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Leyendas Argentinas
La Telesita y otros.




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Contenidos
Artículos
   Telesita                                         1
   Calfucurá                                        5
   Yungas                                           9


Referencias
   Fuentes y contribuyentes del artículo           15
   Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes   16


Licencias de artículos
   Licencia                                        17
Telesita                                                                                                                               1



     Telesita
     Telesita o La Telesita, es el nombre con que se
     conoció a Telésfora Castillo o Telésfora Santillán,
     una joven argentina de la Provincia de Santiago del
     Estero, conocida por su gusto por la danza, que murió
     quemada en la segunda mitad del siglo XIX. Luego de
     su muerte, las creencias populares regionales la
     convirtieron en "alma en pena" y "alma milagrosa",
     preservando su memoria de manera legendaria y
     mediante la tradición oral. Al invocarse a la Telesita, se
     exalta su pasión por el baile y las características
     trágicas de su muerte. La leyenda de la Telesita
     pertenece al folklore santiagueño y ha inspirado gran
     cantidad de canciones, poesías y relatos, entre ellas una      Mural sobre la Telesita en la Estación Bulnes del subterráneo de
                                                                                             Buenos Aires.
     de las melodías más antiguas que se conocen del estilo
     folklórico conocido como chacarera, recopilada a
     comienzos del siglo XX por Andrés Chazarreta.

     La leyenda de la Telesita, dio origen a un rito particular, una especie de rogativa conocida como telesiada, bajo la
     forma de rezabaile, mediante el cual, cuando una persona pierde un objeto, la comunidad o sus conocidos organizan
     una jornada de baile con consumo de alcohol, que se inicia siempre con un chacarera, en la que no se puede cambiar
     de pareja y se baila hasta caer rendido.


     Datos biográficos
     La existencia de la Telesita tiene carácter legendario. Uno de los primeros registros escritos de su tragedia fue
     realizado el 8 de enero de 1907, cuando el diario El Liberal de Santiago del Estero publicó un artículo dedicado a La
     Telesita.[1] Las antropólogas María de Hoyo y Laura Migale han investigado su existencia y las versiones orales que
     la relatan.[2]
     Una de las más detalladas es la que sostiene que se trató de Teresita del Barco o Telésfora Santillán, conocida como
     la Telesita, una joven de buena posición económica que vivió en la segunda mitad del siglo XIX en Santiago del
     Estero. Hija del estanciero Pedro del Barco y María Rosa Gómez, la joven vivió durante su infancia en la estancia
     "La Aurora", sobre la ladera de las sierras de Guasayán. Físicamente, se trataba de una niña de gran belleza, de
     cabello negro y ojos azules. Cuando la joven llegó a la edad de casarse, la familia se trasladó a la ciudad de Santiago
     del Estero, pero allí son alcanzados por una epidemia de cólera que produjo la muerte de sus padres.[2]
     Siempre de acuerdo a esta versión, poco después la Telesita se casó con un joven estanciero llamado Eumelio
     Ahumada, pero también moriría como consecuencia de las heridas recibidas en un duelo a cuchillo, defendiendo el
     honor de su esposa. Afectada por la tragedia, la joven decidió instalarse en una humilde choza de La Banda, paraje
     cercano a la ciudad de Santiago del Estero, al otro lado del Río Salado. Allí se dedicó a cuidar a los necesitados y
     curar a los enfermos ganando fama como curandera.[2]
     En otra versión, la Telesita era una joven campesina, muy pobre e "inocente", refiriéndose con esta última palabra a
     un retraso mental, que se hacía presente en las fiestas y disfrutaba del baile.[3] El folklorólogo Félix Coluccio
     transmite la versión de que se trataba de una joven humilde nacida en Tolojona, paraje del Departamento Moreno,
     ubicado en la región oriental de la provincia.[4]
Telesita                                                                                                                       2


     La folkloróloga Berta Vidal de Battini recopiló versiones orales de la vida legendaria de la Telesita, difundidas a su
     vez por Perla Montiveros de Mollo. La siguiente es la transcripción textual de una de ellas:
           La Telesita había sido hija única de padres muy ricos. Murieron los dos y como la niña era inocente, ella
           empezó a dar todo, todo lo que tenía. Las prendas de oro, de plata, la hacienda que ella tenía de la que
           buscaran, todo se le fue. Y empezó a cantar y bailar. Por ahí le entró. No quedó bien de la cabeza cuando
           murieron los padres y se fue al monte. A veces llegaba a las casas y le daban de comer. La Telesita era
           como adivina. Cuando decían en tal parte va a haber un baile, ella ya lo sabía y allá se iba. En las
           trincheras, como llaman en los pagos lo que rodea el patio para las fiestas, ahí en esa basura que se
           amontonaba, ahí amanecía la Telesita. Todo el mundo le tenía lástima. Cuando terminaba el baile ya
           salía cantando esa chacarera que cantaba. Y siempre estaba en los montes. Murió quemada, ardida. Se
           arrimó a un tronco que había estado quemando porque le hacía frío. Se acostó allí y el fuego siguió
           marchando y se quemó todo. La recogió una señora que era vecina de nosotros, Doña Fernanda Escobar,
           que ya era vieja. Ella la llevó a su monumento y la sepultó. Y empezó a hacerle las promesas. Una vez
           había tenido un chancho para carnear y una noche se lo roban del corral. Ella dice:
           - No, mi chancho va a salir. Telesita, te ofrezco un baile. Voy a tomar siete copas de caña y voy a cantar
           siete chacareras si me lo haces aparecer(...)
           Es un alma muy milagrosa. Todos en Santiago le hacen promesas.[5]
     Todas las versiones coinciden en que la Telesita murió quemada, pero las circunstancias y la forma varían
     considerablemente. Uno de los relatos más difundidos sostiene que murió como consecuencia de haberse dormido
     muy cerca del fuego tratando de protegerse del frío. Otra de las versiones relata que se quemó durante un baile,
     cuando su ropa se incendió al tomar contacto con el fuego.[4] Finalmente también existe la versión de que la Telesita
     habría sido alcanzada por un rayo que la prendió fuego y que al buscar refugio en su rancho, también produjo el
     incendio del mismo.
     Todas las versiones le atribuyen a la Telesita una gran belleza y bondad, y una gran pasión por el baile.


     Creencias y ritos
     La trágica muerte de la Telesita dio origen a la creencia de que, luego de morir se convirtió en un "alma en pena" y a
     la vez en un "alma milagrosa", es decir capaz de producir milagros si se la invoca. La Telesita ha sido asociada el
     hallazgo de cosas perdidas o robadas, pero también para encontrar agua, causar lluvia y otro tipo de necesidades.
     Para cumplir las promesas a la Telesita se originó la costumbre de organizar telesiadas.
     La telesiada es una especie de rogativa que consiste en una jornada de baile, durante la cual se toma alcohol (aloja,
     vino o caña), y en los que las parejas no pueden cambiarse, debiendo bailar hasta caer rendidas. En las telesiadas es
     habitual quemar un muñeco que representa la muerte de la Telesita, o semigajar un angelote de pan hecho
     especialmente.
     Ricardo Rojas, en su libro El país de la selva (1907), sobre Santiago del Estero, describe una telesiada del siguiente
     modo:
           No siendo carnaval, ni reyes, ni noche buena, ni otra alguna de las ocasiones clásicas, pregunté el motivo de la
           fiesta. - Es una promesa a la Telesita. - me bisbisó un paisano cuyo bigote en garfio adornaba las ondas
           comisuras de su boca sensual. Averigüé quién era la Telesita, y él respondióme con laconismo reacio: - Ánima
           milagrosa... Como en ese instante se acercaba el ladino de la casa, él abundó en explicaciones. - Si usted
           quiere ganar una carrera, o sanar un enfermo, o encontrar una cosa que se le pierda... vamos: algo que usted
           desea le hace una promesa a la Santa. - ¿Promesa de qué? - De ponerle un baile...
           Aduciendo sentir lástima infinita por la infeliz, que lleva la mirada extraviada, que durmiendo a veces a la vera
           de los caminos, y a quien algún paisano piadoso le presta un catre donde descansar fatigosas jornadas y un
           lienzo, para tapar su magro cuerpo lacerado, los santiagueños supersticiosos hacen en su honor bailantas.
           Además de sentir penas por la desgraciada, creen que es muy milagrosa, que para conseguir sus favores debe
Telesita                                                                                                                        3


           bailarse en su nombre, porque a ella eso le gusta mucho. Quienes conocen su historia dicen que en vida era
           afecta a los bailes y a “tomar” (beber bebidas alcohólicas). Siempre andaba descalza, hasta que un día murió
           quemada en un incendio del monte.
           Chupan (beben), bailan y cantan. Primero lo hace el promesante, que debe tomar siete copas por ella. Luego
           baila siete chacareras descalzo, y sigue chupando entre danza y danza, hasta que se consumen las siete velas
           encendidas en un tosco altar dentro del rancho. Recién entonces, comienza la algarabía general, entregándose
           todos a la descontrolada bacanal de alcohol, asado y empanadas, bailando ya gatos, escondidos, malambos,
           zambas y chacareras, en medio del estruendo y humo de los cohetes. La música se ejecuta con guitarra, bombo
           y bandoneón.
                                                                                                            Ricardo Rojas[6]
     De Hoyos y Migale describen la telesiada, como una ceremonia que organiza un "promesante", quien a su vez lo
     hace para obtener determinado favor de la santa. El promesante prepara una especie de pan con forma de ángel, del
     tamaño de un niño, que representa el espíritu de la Telesita y que permanecerá en una mesa en el centro del patio,
     cubierto de un mantel blanco y rodeado de velas y flores. Los participantes deben tener auténtica devoción y una
     intención honesta de cumplir la promesa, a través de la música, el baile y el consumo de bebida alcohólica. La
     telesiada siempre comienza bailando siete chacareras seguidas y al finalizar cada una hay que tomar una copa de
     alcohol. Luego todos los participantes se euman al baile debiendo hacerlo hasta que el promesante caiga rendido,
     momento en el que el ritual se ha cumplido. Entonces se apagan las velas y una joven elegida, toma el ángel y lo
     deshace repartiéndolo entre los participantes, quienes los comen con un trago de alcohol. Otra modalidad es hacer un
     muñeco de papel o trapo y quemarlo al final.[2][4]
     Fuera de las telesiadas, existe la creencia también de que la Telesita se aparece para hacer el bien, siempre descalza y
     con ropas andrajosas.


