Este documento presenta la situación de Amy Curry, una estudiante de último año de secundaria que se está mudando de California a Connecticut después de que su padre murió recientemente en un accidente automovilístico. Su madre decidió mudarse para comenzar de nuevo en un lugar sin tantos recuerdos dolorosos. Amy observa una Subaru estacionada frente a su casa y se da cuenta de que su vida ha cambiado drásticamente. Ella extrañará su antigua vida en California.
1. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
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2. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
A
my Curry piensa que su vida apesta. Su madre decide
mudarse de California a Connecticut para comenzar de
nuevo, justo en el último año escolar de Amy. Su padre
murió recientemente en un accidente de auto. Entonces, Amy se
embarca en un viaje de carretera para escapar de todo, dejando atrás la
casa que siempre ha conocido para ir a su nueva vida. Junto a Amy
viajara Roger, el hijo de una vieja amiga de la madre de Amy. Amy no
lo ha visto en años, y no está encantada con la idea de conducir todo el
país con un chico que apenas conoce. Así que se sorprende al
enamorarse en el camino de él. Al mismo tiempo, ella hace las paces
con la muerte de su padre y tratara regresar su vida a como era antes
del accidente.
3. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
RAVEN ROCK HIGH SCHOOL
Raven Rock, CA
Boleta De Calificación Final
Estudiante
AMELIA E. CURRY leta De Calificación F Primer Año
Clases Calíficación
Literatura Americana A
Historia Americana A
Química B-
Francés B+
Educación Física B
Teatro A
Notas
Esta estudiante con record académico será transferida a la escuela STANWICH HIGH, Stanwich,
Connecticut. La estudiante podrá ser matriculada como alumna de última grado en otoño.
Ausencias
Ausencias Justificadas
A Enfermedad
1-Justificada (A) B Evento Escolar
5-Justificada (D) C Vacaciones
D Duelo
E Otras
4. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
DE: Hildy Evans (hildy@ravenrockrealty.com)
PARA: Amy Curry (amycurry@netmail.com)
ASUNTO: Podré mostrarte la casa a las 4: 00
FECHA: 01 de Junio
HORA: 10:34 a.m.
¡Hola, Amy!
Sólo quería dejarte saber que mostraré la casa a algunos posibles
compradores hoy a las cuatro. Sólo quería asegurarme de que eras
consciente del tiempo, por lo que podrías hacer algunos arreglos para estar
en alguna otra parte. Como hemos discutido antes, realmente queremos que
la gente pueda imaginar esto como su CASA. ¡Y es más fácil cuando es sólo la
familia y yo alrededor de la casa!
Además, entiendo que vas a unirte a tu madre en Connecticut pronto.
Puedes sentirte libre de cerrar la puerta con seguro cuando te vayas—tengo
mi copia de llaves.
¡Gracias!
Hildy.
5. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
DE: Mamá (pamelacurry@stanwichcollege.edu)
TO: Amy (amycurry@netmail.com)
SUBJECT: El Viaje
DATE: 03 de Junio
TIME: 9:22 a.m.
DATO ADJUNTO : MAPA DEL VIAJE
Hola, Amy.
¡Saludos desde Connecticut! Esto feliz de escuchar que te fue bien.
Estoy feliz de escuchar que Candide fue un éxito. Estoy segura de que
estuviste grandiosa, como de costumbre, ¡Desearía poder haber estado allí!
¡No puedo creer que haya pasado un mes desde que te he visto! Siento
que es mucho más tiempo. Espero que te estés comportando bien con tu tía.
Es agradable que ella de esté echando un ojo, así que espero que estés
agradecida con ella.
Estoy segura que todo irá bien en el viaje. Espero que tu y Roger no
tarden más que diez días, de acuerdo con el itinerario que he trazado para ti
(adjunto). Tienes reservas en la lista de los hoteles. Paga por ellos, las
comidas, y la gasolina con tu tarjeta de crédito de emergencia.
¡Y por favor, mantente segura! Información sobre hospitales están en
la guantera, en caso de emergencia.
Sé que le envías a tu hermano tu cariño. Él me escribió, envía saludos.
No puedes llamarle seguido, pero él comprueba su correo electrónico. Para él
sería agradable que le escribieras uno de estos días.
Mamá.
VIAJE DE RUTA
Inicio: Raven Rock, California
Primera noche: Gallup, Nuevo México
Segunda Noche: Tulsa, Oklahoma
Tercera Noche: Terre Haute, Indiana
Cuarta Noche: Akron, Ohio
Final: Stanwich, Connecticut
Yo podría llevar a Roger a la casa de su padre en Philadelphia. ¡Por favor,
conduce con cuidado!
6. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
PARTE I
Miss California ……………………………………………………………………… 08
Eureka [I have found it] …………………………………………………………. 09
But I think it only fair to warn you, all those songs about California
lied ……………………………………………………………………………………... 17
California is a garden of Eden, a paradise to live in or see. But believe
it or not, you won’t find it so hot, if you ain’t got the do-re-mi ……… 28
You ain’t never caught a rabbit, and you ain’t no friend of mine …… 37
I’d like to dream my troubles all away on a bed of California stars … 40
You’ll be missed, Miss California ……………………………………………….. 08
PARTE II
The Loneliest Road in America
Long-distance information, give me Memphis, Tennessee.
She’s gonna make a stop in Nevada.
We’re on the road to nowhere. Come on inside.
Yesterday, when you were young . . .
A love-struck Romeo sings a streetsuss serenade.
PARTE III
Colorado Springs Eternal
There’s no surf in Colorado.
And you’re doing fine in Colorado.
Mistakes become regrets.
Have you ever been down to Colorado? I spend a lot of time there in
my mind.
Those memories so steeped in yesterday. Those memories you couldn’t
run away.
PARTE IV
Through Adversity to the Stars
7. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
I’ve reached the point of know return.
There’s no place like home.
Where they love me, where they know me, where they show me, back
in Missouri.
I called your line too many times.
I found my thrill on Blueberry Hill.
We will sing one song for the old Kentucky home.
PARTE V
How to Decapitate a Moose
You’d better go on home, Kentucky gambler.
I said, blue moon of Kentucky, keep on shining.
She met a boy up in Kentucky.
PARTE VI
Life Savers
We both will be received in Graceland.
Well they’ve been so long on Lonely Street they ain’t ever going to look
back.
I took a trip while I was gone. I cashed in all my savings and bought an
El Dorado, drove to Tennessee.
I was on your porch last night.
While I Breathe, I Hope.
I’ll be right here with you, come what may.
If you don’t mind, North Carolina is where I want to be.
Country roads, take me home to the place I belong.
Maybe this time with all this much to lose and all this much to gain:
Pennsylvania, Maryland, the world.
Behind closed doors . . .
You’ve Got a Friend in Pennsylvania.
Good-bye, so long, farewell . . .
Into the woods, then out of the woods, and home before dark.
9. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
Miss California
10. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
Eureka [I have found it]
M
e senté en los escalones del frente de mi casa y veía la Subaru
Station Wagon de color beige balancearse demasiado rápido
alrededor del callejón sin salida. Este era un error de novatos,
realizado por los innumerables chicos de Fed Ex 1. Solo había tres casas en
Raven Crecent, y la mayoría de las personas habían llegado al final antes de
notarlo. Los amigos de Charlie Stoner nunca lo recordaban así que siempre
oscilaban entre el circulo antes de ponerse en nuestro camino. En lugar de
usar esta técnica, la Subaru se detuvo, las luces del freno intermitente
estaban rojas, entonces la luz cambio a blanco cuando se detuvo enfrente de
la casa. Nuestro camino de entrada era bastante corto, así que podía leer las
etiquetas adhesivas de la parte trasera: ―Mi hijo es el estudiante del mes en
RANDOLPH HALL” y “Mi hijo y mi dinero van para el Colegio de
Colorado”. Había dos personas en el coche hablando, teniendo una
incómoda conversación mientras tenían el cinturón puesto, así que no pude
ver por completo la cara de la otra persona.
A mitad del camino se podía notar el césped, el cual ya había crecido
demasiado, ya habían pasado tres meses, lo sabía por el objeto inanimado
que había llegado a odiar con toda mi existencia. Era un cartel de agentes de
raíces, con una foto sonriente de una mujer excesivamente rubia. EN
VENTA, decía el cartel, y debajo de aquello con letras más
grandes, BIENVENIDO A CASA.
He tratado de resolver la capitalización desde que el cartel subió, y aun
no tengo una explicación. Todo lo que podría determinar es que esto era una
cosa agradable de ver si fuera una casa a la cual piensas mudarte. Pero no es
muy agradable cuando es la casa de la cual tú te estás mudando.
Prácticamente podía escuchar al Sr. Collins quien había dictado la clase de
inglés en quinto grado, era el profesor que más me había intimidado de
todos los que he tenido, aun puedo escucharlo gritándome, ―Amy Curry‖ aun
puedo escuchar su tono, ―¡Nunca termines una oración con una
preposición!‖ Me molesto que después de seis años él aun estuviera
mentalmente corrigiéndome, le dije al Sr. Collins de mi cabeza que se fuera a
la mierda.
Nunca pensé que vería un cartel de agentes de bienes raíces en nuestro
suelo. Hasta hace tres meses, mi vida me había parecido reiteradamente
aburrida. Vivimos en Raven Rock, un suburbio de Los Ángeles, donde mis
padres eran ambos profesores de la Universidad del Occidente, un pequeño
Compañía de paquetería mundialmente famosa.
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11. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
colegio que esta a diez minutos manejando desde nuestra casa. Esta lo
suficientemente cerca para un fácil traslado, pero lo suficientemente lejos
para que no puedas escuchar las ruidosas fiestas de las fraternidades los
sábados por la noche. Mi padre enseñaba Historia (la guerra civil y la
reconstrucción), mi madre enseñaba Literatura Inglesa (modernista).
Mi hermano gemelo, Charlie —tres minutos más joven— ha recibido
una puntuación perfecta en su PSAT22 y apenas ha escapado después de que
tuvo un cargo de posesión cuando él trato de convencer al policía que
encontró un pote de marihuana en su mochila era, de hecho, una rara mescla
de hierba de California conocida como Humboldt3, y que él era una aprendiz
del Instituto Culinario de Pasadena.
Estaba comenzado a obtener papeles en las obras de la escuela y ya
había hecho tres con Michael Young, estudiante de primer año de
Universidad, especialidad indefinida. Las cosas no eran perfectas —Mi mejor
amiga, Julia Anderson, se mudó en enero a Florida— pero en retrospectiva,
puedo ver que todo no podría ser muy maravilloso. Simplemente no me
había dado cuenta en ese momento. Solo que siempre asumí que las cosas
seguirían siendo las mismas.
Miré a la extraña Subaru y los extraños de adentro aun seguían
hablando y pensé, no por primera vez, lo idiota que he sido. Y ahí había una
parte de mí— una que antes no había decidido aparecer hasta ahora que era
demasiado tarde y quizás ahora conseguiría dormir — esa pregunta de que si
tal vez yo lo cause todo, simplemente contando con el hecho de que las cosas
no cambiarían. En adición, claramente, a todas las otras cosas que lo había
causado.
Mi madre decidió poner la casa en el mercado casi al instante del
accidente. Charlie y yo no hemos sido consultados, solo informados. En todo
caso no es como si hubiera hecho algún bien preguntarle a Charlie en este
punto. Desde que lo ocurrido él ha estado casi constantemente drogado.
Las personas en el funeral le han comentado cosas simpáticas cuando
lo han visto, asumiendo que los ojos inyectados en sangre se deben al llanto.
