2. Una fractura es la pérdida de continuidad normal de
la sustancia ósea o cartilaginosa. La fractura es una
discontinuidad en los huesos, a consecuencia de
golpes, fuerzas o tracciones cuyas intensidades
superen la elasticidad del hueso.
3. Fracturas óseas:
Caída desde una altura.
Accidentes
automovilísticos.
Golpe directo.
Maltrato infantil.
Fuerzas repetitivas, como
las causadas por correr,
pueden ocasionar fracturas
por sobrecarga del pie, el
tobillo, la tibia o la cadera.
4. Dependiendo del aspecto de la fractura
externo, vamos a distinguir dos tipos:
Fractura cerrada: en la que el hueso está roto
pero la piel ha quedado intacta.
Fractura abierta: en la que el hueso está roto y
además la piel ha quedado lesionada.
Dependiendo del aspecto interno del hueso al
romperse, distinguimos:
Fractura Oblicua: fractura en ángulo con el eje
Conminuta: el hueso queda fracturado en
muchos fragmentos más o menos pequeños.
Espiral: la fractura gira alrededor del eje del
hueso
En tallo verde: el hueso se ha fracturado de
forma incompleta, sólo se dobla.
5. Según la clasificación que se diagnostique,
estas roturas en los huesos pueden ser
parciales o totales, dividiéndose entre abiertas
y cerradas donde así se define la gravedad de la
cuestión y el método de recuperación que se
debe afrontar.
Los tipos de fracturas abiertas se pueden
percibir a simple vista, ya que la piel puede
mostrar la lesión e incluso el hueso puede
traspasar el tejido y salir hacia fuera.
En los casos de las cerradas el hueso no llega a
atravesar la piel y a simple vista no se puede
detectar la rotura, la que si se verá al hacerse
placas de la zona.
La clasificación se hace luego de detectar
los tipos de fracturas, los se puede realizar
mediante:
- Rayos X, donde la lesión queda en evidencia
tras una placa.
- Resonancia Magnética, técnica que se realiza
con una computadora.
- Tomografía computada, combinación de las
dos anteriores y que ofrece aún mayores
detalles.
6. Si nos encontramos en una situación en la que una persona ha sufrido una fractura, lo
primero que haremos será calmar a la víctima para que sea más fácil lograr los siguientes
pasos:
Le retiraremos los anillos, pulseras, relojes o todo aquello que se encuentre en el
miembro afectado y que al hincharse pueda causar más dolor o dificulte la inmovilización
del miembro.
Inmovilizaremos la fractura, colocando un cabestrillo o entablillando el miembro. Para
esto podemos utilizar un periódico enrollado o tablillas de madera. Se deberá inmovilizar
el hueso lesionado tanto por encima como por debajo.
Si la piel presenta ruptura, y por tanto nos encontramos ante una fractura del tipo
abierta, para prevenir que se infecte, se deberá tratar de inmediato. La enjuagaremos
suavemente para retirar todo aquello que la pueda contaminar tratando de no frotarla con
demasiada fuerza.
La cubriremos con alguna gasa estéril.
7.
8. NO mueva a la persona a menos que el
hueso roto esté completamente estable.
NO mueva a una persona con lesión en la
cadera, pelvis o muslos, a menos que sea
absolutamente necesario. Si tiene que
moverla, arrástrela hasta un lugar seguro
tomándola de la ropa (por los hombros
de la camisa, el cinturón o los
pantalones).
NO mueva a una persona que tenga una
posible lesión en la columna vertebral.
NO intente enderezar un hueso ni una
articulación deformados ni cambiar su
posición, a menos que la circulación
parezca afectada.
NO trate de reubicar una posible lesión
de la columna.
NO pruebe la capacidad de un hueso
para moverse.