Os enviamos con inmensa alegría este mensaje de amor que la Jardinera comparte con todas sus semillas, esperamos que el néctar sea un verdadero bálsamo para vuestras almas.
Compártanlo con todos y no olvideis enviar vuestras reflexiones, pues permiten a La Jardinera saber como estais.
El Equipo de La Jardinera
4. el elefante bravo y magnífico, empezó a correr y llegó majestuoso y entró en el agua para beber.
5. Tenía tanta sed, que al llegar a la fuente, en esa gran charca de agua, se le cayó un ojo, ¡ay! ¿Qué le pasó a aquel elefante? Empezó a ponerse nervioso, a chillar ¡mi ojo, mi ojo, he perdido mi ojo! ¿dónde está mi ojo?
6. Entonces con la trompa buscó su ojo en medio del agua y más lo buscaba, más removía el lodo, más removía ese fango que se iba haciendo cada vez más oscuro, moviendo por todo, hasta con las orejas,
7. soplaba tan fuerte que hacía olas en el agua, cada vez estaba más nervioso, más enfurecido, estaba perdido, para él se había terminado su vida, su alegría, sus amigos.
8. Todo el clan de elefantes que estaban a su alrededor estaban sorprendidos por tanto jaleo, tanto ruido y tanto moverse sin saber qué le pasaba.
9. Se acercaron ahí los monos, los pájaros, todas las aves y le decían ¡quieto elefante, tranquilo elefante no te muevas!
10. Y él más se movía y más chillaba ¡he perdido mi ojo, he perdido mi ojo! Y más daba trompetazos y aquella agua estaba más negra y más obscura, no podía ver, no se veía nada,
11. entonces unas aves le dijeron: ¡elefante, elefante, tranquilo te vamos ayudar, no estás solo!
12. Él continuaba sin escuchar y más le decían tranquilo menos escuchaba, hasta que la voz se hizo más fuerte y le dijo:
13. ¡si te paras podrás ver, el agua se calmará, el lodo bajará a tus patas y podrás ver!, entonces el elefante se paró de golpe y se quedó tranquilo,
14. todos los que estaban alrededor, miraban sin comprender, pensaron que le había pasado algo, que era el final de su vida
15. y después de un buen rato que el elefante no se movió, el agua se puso cristalina, el lodo bajó, el polvo terminó por hundirse al fondo de la fuente y de pronto en el medio de sus patas, sobre todo que no las había movido,
16. ahí estaba su ojo, con el agua cristalina y tan clara pudo verlo, lo recogió y se lo colocó.
17. Entonces miró alrededor suyo y vio que había hecho un escándalo que ya estaba perdido, que había olvidado su vida, sus amigos, sus compañeros,
18. la belleza de esas llanuras donde vivía y muriéndose de sed había olvidado por empezar por beber esa agua cristalina, que es la vida.
19. Mis queridas semillas cómo es posible que todos los días que amanecéis, sabiendo que sois Seres de Luz, sabiendo que sois unas almas muy grandes y que nada os puede pasar, porque ya al nacer tenéis la Protección Divina,
20. ¿cómo es posible que por sólo un granito de arena, que puede ser una contrariedad en el trabajo, con vuestros padres, con vuestra familia, o simplemente un disgusto con un amigo, podáis quedaros ciegos?
21. Acordaros del elefante, ese majestuoso paquidermo, que ya se vio perdido sin saber que no se había quedado ciego,
22. sino que había perdido la paciencia, la Fe y la confianza en él.
23. Cuántas veces habéis oído, ¡no estáis solos, no estáis solos! Tenéis a vuestro Ángel de la Guarda, tenéis a los Ángeles del Arcoiris,
24. tenéis a vuestros Guías personales y cuando estáis serenos y tranquilos hasta llegáis a sentir a los Iniciados y esos Seres de Luz que os rodean
26. Si los ojos de vuestro rostro son importantes, más son los ojos del alma que nada olvidan.
27. Mis amadas y queridas semillas seáis grandes y fuertes y nobles como esos elefantes invencibles y no tener nunca miedo de lo que no veis,
28. de la incertidumbre, hasta un poquito de la ignorancia, pensar que esa poquita de ignorancia es lo que nos hace temer y nos da miedo.
29. Repitámonos una y mil veces que nunca nos quedaremos ciegos, que siempre son nuestros Guías que nos acompañan y nuestro Ángel de la Guarda que ve por nosotros, que nos acompaña y que nunca nos abandona,