Pero aparentemente, esas personas no tienen el sentido del olfato, el viento
se encontraba al favor de Charlie cuando cualquier persona se le acercaba. Él
había estado fiesteando desde séptimo grado, pero desde el año pasado lo
estaba haciendo más frecuentemente. Y después del accidente, se puso
mucho, mucho peor, hasta el punto que un Charlie no drogado se convertía
en una figura mítica, vagamente recordado, como el abominable hombre de
las nieves.
PSAT: Preliminar Examen de Actitud Academica.
2
Humboldt: Flor con hojas parecidas a la mariguana.
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12. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
La solución a nuestros problemas según mi madre, era mudarnos.
“Aire fresco para comenzar”, nos dijo una noche durante la cena. “Un lugar
sin tantos recuerdos”. El cartel de venta estaba al día siguiente.
Nos mudamos a Connecticut, un Estado en el cual nunca había estado
y en el que no albergaba ningún deseo de mudarme. O como el Sr. Collins
hubiera preferido, un estado al cual no sentía ningún deseo real de
mudarme. Mi abuela vive allí, pero ella siempre ha venido a visitarnos,
desde, bueno, desde que nosotros vivimos en el Sur de California y ella en
Connecticut. Pero a mi madre le han ofrecido una posición en el
departamento de inglés en el Stanwich College. Y cerca de ahí,
aparentemente, había una escuela local genial que según ella amaríamos. La
universidad la ha ayudado a encontrar una casa disponible para arrendar, y
cuando Charlie y yo terminamos nuestro año de junior, todos nos mudarías
allá, mientras que el agente de bienes raíces vendía nuestra casa aquí. Por el
momento, ese ha sido el plan. Pero un mes después que el letrero apareciera
en nuestro terreno, mi madre no ha podido seguir pretendiendo que no ha
visto lo que sucede con Charlie. La siguiente cosa que supe es que ella lo
saco del instituto, y lo puso en el centro de rehabilitación para adolescentes
en la instalación de Carolina del Norte. Y después se fue derecho a
Connecticut para enseñar unos cursos de verano en la universidad y para
―dejar las cosas arregladas‖. Al menos, eso fue por lo que dijo que tenía que
irse. Pero tengo la fuerte sospecha de que fue por mí. Después de todo,
parecía que apenas me podía mirar. No es que la culpe. Porque yo apenas me
podía mirar la mayoría del tiempo.
Así que pase el último mes sola en nuestra casa, excepto por Hildy, la
agente de bienes de raíces, apareciendo con futuros compradores para la
casa, casi siempre cuando estaba saliendo de la ducha, y mi tía que venía
ocasionalmente de Santa Barbará para asegurarse que hacia las gestiones
necesarias para alimentarme y no haber comenzado a crear metanfetaminas
en el patio trasero. El plan era simple: terminaría el año escolar, y me iría a
Connecticut. El problema era el auto.
La gente del Subaru continuaba hablando, pero lucia como si se
hubieran quitado sus cinturones de seguridad y se estuvieran haciendo
frente. Miré hacia nuestra cochera para dos autos, el cual ahora tenía un auto
aparcado, el único que aun teníamos. Era de mi madre, un jeep Liberty rojo.
Ella necesitaba el auto en Connecticut, ya que se estaba volviendo
complicado el pedirle el auto a la abuela en Coupe Deville. Aparentemente, la
abuela se estaba perdiendo bastantes juegos de cartas y no importaba que mi
madre siguiera necesitando ir a Bed Bath & Beyond44. Mi madre me
comentó la solución para el problema del auto la semana pasada, el último
jueves por la noche.
Bed Bath & Beyond, famosa marca de tiendas especializada en accesorios para el hogar.
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13. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
Era la noche de apertura del musical de primavera, Candide, y por
primera vez después de un show, no ha estado nadie esperándome en el
teatro. En el pasado, siempre abrazaba muy rápido a mis padres o a Charlie,
aceptando sus ramilletes y sus cumplidos, pero siempre con la mente en la
fiesta con el resto del elenco. No me había dado cuenta, hasta que detrás del
escenario con el resto de los actores, lo que era no tener a nadie ahí
esperando por mí, para decirme ―Buena Actuación‖. Tomé un taxi a casa,
casi inmediatamente, ni siquiera estando interesada en donde sería la fiesta.
El resto del elenco —las personas que han sido mis más cercanos amigos
hasta hace tres meses atrás— se estaban riendo y hablando juntos, mientras
que yo empacaba mis cosas y esperaba afuera de la escuela por mi taxi. Les
dije repetidas veces que quería estar sola y claramente ellos escucharon, no
debería estar tan sorprendida. He descubierto que si empujas lo
suficientemente fuerte a alguien, ellos tienden a irse.
He estado en la cocina, mi maquillaje se sentía pesado en mi piel, mis
falsas pestañas comenzaban a irritar mis ojos y la canción de ―Best of All
Possible Worlds‖ corría por mi mente, cuando el teléfono suena.
—Hola, Cariño —dijo mi madre con un bostezo cuando contesto el
teléfono. Miré el reloj y me doy cuenta de que en Connecticut son cerca de
las 1 AM, —. ¿Cómo estás?
Pensé en decirle la verdad, pero como no he hecho eso en casi tres
meses y ella no ha parecido notarlo, no había ninguna razón para comenzar
hacerlo ahora. —Bien. —dije, la cual era mi respuesta de rutina. Puse un
poco de la comida de la noche anterior, Pizza Casa Blanca, en el microondas
y apreté el botón de calentar.
—Así que escucha, —Esa era la señal de mi madre para ponerme en
alerta. Así era como me advertía que vendría alguna información que no
fuese de mi gusto. Y ella hablo rápido y lo soltó—. Es acerca del auto.
— ¿El auto? —deje la pizza en el plato para que se enfriara. Sin darme
cuenta de que ese plato continuamente tomaba, ya que estando siempre sola
era el único que usaba, si lo ensuciaba lo lavaba. Era como si todo los demás
platos se hubieran esfumado.
—Si, —dijo ella mientras suprimía otro bostezo—. Me he fijado en el
costo para traer el coche y más tu pasaje, y así…—hizo una pausa—. Me temo
que ahora no es posible, como la casa aun no se vende, y con lo de tu
hermano…
— ¿A qué te refieres? —pregunté no siguiéndola del todo. Le di un
tentativo mordisco a la pizza.
—No podemos pagar ambos —dijo ella—. Y necesito el auto, así que
alguien tendrá que traerlo manejando.
14. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
La pizza estaba caliente pero aun así me la trague, sentí que me ardía
la garganta y los ojos húmedos. —No puedo manejar —dije, cuando pude
hablar nuevamente. No he conducido desde el accidente. Y no tengo planes
para comenzar nuevamente pronto. O alguna vez. Podía sentir como mi
garganta comenzaba a contraerse, pero forcé las palabras para que
salieran—. Tú sabes eso, no lo hare.
—Oh, tú no tendrás que manejar, —Ella hablaba más despierta,
considerando que hace un rato estaba bostezando—. El hijo de Marilyn va a
conducir. Él necesita venir al este en todo caso para pasar el verano con su
padre en Philadelphia, así que todo funcionaria.
Habían tantas cosas malas con esa oración, que en realidad no sabía
cual comenzar. — ¿Marilyn? —pregunté, comencé por el principio.
—Marilyn Sullivan —dijo ella—. Supongo que ahora es Marilyn
Harper. Sigo olvidando que ella se lo cambio después del divorcio. De
cualquier manera, tú conoces a mi amiga Marilyn, los Sullivan solían vivir en
Holloway, hasta el divorcio, luego ella se mudo a Pasadena. Pero tú y Roger
siempre jugaban ese juego. ¿Cómo se llamaba?, ¿Papa?, ¿Berenjena?
—Papá caliente —dije automáticamente—. ¿Quién es Roger?
Ella dejó salir un largo suspiro, de esos que eran para decirme que
estaba sobrepasando su paciencia. —El hijo de Marilyn —dijo ella—. Roger
Sullivan. Tú te acuerdas de él.
Mi madre siempre me decía que recordaba algo. Como si eso lo hiciera
verdad. —No lo hago.
—Claro que lo haces. Acabas de decir que solían jugar ese juego.
—Recuerdo la papa caliente —dije. Me pregunté, y no por primera vez,
porque cada conversación que tengo con mi madre tiene que ser tan difícil—.
En realidad no recuerdo a nadie llamado Roger o Marilyn.
—Bueno —dijo ella, mientras podía escuchar como su voz se esforzaba
por mantenerse positiva—. Ahora tendrás la posibilidad de conocerlo. Les he
hecho un itinerario. Les debería tomar cuatro días.
Preguntas sobre a quién recordaba parecían irrelevantes para ella. —
Espera un segundo, —dije, sosteniéndome en la mesa de cocina—. ¿Tú
quieres que pase cuatro días en un auto con alguien que no conozco?
—Te lo he dicho, lo conoces —dijo mi madre claramente lista para
terminar esta conversación—. Y Marilyn dice que es un chico encantador. Él
nos está haciendo un gran favor, así que aprécialo.
—Pero mamá… —comencé—. Yo… —No sabía que seguiría. Quizás algo
como ahora odio estar en un auto. He estado bien tomando el autobús de la
escuela, pero la ida en taxi esta noche ha hecho que mi pulso se acelere lo
15. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
suficiente para no sentir mi garganta. También ya me había acostumbrado a
ser solo yo y me gusta de esa manera. La idea de pasar esa cantidad de
tiempo en un auto, con un extraño, encantador o no, me está haciendo sentir
como que voy a comenzar a hiperventilar.
—Amy —dijo mi madre con un profundo suspiro—. Por favor, no te
pongas difícil.
Por supuesto que no iba a ser difícil. Ese era el trabajo de Charlie.
Nunca he sido difícil, y claramente mi madre estaba contando con eso. —
Está bien —dije en voz baja. Esperaba que ella entendiera que no quería
hacer esto. Pero si lo hizo, lo ignoro.
—Bien, —habló con la vivacidad de vuelta en su voz—. Una vez que
tenga las reservaciones de hotel te enviaré un itinerario y te ordene un regalo
para el viaje, debería estar ahí antes que te vayas.
Me di cuenta de que mi madre no estaba preguntando. Miré la pizza
que se encontraba en la mesa, pero había perdido el apetito.
—Oh, por cierto —agregó recordando—. ¿Cómo estuvo el show?
Y ahora el show se ha acabado, los finales habían acabado, y por
último estaba la Subaru y dentro de ella estaba Roger, el jugador de la papá
caliente. Durante la semana pasada trate de recordar a un tal Roger. Y logre
recordar a uno de los hijos de los vecinos, uno con cabello rubio y orejas que
resaltaban, agarrando una pelota y llamándonos a Charlie y a mí, tratando de
jugar juntos. Charlie hubiera recordado más detalles— a pesar de sus
actividades extracurriculares tenía una memoria de elefante— Pero Charlie
no estaba exactamente cerca para preguntarle.
Ambas puertas de la Subaru se abrieron, y una mujer que lucía de la
edad de mi madre— presumiblemente Marilyn— salió seguida por un chico
alto. Estaba de espalda hacia mí, Marilyn saco del maletero un bolso estilo
militar, lo dejo en el suelo y ambos se abrazaron. El chico —
presumiblemente Roger— era una cabeza más alta que ella y se agachaba un
poco para abrazarla. Esperaba escuchar un adiós, pero solo escuche, ―no seas
extraña,‖ Marilyn se rió como si estuviera esperando eso. Cuando se
separaron, ella capto mi mirada y me sonrió. Yo asentí de vuelta y ella se fue.
Roger se quedo mirando mientras se despedía haciéndole señas con las
manos.
