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Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002                Página 1 de 21




                                             CORTES GENERALES
                                           DIARIO DE SESIONES DEL
                                                  SENADO

                                     A¤o 2002 VII Legislatura
                                      Comisiones. N£m. 326
                          COMISION ESPECIAL SOBRE LA PROSTITUCION
                  PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. DO¥A M¦ CRISTINA KLIMOWITZ
                                          WALDMANN
                                        celebrada el lunes,
                                     23 de septiembre de 2002


     ORDEN DEL DIA:

     Comparecencias para informar sobre la materia objeto de estudio de la Comisi¢n:


     --De do¤a Pilar Diezhandino Nieto, Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad
     Carlos III. (N£mero de expediente 713/000629).


     --De don Francisco Javier Alonso Torrens, Presidente del Equipo de Investigaci¢n Sociol¢gica,
     S. A. (EDIS). (N£mero de expediente 715/000278).

     Se abre la sesi¢n a las diecisiete horas y diez minutos.

     La se¤ora PRESIDENTA: Se abre la sesi¢n.

     COMPARECENCIAS:


     --DE DO¥A PILAR DIEZHANDINO NIETO, CATEDRATICA DE REDACCION PERIODISTICA
     DE LA UNIVERSIDAD CARLOS III (713/000629).

     La se¤ora PRESIDENTA: Buenas tardes, se¤or¡as.
     En primer lugar, vamos a proceder a aprobar el acta de la sesi¢n anterior. ¨Est n ustedes    de
     acuerdo? (Asentimiento.) Queda aprobado.
     Contamos Contamos hoy con la presencia de do¤a Pilar Diezhandino Nieto, catedr tica          de
     Redacci¢n Period¡stica de la Universidad Carlos III, a la que damos la bienvenida al seno    de
     esta Comisi¢n especial sobre prostituci¢n, para hablarnos sobre el papel que los medios      de
     comunicaci¢n

     tienen respecto al fen¢meno de la prostituci¢n y dem s cuestiones que considere pertinentes.
     Tiene usted la palabra.

     La se¤ora DIEZHANDINO NIETO (Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad
     Carlos III): Muchas gracias, se¤ora Presidenta.
     En primer lugar, quiero expresar mi agradecimiento por estar hoy en esta C mara, al igual que
     mi satisfacci¢n y mi sorpresa ya que no he trabajado directamente en la cuesti¢n de la
     prostituci¢n sino en el periodismo y los medios de comunicaci¢n. Pero, en todo caso, he de
     agradecer la oportunidad que se me brinda de encontrarme hoy aqu¡ y, en lo posible, poder
     participar, siempre en mi humilde medida, en esta causa que considero realmente importante.
     Mi posici¢n parte de una especie de declaraci¢n de principios. No s‚ si decirlo as¡ tan
     rotundamente, pero me considero abolicionista, si es que entre nosotros podemos utilizar ese
     t‚rmino; la cuesti¢n no est entre abolicionistas y reglamentistas, porque considero que la
     prostituci¢n es una agresi¢n a la mujer; a mi juicio lesiona los derechos fundamentales y es una
     humillaci¢n. Por eso tambi‚n renuncio a considerar que sea una profesi¢n, incluso un trabajo.
     En todo caso, lo mismo que se invoca la tolerancia para defender el derecho a expresar
     cualquier opini¢n, lo que no significa que todas tengan el mismo valor, tambi‚n podemos




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     aplicarlo a la prostituci¢n como profesi¢n. El hecho de que ‚sta sea una actividad con la que
     miles, millones de mujeres se ganen la vida, no significa que est‚ al mismo nivel que otras
     actividades, con el agravante de que, adem s, est n peor remuneradas, del pol¡tico al periodista,
     del maestro al procurador.
     La se¤ora Carreras dec¡a lo siguiente: prefiero ser prostituta por 100.000 pesetas al d¡a que
     fregona por 100.000 pesetas al mes; y a¤ad¡a que hay muy pocos trabajos dignos, en general,
     en la sociedad y, sobre todo, que hay muy pocos trabajos alternativos a la prostituci¢n que sean
     rentables a la prostituta. Adem s, ella consideraba m s gratificante ser prostituta que estar
     limpiando v teres. Pues bien, con independencia de que quien m s o quien menos no har¡a
     ascos a ganar 100.000 pesetas diarias en lugar de 100.000 pesetas al mes, es indudable que el
     problema est en la manera de ganar esa cantidad.
     Con mi respeto a la decisi¢n personal --si es que ser prostituta es una elecci¢n, que no est tan
     claro--, es muy importante que se sepa que esa decisi¢n personal de buscar un dinero f cil y
     r pido, cualesquiera que sean las razones no legitima necesariamente el modo de conseguirlo
     ni lo iguala con otros y, adem s, tiene sus riesgos. Todo no tiene el mismo valor. Este es un
     principio que debe quedar a salvo, por decadente y pol¡ticamente incorrecto que resulte; todo
     cuanto se escape a la permisividad y a la l¢gica del mercado que hoy se imponen.
     Como dice Castells, en esa enciclop‚dica obra que es ®La Era de la Informaci¢n¯ , en la
     sociedad informacional la l¢gica del mercado es la £nica gu¡a de las relaciones entre las gentes
     sustituyendo a los valores.
     Y en el mundo de la prostituci¢n existe el mercado y con exceso de demanda, a pesar de que
     tanta libertad sexual como cre¡amos haber alcanzado no parece responder a la necesidad del
     momento.
     Pues bien, mi caso no es aislado. F¡jense en algunas ideas del informe de la Comisi¢n
     interministerial francesa sobre la violencia contra las mujeres de fecha 21 de diciembre de 2001,
     que se titula: ®El sistema de la prostituci¢n, una violencia contra las mujeres¯ . Ah¡ se dice,
     entre otras cosas, que la prostituci¢n debe ser considerada como una violencia contra las
     mujeres, igual que la trata de blancas es una de las manifestaciones de la explotaci¢n de la
     prostituci¢n. La violencia niega al otro en toda su humanidad y su identidad. El acto sexual
     como mercanc¡a supone la persistencia de la desigualdad entre hombres y mujeres. El hecho
     de que el sistema de la prostituci¢n est‚ organizado para la sexualidad de los hombres y que los
     compradores sigan siendo invisibles constituye una violencia. Este informe distingue entre
     violencia caliente y violencia fr¡a y denuncia que practicar actos sexuales sin deseo no se
     considere violencia caliente.
     El informe apela a la Convenci¢n de Naciones Unidas de 2 de diciembre de 1949 que castiga a
     aquel que explote la prostituci¢n de otra persona, incluso con consentimiento de ‚sta.
     Tambi‚n est la ley sueca, que entr¢ en vigor en enero de 1999, y que define a la prostituci¢n
     como una violencia e identifica uno de los factores principales hasta ahora invisibles en la
     compra de servicios sexuales.
     Asimismo, en esta misma l¡nea, est el ®lobby¯ europeo de mujeres, con m s de 3.000 ONGs,
     que afirma que la prostituci¢n es una violencia contra las mujeres y que la legalizaci¢n favorece
     la industria del sexo y facilita la trata de las mujeres. Se oponen a la terminolog¡a de prostituci¢
     n forzada frente a prostituci¢n libre porque la distinci¢n entre una y otra es precisamente lo que
     la industria del sexo quiere; porque proporcionar a la industria mayor seguridad y estabilidad
     legal de las que siempre ha tenido y ser virtualmente --sigo leyendo-- imposible para las
     mujeres, especialmente para las mujeres de pa¡ses en desarrollo, demostrar que ellas fueron
     forzadas a la prostituci¢n o sexualmente explotadas en contra de su voluntad.
     Nos encontramos ante el mismo problema de los malos tratos: demostrarlos.
     La cuesti¢n ser siempre saber --y contin£o con la introducci¢n en cuanto a mi visi¢n de este
     tema-- el porcentaje de quienes deciden libremente y quienes no han participado en esta
     decisi¢n, no necesariamente por estar presas en alguna red de trata de mujeres sino por
     responder a situaciones personales: motivos econ¢micos, sociales, educativos, etc‚tera, que
     facilitan la manipulaci¢n de la persona. Stuart Mill dec¡a que prefer¡a el derecho a la educaci¢n
     al derecho al voto, porque sin educaci¢n el ciudadano puede ser manipulado.
     Unicamente para centrar el tema, aunque son de sobra conocidas por sus se¤or¡as, voy a partir
     de algunas ideas generales sobre el estado de la cuesti¢n en Europa. Europa se debate entre
     abolicionismo y reglamentismo.
     En realidad, el ejercicio individual de la prostituci¢n no est prohibido en ning£n pa¡s de la Uni¢n
     Europea: B‚lgica, Francia, Dinamarca, Italia, Luxemburgo, etc‚tera y, por supuesto,

