Este estudio describe la situación del acogimiento familiar de menores en la provincia de Santa Cruz de
Tenerife entre los años 2000 y 2006. Analiza variables relacionadas con los menores acogidos, sus familias
biológicas y sus familias de acogida. El objetivo es caracterizar el perfil de los menores acogidos y las
condiciones del acogimiento familiar como medida de protección a la infancia en riesgo en esta provincia.
La revista de intervención psicosocioeducativa en la desadaptación social
1. PRE SE N TAC I Ó N
Carmen Steinert Cruz. EL ACOGI-
MIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE
SANTA CRUZ DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIP-
Revista de INTERVENCIÓN PSICOSOCIOEDUCATIVA en la DESADAPTACIÓN SOCIAL
TIVO África Borges del Rosal, Elena Rodríguez
IPSE-ds
Naveiras, Carmen Hernández Jorge. MARCO DE REFE-
RENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA PSICO-
SOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNI-
DAD AUTÓNOMA DE CANARIAS Manuel De Armas Hernán-
dez, José Luís Arregui Sáez, Agustín López Martínez. LA
CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIO-
NES EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL Josep Moya i Revista de INTERVENCIÓN
Ollé. LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILI-
DAD DEL MENOR OPERADA POR LA LEY 8/2006 Deme-
PSICOSOCIOEDUCATIVA
trio Pintado Marrero, Alicia Salabert Cardona, Pablo en la DESADAPTACIÓN
Ponce Matínez. LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL
CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL Enrique SOCIAL
López Martín,María Dolera Carrillo. CARACTE-
RÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES
DE LOS RECURSOS RESIDENCIALES DE
ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLES-
CENCIA EN CATALUNYA Teresa Marzo
Arpón. NUEVA LEY DE INFANCIA EN
CATALUNYA. ANTEPROYECTO
DE LEY SOBRE LOS DERE-
CHOS Y LAS OPORTUNI-
DADES DE LAS NIÑAS,
NIÑOS Y ADOLES-
CENTES Carme
Panchón
Iglesias.
1
4. Colaboran:
Consejería de Bienestar Social, Juventud y
Vivienda. (Gobierno de Canarias).
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Departamento de Educación.
Universidad de La Laguna. Departamento de
Didáctica e Investigación Educativa.
Universidad de La Laguna. Departamento de
Psicología Evolutiva y de la Educación.
Universitat de Barcelona. Departament MIDE.
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Título del artículo:
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ción (ocupación actual) y si lo desea su dirección de correo elec-
trónico o forma de contactar.
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Palabras clave, un máximo de 5
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6. CONSEJO DE REDACCIÓN
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(ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
ARREGUI SÁEZ, José Luís.
Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior.
CARREIRO ESTÉVEZ, Juan.
Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior.
CASTRO SÁNCHEZ, José Juan.
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ESCUELA QUINTERO, Manuel.
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FERNÁNDEZ DEL VALLE, Jorge.
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FERNÁNDEZ SARMIENTO, Celia.
(ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
FRANCO YAGÜE, Juan Francisco.
Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del menor infractor
GARCÍA GARCÍA, Luis.
(ULL) Universidad de La Laguna.
HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Germán
(ULPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
JÓDAR ORTEGA, Capilla.
(ULL) Universidad de La Laguna.
LÁZARO APARICIO, Araceli.
(OIA) Secretària de l’Observatori dels Drets de la Infància, Generalitat de Catalunya.
LÓPEZ MARTÍN, Enrique.
(CARM). Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
LOSADA LÓPEZ, José Luís.
(UB) Facultat de Psicologia, Universitat de Barcelona.
MOLERO RUIZ, Josep.
Departament de Justicia - Generalitat de Catalunya.
RODRIGUEZ DEL CASTILLO, Francisco Javier.
Dirección General de Protección del Menor y la Familia. Comunidad Autónoma de Canarias.
SÁEZ DÍAZ, Guillermo.
Dirección General de Protección del Menor y la Familia. Comunidad Autónoma de Canarias.
SÁNCHEZ ASÍN, Antonio.
(UB) Facultat de Pedagogia. Universitat de Barcelona.
SUÁREZ SANDOMINGO, José Manuel.
Pedagogo e Técnico en Servizos Sociais, Xunta de Galicia.
7.
8. Sumario
PRESENTACIÓN
Carmen Steinert Cruz..................................................................................................pág. 9
.
EL ACOGIMIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ
DE TENERIFE: ESTUDIO DESCRIPTIVO
África Borges del Rosal,
Elena Rodríguez Naveiras,
Carmen Hernández Jorge ......................................................................................pág. 11
MARCO DE REFERENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA
PSICOSOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNIDAD
AUTÓNOMA DE CANARIAS
Manuel De Armas Hernández,
José Luís Arregui Sáez,
Agustín López Martínez.............................................................................................pág. 21
LA CONDUCTA SUICIDA EN ADOLESCENTES SUS IMPLICACIONES
EN EL AMBITO DE LA JUSTICIA JUVENIL
Josep Moya i Ollé..........................................................................................................pág. 29
LA MODIFICACION DE LA LEY DE RESPONSABILIDAD DEL MENOR
OPERADA POR LA LEY 8/2006
Demetrio Pintado Marrero,
Alicia Salabert Cardona,
Pablo Ponce Matínez .................................................................................................pág. 37
LA EVALUACIÓN DEL RIESGO EN EL CONTEXTO DE LA LEY PENAL JUVENIL
Enrique López Martín,
María Dolera Carrillo...................................................................................................pág. 41
CARACTERÍSTICAS DE LOS EDUCADORES SOCIALES DE LOS RECURSOS
RESIDENCIALES DE ATENCIÓN A LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA EN CATALUNYA
Teresa Marzo Arpón....................................................................................................pág. 57
.
NUEVA LEY DE INFANCIA EN CATALUNYA. ANTEPROYECTO DE LEY SOBRE LOS
DERECHOS Y LAS OPORTUNIDADES DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
Carme Panchón Iglesias.............................................................................................pág. 69
9.
10. PRESENTACIÓN Carmen Steinert Cruz
Directora General de Protección del Menor y la Familia (Gobierno de Canarias)
S
upone para mí una enorme sa- internamiento y la perspectiva del derecho
tisfacción presen ar esta revista.
t penal, especialmente de los juzgados y la fis-
Representa de manera sintética el calía.
esfuerzo de los investigadores e Siendo los temas que aquí se tratan tan
inves igadoras en el ámbito de la infancia y
t comple os, resulta por ello una muestra espe-
j
la juventud. Además, algunos de los estudios ranzadora la lectura de estos artículos ya que
presentados han sido solicitados expresa- todos ellos nos muestran alternativas prácti-
mente por la Consejería de Bienestar Social a cas y eficaces para atender la problemática
estos profesionales. de nuestra infancia y nues ra juventud.
t
Ello es un hito para la entidad pública Ello es debido a que todos estos trabajos
respon able de los menores, pues implica
s son fruto del diálogo al que hice referencia
una invitación cargada de sinceridad a la co- al principio de esta introducción. El diálogo
munidad científica canaria para abrir un diá- de quienes día a día están trabajando direc-
logo honesto, abierto e ilusionado entre los tamente con niños y jóvenes, con los inves-
que a diario trabajamos a pie de terreno en tigadores e investigadoras que, desde las
el ámbito de la justicia juvenil o de la protec- universidades canarias, elaboran y ponen al
ción de la infancia y quienes, desde las aulas día teorías que nos permiten entender me-
universitarias, investigan alternativas a pro- jor nuestro entorno, diagnostican la realidad
blemas complejos, propios de una sociedad que nos rodea y establecen las mejores estra-
tan cambiante como la nuestra. tegias con las que intervenir con éxito ante
Así pues esta revista supone el primer los problemas a los que nos enfrentamos a
paso de un diálogo que ya está siendo fruc- diario.