Cuando el auto desapareció de nuestra vista, él se colgó sus bolsos y
comenzó a caminar hacia la casa. Tan pronto se volvió hacia mí, parpadeó
sorprendido. Las orejas raras se habían ido, el tipo que venía hacia mí era
sorprendente, de buena apariencia. Tenía los hombros anchos, pelo castaño
claro, ojos oscuros, y me sonreía.
16. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
Supe en ese instante que el viaje se había vuelto mucho más
complicado.
17. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
But I think it only fair to warn you, all those songs
about California lied.
M
e levante y baje los escalones, para encontrarme con él en la
acera. De pronto fui consciente de que estaba descalza, en
jeans y la playera del musical del año pasado. Esta se había
vuelto mi vestimenta diaria, y me la puse en la mañana automáticamente, sin
considerar la posibilidad de que este chico Roger podría ser extremadamente
lindo.
Y realmente lo era, lo observe ahora que estaba más cerca. Él tenía
amplios ojos color avellana y pestañas injustamente largas, una dispersión
de pecas, y un aire de confianza. Me sentí encogerme en su presencia.
—Holam —dijo, soltando sus maletas y extendiéndome su mano. Me
detuve por un segundo - Nadie que yo conociera saludaba de manos – pero
entonces extendí mi mano, y nos saludamos rápido—. Soy Roger Sullivan. Tú
eres Amy, ¿Correcto?
Asentí —Si —dije. La palabra se atoro un poco en mi garganta, y yo la
aclare y trague—. Quiero decir, si, hola. —Entrelace mis manos y miré al
suelo. Podía sentir mi corazón latiendo y preguntado cuando una simple
presentación había cambiado a algo tan desconocido y aterrador.
—Te ves diferente. —dijo Roger, después de un momento, y levante mi
mirada para verlo estudiándome. ¿A qué se refiere? ¿Diferente de que había
estado esperando? ¿Que había estado esperando?—. Diferente a como solías
verte. —Explicó, como si leyera mis pensamientos—. Te recuerdo de cuando
éramos niños, a ti y tú hermano. Pero tú aun tienes el cabello rojo.
Toque mi cabello inconscientemente. Charlie y yo lo habíamos tenido,
y cuando éramos pequeños y estábamos juntos todo el tiempo, las personas
nos detenían para señalarlo, como si nunca lo notáramos nosotros mismos.
El de Charlie había oscurecido con el tiempo, considerando que el mío siguió
vívidamente rojo. No me había importado hasta hace poco. Últimamente
parece llamar la atención, cuando eso era lo último que yo quería. Lo puse
detrás de mi oreja, tratando de no tirar de él. Había comenzado a caerse hace
un mes, un hecho que me preocupo, pero estaba intentando no pensar en eso
demasiado. Me dije a mi misma que era el estrés de los finales, o la falta de
hierro en mi dieta, principalmente de pizza. Pero usualmente intentaba no
cepillar mi cabello con mucha fuerza, esperando que pare por sí solo.
—Oh. —dije dándome cuenta que Roger estaba esperando que yo
dijera algo. Fue como si incluso las reglas básicas de conversación me
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hubieran abandonado. —Um, si. Aun lo tengo. El de Charlie es de hecho más
oscuro ahora, pero el… umm… no está. —Mi madre no le había dicho a nadie
sobre la rehabilitación de Charlie y me había pedido decirles la excusa que
invento. —El está en Carolina del Norte. —Dije. —En un programa de
enriquecimiento académico. —Presione mis labios y miré hacia a otro lado,
deseando que él se fuera y yo pudiera volver adentro y cerrar la puerta,
donde nadie trataría y hablaría conmigo y yo estaría sola con mi rutina.
Estaba fuera de práctica hablando con chicos lindos. Estaba fuera de práctica
hablando con cualquier persona.
Después de que sucedió yo no había hablado mucho. No quería hablar
sobre eso y no quería abrir la puerta a las personas para que me preguntaran
como me sentía sobre lo que paso. Y no era como si mi madre o Charlie
incluso lo intentaran. Tal vez los dos habían hablado entre ellos, pero
ninguno de ellos hablo conmigo. Claro que era comprensible – Yo estaba
segura que ambos me culpaban. Y yo me culpaba a mí misma, entonces tenía
sentido que nosotros no compartiéramos nuestros sentimientos alrededor
de la mesa de cocina. Las cenas eran, en su mayoría, calladas. Con Charlie
sudoroso y saltando o bien balanceándose ligeramente, con los ojos
vidriosos, así como mi madre concentrada en su plato. El pasar y devolver de
los platos y condimentos, y luego el proceso de cortar, mascar y tragar,
parecía a tomar tanto tiempo y concentración que era realmente increíble
pensar que alguna vez hubo conversaciones alrededor de la mesa en cena.
Incluso si ocasionalmente pensaba en decir algo, el silencio de la silla vacía a
mi izquierda mataba ese impulso.
En el instituto mis maestros me habían dejado en paz, no llamándome
durante el primer mes posterior. Y entonces, después de eso, supongo esto
solo se convirtió en un habito el que no lo hicieran. Parecía que las personas
podían revisar realmente muy rápido como estaba y parecían haber olvidado
que alguna vez solía levantar mi mano y dar mis opiniones, que una vez
había tenido algo que decir sobre la Rebelión de los Bóxers o el Simbolismo
en El Gran Gatsby.
Mis amigos habían recibo demasiado rápido el mensaje de que yo no
quería hablar con ellos sobre el tema. Y sin decir nada al respecto, quedó
claro que entonces no podíamos hablar realmente sobre nada. Después de no
mucho tiempo, nosotros solo dejamos de intentarlo, y pronto no podría decir
si yo los estaba evadiendo o ellos me estaban evadiendo a mí.
Julia era la única excepción. Yo no le había dicho lo que había pasado.
Sabía que si le decía, no iba a dejarme en paz. Ella no iba a desaparecer
fácilmente. Y no lo hizo. Se entero, por supuesto, y me había llamado
constantemente después, llamadas que deje ir al buzón. Las llamadas se
terminaron, pero comenzó mandándome emails en su lugar. Vinieron a cada
pocos días, con temas como ―Checándote‖ y ―Preocupada por ti‖ y ―Por el
19. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
amor de Dios, Amy‖ Los deje juntarse en mi buzón de entrada, sin leerlos.
No estaba exactamente segura de porqué lo estaba haciendo, pero sabía que
si se lo decía a Julia, se convertiría en algo real que de alguna forma yo no
podría manejar.
Pero mientras mire a Roger, me di cuenta que también había pasado
mucho tiempo desde que había tenido una interacción con un chico. No
desde la noche del funeral, cuando me auto-invite al cuarto de Michael,
sabiendo exactamente lo que pasaría. Cuando me fui, una hora más tarde,
estaba decepcionada, a pesar de que conseguí exactamente lo que creí que
quería.
—No es cierto, sabes. —Dijo Roger. Lo miré, tratando de entender a
que se refería. —Tu playera. —Dijo apuntándola. Baje la mirada hacia el
algodón azul desvanecido, adornado con CUALQUIERA PUEDE SILVAR. —
Yo no. —continuó alegremente. —Nunca he podido.
—Es un musical. —Dije en pocas palabras. Él asintió, y llego el silencio,
y yo no podía pensar nada más que añadir sobre el tema. —Voy por mis
cosas. —Dije, regresando a la casa, preguntándome cómo demonios vamos a
pasar cuatro días.
—Claro. —Dijo. —Subiré mis cosas, ¿Necesitas ayuda?
—No. —Dije, subiendo las escaleras. —El carro está abierto. —
Entonces escape hacia dentro, donde todo era fresco, oscuro y tranquilo y yo
estaba sola. Tome un respiro, saboreando el silencio, luego continúe hacia la
cocina.
El regalo que mi madre había mandado estaba en la mesa de la cocina.
Había llegado hace unos días, pero no lo había abierto aun. Si lo abría,
significaría que el viaje realmente iba a suceder. Pero ya no podía negarlo
ahora – La prueba estaba haciendo comentarios acerca de mi playera y
poniendo su maleta en el carro. Abrí el paquete y encontré un libro. Era
pesado y tenía espiral, con una cubierta azul oscuro. LLEGARAS LEJOS
Estaba impreso en letras con estilo de los años 50. Y debajo de esto, El
compañero del viajero. Diario/Blog de Notas/Consejos Útiles.
Lo tome y lo ojeé. Parecía ser en su mayoría páginas en blanco, con
una sección de Bloc de notas para preservar "Tus recuerdos duraderos" y una
sección de diario para grabar "Tus pensamientos errantes." También parecía
haber cuestionarios, listas que empacar y consejos de viaje. Cerré el libro y lo
mire incrédulamente. ¿Este fue el "regalo" que mi madre me envió para el
viaje? ¿En serio?
Lo arroje al desayunador. Yo no iba a engañarme pensando que esta
era una especie de divertida y emocionante aventura. Era un viaje puramente
funcional que yo estaba siendo obligada a tomar. Por lo tanto no veo ninguna
20. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
razón para asegurarme de que siempre lo recordare. La gente no compra
recuerdos de los aeropuertos en los que se detienen.
Camine por las habitaciones en el primer piso de la casa,
asegurándome que todo estaba en orden. Y todo lo estaba- Hildy la agente
inmobiliaria, se había asegurado de eso. Todos nuestros muebles seguían ahí
-Ella prefería no vender casas vacías- pero ya ni siquiera se sentía como
nuestra. Incluso desde que mi madre la contrató, ella se había apoderado de
nuestra casa hasta el punto donde a veces tuve problemas para recordar
como solía sentirse cuando nosotros sólo vivíamos en ella, y no estaba siendo
vendida a personas como el lugar donde siempre serian felices. Se había
comenzado a sentir más como un conjunto que una casa. Demasiados
matrimonios jóvenes habían sido engañados con esto, viendo sólo la
superficie en metros cuadrados y la ventilación, contaminándolo con el
mobiliario de sus sueños e imaginado Navidades. Cada vez que Hildy
terminaba una visita y se me permitía volver de caminar alrededor del
vecindario, con mi iPod, siempre podía sentir la casa mas lejos de lo que lo
estaba cuando aún era nuestra. Un perfume extraño permanecía en el aire,
las cosas estaban puestas en lugares equivocados, y unos pocos más de los
recuerdos que residía en las paredes parecían haberse desvanecido.
Subí las escaleras hacia mi cuarto, el cual, ya no se asemeja al lugar en
el que había vivido toda mi vida. En su lugar, parecía la habitación de la niña
adolescente ideal, con todo tan-meticulosamente, organizadas pilas de
libros, CDs ordenados alfabéticamente y montones de ropa cuidadosamente
doblada. ¡Ahora parecía el cuarto de Amy! Era limpia, ordenada y carece de
personalidad, probablemente como la chica imaginaria de pelo brillante que
vivía en ella. ¡Amy! Probablemente era alguien que horneaba productos para
los equipos deportivos y los apoyaba incondicionalmente en rallys sin
considerar la inutilidad absoluta del deporte o queriendo amenizar las cosas
con una pequeña canción medley, sonreía dulcemente en las fotografías de
las clases y era el tipo de adolecente que cualquier padre desearía.
Probablemente ella habría reído y coqueteado con el chico lindo en su
entrada, en lugar de fallar miserablemente en una simple conversación y
escapar. ¡Amy! No había, con toda probabilidad, matado a alguien
recientemente.
Mi mirada cayó hasta mi mesita, la cual solamente tenía mi
despertador y un delgado libro de bolsillo: Comida, Combustible y
Alojamiento. Este era el libro favorito de mi padre, y él me había dado su
copia maltratada para Navidad. Cuando lo abrí, me decepcione. Había
estado esperando un nuevo teléfono. Y esto, probablemente, había sido
totalmente obvio para él, el que yo no había estado emocionada por el regalo.