     Espa¤a. Es una actividad libre siempre que no afecte al orden p£blico, pero sancionan el
     proxenetismo y algo importante, en algunos casos, la b£squeda activa de clientes.
     Desde octubre de 2000 los Pa¡ses Bajos adelantados de los reglamentistas han legalizado los
     prost¡bulos y la actividad de aquellos que los mantienen, en la medida en que la prostituci¢n es
     voluntaria; las prostitutas tienen los mismos derechos que los trabajadores independientes.




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     Pero esta legislaci¢n no permite a los no ciudadanos de la Uni¢n Europea obtener un permiso
     de trabajo en este sector de actividad; de ah¡ la sentencia --de la que tanto se ha hablado-- del
     Tribunal de Justicia europeo de 20 de noviembre de 2001 que se ampara en el acuerdo de
     asociaci¢n entre las Comunidades Europeas y sus Estados miembros, por una parte, y, por
     otra, las rep£blicas checa y polaca y se construye argumentalmente desde el marco en el que
     la legislaci¢n nacional ampara el ejercicio de la prostituci¢n.
     En la actualidad Francia est en pleno debate sobre el tema. Por un lado, los socialistas han
     presentado al Parlamento una proposici¢n de ley cuya novedad es el castigo impuesto a los
     clientes: dos a¤os de c rcel y multa de 30.000 euros. Esta proposici¢n de ley prev‚ la creaci¢n
     de un consejo nacional de prevenci¢n y lucha contra la prostituci¢n y la trata de seres humanos
     y pretende --e insisto en ello-- sancionar a los clientes.
     Por otra parte, est el proyecto de ley relativo a la seguridad y que modifica el r‚gimen jur¡dico
     de la prostituci¢n que presentar en oto¤o el Ministerio del Interior cuyo objetivo es la expulsi¢n
     de las prostitutas extranjeras. El Gobierno franc‚s pretende medidas sistem ticas de alejamiento
     dado que entre el 60 y el 75 por ciento del fen¢meno de la prostituci¢n est generado por ‚stas.
     Repito, esta medida se sit£a dentro del debate y de las acciones en torno a la seguridad
     interior, en este momento la gran obsesi¢n en Francia. En este proyecto de ley est incluido
     penalizar la b£squeda activa y pasiva de clientes:
     incitaci¢n por gestos, palabras, escritos o cualquier otro medio.
     En Italia, a propuesta del Ministro para las Reformas y l¡der de la Liga Norte, Umberto Bossi,
     tambi‚n se contempla la expulsi¢n de las extranjeras y la creaci¢n de centros de prostituci¢n
     para retirar a las prostitutas de la calle.
     Desde diciembre de 2001 Alemania autoriza a las prostitutas a obtener contratos de trabajo con
     aquellos que las empleen o tienen derecho a las prestaciones de paro, enfermedad y
     pensiones. Pero en el borrador de esta ley se reconoc¡a la prostituci¢n como un ocio y los
     socialdem¢cratas renunciaron en el £ltimo momento a utilizar este t‚rmino argumentando que
     esto abrir¡a el derecho de formaci¢n a las prostitutas y los puestos vacantes tendr¡an que
     anunciarse en las oficinas del paro.
     En Inglaterra, donde la prostituci¢n es legal, hacer la calle es ilegal, al igual que anunciarse
     para conseguir clientes, as¡ como lo es vivir de la ganancia de una prostituta.
     Espa¤a es el £nico pa¡s que no obtiene beneficio alguno de la prostituci¢n, que no cobra
     impuestos por la actividad, que no pone barreras a la b£squeda activa de clientes, en la calle ni
     en anuncios, hasta el extremo de observarse un aumento de los anuncios clasificados en
     prensa que suponen unos ingresos semanales aproximadamente de 60.000 euros y que
     garantizan --lo que considero un esc ndalo-- el 60 por ciento de la actividad.
     Abolicionistas, reglamentistas, defensores a ultranza y detractores estamos ante una cuesti¢n
     realmente peliaguda. De todos modos, no crean que con todo esto me estoy escapando de mi
     intento de hablar de la funci¢n de los medios; intento centrarla. Supongo que para eso he
     venido aqu¡, habida cuenta adem s de la preocupaci¢n que suscita, en t‚rminos generales, el
     problema de la manipulaci¢n medi tica y el papel y la influencia de los medios de comunicaci¢n
     en 1a opini¢n p£blica.
     Partiendo de esta cuesti¢n una cosa es cierta, al menos buena parte de lo que conocemos y
     algo sabemos, sobre la prostituci¢n es a trav‚s de los medios. Como su propio nombre indica
     son mediadores, transmisores, adem s de int‚rpretes de la realidad social, obviamente s¢lo
     como tales, contribuyen a la formaci¢n de la opini¢n p£blica. Pero este concepto tiene muchos
     matices y, en todo caso, s¢lo una opini¢n es s¢lida cuando est basada en el conocimiento de
     los hechos, de las situaciones y las tendencias.
     En lo concerniente a los medios se dan las garant¡as para la creaci¢n de una opini¢n s¢lida
     cuando han cumplido con su deber de ser veraces. Pero los medios, como la opini¢n p£blica,
     son f cilmente manipulables y no siempre es f cil distinguir cu ndo y qui‚n te manipula. Pues
     bien, desde esta misma Comisi¢n se ha culpado a la prensa con distintas palabras e id‚nticas
     ideas: la prensa lo manipula y distorsiona todo; crea una opini¢n desde la distorsi¢n, su
     influencia es pues peligrosa.
     En algunas de las comparecencias se ha dicho que la prensa descontextualiza, que distorsiona,
     que deforma, que s¢lo se fija en esta cuesti¢n --se ha dicho-- tan popular y tan golosa de las
     redes y de las mafias; que lo que se deduce de la prensa --por supuesto, cuando hablamos de
     prensa hablamos de medios de comunicaci¢n en general-- es falso; la mayor¡a de las
     informaciones m s medi ticas buscan los aspectos m s llamativos; que los medios de
     comunicaci¢n y las Fuerzas de Seguridad del Estado est n tergiversando el tema de las redes
     mafiosas y del tr fico; que hay tergiversaci¢n medi tica; que no se puede confundir a la opini¢n
     p£blica; crear alarma social, etc‚tera; al igual que montajes policiales m s medi ticos,
     interesados y que el fen¢meno de las redes existe pero est sobredimensionado. Lo que
     aparece en los titulares de prensa referente a que las mujeres vienen forzadas --se ha dicho
     textualmente-- a ejercer la prostituci¢n, es un fen¢meno que de producirse es muy minoritario.
     El se¤or Pons piensa que la prensa descontextualiza ante la falta de conocimiento sobre