tífero. Una re exión común entre el mundo
fl Por otro lado, no quisiera olvidarme del
de los prácticos, representado por el personal compañero que se nos marchó de ésta vida
educativo y de inter ención y el mundo uni-
v el año pasado, Agustín López Martínez; vaya
versitario, representado por aquellos inves- para él un pequeño homenaje y reconoci-
tigadores e investigadoras que han tenido a miento hacia su labor, desde estas páginas;
bien escribir estos artículos. pues con su preparación, ilusión y empeño
Los problemas a los que nos enfrentamos asumió con gran responsabilidad la dirección
quie es trabajamos en la prevención, la pro-
n y gestión del CEMJ Valle Tabares.
tección y la intervención con la infancia y La lectura de los artículos de esta revista
la juventud no son baladíes. De un lado, lo produ e la sensación de un primer paso en
c
vinculado a la infancia en dificultad social: la este diálogo, un primer paso cargado de in-
intervención con las familias en situación de tensidad, ilusiones y expectativas en que
riesgo, el acogimiento familiar y residencial, esta nueva complicidad entre la práctica y la
los niños que vienen en pateras y cayucos sin investigación, es una realidad cargada de he-
estar acompañados por personas adul as, la
t rramientas comunes que ya son de gran utili
adopción, especialmente la internacional y la dad para quienes procuramos hacer mejor la
de niños y niñas con dificultades especiales. vida de los niños, niñas y jóvenes de Canarias.
De otro, el de los y las jóvenes sometidos a Vaya pues el deseo de toda la sociedad cana-
medidas judiciales de tipo penal: los progra- ria para que este diálogo persevere, para que
mas que fun ionan, el perfil de los y las pro-
c esta recién inicia a complicidad siga dando
d
fesionales, tanto el educativo como el que frutos como los que en esta revista se presen-
se encarga de la seguridad de los centros de tan.
9
11.
12. EL ACOGIMIENTO FAMILIAR EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE
1
TENERIFE: ESTUDIO DESCRIPTIVO
África Borges del Rosal2
Elena Rodríguez Naveiras
Carmen Hernández Jorge
Universidad de La Laguna
Resumen:
El acogimiento familiar es un sistema de protección a la infancia en situación de riesgo, retirando a los
menores de sus familias biológicas que no pueden atenderlos. En este estudio se describe la situación de
los menores en acogimiento en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, cuyos expedientes se han cerrado
en el periodo que abarca de 2000 a 2006, analizando variables relacionadas con el menor, su familia
biológica, sus acogentes y las condiciones de acogimiento.
Palabras claves: acogimiento familiar, acogimiento residencial, familia extensa, familia ajena, infan-
cia en riesgo, familia acogente.
introducción
El acogimiento familiar supone un sistema nocida para el menor, pero sin que les unan
de protección a la infancia en situación de con él lazos de consanguineidad, es quien se
riesgo. Los menores son retirados de sus fa- hace cargo del acogimiento. De ambos aco-
milias biológicas, dando lugar a medidas de gimientos, el realizado en familia extensa se
acogimiento residencial o familiar y, en este ha valorado como el más adecuado, por las
caso, bien sea en familia extensa o biológica. siguientes razones: ayuda a reducir el trauma
El acogimiento familiar de menores cons- de la separa ión, refuerza la identidad y au-
c
tituye una medida jurídica, donde la guardia toestima del menor, ofrece mayor estabilidad
y custodia del menor es otorgada a una per- en su emplazamiento y promueve la relación
sona o un grupo de personas, que se obligan, entre hermanos (Lorkovich, Piccola, Groza,
por ello, a velar por él, alimentarlo, educarlo y Brindo y Marks, 2004). Asimismo permite una
darle una formación inte ral. Amorós y Pala-
g guía de adultos, beneficiosa para el bienes-
cios (2004) señalan que el aco imiento fami-
g tar del menor (Chapman, Wall y Barth, 2004)
liar busca la sustitución o comple entación
m y parece ser que facilita que el acogimiento
del medio familiar original. sea más permanente (Brooks, Shookhoff y Ri-
El acogimiento familiar abarca dos moda- chards, 2005).
lida es: familia extensa o familia ajena. En
d Un aspecto a tener en cuenta son las posi-
el primer caso, algún miembro de la familia bles diferencias entre familia extensa y ajena,
extensa del me or se hace cargo de él. En el
n observán ose o bien ausencia de las mismas
d
segundo caso, una familia, conocida o desco- (Scarnnapieco, Hegar y McAlpine, 1997; Cu-
ddeback y Orme, 2002) o que, en la familia
extensa, el acogedor o acogedora principal
1 Estudio encargado y financiado por la Dirección General tenía una media de edad más alta, a la vez
del Menor y la Familia, de la Consejería de Bienestar Social, que menos formación educativa y menos
Juventud y Vivienda del Gobierno de Canarias.
ingresos (Scannapico y Hegar, 2002; Sykes,
2 e-mail: aborges@ull.es Sinclair y Gibas, 2002).
11
13. El acogimiento está concebido como una RESULTADOS
medida temporal, cuyo objetivo es la reunifi-
cación familiar, cuando las condiciones de la Los resultados se analizaron mediante el
familia biológica lo permitan. El menor que- paque e estadístico SPSS, v.14.0 para Win-
t
da bajo la supervisión de la Dirección General dows.
del Menor, quien, a través de los Educadores
Datos referidos al menor
y apoyados por Psicólogos y Trabajado es So-
r
ciales, se encargan del seguimiento y desarro Sexo y edad del menor:
llo de la vida del menor, sea para trabajar con Hay más varones en acogimiento: 152
ambas familias, biológica y acogente, cuando (55,1%) frente a 124 niñas (44,9%).
las condicio es lo permiten, con el fin de pro-
n La edad del menor en el momento del
mover la reunifica ión familiar, o bien, si ésta
c acogimien o alcanza un rango desde me-
t
no fuera posible, para supervisar el devenir nos del año (en 5 casos) hasta los 17, en una
de la familia acogente, así como para velar distribución bastante homogé ea, como se
n
para que las necesidades físicas y psíqui as c puede apreciar en la ilustración número
del menor se vean cubiertas. 1. La media de edad es de 8,6, con mediana
La investigación social en este marco su- en 9, moda en 6 y desviación típica de 4,62.
pone una importante ayuda, cuya meta es la
búsqueda de factores relevantes que permi- 25
tan que el acogimiento familiar se desarrolle
en las mejores condiciones, velando siempre 20
por el bienestar del menor. El objetivo perse- 15
guido en este estudio es hacer una descrip-
ción detallada de la realidad de los menores 10
en acogimiento familiar en la provincia de
5
Santa Cruz de Tenerife, basándose en los ex-
pedientes cerrados en el periodo que abarca 0
,2 ,6 ,7 ,9 1,0 2,0 3,0 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 11,0 12,0 13,0 14,0 15,0 16,0 17,0
de 2000 a 2006.
Ilustración 1. Edad del menor al inicio del acogimiento
MÉTODO Edad del menor al cierre del expediente de
acogimiento
Procedimiento Casi la mitad de los expedientes se cierran
Se ha revisado un total de 276 expedien- al lle ar el menor a la mayoría de edad (131
g
tes, reativos a menores que han finalizado el
l casos, un 44,7%), como se muestra en la ilus-
acogimiento entre los años 2000-06, lo cual tración número 3. La media de edad al cierre
constituye un 97,18% del total de menores del expediente es de 14,11, con mediana en
que han finalizado su relación con la Direc- 17 y desviación típica de 5,04.
ción General en ese periodo en la provincia
de Santa Cruz de Tenerife, pues el número de 125
expedientes que constan en el servicio es de
284. Los 8 casos que faltan no se han consul 100
tado por no figurar el expediente en el archi- 75
vo correspondiente, por diversas razones.