Eran pensamientos como estos, preguntándome si había herido sus
21. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
sentimientos, los que pasaban por mi cabeza a las 3 de la mañana,
garantizando que no dormiría nada.
Cuando me lo había dado, no había conseguido llegar más allá de la
portada. Había leído su inscripción: Para mi Amy, este libro me ha visto a
través de muchos de mis viajes. Esperando que lo disfrutes tanto como yo lo
he hecho. Con amor, Benjamin Curry (tu padre).Pero entonces lo deje en mi
mesita y no lo volví a abrir hasta hace algunas semanas, cuando finalmente
comencé a leerlo. Leí hasta la pagina 61 y me detuve. Marcando la página 62,
estaba una tarjeta con algo escrito por mi padre en ella, algunas notas sobre
la secretaria de Lincon, parte de la investigación que él había estado
haciendo para un libro. Pero estaba en el libro como un separador. La pagina
61 era el lugar hasta donde él llego la última vez que lo leyó, y de alguna
manera, yo no me atrevía a darle vuelta a la pagina y leer mas allá de eso.
22. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
Aun no tenía idea de lo que Walter vio. Y ni siquiera estaba segura si
algún día lo sabría. Pero no iba a dejar el libro. Lo tomé y lo escondí
cuidadosamente en mi bolso. Le di al cuarto una última mirada, apague las
luces, arrastrado mi maleta fuera a la sala, y cerrando la puerta detrás de mí.
Era un alivio, de hecho, no volver a ver el cuarto. El mes pasado, casi no pase
tiempo ahí, pasando mas noches en el sofá y solo yendo por ropa. Era
demasiado duro, un recordatorio de mi vida de Antes. Y aun no tenía sentido
para mí que absolutamente todo en mi vida podría haber cambiado, todo lo
que podría venir Después, pero las fotografías en mis paredes y la basura en
la parte de atrás de mi armario recordaban lo mismo. Y después de la
renovación de Amy! de Hildy, parecía como si el cuarto se hubiera vuelto una
versión de mi misma que nunca vivirá para ser.
Estaba a punto de arrastrar mi maleta escaleras abajo, pero me detuve
y lleve mi mirada desde la sala hasta la habitación de mis padres. No había
estado en ella desde la mañana del funeral, cuando me detuve en la puerta
para que mi madre pudiera ver si el vestido negro que había elegido era
apropiado.
Me dirigí al final del pasillo, pasando por el dormitorio de Charlie, que
esta continuo al mío. La puerta hacia la habitación de Charlie había estado
cerrada desde que mi madre la azoto detrás de ella luego de que literalmente
lo lanzo fuera de esta hace un mes. Abrí la puerta del dormitorio principal y
me mantuve en el umbral. Aun que más ordenada de lo que alguna vez había
estado, esta habitación era, al menos, aún reconocible, con su cama
prolijamente hecha y pilas de libros sobre cada mesita. Note que los libros
del lado de mi padre, gruesas biografías históricas, alternando con pequeños
libros de bolcillo de misterios, comenzaban a acumular polvo. Desvié mi
mirada rápido, recordándome a mi misma de respirar. Sentí como si
estuviera debajo del agua quedándome sin oxigeno, y supe que no iba a ser
capaz de estar ahí por más tiempo. La puerta al armario de mi padre estaba
entreabierta, y pude ver en su interior el colgador de corbatas que Charlie
había hecho para él en carpintería de quinto grado, con sus corbatas aún
colgando en este, todas pre-anudadas para ahorrarle tiempo en la mañana.
Tratando de eliminar el sentimiento de pánico que estaba comenzando
a aumentar, me di la vuelta, del lado del cuarto mi padre y crucé al vestidor
de mi madre. En un impulso, abrí su cajón superior –calcetines y medias- y
conseguí de la parte de atrás, en el lado izquierdo. El cajón estaba tan vacio
como siempre, pero aun así, me tomo un segundo encontrarlo. Pero cuando
mis dedos se cerraron alrededor de algo suave y plástico, supe que Charlie
había estado diciendo la verdad. Lo saque y vi que eran unas antiguas
pantimedias, con L’EGGS impreso en el costado con caligrafía dorada que se
23. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
estaba despegando. Quebré a abertura del huevo y vi, como el prometió, que
el huevo fue rellenos con dinero en efectivo.
Charlie me había dicho que él lo había encontrado en algún momento
del año pasado – Yo no había querido preguntar cómo o porque. Pero una
parte de mi registro cuan desesperado debió haber estado para haber
encontrado el dinero que mi madre tenía escondido en su cajón de
calcetines. Fue entonces cuando comencé a notar que tan lejos el realmente
estaba llegando. Charlie me había dicho que el solo lo utilizaría en caso de
emergencia y que siempre tenía cuidado de devolver el dinero, desde que el
estaba seguro que mamá lo notaria. Siempre tenía 600 dólares en el, en su
mayoría cientos y cincuenta. Tal vez Charlie había estado demasiado fuera de
sí al final como para importarle, o tal vez no tuvo tiempo para reponerlo
antes de encontrarse en un avión camino a Carolina del Norte, pero sólo
había cuatrocientos dólares en el ahora.
Escuche la puerta delantera cerrarse en la planta baja y me di cuenta
que Roger probablemente se estaba preguntando por qué me estaba
tomando tanto tiempo conseguir mi maleta. Sin detenerme a pensar lo que
estaba haciendo, metí el dinero en mi bolcillo, ajuste el huevo cerrándolo, y
lo puse de nuevo en su lugar. Una parte de mi buscaba justificaciones –No
puedes confiar en los cazadores de casas y agentes inmobiliarios
sospechosos, realmente estaba ayudando a mi madre- Pero sabía que
ninguno de ellos fue la verdadera razón por la cual yo había tomado el
dinero. Entonces ¿por qué había?
Aleje esos pensamientos y me apresure a salir de la habitación,
cerrando la puerta tras de mí y arrastrando mi maleta escaleras abajo.
Cuando llegue a la cocina, vía a Roger parado frente al refrigerador,
mirándolo. Volteo a verme cuando mi maleta golpeo el suelo al aterrizar.
— ¿Todo listo? —Preguntó.
—Sí. —Dije, luego, inmediatamente, me pregunte por que estaba
comenzando a hablar como adulta. Lleve la maleta a la puerta y dirigí una
mirada a Roger en la cocina. Había vuelto a mirar el refrigerador, lo cual me
dio un momento para estudiarlo sin ser detectada. Él era alto, y la cocina,
que había estado muy callada últimamente, pareció llenarse con su
presencia. Mi madre me había dicho la tenía 19 años y apenas había
terminado su primer año en la universidad. Pero había algo acerca de él que
lo hacía ver aun mas grande – al menos me hizo sentir más joven. Tal vez fue
el apretón de manos.
—Estos son increíbles. —Dijo Roger, apuntando a la nevera.
—Oh, sí. —Dije, cruzando la cocina, sabiendo que él hablaba de los
imanes. El refrigerador estaba cubierto por ellos, muchos más de los
necesarios para sostener los menús de comida tailandesa y listas de
24. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
comestibles. Todos eran de lugares diferentes – ciudades, estados, países.
Mis padres los habían comenzado a coleccionar en su luna de miel, y lo
siguieron haciendo hasta hace algunos meses, cuando mi madre habló en
una Conferencia en Montana y volvió con un imán que sólo era un cuadrado
de color azul brillante con EL PAIS DEL GRAN CIELO impreso en el.
—Mis padres… —Escuche a mi voz encogerse un poco en la palabra.
Palabras que siempre había dado por seguras se habían vuelto campos de
mina, trampas para que yo tropezara y callera en ellas. Vi como Roger había
vuelto su mirada al refrigerador, fingiendo que no había notado nada. —
Ellos, um… —Continúe después de un momento—Las coleccionaron. De
todos los lugares en los que estuvieron.
—Wow. —Dijo, dando un paso atrás y observando todo el refrigerador,
como si fuera una pieza de arte. —Bueno, es impresionante. Nunca he ido a
ningún lado.
— ¿En serio? —Pregunté, sorprendida.
—En serio —Dijo, con sus ojos aun en el refrigerador. —Solo a
California y a Colorado. ¿Lamentable, verdad?
—No lo creo. —Dije —Yo casi no he estado fuera de California. —Esto
fue increíblemente embarazoso, algo que no le había dicho a nadie, excepto
Julia. Una vez había estado fuera del país –Todos habíamos pasado un
verano húmedo en Cotswolds, Inglaterra, mientras mi madre hacia
investigaciones para un libro. Pero California era el único estado en el que
siempre he estado. Cuando me quejaba de esto, mi mamá me decía que una
vez que viéramos todo sobre California, podríamos pasar a otros estados.
— ¿También tu? —Roger me sonrió, y como si fuera una reacción
automática, miré hacia mis pies.
—Bueno, eso me hace sentir un poco mejor. La forma en que lo
justifico es que California un estado bastante grande, ¿Correcto? Sería peor
si nunca hubiera estado fuera de Nueva Jersey o algo así.
—Ya lo creo. —Comencé, después me arrepentí de decir cualquier cosa.
No era como si yo realmente quisiera saber la respuesta, entonces ¿Por que
comencé a hacer la pregunta? Pero no podía solo dejarlo así, así que me
aclare la garganta y continúe. —Quiero decir, pensé que mi madre dijo que tu
padre vivía en Philadelphia. Y que esa era la razón por la que estabas, umm,
haciendo esto.
—Vive allí. —Dijo Roger —Solo que yo nunca he ido. El viene aquí unas
cuantas veces al año, por negocios.
25. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
—Oh. —Dije. Dirigí mi mirada hacia él y vi que aun estaba mirando al
refrigerador. Cuando lo observe, su cara cambio, y supe que él veía el imán,
lo que sostenía el imán ¡ITHACA ES HERMOSO! En la esquina inferior
izquierda. La foto que trataba evitar mirar –sin éxito- cada vez que abría el
refrigerador, pero realmente no había hecho nada al respecto, como quitarlo
o algo.
Estaba impreso en cartulina beige y tenía una foto de mi padre en el
frente, que alguien había tomado de él dando clases. Era en blanco y negro,
pero puedo decir que llevaba la corbata que le di el último del día del padre,
la que tenia pequeños perros en ella. Tenía polvo de tiza en sus manos y
miraba hacia la izquierda de la cámara, riendo. En la parte de abajo, la foto
estaba impresa BENJAMIN CURRY: UNA VIDA BIEN VIVIDA.
Roger me miro, y supe que estaba a punto de decir una variación en la
misma frase que había estado escuchado durante los últimos tres meses. Lo
mucho que lo sentía. Que tragedia era. Como es pasaba cuando no sabían
que decir. Y yo no quería escucharlo. Ninguna de las palabras ayudaba en
nada, y no es como si él tuviera la posibilidad de entender.
—Debemos irnos. —Dije antes de que él dijera algo. Agarré mi mochila
por la agarradera pero antes de que pudiera levantarla, Roger estaba de pie
junto a mí, levantándola con facilidad.
—Yo lo hago. —Dijo, llevándola fuera de la puerta. —Te espero en el
carro. —La puerta se cerro, y yo paseé mi mirada alrededor de la cocina,
preguntándome qué otra cosa podría hacer para retrasar el momento cuando
seríamos sólo nosotros dos, atrapados en un coche durante cuatro días.
Recogí el plato de donde lo había dejado secándose en el lavaplatos vacío, lo
puse en el armario y cerré la puerta. Estuve a punto de irme cuando vi el
libro de viajes en el desayunador.