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     opiniones y actitudes de la prostituci¢n y sobre opiniones y actitudes de la poblaci¢n, lo cual me
     resulta muy interesante. Dec¡a que la prostituci¢n ten¡a la resistencia que puede tener cualquier
     iniciativa de reglamentaci¢n en una parte de la poblaci¢n y, adem s sabiendo, que de entrada la
     informaci¢n que se posee proviene de los medios de comunicaci¢n, es decir, es una informaci¢
     n sesgada y deformada.
     En esa l¡nea se encuentra tambi‚n otra compareciente, la se¤ora Miranda, que opina que existe
     falta de objetividad

     de la prensa, respecto de la penalizaci¢n, legislaci¢n de tipo sueco que supondr¡a --y dice
     textualmente-- ®una p‚rdida de ingresos derivada de la prohibici¢n de la publicidad relacionada
     con los servicios sexuales¯ .
     Cuatro p ginas enteras de anuncios por palabras no deben ser desde¤ables, por eso cree que
     la prensa va a posicionarse en contra de una actitud abolicionista. Tambi‚n dec¡a que los
     intereses econ¢micos son importantes por lo que no creo que se consiga el consenso pol¡tico
     suficiente.
     Se ha llegado a sugerir que es imprescindible una negociaci¢n con los medios de comunicaci¢n
     en el momento en que se quiera implantar alguna pol¡tica. Y yo me pregunto: ¨tanto poder se da
     a la prensa? Por supuesto que ‚sta no es una cuesti¢n ni de las comparecencias de esta
     Comisi¢n ni de este pa¡s, sino en general, obviamente; estamos hablando de golpe, leyendo
     sobre la acusaci¢n de golpe medi tico a prop¢sito del caso del Tribunal Correccional de
     Burdeos contra cuatro clientes acusados
     --ustedes conocen el tema-- de exhibicionismo sexual.
     Con todo, propongo, como puro juego o ejercicio instructivo, el an lisis de contenido del ®Diario
     de Sesiones¯ de las comparecencias en esta Comisi¢n, juzgando el conjunto de las
     intervenciones como un bloque £nico.
     Hemos aprendido mucho con cada comparecencia, nos han enriquecido mucho, e incluso, en
     m s de un punto nos han convencido y, en cambio, le¡das en su conjunto, siempre se podr¡an
     deducir contradicciones, confusiones, incoherencias, abuso de la simplificaci¢n y lo anecd¢tico,
     etc‚tera.
     Hasta se podr¡a juzgar en su conjunto con la idea de que no se perfilan l¡neas de entendimiento
     y conocimiento que permitan crearnos una opini¢n, un pensamiento claro con el que se nos
     pueda inducir a tomar decisiones.
     Podr¡amos pensar en sesgos, cada cual desde su posici¢n defiende una postura u otra o
     ambas a lo largo de una sola exposici¢n.
     Y as¡ como con la prensa, despu‚s con el ®Diario de Sesiones¯ podr¡amos hacer deducciones
     f ciles a partir de esta lectura. Por ejemplo, si como se ha dicho aqu¡, seg£n la mayor¡a de las
     informaciones period¡sticas se buscan siempre los aspectos m s llamativos y, por tanto, parece
     que todas las prostitutas vienen ilegalmente, seg£n las comparecencias, le¡das en diagonal,
     podr¡a parecer que todas las prostitutas est n encantadas y que la mayor¡a son libres. Adem s
     existen aparentes contradicciones e insisto en que estamos ante un mero ejercicio de an lisis
     comparativo, una especie de juego, para luego poder tomar en consideraci¢n ciertas cosas.
     Extraigamos unas frases: que exageran los medios cuando aseguran que las mujeres vienen
     forzadas a ejercer la prostituci¢n; es un fen¢meno que, si se da, es minoritario. Pero quien dijo
     esto, en otro momento, aseguraba que la pol¡tica restrictiva de inmigraci¢n est favoreciendo el
     tr fico de mujeres inmigrantes.
     Se ha dicho: la prostituci¢n y la explotaci¢n de mujeres no ha hecho m s que crecer,
     provocando situaciones muy duras para muchas personas. Se ha dicho que un importante
     n£mero de mujeres extranjeras son atrapadas por las mafias en los permisos de salida de las
     c rceles porque les garantizaban su estancia en Espa¤a cuando obtuvieran la libertad
     condicional. Se ha dicho que en la prostituci¢n hay mucho dinero, luego est creciendo, y se ha
     reafirmado esta idea al aludir a que ANELA, la Asociaci¢n Nacional de Empresarios de locales
     de alterne, que hace publicidad en Internet y campa¤a prolegalizaci¢n en los medios, lo hace
     movida seguramente por el descenso de los beneficios ante la competencia de las mafias. Por
     tanto, las mafias existen y en dosis importantes como para hacer tambalear el negocio a m s de
     uno.
     Por un lado, se ha afirmado que la prostituci¢n es una opci¢n laboral y, por otro, que si se le
     pregunta a una prostituta si preferir¡a estar trabajando de due¤a de una boutique seguramente
     dir¡a que s¡, porque las mujeres en la prostituci¢n intentan reiteradamente trabajar en otros
     lugares, pero finalmente tienen que volver a aqu‚l. Se ha dicho que el problema espec¡fico de la
     prostituta s¢lo es el estigma. El mismo ponente, en otro momento, ha asegurado o que otro
     problema grave es la dificultad del ahorro porque es un trabajo estresante y el estr‚s se
     compensa consumiendo; desde otra intervenci¢n se afirma lo contrario, que la mayor¡a de las
     prostitutas despu‚s de los 50 a¤os han capitalizado sus ahorros, se han comprado pisos, han
     puesto un peque¤o negocio, etc‚tera.
     Mientras una ponente afirmaba que el trabajo de la prostituci¢n es duro y desagradable, no




