2. El 25 de octubre dijo:
"La familia se funda en el matrimonio para siempre y es el
ámbito natural de la vida humana en donde las personas
aprenden a amar."
“la familia se funda en el matrimonio.
A través de un acto de amor libre y fiel, los esposos
cristianos atestiguan que el matrimonio, en cuanto
sacramento,
es la base en la que se funda la familia y hace más sólida
la unión de los cónyuges y su entrega recíproca."
3. " El amor conyugal y
familiar también revela
claramente la vocación de la
persona de amar de forma
única y para siempre y de
que las pruebas,
los sacrificios y las crisis de
la pareja, como de la misma
familia, representan pasajes
para crecer en el bien en la
verdad y la belleza”.
“Es una experiencia de fe en
Dios y de confianza
recíproca,
de libertad profunda,
de santidad, porque la
santidad presupone
entregarse con fidelidad y
sacrificio todos los días de la
vida”.
4. ”La familia es una comunidad de vida que tiene una
consistencia autónoma... No es la suma de las
personas que la constituyen, sino una comunidad de
personas” .
“La familia es el lugar donde se aprende a amar;
el centro natural de la vida humana...
Cada uno de nosotros construye su personalidad en la
familia... allí se aprende el arte del diálogo
y de la comunicación interpersonal”.
5. "Por eso la comunidad-familia debe reconocerse como
tal, todavía más en el día de hoy, cuando predomina
la tutela de los derechos individuales”.
“ Los niños y los ancianos son los dos polos de la
vida y también los más vulnerables y, a menudo,
los más olvidados. Una sociedad que abandona a los
niños y margina a los ancianos arranca sus raíces y
ensombrece su futuro”.
6. “Cada vez que se abandona a un niño
y se deja de lado a un anciano, no sólo se comete
una injusticia, sino que se sanciona el fracaso de
esa sociedad. Prestar atención a los pequeños y a
los ancianos denota civilización”.
7. “La 'buena nueva' de la familia es una parte muy
importante de la evangelización, que los
cristianos pueden comunicar a todos con el
testimonio de sus vidas:
ya lo hacen, es evidente en las sociedades
secularizadas”. “Propongamos por tanto a todos,
con respeto
y valentía, la belleza del matrimonio y de la
familia iluminados por el Evangelio".
8. " Y por eso nos acercamos con atención
y afecto a las familias que atraviesan por dificultades,
a las que se ven obligadas a dejar su tierra,
que están divididas, que no tienen casa ni trabajo,
o que sufren por tantos motivos;
a los cónyuges en crisis y a los que están separados.
Queremos estar cerca de todos.
9. El 27 de octubre dijo:
“¿Cómo es posible hoy vivir la alegría de la fe en
familia?”.
“Yo me pregunto. ¿Es posible vivir esta alegría o no
es posible? Hay una palabra de Jesús en el Evangelio
de Mateo que nos viene al encuentro: ‘Vengan a mí,
todos ustedes que están cansados y agobiados y yo
los aliviaré’."
"Frecuentemente la vida es agotadora. También,
tantas veces trágica. Lo hemos escuchado
10. “El trabajo es un esfuerzo. Buscar trabajo
es una fatiga, y encontrar trabajo hoy,
requiere tanta fatiga. Pero aquello que pesa
más en la vida no es esto. Aquello que pesa
más de todas las cosas es la falta de amor.
Pesa no recibir una sonrisa,
no ser recibidos. Pesan ciertos silencios”.
11. “A veces, también en familia, entre marido y
mujer, entre padres e hijos, entre hermanos.
Sin amor el esfuerzo se hace más pesado,
intolerable”.
12. “los ancianos solos, en las familias que
tienen que fatigar porque no reciben ayuda
para sostener a quien en casa tiene necesidad
de atención especial y cuidados. ‘Vengan a
mí, todos ustedes que están cansados y
oprimidos’ dice Jesús”.
13. “Queridas familias, el Señor conoce nuestras
fatigas, las conoce; y conoce los pesos de
nuestra vida.
Pero el Señor conoce también nuestro
profundo deseo de encontrar la alegría del
descanso”.
14. “La palabra de Jesús
‘Vengan a mí, familias de
todo el mundo –dice Jesúsy Yo les daré alivio’,
para que su alegría sea
plena.
Y esta palabra de Jesús,
llévenla a casa,
llévenla en el corazón,
compártanla en la familia.
Nos invita a ir hacia Él
para darnos y darles a
todos la alegría. Nos invita
a ir hacia él para tener la
alegría”.
15. “quien se casa, en el sacramento,
dice: ‘prometo serte fiel siempre, en la
alegría
y en el dolor, en la salud y en la
enfermedad,
y de amarte y honrarte todos los días de
mi vida’.