Podía simplemente dejarlo ahí. Pero no lo hice. Lo recogí y en, un
impulso, saque el programa de atrás del imán de Ithaca y lo metí en el block
de notas. Entonces apague las luces, camine hacia afuera de la puerta y la
cerré tras de mí.
28. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
California is a garden of Eden, a paradise to live
in or see. But believe it or not, you won’t find it so
hot, if you ain’t got the do-re-mi.
Me metí al asiento del pasajero y cerré la puerta. Roger ya estaba en el
asiento del conductor, moviéndose lentamente hacia arriba y hacia abajo,
luego hacia atrás y adelante, mientras jugaba con el ajuste del asiento. Debió
de haber encontrado la configuración que le gustaba, porque dejó de
moverse y se volteó hacia mí. — ¿Lista? —preguntó tamborileando sus
manos en el volante y sonriéndome.
— Aquí —dije, sacando el itinerario de mi madre de mi bolsa y se lo
arrogué. Tenía la lista de ciudades que había elegido para que nos
detuviéramos, obtenidas de MapQuest, y una lista de reservaciones para
hotel –dos habitaciones para cada lugar- junto con el tiempo de conducción
y kilometraje estimado para cada tramo del viaje. Y si ella hubiese intentado
duro, ella no habría sido capaz de elegir los lugares menos interesantes para
detenernos durante el viaje: Gallup, Nuevo México. Tulsa, Oklahoma. Terre
Haute, Indiana. Akron, Ohio. — Es lo que mi madre ha trazado —le dije,
mientras me ponía el cinturón de seguridad, tomé una respiración profunda
y luego la dejé salir. Podía sentir mi corazón golpeando en mi pecho, y ni
siquiera estábamos en movimiento, que no me parecía una buena señal.
— ¿Tienes GPS? —preguntó, pasando las páginas. Vi su expresión
crecer menos alegre mientras lo hacía y pensé que debía haber llegado a la
parte de Tulsa.
— No —dije. Lo tenía el otro auto, pero ya no lo teníamos. Y
realmente no quería entrar en detalles del por qué. — Pero yo soy un
navegador muy bueno —dije, alcanzando el atlas para carreteras, que se
encontraba detrás del asiento. — Creo que ella ha imprimida las direcciones
para cada lugar.
— Lo hizo —dijo Roger, aún con el ceño fruncido hacia los papeles. —
¿Sabes por qué ha planeado el viaje de esta manera?
Negué con la cabeza. — Creo que lo hizo por kilometraje.
— Oh —dijo. Miró las páginas una vez más, los mapas y la lista de
reservaciones de hotel, parecía un poco decepcionado. — Bueno, tiene
sentido.
29. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
— Tú sabes que yo no… no —comencé. Quería averiguar lo que él
sabía, sin que yo tuviera que decirle nada. Me aclaré la garganta y comencé
de nuevo. — Sabes que yo no estaré conduciendo, ¿cierto?
— Eso fue lo que mi madre me dijo —dijo Roger, poniendo la pila de
papeles en la consola que había entre nosotros. — ¿No tienes licencia para
conducir?
Lo miré, sorprendida. Estudié su expresión por un momento, tratando
de averiguar si estaba haciendo esa pregunta realmente. Lo parecía. Sentí
mi corazón latir un poco más rápido, pero esta vez de alivio. Él no lo
sabía. No había oído hablar de los detalles. No tenía idea de lo que había
hecho. Sentí un poco de liberación, como si pudiera respirar un poco más
fácil. — No —dije lentamente. — Tengo mi licencia. Simplemente no estoy…
conduciendo en este momento —. Fue una explicación terrible, pero fue
todo lo que pude pensar en ese momento.
— Eso es pésimo —dijo. — Me encanta conducir.
A mí también me encantaba. Había sido lo que más me gustaba
hacer. Cuando conducía, organizaba mis pensamientos y escuchaba música,
mi terapia sobre ruedas. Parecía mal que, además de todas las cosas que me
han sido arrebatadas, conducir también tuvo que ser una de esas. Me encogí
de hombros esperando que pareciera indiferente. — Supongo que no es lo
mío.
— Bueno, está bien —dijo Roger, dándome la pila de papeles. Ojeé a
través de la primera serie de direcciones, la cual nos llevaría a Gallup en
aproximadamente nueve horas. — ¿Lista? —preguntó de nuevo, pareciendo
mucho menos entusiasta.
Asentí con la cabeza. — Vamos —. Le entregué las llaves y puso en
marcha el coche. Cerré los ojos por un momento cuando el auto se movió
hacia delante, tratando de decirme a mi misma que todo estaría bien. Los
abrí a tiempo para ver como la puerta del garaje se cerraba, mientras Roger
señalaba para salir del callejón sin salida. Lancé una última mirada a la casa,
dándome cuenta de que la próxima vez que la viera –si alguna vez la veo de
nuevo- no sería mía. BIENVENIDO A CASA, el cartel exclamaba, y fue lo
último que vi antes de que la casa desapareciera de la vista.
Me volví a mirar hacia adelante, recordándome a mí misma a seguir
respirando y observar la zona que pasaba por mi ventana. Miré a Roger,
sintiendo el sentimiento de la realidad de esta situación que no me había
golpeado hasta ahora. Iba a estar sentada muy cerca de un tipo que no
conocía, constantemente, durante los próximos cuatro días. Un chico muy
lindo que no conocía. Miré por la ventana mientras Roger se dirigía hacia el
centro de Raven Rock. Era el aspecto de pasar los días con él lo que me
preocupaba. Sabía que podía parecer que estaba haciéndolo bien, siempre y
30. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
cuando no hablará conmigo por mucho tiempo. No era una actriz para
nada. Pero yo sabía que si alguien me miraba muy de cerca, se darían cuenta
de que estaba lejos de estar bien que llegaba al grado de ser ridículo. Y sólo
estaba preocupada de que tanto tiempo juntos le daría a Roger la
oportunidad de ver eso.
Mientras nos dirigíamos a la calle principal del centro y Roger aceleró
para coincidir con el tráfico, no pude evitar una mueca de dolor y presionar
mi pie en el suelo, duro, sobre el freno fantasma que cada vez aparecía
cuando se acercaba demasiado al coche delante de nosotros. Y los coches en
el otro carril y en la intersección que pasaban volando. ¿Por qué todos
tienen que ir tan rápido?
El coche detrás nos tocó la bocina, fuerte, y salté un poco. Vi a Roger
dirigir su vista hacia mí mientras ponía su señal para dirigirse a Campus
Drive. — ¿Estás bien? —me preguntó.
— Estoy bien —le dije rápidamente, mirando la pequeña flecha verde
parpadeante, luchando contra el aumento de pánico a medida que me di
cuenta de cómo tenía la intención de llevarnos a la autopista. — Pero sabes
que es más rápido si tomas Alvarez.
— ¿En serio? —preguntó. — Pero sólo podemos…
— No —dije, en voz más alta de lo que yo pretendía. — Si vas
directamente por aquí, puedes llegar a los dos de esa manera. Es más
rápido.
La luz cambió y Roger se detuvo un momento antes de apagar la señal
y dirigirse derecho. — Claro —dijo.
Miré por la ventana, respirando profundamente y tratando de
calmarme, tratando de no pensar en lo cerca que estuve de ver la
intersección de la Universidad. No tenía idea de si las cintas y señales
seguían allí, o si habían desaparecido en contenedores de reciclaje y nidos de
pájaros. No lo quería saber. Simplemente quería alejarme de allí lo más
rápido posible.
A medida que nos acercábamos a la autopista, me golpeó –
probablemente un poco tarde- que esta sería la última vez que vería mi
ciudad. Raven Rock no sería mi casa nunca más. Y ni siquiera me había
tomado el tiempo para pensar en ello. Era el lugar en que había vivido
siempre, un poco aburrido, de confinamiento. Pero mío, con toda mi
historia, bueno y malo, envuelto en ella. Vi hitos de mi vida pasando por la
ventana a velocidades más rápidas de lo que estaba acostumbrada. La
Fosters Freeze donde Charlie y yo caminábamos para llegar a los batidos y a
la Jamba Juice donde me humilló profundamente cuando teníamos doce
31. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
años. Me dijo que gritara ―¡JAMBA!‖ a todo volumen, todos los empleados
gritaban ―¡JUGO!‖ Él mintió.
Me volví en mi asiento para tratar de ver todo lo que podía, pero Roger
estaba dirigiéndose a la rampa de la autopista y por suerte no dijo nada
respecto al hecho de que habíamos tomado la ruta escénica para llegar
allí. Miré por el espejo retrovisor para ver Raven Rock quedándose lejos,
convirtiéndose en sólo un punto en un mapa, otro pueblo anónimo para ser
utilizado sólo para viajar. Y mientras miraba, desapareció de la vista hasta
que todo lo que pude ver detrás de mí eran los otros coches en la autopista.
Viajamos durante unos veinte minutos en silencio. Una vez que
estábamos fuera de Raven Rock y de las calles, estando en un coche me
molestaba menos. En la autopista, donde no hay semáforos o las personas o
las personas, me pude relajarme un poco.
Y Roger parecía un buen conductor, mucho más cómodo en el coche
de mi madre de lo que espera. Dirigía miradas disimuladas hacia a él a
través del coche. Nunca me había dado cuenta de lo pequeños que eran los
asientos delanteros de los automóviles. Parecía que estábamos más cerca el
uno del otro de lo que yo había anticipado. Cada vez que él se movía, me
llamaba la atención, y yo estaba sentada en el borde de mi asiento,
presionando prácticamente la puerta, de modo que no golpearíamos los
codos en la consola ni nada. Roger sólo parecía tener un montón de espacio,
condiciendo con el asiento empujado hacia atrás, sus largas piernas en
vaqueros parecían casi totalmente extendidas. Conducía con una mano en el
volante, la otra apoyada en el cristal de la ventana. Ese no había sido mi
estilo-cuando yo conducía había sido estricta. Pero él tenía el control del
coche, no conducía demasiado rápido, pero lo suficiente rápido para
mantenerse en el carril doble. El tráfico se movía, por suerte, ya que en el
otro lado de la autopista era demasiado lento, sin razón aparente al medio
día de un jueves.
— Hey —dijo Roger, rompiendo el silencio en el coche. Golpeó el
cristal del lado del conductor. Miré y vi una flecha amarilla y un cartel rojo
demasiado familiar a través de la autopista. — ¿Qué te parece? —
preguntó. — ¿Tienes hambre?
— Voy a extrañar esto —dijo Roger, alcanzando la bolsa de papel
blanco entre nosotras y sacó una papa frita. — Me encanta la comida rápida
en todas sus formas, pero en realidad nada se compara con In-N-Out.
Mordí mi hamburguesa con cuidado asintiendo con la
cabeza. Estábamos en la parte posterior de Liberty, lo que Charlie y yo
siempre habíamos llamado el espacio diseñado para almacenar cosas. La
puerta estaba levantada y estábamos sentados con las piernas colgando
32. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
sobre el borde. El sol estaba fuerte y el resplandor hacía más difícil ver a
Roger directamente. Mis gafas de sol se habían roto hace tres meses y me
había acostumbrado a entrecerrar los ojos. A la derecha los coches en la
autopista se precipitaban y a la izquierda de nosotros una empleada de In-N-
Out parecía estar rompiendo con su novio-fuerte-a través del teléfono.
Habíamos tomado la comida para llevar, pero cuando Roger intentó
tomar un bocado de su hamburguesa mientras salía del estacionamiento, se
hizo evidente que se trataba de comer, luego conducir, y se había estacionado
nuevamente en el estacionamiento. No me había dado cuenta hasta que
Roger me dijo, después de que había pedido, que In-N-Out era una cadena
de hamburguesas de la costa oeste solamente. No había In-N-Out en
Connecticut porque era evidente que el estado era un páramo inhóspito.
