1. KANT
I – ANÁLISIS TRANSCENDENTAL DE LA RAZÓN
Kant es un filósofo de la razón, pero no es un racionalista. Se
encuentra a caballo entre el racionalismo y el empirismo, pues se formó
en la tradición de Leibniz, pero el conocimiento de Hume le hizo
cambiar de perspectiva. Su lectura dio una nueva dirección a sus
investigaciones.
Decide someter a crítica a la razón misma, para establecer los
límites de su capacidad. El racionalismo europeo del siglo XVII cree que
la razón lo puede todo; los empiristas británicos del siglo XVIII
minusvaloran el poder de la razón y consideran que está acosada por
todas partes por la experiencia; por último, los movimientos
irracionalistas, místicos o espirituales prescinden de la razón,
conscientes de no conocer de forma cabal sus partes.
Por todo ello, se impone analizar la razón humana, erigiendo un
tribunal que asegure a la razón en su uso legítimo y acabe para siempre
con sus arrogancias infundadas; establecer límites a la razón no resta
valor a esta facultad; al contrario, es la garantía de su uso legítimo.
La crítica de la razón y la crítica en general debe ser según Kant el
carácter de la época ilustrada, que pueda provocar por fin la salida de
“nuestra autoculpable minoría de edad mental” y que nos decidamos a
pensar por nosotros mismos (sapere aude).
Este análisis de la razón deberá llevarse a cabo desde la propia razón
(análisis de la razón por la razón, no por la fe, la tradición o la
autoridad). Servirá para establecer los fines y metas últimos de la razón
respondiendo a las siguientes preguntas:
“¿Qué puedo conocer?” Crítica de la razón pura
“ ¿Qué debo hacer?” Crítica la razón práctica y Metafísica de las
costumbres.
“¿Qué me cabe esperar?” La religión dentro de los límites de la razón.
“¿Qué es el hombre?” Respuesta en varias obras.
El término “transcendental” tiene en Kant un sentido concreto
que conviene aclarar: se trata del conocimiento no de los objetos
mismos, sino del modo que el sujeto tiene a priori para conocerlos. Hace
especial hincapié en la dimensión activa del sujeto en el conocimiento.
Distingue también entre “transcendental” y “transcendente”, que se
refiere a lo que se encuentra más allá de la experiencia.
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II – KANT ENTRE EL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO
Realiza una síntesis que supera y enriquece las dos posiciones
enfrentadas en relación a la naturaleza y origen del conocimiento.
Del racionalismo, Kant asume que en el entendimiento humano
hay algo que no procede de la experiencia. Pero rechaza que esos
elementos no empíricos (puros, innatos) puedan utilizarse al margen de
la experiencia.
Igualmente, del empirismo acepta que la experiencia es necesaria
para configurar nuestro conocimiento; pero rechaza que la experiencia
sea suficiente para delimitar los límites y el alcance de dicho
conocimiento.
Por eso, en la síntesis kantiana se precisan los dos elementos: la
experiencia dada en intuiciones sensibles, y los esquemas puros del
conocimiento humano (a priori) que el entendimiento posee
espontáneamente, sin derivarlos de la experiencia.
Así, del conocimiento sensible, forman parte:
LO DADO LO PUESTO POR EL SUJETO
La materia + La forma
El dato sensible + El espacio y el tiempo
EL FENÓMENO
objeto conocido sensiblemente
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III – LA CRÍTICA A LA RAZÓN PURA
El uso de la razón al margen de la experiencia (uso no empírico)
engloba:
ESTÉTICA: Teoría del conocimiento sensible (parte positiva)
ANALÍTICA: Análisis de la facultad del conocimiento humano (parte positiva)
DIALÉCTICA: Estudia la razón como razón. (parte negativa)
La estética transcendental:
La C.R.P. se inicia preguntando: “¿Es posible la metafísica como
ciencia?” Lo que lleva a otras preguntas: ¿Cómo es posible la ciencia?
¿Bajo qué requisitos es posible la ciencia?, y posteriormente: ¿Cómo
investigar tales requisitos? El elemento significativo más simple de una
teoría científica es el juicio o enunciado científico. Si analizamos las
clases de juicios que utilizan las ciencias, podremos comprobar si en
ellos se da la doble condición de aumentar mi conocimiento (juicio
extensivo o sintético) y de que ese conocimiento sea necesario e
invariable, es decir, analítico o a priori.
Teoría y análisis de los juicios de la ciencia:
1. Juicios analíticos: el predicado surge del análisis del sujeto.
Son explicativos, evidentes, se piensan simultáneamente sujeto y
predicado.