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     tiene connotaciones interesantes otra, que se consideraba as¡ misma profesional del sexo,
     dec¡a que para ella era una satisfacci¢n, un reto, una clase de psicolog¡a acelerada.
     ¨Que resultado sacar¡amos en limpio si ley‚ramos el ®Diario de Sesiones¯ como un diario en su
     conjunto? ¨Confusi¢n, desinformaci¢n? No es verdad, hemos aprendido mucho, en algunos
     puntos nos han enriquecido y en otros, acaso muchos, nos han convencido.
     Una vez le¡dos los ®Diarios de Sesiones¯ imag¡nense que uno se cree a pies juntillas --y no
     tienen por qu‚ no hacerlo-- lo que han manifestado los expertos: para simplificar, que lo de las
     redes y las mafias no es para tanto y que no vienen enga¤adas. Y acudimos a otras voces, a
     otras fuentes y nos encontramos con que las Naciones Unidas estiman que m s de un mill¢n de
     mujeres y j¢venes son traficadas para la industria sexual cada a¤o y que el valor del mercado
     del tr fico de mujeres est estimado a escala mundial entre los 7.000 y 12.000 millones de d¢
     lares anuales; un tr fico rentable y con menos riesgo que el de la droga o el de las armas, con
     posibilidad de aumentar.
     En las actas del simposio internacional sobre Prostituci¢n y Tr fico de Mujeres celebrado en
     Madrid en junio de 2000, nos encontramos con que C ritas Madrid alude a que el nuevo perfil
     de las mujeres que se prostituyen ahora se enfrentan a situaciones de tr fico de mujeres de
     otros pa¡ses que son explotadas sexualmente. Y tambi‚n relatan casos como el de Viena
     referente a que diferentes grupos quieren que se reconozcan lo que denominan migraci¢n para
     el comercio sexual; es decir, utilizan la definici¢n de trata para satisfacer sus propios intereses y
     legitimar la migraci¢n para fines sexuales.
     Es muy importante darse cuenta de que existen ONGs y grupos de defensa de derechos
     humanos que est n apoyando esta posici¢n. En el simposio se mencionaba la palabra

     ®trata¯ y es muy importante que conozcamos su definici¢n; ®trata¯ es cuando se puede probar
     el uso de la fuerza tanto como cuando no es posible. Ahora mismo, seg£n el informe del
     Defensor del Pueblo de Andaluc¡a, Jos‚ Chamizo, conocido el pasado 5 de este mes, un 75 por
     ciento de las 21.060 mujeres que ejercen la prostituci¢n en los 1.404 clubes de alterne de
     Andaluc¡a son inmigrantes, cuya situaci¢n es de pura y simple esclavitud; es la primera causa
     de esclavitud. Puede que estos datos tambi‚n est‚n manipulados, pero ah¡ est n.
     En ese simposio celebrado en Madrid participaron mujeres representantes de grupos que
     trabajan para prevenir e impedir que las mujeres caigan en manos de traficantes de Africa,
     Sudeste asi tico, Europa del Este, etc‚tera. Dec¡an que no hab¡a que minimizar el problema,
     que el tr fico existe y va en aumento. En Inglaterra m s del 70 por ciento de las mujeres que
     trabajan en burdeles son de origen no brit nico.
     Seg£n la organizaci¢n internacional para las migraciones cerca de 500.000 j¢venes, mujeres
     originarias del antiguo bloque comunista, se prostituyen en occidente. De hecho, en este
     momento, lo acabo de leer, la Federaci¢n Espa¤ola de Municipios y Provincias de Espa¤a ha
     constituido un grupo de trabajo para investigar el impacto de la prostituci¢n y analizar el
     problema que genera su ejercicio en las ciudades.
     ¨Qu‚ pensamos entonces? ¨Qui‚n manipula a qui‚n? ¨O nadie manipula a nadie? Lo que hoy es
     una tremenda confusi¢n de datos sobre la base de un gran desconocimiento es justamente con
     lo que estamos trabajando. La desinformaci¢n famosa en la sociedad de la informaci¢n.
     Esto es un ejemplo que espero no sea in£til. Cada interviniente ha expuesto su experiencia, sus
     conocimientos, con sus dudas y sus vac¡os porque nadie tiene la £ltima palabra sobre nada ni
     siquiera sobre el mundo de la prostituci¢n.
     Cuanto se ha dicho aqu¡ ha sido muy enriquecedor, muy documentado y argumentado. Pero no
     existen verdades absolutas; existen experiencias, historias de vidas ajenas, datos aproximados,
     estudios, investigaciones en mbitos concretos. Se ha comentado, insisto, que faltan an lisis,
     informes globales, conocer qu‚ piensan las prostitutas, qu‚ piensa la gente de ellas, situaciones,
     contextos, consecuencias, etc‚tera.
     A la prensa le ocurre lo mismo, no cuenta la historia global sino fragmentos de esta historia y lo
     hace siempre con la intervenci¢n de fuentes externas, testimonios de quienes tienen algo que
     decir acerca del tema. Nuestros intervinientes pueden ser sus fuentes, sus testimonios, voces
     de protagonistas, testigos, expertos, cargos p£blicos, etc‚tera.
     Por todo ello, siendo muchos de ellos soci¢logos, deber¡an entender que el periodista no habla
     desde su exclusiva voz y experiencia, ni es el due¤o ni el gestor del medio. Es cierto que
     existen limitaciones, manipulaci¢n y vac¡os. Tambi‚n es cierto que cada vez existen m s
     cortapisas para ofrecer una cobertura de calidad, pero les aseguro que todav¡a existen
     distinciones entre quien recoge los anuncios y quien recoge la informaci¢n. A quien crea que la
     prensa no ser objetiva ante la posibilidad del abolicionismo porque se quedar¡a sin los ingresos
     de los anuncios clasificados, le digo lo siguiente: si el periodista de a pie estuviera pensando
     siempre que acude a una informaci¢n en sesgarla de acuerdo con el potencial publicitario que
     de ah¡ puede derivarse para la empresa, lo poco que queda de lo que Garc¡a M rquez llamaba
     el oficio m s bello del mundo, que es contar lo que sucede, habr¡a desaparecido del mapa.
     Lo que ocurre es que en el ejemplo de la prostituci¢n se pone de manifiesto el problema de