     La Telesita en el arte
     La leyenda de la Telesita ha dado origen a gran cantidad de manifestaciones culturales, principalmente canciones. A
     comienzos de siglo XX, el músico e investigador de la música folklórica argentina, Andrés Chazarreta, recopiló la
     melodía de una chacarera tradicional con el nombre de La Telesita. Entre las versiones instrumentales de la melodía
     se destacan la que realizaran Ariel Ramírez y Jaime Torres, en dúo de piano y charango, en el álbum Inigualables,[7]
     o la del armoniquista Hugo Díaz.[8]
     A esa melodía le han puesto letra varios compositores. Entre las más conocidas se encuentra la que escribiera
     Agustín Carabajal en la década de 1960,[9] que integra el repertorio histórico de Los Carabajal y de Los Manseros
     Santiagueños, grupos que integrara el músico. Otras versiones del tema han sido grabadas por Los Fronterizos,
     incluida en el álbum Los Fronterizos de hoy (1969),[10] Los Nocheros de Anta,[11] y Hernán Figueroa Reyes.[12]
     Otra letra en base a la melodía recopilada por Chazarreta fue escrita por Abel Monico Saravia (1928-2008), que
     cuenta con una versión realizada por Jorge Cafrune y que se haya incluida en el álbum Lindo haberlo vivido para
     poderlo contar (1971).[13]
     Existen también canciones dedicadas a la leyenda sobre la base de melodías diferentes de la tradicional. Entre ellas
     se destaca Canto a la Telesita, con música de Rolando Valladares y letra José Augusto Moreno.[14]
     En el teatro, la escritora santiagueña Clementina Quenel escribió en 1949 una obra de teatro titulada La Telesita,
     sobre el drama que expresa la leyenda.[15] En 1991 la obra recibió las máximas distinciones en el Primer Encuentro
     de Historia y Folclore en el Teatro Argentino, realizado Tandil.[16]
     Por su parte, León Benarós ha escrito un conocido poema titulado La Telesita, que integra su libro Romancero
     criollo.[17] En la misma, Benarós relata detalladamente su propia versión de la leyenda. Una parte de la misma dice:
                 Ya murió la Telesita
                 en su tormento quemada.
Telesita                                                                                                                                                4


                    Promesantes del lugar
                    la miran santificada.[17]


     Fuentes

     Referencias
     [1] « Efemérides (http:/ / el-m-de-mi-pueblo. webnode. es/ efemerides/ )». El mañana de mi pueblo. Consultado el 24 de mayo de 2011.
     [2] De Hoyos, María; Migale, Laura (2000). Almas milagrosas, santos populares y otras devociones. NAyA.
     [3] « La Telesita (mitos y leyendas populares del folklore (http:/ / www. mifolkloreargentino. com. ar/ mitos-y-leyendas-populares-del-folklore/
         letra-L/ 55/ la-telesita)». Mi Folklore. Consultado el 23-05-2011.
     [4] Coluccio, Félix (2007). Cultos y canonizaciones populares de Argentina. Buenos Aires: Ediciones del Sol. pp. 25-28. ISBN
         978-950-9413-10-8.
     [5] Vidal de Battini, Berta Elena (2005). Perla Montiveros de Mollo. ed. Leyendas de nuestra tierra. Buenos Aires: Ediciones del Sol. p. 95-96.
     [6] Rojas, Ricardo (1966). El país de la selva. Eudeba. p. 146.
     [7] Ariel Ramírez y Jaime Torres (2001). Inigualables. Buenos Aires: Label.
     [8] Díaz, Hugo. Galopera. Buenos Aires: Atlaya.
     [9] « La Telesita (http:/ / www. saltargentina. com. ar/ es/ cancionero-letra. php?cancion=La-Telesita)». Salta Argentina.
     [10] Los Fronterizos (1969). Los Fronterizos de hoy. Buenos Aires: Philips.
     [11] Los Nocheros de Anta (1974). Canción con todos. Buenos Aires: RCA.
     [12] Hernán Figueroa Reyes (1969). El combate de San Lorenzo. Buenos Aires: CBS.
     [13] Cafrune, Jorge (1971). Lindo haberlo vivido para poderlo contar. Buenos Aires: CBS.
     [14] « Telesita (http:/ / www. folkloredelnorte. com. ar/ leyendas/ telesita. htm)». Folklore del Norte. Consultado el 23-05-2011.
     [15] Rivas, José Andrés (1983). La obra de Clementina Rosa Quenel. Santiago del Estero: Universidad Nacional de Santiago del Estero.
     [16] Tamer, Nelly Beatriz (17-10-2010). « Alem Lescano: un puente hacia Clementina (http:/ / www. nuevodiarioweb. com. ar/ nota/ 182124/
         Cultura_/ Alén_Lascano:_un__puente_hacia_Clementina. html)». Nuevo Diario. Consultado el 23-05-2011.
     [17] « Telesita (http:/ / www. folkloredelnorte. com. ar/ leyendas/ telesita. htm)». Folklore del Norte. Consultado el 23-05-2011.


     Bibliografía
     • Canal Feijoo, Bernardo (1968). La leyenda anónima. Buenos Aires: Paidós. pp. 57 y ss.
     • Coluccio, Félix (2007). Cultos y canonizaciones populares de Argentina. Buenos Aires: Ediciones del Sol.
       pp. 25-28. ISBN 978-950-9413-10-8.
     • De Hoyos, María; Migale, Laura (2000). Almas milagrosas, santos populares y otras devociones. Buenos Aires:
       NAyA.
     • Rojas, Ricardo (1966). El país de la selva. Buenos Aires: Eudeba.


     Enlaces externos
     • « Telesita (http://www.folkloredelnorte.com.ar/leyendas/telesita.htm)». Folklore del Norte. Consultado el
       23-05-2011.
     • « La Telesita (mitos y leyendas populares del folklore (http://www.mifolkloreargentino.com.ar/
       mitos-y-leyendas-populares-del-folklore/letra-L/55/la-telesita)». Mi Folklore. Consultado el 23-05-2011.
Calfucurá                                                                                                                  5



    Calfucurá
    Juan Calfucurá o Callvucurá (del mapudungun Kallfükura,
    kallfü, "azul" y kura "piedra", "piedra azul"). Nacido en Llaima
    (Araucanía), aunque no hay acuerdo en la fecha. Murió el 4 de
    junio de 1873, Salinas Grandes. Fue un cacique o lonco mapuche -
    nguluch e del siglo XIX.


    Biografía

    Origen
    Según la principal tradición, nació al oeste de los Andes en Llaima
    en el Ngulu Mapu, pero otra versión sitúa su nacimiento en Cólico
    (cerca de Pitrufquén) en el actual territorio chileno. Calfucurá y su
    gente eran huiliches aunque esta distinción entre huiliches y
    araucanos o mapuches carecía de importancia para aquella época,
    ya que hacía siglos que los huiliches habían sido asimilados por
    sus    vecinos      mapuches,      se     encontraban      totalmente
                     [1]
    «araucanizados».


    Campañas militares                                                                    Juan Calfucurá


    Cruzó a las pampas hacia 1830 acatando el llamamiento del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas
    como parte de las fuerzas mapuches reunidas por Martín Toriano para ayudarlo a combatir en su lucha contra los
    ranqueles, pero Calfucurá no ataca a los ranqueles sino que masacra a otro grupo de indios chilenos recién llegados:
    los boroanos (también llamados vorogas o borogas), aliados de los realistas hermanos Pincheira. Rosas le otorgó el
    rango de coronel del ejército de la Confederación Argentina y entró en alianza con él, firmando un pacto por el que
    debía recibir anualmente 1.500 yeguas, 500 vacas, bebidas, ropas, yerba, azúcar y tabaco. Estas mercancías eran
    redistribuidas por él entre sus aliados, particularmente entre los caciques arribanos al oeste de la cordillera, que
    cubrían sus espaldas de un posible ataque de rivales.


    Confederación Pampa
    En 1832 Calfucurá y su hermano mayor Antonio Namuncurá (no confundir con Manuel Namuncurá, hijo de
    Calfucurá) eran capitanejos del cacique Toriano cuando éste fue vencido y fusilado en Tandil luego de ser derrotado
    por los borogas. Estos provenían de la costa del océano Pacífico en la Araucanía y se habían asentado en la zona de
    Guaminí y Carhué llamados por estancieros para custodiar la frontera desde 1820, fueron aliados de José Miguel
    Carrera y allí recibieron la protección de Rosas a condición de que mantuvieran a raya a los caciques
    mamülches-ranqueles (rankulches). Entre sus jefes estaban Rondeau, Melín e Ignacio Coliqueo.
    Posteriormente los borogas entraron en alianza con el jefe de los rankülches, Yanquetruz, por lo que Rosas alentó a
    Calfucurá para enfrentarlos. Esto de acuerdo a lo dicho por Calfucurá en una carta del 27 de abril de 1861:
            También le diré que yo no estoy en estas tierras por mi gusto, ni tampoco soy de aquí, sino que fui
            llamado por don Juan Manuel, porque estaba en Chile y soy chileno; y ahora hace como 30 años que
            estoy en estas tierras.
    Calfucurá junto a 200 guerreros se presento ante los caciques borogas en señal de paz pero los masacró en una
    reunión comercial en Masallé el 9 de septiembre de 1834,[2] muriendo mil borogas, entre ellos Rondeau, Melin, Alun
Calfucurá                                                                                                                    6


    y Callvuquirque, aunque logró escapar Coliqueo. Después de matar a los caciques borogas perdonó a los guerreros
    indios y notificó a los demás caciques de la región que por la voluntad del dios Guenechén él se había erigido en Jefe
    Supremo del gobierno de las Salinas Grandes (o cacique general de las Pampas). Enviando a su hermano Antonio
    Namuncurá a entrevistarse con Rosas en Buenos Aires. Esta matanza que logró a traición, ha ensombrecido la
    memoria de Calfucurá. El evento demuestra que, entre los pueblos habitantes de la Pampa y Patagonia, no había
    unidad sino un estado de paz armada entre las tribus, que se quebraba al menor indicio de desconfianza. La venganza
    llevada a cabo por Calfucurá contra los borogas, provocó la Campaña de Rosas al Desierto. Calfucurá formó a partir
    de 1835 una confederación con base en Chillué o Chilihué ("Nueva Chile" de acuerdo a Estanislao Zeballos,[3]
    traducción puesta en duda por Magrassi[4]) en las Salinas Grandes.
    En 1837 derrotó y mató al cacique mapuche boroga procedente de la Araucanía, Railef junto a 500 de sus guerreros
    en el lugar llamado Quentuco sobre el río Colorado, después de que éste había realizado un malón con 2.000
    indígenas sobre Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe y regresaba a la Araucanía con 100.000 cabezas de ganado.
    Dominó un extenso territorio con la mayor parte de la Provincia de Buenos Aires y las de Neuquén, Río Negro, La
    Pampa, San Luis y el sur de Mendoza,[5][6]recibiendo el apodo de Emperador de las Pampas.[7][8] Por su control de
    las Salinas Grandes del Sur, tenía en su poder tanto un punto estratégico de las "rastrilladas" (rutas comerciales
    mapuches en las pampas) como el dominio de la sal, sustancia fundamental en esa época para la conservación de la
    carne.
    Durante los años 1840 Calfucurá consiguió el dominio sobre las Pampas, pacto la paz con el gobierno de Rosas en
    Buenos Aires, se alió con los ranqueles de Painé y con los manzaneros de Valentín Sayhueque, quien hizo la paz con
    Casimiro Biguá, cacique principal de los tehuelches, lo que dio a Calfucurá el dominio sobre el norte de la Patagonia
    también.[9] También estableció una alianza con los wenteches (arribanos) de la Araucanía (cacique Quilapán)[10] y
    por medio de estos con los pehuenches de Purrán, quienes controlaban los pasos cordilleranos.[11] Estas alianzas les
    permitieron enfrentar por muchos años y con bastante éxito a los ejércitos chileno y argentino y a sus rivales
    indígenas, nagches o abajinos de Colipí y Coñoepán en la Araucanía y Catriel y Coliqueo en la Pampa.[12]


    Caída de Rosas
    Asistió con guerreros a Rosas en la Batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, que culminó con la caída de Rosas y
    el ascenso del triunfante gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza. Al día siguiente atacó Bahía Blanca con
    5.000 guerreros.[13] Hizo la guerra al gobierno establecido en la Argentina intermitemente a partir de la caída de
    Rosas.
    Para congraciarse con Urquiza, Calfucurá envió en 1854 a Paraná (capital de la Confederación Argentina) a su hijo
    Manuel Namuncurá, quien se convirtió al catolicismo. En busca de una alianza con Urquiza, arrasó con 5.000
    guerreros la ciudad bonaerense de Azul el 13 de febrero de 1855, causando la muerte de 300 personas, llevándose
    150 cautivas y 60.000 cabezas de ganado. Fue perseguido por Bartolomé Mitre, sobre el cual Calfucurá obtuvo la
    victoria en la Batalla de Sierra Chica (cerca de Olavarría), recibiendo desde entonces el mote de Napoleón del
    desierto. En septiembre de 1855 derrotó y mató al comandante Nicolás Otamendi junto a 125 de sus soldados en la
    estancia de San Antonio de Iraola y después saqueó el pueblo de Puntas de Arroyo Tapalqué. Mitre organizó el
    Ejército de Operaciones del Sur con 3.000 soldados y 12 piezas de artillería al mando del general Manuel
    Hornos.[14] El 29 de octubre de 1855 Calfucurá derrotó a Hornos en San Jacinto, entre las sierras de San Jacinto y el
    arroyo Tapalqué, muriendo del lado gubernamental 18 oficiales y 250 soldados. Luego de esta victoria las fuerzas de
    Calfucurá atacaron los pueblos de Cabo Corrientes, Azul, Tandil, Cruz de Guerra, Junín, Melincué, Olavarría,
    Alvear, Bragado y Bahía Blanca.[15]
    En marzo de 1872 tras el ataque a las tolderías de los caciques tehuelches Manuel Grande, Gervasio Chipitruz y
    Calfuquir por el coronel Francisco de Elías, comandante de la frontera sur con el que había firmado un acuerdo de
    paz en 1870, entró en 25 de mayo y se llevó a todos los indígenas que se habían rendido al gobierno, por lo que el
    presidente Domingo Faustino Sarmiento ordenó atacarlo. Calfucurá declaró formalmente la guerra a Sarmiento y
Calfucurá                                                                                                                                                7


    saqueó la ciudades de 25 de mayo, Alvear y 9 de julio con 8.000 lanzas, resultando 300 civiles muertos, 500 cautivos
    y 200.000 cabezas de ganado robadas,[16] pero el 11 de marzo de 1872 fue derrotado en la Batalla de San Carlos de
    Bolívar, actualmente en el partido bonaerense de Bolívar, por el general Rivas y los guerreros de Catriel.[17]


