2. "¿Qué es el sacerdote?
Un hombre que ocupa la plaza de Dios,
un hombre revestido de todos los poderes de
Dios.
Vamos- dice nuestro Señor al sacerdote-
como mi Padre me ha enviado, yo os envío.
Todo el poder me ha sido dado en el cielo
y en la tierra. Ve a instruir a todas las naciones.
3. Si no tuviésemos el sacramento del orden
sacerdotal, no tendríamos a Nuestro Señor.
4. ¿Quién le ha puesto ahí, en ese tabernáculo?
El sacerdote.
¿Quién ha recibido el alma en su entrada a
la vida?
El sacerdote.
5. ¿Quién alimenta el alma para darle fuerza
para hacer su peregrinación de la vida?
El sacerdote.
6. ¿Quién prepara el alma a presentarse ante
Dios, lavando esta alma, por última vez ,
en la sangre de Jesucristo?
El sacerdote.
7. ¿Y si esta alma va a morir por el pecado,
quién la resucitará?,
¿quién le devolverá la calma y la paz?
Otra vez el sacerdote.
8. No os podéis
acordad de una
buena obra de
Dios, sin
encontrar al lado
de este recuerdo a
un sacerdote.
9. Las otras buenas obras
de Dios no nos
servirían de nada sin el
sacerdote.
¿Para qué serviría una
casa llena de oro, si no
tenemos a nadie que
nos abra la puerta?
Sin el sacerdote,
la muerte y la pasión
de Nuestro Señor no
servirían de nada.
10. Dejada una parroquia veinte años sin sacerdote,
adorarán a las bestias.
Cuando se quiere destruir la religión,
se comienza por atacar al sacerdote,
porque allá donde no hay sacerdote, no hay
sacrificio, y donde no hay sacrificio, no hay religión.
11. ¡Oh! ¡Que cosa es el sacerdote!
Si él se percatara de ello, moriría...
Dios le obedece: dice dos palabras
y Nuestro Señor desciende del cielo.
¡No se comprenderá la dicha que hay en decir la
misa más que en el cielo!
12. Si uno tuviera suficiente fe,
vería a Dios escondido en el sacerdote como una luz
tras su fanal, como un vino mezclado con el agua.
Hay que mirar al sacerdote, cuando está en el altar
o en el púlpito como si de Dios mismo se tratara".
13. Se da mucha importancia a los objetos
depositados en la escudilla de la Santa Virgen
y del Niño Jesús en Loreto.
14. Pero los dedos del sacerdote,
que han tocado la carne adorable de
Jesucristo,
que se han sumergido en el cáliz donde ha
estado su sangre,
en el vaso sagrado donde ha estado su cuerpo,
¿no son más preciosos?
El sacerdocio es el amor del Corazón de
Jesús.
Cuando veas al sacerdote, piensa en Nuestro
15. El sacerdote no es sacerdote para sí mismo.
Él no se da la absolución.
No se administra los sacramentos.
No es para sí mismo, lo es para vosotros.
16. El sacerdote es como
una madre,
como una comadrona
para un niño de pocos
meses:
ella le da su alimento.
Él no tiene más que
abrir la boca.
La madre dice a su hijo:
Toma, pequeño mío,
come.
17. El sacerdote os
dice:
Tomad y comed el
cuerpo de Cristo
que os guarde y os
conduzca a la vida
eterna.
¡Que palabras más
bellas!
18. Un niño cuando ve a
su madre va hacia ella;
lucha contra quienes lo
retienen, abre su
boquita
y tiende sus pequeñas
manos para abrazarla.
Nuestra alma,
en presencia del
sacerdote, se alza
naturalmente hacia
Dios,
sale a su encuentro.
20. Si deseas recibir mensajes,
relacionados con la Iglesia:
que contienen diapositivas,
vida de Santos, Evangelio del Domingo, etc.
Escribe a:
unidosenelamorajesus@gmail.com
con el título suscripciones.
Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor a
Jesús.