8. Hemos iniciado una travesía en FE por los inicios de la historia de la Salvación, será en fe, meditación, contemplación
9. Entramos y penetramos en el Desierto… el mismo que recorrió el Pueblo de Israel con su Caudillo Moisés.
10. “El Desierto, lugar donde el hombre se siente impotente. No hay nada, es la desnudez del hombre frente a su Dios” (P.Patrick)
11. El Espíritu Santo llevó a Jesús al Desierto. Es también el lugar de la soledad de la tentación…
12. Mar Rojo , cierra el paso a los fugitivos de Israel que han emprendido una aventura, sólo obedeciendo a la voz de la nueva Deidad…
13. El haber escuchado la Palabra de Yahvé, lleva al pueblo de Israel a una situación de casi aniquilamiento…
14. El obedecer a Dios más que una situación insoportable en que se encontraban, aparece como el motivo de la aventura que ahora se presenta trágica
15. En la marcha por el desierto, la tierra inhóspita, habría de faltarles TODO…
16. Les falta en el largo caminar, el alimento, el agua, el pan, se abocan a los peligros de las serpientes y de los gigantes… Y, ¿cuál es mi situación?
17. Pero el DESIERTO sigue siendo una pieza clave de estilo salvífico de Dios que se repite, sin cambios a través de las edades y los tiempos. ( Heb 6,4-6; 1ª. Cor 1,8-9)
18. .... el comienzo de la subida el calor de día y el frío de noche que penetra hasta los huesos …
19. Ponte en camino, porque este peregrinar por el desierto, esta “noche oscura del alma” te prepara, te purifica para un encuentro más profundo y personal con Dios.
20. Comenzamos la subida, en plena oscuridad, eran las dos de la mañana, la primera parte algunas subidas en camello, la segunda a pie, pero content@s era un experiencia en Dios…
21. Llegamos llenos de júbilo, después de recorrer los incontables escalones hechos por los monjes Ermitaños , y a nuestros ojos a las cinco de la mañana, el regalo maravilloso y multicolor del amanecer .
22. En soledad se dio el encuentro con Dios y consigo mismo. Allí no hubo diferencia de credos todos se unían a los cánticos, a las alabanzas al Creador autor de tantas maravillas…
23. Nuestro Moisés, entona el Salmo 23: ¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sagrado? El de manos inocentes y corazón puro que no suspira por los ídolos ni jura en falso…
24. Si Moisés baja radiante del Sinaí es porque había permanecido largo tiempo con el Señor (Ex 34,29).
26. A Dios hay que saborearlo para saber a qué sabe. (San Juan de Ávila).
27. “Todos los que actualmente están buscando lo esencial, que presienten la dimensión interior de la persona humana, que buscan el soplo capaz de suscitar una verdadera oración, que se vuelvan a Teresita de Lisieux…”
28. “Dichoso el pueblo que sabe aclamarte, que camina a la luz de tu rostro, Señor…” ( Sal 89,16 )
29. La Pascua a era la celebración de los orígenes del pueblo, la ocasión de renovar la Alianza con Dios y de confesar la fe en su providencia Paternal.
30. Monte Sinaí, lugar de la Teofanía de Dios y lugar de la Alianza entre Dios y los hombres. En un inicio, Elías emprende este viaje como una fuga (1 Re 19,3),
31. «Noche oscura» no es más que el crisol del amor. El alma sumergida en él va dejando todo lo que le sobra y revistiéndose de lo que le falta, como esposa enjoyada para sus Bodas con el Rey” (Is 61,10).
32. Dios llevó a su pueblo de la tristeza al gozo, de la oscuridad a la luz, de la esclavitud a la libertad.
33. El Dios que lo sacó de la esclavitud y lo constituyó como pueblo, estará a su lado para siempre.
34. El amor es un misterio. El amor es fuego, el amor verdadero desconcierta, rompe esquemas.
35. El amor supera la razón, no es conocido en plenitud por el hombre, salvo si Dios lo quiere.
36. El amor es lo que necesitamos para quemar el mundo. El amor no se improvisa, es fruto de un esfuerzo continuo, de un trabajo escondido y generoso, es dar sin recibir y seguir dando después de no recibir, y seguir dando aunque nos cueste.
37. Hoy el mundo necesita místicos porque tiene graves problemas que sólo ellos pueden solucionar.
38. La experiencia profunda de Dios supera todo cálculo y todo sufrimiento, el hombre purificado por el dolor, se encuentra con el rostro de Dios misericordioso, con esa suave brisa que le explica tantas horas de sed y le devuelve la ilusión de vivir, de sufrir y de donar su vida como una misión particular.
39. Yo antes (de sufrir) te conocía sólo de oídas, pero ahora mis ojos te han visto (Job 42,)
40. Estaba tan embebido, tan absorto y ajenadoque se quedó mi sentido de todo sentir privadode un entender no entendiendo toda ciencia trascendiendo(S. Juan de la Cruz).
41. Cuando todos las gentes lo buscaban para hacerlo rey y para celebrar su triunfo, Cristo se retira en soledad a la montaña. Se retira a orar, pues es consciente de su misión y de las renuncias que debe hacer para cumplirla.
42. “Tú no eres un Dios que salva con facilidad. Sino que, como el guía de montaña, nos das seguridad... Porque Tú eres el Amor.
43. Señor, cuando los vientos son contrarios y sobre el mar cae ya la noche...Que tu voz llegue hasta nosotros: “Soy yo, no tengáis miedo”
44. Señor, a cada uno de nosotrosdinos: “Ven a mí”.Alza un poco tu vozcuando nos mandes ir a ti”. (P.Talec,)
45. La vocación es una iniciativa divina. Es una llamada de amor, porque Dios es Amor; es una llamada sabia porque Dios es Sabiduría
46. Dios que nos ama y es Amor, es " quien llama" (Rom 9,11)" .
47. “Experimentar la vocación es un acontecimiento único, indecible, que sólo se percibe como suave soplo a través del toque esclarecedor de la gracia; un soplo del Espíritu santo que, al mismo tiempo que perfila de verdad nuestra frágil realidad humana (...)
48. Es tras amanecer y emprender el descenso, cuando se puede observar la belleza de esta montaña sagrada en toda su plenitud.
49. El descenso aún guarda una última sorpresa: el Monasterio de Santa Catalina, el más antiguo del mundo.
50. Entonces Moisés y los israelitas cantaron este cántico a Yahvé. Dijeron: "Canto al Señor pues se cubrió de gloria:arrojando en el mar caballo y carro. (Ex 15,1)
51. Mi fortaleza y mi canción es Yahvé. El es mi salvación (. (Ex 15,2a)
52. El, mi Dios, yo le glorifico, el Dios de mi padre, a quien exalto. (Ex 15,2b)