2. Erase una vez, o dos, un ratoncito
que se llamaba Chisme. Chisme
era un ratón gordito y muy
gracioso.
Tenía una nariz negra y muy
redonda, ojos saltones y 18 pecas
en su afilada cara.
Chisme era muy simpático y
amigo de sus amigos, pero tenía
un problema: contaba mentiras.
3. Contaba mentiras sin darse ni cuenta.
Si su madre le preguntaba si había hecho los deberes
él decía que si sin pensarlo, aunque no los hubiera
hecho. Así estaban todos contentos.
Les contaba a sus amigos que había visto una casa
toda hecha de queso sólo para quedar bien.
Decía que tenía un amigo que era gato, cuando todos
sabemos que eso es imposible. Los gatos y los ratones
no pueden ser amigos. En fin, siempre le resultaba
más fácil decir una mentira que decir una verdad.
4. Un buen día en su ratonera,
le dijo su madre.
-Chisme, ¿has recogido tu
habitación?
-Claro- dijo Chisme aunque
no lo había hecho. De
pronto, vió como en la
habitación se hacía un poco
más pequeña. El marco de la
puerta se había bajado y
estrechado. Todo se había
encogido un poco.
5. Chisme no le dió
mucha importancia,
hasta pensó que
quizás lo había
soñado despierto.
6. Al rato, de golpe se abrió la puerta de casa y
entró su hermano Cheddar sin aliento y con un
importante trozo de queso bajo el brazo.
-Uf! Por poco me pillan- dijo Cheddar. -Me han
perseguido hasta aquí dos gatos enormes. Menos
mal que les he dado esquinazo en la cocina de los
Lopez.
7. -Pues eso no es nada- vaciló Chisme- a mi el otro
día me persiguieron 10 gatos siameses desde la
parada de bus hasta aquí. Al final me di la vuelta y
me puse a hablar con ellos. Me regalaron un
chorizo y un queso manchego buenísimo.
Según salieron las palabras de la boca de
Chisme, otra vez la habitación se encogió.
Esta vez Chisme estaba seguro de que no lo había
soñado. Se acerco al cuarto de su hermano, era
tan pequeño que no podían ni entrar. Chisme
empezó a asustarse. Cada vez que decía una
mentira su casa se hacía más pequeña.
8. Al día siguiente, el padre de
Chisme, Pancho, tuvo que irse a
desayunar al bar porque no cabía
en una mesa tan pequeña.
-Recoge el desayuno, Chisme-
dijo Chavela, su madre.
-Le toca a Cheddar, yo lo hice
ayer.- soltó Chisme sin pensar. De
pronto la cocina y el salón y su
familia directamente
desaparecieron…..
9. Solo. Se había quedado solo. Ni casa, ni hermano,
ni madre, ni padre. Con tantas mentiras, no cabía
nada más en esa casa.
Chisme se puso a llorar: sniff, sniff. Siguió
llorando: sniff , sniff. Estaba muy triste y muy
pero que muy sólo. BUAAAAAAAAAAAA: el llanto
se volvió desconsolado.
10. Entre llanto y llanto, de pronto oyó un
zumbido. BIZZZZZZZ, BIZZZZZZZ,
BIZZZZZZ. Otra vez ese zumbido,
BIZZZZZZZZ,
BIZZZZZZZZ. Chisme levantó la cabeza y
empezó a secarse las lágrimas de sus
ojos con sus manitas mientras buscaba
de dónde venía el zumbido.
De pronto se le posó una mosca en el
regazo y el zumbido paró. La mosca se
le quedó mirando. Había un silencio….
11. -Hola- dijo la mosca.
-Hola- dijo Chisme.
-Lloras- dijo la mosca
-Tengo pena- dijo Chisme –Mi familia ha
desaparecido, mi casa está muy pequeña y estoy
sólo…..muy sólo- BUAAAAAAAAAAAAA ….de
pronto se puso a sollozar de nuevo.
La mosca, que era muy sabia y muy lista y que
además había estudiado la carrera en Houston (de ahí
su ligero acento) había visto casos muy parecidos. Se
quedó pensando un momento.
12. -Hmm, creo que sé lo que pasa aquí.- dijo
pensativa. –Este va a ser el típico caso de
Mentirosis. No es la primera vez que lo
veo. La Mentirosis es cuando un individuo
miente por sistema y no lo puede controlar.
¿Tú dices siempre la verdad, Chisme?-
-Si- dijo de nuevo el ratón sin pensar.
De pronto desapareció la casa entera. Ahora
sí que empezó a llorar el pequeño ratón. No
tenía consuelo.
13. La mosca puso cara de disgusto. –Chisme,
¿no te das cuenta de lo que le pasa a los
ratones que mienten?
-¿Que?-
-Que se quedan solos.
-¿Y porque?- dijo Chisme
-Pues, porque nadie se fia de ellos. Y lo
que es peor, si luego deciden decir la
verdad, nadie les cree. Porque han
mentido tantas veces que nadie confía.
14. Chisme lloriqueó un poco más.
-Mira Chisme- dijo la mosca –Por suerte la
Mentirosis tiene cura. Si te arrepientes de haber
mentido y empiezas a decir la verdad ya verás como
todo cambia. Decir la verdad es la mejor medicina
para esta enfermedad.
-Y si digo la verdad, ¿volverá mi familia?
-Claro
-¿Y mi casa?
-Claro. Vamos a intentarlo- dijo la mosca. –Chisme
¿quieres a tu familia?
-Sí, ¡mucho!, ¡mucho!
15. De pronto en el suelo, apareció su
pequeña casa. Era muy pequeña,
pero ahí estaba.
16. Y así fue como poco a poco,
y a fuerza de decir la verdad,
volvio todo a la normalidad.
Los amigos de Chisme
empezaron a creerle y su
mamá también. Y después
de algún tiempo, Chisme se
curó de su enfermedad y
volvió a ser el ratoncillo tan
majo y simpático de antes.
Fin.