2. Juicios a priori: no necesitan ser evidentes; son universales; son
necesarios; independientes de la experiencia; no necesitan que se
piense simultáneamente sujeto y pedicado.
3. Juicios sintéticos: son extensivos, pues aumentan el conocimiento; el
predicado no se obtiene del anáisis del sujeto; no son evidentes.
4. Juicios a posteriori: son contingentes; particulares; dependen de la
experiencia.
Hasta Kant se consideraba que los juicios analíticos eran a priori y los
sintéticos a posteriori. Su gran aportación se encuentra en los juicios
sintéticos a priori, del tipo “la línea recta es el camino más corto”; “la
suma de 2 + 2 es 4”, etc. No dependen de la experiencia, pero sí aportan
información añadida del predicado al sujeto. Al encontrar que existen
juicios a priori en la ciencia, quedan garantizados los requisitos de
extensión, necesidad y rigor.
Los juicios a priori del conocimiento sensible.
Entre las condiciones del conocimiento, unas son fácticas y particulares
(dependen de la circunstancia de cada sujeto que conoce) y otras son
necesarias y universales: afectan a todo hecho de conocimiento y a todo
individuo. En el conocimiento sensible estas condiciones necesarias y
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universales son las intuiciones puras del espacio y del tiempo, así
definidas:
EL ESPACIO: Forma pura y a priori de la sensibilidad externa
(condición de la que no podemos despojarnos: es intuición y no
concepto).
EL TIEMPO: Forma pura y a priori de la sensibilidad externa e interna;
tampoco podemos despojarnos de ella porque es intuición y no
concepto.
“Forma pura” significa que el espacio y el tiempo son esquemas vacíos
de todo contenido, que pertenecen a la estructura del sujeto como ser
cognoscitivo.
“A priori” significa que espacio y tiempo, además de ser anteriores e
independientes de toda experiencia, son condición necesaria de toda
experiencia sensible.
El tiempo es condición de todo tipo de conocimiento sensible, sea del
exterior (percepción) o del interior (emoción). En cambio el espacio es
sólo condición de la experiencia externa pues los hechos psíquicos no
ocupan espacio. Ambos, espacio y tiempo, son intuiciones puras y no
conceptos: al existir un solo espacio con diferentes intervalos y un solo
tiempo aunque con diferentes momentos, no puede darse el concepto
respectivo, que necesitaría multiplicidad de espacios y tiempos.
La posibilidad de los juicios sintéticos a priori en matemáticas:
El que las matemáticas sean un saber efectivo y riguroso depende de
que la aritmética y la geometría incluyan juicios sintéticos a priori, pues
así tales ciencias serán extensivas, necesarias y universales.
Tales juicios son posibles en la aritmética gracias a la intuición pura del
tiempo (que es a priori y que fundamenta la aritmética basada en el
concepto de número natural, que no es más que una sucesión en el
tiempo de prioridad y posterioridad: 1 antes que 2; antes que 3, etc.)
Así también la geometría se determina por y en el espacio; y la intuición
del espacio, que es a priori y acompaña a todos nuestros juicios de la
geometría, hace posible que en ella se den los juicios sintéticos a priori.
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LA ANALÍTICA TRANSCENDENTAL:
(Análisis de la facultad del conocimiento intelectual)
Analítica de los conceptos puros:
Percibir un fenómeno no es sin más comprenderlo o conocerlo. Para
conocer o entender (dar sentido) un fenómeno (dato sensible + espacio y
tiempo) es necesario referirlo a un concepto a través de un juicio.
Los tres elementos (fenómeno, concepto, juicio) son imprescindibles
para conocer. Dice Kant “las intuiciones sin conceptos son ciegos; los
conceptos sin intuiciones son vacíos”.
Hay dos clases de conceptos:
1) conceptos empíricos: poseen contenido
2) conceptos puros: sin contenidos, vacíos: son las categorías, no
derivadas de la experiencia; las posee en sí el entendimiento.
Deducción metafísica de las categorías:
Kant necesita ahora determinar cuántos y cuáles son esos conceptos
puros o categorías. Y como quiera que tales categorías se utilizan en el
acto de juzgar, piensa que puede derivar o deducir su número y su
clase del número y clase de juicios (a esta deducción de las categorías
desde los juicios la llama deducción metafísica). Resulta así:
CANTIDAD CUALIDAD RELACIÓN MODALIDAD
Clases de Universal Afirmativos Categóricos Problemáticos
juicios Particular Negativos Hipotéticos Asertóricos
singular indefinidos disyuntivos Apodícticos
Clases de Unidad Realidad Substancia y Posibilidad
categorías Multiplicidad Negación accidentes Existencia
totalidad limitación Causalidad necesidad
reciprocidad
Deducción transcendental de las categorías:
Entiende aquí “deducción” como “justificación” del uso legítimo de los
juicios a priori del conocimiento: ESPACIO Y TIEMPO + CATEGORÍAS.