“Los esposos en ese momento no saben
qué ocurrirá. No saben qué alegrías
16. " Parten como Abraham. Parten en camino
juntos, y esto es el matrimonio. Partir y
caminar juntos,
de la mano, confiándose a la gran mano del
Señor, de la mano siempre y para toda la
vida,
sin hacer caso a esta cultura del provisorio,
17. “los esposos cristianos no son ingenuos,
conocen los problemas y peligros de la
vida,
pero no tienen miedo de asumir su
responsabilidad delante de Dios y de la
sociedad”.
18. “Sin escaparse, sin aislarnos, sin renunciar a
la misión de formar una familia y traer al
mundo a los hijos. ‘Pero hoy, es difícil’.
Por eso es necesaria la gracia, la gracia que
nos da el Sacramento”.
19. "Los sacramentos, no están para adornar una vida.
‘Que bonito matrimonio, que linda la ceremonia, la
fiesta’. Pero eso no es el sacramento, no es la
gracia del sacramento, aquello es una decoración, y
la gracia no es para decorar la vida, es para
hacernos fuertes, para hacernos valientes,
¡para poder ir hacia delante! Sin aislarnos, siempre
juntos”.
20. “Para llevar adelante una familia es
necesario usar tres palabras: permiso, gracias,
y perdón.
Tres palabras claves”.
"Escuchen este consejo: no terminen el día
sin hacer las paces. La paz se rehace cada día
en la familia. Pidiendo perdón: ‘perdóname’
y se recomienza de nuevo"
21. “¿ustedes escuchan a los abuelos?
¿Ustedes abren su corazón a la memoria que
nos dan los abuelos? ¡Los abuelos son la
sabiduría de la familia, son la sabiduría de
un pueblo!
¡Y un pueblo que no escucha a los abuelos,
es un pueblo que muere! ¡Escuchen a los
abuelos!”.
22. “María y José son la familia santificada por
la presencia de Jesús, que es el cumplimiento
de todas las promesas.
Cada familia, como aquella de Nazaret,
está insertada en la historia de un pueblo,
que no puede existir sin las generaciones
precedentes. "
23. “Querida familia, también ustedes son parte
del Pueblo de Dios. Caminen con alegría
juntos a este Pueblo. ¡Quédense siempre
unidos a Jesús
y llévenlo a todos con su testimonio!”.
24. “Juntos hagamos
nuestras las palabras
de San Pedro que nos
darán fuerza. Nos
darán fuerza en los
momentos difíciles.
‘Señor, ¿a quién
iremos?
Sólo Tú tienes
palabras de vida
eterna’.
Con la gracia de
Cristo, vivan la
alegría de la fe”.
25. y su misericordia, sino más bien la satisfacción de sí”.
“la familia que vive la alegría de la fe la
comunica espontáneamente,
es sal de la tierra y luz del mundo”.
26.
“La familia que ora. El texto del Evangelio pone en
evidencia dos modos de orar, uno falso – el del
fariseo – y el otro auténtico – el del publicano. El
fariseo encarna una actitud que no manifiesta la
acción de gracias a Dios por sus beneficios y su
misericordia, sino más bien la satisfacción de sí”.
27. “El fariseo se siente
justo, se siente en
orden, se pavonea de
esto y juzga a los demás
desde lo alto de su
pedestal. El publicano,
por el contrario, no
utiliza muchas palabras.
Su oración es humilde,
sobria, imbuida por la
conciencia de su propia
indignidad, de su propia
miseria: este hombre
verdaderamente se
reconoce necesitado del
perdón de Dios, de la
misericordia de Dios”.
28. “La del publicano es la oración del pobre,
es la oración que agrada a Dios que, como
dice la primera Lectura, ‘sube hasta las
nubes’,
mientras que la del fariseo está marcada por
el peso de la vanidad”.
29. “A la luz de esta Palabra, quisiera
preguntarles a ustedes, queridas familias:
¿Rezan alguna vez en familia? Algunos sí,
lo sé. Pero muchos me dicen: ¿Cómo se
hace? Pero si se hace como el publicano, es
claro: humildemente, delante de Dios.
Cada uno con humildad se deja mirar por
el Señor y pide su bondad, que venga a
30.
“Pero, en familia, ¿cómo se hace? Porque parece
que la oración sea algo personal, y además nunca
se encuentra el momento oportuno, tranquilo, en
familia… Sí, es verdad, pero es también cuestión
de humildad, de reconocer que tenemos necesidad
de Dios, ¡como el publicano! Y todas las familias,
tienen necesidad de Dios: todas, ¡todas!”.