    Muerte
    Calfucurá murió el 3 de junio de 1873, siendo sucedido por su hijo Manuel Namuncurá. En 1879 durante la
    Conquista del Desierto, su tumba fue profanada por soldados del teniente Levalle, en venganza por los muertos en
    manos del cacique.[18] Son muchas las vidas de pobladores rurales que murieron asesinados por lanceros de
    Calfucura en sus reiterados ataques a las poblaciones gauchas de la pampa argentina y no pocos de los que
    padecieron estos ataques, enrolaron en el ejército buscando represalia. Sus restos fueron más tarde transportados al
    Museo de Ciencias Naturales de La Plata a fines del siglo XIX, en donde permanecen aún. Hay varios pedidos en
    conflicto para que sean devueltos a sus descendientes.[19][20]
    Su nieto Ceferino Namuncurá murió en Roma cuando estudiaba para sacerdote católico en 1905, fue elevado a los
    altares como beato.


    Leyendas
    En torno a la figura de Calfucurá se han tejido numerosas leyendas, incluso mientras estaba con vida. Se decía, por
    ejemplo, que tenía dos corazones o que tenía a su servicio a un witranallwe (jinete fantasmal) que le ayudaba en las
    batallas. Según creían sus seguidores cuando Calfucurá era niño recibió una pequeña piedra cherüwfe (meteorito) de
    color azul de manos de un Huecuvu (espíritu maligno), convirtiéndolo en invencible.


    Referencias
    [1] Proponen revisar el concepto de "Pueblos originarios" (http:/ / www. amprovincia. com. ar/ noticias/ detail_noticia. asp?id=25602&
        seccion=1)
    [2] Bengoa, 2000: 96
    [3] Nota: Llegó la caravana chilena á un país llamado Chilihué (Nueva Chile), porque forma una angosta y prolongada faja de terreno
        fértilísimo, cauce de una corriente cuaternaria, á veces tan ancha como el mismo rio Paraná (...) Recuerdos argentinos: Callvucurá y la
        dinastía de los Piedra. Pág. 11. Escrito por Estanislao Severo Zeballos. Publicado por J. Peuser, 1890
    [4] Lenton, Isabel. 1998. Los araucanos en la Argentina: un caso de interdiscursividad nacionalista (http:/ / www. ceppas. org/ gajat/ index.
        php?option=com_docman& task=doc_view& gid=90). III Congreso Chileno de Antropología. Temuco.
    [5] "Leyendas, Mitos, Cuentos y otros relatos MAPUCHES" Ed. Longseller.
    [6] Imágenes (http:/ / www. cruzadapatagonica. org/ Cultura Mapuche/ gentedetierra. asp)
    [7] Historia: Calfucurá (http:/ / www. aborigenes-elcona. com/ HistoriaCalfucura-aonik. htm)
    [8] Ceferino Namuncurá - un príncipe de las pampas en la gloria de los altares (http:/ / www. cruzadadelrosario. org. ar/ revista/ 0712/ ceferino.
        htm)
    [9] Bengoa, 2000: 99
    [10] Bengoa, 2000: 85
    [11] Bengoa, 2000: 94
    [12] Bengoa, 2000: 88
    [13] Caciques y Capitanejos Argentinos (http:/ / www. faggella. com. ar/ caciques/ consulnom. php?CACIQUE=Todos)
    [14] Marley, David (2008). Wars of the Americas: A Chronology of Armed Conflict in the Western Hemisphere, 1492 to the Present (http:/ /
        books. google. cl/ books?id=DkgGVTOr2EsC& printsec=frontcover& hl=es#v=onepage& q& f=false). Tomo I. Santa Bárbara: ABC-CLIO,
        pp. 781. ISBN 978-1-59884-101-5.
    [15] Batalla de San Carlos, el comienzo del fin (http:/ / www. deyseg. com. ar/ notas/ historia/ aazona26-sancarlo. htm)
    [16] Bengoa, 2000: 259
    [17] Calfucurá (http:/ / ar. geocities. com/ apricot_50/ personalazul90. html)
    [18] Juan Calfulcura (http:/ / grupoloslanceros. blogspot. com/ 2009/ 06/ juan-calfucura. html)
    [19] La Pulseada - Restos humanos en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata (2006) (http:/ / www. lapulseada. com. ar/ 43/ 43_museo.
        html)
    [20] Calfulcurá, Señor de las pampas. (http:/ / www. paginadigital. com. ar/ articulos/ 2004/ 2004seg/ varios/ agend4-5. asp)
Calfucurá                                                                                                          8


    Bibliogrfía
    • Bengoa, José (2000) [1985]. Historia del pueblo mapuche: siglo XIX y XX. Santiago de Chile: LOM Ediciones.
      ISBN 956-282-232-X.


    Enlaces externos
    • Muestra virtual poblamiento pampeano. El poblamiento indígena (http://www.lapampa.edu.ar/
      poblamientopampeano/pages/m_indigenas.htm)
Yungas                                                                                                                      9



   Yungas
                                                         Yunga




                                                                 Paisaje de la catarata Gocta, Perú
                                      Ecozona:             Neotropical

                                       Bioma:              Selva umbrófila

                                     Extensión:            km2

                                      Estado de            Vulnerable
                                    conservación:

                           Países                               Argentina,     Bolivia,
                                                            Colombia,
                                                                Ecuador,      Perú,        Venezuela

                                                    Ecorregiones – WWF

   Se denomina Yungas o Yunga a las regiones o ecorregiones de Bosque montano (selva tropical de montaña y
   bosque andino) que acompañan a la Cordillera de los Andes, especialmente por el flanco oriental, desde el norte del
   Perú hasta el norte de Argentina. Si ampliamos la definición para incluir al Bosque andino del norte, podemos
   afirmar que la región se extiende hasta Colombia y Venezuela. Hay amplitud de conceptos, pero por lo general se
   considera desde una altitud de 300 o 600 msnm hasta los 3000 o 3800 msnm. En las partes bajas se caracteriza por
   tener una vegetación de bosque denso, húmedo y perennifolio que rivaliza en biodiversidad con la selva tropical
   amazónica, pero en las partes altas la selva cede paso a la serranía de bosque caducifolio, también llamado bosque
   enano, donde predominan los arbustos y pastizales.
   El clima por lo general es muy lluvioso, nuboso y cálido, pero a mayores altitudes o latitudes la temperaturas son
   más extremas entre el calor y frío, y las lluvias son estacionales con una temporada seca y una lluviosa. Presentan un
   relieve típico de montaña, en el que predominan las pendientes desde muy pronunciadas a leves, y en donde hay
   áreas de abrupta topografía, que por lo general “acompañan” los cauces de ríos y quebradas, áreas de pequeños
   microvalles rodeados de serranías, muchas veces ocupadas por campesinos trashumantes.
Yungas                                                                                                                        10


   El bioma de yungas es fundamental para el equilibrio ecológico de
   gran parte de Sudamérica ya que por una parte sus selvas sirven de
   "corredor" latitudinal para el flujo de especies animales y por otra parte
   las mismas densas florestas sirven para retener enormes cantidades de
   agua que luego, desde las mismas yungas, en forma de caudales
   fluviales, irrigan y fertilizan enormes extensiones continentales; baste
   tener en cuenta que la Cuenca Amazónica y la Cuenca del Plata reciben
   la mayor parte de sus caudales constantes a partir de la zona de yungas.

   Para el WWF, los bosques andinos se agrupan en dos ecorregiones
   globales:[1]
   • Yungas de los Andes centrales, que agrupa a las Yungas de Perú,
     Bolivia y Argentina.
   • Bosques montanos de los Andes del norte, que agrupa a los
     bosques andinos de Colombia, Venezuela, Ecuador y una pequeña
     parte del Perú.                                                               Carretera cruzando Los Yungas en Bolivia
   Estas 2 ecorregiones globales no tienen continuidad, ya que la
   ecorregión del Bosque seco del Marañón en el Perú las separa.


   Etimología y sinonimia
   Se cree que el vocablo yunga o yunca tiene su origen en el idioma runa simi (o quechua), y significaba “valle cálido”.
   Así llamaban los incas a la región y así la conocieron los españoles a su llegada al Perú, quienes utilizaron la palabra
   “yunga” para nombrar tanto a los hombres que habitaban el norte del Perú como al idioma que estos hablaban. El
   yuncachu era el poblador de los valles cálidos, generalmente fruticultor.
   De acuerdo con la Real Academia Española el término proviene del quechua yunka y propone tres posibilidades para
   este vocablo. En el Perú se denomina así a los valles cálidos que hay a un lado y otro de los Andes. También se lo
   utiliza para nombrar a los naturales de estos valles cálidos. Por último, puede referir al idioma yunga, antigua lengua
   del norte y centro de la costa peruana.
   Por otro lado, crónicas de la colonización española relatan que los pobladores del Cusco llamaban yuncas a los
   habitantes del oriente de los Andes, especialmente de la provincia incaica del Antisuyo y que por consiguiente los
   españoles llamaron indios yuncas. Estos habitaban una región de clima muy caliente, con mucha humedad tanto en el
   aire como en los suelos y criaban cuyes y pavos.[2] Los quechuas también llamaban "anti" a la región de las yungas
   argentinas en los confines del imperio incaico.
   Cuando se hace referencia a la Selva de montaña en Bolivia se habla de "los" Yungas, en tanto en Argentina se las
   menciona como "las" Yungas. En Perú se usan términos como Yunga, Yungas, Selva alta o Montaña. En Ecuador se
   denomina Alta Amazonía; y en Colombia y Venezuela se le llama Bosque andino o Bosque de niebla.


   Clima
   Las Yungas presentan una precipitación anual acumulada promedio de entre 1000 y 3000 mm, siendo la época de
   mayor precipitación pluvial entre los meses de diciembre – marzo, mientras que julio y septiembre son los meses de
   menor precipitación. También es muy importante la neblina o lluvia horizontal y de ahí su nombre de nuboselva con
   la que se denominan a las Yungas. Las condiciones pueden ser muy variables pues dependen de la altitud, latitud,
   relieve, humedad y temperatura. Se considera una temperatura media de 22°C.
Yungas                                                                                                                   11


   Yungas de los Andes centrales
   El WWF define a las Yungas de los Andes centrales como una ecorregión global que agrupa a los ecosistemas de
   bosque montano de los Andes centrales, desde el sur del departamento de Amazonas (Perú), pasando por Bolivia y
   hasta Catamarca (Argentina). Si uno observa una fotografía satelital, notará que esta región no es sino una delgada
   franja a modo de una larga ceja, que delimita el oriente de la Cordillera de los Andes mostrando que las Yungas son
   la región con la tonalidad más oscura de todo Sudamérica, debido a su densa vegetación y relieve abrupto.
   Se divide en tres ecorregiones terrestres:
   • Yungas peruanas: Entre la Selva amazónica y los Andes peruanos.
   • Yungas bolivianas: Entre la Selva amazónica y el Altiplano boliviano (incluye una pequeña parte del Perú).
   • Yungas del sur. Se encuentra entre el Gran Chaco y los Andes argentinos y bolivianos.