Le resulta fácil esta deducción referida a los juicios a priori de la
sensibilidad (espacio y tiempo): en efecto, es obvio que para percibir
algo debemos situarlo en un espacio y un tiempo determinados.
En cambio, la deducción transcendental referida a las categorías es más
compleja: Kant da ahora un giro o vuelco radical (copernicano):
reconoce en la subjetividad el principio supremo de la objetividad:
“no se da que el entendimiento humano se regule o determine por y
desde los objetos del conocimiento; sí, en cambio, se da que tales
objetos del conocimiento se regulen y determinen por y desde el
SUJETO.”
El sujeto del conocimiento, integrado por la síntesis de las categorías en
un “Yo pienso” (Ich denke) transcendental, acompaña a todas mis
representaciones, estableciendo un nexo o unión necesaria entre ellos y
convirtiendo la experiencia como conjunto de fenómenos en un todo
necesario con valor objetivo.
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La analítica de los principios del entendimiento puro
Los principios del entendimiento puro son las reglas según las cuales
aplicamos categorías a fenómenos.
Previamente a la aplicación de tales principios o reglas se necesita un
intermediario o puente para “transitar” desde los conceptos puros del
entendimiento (o categorías) hasta los fenómenos. Sitúa este
intermediario en el tiempo, que por un lado se asimila a las categorías,
al ser puro y a priori como ellas, y por otro se asimila a los fenómenos
por ser una intuición como ellos.
¿Cuáles son estos principios?
a) Correspondientes a las categorías de cantidad: axiomas de
intuición. “Todas las intuiciones son cantidades extensivas”.
Transforman el hecho subjetivo de que podamos percibir la
cantidad espacial o temporal sólo percibiendo sucesivamente las
partes en el principio objetivamente válido de que toda cantidad
está compuesta de partes.
b) Correspondientes a las categorías de cualidad: anticipación de la
percepción. “En todos los fenómenos lo real tiene una cantidad
intensiva, es decir, un grado”. Transforman la intensidad
subjetiva de la percepción en su grado de la cualidad objetiva.
c) Correspondiente a las categorías de relación: analogías de la
experiencia. “La experiencia es posible sólo mediante la
representación de un enlace necesario entre las percepciones”.
Este principio se desglosa en tres: el de permanencia; el de
sucesión y el de simultaneidad.
d) Correspondientes a la categorías de modalidad: postulados del
entendimiento empírico. Tiene tres principios, uno por categoría:
“Lo que conviene con las condiciones formales de la experiencia
(Según la intuición y los conceptos) es posible.” “Lo que está de
acuerdo con las condiciones materiales de la experiencia (de la
sensación) es real. “Aquello cuya conexión con lo real está
determinada según condiciones universales de la experiencia
existe necesariamente”.
Entre estos principios sobresalen las analogías de la experiencia, que
según Kant justifican y hacen posible los juicios sintéticos a priori en la
física. Enuncia la primera de las analogías así: “Regla del entendimiento
que permite transformar la simple sucesión temporal con valor subjetivo
entre percepciones en una conexión necesaria y universal con valor
objetivo entre fenómenos.” Se convierte así la experiencia en algo
necesario determinado ya por el sujeto. Que la física es una ciencia se
justifica en razón de que sus juicios son sintéticos a priori, pues
predicen cómo actuarán los objetos antes de que se haya observado su
comportamiento en la naturaleza. De hecho, según Kant, ninguna de
las fórmulas empleadas en la física pura puede ser extraída de la
realidad empírica, pues los datos sensibles no proporcionan un
conocimiento universal y necesario. La naturaleza es la misma conexión
objetiva entre fenómenos.
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LA DIALÉCTICA TRASCENDENTAL:
Es la parte negativa de la Crítica de la Razón Pura, en la que Kant
demuestra la imposibilidad de la metafísica como ciencia.
