al caballo que es agradable nuestra presencia es acariciarlo y retirarnos varias veces, luego de esto si
le damos la espalda generalmente nos seguirá, tal como sigue un potrillo a su madre o una yegua al semental jefe de la manada. En este punto el
caballo podría apoyar su frente en la espalda del domador y darle un empujón, manera de intentar del caballo de "dominar" al domador por lo
que se le debe alejar enérgicamente si lo hace.
Si hemos logrado que el caballo se acerque al domador, lo siga, gire junto con él, se detenga y nos vuelva a seguir, es porque ya
hemos ganado la plena confianza del caballo y nos acepta como un amigo, se ha generado un vínculo maravilloso entre dos animales de
distintas especies, se ha logrado la comunicación entre hombre y caballo.
Alcanzado este punto, se puede avanzar a la monta del caballo. Primero con caricias se desensibiliza el cuerpo del caballo, se le toca
con las manos, con el cuerpo, con la cuerda, que se acostumbre a nosotros. Con la cuerda se hace un lazo alrededor de su cuello y el resto de la
cuerda se apoya en el lomo del caballo, así se le pide que nos sigua, caminando. La cuerda se cambia de posiciones varias veces, de esta forma
el juego lo preparará a la montura.
La montura se puede presentar en el suelo al caballo para que la olfatee y conozca, se puede hacerlo caminar sobre ella para que la
sienta con sus patas, luego el domador toma la montura y suavemente la apoya en el lomo del animal, nuevamente se hace que nos siga el
caballo para habituarlo a mantenerla en su lomo. Siempre se debe reconfortar con caricias las buenas respuestas del caballo. Así podemos
ajustar las cinchas con calma. Luego el domador comienza a cargar su cuerpo sobre la montura, apoya su abdomen en ella, y lento pero siempre
en contacto con el caballo pasa su pierna sobre el lomo para quedar sentado en la montura.
Esta metodología de doma es aplicable a cualquier equino orientado a cualquier disciplina deportiva o de trabajo para luego
comenzar a entrenarlo en su especialidad, así se puede obtener un aprendizaje más rápido ya que el caballo estará mejor dispuesto a trabajar.
La doma natural debe ser realizada por gente experta, ya que errores en la aplicación del método pueden provocar efectos
conductuales no deseados. Hágase asesorar.