   Yungas peruanas
   Dentro de la geografía del Perú existe una diferencia entre las regiones Yunga y Yungas. Yunga se considera una
   región natural a ambos flancos de los Andes peruanos, el lado occidental hacia el litoral se denomina Yunga
   marítima y el lado oriental hacia la selva Yunga fluvial, hasta una altura de 2,300 msnm.
   Yungas en cambio es la o las ecorregiones de selva y bosque montano desde los 1,000 a 3,500 msnm, por lo que se
   circunscribe al flanco oriental especialmente. Este concepto tiene una analogía más próxima con las Yungas de
   Bolivia y Argentina. Se considera a esta región como la de mayor biodiversidad endémica del Perú.


   Las Yungas bolivianas
   En Bolivia, el término los Yungas se usa específicamente para designar
   una región que contempla las montañas y valles lluviosos, zonas
   boscosas y empinadas al oriente de los Andes, por ejemplo al noreste
   de la ciudad de La Paz.
   Biogeográficamente los Yungas bolivianos es la ecorregión más
   diversa de Bolivia, en cuanto a diversidad biológica, variedad
   topográfica y climática. Las precipitaciones van desde los 800 mm de
   los valles secos en la provincia de Inquisivi hasta más de 7000 mm por
   ejemplo al sur de Villa Tunari.[3]




                                                                                     Los Yungas cerca de La Paz.
Yungas                                                                                                                       12


   Las Yungas argentinas
   Las Yungas argentinas forman parte de las Yungas del sur, ecorregión
   llamada Yungas andinas del sur por el WWF. Son conocidas también
   como Selva tucumano-boliviana (entre otros nombres) e incluye
   bosques de montaña argentinos y bolivianos.
   El clima es subtropical de tipo valle mesotérmico, con una temperatura
   media de 22 °C y presenta un rango de variación climática bastante
   diferenciado entre las estaciones de verano y la de invierno, con un
   marcado régimen monzónico (estacional) de distribución de las
   precipitaciones; en época de verano su temperatura puede superar los
                                                                                Yungas en la Provincia de Salta, Argentina
   50 °C en tanto en el invierno se puede llegar a temperaturas cercanas a
   10 °C e incluso menos en las áreas tropicales.
   Las mayores temperaturas ocurren entre noviembre y marzo, mientras que las más bajas, se dan entre junio y agosto
   cuando también ocurre con mayor frecuencia el fenómeno de los surazos (masas de aire frío provenientes del sur)
   que pueden generar las temidas heladas, cuando la temperatura puede llegar con facilidad hasta los 0 C°.
   Esta región puede dividirse en tres subregiones por su altitud:
   • Selva Pedemontana
   • Selva Montana
   • Bosque Montano


   Flora
   La Yunga se encuentran constantemente humectadas por intensas lluvias o por una bruma constante (baritu) lo cual
   implica la existencia de un complejo bioma. En Argentina se prefiere el uso de la palabra yunga o la yunga y tal
   bioma ha tenido como sinónimo el nombre de selva tucumano-oranense sin embargo esta segunda denominación ha
   caído en desuso por inexacta.
   De la yunga es el clima húmedo donde se encuentra al norte del territorio Argentino También llamadas selvas
   subtropicales de montaña o selva tucumano-oranense, las yungas comprenden una delgada franja a lo largo de las
   laderas orientales de las montañas del norte del país, en las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán y Catamarca.
   Abarcan las laderas escarpadas y los valles, con alturas que van de 500m al este hasta los 2500m sobre el nivel de
   mar al oeste, en el altiplano puneño. El clima es cálido y húmedo, con una temperatura media anual es de 21.5 °C
   (Estación Meteorológica Orán) y la media de junio es de 15'5 °C (Estación Meteorológica Aguas Blancas). Sin
   embargo las temperaturas y las condiciones ambientales no son constantes latitudinal ni altitudinalmente, siendo las
   variaciones locales muy marcadas. La hidrografía se caracteriza por estar conformada por ríos de montaña, la
   mayoría de ellos con variaciones estacionales de caudal, siendo la época de caudales máximos entre diciembre y
   marzo, mientras que los caudales mínimos (estiaje) se producen en los meses de septiembre y octubre.[4]
Yungas                                                                                                                      13


   Fauna
   En las yungas, habitan una serie de animales, ellos son: el tapir, el pecarí, el agutí, el lobito de río, la comadreja
   colorada, el mono caí, el yaguareté, el zorro de monte, el hurón mayor, el coatí, los cuyes, la marmosa, el zorro
   colorado, el gato de pajonales y aves.


   Bosques andinos del norte
   Los bosques montanos de los Andes septentrionales
   conforman una ecorregión que se extiende por
   Colombia, Venezuela, Ecuador y norte del Perú. Son
   selvas y bosques de niebla, de tropicales a fríos (según
   la altura), de gran biodiversidad, poco estudiados y
   sufren de depredación. Se considera que la tala ha
   afectado al 70% del bosque andino ecuatoriano y al
   96% del colombiano. El denso sotobosque está poblado
   de epífitas, musgos, bromeliáceas y orquídeas. No tiene
   una altitud definida, aunque se consideran de los 1000 a
   3500 msnm aprox. en áreas tropicales limitando con los
                                                                           Parque nacional Podocarpus en Ecuador.
   páramos altoandinos y de 1500 a 2500 en áreas
   subtropicales. A veces se subdivide en bosque
   subandino, andino y altoandino o de niebla. La niebla se presenta a una altitud variable dependiendo de la región.[5]


   Pisos altitudinales
   Las Yungas pueden dividirse en distintas zonas según su altitud. Aunque existen muchas denominaciones según los
   autores y usos de cada país andino, en líneas generales se suele distinguir entre un piso montano bajo más cálido, de
   bosque denso con vegetación de mayor porte y un piso montano alto más relacionado con la flora y fauna andina.


   Piso inferior (selva de montaña)
   La zona baja de las Yungas posee un clima de tropical a subtropical, lluvioso y nuboso, con altitudes promedio entre
   los 300-1000 msnm y los 2000-2500 msnm. Tiene gran biodiversidad. La vegetación es de selva húmeda o
   estacional cuyo dosel tiene una altura menor al de la selva amazónica. Los árboles están cargados de epífitas como
   bromeliáceas, orquídeas, helechos y musgos, y el sotobosque es hábitat de muchas aves. El bioma al que pertenece
   es el de la selva montana tropical y subtropical de hoja ancha.
   Existen muchas denominaciones para esta zona como Selva de montaña o Bosque de neblina. En Bolivia viene a ser
   el Bosque húmedo tropical de los Yungas, en Perú equivale a la Selva alta o Ceja de selva (regiones de Rupa-Rupa y
   Yunga fluvial), en Argentina es la Selva de las Yungas, Selva tucumano-boliviana o Yungas andinas, entre otros
   nombres. En Ecuador, Colombia y Venezuela es el Bosque andino o Bosque de niebla y la Comunidad Andina
   emplea términos que definen macrogrupos como el Bosque montano de los Andes del norte, Bosque siempreverde
   subandino de la Amazonía, Bosque montano pluvial de los yungas y Bosque subandino Boliviano-Tucumano para el
   sur.[6]
Yungas                                                                                                                                              14


   Piso superior (bosque y matorral andino)
   La zona alta de las Yungas es una franja contigua a la Puna o a la serranía de pastizales que posee un clima de
   templado a frío, lluvioso o estacional, parcialmente nuboso, con altitudes promedio entre los 2000-2500 y los
   3000-3800 msnm. La vegetación es de pajonales andinos, arbustos como el Gynoxys o de matorral xerófilo y el
   bosque formado por una línea de árboles (timberline) de menor porte generalmente de Polylepis (queñua) y otros
   géneros como Clusia y Podocarpus, acompañados de epífitas.[7] El bioma de esta región es un ecotono o zona
   intermedia entre la pradera y matorral de montaña y la selva montana.
   Hay varias denominaciones tales como Bosque enano (elfin forest) o Monte chico. En Bolivia es la Ceja de monte
   yungueño. En Perú no hay un nombre concreto, aunque se le puede relacionar con la región Quechua oriental. En
   Argentina es el Bosque montano o Monte de sierras. En Ecuador es la Ceja andina o Ceja de montaña, términos no
   exclusivos. En Colombia y Venezuela es el Bosque altoandino. La Comunidad Andina los llama dependiendo de la
   vegetación predominante en la zona: Bosque altoandino/altimontano o Pajonal arbustivo altoandino/altimontano de
   Los Yungas.


   Turismo
   En Argentina y Bolivia esta ecorregión natural es cada vez más visitada, particularmente por su exuberancia de
   aspecto tropical, su alta biodiversidad, y sus paisajes, en fuerte contraste con las regiones secas del Chaco y la Puna.


   Referencias
   [1] Lista de las ecorregiones terrestres (http:/ / wwf. panda. org/ about_our_earth/ ecoregions/ ecoregion_list/ ) del WWF.
   [2] Padre Bernabé Cobo 1653, "Historia del Nuevo Mundo" Cap. VII, según boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, Año 111, volumen
       Nº115 (2002)
   [3] Ecorregión de los Yungas Bolivianos (http:/ / www. natureserve. org/ latinamerica/ prioritySites/ yungasbol. jsp)
   [4] Clima y características de las yungas de [[Argentina (http:/ / www. redyaguarete. org. ar/ yungas/ informe. html)].]
   [5] Tobón, C. 2009. Los bosques andinos y el agua. (http:/ / www. bosquesandinos. info/ ECOBONA/ Bosques, final-web. pdf) Serie
       investigación y sistematización #4. Programa Regional ECOBONA – INTERCOOPERATION, CONDESAN. Quito-Ecuador
   [6] Josse C. et al 2009. Mapa de Ecosistemas de los Andes del Norte y Centro (http:/ / www. comunidadandina. org/ public/
       atlas_afiche_ecosistemas. pdf) de la Secretaría General de la Comunidad andina.
   [7] Parker et al. (1982), Parker, T.; S. Parker & M. Plenge. 1982. An annotated checklist of peruvian birds. Buteo Books. South Dakota. 104 p.



   Enlaces externos
   • Fundación Pro Yungas (http://ProYungas.org.ar)
   • Producto Yungas (http://www.productoyungas.org.ar)
   • WWF - Ecorregión de los Yungas Peruanos (http://www.natureserve.org/latinamerica/prioritySites/
     yungasperu.jsp)
Fuentes y contribuyentes del artículo                                                                                                                                                        15



     Fuentes y contribuyentes del artículo
     Telesita  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=56539461  Contribuyentes: BuenaGente, Leonpolanco, Marianocecowski, MotherForker, Patricio.lorente, Roberto Fiadone,
     Roblespepe, Scann, 1 ediciones anónimas

     Calfucurá  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=57886494  Contribuyentes: Aleposta, Alvaro qc, Baigorriaonline, Catiray, Chez alexito, Claudio Elias, ColchaTermica,
     Elcazador150, Elvisor, Hermógenes Teixeira Pinto Filho, Jorge c2010, Leonpolanco, Lin linao, MARCSXXI, Nerêo, Nihilo, Odura, Pruxo, Quintupeu, Roberto Fiadone, Santiago matamoro,
     Tanatos02, Unic, 32 ediciones anónimas

     Yungas  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=57891128  Contribuyentes: Allforrous, Arístides Herrera Cuntti, Beto29, CHUCAO, Cookie, Davidsevilla, Deleatur, Dhidalgo,
     Diegusjaimes, Dodo, Doloco, Draxtreme, Edipo yocasta, Edubucher, Ener6, Forstbirdo, Greek, Grillitus, Hprmedina, Huhsunqu, Jjvaca, Jorge c2010, Jose9812, Jurock, Lema, LoCoGaMeR18,
     Mahias pastrana, Makete, Manuel González Olaechea y Franco, Maulucioni, Mega-buses, Metrónomo, Nicop, Pattron, Rastrojo, Roberto Fiadone, Ruditaly, Savh, Sayri, SoniaMurilloPerales,
     SuperBraulio13, Tencho, UA31, Urdangaray, Valentin estevanez navarro, VanKleinen, Yungueña, Érico Júnior Wouters, 70 ediciones anónimas
Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes                                                                                                                                                    16