31. Las familias, tienen necesidad de su ayuda, de su
fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su
perdón. Y se requiere sencillez. ¡Para rezar en
familia se requiere sencillez! Rezar juntos el
‘Padre nuestro’, alrededor de la mesa, no es una
cosa extraordinaria: es fácil. Y rezar juntos el
Rosario, en familia, es muy bello, da mucha
fuerza”.
32. “Y también rezar el uno por el otro:
el marido por la mujer, la mujer por el
marido, ambos por los hijos, los hijos por
los padres,
por los abuelos… Rezar el uno por el otro.
Esto es orar en familia, y esto hace fuerte
a la familia: la oración”.
33. “la segunda Lectura nos sugiere otro
aspecto:
la familia conserva la fe. El apóstol Pablo,
al final de su vida, hace un balance
fundamental,
y dice ‘He conservado la fe’. ¿Cómo la
conservó?
No en una caja fuerte. No la escondió bajo
tierra, como aquel siervo un poco
34. batalla y con una
carrera.
Ha conservado la fe
porque no se ha
limitado a
defenderla, sino que
la ha anunciado,
irradiado, la ha
llevado lejos.
Se ha opuesto
decididamente a
quienes querían
conservar,
‘embalsamar’ el
mensaje de Cristo
dentro de los
35. “También aquí, podemos preguntar:
¿De qué manera, en familia, conservamos
nosotros la fe? ¿La tenemos para nosotros,
en nuestra familia,
como un bien privado, como una cuenta
bancaria,
o sabemos compartirla con el testimonio,
con la acogida, con la apertura hacia los
36. “Todos sabemos que las familias, especialmente
las más jóvenes, van con frecuencia ‘a la carrera’,
muy ocupadas; pero ¿han pensado alguna vez que
esta ‘carrera’
puede ser también la carrera de la fe?
Las familias cristianas son familias misioneras”.
37. “Las familias misioneras, son misioneras también
en la vida de cada día, haciendo las cosas de
todos los días,
¡poniendo en todo la sal y la levadura de la fe!
Conservar la fe en familia y poner la sal
y la levadura de la fe en las cosas de todos los
días”.
38. “la verdadera alegría
que se disfruta en
familia no es algo
superficial,
no viene de las cosas,
de las circunstancias
favorables…
la verdadera alegría
viene de la armonía
profunda entre las
personas,
que todos
experimentan en su
corazón y que nos hace
sentir la belleza de
estar juntos,
de sostenerse
mutuamente el camino
39. “A la base de este sentimiento de alegría profunda
está la presencia de Dios, la presencia de Dios en
la familia,
está su amor acogedor, misericordioso,
respetuoso hacia todos. Y sobre todo, un amor
paciente:
la paciencia es una virtud de Dios y nos enseña,
en familia, a tener este amor paciente, el uno con
40. “solo Dios sabe crear la armonía de las diferencias.
Si falta el amor de Dios, también la familia pierde
la armonía, prevalecen los individualismos,
y se apaga la alegría.
Por el contrario, la familia que vive la alegría de la
fe la comunica espontáneamente, es sal de la tierra
y luz del mundo, es levadura para toda la
sociedad”.
41. “Queridas familias, vivan siempre con fe y
simplicidad, como la Sagrada Familia de Nazaret.
¡La alegría y la paz del Señor esté siempre con
ustedes!”
43. “Con esta oración, invocamos la protección
de María, nuestra Madre, para las familias
del mundo entero, de forma particular por
aquellas que viven en situaciones de mayor
dificultad.
¡María, Reina de la Familia, ruega por
nosotros!”.
44. El 1 de noviembre el Papa Francisco tras la
oración del Ángelus por la Fiesta de Todos los
Santos dijo:
“Esta tarde iré al cementerio de Verano y allí
celebraré la Santa Misa, uniéndome
espiritualmente a cuantos en estos días visitan los
cementerios, donde duermen los que nos han
precedido en el signo de la fe
45. “en particular, rezaré por las víctimas de la
violencia, especialmente por los cristianos
que han perdido la vida a causa de las
persecuciones”.
46. “En especial rezaré por cuantos, hermanos y
hermanas nuestras, hombres mujeres y niños, han
muerto de sed, hambre y fatiga en el trayecto
para lograr llegar a una condición de vida
mejor: en estos días hemos visto las imágenes
del cruel desierto. Recemos todos en silencio
una oración por estos hermanos y hermanas
nuestros”.
