1. TEATRO INVESTIGACIONES
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Historia del teatro en Grecia.
Teatro Griego en los ritos Dionisíacos
La historia del teatro en occidente tiene sus raíces en Atenas, entre los siglos VI y V a.C. Allí, en jun
pequeño hoyo de forma cóncava —que los protegió delos fríos vientos del Monte Parnaso y del calor
matinal— los atenienses celebraban ritos en honor a Dioniso; estas primitivas ceremonias rituales irían
luego evolucionando hacia el teatro, constituyendo uno de los grandes logros culturales de los griegos. Lo
cierto es que este nuevo arte estuvo tan estrechamente asociado a la civilización griega que cada una de las
ciudades y colonias más importantes contó con un teatro, cuya calidad edilicia era una señal de la
importancia del poblado.
El teatro griego —para ser más precisos esa forma de teatro que conocemos como tragedia— había tenido
su origen en el ditirambo, una especie de danza que se realizaba en honor del dios Dionisos. Si tenemos en
cuenta que Dionisos era la deidad del vino y la fertilidad, no debe sorprendernos que las danzas dedicadas
a él no eran moderadas ni que sus cultores estuvieran ebrios.
A fines del siglo VII a.C., las representaciones del ditirambo se habían difundido desde Sición, en las
tierras dóricas del Peleponeso donde se habrían originado, hacia los alrededores de Corinto, donde
ganaron en importancia literaria. Muy pronto, se habían extendido hasta Tebas y hasta las islas de Paros y
Naxos.
Para todos aquellos que conocen los muy especiales efectos del sol de Grecia, de su vino ligeramente
resinoso y de ese buen humor espontáneo llamado Kefi, no es tan difícil comprender que esta primitiva
dañinaza adquirió tanta popularidad entre los bulliciosos festejantes que celebraban los misterios de la
liberación del vino.
En nada se parecieron las representaciones teatrales de las Atenas de Pericles a las espontáneas
ceremonias de la fertilidad de dos siglos atrás. Sin embargo el teatro tuvo su origen en dichos ritos. Lo
atestiguan los mismos vocablos, “Tragedia” y “Comedia”. La palabra tragedia, del griegos tragos (cabra)
y odé (canción), nos retrotrae literalmente a los ditirambos de los pequeños poblados, en los que sus
interpretes vestían pieles de macho cabrío e imitaban a las “cabriolas” de dichos animales y donde, muy a
menudo, un cabrito era el premio a la mejor representación. Aunque Aristóteles no concuerde con ello,
quedan pocas dudas que la palabra comedia deriva de Komazien (deambular por los villorrios) lo que
sugiere que los interpretes —a causa de su rudeza y obscenidad— les estaba prohibido actuar en las
ciudades.
En el siglo VI, Tespis, un poeta lírico, que viajaba en carreta de pueblo en pueblo, organizando las
celebraciones de las festividades locales, introdujo el ditirambo en el Ática.
Dejando de lado las desordenadas danzas de lascivos bebedores, los ditirambos que Tespis escribió,
dirigió y protagonizó fueron representaciones orgánicas de textos literarios par bailar y cantar, con
acompañamiento de flauta, interviniendo cincuenta hombres o jóvenes.
Habría sido de Tespis —o de Frínico, su sucesor— la idea de destacar a uno de los intérpretes del resto del
coro, creando así la necesidad del diálogo dramático. Surgía así la forma teatral que denominamos
tragedia. Esta nueva forma recibió la aprobación oficial en el año 538 a.C. cuando el tirano Pisístrato
decretó como competencia cívica elevó esa nueva forma de celebración al sagrado nivel cultural de los
juegos de Atenas. Pisístrato aseguraría más tarde su permanencia al asignarle un lugar muy concurrido de
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la ciudad y la calle de Trípodes. Este terreno fue consagrado a Dioniso y hasta nuestros días se le conoce
como el teatro de Dionisos.
Nada queda en las primitivas estructuras que fueron por entonces utilizadas como teatros, auque los
estudiosos basándose en fragmentos de información recogidos en varias fuentes, han logrado ensamblar
las distintas partes de un rompecabezas que nos da una imagen bastante confiable de dichos edificios.