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    Attribution-Sharealike 3.0  Contribuyentes: Roblespepe
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  • 1. Leyendas Argentinas La Telesita y otros. PDF generado usando el kit de herramientas de fuente abierta mwlib. Ver http://code.pediapress.com/ para mayor información. PDF generated at: Mon, 16 Jul 2012 22:38:04 UTC
  • 2. Contenidos Artículos Telesita 1 Calfucurá 5 Yungas 9 Referencias Fuentes y contribuyentes del artículo 15 Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes 16 Licencias de artículos Licencia 17
  • 3. Telesita 1 Telesita Telesita o La Telesita, es el nombre con que se conoció a Telésfora Castillo o Telésfora Santillán, una joven argentina de la Provincia de Santiago del Estero, conocida por su gusto por la danza, que murió quemada en la segunda mitad del siglo XIX. Luego de su muerte, las creencias populares regionales la convirtieron en "alma en pena" y "alma milagrosa", preservando su memoria de manera legendaria y mediante la tradición oral. Al invocarse a la Telesita, se exalta su pasión por el baile y las características trágicas de su muerte. La leyenda de la Telesita pertenece al folklore santiagueño y ha inspirado gran cantidad de canciones, poesías y relatos, entre ellas una Mural sobre la Telesita en la Estación Bulnes del subterráneo de Buenos Aires. de las melodías más antiguas que se conocen del estilo folklórico conocido como chacarera, recopilada a comienzos del siglo XX por Andrés Chazarreta. La leyenda de la Telesita, dio origen a un rito particular, una especie de rogativa conocida como telesiada, bajo la forma de rezabaile, mediante el cual, cuando una persona pierde un objeto, la comunidad o sus conocidos organizan una jornada de baile con consumo de alcohol, que se inicia siempre con un chacarera, en la que no se puede cambiar de pareja y se baila hasta caer rendido. Datos biográficos La existencia de la Telesita tiene carácter legendario. Uno de los primeros registros escritos de su tragedia fue realizado el 8 de enero de 1907, cuando el diario El Liberal de Santiago del Estero publicó un artículo dedicado a La Telesita.[1] Las antropólogas María de Hoyo y Laura Migale han investigado su existencia y las versiones orales que la relatan.[2] Una de las más detalladas es la que sostiene que se trató de Teresita del Barco o Telésfora Santillán, conocida como la Telesita, una joven de buena posición económica que vivió en la segunda mitad del siglo XIX en Santiago del Estero. Hija del estanciero Pedro del Barco y María Rosa Gómez, la joven vivió durante su infancia en la estancia "La Aurora", sobre la ladera de las sierras de Guasayán. Físicamente, se trataba de una niña de gran belleza, de cabello negro y ojos azules. Cuando la joven llegó a la edad de casarse, la familia se trasladó a la ciudad de Santiago del Estero, pero allí son alcanzados por una epidemia de cólera que produjo la muerte de sus padres.[2] Siempre de acuerdo a esta versión, poco después la Telesita se casó con un joven estanciero llamado Eumelio Ahumada, pero también moriría como consecuencia de las heridas recibidas en un duelo a cuchillo, defendiendo el honor de su esposa. Afectada por la tragedia, la joven decidió instalarse en una humilde choza de La Banda, paraje cercano a la ciudad de Santiago del Estero, al otro lado del Río Salado. Allí se dedicó a cuidar a los necesitados y curar a los enfermos ganando fama como curandera.[2] En otra versión, la Telesita era una joven campesina, muy pobre e "inocente", refiriéndose con esta última palabra a un retraso mental, que se hacía presente en las fiestas y disfrutaba del baile.[3] El folklorólogo Félix Coluccio transmite la versión de que se trataba de una joven humilde nacida en Tolojona, paraje del Departamento Moreno, ubicado en la región oriental de la provincia.[4]
  • 4. Telesita 2 La folkloróloga Berta Vidal de Battini recopiló versiones orales de la vida legendaria de la Telesita, difundidas a su vez por Perla Montiveros de Mollo. La siguiente es la transcripción textual de una de ellas: La Telesita había sido hija única de padres muy ricos. Murieron los dos y como la niña era inocente, ella empezó a dar todo, todo lo que tenía. Las prendas de oro, de plata, la hacienda que ella tenía de la que buscaran, todo se le fue. Y empezó a cantar y bailar. Por ahí le entró. No quedó bien de la cabeza cuando murieron los padres y se fue al monte. A veces llegaba a las casas y le daban de comer. La Telesita era como adivina. Cuando decían en tal parte va a haber un baile, ella ya lo sabía y allá se iba. En las trincheras, como llaman en los pagos lo que rodea el patio para las fiestas, ahí en esa basura que se amontonaba, ahí amanecía la Telesita. Todo el mundo le tenía lástima. Cuando terminaba el baile ya salía cantando esa chacarera que cantaba. Y siempre estaba en los montes. Murió quemada, ardida. Se arrimó a un tronco que había estado quemando porque le hacía frío. Se acostó allí y el fuego siguió marchando y se quemó todo. La recogió una señora que era vecina de nosotros, Doña Fernanda Escobar, que ya era vieja. Ella la llevó a su monumento y la sepultó. Y empezó a hacerle las promesas. Una vez había tenido un chancho para carnear y una noche se lo roban del corral. Ella dice: - No, mi chancho va a salir. Telesita, te ofrezco un baile. Voy a tomar siete copas de caña y voy a cantar siete chacareras si me lo haces aparecer(...) Es un alma muy milagrosa. Todos en Santiago le hacen promesas.[5] Todas las versiones coinciden en que la Telesita murió quemada, pero las circunstancias y la forma varían considerablemente. Uno de los relatos más difundidos sostiene que murió como consecuencia de haberse dormido muy cerca del fuego tratando de protegerse del frío. Otra de las versiones relata que se quemó durante un baile, cuando su ropa se incendió al tomar contacto con el fuego.[4] Finalmente también existe la versión de que la Telesita habría sido alcanzada por un rayo que la prendió fuego y que al buscar refugio en su rancho, también produjo el incendio del mismo. Todas las versiones le atribuyen a la Telesita una gran belleza y bondad, y una gran pasión por el baile. Creencias y ritos La trágica muerte de la Telesita dio origen a la creencia de que, luego de morir se convirtió en un "alma en pena" y a la vez en un "alma milagrosa", es decir capaz de producir milagros si se la invoca. La Telesita ha sido asociada el hallazgo de cosas perdidas o robadas, pero también para encontrar agua, causar lluvia y otro tipo de necesidades. Para cumplir las promesas a la Telesita se originó la costumbre de organizar telesiadas. La telesiada es una especie de rogativa que consiste en una jornada de baile, durante la cual se toma alcohol (aloja, vino o caña), y en los que las parejas no pueden cambiarse, debiendo bailar hasta caer rendidas. En las telesiadas es habitual quemar un muñeco que representa la muerte de la Telesita, o semigajar un angelote de pan hecho especialmente. Ricardo Rojas, en su libro El país de la selva (1907), sobre Santiago del Estero, describe una telesiada del siguiente modo: No siendo carnaval, ni reyes, ni noche buena, ni otra alguna de las ocasiones clásicas, pregunté el motivo de la fiesta. - Es una promesa a la Telesita. - me bisbisó un paisano cuyo bigote en garfio adornaba las ondas comisuras de su boca sensual. Averigüé quién era la Telesita, y él respondióme con laconismo reacio: - Ánima milagrosa... Como en ese instante se acercaba el ladino de la casa, él abundó en explicaciones. - Si usted quiere ganar una carrera, o sanar un enfermo, o encontrar una cosa que se le pierda... vamos: algo que usted desea le hace una promesa a la Santa. - ¿Promesa de qué? - De ponerle un baile... Aduciendo sentir lástima infinita por la infeliz, que lleva la mirada extraviada, que durmiendo a veces a la vera de los caminos, y a quien algún paisano piadoso le presta un catre donde descansar fatigosas jornadas y un lienzo, para tapar su magro cuerpo lacerado, los santiagueños supersticiosos hacen en su honor bailantas. Además de sentir penas por la desgraciada, creen que es muy milagrosa, que para conseguir sus favores debe
  • 5. Telesita 3 bailarse en su nombre, porque a ella eso le gusta mucho. Quienes conocen su historia dicen que en vida era afecta a los bailes y a “tomar” (beber bebidas alcohólicas). Siempre andaba descalza, hasta que un día murió quemada en un incendio del monte. Chupan (beben), bailan y cantan. Primero lo hace el promesante, que debe tomar siete copas por ella. Luego baila siete chacareras descalzo, y sigue chupando entre danza y danza, hasta que se consumen las siete velas encendidas en un tosco altar dentro del rancho. Recién entonces, comienza la algarabía general, entregándose todos a la descontrolada bacanal de alcohol, asado y empanadas, bailando ya gatos, escondidos, malambos, zambas y chacareras, en medio del estruendo y humo de los cohetes. La música se ejecuta con guitarra, bombo y bandoneón. Ricardo Rojas[6] De Hoyos y Migale describen la telesiada, como una ceremonia que organiza un "promesante", quien a su vez lo hace para obtener determinado favor de la santa. El promesante prepara una especie de pan con forma de ángel, del tamaño de un niño, que representa el espíritu de la Telesita y que permanecerá en una mesa en el centro del patio, cubierto de un mantel blanco y rodeado de velas y flores. Los participantes deben tener auténtica devoción y una intención honesta de cumplir la promesa, a través de la música, el baile y el consumo de bebida alcohólica. La telesiada siempre comienza bailando siete chacareras seguidas y al finalizar cada una hay que tomar una copa de alcohol. Luego todos los participantes se euman al baile debiendo hacerlo hasta que el promesante caiga rendido, momento en el que el ritual se ha cumplido. Entonces se apagan las velas y una joven elegida, toma el ángel y lo deshace repartiéndolo entre los participantes, quienes los comen con un trago de alcohol. Otra modalidad es hacer un muñeco de papel o trapo y quemarlo al final.[2][4] Fuera de las telesiadas, existe la creencia también de que la Telesita se aparece para hacer el bien, siempre descalza y con ropas andrajosas. La Telesita en el arte La leyenda de la Telesita ha dado origen a gran cantidad de manifestaciones culturales, principalmente canciones. A comienzos de siglo XX, el músico e investigador de la música folklórica argentina, Andrés Chazarreta, recopiló la melodía de una chacarera tradicional con el nombre de La Telesita. Entre las versiones instrumentales de la melodía se destacan la que realizaran Ariel Ramírez y Jaime Torres, en dúo de piano y charango, en el álbum Inigualables,[7] o la del armoniquista Hugo Díaz.[8] A esa melodía le han puesto letra varios compositores. Entre las más conocidas se encuentra la que escribiera Agustín Carabajal en la década de 1960,[9] que integra el repertorio histórico de Los Carabajal y de Los Manseros Santiagueños, grupos que integrara el músico. Otras versiones del tema han sido grabadas por Los Fronterizos, incluida en el álbum Los Fronterizos de hoy (1969),[10] Los Nocheros de Anta,[11] y Hernán Figueroa Reyes.[12] Otra letra en base a la melodía recopilada por Chazarreta fue escrita por Abel Monico Saravia (1928-2008), que cuenta con una versión realizada por Jorge Cafrune y que se haya incluida en el álbum Lindo haberlo vivido para poderlo contar (1971).[13] Existen también canciones dedicadas a la leyenda sobre la base de melodías diferentes de la tradicional. Entre ellas se destaca Canto a la Telesita, con música de Rolando Valladares y letra José Augusto Moreno.[14] En el teatro, la escritora santiagueña Clementina Quenel escribió en 1949 una obra de teatro titulada La Telesita, sobre el drama que expresa la leyenda.[15] En 1991 la obra recibió las máximas distinciones en el Primer Encuentro de Historia y Folclore en el Teatro Argentino, realizado Tandil.[16] Por su parte, León Benarós ha escrito un conocido poema titulado La Telesita, que integra su libro Romancero criollo.[17] En la misma, Benarós relata detalladamente su propia versión de la leyenda. Una parte de la misma dice: Ya murió la Telesita en su tormento quemada.