No ha habido un procedimiento de selec- 50
ción de expedientes, sino que se ha optado 25
por un trabajo censal, con la diferencia entre
expedientes finaliza os y revisados que aca-
d 0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
bamos de exponer. Ilustración 2. Edad del menor al cierre del expediente
12
14. Problemas del menor
Los problemas que aparecen consignados 30
se han agrupado en las siguientes catego- 25
rías: 20
– Trastorno mental: Desvinculación con
15
ansie ad y depresión; hiperactividad y
d
TDAH; Enuresis; trastorno de ansiedad 10
por separación, trastorno de afectividad; 5
trastorno mixto del lenguaje receptivo 0
expresivo; ansiedad; trastorno cognitivo; Trastorno Comportam. Problemas Problemas Problemas
mental antisocial académicos afectivos físicos
trastorno del comportamiento en infancia
Ilustración 3. Frecuencia de los problemas de los menores
y adolescencia
– Comportamiento antisocial y/o delictivo:
Agre ividad; enfrentamiento; fugas; ro-
s
bos; destrozos; amenazas. Remisión a consulta psicológica
– Problemas académicos: Retraso escolar; Cuando los técnicos de la Dirección Gene-
pro lemas académicos; fracaso escolar;
b ral del Menor, educadores, psicólogos y tra-
absentismo escolar; retraso del lenguaje. bajadores sociaes, lo estiman conveniente,
l
– Problemas afectivos: Inadaptación social, los menores son remiti os a consulta psico-
d
fa iliar y escolar; problemas derivados
m lógica que, en todos los casos salvo en uno,
del maltrato físico y psicológico; proble- recae en el mismo gabinete, servicio que ha
mas del carácter; pro lemas emocionales;
b sido contratado a tal fin, mediante concurso
problemas de relación no especificados público, por la Dirección General del Menor.
– Problemas físicos: síndrome de abstinen- De los expedientes estudiados, 48 menores
cia al nacer; portador de VIH; asma; diabe- fueron remiti os a consulta psicológica, con
d
tes; obesidad; cardiopatía; alergia; hepa- una media de per anencia en la misma de
m
titis; desnutrición; retinosis pigmentaria; 10,5 meses, (mediana =9; desviación típica=
vegetaciones; pluritraumatismo; perfo 8,22), con un rango entre una visita y 35 me-
ración timpánica; síndrome de Down; tu- ses de sesiones.
moraciones.
Datos referidos a la familia biológica
La presencia en el menor de problemas Situación y presencia de los padres bioló-
de diverso tipo es poco frecuente, ya que en gicos
215 (77,9%) de los expedientes revisados, los En el momento que se realiza el acogi-
menores no presen an problemas de ningún
t miento, la madre biológica o está con el me-
tipo. Entre los que se consigna la existencia nor o se conoce su paradero, por lo general
de problemas 38 menores presentan uno, 19 (240 expedientes, 88,2%). Los padres tam-
presentan 2 y sólo en 4 casos se dan tres pro- bién suelen ser conocidos y haber reconoci-
blemas conjuntamente. La frecuencia de los do al hijo, lo que ocurre en un 83,8% de los
problemas mencionados aparece en la ilus casos (228 expedientes), en 18 casos el padre
tración 3. es conocido, aunque no ha reconocido al me-
nor, y en 26 es desconocido.
Tipo de familia
El tipo de familia de procedencia se mues-
tra en la ilustración número 4. Como se pue-
de observar, el porcentaje más alto corres-
ponde a ausencia de nú leo familiar.
c
13
15. 120
120 Padre Madre
100 100
80 80
60 60
40 40
20 20
0 0
Drogodependientes
Alcoholicos
En prision
Incap. mental
Incap. fisica
Probl. economicos
Maltrato fisico
Maltrato Psicolog.
Abusos
Separado/a
Prostitucion
Ausente
Monoparental Intacta Reconstituida Sin núcleo
Fallecido/a
Ilustración 4. Tipo familia
Problemas de los padres
Ilustración 5. Problemas de padres y madres
Los problemas de los padres y madres
de los menores acogidos se presentan en la
ilustración número 5. El problema más fre- Hermanos
cuente es la ausen ia de los progenitores,
c Si bien lo más frecuente es que los meno-
siendo también frecuente la separación de res en acogimiento sean hijos únicos (116 ca-
la pareja. El consumo de drogas o alcohol se sos, 42%), los restantes pertenecen a familias
da por igual en madres y en padres, 85 en con más hijos, sean de ambos padres o bien
cada caso, lo que lo convierte en el segundo alguno de los progenitores. Así, un tercio de
problema en frecuencia. Los abusos sexuales los estudiados tienen hermanastros de la
por parte de los progenitores son escasos, y misma madre (31,5%) y un 8,8% del mismo
sólo se da entre los padres, no en las madres. padre, como se puede apreciar en la ilustra-
En cambio, el maltrato físico y psicológico, ción número 6.
aunque se da más frecuentemente entre
los padres, también ocurre en el caso de la 300
Padre y Madre Madre Padre
madre. No obstante, todos estos aspectos 250
se pueden considerar maltrato, si se admite
200
la definición de maltrato que dan Amorós y
Palacios (2004): “… toda acción u omisión no 150
accidental que impide o pone en peligro la 100
seguri ad de los menores de 18 años y la sa-
d
tisfacción de sus necesidades físicas y psico- 50
3
lógicas básicas” (pág. 30) 0
Ninguno 1 2 3 4 o mas Perdidos
Ilustración 6. Hermanos o hermanastros de
menores acogidos
Datos relativos a la familia acogente
La mayoría de los acogentes son los abue-
los, ya que el acogimiento con los abuelos
del menor cons ituye la mitad de los diversos
t
tipos de acogimiento entre los expedientes
analizados, seguido por los tíos, en una cuar-
ta parte de los expedientes vistos. El acogi-
3 Cursiva en el original.
miento por otros familiares es mucho menos
14
16. frecuente, así como también el de familia aje- Profesión de los acogentes
na, sea conocida o no conocida, que sólo se Las profesiones de los acogentes son muy
produce en un 15,3% de casos, como se pue- varia as, como se puede apreciar en la tabla
d
4
de ver en la tabla número 1. número 2 .
Tabla 1. Tipo de acogimiento familiar Tabla 2. Profesiones del acogente principal
1
% %
Frecuencia % % acumulado Frecuencia & % acumulado
válido válido
Profesionales técnicos 6 3,1 3,2 3,2
Abuelos 139 50,4 53,1 53,1
Personal directivo
Tíos 67 24,3 25,6 78,6
Admon. Pública y 1 0,5 ,5 3,7
empresa
Hermanos 8 2,9 3,1 81,7
Personal adminis-
7 3,6 3,7 7,5
Primos 2 0,7 0,8 82,4 trativo
Otros familiares 4 1,4 1,5 84,0 Comerciantes y
11 5,7 5,9 13,4
vendedores
Ajena conocida 25 9,1 9,5 93,5
Personal de servicios 45 23,2 24,1 37,4
Ajena desconocida 17 6,2 6,5 100,0
Agricultores, ganade-
13 6,7 7,0 44,4
ros, pescadores
Perdidos 14 5,1
Trabaj. de producción,
17 8,8 9,1 53,5
Total 276 100,0 conductores, peones
FFAA 1 0,5 ,5 54,0
Estudiantes 2 1,0 1,1 55,1
Edad y sexo del acogente principal
El número de acogentes principales muje- Amas de casa 39 20,1 20,9 75,9
res es de 101 (52,1%) y de 93 varones (47,9%)
Jubilados y
y su edad media del acogente principal está pensionistas
38 19,6 20,3 96,3
en 50,49 años, con una desviación típica de
13,6 y una mediana de 51 años, (rango 19 - 80 No clasificables y
7 3,6 3,7 100,0
en paro
años), como se muestra en la ilustración 7.