Sabemos por ejemplo, que la estructura principal del área de actuación era la orquesta circular (del griego
orcheisthai: bailar), donde el coro bailaba y cantaba. Es probable que las zonas circulares y pavimentadas
que las comunidades rurales griegas usan todavía para trillar el grano —debido a su forma y utilidad—
hayan sido las primeras orquestas (este término aún sirve designar en algunos teatro europeos al área que,
luego de quitar las butacas puede ser utilizada para bailar). Adyacente a esta zona, había un altar para los
dioses, donde se recibían y conservaban las ofrendas y un edificio donde los actores se vestían y del que
pasaban a la zona circular, reservada par alas danzas. Ambos edificios estaban a la zona circular, reservada
para las danzas, ambos edificios estaban construidos en madera. Además, según parece, el público
ateniense, que era muy numerosa para permanecer de pie, se sentaba en rampas de tierra dispuestas
alrededor de la orquesta. Tiempo después, sobre esas rampas, se construyeron gradas de madera para que
el público estuviera más cómodo.
El edificio lateral que actualmente consideramos como típicamente griego, surgió de esos simples
elementos. A medida que el teatro aumentó en importancia como espectáculo, el tamaño del altar fue
disminuyendo, el edificio de las ofrendas se transformó en la tesorería y el edificio de los camarines se
convirtió es skene o sea el lugar donde los actores representaban (en oposición a la orquesta, sonde
solamente podía actuar el coro) Los camarines también servían como antesala de la cual los actores salían
a escena y a donde luego se retiraban.
Muy poco nos ha quedado del basto repertorio ateniense que incluía cientos de obras teatrales. Sólo nos
han llegado los nombres de la mayoría de los autores. De todas maneras no hay ninguna duda de que el
teatro en Atenas fue una institución maravillosamente coordinada, cuya función primordial consistía en
exaltar la cultura ateniense, en enseñar moralidad y en proporcionar a la ciudadanía su sentido de
identidad. En el siglo de Pericles, en esa institución habría de alcanzar la perfección artística llegando a
figurar junto con la democracia, la historia, la filosofía y la retórica como un loro intelectual superior.
Durante siglos, la mayor parte de lo que sabemos del teatro ateniense nos a llegado por medio de la
Poética de Aristóteles. A pesar de que fue escrita en el año 344 a.C. —ochenta y cinco años deaspués de la
muerte de Pericles— es la crónica más antigua y más completa sobre el tero griego, sobre su historia y
preceptiva.
La arqueología moderna y los estudios han cuestionado repetidamente la autoridad de la Poética
argumentado que se trata de un trabajo muy posterior, pleno de opiniones subjetivas y comentarios de
segunda mano. Sin embargo, nos ha proporcionado una gran riqueza de información en cuanto a las
normas por las cuales los autores griegos se regían para escribir sus obras, a la utilización de esas normas
y hasta un relato de sus orígenes e historia.
Independientemente de sí las fuentes a que recurrió Aristóteles son exactas o no y si sus opiniones son
validas —dejando de lado el problema aun más serio de sí su obra pudo ser mal interpretadas—, los
efectos decisivos que su poética a tenido posteriormente sobre la erudición, la critica y el gusto teatrales
de Europa occidental, son los suficientemente importantes como para asegúrala re un lugar de suma
importancia en la historia del teatro.
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Teatro griego en Siracusa
Testimonio imponente de la arquitectura griega del siglo II a. C., el teatro de la ciudad italiana de Siracusa
fue excavado en la roca aprovechando la pendiente natural de una colina. Era capaz de albergar en su
origen a 15,000 espectadores, y en la actualidad acoge, durante el verano, una serie de manifestaciones
culturales que incluyen representaciones de tragedias y comedias de autores clásicos griegos y romanos.
La urbe de Siracusa es la capital de la provincia del mismo nombre y está situada en la costa suroriental de
la isla de Sicilia, de la cual fue la mayor y más importante ciudad durante la edad antigua.