— Es molesto —dijo Roger, agitando la bolsa de papel. Habíamos
terminado nuestros envases individuales de papas fritas, pero al parecer
todavía había unas pocas rodando por la parte inferior. Efectivamente, sacó
un puñado. — Porque me perdí de esto durante todo un año mientras yo
estaba en la escuela. El más cercano a Colorado está en Utah, que es un poco
lejos para ir por una hamburguesa. Pero podría haber sido posible. Excepto
por el hecho de que yo no tenía un coche.
Tomé un sorbo de mi batido de leche para ganar algo de tiempo para
pensar en una respuesta. — ¿Colorado? —finalmente le pregunté,
recordando la calcomanía. — ¿Es ahí dónde vas?
Él asintió con la cabeza. — La universidad de Colorado, en Colorado
Springs. Es una buena escuela. Y tengo un montón de amigos… —creí que vi
algo pasar por su rostro por un segundo cuando dijo eso, pero luego
desapareció. — De todas formas, yo había planeado estar aquí todo el
verano. Pero después de los finales, mi padre empezó a insistir en pasar el
verano con él en Filadelfia.
— ¿Ahí es dónde vive tu padre? —me arrepentí de haberlo preguntado
tan pronto como lo dije. En primer lugar, él me lo dijo en la cocina. En
segundo lugar, ya lo sabía. En tercer lugar, tuve la sensación de que iban a
ser cuatro largos días, a menos que dejara de actuar como una idiota.
Pero si Roger lo notó, no dijo nada. — Sí —dijo, agitando la bolsa de
nuevo y sacó más papas fritas. — Él vive allí con su nueva esposa y su
hijo. Él se asustó cuando vio mis calificaciones y dijo que quería allá para
que yo, y cito, ―aprender un poco de disciplina.‖ Que suena como una gran
forma de pasar el verano. Yo no conozco a nadie allí. ¿Y qué se supone que
debo hacer en Filadelfia?
— ¿Comer queso y carne? —pregunté, por impulso.
33. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
Roger se rió por primera vez, una carcajada, vibrando que parecía
llenar todo el espacio. — De acuerdo —dijo. — Carne con queso y queso
crema.
Creo que ninguno pudo pensar en cualquier otro alimento relacionado
a Filadelfia después de eso, porque se hizo el silencio entre nosotros. Le di
un largo trago a mi batido de leche y podía sentir la mirada de Roger en
mí. Lo miré y vi que estaba leyendo la parte de atrás de mi camiseta, con la
lista de los miembros del elenco impreso en ella.
— El musical —dijo. Me di cuenta que pronunció ―musical‖ como si
fuera un idioma extranjero, como si fuera una palabra que no pronunciaba
muy a menudo. — ¿Estuviste en él? —parecía sorprendido.
— Sí —dije, volteándome hacia él para que dejara de leer mi
espalda. — Era, eh, el líder —Roger levantó sus cejas y miré hacia abajo a la
tapa de plástico de mi batido de leche. Podía entender su sorpresa. Incluso
antes ya había sucedido, la gente siempre se sorprendía al escuchar que era
un actor. Pero yo había amado siempre la oportunidad de convertirme en
otra persona durante unas horas. Alguien para quien las palabras se han
escrito, cada gesto y emoción han sido trazados, y el final ha sido
descubierto. Casi como la vida. Apenas sin sorpresas.
— Entonces —dije después de un momento, — probablemente
deberíamos volver a la carretera, ¿no?
Roger asintió con la cabeza. — Probablemente —. Tomó un sorbo de
su Root Beer³ y vio a la autopista. — Sabes —dijo pensativo. — No creo que
nos va a tomar cuatro días. Algunos amigos míos han conducido y lo hicieron
en menos de treinta y seis horas.
— ¿En serio?
— Sí. Aunque no creo que alguna vez se detuvieron--creo que sólo
pasaron directamente. Y probablemente aceleraron mucho —añadió.
— Huh —le dije, no exactamente segura de cómo responder a eso. Se
me ocurrió que, mientras yo no quisiera hacerlo, Roger probablemente
tampoco. ¿Por qué casi un universitario de segundo año querría pasar
cuatro días transportando a un estudiante de preparatoria por todo el
país? Tal vez era la manera de Roger de decir que él quería acabar con esto
con la mayor rapidez posible.
— ¿Alguna vez has hecho un viaje por carretera? —preguntó. Volví a
entrecerrar los ojos y sacudí la cabeza, sintiéndome estúpida. Yo sabía que él
no se refería a una excursión familiar para ver un monumento histórico. Se
refería a un viaje por carretera, el tipo que la gente cool hace en la
universidad.
34. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
— ¿Tú? —le pregunté, a pesar de que tenía la sensación de que la
respuesta era sí.
Él asintió con la cabeza. — Sólo en el estado, sin embargo. Hasta San
Francisco, a San Diego. Y no sé… —hizo una pausa y miró a la bolsa. La
agitó esperanzado, rebuscó en el interior y se sacó tres papas. Tomó una y
me ofreció el resto a mí. — Las dos últimas —dijo. — Tómalas —. Tomé una,
dejando una para él.
Él sonrió y se la comió, mirándose pensativo. — Supongo que pensé
que este viaje podría ser más a un viaje por carretera real —dijo. — No lo
sé. Más lugares de interés. Y por lo menos una ruta que podríamos tomar.
Tomé un sorbo de mi batido, esperando que mi alivio no fuera
evidente. Así que yo no era un problema, lo era el viaje que mi madre
trazó. Cual fue totalmente compresible, teniendo en cuenta los lugares que
había elegido para que nos detuviéramos.
Pensé en lo que acaba de leer en el libro de mi padre. Acerca de salir y
sólo conducir, y como puedes hacerlo cuando sé es joven. Por primera vez,
se me ocurrió que este viaje podría ser algo digno de grabar en el bloc de
notas, después de todo. — Bueno —dije, sin creer que estaba a punto de
sugerir esto. — Quiero decir, creo que podríamos ir a otros
lugares. Mientras estemos allí cuatro días, ¿realmente importa el camino en
que vayamos?
— ¿En serio? —preguntó Roger. — ¿Qué pasa con las reservas de tu
madre?
Me encogí de hombros, a pesar de que mi corazón latía con fuerza. Era
una pregunta legítima. Conociendo a mi madre, ella probablemente estaría
llamando a cada hotel para asegurarse de que nos registramos. Pero había
una pequeña pieza, algo dentro de mí que quería ser imprudente por sólo
una vez. Que quería hacer que se preocupara por mí. Que quería demostrarle
lo que se siente al ser dejado atrás. — No me importa —le dije. No era del
todo cierto, pero me gustó la forma en que se sentía decirlo. Era algo que
Charlie habría hecho. Y algo de Amy! que nunca haría en un millón de años.
Y mientras pensaba en los cuatrocientos dólares en el bolsillo delantero, se
me ocurrió que podría ser capaz de usarlo para comprar un poco de libertad.
Roger me guiñó el ojo. — Está bien —dijo. Se volvió hacia mí con más
detalles y se apoyó contra la ventana. — Entonces, ¿a dónde debemos ir?
— Aún llegaremos para el diez, ¿verdad? —le pregunté
rápidamente. Mi madre no iba a estar feliz por estar ignorando su ruta, pero
yo sabía que tendría un castigo si tomábamos más tiempo de lo asignado. —
Esto es sólo una desviación —aclaré.
35. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
— Sólo una desviación —acordó Roger, asintiendo con la cabeza. Él
me sonrió y sentí el impulso de devolverle la sonrisa. No lo hice, pero el
sentimiento estaba allí, por primera vez en meses.
La empleada de In-N-Out a la izquierda de repente alzó el volumen y
comenzó a gritar a su pronto-a-ser-ex novio. Al parecer su nombre era Kyle,
y sabía exactamente lo que había hecho. Sentí como si estuviera escuchando
algo que probablemente no debería, me puse de pie y comencé a caminar
hacia el frente del coche cuando vi que Roger no se había movido. Todavía
estaba escuchando la ruptura con una expresión de asco en la cara.
— ¿Roger? —le pregunté.
— Bien —dijo rápidamente, levantándose también y arrugó la bolsa de
papel blanco. Nos colocamos los cinturones de seguridad y Roger puso en
marcha el motor. — Así que esto va a ser un viaje por carretera real —dijo,
partiendo hacia la salida del estacionamiento, —tenemos que conseguir
algunos elementos esenciales para viaje por carretera.
— ¿Al igual que la gasolina?
— No —dijo. — Bueno, sí —modifico, mirando hacia abajo en el
indicador. — Pero hay dos cosas que son absolutamente necesarias si vamos
a estar atravesando el camino.
— ¿Y qué son?
Roger sonrió cuando se detuvo en un semáforo. — Aperitivos y
canciones —dijo. — No necesariamente en ese orden.
— ¿Cómo te sientes acerca de Billy Joel? —Roger preguntó, navegando
a través de su iPod. Todavía estábamos sentados en el estacionamiento del
Sunshine Mart, Roger insistió que no podíamos empezar a conducir hasta
que hubiera una banda sonora. Se había ofrecido a poner una de mis
mezclas, pero tuve que detenerlo, dejándolo elegir la música. La mayor parte
de lo que estaba en mi iPod eran bandas sonoras de musicales de Broadway o
de oldies, y no parecía que Roger fuera un admirador secreto de Andrew
Lloyd Webber.
Levanté la vista del mapa de carreteras. — Bien, supongo —no quería
decirle que la mayoría de mis conocimientos de Billy Joel vinieron del
musical Movin’. Tomé la bolsa de plástico donde se encontraban los
aperitivos, puse mi refresco en el portavasos y abrí los Red Vines. Roger
había comprado Abba-Zabas, diciéndome que sólo podían encontrarse en
California –lo que me hizo preguntarme una vez más por qué alguien en este
mundo podría optar por vivir en Connecticut. Saqué su Root Beer y la
coloqué en el portavasos delante de él, después puse la bolsa en el asiento
trasero.
36. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
— Entonces es Billy —dijo Roger, haciendo clic en el botón central. —
Excelente.
Me concentré de nuevo en el mapa, trazando con mi dedo sobre todas
las autopistas que se entrecruzaban y dividían el estado de California, que
parecía enorme. En el atlas, ocupaba cinco páginas. Connecticut, compartía
una página con Rhode Island. Volví a la página que cubría el centro de
California, y tan pronto como lo vi, supe que era donde quería ir: Yosemite
National Park. Era un viaje de seis horas desde Raven Rock, y una parte
había sido fundada por mis antepasados por parte de mi padre. Solíamos ir
cada verano durante dos semanas, mi padre, Charlie y yo. Habíamos dejado
de ir hace unos años, no por alguna razón específica. Simplemente pareció
que ninguno de nosotros tenía tiempo. No me había dado cuenta de cuánto
lo había echado de menos hasta que lo vi en el mapa, justo arriba de la
carretera interestatal, a medio estado de distancia. — Creo que… —comencé,
después me aclaré la garganta. Roger levantó la vista de su iPod y vio el atlas
en mi regazo.
— ¿Tenemos una partida? —preguntó, sonriendo.
— Tal vez —dije. Miré hacia abajo en el mapa, mi dedo sobre la
mancha verde que representa el parque nacional. ¿Y si él no quería ir? ¿Y si
piensa que era una estupidez? Ni siquiera estaba segura de por qué quería
ir. Últimamente había estado haciendo todo lo posible para evitar lugares
que me recordaban a cosas que no quería recordar. Pero de repente era el
único lugar donde quería estar. Tomé una respiración. — ¿Has estado
alguna vez en Yosemite?
37. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
You ain’t never caught a rabbit, and you ain’t no
friend of mine.
NUEVE AÑOS ATRAS
¿
Todavía no llegamos? — Se quejo Charlie, pateando la parte de
atrás de mi asiento. Me di vuelta a mirarlo, encorvado en el
asiento trasero y mirando por la ventana.
—Basta —le dije—. Es molesto. —Charlie respondió
pateando más fuerte otra vez mi asiento—. Papi — dije, volteando hacia mi
padre que estaba conduciendo.
— ¿Sí? —pregunto. Estaba tamborileando sus dedos en el volante al
ritmo con Elvis, ajeno totalmente a lo que sucedía a sus espaldas.
—Charlie me está pateando
— ¿De verdad? —Mi padre mirando por el espejo retrovisor—. ¡Eso es
un alcance impresionante hijo!
—Quiero decir —dije frustrada—. Esta pateando mi asiento.
—Ah —dijo mi padre—. Bien, en ese caso, por favor abstente. Tu madre
no va a querer huellas en la tapicería‖.
Charlie murmuro algo que no pude oír, lo mire por el espejo
retrovisor, se desplomo aun más en su asiento. En estos viajes, siempre me
permitían sentarme en el asiento delantero, porque cuando era pequeña me
mareaba. Ya no sucedía, pero ahora era costumbre. Cuando mi madre nos
acompañaba en estos viajes largos ella se sentaba atrás con Charlie y ambos
leían sus respectivos libros todo el tiempo, el único sonido ocasional era
cuando estallaban en risa por algo que habían leído. Veía a Charlie pasar a
mi Madre lo que se que estaba leyendo, marcando con su dedo la pagina que
lo había hecho reír y veía como mi madre sonreía a cambio.
Pero cuando estábamos en el auto, su mundo privado de los libros no
me molestaba ni una vez. Porque mi padre y yo teníamos nuestra propia
rutina en los asientos delanteros y tenia responsabilidades.
Él me había enseñado a leer un mapa al mismo tiempo que estaba
aprendiendo a leer, yo siempre era el navegador. ―Muy bien, mi Sancho
Panza‖ me decía. ―Dinos nuestro curso‖. No tenía idea de lo que estaba
hablando, pero no me importaba. Yo era importante. Estaba a cargo de que
íbamos por el camino correcto con seguridad, si había tráfico o encontrar
38. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
una ruta alternativa si el camino estaba cerrado. Cuando había que cambiar
el CD, era la encargada de poner el próximo. Pero no había mucho de donde
elegir. Generalmente cuando mi padre iba conduciendo, era Elvis todo el
tiempo.
Él había puesto dos paquetes de Life Savers en el portavaso y me
permitían tener cuantos yo quisiera, asegurando que cuando el extendiera su
mano, estaba lista para desenvolver una y ponerla en su palma.
Charlie pateó mi asiento de nuevo, esta vez un patrón repetitivo que
crecía cada vez más molesto. En vez de darle la satisfacción de darme vuelta
otra vez, solamente mire de frente y me ayudo a misma con otro Wint-O-
Green.
Siempre que éramos solo nosotros tres, Charlie se volvía
especialmente molesto. Estaba siempre inquieto más de lo que era y la
lectura era lo único que alguna vez lo calmaba.
Las patadas se hicieron más fuertes, me di vuelta en el asiento —Basta.
—Vamos hijo, —dijo mi padre, mirándolo hacia atrás—. Te digo que…
puedes escoger el imán esta vez, ¿Qué tal eso?
—Lo que sea, —murmuro Charlie, pero se sentó más derecho y dejo de
patear.
— ¿Vemos lo que viene? —pregunte a mi padre, rechazando ―Hound
Doug‖ para la ocasión. Miré por la ventana hacia la izquierda y ahí estaba.
Yosemite. Ahí estaba el pequeño cuartel de madera y fuera el guardia en su
uniforme verde, recogiendo veinte dólares de cada auto que pasaba y
dándoles un permiso y mapa. Entonces él nos saludaba a través de la puerta,
permitiéndonos entrar a otro mundo. Inclinaba mi cabeza atrás lo que más
podía para ver los árboles.
—Lo vemos, —llamaba Charlie desde el asiento trasero y contenía mi
aliento, esperando a que mi padre dijera lo que siempre dice cuando
pasamos las puertas.
—Hemos vuelto —decía—. Tu, gloriosa pila de viejas rocas. ¿Nos
extrañaste?
39. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
CAMPAMENTO CURRY
Parque Nacional Yosemite
Servicios a los Huéspedes
Junio 6 / 8:21 p.m.
Número de Huéspedes: 2
Reservación: No
Solicitud de Alojamiento:
Cabaña con Baño
Cabaña sin Baño
Alojamiento Disponible:
Tienda de Campaña / 1 cama
Nota:
Los huéspedes dieron instrucciones específicas de contactarles
inmediatamente si hay cabañas disponibles con más de una cama.
Duración de la estadía: 1 Noche
Costo: $ 40 dólares (en chile serían $20.000.- pesos, pero todos
tenemos diferentes monedas)
EFECTIVO
¡¡ESTE ATENTO A LOS OSOS!!
Quite TODOS los objetos que tengan olor de su auto.
Esto incluye: jabón, shampoo, pasta de dientes, basura, cosméticos,
perfumes, bebidas, comida, refrigeradores.
INCLUSO SI ESTAN VACIOS.
Cierre con llave todos los artículos con OLOR en el CASILLERO DE
OSOS fuera de su cabaña
Yosemite no se hace responsable por la pérdida o daño de su
propiedad.
40. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
I’d like to dream my troubles all away on a bed of
California stars.
—W
ow, —Dijo Roger cuando salimos de la oficina de la
reservación. — ¿Osos, eh?
—Osos, —confirmé. Me sentía aliviada de que
hubiera una cabaña disponible. Al parecer, la mayoría de la gente hace
reservaciones para las cabañas con meses de anticipación, algo que no se me
había ocurrido, ya que mi padre siempre se encargaba de eso. Pero habían
tenido una cancelación, y obtuvimos la última cabaña disponible. No la clase
de cabaña en la que usualmente nos quedábamos, si no una cabaña con
techo de lona. Solo tenía una sola cama, lo cual era algo que estaba tratando
de no pensar en este momento. Pero había tomado tanto tiempo llegar ahí—y
luego una hora solo para llegar a Camp Curry una vez que llegáramos a
Yosimite Gates—haber tenido que dar la vuelta hubiera sido muy
deprimente.
Después de que pagamos por la habitación, tuvimos que ver el video de
un oso mutilando una furgoneta, luego sentado en el suelo y comiendo las
papitas que los dueños de la furgoneta habían sacado. Viendo eso, me
pregunté porque el operador de la cámara no hizo nada, o por lo menos
mandar a alguien a avisar a la estación sobre la familia siendo atacada en la
furgoneta. Pero el mensaje que se pretende llevar es que los osos Yosemite
eran peligrosos, sobre todo para los vehículos. Y entonces tuvimos que
firmar una liberación que decía que no demandaríamos en caso de que
nuestro vehículo fuera mutilado, incluso si hubiéramos sacado las papitas.
Caminamos de regreso al estacionamiento principal, por el pabellón
del comedor de los Curry-el cual siempre habíamos llamado casa de campo.
Aunque estaba oscureciendo, aun había suficiente luz para ver alrededor. Lo
cual era algo bueno, porque cuando oscurecía en Yosemite, realmente
oscurecía. No había ninguna luz alrededor, excepto por la casa de campo. Lo
cual hacía muy fácil mirar las estrellas, pero difícil encontrar tu cabaña.
Mientras caminábamos por el camino pavimentado, noté que Roger miraba
hacia arriba, su boca un poco entre abierta. Miré hacia arriba también, hacia
el paisaje que aun se podía ver. Incluso aunque no era mi primera vez aquí,
Yosemite seguía siendo impresionante. Había montañas y enormes y
antiguos arboles por todas partes que te hacían sentir pequeño. El aire era
claro y nítido y siempre me hacía querer tomar más respiraciones profundas,
Siempre me ha parecido un lugar aparte, con ninguna de las reglas que
41. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
normalmente se aplican en cualquier lado, Por ejemplo tener que sacar tu
shampoo de tu auto para salvar tu vida de algún animal salvaje.
Empacamos todos los refrigerios, y tomamos mi maleta, junto con las
dos de Roger fuera del auto. Y entonces nos pusimos en marcha para
encontrar la cabaña 9. Pronto me di cuenta, cuando el camino pavimentado
se volvió grava y pedazos de madera era la razón por la cual las personas que
venían a Yosmite no traían maletas con rueditas.
La mía sé quedaba atorada en las pequeñas piedras, rehusándose a
rodar. Sin mencionar el hecho que las personas que pasaban por ahí—las
que estaban preparadas para estar en Yosemite, con sus linternas y sus
chalecos de lana—probablemente pensaban que me veía ridícula. Pero
finalmente llegamos a la cabaña, donde Roger estaba afuera, mirando su
teléfono.
— ¿Todo listo? —preguntó, viéndose un poco distraído.
—Sip —Dije y después maldije para mis adentros, la cabaña como lo
había previsto estaba hecha de lona blanca, con la puerta pintada de verde.
Un conjunto de cuatro escalones y una barandilla, también pintada de verde.
El casillero contra osos estaba en el fondo de las escaleras. Roger y yo fuimos
con nuestras cosas ahí y pusimos todo lo que los osos pudieran confundir
con comida—ósea todo—dentro de la caja de metal, asegurándonos de que
estuviera bien cerrada. La miré algo dudosa. La cabaña donde usualmente
nos quedábamos no tenía esto, y no confiaba en el hecho que una pequeña
caja de metal pudiera soportar a unos osos hambrientos, especialmente
cuando las camionetas no eran rivales para ellos. Tampoco me gustaba el
hecho de que estuviera tan cerca de la cabaña. ¿No era como si pusieras los
aperitivos justo al lado del plato principal?
Tratando de no seguir esta línea de pensamientos, tomé la pequeña
llave de metal que me dieron y abrí la puerta de la cabaña. Encontré el
interruptor de la luz adentro y la encendí. La cabaña era pequeña, con una
cama que ocupaba prácticamente todo la habitación. La base de la cama era
de metal, pintado de blanco, no estaba hecha, había unas mantas grises que
parecían picar encima de ella. Claramente no había lujo ni comodidad. Pero
la cama se veía muy pequeña, dudé que siquiera fuera queen-size.
—Rustico —Dijo Roger mirando alrededor de la cabaña, que tenía las
mismas lonas blancas adentro, con unas vigas pintadas de verde
atravesándola. Había una silla en la esquina, y un vestidor de madera junto a
un espejo también de madera. Y nada más eso. —Pero no esperaba menos —
Dijo bajando su bolsa se lona y su mochila, tomando de nuevo su teléfono.
Miré hacía la cama, que parecía atraer mi atención. —Mira, —Dije
vacilante, no muy segura de a dónde iba con esto. —Sobre la situación de la
cama…— no quería que él pensara que yo deseaba la cabaña con una sola
cama. —Realmente siento eso.
— ¿Por qué?—preguntó Roger. — ¿Roncas? —sonrió cuando pregunto
eso, pero me di cuenta que se sonrojo un poco. —Y solo es por esta noche.
42. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
—Cierto, —Dije. Ya que no hemos dejado el estado de California, y
acabamos de avanzar, cuando se supone que deberíamos estar en Nuevo
México. Sabía que tendríamos que manejar mucho mañana. Pero es de
suponer, que donde sea que terminemos, habrá dos habitaciones de hotel
separadas.