Perdidos 7 3,6
60 Total 194 100,0
50
Núcleo familiar de los acogentes
40
Por regla general, los acogentes principa-
les no están solos, sino que viven con más
30
familiares en un 79,9% de los casos. Más de
la mitad de los acogentes principales están
20
casados (54,1%). Los datos se muestran en la
ilustración número 8.
10
4 La disparidad en el tamaño de la muestra se debe, por una
0
parte, a que un acogente puede tener a más de un menor a
15 29 49 59 84 su cargo. Por otra parte, no se han podido recoger los datos
referi os a los acogentes en algunos expedientes.
d
Ilustración 7. Edad del acogente principal
15
17. casado
Datos relativos al acogimiento
2
soltero
viudo Lugar de procedencia antes del
16 separado
Perdido
acogimiento
19
La mayoría de los menores antes del
acogimien o se encontraban con la familia
t
105
biológica (114 menores, 41,3%), o bien con la
familia extensa (100 menores, 36,2%), princi-
52 palmente con los que luego se hacen cargo
del acogimiento (33,3%). Se muestra en la
ilustración número 10.
Las razones más frecuentes para el aco-
gimiento son que los padres biológicos no
pueden hacerse cargo del menor (146 casos,
Ilustración 8. Estado civil del acogente principal
52,9%), seguido por la ausencia de los pro-
genitores (61 casos, 22,1%). En la ilustración
La media de familiares que conviven con número 11 se muestran las distintas razones
el acogente principal es de 2,72, y la mediana que llevan al acogimiento.
2, con una desviación típica de 1,66, y un ran-
go entre 1 y 10 (ilustración número 9). 10 3
Familia biológica
Familia extensa acogente
35
Familia extensa no
80
14 Familia ajena
114
8 Acogimiento residencial
60 Otros
Perdido
92
40
20
Ilustración 10. Residencia de procedencia
0 antes del acogimiento
1 2 3 4 5 6 7 9 10
Ilustración 9. Nº miembros de los acogentes
La mayoría de los acogentes sólo tienen un
menor con medida de acogimiento (89,2%), 140
aunque también se da el caso de que tengan 120
2 (9,3%) ó 3 (1,5%). 100
Diferencias entre acogentes de familia 80
extensa o ajena 60
Se ha comparado a los acogentes princi- 40
pales de la familia extensa o ajena, para ver 20
si se dan diferen ias significativas entre ellas.
c
0
No aparecen diferen ias en ninguna de las
c Ausencia Muerte Incapacidad Cesión Maltrato
progenitores progenitores atender voluntaria
variables consideradas: sexo, edad y profe-
sión del acogente principal (incluyendo que Ilustración 11. Razones acogimiento
sean o no activos profesionalmente), así
como en el número de integrantes de la fa-
milia acogente.
16
18. Condiciones del acogimiento Cambios de domicilio durante el expediente
La mayoría de los acogimientos son
administra ivos (193 casos, 69,9%), sin des-
t Por regla general, los menores en acogi-
amparo (187 ca os, 67,8%) y no remunerados
s miento sueen estar en una sola familia de
l
(228 casos, 82,6%). En la siguiente tabla se acogida, siendo poco frecuente que cambien
puede ver la frecuencia de aparición combi- cuando están dentro del régimen de acogi-
nada estas variables. miento, como se muestra en la tabla número
4. Es más, en algunos casos (19), el acogimien-
Tabla 3. Tipo de acogimiento to no supo e más que una formalización de
n
Remunerado Total una situación de hecho, pues siempre han
Tipo de acogimiento
si no vivido con la familia extensa, generalmente
Administrativo Desamparo sí 9 51 60
los abuelos. Sin embargo, alrededor de una
no 16 117 133 cuarta parte (23,5%) cambia de domicilio
Total 25 168 168 más de una vez, estando bajo medida de aco-
Judicial Desamparo sí 4 21 25 gimiento, con todo lo que ello implica en su
no 17 36 53 adaptación y bienestar.
Total 21 57 78
Tabla 4. Nº cambios residencia entre inicio y fin
Hermanos acogidos expediente
Frecuencia & % válido % acumulado
Es frecuente que el acogimiento abarque a 0 19 6,9 7,3 7,3
más de un hermano. De hecho, aunque en la 1 176 63,8 67,7 75,0
mayoría de los expedientes estudiados sólo
2 50 18,1 19,2 94,2
hay un hijo en acogimiento, casi en la mitad
3 13 4,7 5,0 99,2
de los expedientes revisados (41,8%) había
4 2 0,7 0,8 100,0
más de un hermano en situación de acogi-
Total 260 94,2 100,0
miento simultáneamente, como se puede ver
en la ilustración número 12. Además, aunque Perdidos 16 5,8
ya hubieran finalizado su acogimiento, en 11
de los expedientes, uno o más hermanos del La última residencia en la que estaba alo-
actual niño en acogimiento también habían jado el menor al finalizar el acogimiento era
estado sometidos a esta medida. en su mayoría en familia extensa (223 expe-
dientes, el 80,8%), como se puede apreciar en
la ilustración número 13.
250
Ninguno
4 7 1
200
3 2
36 3 150
4
Perdido 100
153 50
73 0
Familia extensa Familia ajena Acogimiento
residencial
Ilustración 13. Ultimo acogimiento al finalizar expediente
Ilustración 12. Hermanos del menor en acogimiento
Razones del cierre del expediente
simultaneamente Prácticamente la mitad de los expedientes
se cierran por haber alcanzado la mayoría de
edad (131 casos, 47,5%), seguidos por reinte-
17
19. gración familiar (84 casos, 30,4%). El menor DISCUSIÓN
pasa a centro en 36 expedientes (13%). Los
datos se muestran en la ilustración nº 14. La primera reflexión que se plantea, a la
luz de los datos, tiene que ver con la edad del
menor cuando se produce el acogimiento,
pues se observa que los niños se ven some-
125
tidos a situación de acogimiento a lo largo
100 de todas las edades, desde bebés que aún
no han cumplido el año, hasta jóvenes de 17
75
años. Sin embargo, la edad del cierre del ex-
50 pediente más frecuente es a los 18 años, lo
que supone que el acogimiento, sea cual sea
25
su régimen, temporal o definitivo, acaba por
0 suponer una medida que finaliza en la mayo-
Mayoría Reinte- Paso a Acog Renuncia Nomb. Cambio Adopción Otros
edad gración centro preadop. acogente tutor acogente ría de edad del acogido, siendo a la postre,
Ilustración 14. Razones de cierre del expediente más frecuente que la reunificación familiar,
que es el objetivo final de la medida de aco-
gimiento. Por tanto, y en aras de conseguir la
El porcentaje de reunificación familiar en- mejor situación para el menor, hay que cuidar
contrado en este estudio está dentro de los especialmente el hogar de acogida, evitando
márgenes de otros estudios que han contem- en lo posible que se den cambios de acogi-
plado este dato: El Programa de Tratamiento miento a lo largo de la infancia, que sólo po-
a Familias con Menores, de la Diputación de drán ir en perjuicio del niño. Un corolario de
Sevilla, con una media 28,56% de reunifica- esta conclusión es que hay que prestar un ex-
ciones familiares y el 35% recogido por Amo- quisito cuidado a las familias acogentes, tan-
rós, Palacios, Fuentes, León y Mesas (2004). to en lo que respecta a su idoneidad, como
en el apoyo que se le debe dar, para asegurar
Duración del acogimiento que la medida cumpla el propósito de cubrir
La duración media en que el menor se en- eficientemente las necesidades totales del
cuentra en acogimiento familiar, contando menor. Se ha observado la importancia de
desde la edad que tenía al inicio hasta la edad las redes sociales para un mejor funciona-
del cierre del expediente es de 5,64 años, con miento de los acogentes, lo cual incluye tam-
mediana de 5 años, desviación típica de 3,98, bién una buena relación con la Institución
y un rango entre 0 y 17 años. La distribución gubernamental encargada de la medida de
de los valores es multimodal, teniendo su fre- acogimiento (Triseliotis, Borland y Hill, 1998;
cuencia máxima (30 observaciones) en 2 y 3 Fisher, Gibbs, Sinclair y Wilson, 2000), uno de
años. los aspectos en los que habría de redundar
en futuras investigaciones.