El arte dramático Dionisíaco en Friedrich Nietzsche
Habitualmente, relacionamos la acción teatral con la representación dramática comentada en actores
expresando los parlamentos de una obra o tallando acciones en un escenario. Pero, en un comienzo, lo
teatral desconocía la oposición entre público y escena; y no era acción sino canto y “visón”. Según
Nietzsche, en el nacimiento de la tragedia, los orígenes del teatro se hallan en la veneración religiosa del
dios griego Dioniso. Lo teatral era coro que exaltaba, mediante el ditirambo, las grandezas del dios de la
vid, la exuberancia y la metamorfosis, la acción dramática allí no consistía en los diálogos entre
personajes en escena, sino en cánticos de alabanza divina. Cánticos mediante los cuales los integrantes del
coro dionisíaco, los sátiros, se transformaban mágicamente en la divinidad adorada. Así, en sus
comienzos, en el teatro griego no había “acción” en su sentido corriente, sino “visión” del dios. En un
latido posterior, del coro emerge un coreuta que deviene actor, que portando una máscara, actúa en
representación de Dioniso.
Luego surgiría el diálogo entre los miembros del coro y el actor, que encarnaba al dios. Comienzo del
juego de separaciones entre escena y público, obra y representación.
Teatro Griego
El teatro griego surge tras la evolución de las artes y ceremonias griegas como la fiesta de la vendimia
(ofrecida a Dionisios) donde los jóvenes iban danzando y cantando hacia el templo de dios, a ofrecerle las
mejores vides. Luego un joven que resaltó entre el grupo de jóvenes se transformó en el Corifeo o maestro
del coro, quien dirigió al grupo. Con el tiempo aparecieron al bardo y el rapsoda, que eran los recitadores.
En el curso del siglo V a.C., durante la edad clásica de Grecia, se establecieron los modelos tradicionales
de la tragedia y la comedia, los dramaturgos Esquilo y Sófocles añadieron respectivamente un segundo y
tercer actor en la acción, lo que dio a ésta una complejidad que hacia necesaria la creación de mayores
escenarios. Para ello se erigieron grandes teatros de piedra, entre los que cabe citar el aún conservado de
Epiaduro en el siglo V a.C., capaz de albergar a 12,000 personas, y el de Dionisio en Atenas, en el siglo
IV a.C. su construcción se realizaba mediante el aprovechamiento de al faldas de una colina, donde se
disponían en forma circular las gradas que rodeaban la orquestra, espacio circular en el que se efectuaba la
mayor parte de la representación. Tras la orquestra se levantaba una edificación llamada skené, escena,
destinada a que los actores cambiaran su vestimenta. Delante de ella se levantaba una pared columnada, el
proscenio, que podía sostener superficies pintadas que evocaban el lugar de la acción. Estos decorados,
junto con las túnicas y máscaras empleadas por los actores y algunas máquinas rudimentarias, consistían
todo el aparto escénico.
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Las representaciones del teatro griego se hacían al aire libre, contaba con un coro (dirigido por el corifeo o
maestro del coro) que cantaba [el coro] y danzaba en torno a un altar. En el teatro griego se representaban
dos tipos de obras: la tragedia, obra dramática de final desgraciado que trataba de temas de leyendas
heroicas y utilizaba, oportunamente, a los dioses para su final, y la comedia satírica, que criticaba
humorísticamente a los políticos y a las obras e incurrían en una mímica iniciada por un coro de sátiros, y
comedias que tenían por tema asuntos de la vida cotidiana; todas estaban escritas en verso y utilizaban
máscaras.
La figura de Dionisios
Algunos historiadores del arte antiguo consideran que el culto a dionisios se originó en Frigia, en la
denominada Asia Menor y que de allí paso a Tracia ( en el norte de Grecia) Aparentemente desde éste
lugar se habría extendido por el resto de la península. El dios fue llamado desde entonces de diversas
maneras (como atestigua Eurípides en “Las Bacantes”): Bromio, Barbato, Cadmeo, Ditirambo,
Melpómeno, Musageta, Naxio, Sabecio, Yaco, Baco y Dionisio, siendo éstas dos últimas las más comunes
de entre sus denominaciones.