—Lo único es que tengo que dormir del lado derecho, —dijo. —Mi
novia…—él dejo de hablar y aclaro su garganta, —Bien, quiero decir mi ex
novia, siempre dormía del lado izquierdo. Así que creo que es algo arraigado.
—Oh —Dije, volviendo a lo que acababa de decir. Que ahora estaba
soltero. Pero había una chica en el cuadro, una que cambió su forma de
dormir. Y la forma en que dijo —novia— sonaba muy parecido a la forma en
la que yo digo ―padres‖
Incluso aunque no me había dado cuenta que había formado una
opinión, creo que solo asumí que Roger tenía novia. Parecía demasiado lindo
y agradable como para no tener una. Y había algo sobre el que lo hacía
parecer como si ya estuviera tomado. El hecho de que no lo estaba me hizo
sentir un poco nerviosa.
—Bien, el izquierdo está bien para mi, —Dije esperando que así fuera.
Nunca había pasado la noche en el dormitorio de Michael, así que no había
compartido la cama con nadie desde Julia, cuando estábamos en séptimo
grado y dormíamos en casa de cada una cada fin de semana. No tenía idea de
cómo sería compartir la cama con un chico. Especialmente un chico lindo,
mayor, y aparentemente soltero.
—Genial, —Dijo Roger, aun sonando distraído. —Así que, voy hacer
una llamada. —Dijo saliendo por la puerta —Puedes hacerla aquí, —
Dije sacando de mi bolsillo mi celular, para checar las barras de señal y vi
que tenía una llamada perdida de mi madre. —Si hay recepción.
—No, está bien, —dije hablando rápido. —Te voy a dar un tiempo para
que te acomodes, y luego me reuniré contigo en la casa de campo ¿ok?
—Oh —Dije dándome cuenta un poco tarde que quería privacidad para
hacer la llamada. —Claro.
El estaba fuera de la cabaña un segundo después, levantando una
mano hacía mí despidiéndose y dejando la puerta cerrarse tras él. Esperé un
momento, entonces apagué las luces y salí de la cabaña, cerrándola una vez
que estaba afuera. Luego me senté en el primer escalón y miré a mí
alrededor, temblando ligeramente. Había olvidado que tan frió se podía
poner, incluso en el verano. Estaba casi completamente oscuro afuera, pero
las sombras de los arboles se reflejaban en el suelo debido a la luna había
aparecido —y estaba increíblemente iluminado y claro. Podía ver Half Dome,
la montaña más famosa de Yosemite, a mi izquierda, y todo era
dolorosamente familiar.
Era solo yo —y con quien estaba— era completamente diferente. —
Estoy de vuelta, — dije suavemente —tu gloriosa pila de rocas,— ¿me
extrañaste?’—
43. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
—Hola, estas llamando a Pamela Curry. Por favor deja un mensaje con
tu número y nombre, y devolveré la llamada tan pronto esté disponible.
Gracias.
Beep
—Hola mamá, es Amy. Creo que te extraño, maldición. Pero las cosas
están bien, el viaje va bien. Y ahora estamos en nuestro hotel, ¡Así que todo
va desacuerdo al plan!, trataré de hablarte mañana. Dile a la abuela hola por
mí.
Me quedé en los escalones de la cabaña y traté de obligarme de entrar.
Ya había pasado un rato. Sabía que cada minuto que pasara, Roger
probablemente pensaría que tenía un problema intestinal. Desde que me fui
a los baños a alistarme para ir a la cama hace unos veinte minutos.
Pensé que todo estaba bien con eso de dormir en la misma cama
cuando el momento llegara. Realmente pensé eso. Me encontré con Roger en
la casa de campo, donde cenamos y platicamos con dos increíbles locuaces
dentistas de Palm Desert. Después vimos el entretenimiento de la noche, un
video de información sobre la Yosemite en Its History, y volvimos a la cabaña
9 para ir a la cama. Incluso me sentía bien cuando Roger se había ido al baño
para prepararse. Fue solo cuando regresó, usando una camiseta azul y gris de
la universidad de Colorado y unos shorts delgados negros, que realmente me
golpeó. No solo tendría que dormir junto a Roger, tendría que hacerlo con él
a mi lado usando prácticamente su ropa interior.
Jadeé por un momento, luego tomé mis cosas para dormir, recuperar
mis artículos de tocador del casillero contra osos, y me dirigí a los baños para
cambiarme.
Los baños estaban localizados camino debajo de la cabaña. Y caminé
hacía abajo, estando atenta a cualquier sonido de algún oso y tratando de
parecer lo menos apetitosa posible.
Me puse la ropa de dormir-menos reveladora que tenía- unos pants y
una camiseta de mangas larga- luego cepillé mis dientes y lavé mi cara,
tomándome mi tiempo, esperando que contra el tiempo, cuando volviera, la
oficina de reservaciones hubiera encontrado otra cabaña disponible
milagrosamente.
Pero sabía que esa no era una posibilidad. Puse mis cosas en el
casillero y ahora estaba frente a la puerta tratando de entrar. Simplemente
no quería hacerlo. No quería dormir en la misma cama con alguien quien
apenas conozco, Quería estar de vuelta en casa, en mi propia cama, con mis
padres al final del pasillo y Charlie en la siguiente puerta.
Yo siempre había asumido, que esas constantes, tan básicas, nunca
iban a cambiar.
Ni siquiera me había dado cuenta que ellas eran algo especial en esos
tiempos. Y ahora daría lo que fuera por volver de nuevo.
44. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
¡Amy! Probablemente tendría una hamburguesa en este momento con
su novio jugador de foot-ball, y su mayor preocupación sería en su mejilla
que no se ve a la distancia ¡maldita sea!
Escuché a Roger moviéndose por ahí dentro de la cabaña, y sabía que
tenía que entrar eventualmente. Tomé una respiración y abrí la puerta,
sintiendo las palmas de mis manos comenzar a sudar. Vi que Roger había
hecho la cama, la manta doblada hacía abajo. El estaba sentado en la cama,
en el lado derecho. Puse mi ropa en la parte superior de mi maleta y caminé
hacía el lado izquierdo de la cama, sintiéndome muy consciente y
preguntándome que es lo que normalmente hacía con mis manos. A medida
que iba a mi lado de la cama, vi que la camiseta de Roger se había levantado
un poco, dejando a mi vista una parte de su espalda justo arriba de sus
shorts. Desvié la mirada rápidamente, preguntándome que hacer. ¿Me siento
en la cama también? ¿Jaló las mantas? ¿Esperar a que él se meta dentro de
las cobijas primero?
Roger se volteó a mirarme. ¿Estás bien? Pregunto. —Estaba
empezando a preocuparme de que algún oso te hubiera tomado.
—Oh, ah, — dije tratando de reír ligeramente, incluso cuando escuché
que fallé miserablemente. —No, estoy bien. Solo estaba…um— no tenía idea
de cómo terminar esa frase, así que ni siquiera lo intente, y solo deje el
silencio colgar entre los dos. —Gracias por hacer la cama, — dije finalmente.
—No tenías que hacerlo.
—No es gran cosa,— dijo Roger con una sonrisa. Se quedo mirándome
por un momento, checando me vestuario. —Te ves caliente.
— ¿Qué? ¿Yo? —tartamudeé completamente desconcertada.
—Si —Dijo el sin dejar de mirarme.
¿Qué? ¿Esto era una especie de ven-aquí o algo así? ¿Justo cuando
estábamos a punto de dormir en la misma cama? Como si esto no fuera
suficientemente complicado ya. —Oh, um gracias, quiero decir no que tú no
te veas así, pero no estoy segura de que tu deberías… quiero decir…
—Oh, no, —Dijo Roger rápidamente, y pude ver que estaba sonrojado
de nuevo. —No. Quiero decir… quiero decir lo que estas usando. ¿Vas a estar
demasiado caliente no?
Oh. Momentáneamente me pregunté si podía ser posible tener a uno
de los osos que andan afuera para que venga y me maté. —Oh, cierto, — dije,
obligando a mi voz a permanecer alta. —Um, creo que estaré bien. Siempre
se pone realmente frió aquí en la noche. —Roger asintió y se estiró,
revelando una parte de su estomago desnudo esta vez, y nuevamente desvié
la mirada, deseando que qué el hubiera usado una camiseta más larga. — ¿Tu
vas a estar bien?— pregunté. — ¿Suficientemente caliente, quiero decir?
—Oh, claro, —él dijo, jalando las cobijas de su lado. Aliviada de tener
una dirección que seguir, jalé las de mi lado también. —Siempre me pongo
caliente en la noche. Hadley solía llamarme calentador.
45. Amy & Roger's Epic Detour Morgan Matson
Caminé hacía la puerta, checando que estuviera bien cerrada, y apagué
las luces, Pero debido a las paredes blancas, y la luz de la luna filtrándose,
había suficiente luz para volver a mi lado de la cama. Roger se metió en ella.
Y yo me subí también, quedándome lo más lejos de él en mi lado mientras
estemos en la cama. Deje mis brazos presionados contra mis costados y
mirando hacía el techo consciente de nuestra cercanía. Podía alcanzarlo y
tocarlo sin siquiera extender mi brazo. Podía sentir el ritmo de su
respiración.
— ¿Hadley?— pregunté después de un momento, dándome cuenta que
ella era su ex-novia. La chica cuyo lado de la cama estaba ocupando yo en
este momento.
—Sí, —dijo Roger, y podía escuchar el esfuerzo en su voz. —Mi novia.
Mi ex novia. —corrigió inmediatamente, sonando molesto consigo mismo.
—Ella…ella era…
Esperé volviendo ligeramente la cabeza para mirarlo, pero
aparentemente lo que Hadley era no iba a ser articulado. Roger suspiró
profundamente, luego puso sus brazos atrás de su cabeza. Mirando hacía el
techo.
— ¿Qué hay de ti?— él preguntó, volviendo su cabeza hacía mi. —
¿Hay alguien en a la vista?
Inmediatamente pensé en Michael, pero no estaba segura como el
cabía dentro de las palabras a la vista y quería decirle a Roger sobre eso. —
Um, no realmente. —Dije. Luego pensando que soné patética, agregué, —
Quiero decir, había un chico, pero era solo…quiero decir era casi
como…quiero decir, realmente no era…—Deje de hablar, preguntándome a
dónde fueron mis adjetivos, nombres, y verbos. El Sr. Collins no lo hubiera
aprobado. —No lo sé. —finalmente concluí brillantemente.
—Realmente no lo sé.
Miré y vi que Roger estaba de su lado, frente a mí, se acurrucó un
poco. Usualmente dormía—o trataba de dormir—en mi lado también. Miré
hacía el techo, preparándome mentalmente para otra larga noche. Comencé
a tener insomnio por primera vez en mi vida, como por el mes pasado. Me
acostaba despierta por horas finalmente rindiéndome, mirando el canal del
clima. Por alguna razón, me pareció calmar la precisión del tiempo, la
manera esencial de predecir el futuro. Me gustaba que la mayoría de los
meteorólogos pudieran decirle a la gente por todo el país que traerán los días
y las semanas. Ellos preparaban a las personas, dejándoles saber que tal vez
una tormenta caerá sobre ellos. Y de esa manera, no eras tomado con la
guarda baja y no preparado cuando finalmente te pegué. Después de mirar el
radar de Doppler por un rato, podía dormitar una o dos horas. Pero aquí, sin
el canal de siete—días de previsión, con osos potencialmente andando por los
alrededores, y compartiendo la cama con Roger, Sabía que no conseguiría ni
un momento de sueño.
—Bueno, buenas noches, Amy, —dijo Roger.