  • 6. Telesita 4 Promesantes del lugar la miran santificada.[17] Fuentes Referencias [1] « Efemérides (http:/ / el-m-de-mi-pueblo. webnode. es/ efemerides/ )». El mañana de mi pueblo. Consultado el 24 de mayo de 2011. [2] De Hoyos, María; Migale, Laura (2000). Almas milagrosas, santos populares y otras devociones. NAyA. [3] « La Telesita (mitos y leyendas populares del folklore (http:/ / www. mifolkloreargentino. com. ar/ mitos-y-leyendas-populares-del-folklore/ letra-L/ 55/ la-telesita)». Mi Folklore. Consultado el 23-05-2011. [4] Coluccio, Félix (2007). Cultos y canonizaciones populares de Argentina. Buenos Aires: Ediciones del Sol. pp. 25-28. ISBN 978-950-9413-10-8. [5] Vidal de Battini, Berta Elena (2005). Perla Montiveros de Mollo. ed. Leyendas de nuestra tierra. Buenos Aires: Ediciones del Sol. p. 95-96. [6] Rojas, Ricardo (1966). El país de la selva. Eudeba. p. 146. [7] Ariel Ramírez y Jaime Torres (2001). Inigualables. Buenos Aires: Label. [8] Díaz, Hugo. Galopera. Buenos Aires: Atlaya. [9] « La Telesita (http:/ / www. saltargentina. com. ar/ es/ cancionero-letra. php?cancion=La-Telesita)». Salta Argentina. [10] Los Fronterizos (1969). Los Fronterizos de hoy. Buenos Aires: Philips. [11] Los Nocheros de Anta (1974). Canción con todos. Buenos Aires: RCA. [12] Hernán Figueroa Reyes (1969). El combate de San Lorenzo. Buenos Aires: CBS. [13] Cafrune, Jorge (1971). Lindo haberlo vivido para poderlo contar. Buenos Aires: CBS. [14] « Telesita (http:/ / www. folkloredelnorte. com. ar/ leyendas/ telesita. htm)». Folklore del Norte. Consultado el 23-05-2011. [15] Rivas, José Andrés (1983). La obra de Clementina Rosa Quenel. Santiago del Estero: Universidad Nacional de Santiago del Estero. [16] Tamer, Nelly Beatriz (17-10-2010). « Alem Lescano: un puente hacia Clementina (http:/ / www. nuevodiarioweb. com. ar/ nota/ 182124/ Cultura_/ Alén_Lascano:_un__puente_hacia_Clementina. html)». Nuevo Diario. Consultado el 23-05-2011. [17] « Telesita (http:/ / www. folkloredelnorte. com. ar/ leyendas/ telesita. htm)». Folklore del Norte. Consultado el 23-05-2011. Bibliografía • Canal Feijoo, Bernardo (1968). La leyenda anónima. Buenos Aires: Paidós. pp. 57 y ss. • Coluccio, Félix (2007). Cultos y canonizaciones populares de Argentina. Buenos Aires: Ediciones del Sol. pp. 25-28. ISBN 978-950-9413-10-8. • De Hoyos, María; Migale, Laura (2000). Almas milagrosas, santos populares y otras devociones. Buenos Aires: NAyA. • Rojas, Ricardo (1966). El país de la selva. Buenos Aires: Eudeba. Enlaces externos • « Telesita (http://www.folkloredelnorte.com.ar/leyendas/telesita.htm)». Folklore del Norte. Consultado el 23-05-2011. • « La Telesita (mitos y leyendas populares del folklore (http://www.mifolkloreargentino.com.ar/ mitos-y-leyendas-populares-del-folklore/letra-L/55/la-telesita)». Mi Folklore. Consultado el 23-05-2011.
  • 7. Calfucurá 5 Calfucurá Juan Calfucurá o Callvucurá (del mapudungun Kallfükura, kallfü, "azul" y kura "piedra", "piedra azul"). Nacido en Llaima (Araucanía), aunque no hay acuerdo en la fecha. Murió el 4 de junio de 1873, Salinas Grandes. Fue un cacique o lonco mapuche - nguluch e del siglo XIX. Biografía Origen Según la principal tradición, nació al oeste de los Andes en Llaima en el Ngulu Mapu, pero otra versión sitúa su nacimiento en Cólico (cerca de Pitrufquén) en el actual territorio chileno. Calfucurá y su gente eran huiliches aunque esta distinción entre huiliches y araucanos o mapuches carecía de importancia para aquella época, ya que hacía siglos que los huiliches habían sido asimilados por sus vecinos mapuches, se encontraban totalmente [1] «araucanizados». Campañas militares Juan Calfucurá Cruzó a las pampas hacia 1830 acatando el llamamiento del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas como parte de las fuerzas mapuches reunidas por Martín Toriano para ayudarlo a combatir en su lucha contra los ranqueles, pero Calfucurá no ataca a los ranqueles sino que masacra a otro grupo de indios chilenos recién llegados: los boroanos (también llamados vorogas o borogas), aliados de los realistas hermanos Pincheira. Rosas le otorgó el rango de coronel del ejército de la Confederación Argentina y entró en alianza con él, firmando un pacto por el que debía recibir anualmente 1.500 yeguas, 500 vacas, bebidas, ropas, yerba, azúcar y tabaco. Estas mercancías eran redistribuidas por él entre sus aliados, particularmente entre los caciques arribanos al oeste de la cordillera, que cubrían sus espaldas de un posible ataque de rivales. Confederación Pampa En 1832 Calfucurá y su hermano mayor Antonio Namuncurá (no confundir con Manuel Namuncurá, hijo de Calfucurá) eran capitanejos del cacique Toriano cuando éste fue vencido y fusilado en Tandil luego de ser derrotado por los borogas. Estos provenían de la costa del océano Pacífico en la Araucanía y se habían asentado en la zona de Guaminí y Carhué llamados por estancieros para custodiar la frontera desde 1820, fueron aliados de José Miguel Carrera y allí recibieron la protección de Rosas a condición de que mantuvieran a raya a los caciques mamülches-ranqueles (rankulches). Entre sus jefes estaban Rondeau, Melín e Ignacio Coliqueo. Posteriormente los borogas entraron en alianza con el jefe de los rankülches, Yanquetruz, por lo que Rosas alentó a Calfucurá para enfrentarlos. Esto de acuerdo a lo dicho por Calfucurá en una carta del 27 de abril de 1861: También le diré que yo no estoy en estas tierras por mi gusto, ni tampoco soy de aquí, sino que fui llamado por don Juan Manuel, porque estaba en Chile y soy chileno; y ahora hace como 30 años que estoy en estas tierras. Calfucurá junto a 200 guerreros se presento ante los caciques borogas en señal de paz pero los masacró en una reunión comercial en Masallé el 9 de septiembre de 1834,[2] muriendo mil borogas, entre ellos Rondeau, Melin, Alun
  • 8. Calfucurá 6 y Callvuquirque, aunque logró escapar Coliqueo. Después de matar a los caciques borogas perdonó a los guerreros indios y notificó a los demás caciques de la región que por la voluntad del dios Guenechén él se había erigido en Jefe Supremo del gobierno de las Salinas Grandes (o cacique general de las Pampas). Enviando a su hermano Antonio Namuncurá a entrevistarse con Rosas en Buenos Aires. Esta matanza que logró a traición, ha ensombrecido la memoria de Calfucurá. El evento demuestra que, entre los pueblos habitantes de la Pampa y Patagonia, no había unidad sino un estado de paz armada entre las tribus, que se quebraba al menor indicio de desconfianza. La venganza llevada a cabo por Calfucurá contra los borogas, provocó la Campaña de Rosas al Desierto. Calfucurá formó a partir de 1835 una confederación con base en Chillué o Chilihué ("Nueva Chile" de acuerdo a Estanislao Zeballos,[3] traducción puesta en duda por Magrassi[4]) en las Salinas Grandes. En 1837 derrotó y mató al cacique mapuche boroga procedente de la Araucanía, Railef junto a 500 de sus guerreros en el lugar llamado Quentuco sobre el río Colorado, después de que éste había realizado un malón con 2.000 indígenas sobre Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe y regresaba a la Araucanía con 100.000 cabezas de ganado. Dominó un extenso territorio con la mayor parte de la Provincia de Buenos Aires y las de Neuquén, Río Negro, La Pampa, San Luis y el sur de Mendoza,[5][6]recibiendo el apodo de Emperador de las Pampas.[7][8] Por su control de las Salinas Grandes del Sur, tenía en su poder tanto un punto estratégico de las "rastrilladas" (rutas comerciales mapuches en las pampas) como el dominio de la sal, sustancia fundamental en esa época para la conservación de la carne. Durante los años 1840 Calfucurá consiguió el dominio sobre las Pampas, pacto la paz con el gobierno de Rosas en Buenos Aires, se alió con los ranqueles de Painé y con los manzaneros de Valentín Sayhueque, quien hizo la paz con Casimiro Biguá, cacique principal de los tehuelches, lo que dio a Calfucurá el dominio sobre el norte de la Patagonia también.[9] También estableció una alianza con los wenteches (arribanos) de la Araucanía (cacique Quilapán)[10] y por medio de estos con los pehuenches de Purrán, quienes controlaban los pasos cordilleranos.[11] Estas alianzas les permitieron enfrentar por muchos años y con bastante éxito a los ejércitos chileno y argentino y a sus rivales indígenas, nagches o abajinos de Colipí y Coñoepán en la Araucanía y Catriel y Coliqueo en la Pampa.[12] Caída de Rosas Asistió con guerreros a Rosas en la Batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, que culminó con la caída de Rosas y el ascenso del triunfante gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza. Al día siguiente atacó Bahía Blanca con 5.000 guerreros.[13] Hizo la guerra al gobierno establecido en la Argentina intermitemente a partir de la caída de Rosas. Para congraciarse con Urquiza, Calfucurá envió en 1854 a Paraná (capital de la Confederación Argentina) a su hijo Manuel Namuncurá, quien se convirtió al catolicismo. En busca de una alianza con Urquiza, arrasó con 5.000 guerreros la ciudad bonaerense de Azul el 13 de febrero de 1855, causando la muerte de 300 personas, llevándose 150 cautivas y 60.000 cabezas de ganado. Fue perseguido por Bartolomé Mitre, sobre el cual Calfucurá obtuvo la victoria en la Batalla de Sierra Chica (cerca de Olavarría), recibiendo desde entonces el mote de Napoleón del desierto. En septiembre de 1855 derrotó y mató al comandante Nicolás Otamendi junto a 125 de sus soldados en la estancia de San Antonio de Iraola y después saqueó el pueblo de Puntas de Arroyo Tapalqué. Mitre organizó el Ejército de Operaciones del Sur con 3.000 soldados y 12 piezas de artillería al mando del general Manuel Hornos.[14] El 29 de octubre de 1855 Calfucurá derrotó a Hornos en San Jacinto, entre las sierras de San Jacinto y el arroyo Tapalqué, muriendo del lado gubernamental 18 oficiales y 250 soldados. Luego de esta victoria las fuerzas de Calfucurá atacaron los pueblos de Cabo Corrientes, Azul, Tandil, Cruz de Guerra, Junín, Melincué, Olavarría, Alvear, Bragado y Bahía Blanca.[15] En marzo de 1872 tras el ataque a las tolderías de los caciques tehuelches Manuel Grande, Gervasio Chipitruz y Calfuquir por el coronel Francisco de Elías, comandante de la frontera sur con el que había firmado un acuerdo de paz en 1870, entró en 25 de mayo y se llevó a todos los indígenas que se habían rendido al gobierno, por lo que el presidente Domingo Faustino Sarmiento ordenó atacarlo. Calfucurá declaró formalmente la guerra a Sarmiento y