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     contar lo que ocurre y hacerlo bien. Es un asunto complicado y muy complejo. Adem s todo est
     adobado con la tendencia a pensar que tenemos que ser los m s liberales, los m s progresistas,
     los m s abiertos.
     Creo que mi papel en esta Comisi¢n puede ser implicarles a ustedes como senadores,
     pol¡ticos, representantes del pueblo y a ellos como expertos, divulgadores, en el deber de
     colaborar con los propios medios para que la informaci¢n que reciben los ciudadanos sea la
     adecuada. No olviden que en la plataforma sobre la que observamos una representaci¢n de la
     sociedad son, y cada vez m s, antes que int‚rpretes transmisores de voces que les aportan
     informaciones, versiones, opiniones y reacciones. A partir de ah¡ y naturalmente de la particular
     representaci¢n de la realidad que ofrecen en sus p ginas, se crea s¢lo parte de lo que sustenta
     la opini¢n p£blica que se forma muy a menudo en falso por utilizar claves informativas,
     ambientales, sociales, equivocadas; a veces con clara intencionalidad de los creadores de
     noticias, que pr cticamente nunca son los periodistas, porque el medio es el soporte; la
     empresa; los periodistas y sus fuentes; las firmas; la voz de los l¡deres sociales; de los
     especialistas; la voz de la gente de la calle, en este caso demasiado escasa, especialmente
     escasa; de todo aquellos a los que acuden los periodistas para obtener recursos y que acuden
     a los periodistas para obtener espacios medi ticos a trav‚s de los cuales hacerse o¡r.
     Por ejemplo, sus se¤or¡as crean m s opini¢n p£blica que los propios medios. Lo que ocurre es
     que necesitan a los medios para hacerse o¡r, pero eso es otro cantar. Obviamente, nada es
     posible en nuestra sociedad de la informaci¢n y supuestamente del conocimiento sin los medios
     de comunicaci¢n.
     Como dec¡a Ortega --y no voy a realizar m s que esta cita en esta comparecencia porque es
     necesaria-- el peri¢dico no es ciencia sino arte; arte de las emociones sociales. Como en alg£n
     modo el pol¡tico, los peri¢dicos est n encargados de dar a la idea carne de emoci¢n para que se
     expanda y se haga emotiva. No les corresponde elaborar afirmaciones o negaciones, esto
     queda para el sabio, para el estadista. Su tarea se reduce a expresar robustamente estas
     afirmaciones o negaciones labradas por otros.
     Por supuesto que hemos de rendirnos a la evidencia de la confluencia medi tica y su impacto
     en nuestro mundo; un mundo en el que los medios no son, si es que lo fueron alguna vez, el
     cuarto poder. Insisto, son la representaci¢n y el sustrato sobre el que se cierne cualquier poder,
     se configuran y reconocen los pueblos. La cuesti¢n central es el uso que se hace de ellos como
     plataforma imprescindible en la vida p£blica, por el espacio que ocupan en nuestras

     vidas, conseguido al fin lo que siempre se ha considerado adem s un milagro: el poder de la
     ubicuidad, estar en todas partes y al mismo tiempo.
     Nuestro mundo se nos ofrece a trav‚s de la p gina de la pantalla, ya sea del televisor, del
     ordenador, del m¢vil, sin olvidar que con el £ltimo medio en llegar se puede confundir lo virtual
     con lo real, lo verdadero con lo falso, el rumor con la confirmaci¢n. El arma inigualable de las
     nuevas tecnolog¡as de la comunicaci¢n que permitieron a los terroristas, ahora que hemos
     cumplido el aniversario, conseguir un milim‚trico dise¤o para obtener el efecto medi tico
     deseado, que es que el mundo entero presenciara el castigo a la cabeza visible del occidente
     capitalista e imperialista. Y se logr¢; terroristas y medios cumplieron sus papeles.
     Pero los medios no se inventaron a Bin Laden, le dieron cobertura e hicieron posible el
     resultado impactante de la haza¤a. Es cierto que a veces refuerzan y alteran posiciones pero
     cambiar, cambian poco.
     El a¤o pasado con objeto de preparar una ponencia sobre la invisibilidad de la mujer en los
     medios, inclu¡ un dato del mes de octubre de ese a¤o.
     Pensaba que gracias al impacto que produce la denuncia en los medios se han modificado
     muchas de la din micas sociales que influyen directamente en la toma de decisiones. Ese dato
     referente a la Comunidad de Madrid dec¡a que la mujer sigue dedicando siete veces m s de
     tiempo al hogar que el hombre; el paro de las mujeres casi duplica al de hombres, pero ha
     aumentado el n£mero de denuncias de malos tratos en m s de 50 por ciento y se ha reducido el
     n£mero de muertes por este asunto. Por ello, mi reflexi¢n fue que sin duda se ha avanzado en
     este terreno porque los medios han dado una cobertura informativa relacionada con la mujer
     con el adecuado tratamiento y un volumen que nunca antes se hab¡a alcanzado.
     Pues bien, resulta que al menos en lo que se refiere a la reducci¢n de muertes, el dato era
     simplemente coyuntural porque recordemos la cita de la red de organizaciones feministas
     contra la violencia de g‚nero del 5 de este mismo mes en el Congreso: en este a¤o, 50 mujeres
     han muerto a manos de sus parejas, adem s de seis ni¤os, al final, el d‚bil, entre otras razones
     porque, aunque la mujer haya tomado conciencia de la necesidad de denunciar, es m s fuerte la
     convicci¢n que le aporta la experiencia de que sirven de poco las denuncias. Observen el
     estudio de la jurisprudencia desde la perspectiva de g‚nero que dice que los tribunales de
     justicia tratan con m s dureza a las mujeres que a los hombres.
     ¨No es cierto que impone m s opini¢n una sentencia que es la m xima expresi¢n de autoridad
     cuyo criterio hemos de acatar? ¨Qu‚ ha pasado entonces con el tratamiento m s adecuado de la