Otros, en cambio, aseguran que el culto a dicha divinidad es de claro origen minoico y ven en la figura
del toro a su antecesor más inmediato. A su vez, existe la teoría que relaciona a Dionisio con una
divinidad del panteón egipcio (Osiris) que habría surgido en relación directa de Shiva, divinidad India. De
Egipto habría pasado a la civilización cretomicénica y de allí a Grecia. Respecto a ésta última
consideración, Alan Danielou va aun más lejos y especifica que: “En el Neolítico y a comienzos de la
edad de bronce antiguo se cristaliza, entre los invasores dravídicos, el culto a Pashuapati, el Señor de los
animales y a Parvati, la Dama de las montañas. Se trata de un gran movimiento filosófico y religioso que,
con el nombre de Shivaísmo, se superpondrá al animismo y será la fuente principal de la que beberán la
ulteriores religiones. El Señor de los animales y la Dama de las montañas, que encontramos también en
Creta con los nombres de Zagreus y Cibeles, aparecerán en todas las civilizaciones emparentadas
lingüísticamente o culturalmente con el mundo dravíco”
El culto a Shiva (el Señor de los animales o Pashupati), quien a menudo es representado en la India con
una máscara cornuda y a veces con cabeza de toro o con cuerpo de toro y cabeza humana (similar a un
minotauro mimnoico), era asociado a los siguientes símbolos:
El teatro en Grecia (foros)
El teatro es la construcción ideada para las representaciones dramáticas. El drama surgió de las danzas
córicas en honor de Dionisios, danzas que tenían lugar en un sitio circular, orchestra, en un recinto al pie
de la Acrópolis de Atenas.
Cuando el corifeo mantenía un diálogo con los choreutae se subía a una mesa que estaba junto al altar de
Dionisios en el centro de la orchestra, pero como el número de los actores y la importancia del diálogo
fue aumentando, fue necesario levantar una plataforma al lado del sitio de la danza y una barraca donde
los actores pudiesen cambiar de traje y de máscara. Al mismo tiempo se levantaban gradas temporales de
madera para los espectadores, que no situaban ya en filas alrededor del redondel, sino sólo en la falda de
la Acrópolis que daba cara al sur. Se cuenta que el derrumbamiento de aquellas gradas en el año 499 a.C.
a causa de la aglomeración de público, condujo a la erección del primer teatro permanente, la causa de
esta erección es diversa, según los autores. Pero la más aceptada es la de Suidas que refiere que hacia la
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Olimpiada LXX se incendió el teatro de Atenas, que era de tablas, en ocasión en que se representaba un
drama del poeta Pratinas, y que poco después, habiéndose perfeccionado la poesía dramática en Grecia, el
ateniense Esquilo persuadió a sus compatriotas de la conveniencia de construir un teatro de piedra y, en
efecto, se encargo de la construcción del mismo los arquitectos Demócrates y Anaxágoras, y se eligió para
ello una llanura situada al pie de la Acrópolis.
La mayor parte de los teatros griegos aún en pie datan del período helenístico, alrededor del siglo IV a.C.
Hasta la construcción del Gran Teatro de Pompeyo se mantienen los sistemas constructivos griegos. Este
teatro modificó los sistemas estructurales y de ahí surge el teatro romano.
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Olimpiada LXX se incendió el teatro de Atenas, que era de tablas, en ocasión en que se representaba un
drama del poeta Pratinas, y que poco después, habiéndose perfeccionado la poesía dramática en Grecia, el
ateniense Esquilo persuadió a sus compatriotas de la conveniencia de construir un teatro de piedra y, en
efecto, se encargo de la construcción del mismo los arquitectos Demócrates y Anaxágoras, y se eligió para
ello una llanura situada al pie de la Acrópolis.
La mayor parte de los teatros griegos aún en pie datan del período helenístico, alrededor del siglo IV a.C.
Hasta la construcción del Gran Teatro de Pompeyo se mantienen los sistemas constructivos griegos. Este
teatro modificó los sistemas estructurales y de ahí surge el teatro romano.