40
En segundo lugar, cabe resaltar es que la
población infantil en régimen de acogimien-
30
to familiar está relativamente libre de proble-
mas, tanto físicos como psicológicos, lo cual
20 no es poco si tomamos en cuenta las duras
10
5 No obstante, no hay que olvidar que una medida de
acogimiento no siempre es tan dramática; muchas veces, los
0 abuelos, por razones diversas, se han hecho cargo del menor
,00 ,30 1,00 2,00 2,80 3,00 3,10 4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 8,40 9,00 10,00 11,00 12,00 13,00 14,00 15,00 17,00
desde el nacimiento y han asumido todas las funciones
Ilustración 15. Duración del acogimiento parentales.
18
20. situaciones familiares que, en muchos casos5, se encuentra presente cuando se produce la
han tenido que vivir los menores. Ello permi- medida de acogimiento, y el padre tiende a
te reorganizar adecuadamente los recursos ser conocido y haber reconocido al menor, si
institucionales, pues cabe sugerir que los es- este es fruto de una relación fuera del matri-
fuerzos de los educadores se centren más en monio. Tanto padre como madre presentan
estos casos que en los que se desarrollan de problemas de diverso tipo, siendo el más
forma adecuada. frecuente el consumo de drogas o alcohol.
Un comentario parece adecuado aquí. En Además, es bastante común que más de un
este trabajo se han trascrito textualmente las hermano se encuentre en acogimiento en
conceptualizaciones que aparecen en los ex- el mismo espacio temporal. Obviamente, la
pedientes para designar los problemas que dificultad de los padres de hacerse cargo del
afectan a los menores. En algunos casos, no menor se extiende a todos sus hijos, por regla
corresponden a ningún criterio diagnóstico, general, aunque no siempre es el caso.
tales como el Manual Diagnóstico y Estadísti- El perfil del acogente que surge de este
co de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) de estudio es una abuela, en la cincuentena,
la Asociación Psiquiátrica Americana (2002) que se dedica a una profesión relacionada
o la Clasificación Internacional de Enferme- con el área de servicios, está casada y vive en
dades: Trastornos mentales y del comporta- familia, compuesta por dos o más miembros,
miento (CIE-10) de la Organización Mundial teniendo un solo menor en acogimiento.
de la Salud (1992). Utilizar cualquiera de Con respecto a los acogentes, nuestros
estas categorizaciones estandarizadas sería datos no avalan los hallazgos que aparecen
aconsejable, para garantizar una terminolo- recogidos en la literatura, en el sentido de di-
gía común. ferencias entre familia extensa y ajena (Scar-
Ahora bien, cabe preguntarse si la baja nnapieco y cols, 1997, Cud¬deback y Orme,
incidencia de problemas es real, o bien, al 2002; Scannapico y Hegar, 2002; Sykes, Sin-
no ser un dato de obligada inclusión en los clair y Gibas, 2002), en ninguna de las varia-
expedientes, pudiera no haberse incluido, bles incluidas en el estudio.
aunque el menor padeciera estos problemas. Finalmente, el tipo de acogimiento más
Esto es más probable que ocurra en los más frecuente es administrativo, no remunerado
antiguos, pues se han consultado expedien- y sin desamparo.
tes abiertos desde la década de los ochenta, En conclusión podemos señalar que, den-
y se ha podido observar que la forma de tra- tro del intervalo estudiado, la medida de
bajo de los técnicos ha ido evolucionando acogimiento ha funcionado bien, debido a
hacia una mayor sistematización. Evidente- que el menor suele mantenerse en la misma
mente, es preciso un estudio mucho más en familia hasta la mayoría de edad, cuando no
profundidad, tomando en cuenta áreas tales se culmina en la reunificación familiar. Esto,
como desarrollo físico y autonomía, desarro- como hemos señalado, redunda en la estabi-
llo cognitivo, emocional y social y rendimien- lidad del menor y permite que su desarrollo
to escolar, al estilo del realizado por Amorós, se realice en condiciones óptimas.
Palacios, Fuentes, León y Mesas (2004), estu- El trabajo aquí presentado no es más que
diando familias canguro, a ser posible, con un la descripción de la realidad en el intervalo
diseño antes–después del acogimiento, para temporal estudiado. No obstante, para po-
poder determinar los efectos que la medida der llegar a conclusiones más prácticas, es
de acogimiento ha tenido sobre esas áreas preciso analizar qué factores parecen rela-
del desarrollo infantil. cionarse tanto con una finalización feliz del
La familia biológica del menor, en gene- acogimiento, a través de la reunificación, así
ral, carece de un núcleo constituido, aunque como la otra cara de la moneda: qué aspec-
también en la mayoría de los casos la madre tos pueden permitir predecir el fracaso en
19
21. acogimiento, esto es, cuando el menor debe tive services. Child and Adolescent Social Wrk
abandonar la familia de acogida antes de su Research, 19(4), 315-327.
mayoría de edad, cuando la reunificación fa- - Scarnnapieco, M., Hegar, R.L. y McAlpine, C.
(1997) Kinship care and foster care: A compa-
miliar no es posible.
rison of characteristics and outcomes. Families
Estos aspectos han sido objeto de otros in Society: The Journal of Contemporary Human
estudios y no ha sido objeto del estudio pre- Services, 78(5), 480-488.
sentado anteriormente. - Sykes, J., Sinclair, I, Gibas, I. y Wilson, K. (2002)
Kinship and stranger foster carers: How do
they compare? Adoption & Fstering Journal, 26
REFERENCIAS (2), 38-48.
- Triseliotis, J., Borland, M. y Hill, M. (1998) Fos-
- Amorós, P., Palacios, J., Fuentes, N., León E. y ters careers who cease to foster. Adoption and
Mesas, A. (2004) Familias canguro. Una expe- Fostering, 22(2), 54-61.
riencia de protección a la infancia. Barcelona:
Fundación La Caixa.
- Amorós, P. y Palacios, J. (2004) Acogimiento fa-
miliar. Madrid: Alianza Editorial.
- Asociación Psiquiátrica Americana (2002)
Manual de Diagnóstico y Estadísticode los tras-
tornos mentales (DSM-IVT-R). Madrid: Masson.
Brooks, S.L., Shookhoff, A.J. y Richards, C.M.
(2005) A better option? Tennessee Bar Journal,
41(3), 16-23.
- Chapman, M.V. Wall, A. y Barth, R.P. (2004)
Children’s voices: The perceptions of children
in foster care. American Journal of Orthopsy-
chiatry, 74 (3), 293-304.