  • 9. Calfucurá 7 saqueó la ciudades de 25 de mayo, Alvear y 9 de julio con 8.000 lanzas, resultando 300 civiles muertos, 500 cautivos y 200.000 cabezas de ganado robadas,[16] pero el 11 de marzo de 1872 fue derrotado en la Batalla de San Carlos de Bolívar, actualmente en el partido bonaerense de Bolívar, por el general Rivas y los guerreros de Catriel.[17] Muerte Calfucurá murió el 3 de junio de 1873, siendo sucedido por su hijo Manuel Namuncurá. En 1879 durante la Conquista del Desierto, su tumba fue profanada por soldados del teniente Levalle, en venganza por los muertos en manos del cacique.[18] Son muchas las vidas de pobladores rurales que murieron asesinados por lanceros de Calfucura en sus reiterados ataques a las poblaciones gauchas de la pampa argentina y no pocos de los que padecieron estos ataques, enrolaron en el ejército buscando represalia. Sus restos fueron más tarde transportados al Museo de Ciencias Naturales de La Plata a fines del siglo XIX, en donde permanecen aún. Hay varios pedidos en conflicto para que sean devueltos a sus descendientes.[19][20] Su nieto Ceferino Namuncurá murió en Roma cuando estudiaba para sacerdote católico en 1905, fue elevado a los altares como beato. Leyendas En torno a la figura de Calfucurá se han tejido numerosas leyendas, incluso mientras estaba con vida. Se decía, por ejemplo, que tenía dos corazones o que tenía a su servicio a un witranallwe (jinete fantasmal) que le ayudaba en las batallas. Según creían sus seguidores cuando Calfucurá era niño recibió una pequeña piedra cherüwfe (meteorito) de color azul de manos de un Huecuvu (espíritu maligno), convirtiéndolo en invencible. Referencias [1] Proponen revisar el concepto de "Pueblos originarios" (http:/ / www. amprovincia. com. ar/ noticias/ detail_noticia. asp?id=25602& seccion=1) [2] Bengoa, 2000: 96 [3] Nota: Llegó la caravana chilena á un país llamado Chilihué (Nueva Chile), porque forma una angosta y prolongada faja de terreno fértilísimo, cauce de una corriente cuaternaria, á veces tan ancha como el mismo rio Paraná (...) Recuerdos argentinos: Callvucurá y la dinastía de los Piedra. Pág. 11. Escrito por Estanislao Severo Zeballos. Publicado por J. Peuser, 1890 [4] Lenton, Isabel. 1998. Los araucanos en la Argentina: un caso de interdiscursividad nacionalista (http:/ / www. ceppas. org/ gajat/ index. php?option=com_docman& task=doc_view& gid=90). III Congreso Chileno de Antropología. Temuco. [5] "Leyendas, Mitos, Cuentos y otros relatos MAPUCHES" Ed. Longseller. [6] Imágenes (http:/ / www. cruzadapatagonica. org/ Cultura Mapuche/ gentedetierra. asp) [7] Historia: Calfucurá (http:/ / www. aborigenes-elcona. com/ HistoriaCalfucura-aonik. htm) [8] Ceferino Namuncurá - un príncipe de las pampas en la gloria de los altares (http:/ / www. cruzadadelrosario. org. ar/ revista/ 0712/ ceferino. htm) [9] Bengoa, 2000: 99 [10] Bengoa, 2000: 85 [11] Bengoa, 2000: 94 [12] Bengoa, 2000: 88 [13] Caciques y Capitanejos Argentinos (http:/ / www. faggella. com. ar/ caciques/ consulnom. php?CACIQUE=Todos) [14] Marley, David (2008). Wars of the Americas: A Chronology of Armed Conflict in the Western Hemisphere, 1492 to the Present (http:/ / books. google. cl/ books?id=DkgGVTOr2EsC& printsec=frontcover& hl=es#v=onepage& q& f=false). Tomo I. Santa Bárbara: ABC-CLIO, pp. 781. ISBN 978-1-59884-101-5. [15] Batalla de San Carlos, el comienzo del fin (http:/ / www. deyseg. com. ar/ notas/ historia/ aazona26-sancarlo. htm) [16] Bengoa, 2000: 259 [17] Calfucurá (http:/ / ar. geocities. com/ apricot_50/ personalazul90. html) [18] Juan Calfulcura (http:/ / grupoloslanceros. blogspot. com/ 2009/ 06/ juan-calfucura. html) [19] La Pulseada - Restos humanos en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata (2006) (http:/ / www. lapulseada. com. ar/ 43/ 43_museo. html) [20] Calfulcurá, Señor de las pampas. (http:/ / www. paginadigital. com. ar/ articulos/ 2004/ 2004seg/ varios/ agend4-5. asp)
  • 10. Calfucurá 8 Bibliogrfía • Bengoa, José (2000) [1985]. Historia del pueblo mapuche: siglo XIX y XX. Santiago de Chile: LOM Ediciones. ISBN 956-282-232-X. Enlaces externos • Muestra virtual poblamiento pampeano. El poblamiento indígena (http://www.lapampa.edu.ar/ poblamientopampeano/pages/m_indigenas.htm)
  • 11. Yungas 9 Yungas Yunga Paisaje de la catarata Gocta, Perú Ecozona: Neotropical Bioma: Selva umbrófila Extensión: km2 Estado de Vulnerable conservación: Países  Argentina,  Bolivia,  Colombia,  Ecuador,  Perú,  Venezuela Ecorregiones – WWF Se denomina Yungas o Yunga a las regiones o ecorregiones de Bosque montano (selva tropical de montaña y bosque andino) que acompañan a la Cordillera de los Andes, especialmente por el flanco oriental, desde el norte del Perú hasta el norte de Argentina. Si ampliamos la definición para incluir al Bosque andino del norte, podemos afirmar que la región se extiende hasta Colombia y Venezuela. Hay amplitud de conceptos, pero por lo general se considera desde una altitud de 300 o 600 msnm hasta los 3000 o 3800 msnm. En las partes bajas se caracteriza por tener una vegetación de bosque denso, húmedo y perennifolio que rivaliza en biodiversidad con la selva tropical amazónica, pero en las partes altas la selva cede paso a la serranía de bosque caducifolio, también llamado bosque enano, donde predominan los arbustos y pastizales. El clima por lo general es muy lluvioso, nuboso y cálido, pero a mayores altitudes o latitudes la temperaturas son más extremas entre el calor y frío, y las lluvias son estacionales con una temporada seca y una lluviosa. Presentan un relieve típico de montaña, en el que predominan las pendientes desde muy pronunciadas a leves, y en donde hay áreas de abrupta topografía, que por lo general “acompañan” los cauces de ríos y quebradas, áreas de pequeños microvalles rodeados de serranías, muchas veces ocupadas por campesinos trashumantes.
  • 12. Yungas 10 El bioma de yungas es fundamental para el equilibrio ecológico de gran parte de Sudamérica ya que por una parte sus selvas sirven de "corredor" latitudinal para el flujo de especies animales y por otra parte las mismas densas florestas sirven para retener enormes cantidades de agua que luego, desde las mismas yungas, en forma de caudales fluviales, irrigan y fertilizan enormes extensiones continentales; baste tener en cuenta que la Cuenca Amazónica y la Cuenca del Plata reciben la mayor parte de sus caudales constantes a partir de la zona de yungas. Para el WWF, los bosques andinos se agrupan en dos ecorregiones globales:[1] • Yungas de los Andes centrales, que agrupa a las Yungas de Perú, Bolivia y Argentina. • Bosques montanos de los Andes del norte, que agrupa a los bosques andinos de Colombia, Venezuela, Ecuador y una pequeña parte del Perú. Carretera cruzando Los Yungas en Bolivia Estas 2 ecorregiones globales no tienen continuidad, ya que la ecorregión del Bosque seco del Marañón en el Perú las separa. Etimología y sinonimia Se cree que el vocablo yunga o yunca tiene su origen en el idioma runa simi (o quechua), y significaba “valle cálido”. Así llamaban los incas a la región y así la conocieron los españoles a su llegada al Perú, quienes utilizaron la palabra “yunga” para nombrar tanto a los hombres que habitaban el norte del Perú como al idioma que estos hablaban. El yuncachu era el poblador de los valles cálidos, generalmente fruticultor. De acuerdo con la Real Academia Española el término proviene del quechua yunka y propone tres posibilidades para este vocablo. En el Perú se denomina así a los valles cálidos que hay a un lado y otro de los Andes. También se lo utiliza para nombrar a los naturales de estos valles cálidos. Por último, puede referir al idioma yunga, antigua lengua del norte y centro de la costa peruana. Por otro lado, crónicas de la colonización española relatan que los pobladores del Cusco llamaban yuncas a los habitantes del oriente de los Andes, especialmente de la provincia incaica del Antisuyo y que por consiguiente los españoles llamaron indios yuncas. Estos habitaban una región de clima muy caliente, con mucha humedad tanto en el aire como en los suelos y criaban cuyes y pavos.[2] Los quechuas también llamaban "anti" a la región de las yungas argentinas en los confines del imperio incaico. Cuando se hace referencia a la Selva de montaña en Bolivia se habla de "los" Yungas, en tanto en Argentina se las menciona como "las" Yungas. En Perú se usan términos como Yunga, Yungas, Selva alta o Montaña. En Ecuador se denomina Alta Amazonía; y en Colombia y Venezuela se le llama Bosque andino o Bosque de niebla. Clima Las Yungas presentan una precipitación anual acumulada promedio de entre 1000 y 3000 mm, siendo la época de mayor precipitación pluvial entre los meses de diciembre – marzo, mientras que julio y septiembre son los meses de menor precipitación. También es muy importante la neblina o lluvia horizontal y de ahí su nombre de nuboselva con la que se denominan a las Yungas. Las condiciones pueden ser muy variables pues dependen de la altitud, latitud, relieve, humedad y temperatura. Se considera una temperatura media de 22°C.
  • 13. Yungas 11 Yungas de los Andes centrales El WWF define a las Yungas de los Andes centrales como una ecorregión global que agrupa a los ecosistemas de bosque montano de los Andes centrales, desde el sur del departamento de Amazonas (Perú), pasando por Bolivia y hasta Catamarca (Argentina). Si uno observa una fotografía satelital, notará que esta región no es sino una delgada franja a modo de una larga ceja, que delimita el oriente de la Cordillera de los Andes mostrando que las Yungas son la región con la tonalidad más oscura de todo Sudamérica, debido a su densa vegetación y relieve abrupto. Se divide en tres ecorregiones terrestres: • Yungas peruanas: Entre la Selva amazónica y los Andes peruanos. • Yungas bolivianas: Entre la Selva amazónica y el Altiplano boliviano (incluye una pequeña parte del Perú). • Yungas del sur. Se encuentra entre el Gran Chaco y los Andes argentinos y bolivianos. Yungas peruanas Dentro de la geografía del Perú existe una diferencia entre las regiones Yunga y Yungas. Yunga se considera una región natural a ambos flancos de los Andes peruanos, el lado occidental hacia el litoral se denomina Yunga marítima y el lado oriental hacia la selva Yunga fluvial, hasta una altura de 2,300 msnm. Yungas en cambio es la o las ecorregiones de selva y bosque montano desde los 1,000 a 3,500 msnm, por lo que se circunscribe al flanco oriental especialmente. Este concepto tiene una analogía más próxima con las Yungas de Bolivia y Argentina. Se considera a esta región como la de mayor biodiversidad endémica del Perú. Las Yungas bolivianas En Bolivia, el término los Yungas se usa específicamente para designar una región que contempla las montañas y valles lluviosos, zonas boscosas y empinadas al oriente de los Andes, por ejemplo al noreste de la ciudad de La Paz. Biogeográficamente los Yungas bolivianos es la ecorregión más diversa de Bolivia, en cuanto a diversidad biológica, variedad topográfica y climática. Las precipitaciones van desde los 800 mm de los valles secos en la provincia de Inquisivi hasta más de 7000 mm por ejemplo al sur de Villa Tunari.[3] Los Yungas cerca de La Paz.