En la dialéctica la razón pura funciona desligada de toda experiencia
(en la analítica funcionaba como entendimiento y en la estética como
sensibilidad). En la dialéctica la razón intenta liberarse de las cadenas
de la existencia, pero fracasa: aunque su intento es loable, lo único que
consigue de forma efectiva es crear una lógica aparente, ilusoria, un
espejismo trascendental. Esta actividad puramente formal y vacía de la
razón produce las famosas ideas nouménicas (alma, mundo, Dios),
conceptos vacíos que se piensan como algo que no es objeto de
conocimiento sensible, ajeno a él.
El hombre intenta unificar todos los fenómenos cósmicos y crea la idea
de mundo (cosmología).
El hombre intenta unificar todos los fenómenos psíquicos y crea la idea
de alma (psicología).
El hombre intenta unificar todo lo real (físico y psíquico) y crea la idea
de Dios (teología).
Seguidamente Kant va a justificar la imposibilidad de la psicología, la
cosmología y la teología como saberes efectivos o constitutivos, y
simultáneamente, la imposibilidad de la metafísica integrada por estos
tres saberes:
1º) El paralogismo (falso silogismo) contra la psicología racional: en
la base de este saber late un falso paralogismo responsable de presentar
el yo (alma, res cogitans) como sustancia:
1ª premisa:
“Todo lo que es sujeto absoluto de nuestros juicios y no predicado, es sustancia”.
M P
2ª premisa:
“Todo lo que es sujeto absoluto de nuestros juicios y no predicado, es el yo.”
M S
CONCLUSIÓN:
“El yo es substancia”
S P
SIMBOLIZAMOS: REGLAS:
1ª) M A P T. medio distribuido en las dos pr. (no vale)
2ª) M A S T. menor (S) no d. en premisa y sí en c. (no vale)
C) S A P T. mayor (P) no d. en premisa; no d. en concl. (sí vale)
En este paralogismo se identifica y confunde un yo lógico que
efectivamente es el sujeto de nuestros juicios (yo pienso, sujeto
trascendental) con un yo ontológico o real al que se le considera algo
permanente, estable, y por tanto substante (sustancia).
2º) Las antinomias de la razón pura contra la cosmología racional:
Kant invalida la cosmología racional subrayando que este presunto
saber genera distintas contradicciones o antinomias. Así:
2ºA) Antinomia de las categorías de cantidad:
Tesis: el mundo tiene comienzo en el tiempo y se limita en el espacio.
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Antítesis: El mundo es infinito tanto espacial como temporalmente.
2ºB) Antinomia de las categorías de cualidad:
Tesis: en el mundo todo es simple o compuesto.
Antítesis: no hay nada simple en el mundo.
Valorando conjuntamente las dos antinomias anteriores, las cuatro
proposiciones son falsas, pues considera el tiempo y el espacio como
realidades objetivas e independientes del sujeto; quedando ya
demostrado anteriormente que tiempo y espacio son formas a priori del
conocimiento humano, y no conceptos.
2ºC) Antinomia de las categorías de relación:
Tesis: Existe libertad en los acontecimientos cósmicos.
Antítesis: Todo lo que ocurre, ocurre necesariamente.
2ºD) Antinomia de las categorías de modalidad:
Tesis: el mundo tiene como causa suya un ser necesario.
Antítesis: ni en el mundo ni fuera de él existe ningún ser necesario
como causa.
Las cuatro proposiciones de estas dos antinomias son verdaderas; sólo
es necesario referir las tesis al mundo nouménico de la voluntad y de lo
que debe ser y las antítesis al mundo fenoménico y de la experiencia.
3º) El ideal de la razón contra la teología racional:
a) contra el argumento ontológico de San Anselmo:
La existencia no es un predicado real (el concepto de una cosa que se
añade a otra aumentando y perfeccionando su significado), sino un
predicado lógico que nada añade al concepto o definición de una cosa;
así la definición de un ser posible y la definición de un ser existente de
la realidad pueden ser igualmente perfectas (p.ej. desde el punto de
vista de la definición son iguales 100 ducados posibles que 100
ducados reales).
b) contra el argumento cosmológico (3ª vía tomista, “la contingencia del
ser”):
Según Kant no se prueba en este argumento que el ser necesario que
aparece al término de la vía sea el dios creador y providente de las
religiones positivas.
b) contra los argumentos teleológicos (5ª vía tomista “por el orden y
finalidad del universo”):
Kant afirma que este argumento no prueba que el sumo ordenador del
mundo sea el Dios creador y providente del universo...
Rechazadas así las tres regiones de la metafísica, Kant invalida la
posibilidad de ésta desde el punto de vista constitutivo o de saber
efectivo y riguroso, dejando para la razón práctica y la moral la
posibilidad de desarrollo de las ideas nouménicas correspondientes.
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