- Cuddeback, G.S. y Orme, J.G. (2002) Training
and services for kinship and nonkinship foster
families. Child Wlfare League of America, 81(6),
879-909.
- Fisher, T., Gibbs, I., Sinclair, I. y Wilson, K. (2000)
Sharing the care: The qualities sought of social
workers by foster carers. Child and Family So-
cial Work, 5,225-233.
- Lorkovich, T.W., Piccola, T., Groza, V., Brindo,
M.E. y Marks, J. (2004) Kinship care and perma-
nence: Guiding principles for policy and prac-
tice. Families in Society: The Journal of Contem-
porary Human Services, 85(2), 159-164.
- Organización Mundial de la Salud (1992) Cla-
sificación Internacional de Enfermedades: Tras-
tornos mentales y del comportamiento (CIE-10).
Madrid: Meditor.
- Programa de tratamiento a familias con me-
nores. Diputación de Sevilla. En: http://www.
dipusevilla.es/dipusevilla/export/ site/co-
tents/Documentos/124351/124387/atta-
chs/125375/normal/Memoria_TRATAMIEN-
TO_FAMILIAR_2005.pdf [02/04/2007]
- Scarnnapieco, M.y Hegar, R.L. (2002) Kinship
care providers: Designing an array of suppor-
20
22. MARCO DE REFERENCIA DE LOS PROGRAMAS DE COMPETENCIA
PSICOSOCIOEDUCATIVA DE JUSTICIA JUVENIL EN LA COMUNIDAD
AUTÓNOMA DE CANARIAS
Manuel De Armas Hernández 1
José Luís Arregui Sáez
Agustín López Martínez
Resumen:
La necesidad de una especialización de la intervención en justicia juvenil pone de relieve que al interve-
nir hemos de basarnos en programas y líneas de trabajo contrastadas empíricamente, tal y como nos
refleja los trabajos de Spivack y Shure (1974) con el déficit de destrezas interpersonales; Roos, Fabiano y
Ewles (1982) en el programa R & R; Segura Morales (1992, 2004) con programas cognitivos de habilida-
des sociales; Garrido Genovés y López (2005) con el programa de pensamiento prosocial.
Palabras claves: modelo cognitivo, competencia social, pensamiento prosocial, delincuencia juvenil,
tutoría de jóvenes.
Antecedentes
En la década de los 70 y 80, surge con fuer- delincuentes que tendrán presente en el di-
za la idea de la rehabilitación del delincuente seño de los programas de intervención cog-
tanto en Estados Unidos como en Canadá y nitivos y que son los siguientes:
después de publicaciones en las que se revi- 1. Pensamiento Causal, es la capacidad de
saban los programas y tratamientos basados determinar la raíz o causa de un proble-
en una revisión meta-analítica, pues con an- ma. Quienes no tienen este pensamiento,
terioridad a dichas décadas el fracaso de la atribuyen todo a la causalidad o a la mala
rehabilitación se había extendido basado en suerte, o se quedan sin palabras ante un
estudios con problemas metodológicos y con problema interpersonal.
inadecuados diseños de investigación. Esta 2. Pensamiento Alternativo, es la habilidad
idea de rehabilitación se aleja de una visión cognitiva de imaginar el mayor número
punitiva e incorpora las características perso- de posible soluciones para un problema
nales de los sujetos susceptibles de interven- determinado.
ción, el tipo de programa y el ambiente en el 3. Pensamiento Consecuencial, es la capaci-
que tiene lugar la intervención, de esta forma dad cognitiva de prever las consecuencias
se inicia una nueva línea de trabajo en la que de un hecho; supone pensar y prever lo
diversos autores (Spivack y Shure, 1974; Ross, que probablemente pasará, si hago esto,
Fabiano, y Ewles, 1982) coinciden al seleccio- o si le digo esto a tal persona.
nar los rasgos que caracterizan a los progra- 4. Pensamiento en Perspectiva, es la habili-
mas que funcionan diferenciándolos de los dad cognitiva de ponerse en el lugar de
que no afloran resultados positivos. otro, es comprender por qué piensa así
Spivack y Shure (1974) encuentran déficit otra persona. Nos hace comprender mejor
de destrezas interpersonales en los jóvenes para perdonar, ayudar y también oponer-
nos con firmeza a quienes no tienen ra-
1 e-mail: mdearmas@dedu.ulpgc.es zón.
21
23. 5. Pensamiento Medios-fin, supone saber 1. Impulsividad, reflejo de una evidente falta
trazarse objetivos, saber analizar los re- de autocontrol.
cursos con que se cuenta para llegar a ese 2. Externalidad, en tanto en cuanto no se
objetivo. sienten responsables de los que le sucede.
3. Razonamiento concreto, en la medida que
Por otro lado, Ross, Fabiano, y Ewles (1982) sólo comprenden aquello que pueden ver,
proponen el Programa: R & R, que hace refe- oír o tocar.
rencia a Razonamiento y Rehabilitación, que 4. Rigidez cognitiva, su pensamiento es in-
se ha de llevar a cabo con grupos de cuatro flexible, rígido e intolerante, los que les lle-
a ocho componentes y con una duración de va a persistir en conductas desadaptadas.
80 a 120 horas. Se han de utilizar técnicas 5. Resolución cognitiva de problemas inter-
que sean altamente agradables para indivi- personales, aspecto relacionado con la
duos antisociales porque los delincuentes no falta de capacidad para detectar y definir
son fáciles de motivar, y frecuentemente se un problema, encontrar posibles causas y
muestran muy negativos ante la terapia o la pensar soluciones alternativas y sus con-
escuela, dicho programa fue mejorado por secuencias.
Roos y Ross (1995), Ross, Antonowicz y Dha- 6. Egocentrismo, ven el mundo desde su
liwal (1995) y Garrido Genovés (2003) en el propio punto de vista.
programa de Pensamiento Prosocial, versión 7. Valores, ausentes o precarios.
corta para jóvenes (PPS-VC). 8. Insuficiente capacidad crítica, predomi-
También Ross (1992) se preguntó ¿Cuá- nando el pensamiento irracional y carente
les son las características esenciales de los de autocrítica.
programas efectivos? Existen varias, pero
una destaca claramente, que todos ellos Aparición de los programas
eran multifacéticos, multimodales, comple-
cognitivos en España
jos. Utilizaban varias técnicas diferentes de
intervención. Por otro lado, los programas Los programas cognitivos tienen su apa-
efectivos simples compartían una caracte- rición a finales de los 80, aplicándose tanto a
rística común: incluían alguna técnica de la la delincuencia de adultos, a la delincuencia
que cabía esperar algún impacto en el pen- juvenil, como a la población en riesgo y las
samiento del delincuente. En definitiva, los experiencias las podemos encontrar en la
programas efectivos incluían como objeto de obra de López, Garrido y Ross (2001) y en Ló-
intervención no solamente el ambiente del pez y Garrido (2005).
delincuente, o su familia, o sus sentimientos, Segura Morales (1992) lleva a cabo dife-
o su conducta, o su educación o sus destrezas rentes cursos dirigidos a profesionales del
vocacionales, sino también su cognición: su campo de la educación formal y de la educa-
razonamiento, su comprensión, .... Y lo que es ción no formal, orientados al entrenamiento
más importante: les enseñaban cómo com- cognitivo y a la enseñanza de las habilidades
prender los pensamientos y sentimientos sociales en todo el archipiélago canario entre
de otras personas. La investigación reveló los años 1988 y 1991, para la aplicación en
un cuerpo sustancial de estudios empíricos infancia y juventud normalizada y de riesgo.
