1. La iluminación en
el escaparate
La iluminación es una parte esencial de cualquier entorno comercial, tanto si se utiliza para
realzar un punto focal en el interior del establecimiento o para iluminar los expositores de
manera que los clientes encuentren lo que buscan con facilidad. Controlar la iluminación
nos permite modelar objetos y conseguir ambientes más o menos cálidos, sofisticados o
cualquier otro ambiente.
Entre los principales objetivos que nos debemos proponer se encuentran:
‐ La iluminación con realce de los artículos.
‐ La evitación de reflejos y deslumbramientos.
‐ Los perjudiciales contrastes de luz y sombra.
‐ La obtención de una luz que armonice con el ambiente.
‐ El tipo de iluminación empleado.
‐ Hacer que el espectador se vea sorprendido por los buenos efectos.
La luz es indispensable para proporcionar unidad y orden a toda la composición. Un exceso
de fuentes luminosas introduce confusión. La potencia de la iluminación en el escaparate
depende de una serie de factores o variables:
‐La profundidad y el tamaño del escaparate.
‐La luz exterior (iluminación de la calle).
‐Características e iluminación de los escaparates del entorno.
‐El tamaño de los objetos a exhibir.
‐El tipo de ambientación escogido.
‐Los colores en juego (cuanto más oscuros, mayor intensidad de luz)
‐La luz y sombra.
2. Como dirigir la luz
La luz puede ser utilizada como un instrumento para manifestar, resaltar o anular las
posibilidades expresivas de un escaparate y los elementos que lo componen, tanto en su
volumetría, como en su textura y cromatismo.
El modo en el que decidamos dirigir la luz en su interior es un factor clave a la hora de
mostrar adecuadamente un producto. La luz nos ayuda a exhibir de la manera más plástica
posible los elementos que lo componen, con el fin último de que las personas se decidan a
entrar en el interior del establecimiento.
El primer paso a la hora de planificar la iluminación de un escaparate es realizar un estudio
previo. En el examinaremos las condiciones tanto espaciales y funcionales del interior,
como aquellas emocionales que se derivan de la tipología del establecimiento comercial
que nos ocupe. Variables como tipo de producto exhibido y el perfil del cliente
determinarán nuestras premisas.
Mediante la luz podemos condicionar una determinada lectura de los productos
expuestos, evidenciar ritmos distintos y crear una atmósfera que evocará significados
simbólicos concretos acerca de lo mostrado.
Los cuerpos tridimensionales al ser iluminados, muestran zonas de diferentes valores
lumínicos en función de su situación con respecto a la fuente emisora. Esta silueta viene
deformada en su anchura y longitud, tanto por la situación del foco luminoso, como por la
clase de luz que se trate.
En función de la luz se distinguen básicamente tres fracciones dentro del objeto:
‐ Las zonas de luz que reciben la luz directamente sin encontrar obstáculo entre la
procedencia de los rayos luminosos y su superficie.
‐ Las zonas de sombra propia que no reciben directamente los rayos luminosos de la
fuente de luz.
‐ Las sombrea arrojadas, producen la silueta de las formas iluminadas.
La luz
La luz se articula de:
•Luminancia: propiedad en toda superficie para reflejar más o menos luz según la
intensidad de iluminación que recibe.
•Luminosidad: valor relativo que depende de la iluminación a que está sometido el
objeto en relación al marco donde se encuentre.
•Iluminación: zona de luminosidad que proyecta la lámpara.
La luz natural tiene el inconveniente de estar condicionada por su trayectoria y por el
horizonte, además convierte el cristal en un espejo.
La luz es imprescindible para dar unidad y orden a toda la composición, ya que define la
orientación espacial y clarifica el problema estructural de luces y sombras. El escaparate
requiere de dos sistemas de iluminación complementarios:
3. •Luz principal o directa, luz general. Crea uniformidad al escaparate y se limita al
deslumbramiento. Determina la forma del objeto y define su sombra, dirige la vista.
•Luces secundarias o localizadas. Complementan a la principal o directa. Se utilizan
para resaltar algunos artículos o lugares por encima del resto. Matiza las sombras
duras producidas por la luz directa. Es útil para conseguir mejores efectos de
profundidad y armonía.
Luces de acento. Destacan determinados lugares u objetos dirigiendo un rayo de
luz. Con esto se intenta restar peso visual a otro elemento que tenga un peso visual
muy alto. Estos efectos se consiguen cuando el nivel de iluminación de acento es
claramente superior a la iluminación general.
Iluminación de ambiente. Se consigue con elementos decorativos luminosos como
un aplique, lámpara de pie, etc.
4. Para que la disposición de las luces en un escaparate no condicione nuestra composición
tendremos que disponer de luces a las que se les pueda variar la orientación. Un sistema
de raíles electrificados ofrece la máxima flexibilidad para iluminar las instalaciones
interiores y permite utilizar diversos tipos de luminarias, cada una de las cuales
desempeñara un papel específico. Los focos direccionales iluminan un artículo
determinado, mientras que las luminarias con haz de luz amplia proporcionan luz de
ambiente al conjunto.
En función del lugar desde el que se encuentre el foco se puede hablar de luces superiores
e inferiores. Las primeras producen sombras cortas y duras mientras que las inferiores
forman sombras que tienden a subir hacia el techo.
Hay que tener en cuenta el tipo de luz, la potencia en vatios y la anchura de haz. Ésta
dependerá del tamaño de la agrupación de artículos que se quieren iluminar. Las tiendas
en general suelen estar iluminadas con tubos fluorescentes; si se usan correctamente,
proporcionan una luz de ambiente efectiva.
Formas de orientación de la luz según su incidencia sobre el objeto:
Frontal superior. La luz incide sobre el objeto desde arriba. Produce sombras cortas
y duras, resalta la simetría del objeto.
5. Inferior. La luz incide en el objeto desde abajo. Produce una iluminación efectista
pero resulta poco natural ya que provoca sombras muy distorsionadas.
Frontal superior a 45°. Incide en el objeto por encima del punto de vista a 45°.
Provoca un efecto de fuerte naturalidad, resaltando el volumen, la forma y la
textura.
Lateral. Incide en el objeto de costado. Resalta texturas de superficie, si se emplea
por encima del punto de vista resulta mas natural. Suele necesitar el empleo de
luces secundarias para matizar la dureza de las obras.
Contraluz. Incide en el objeto en sentido contrario a la visión y la sombra se
proyecta hacia adelante. Se usa para objetos traslucidos y transparentes, pero que
no proyecte la luz directamente a los ojos.
6. Bibliografía:
Aula Tutorial. (2008).Tendencias, estilos y tipos de escaparates. Ed. Vértice. España.
Morgan, Tony (2008). Visual Merchandising, Ed. Gustavo Gili SL.
Uwe, Reinhardt. (2010). New Exhibition Design 02, Ed. Avedition
Cámara Velencia (2003) Conceptos Básicos de escaparatismo. La Caixa. Valencia