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     informaci¢n en los medios? Al que trata de generar un mal no le detiene una informaci¢n
     medi tica.
     La gente no cambia por recibir una informaci¢n sobre el mal que hace; lo hace precisamente
     por el impulso de causar el mal que desea y a quien desea.
     Todo lo dicho no significa que no haya motivos muy importantes para la critica de los medios
     que simplifican, que amplifican, que magnifican, que uniformizan, que intoxican; todo ello es
     cierto pero, adem s, informan, ofrecen gran espacio a la reflexi¢n, lo que ocurre es que no
     influyen como creemos o como se piensa que lo hacen.
     Es cierto que sigue imperando el viejo concepto de noticia y vuelvo a la critica medi tica con
     respecto a lo nuevo, lo raro, lo que provoca una reacci¢n, sea alarma, curiosidad, sorpresa;
     motivo por el cual es verdad que se exacerba lo alarmista, lo habitual puede ser la amplificaci¢n
     de un tema. Es cierto tambi‚n que hay un declive del periodismo anal¡tico y tambi‚n est el hecho
     de que van siempre detr s de la realidad social; es habitual la amplificaci¢n de un tema, aunque
     reste a menudo espacio a la contumaz realidad social que se impone sin la atenci¢n de los
     medios.
     Adem s est n las consecuencias propias del poder de los nuevos conglomerados
     empresariales, en fin, tantas cuestiones.
     Por tanto, los receptores p£blicos han aprendido el papel de actuantes en el proceso medi tico
     para el beneficio de la correspondiente actuaci¢n del medio. Lo mismo que ha ocurrido con la
     sociedad civil frente a los poderes p£blicos, el medio se preocupa gracias al efecto agenda, a la
     acci¢n de esa sociedad civil; por ejemplo, las protestas vecinales sobre la prostituci¢n han
     creado noticia, han originado que se hable sobre ella y han inducido a pensar sobre la misma.
     En cualquier caso, hay que saber mucho antes de poder contar poco. Y sobre la prostituci¢n da
     la impresi¢n de que se sabe poco y se teme mucho; existe temor a expresar alg£n pensamiento
     que no sea el pol¡ticamente correcto, que uno sea juzgado como trasnochado, ut¢pico,
     mojigato, hip¢crita, etc‚tera. Pero aqu¡, como en tantos otros temas de discusi¢n, hemos de
     considerar que hay que entrar de lleno sin hipocres¡as, pero sin medias palabras.
     De todos modos, observen c¢mo act£an los medios ante esta cuesti¢n de la prostituci¢n. Se
     refieren a ella, como he comentado anteriormente, cuando se les proporciona un elemento
     noticioso, una manifestaci¢n, una actuaci¢n policial, un informe, una estad¡stica que rompe las
     normas. Por eso, buena parte de las informaciones aparecidas en los medios est centrada en
     redes de trata de mujeres, la desarticulaci¢n de alguna de ellas, la denuncia de alguna
     prostituta, actuaciones de los Cuerpos de Seguridad del Estado, manifestaciones vecinales,
     alguna declaraci¢n, manifestaciones de prostitutas, etc‚tera.
     No es extra¤o que en este momento Francia se encuentre en pleno debate informativo sobre la
     prostituci¢n por encima del que tenemos en Espa¤a.
     La raz¢n es que all¡ el debate pol¡tico sobre la regulaci¢n est m s avanzado.
     Observo que el g‚nero habitual en los medios de comunicaci¢n es la informaci¢n; a veces una
     opini¢n, a veces un editorial, escasamente un reportaje. El reportaje es el relato de una historia
     de vida para el que se requiere saber captar el fondo de verdad de ‚sta, introducir a los
     personajes principales y secundarios, documentarse, barajar cuantas vertientes puedan
     considerarse de inter‚s para el conocimiento del tema y reflejar con el tono y la emoci¢n en su
     punto, los tonos y las emociones de la vida que se relata. Eso es dif¡cil y adem s muy
     arriesgado. Es m s f cil cubrir una manifestaci¢n o una declaraci¢n.


     Piensen que ‚ste es un tema delicado, complejo y un punto escabroso; un tema deslizante,
     escurridizo pero con f‚rreos cimientos. La sociedad hace ante ‚l la vista gorda; un asunto tan
     viejo que la costumbre lo ha admitido como un mal menor o acaso como un bien mayor. Los
     vecinos protestan pidiendo £nicamente que se aparte a las prostitutas de las calles por donde
     tienen que pasar sus hijos. En todo caso, hay que ver c¢mo se aborda este tema. Por si fuera
     poco, se mueve mucho dinero, se habla de 12.000 millones de euros, he le¡do cifras de 4
     billones de pesetas, aunque no s‚ transformarlo en euros.
     Se acusa de que los medios no dan la voz a las prostitutas y es cierto porque no la tienen.
     Pero, tambi‚n es cierto que entrevistar a una prostituta servir¡a de poco si no se tiene el tiempo
     suficiente como para dedicarle el esfuerzo que ha de acompa¤ar a cualquier investigaci¢n,
     porque ‚sta es una cuesti¢n de investigaci¢n, de dedicaci¢n, de esfuerzo, de dinero por parte de
     las empresas period¡sticas, etc‚tera. Por tanto, es dif¡cil que un medio entre de lleno en esta
     cuesti¢n teniendo en cuenta el entorno que le rodea.
     En general es cierto que tambi‚n los medios a grandes rasgos --otra cosa es luego leer el texto
     o ver el documental completo-- victimizan a la prostituta, es cierto que exageradamente, unas
     veces son v¡ctimas de las redes y otras de su condici¢n de inmigrantes, de los vecinos, etc‚tera.
     Baste el titular del peri¢dico ®El Pa¡s¯ que dice: entre las mafias y la regularizaci¢n y como
     subt¡tulo: las redes que trafican con la prostituci¢n mueven en Espa¤a 12.000 millones de euros
     anuales.