que indicaban que muchos pero no todos los En dichos cursos para el aprendizaje de las
delincuentes evidenciaban retrasos evoluti- habilidades sociales se siguió el método es-
vos en la adquisición de diversas destrezas tructurado de Godstein, Sprafkin, Gershaw y
cognitivas, (Garrido Genovés y Piñana, 1996) Klein (1989), también se aplicó el CORT1 de
destrezas que son esenciales para la adapta- De Bono (1985) y el TIPS de Platt y Duome
ción social y de los déficits encontrados, se (1981).
destaca:
22
24. Entre los años 1987 y 1992, (López, Her- Redondo Illescas, Sánchez-Meca y Garrido
nández y Martín, 1993; Martín, López y Her- Genovés (2002) revisan los programas psico-
nández, 1994 y Martín y Hernández, 1999) lógicos europeos sobre delincuencia por me-
llevan a cabo en colaboración con el Fondo dio de un meta-análisis de 26 programas, ob-
Europeo, Gobierno de Canarias y la Universi- teniendo una estimación de la efectividad de
dad de La Laguna, entre otras instituciones, los programas, que es en promedio de r=0.21.
en las prisiones de Tenerife y de Gran Canaria De manera más concreta, los grupos de trata-
los siguientes programas: miento obtuvieron una tasa de reincidencia
• PEI (1987-1990). (Programa de Educación del 39.5%, 21 puntos por debajo de la tasa
Integral). Tenerife. del 60.5% obtenida por los grupos de control
• PEIRS (1989-1992). (Programa de Educa- no tratados. Además, algunas tipologías de
ción Integral y Reinserción Social). Tenerife. programas (especialmente educativos, con-
• HOPECAN I y II (1994-1999). (Programa ductuales y cognitivo-conductuales) fueron
Horizon Penitenciario de Canarias). Tene- claramente más efectivas que el promedio.
rife y Gran Canaria.
Por otro lado, Garrido Genovés, Morales
De los programas existentes que funcio- y Sánchez-Meca (2006) examinan los resul-
nan (Redondo, 1994; Lipsey, 1995; Garrido tados de la mejor evidencia empírica dis-
Genovés y Martínez, 1997; Redondo, Sánchez ponible con respecto a la efectividad de los
y Garrido Genovés, 2001; Becedóniz y Rodrí- programas de tratamiento implementados
guez, 2004), que tienen éxito en prevenir los en centros cerrados o prisiones juveniles
comportamientos antisociales y en disminuir para prevenir la reincidencia de delincuentes
de modo significativo la reincidencia, de ellos juveniles graves (violentos y habituales), en
destacamos los siguientes aspectos: edades comprendidas entre los 12 y los 21
• Analizan cuidadosamente las capacidades años. Se revisan 30 estudios experimentales
cognitivas, afectivas y conductuales, ajus- y cuasiexperimentales, con un total de 2.831
tando la intervención a las necesidades. jóvenes en los grupos de tratamiento y 3.002
• Están bien estructurados, tienen un so- en los grupos de comparación. El tamaño del
porte para la evaluación y se basan enla efecto global en términos de reducción de
línea cognitivo-conductual. la reincidencia fue de d = 0.14 a favor de los
• Relacionan el trabajo con las estrategias grupos tratados, lo que supone una reduc-
de vida, con técnicas de modelado y role- ción de la reincidencia del 7%, en donde los
playing. métodos cognitivos conductuales fueron los
• Es intensivo, con contactos semanales, más efectivos.
incluyendo un programa individualizado;
con reglas claras de conducta positiva y Aplicaciones
negativa, apareciendo un feedback sobre
su comportamiento. A continuación describimos diferentes
• Los profesionales son referentes positi- programas que pensamos que pueden ser
vos. referentes para la intervención con menores
• Son multimodales, con estrategias de in- y jóvenes de justicia juvenil:
tervención plurares: formación profesio-
nal, cultura general y habilidades sociales, A. El programa de Pensamiento Prosocial en
incluyendo la intervención familiar grupal Entornos Educativos (Garrido Genovés y
e individual. López, 2005), intenta responder a una se-
• Es necesario que el programa ayude al rie de carencias en competencia social en
joven en su casa y barrio, para prevenir la donde los menores y jóvenes lo reflejan
recaída. de diferente forma:
• Disrupción en el aula
23
25. • Relaciones agresivas entre iguales físicos, tercera edad, drogodependientes,
• Agresividad hacia los profesionales escolares, menores en protección y justi-
• No respeto de las normas en el centro cia juvenil, ...), ya que son una base para la
correcta adaptación al medio.
El programa se compone de siete módulos
repartidos en 32 sesiones, siendo la frecuen- Los programas de habilidades de vida
cia de las sesiones dos semanales: pueden incluir diferentes áreas de actuación:
• Módulo 1. Nos conocemos (1 sesión) • Entrenamiento en destrezas de auto-cui-
• Módulo 2. Conociendo el cómic (2 sesio- dado.
nes) • Conocimiento y utilización de recursos y
• Módulo 3. Habilidades de comunicación servicios.
(3 sesiones) • Técnicas de búsqueda de empleo.
• Módulo 4. Autoconocimiento emocional • Planificación y uso del tiempo de ocio.
(6 sesiones)
• Módulo 5. Resolución de problemas (6 se- Las características fundamentales de este
siones) programa son:
• Módulo 6. Habilidades sociales (11 sesio- • Los conocimientos son eminentemente
nes) aplicados y aplicables para el joven.
• Módulo 7. Desarrollo de valores (3 sesio- • Las informaciones que se presentan son
nes) fundamentalmente útiles para el usuario.
• Se tratan cuestiones fundamentales como
Dentro de cada módulo aparece:
la utilización de recursos y servicios del
• El objetivo
medio ambiente del usuario, búsqueda y
• La duración de la sesión (50 minutos
mantenimiento de empleo, planificación
aproximadamente)
y uso del tiempo libre, toma de decisiones
• El contenido
de manera responsable, la publicidad y el
• Los materiales
consumo responsable...
• El tiempo estimado de cada sesión está
B. Programa de Competencia Psicosocial
entre 45 y 60 minutos.
“Jabato”: Habilidades de Vida (Fundación
Diagrama, 2005). Dado que las habilidades y estrategias que
El objetivo general es favorecer la inte- se entrenan en este manual están orientadas
gración social y laboral de la persona a a mejorar la adaptación de la persona en su
través de informaciones concretas y del medio ambiente cotidiano, el perfil del joven
aprendizaje de técnicas y habilidades para que va a aprovechar con más éxito estas se-
la mejora de la competencia social. Las siones será:
habilidades de vida son herramientas que • Joven entre 16 y 23 años.
van a ayudar a cualquier persona en su • Cumpliendo una medida judicial pero
integración social. Contribuyen también próximo al cumplimiento de la medida o
al desarrollo personal y laboral, y a la in- próximo al reinicio de salidas del centro.
corporación eficaz en el medio en el que • Que ya haya superado otros módulos que
se vive. Los programas de habilidades de desarrollan la competencia social (princi-
vida son aquellos destinados a reforzar y palmente el módulo de resolución de pro-
apoyar los cambios introducidos en los blemas y el de habilidades de vida).
hábitos de comportamiento de la perso-
na, y tienen como meta favorecer la inte- El Programa Jabato se desarrolla en cua-
gración sociolaboral y sanitaria. Estos pro- tro áreas diferentes que están secuenciadas
gramas se utilizan con todos los grupos de forma que se vaya progresando en la in-
de población (minusválidos psíquicos y corporación de diferentes habilidades, que
24
26. favorecerán la integración social y laboral de ta, espacial, cinética, música, intrapersonal
la persona. Estas áreas son: e interpersonal), en donde define la inte-
1. Área de Planificación del tiempo (Sesión 1 ligencia como la capacidad para resolver
a 3). En esta área se introduce el concepto problemas y crear productos. También se
del tiempo objetivo (real) y subjetivo (per- sigue el desarrollo de las cinco habilidades
cibido), así como la importancia de saber que Spivack y Shure (1974) habían consi-
priorizar en función de él, organizarlo y derado esenciales para relacionarnos:
planificarlo. También se muestra y practica pensamiento causal, alternativo, conse-
aquí el uso de la agenda como herramien- cuencial, de perspectiva y pensamiento
ta para lograr estos objetivos. medios-fin.