47. “Y recemos también por los que se han salvado
y en estos momentos están en tantos lugares de
acogida, amontonados, esperando que los
trámites legales se aceleren, para poder ir a otro
lugar, estar más cómodos, en otros centros de
acogida”
48. Al celebrar la Misa por la fiesta de todos los
Santos, dijo:
“Es un día de esperanza”, pues “nuestros
hermanos y hermanas están en la presencia de
Dios.
También nosotros, estaremos allí, por pura gracia
del Señor,
si nosotros caminamos en la vía de Jesús”.
49. “Nos espera en el cielo , el Señor Dios, la belleza,
la bondad, la verdad, la ternura, el amor pleno”.
“Y aquellos que nos han precedido, y han muerto
en el Señor, están allá. Y proclaman que fueron
salvados no por sus obras, hicieron obras buenas,
pero fueron salvados por el Señor”.
50. “la salvación pertenece a nuestro Dios, que está
sentado en el trono. Y Él es quien nos salva y es
Él que nos lleva como un Papá, de la mano, al
final de nuestra vida, justamente a aquél cielo,
donde están nuestros antecesores”.
51. “solamente podemos entrar en el cielo gracias a la
sangre del Cordero. Gracias a la Sangre de Cristo,
y justamente es la Sangre de Cristo que nos ha
justificado, nos ha abierto la puerta del Cielo, y si
hoy recordamos a estos nuestros hermanos y
hermanas que nos han precedido en la vida y que
están en el cielo, es porque fueron lavados en la
Sangre de Cristo”.
52. “Y esta es nuestra
esperanza, la
esperanza de la
sangre de Cristo.
Y esta esperanza no
desilusiona.
Si andamos por la
vida con el Señor,
Él no desilusiona
nunca”.
53. “Juan decía a sus discípulos ‘vean cuánto amor
nos ha tenido el Padre para ser llamados hijos de
Dios’.
Lo somos, por eso el mundo no nos conoce.
Somos hijos de Dios. Pero eso que seremos no fue
todavía revelado, ¡de más! Cuando Él será
manifestado,
nosotros seremos similares a Él porque lo veremos
como Él es. Ver a Dios, ser similares a Dios,
54. “En el día de los santos, antes del día de los
muertos,
es necesario pensar un poco en la esperanza.
Esta esperanza que nos acompaña en la vida”.
“Los primeros cristianos diseñaban la esperanza
con un ancla, como si la vida fuera el ancla, allá
arriba,
y todos nosotros yendo, teniendo la cuerda.
Una bella imagen, esta esperanza”.
55. “Tengan el corazón
anclado allá,
donde están los
nuestros, donde
están nuestros
antepasados,
donde están los
santos, donde está
Jesús,
donde está Dios.
Ésta es la esperanza,
ésta es la esperanza
que no desilusiona,
y hoy y mañana son
días de esperanza”.
56. “La esperanza es como
la levadura que te hace
crecer el alma.
Hay momentos difíciles
en la vida, pero con la
esperanza, el alma va
adelante,
va adelante…
¡Mira aquello que nos
espera!”.
57. “Cada uno de nosotros, puede pensar
en el atardecer de su vida. ¿Cómo será mi
atardecer?
El mío, el tuyo, el tuyo, el tuyo, el tuyo…
¡todos tendremos un atardecer, todos!
¿Lo miro con esperanza, lo miro con aquella
alegría de ser recibido por el Señor?
Esto es lo cristiano y esto nos da paz”.
58.
“es un día de alegría,
pero de una alegría
serena, de una alegría
tranquila,
de la alegría de la paz.
Pensemos en el atardecer
de tantos hermanos y
hermanas que nos han
precedido, pensemos en
nuestro atardecer
cuando vendrá,
y pensemos en nuestro
corazón y
preguntémonos”.
59. “¿Dónde está anclado mi corazón? Si no está bien
anclado, anclémoslo allá, en aquella, arriba,
sabiendo que la esperanza no desilusiona, porque
el Señor Jesús no desilusiona”.
60. En twitter dijo:
Está para concluir el Año de la fe. Señor,
ayúdanos en este tiempo de gracia a tomar
en serio el Evangelio.
61. Nuestra vida debe centrarse en lo esencial:
en Jesucristo. Todo lo demás es secundario.
62. Dios nos ama. Descubramos la belleza de
amar
y de ser amados.
63. Tengamos presentes a Filipinas,
Vietnam
y la región afectada por el tifón
Haiyan. Seamos solidarios con la
oración y con la ayuda concreta.
64. Cuiden la creación. Pero, sobre todo,
cuiden a las personas que no tienen lo
necesario para vivir.
66. Jesús ha conservado sus llagas para hacernos ver su
misericordia. Ésta es nuestra fuerza y nuestra
esperanza.
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