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     De ah¡ que la reacci¢n a iniciativas municipales para restar al menos visibilidad a la prostituci¢n
     callejera suelen provocar cr¡ticas importantes en los medios, sobre todo, en los del sesgo
     contrario al del pol¡tico y pocas alabanzas en los medios afines porque, como he dicho antes,
     tocan vientos a favor de la prostituci¢n. Pero, adem s, en un mundo de amplio espectro como
     es ‚ste, con tantos pliegues y aristas, con tal c£mulo de diferencias en las historias y en las
     experiencias vividas no hay un tema, ni una orientaci¢n, ni un contexto, ni una £nica verdad;
     existir n tantos como gentes vivan de una actividad en efecto que parece tan antigua como el
     mundo.
     Cuando todo esto ocurre de esta manera, ¨c¢mo abordamos la cuesti¢n? Les aseguro que
     habr pocas tareas que se igualen en dificultad a la de intentar transmitir eso que llamamos
     conocimiento de los hechos, de las situaciones, de las tendencias desde el deber de ser
     veraces porque es una tarea que depende del resultado de muchas variables, de la intervenci¢
     n de muchas voces, de la indagaci¢n, del conocimiento que se debe extraer de terceras
     personas, de versiones, de testimonios; pura investigaci¢n, como antes dec¡a. Por cierto,
     habr¡a que hablar del silencio, culpable, de aquellos que puedan desmentir muchos de los
     datos publicados: si son falsos, qui‚nes minimizan la importancia de las redes en el mundo de la
     prostituci¢n y consideran que los medios crean alarma social, o al rev‚s, qui‚nes conocen algo
     m s sobre ellos y consideran que los medios no lo cuentan por inter‚s propio. ¨Por qu‚ no
     intervienen en el proceso informativo? Ortega tambi‚n hablaba del silencio culpable cuando
     dec¡a que es menester revolverse en‚rgicamente contra el parasitismo hist¢rico de las clases
     superiores.
     Hay muchas posturas, la posibilista, la moralista, la abolicionista, la reglamentista y todas con
     argumentos s¢lidos y contrarios entre ellas.
     Por tanto, ¨c¢mo abordamos la cuesti¢n? ¨Qui‚n ha pensado en las familias de las prostitutas,
     en su entorno y en el problema de los hijos al que nadie se refiere? ¨Y qui‚n ha acudido a los
     vecinos para considerar todo eso que ellos critican, que quieren librarse de la prostituci¢n
     porque creen que podr¡an acudir a otros lugares dado que entienden restan beneficios a sus
     negocios o que ofrecen una visi¢n que no desean para sus hijos, etc‚tera? Deteng monos en los
     medios y los anuncios de la prensa escrita --y con esto termino--, ¨qui‚n se ha interesado en
     conocer realmente lo que hay detr s de los mismos? F¡jense en los anuncios de la prensa
     escrita que s¢lo en esta medida se ofrecen en Espa¤a; hay cuatro aspectos que considero
     importantes destacar referente a los reclamos. Por un lado la sumisi¢n, por otro, el vicio, la
     edad y por £ltimo el servicio ofrecido.
     La sumisi¢n, es decir, el haz conmigo lo que quieras, cuando quieras, las veces que quieras, el
     tiempo que quieras. No es necesario que les lea ninguna de las frases, la alusi¢n al vicio y a
     sus sin¢nimos: viciosa, muy viciosa, morbosa, etc‚tera. Alusi¢n a la edad: mujercitas, jovencitas,
     rasurada, ani¤ada. Alusi¢n a todo tipo de servicios, todo por 18, 20, 30 euros. Luego est n los
     anuncios de ofertas: gana mucho dinero, r pido, seguro, f cil; se necesitan se¤oritas liberales,
     se puede ganar 12.000, 15.000 ¢ 20.000 euros.
     ¨Qu‚ puede hacer la prensa ante tanta complejidad? ¨Qu‚ se puede hacer? En definitiva, hay
     que regular esta actividad pero, si duda, teniendo en cuenta lo que hay detr s de ella, su
     complejidad, todos los aspectos que hay que abordar para conocer este tema. Es inevitable su
     regulaci¢n pero debe prevalecer el hecho de que efectivamente con ello estamos aceptando el
     ejercicio de la violencia; otra cosa es que no quede m s remedio que aceptarlo como bien
     mayor o mal menor, como he dicho antes. No es un asunto como para pedir a los medios de
     comunicaci¢n la claridad impropia de un galimat¡as; tambi‚n es un tema complicado para esta
     Comisi¢n y, por supuesto, s¢lo el hecho de que exista es un punto de esperanza.
     Nada m s y perd¢n por mi extensi¢n. Muchas gracias.

     La se¤ora PRESIDENTA: Muchas gracias, se¤ora Diezhandino, por su experimentada visi¢n
     sobre el papel de los medios de comunicaci¢n en este tema de estudio por parte de esta
     Comisi¢n.
     A continuaci¢n, por el Grupo Parlamentario de ConvergŠncia i Uni¢, tiene la palabra don Jordi
     Xucl….