  • 14. Yungas 12 Las Yungas argentinas Las Yungas argentinas forman parte de las Yungas del sur, ecorregión llamada Yungas andinas del sur por el WWF. Son conocidas también como Selva tucumano-boliviana (entre otros nombres) e incluye bosques de montaña argentinos y bolivianos. El clima es subtropical de tipo valle mesotérmico, con una temperatura media de 22 °C y presenta un rango de variación climática bastante diferenciado entre las estaciones de verano y la de invierno, con un marcado régimen monzónico (estacional) de distribución de las precipitaciones; en época de verano su temperatura puede superar los Yungas en la Provincia de Salta, Argentina 50 °C en tanto en el invierno se puede llegar a temperaturas cercanas a 10 °C e incluso menos en las áreas tropicales. Las mayores temperaturas ocurren entre noviembre y marzo, mientras que las más bajas, se dan entre junio y agosto cuando también ocurre con mayor frecuencia el fenómeno de los surazos (masas de aire frío provenientes del sur) que pueden generar las temidas heladas, cuando la temperatura puede llegar con facilidad hasta los 0 C°. Esta región puede dividirse en tres subregiones por su altitud: • Selva Pedemontana • Selva Montana • Bosque Montano Flora La Yunga se encuentran constantemente humectadas por intensas lluvias o por una bruma constante (baritu) lo cual implica la existencia de un complejo bioma. En Argentina se prefiere el uso de la palabra yunga o la yunga y tal bioma ha tenido como sinónimo el nombre de selva tucumano-oranense sin embargo esta segunda denominación ha caído en desuso por inexacta. De la yunga es el clima húmedo donde se encuentra al norte del territorio Argentino También llamadas selvas subtropicales de montaña o selva tucumano-oranense, las yungas comprenden una delgada franja a lo largo de las laderas orientales de las montañas del norte del país, en las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán y Catamarca. Abarcan las laderas escarpadas y los valles, con alturas que van de 500m al este hasta los 2500m sobre el nivel de mar al oeste, en el altiplano puneño. El clima es cálido y húmedo, con una temperatura media anual es de 21.5 °C (Estación Meteorológica Orán) y la media de junio es de 15'5 °C (Estación Meteorológica Aguas Blancas). Sin embargo las temperaturas y las condiciones ambientales no son constantes latitudinal ni altitudinalmente, siendo las variaciones locales muy marcadas. La hidrografía se caracteriza por estar conformada por ríos de montaña, la mayoría de ellos con variaciones estacionales de caudal, siendo la época de caudales máximos entre diciembre y marzo, mientras que los caudales mínimos (estiaje) se producen en los meses de septiembre y octubre.[4]
  • 15. Yungas 13 Fauna En las yungas, habitan una serie de animales, ellos son: el tapir, el pecarí, el agutí, el lobito de río, la comadreja colorada, el mono caí, el yaguareté, el zorro de monte, el hurón mayor, el coatí, los cuyes, la marmosa, el zorro colorado, el gato de pajonales y aves. Bosques andinos del norte Los bosques montanos de los Andes septentrionales conforman una ecorregión que se extiende por Colombia, Venezuela, Ecuador y norte del Perú. Son selvas y bosques de niebla, de tropicales a fríos (según la altura), de gran biodiversidad, poco estudiados y sufren de depredación. Se considera que la tala ha afectado al 70% del bosque andino ecuatoriano y al 96% del colombiano. El denso sotobosque está poblado de epífitas, musgos, bromeliáceas y orquídeas. No tiene una altitud definida, aunque se consideran de los 1000 a 3500 msnm aprox. en áreas tropicales limitando con los Parque nacional Podocarpus en Ecuador. páramos altoandinos y de 1500 a 2500 en áreas subtropicales. A veces se subdivide en bosque subandino, andino y altoandino o de niebla. La niebla se presenta a una altitud variable dependiendo de la región.[5] Pisos altitudinales Las Yungas pueden dividirse en distintas zonas según su altitud. Aunque existen muchas denominaciones según los autores y usos de cada país andino, en líneas generales se suele distinguir entre un piso montano bajo más cálido, de bosque denso con vegetación de mayor porte y un piso montano alto más relacionado con la flora y fauna andina. Piso inferior (selva de montaña) La zona baja de las Yungas posee un clima de tropical a subtropical, lluvioso y nuboso, con altitudes promedio entre los 300-1000 msnm y los 2000-2500 msnm. Tiene gran biodiversidad. La vegetación es de selva húmeda o estacional cuyo dosel tiene una altura menor al de la selva amazónica. Los árboles están cargados de epífitas como bromeliáceas, orquídeas, helechos y musgos, y el sotobosque es hábitat de muchas aves. El bioma al que pertenece es el de la selva montana tropical y subtropical de hoja ancha. Existen muchas denominaciones para esta zona como Selva de montaña o Bosque de neblina. En Bolivia viene a ser el Bosque húmedo tropical de los Yungas, en Perú equivale a la Selva alta o Ceja de selva (regiones de Rupa-Rupa y Yunga fluvial), en Argentina es la Selva de las Yungas, Selva tucumano-boliviana o Yungas andinas, entre otros nombres. En Ecuador, Colombia y Venezuela es el Bosque andino o Bosque de niebla y la Comunidad Andina emplea términos que definen macrogrupos como el Bosque montano de los Andes del norte, Bosque siempreverde subandino de la Amazonía, Bosque montano pluvial de los yungas y Bosque subandino Boliviano-Tucumano para el sur.[6]
  • 16. Yungas 14 Piso superior (bosque y matorral andino) La zona alta de las Yungas es una franja contigua a la Puna o a la serranía de pastizales que posee un clima de templado a frío, lluvioso o estacional, parcialmente nuboso, con altitudes promedio entre los 2000-2500 y los 3000-3800 msnm. La vegetación es de pajonales andinos, arbustos como el Gynoxys o de matorral xerófilo y el bosque formado por una línea de árboles (timberline) de menor porte generalmente de Polylepis (queñua) y otros géneros como Clusia y Podocarpus, acompañados de epífitas.[7] El bioma de esta región es un ecotono o zona intermedia entre la pradera y matorral de montaña y la selva montana. Hay varias denominaciones tales como Bosque enano (elfin forest) o Monte chico. En Bolivia es la Ceja de monte yungueño. En Perú no hay un nombre concreto, aunque se le puede relacionar con la región Quechua oriental. En Argentina es el Bosque montano o Monte de sierras. En Ecuador es la Ceja andina o Ceja de montaña, términos no exclusivos. En Colombia y Venezuela es el Bosque altoandino. La Comunidad Andina los llama dependiendo de la vegetación predominante en la zona: Bosque altoandino/altimontano o Pajonal arbustivo altoandino/altimontano de Los Yungas. Turismo En Argentina y Bolivia esta ecorregión natural es cada vez más visitada, particularmente por su exuberancia de aspecto tropical, su alta biodiversidad, y sus paisajes, en fuerte contraste con las regiones secas del Chaco y la Puna. Referencias [1] Lista de las ecorregiones terrestres (http:/ / wwf. panda. org/ about_our_earth/ ecoregions/ ecoregion_list/ ) del WWF. [2] Padre Bernabé Cobo 1653, "Historia del Nuevo Mundo" Cap. VII, según boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, Año 111, volumen Nº115 (2002) [3] Ecorregión de los Yungas Bolivianos (http:/ / www. natureserve. org/ latinamerica/ prioritySites/ yungasbol. jsp) [4] Clima y características de las yungas de [[Argentina (http:/ / www. redyaguarete. org. ar/ yungas/ informe. html)].] [5] Tobón, C. 2009. Los bosques andinos y el agua. (http:/ / www. bosquesandinos. info/ ECOBONA/ Bosques, final-web. pdf) Serie investigación y sistematización #4. Programa Regional ECOBONA – INTERCOOPERATION, CONDESAN. Quito-Ecuador [6] Josse C. et al 2009. Mapa de Ecosistemas de los Andes del Norte y Centro (http:/ / www. comunidadandina. org/ public/ atlas_afiche_ecosistemas. pdf) de la Secretaría General de la Comunidad andina. [7] Parker et al. (1982), Parker, T.; S. Parker & M. Plenge. 1982. An annotated checklist of peruvian birds. Buteo Books. South Dakota. 104 p. Enlaces externos • Fundación Pro Yungas (http://ProYungas.org.ar) • Producto Yungas (http://www.productoyungas.org.ar) • WWF - Ecorregión de los Yungas Peruanos (http://www.natureserve.org/latinamerica/prioritySites/ yungasperu.jsp)
  • 17. Fuentes y contribuyentes del artículo 15 Fuentes y contribuyentes del artículo Telesita  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=56539461  Contribuyentes: BuenaGente, Leonpolanco, Marianocecowski, MotherForker, Patricio.lorente, Roberto Fiadone, Roblespepe, Scann, 1 ediciones anónimas Calfucurá  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=57886494  Contribuyentes: Aleposta, Alvaro qc, Baigorriaonline, Catiray, Chez alexito, Claudio Elias, ColchaTermica, Elcazador150, Elvisor, Hermógenes Teixeira Pinto Filho, Jorge c2010, Leonpolanco, Lin linao, MARCSXXI, Nerêo, Nihilo, Odura, Pruxo, Quintupeu, Roberto Fiadone, Santiago matamoro, Tanatos02, Unic, 32 ediciones anónimas Yungas  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=57891128  Contribuyentes: Allforrous, Arístides Herrera Cuntti, Beto29, CHUCAO, Cookie, Davidsevilla, Deleatur, Dhidalgo, Diegusjaimes, Dodo, Doloco, Draxtreme, Edipo yocasta, Edubucher, Ener6, Forstbirdo, Greek, Grillitus, Hprmedina, Huhsunqu, Jjvaca, Jorge c2010, Jose9812, Jurock, Lema, LoCoGaMeR18, Mahias pastrana, Makete, Manuel González Olaechea y Franco, Maulucioni, Mega-buses, Metrónomo, Nicop, Pattron, Rastrojo, Roberto Fiadone, Ruditaly, Savh, Sayri, SoniaMurilloPerales, SuperBraulio13, Tencho, UA31, Urdangaray, Valentin estevanez navarro, VanKleinen, Yungueña, Érico Júnior Wouters, 70 ediciones anónimas
  • 18. Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes 16 Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes Archivo:Subte BsAs - Estación Bulnes (9).JPG  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Subte_BsAs_-_Estación_Bulnes_(9).JPG  Licencia: Creative Commons Attribution-Sharealike 3.0  Contribuyentes: Roblespepe Archivo:Kalfukura.jpg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Kalfukura.jpg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: Desconocido Archivo:Gocta - Août 2007 - 01.jpg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Gocta_-_Août_2007_-_01.jpg  Licencia: Creative Commons Attribution 3.0  Contribuyentes: Martin St-Amant (S23678) Archivo:Flag of Argentina.svg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Flag_of_Argentina.svg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: Government of Argentina (vector graphics by Dbenbenn) Archivo:Flag of Bolivia.svg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Flag_of_Bolivia.svg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: User:SKopp Archivo:Flag of Colombia.svg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Flag_of_Colombia.svg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: SKopp Archivo:Flag of Ecuador.svg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Flag_of_Ecuador.svg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: President of the Republic of Ecuador, Zscout370 Archivo:Flag of Peru.svg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Flag_of_Peru.svg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: User:Dbenbenn Archivo:Flag of Venezuela.svg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Flag_of_Venezuela.svg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: Alkari, Bastique, Denelson83, DerFussi, Fry1989, George McFinnigan, Herbythyme, Homo lupus, Huhsunqu, Infrogmation, K21edgo, Klemen Kocjancic, Ludger1961, Neq00, Nightstallion, Reisio, Rupert Pupkin, Sarang, ThomasPusch, Vzb83, Wikisole, Zscout370, 12 ediciones anónimas File:Yungas Road Bolivia.JPG  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Yungas_Road_Bolivia.JPG  Licencia: Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 Unported  Contribuyentes: Fabbro Archivo:100 1804.JPG  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:100_1804.JPG  Licencia: GNU Free Documentation License  Contribuyentes: Thomas Kellner Archivo:Bosquenublado_yungas_sanandres_salta.jpg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Bosquenublado_yungas_sanandres_salta.jpg  Licencia: Creative Commons Attribution-Share Alike  Contribuyentes: Yungueña Archivo:Bosquebombus.jpg  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Archivo:Bosquebombus.jpg  Licencia: Public Domain  Contribuyentes: Aliman5040, Jonkerz, Ras67, Zamorayt, 2 ediciones anónimas
  • 19. Licencia 17 Licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported //creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/