2. Área de Toma de decisiones (Sesión 4 a 2. Razonamiento moral, sigue la línea de Kol-
11). Se trabaja la importancia de tomar de berg (1984) con la discusión de dilemas.
forma correcta las decisiones a través del 3. La educación emocional, sigue la línea de
entrenamiento de una técnica para hacer- Goleman (1996) y Marina (1993), comple-
lo, así como asumir la responsabilidad de mentada con el entrenamiento en habi-
la decisión tomada. Se practica la toma de lidades sociales propuesto por Godstein
decisiones ante diferentes temas, como (1989).
el consumo responsable, el uso del ocio y
tiempo libre o la emancipación. D. Programa de Tutoría de jóvenes de Cana-
3. Área de Información (Sesión 12 a 18). En- rias (Gobierno de Canarias, 2006). Se hace
trenamiento de la habilidad de pedir y a través de la colaboración de la Conseje-
buscar información. También de mecanis- ría de Educación, Cultura y Deportes y la
mos para búsqueda de información nece- de Bienestar Social del Gobierno de Cana-
saria para una buena integración social. rias. Las tutorías de jóvenes son acciones
Además se aporta información relevante educativas específicas para jóvenes en
para la vida en sociedad, como el uso de situación de exclusión o dificultad social y
los recursos del medio, el uso del dinero, se encuadran dentro de los Programas de
los recursos asistenciales, las acreditacio- Garantía Social, con la característica espe-
nes, etc. cial de que están dirigidos a aquellos me-
4. Área de Formación y Trabajo (Sesión 19 a nores y jóvenes que estén bajo el Modelo
26). En esta área se pretende en primer lu- de Responsabilidad Penal Juvenil. Tiene
gar dar información acerca de alternativas una concepción integral que incorpora un
formativas y laborales. Además se aportan amplio abanico de subprogramas.
técnicas y herramientas para la búsqueda 1. Entrenamiento cognitivo y Competencia
de empleo eficaz. Social según la versión de Garrido Geno-
vés del R&R de Fabiano, y Ewles (1982).
C. Programa “Ser persona y relacionarse” (Se- 2. Formación Profesional de nivel 1
gura Morales, 2004). 3. Destrezas básicas educativas: lectoescritu-
Es un programa de Competencia Social, ra y matemáticas básicas
donde la base de dicho programa sigue la 4. Otras habilidades de vida: educación
línea de Ross y Fabiano (1985) que tiene sexual, para la convivencia y acceso a re-
por objetivo mejorar las relaciones inter- cursos sociales
personales, incorporando tres factores 5. Orientación laboral y acciones de inser-
facilitadores de las relaciones interperso- ción y acompañamiento una vez que el
nales que son: joven sale del centro de ejecución de me-
1. Entrenamiento cognitivo, sigue la línea de didas judiciales.
Gardner (1994, 2000) y su teoría de las in-
teligencias múltiples (lingüística, abstrac-
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27. Se aplica en los centros de ejecución de aprenden a renunciar a su egocentrismo y a
medidas judiciales de Canarias e incorpora su constante huida de la responsabilidad.
profesorado de la Consejería de Educación, Para finalizar, uno de los grandes retos
maestros de taller, educadores sociales y que debemos afrontar los profesionales del
orientadores laborales. ámbito de la justicia juvenil, es lograr que
el tratamiento de los menores y jóvenes se
Valoraciones adapten a las directrices que las diferentes in-
vestigaciones tanto nacionales como interna-
De lo descrito en páginas anteriores, con- cionales han revelado como exitosas. No nos
sideramos que la reeducación e inserción de cabe duda, que este es un proceso bastante
los menores y jóvenes con medidas judiciales lento en el que debemos superar nuestro
se ha de llevar a cabo teniendo en cuenta las desánimo, y para ello hemos de pasar de una
diferentes líneas de investigación y marcos intervención en cantidad a una de calidad
teóricos conceptuales, queda claro que los con planificación, organización y que evite la
programas han de estar unidos con el desa- improvisación, es decir, hemos de ir hacia el
rrollo cultural formativo, la inserción laboral campo de la formación y la intervención es-
y las competencias psicosociales, para conse- pecializada, sin prisas; pero sin pausas.
guir una alta tasa de eficacia en los progra-
mas y con ello reducir la reincidencia en los
delitos.
Referencias
Dado que el comportamiento antisocial,
ya de forma oportunista, transitorio o persis- - De Bono, M. (1985). CORT 1: Abre Tu mente.
tente y presente en la vida usual de los me- Valencia: Universidad de Valencia.
nores y jóvenes con medidas judiciales, es - Fundación Diagrama (2005). Programa de
competencia psicosocial: Jabato. Murcia: Edita
tan costoso para dichos menores y jóvenes,
Fundación Diagrama.
para sus familia, para los diferentes profe- - Gardner, H. (1994). La mente escolarizada. Bar-
sionales que hemos de intervenir con ellos y celona: Paidos.
para las instituciones que tienen su compe- - Gardner, H. (2000). La educación de la mente y
tencia, para la sociedad en general, se ha de el conocimiento de las disciplinas. Barcelona:
comprender que cada vez más los esfuerzos Paidos.
de tratamiento y la rehabilitación tengan una - Garrido Genovés, V. (2003). Origen del progra-
fundamentación teórico-práctica que nos ha ma. Monográfico sobre competencia social.
Cuadernos de Pedagogía, 324, 44-54.
de llevar a asumir el modelo la responsabi-
- Garrido Genovés, V. y López, M. J. (2005). Ma-
lización y especialización, que nos refleja el nual de intervención educativa en readap-
marco legal de nuestra intervención. tación social. (Vol.1 y 2). Valencia: Tirant lo
En la actualidad, muchas de nuestras es- Blanch.
peranzas están depositadas en los tipos de - Garrido Genovés, V. y Martínez, M. (1997).
programas cognitivos y de habilidades de Pedagogía, delincuencia e inteligencia emo-
vida, pues no se trata de culpar a nadie, de cional. En V. Garrido Genovés y M. Martínez
que los menores y jóvenes con medidas ju- (Eds.), Educación social para delincuentes (pp.
19-86). Valencia: Tirant Lo Blanch.
diciales de perfil persistente y reincidente, le-
- Garrido Genovés, V. y Piñana, A. M. (1996). El
sionan gravemente su vida y la de los demás, modelo cognitivo aplicado a delincuentes
y frente a este desafío, nuestra respuesta ha institucionalizados: el pensamiento prosocial.
de ser la de darles herramientas cognitivas, Revista Complutense de Educación. 7 (2), 137-
personales y culturales, para que aprendan a 156.
valorarse a sí mismo y a los demás, asumien- - Garrido Genovés, V., Morales, L. A., y Sánchez-
do su responsabilidad penal y posicionándo- Meca, J. (2006). ¿Qué funciona con los delin-
se en el lugar de sus víctimas. Al tiempo que cuentes juveniles? Una revisión sistemática.
Psicothema, 3 (18), 661-619.
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