     El se¤or XUCLË I COSTA: Muchas gracias, se¤ora Presidenta.
     Muchas gracias, profesora Diezhandino, por sus aportaciones que me parecen muy
     interesantes desde dos puntos de vista: porque ha realizado un an lisis panor mico de las otras
     comparecencias que se han producido en esta Comisi¢n y se ha constatado que se ha
     informado de esas fuentes,

     y por las reflexiones que nos acaba de plantear sobre la manipulaci¢n medi tica, sobre la relaci¢
     n entre medios, y entre esta Comisi¢n y los pol¡ticos.
     Me es dif¡cil plantearle preguntas concretas. Una de las primeras que hago a los
     comparecientes es sobre su postura ante una eventual regulaci¢n. Usted ha empezado con una




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     declaraci¢n de principios, como as¡ la define, posicion ndose desde un punto de vista moral de
     forma abolicionista, al igual que ha reflexionado sobre los valores y la l¢gica en el mercado en
     la sociedad actual.
     Yo comparto alguna de sus reflexiones en t‚rminos generales. Seguramente esta Comisi¢n
     tiene la obligaci¢n de realizar aproximaciones m s parciales a esta realidad, intentando costre¤ir
     cualquier manifestaci¢n de violencia, es decir, intentando acotar la equiparaci¢n del sexo con la
     l¢gica del mercado.
     Me han parecido muy interesantes algunas de sus aportaciones referidas al debate pol¡tico en
     Francia en este momento. Me hab¡a despistado y no lo hab¡a seguido, quiz s porque con el
     inicio de los trabajos y los debates de esta Comisi¢n hab¡amos perdido un poco la perspectiva y
     s¢lo conoc¡a los casos de Holanda, Alemania, Suecia y desconoc¡a ese debate m s que
     discutible sobre la expulsi¢n £nicamente de las prostitutas extranjeras en ese pa¡s.
     Ya he dicho que seguramente la pol¡tica es a veces el arte de aproximarse una por una a las
     utop¡as desde un camino de realidades, y hay algunos aspectos que nos ha planteado que
     pueden ser interesantes para todos; por ejemplo, las medidas para perseguir la b£squeda
     activa o pasiva de los clientes, que tendr¡amos que tomar en consideraci¢n. En esta misma
     l¡nea tambi‚n podr¡amos hacer una reflexi¢n conectada con los medios de comunicaci¢n sobre
     la publicidad del sexo a trav‚s de los contenidos de los anuncios y su propia limitaci¢n. Quiero
     pensar que la prensa no se mueve por ingresos econ¢micos a la hora de intervenir en este
     debate. De la misma forma que alrededor de los n£meros er¢ticos 906, con el paso del tiempo
     se ha entrado en una regulaci¢n, seguramente tambi‚n podr¡amos llegar a unas conclusiones
     en cuanto a la cuesti¢n de los anuncios como un trabajo parcial de esta Comisi¢n.
     Me parece que a todos los miembros de esta Comisi¢n nos une un com£n denominador con
     usted que es la diagnosis; peor que nos encontramos en el momento actual es dif¡cil estar y,
     por tanto, debemos adoptar unas medidas, no s‚ si abolicionistas o de intervenci¢n de los
     poderes p£blicos para luchar contra algunos abusos. Y en esta lesi¢n a los derechos humanos
     que nos ha anunciado desde un punto de vista de declaraci¢n de principios, pivota
     precisamente la dificultad que nos ha planteado en la segunda parte de su intervenci¢n sobre la
     interpretaci¢n exacta de los medios de comunicaci¢n con respecto a un tema tan complejo, con
     poca informaci¢n y pocas fuentes fiables como es el de la prostituci¢n. Usted ha hablado de la
     desinformaci¢n en la sociedad de la informaci¢n y la tremenda confusi¢n de datos al respecto.
     Aunque sea de forma divagante --porque no es tema de esta Comisi¢n ni tampoco quiero
     discrepar de forma frontal-- me gustar¡a matizar unos aspectos. En primer lugar, me parece que
     la prensa, como usted dec¡a, interpreta cada vez menos; realiza m s una funci¢n de transmisi¢n
     de las voces, y tiene su propia l¡nea editorial, en la cual muchas veces existe una actitud poco
     valiente en comparaci¢n con la de otros modelos de diferentes pa¡ses a la hora de tomar
     partido por una determinada l¡nea.
     En estos momentos en Espa¤a ning£n peri¢dico de referencia a nivel estatal ha tomado partido
     a favor de posturas revolucionistas o abolicionistas. Usted ha relativizado mucho el papel y la
     capacidad de influencia de los medios de comunicaci¢n pero a mi modo de ver contin£an
     teniendo una importante capacidad de impacto en la sociedad, al igual que la sociedad civil
     tiene capacidad de discernir y de llegar a conclusiones por sus propias reflexiones. Por ejemplo;
     tambi‚n nos apuntaba, que en materia de malos tratos los medios de comunicaci¢n han
     realizado una funci¢n positiva; han sido altavoces de una realidad que podr¡a existir hace dos,
     tres, cuatro o cinco a¤os, pero, £ltimamente, las medidas pol¡ticas, acompa¤adas por las
     medidas de popularidad del fen¢meno y de su problem tica, tambi‚n han ayudado.
     Me parece que los medios algunas veces toman partido, como dec¡a, a trav‚s de unas fuentes
     quiz s no lo suficientemente informadas. En ocasiones, los miembros de esta Comisi¢n
     formamos parte del listado de fuentes. Muchas veces nos han llamado y hemos aportado
     nuestros datos, en ocasiones bien informados y otras fruto de esta informaci¢n parcial.
     Quiero referirme a una noticia que se publicaba en el peri¢dico de ®La Vanguardia¯ el jueves
     pasado con respecto al tema que nos ocupa, cuyo titular dec¡a: Impotencia ante la nueva
     esclavitud, y un art¡culo: ®El vud£ de la madame¯ . Seguramente que existen historias m s
     interesantes desde un punto de vista period¡stico, pero esta informaci¢n iba acompa¤ada de un
     art¡culo sobre el tr fico sexual infantil en Europa. En muchas ocasiones este punto de vista que
     s¢lo apunta a lo m s morboso procede de los medios de comunicaci¢n.
     Termino planteando una pregunta, ya que he encontrado algunos puntos de discrepancia con
     su exposici¢n. De la misma forma que existen c¢digos deontol¢gicos generales para tratar la
     informaci¢n, ¨piensa usted que el mundo de la comunicaci¢n espa¤ol est bastante maduro para
     apostar por alcanzar un m¡nimo com£n a la hora de afrontar el debate sobre la prostituci¢n?
     Este ir a m s durante los pr¢ximos meses y a¤os, sin contar en modo alguno con la complicidad
     pero s¡ con un intento de objetivizaci¢n por parte de los medios de comunicaci¢n; en ese caso
     las tareas de esta Comisi¢n y del conjunto de los poderes p£blicos serian m s f ciles.
     Nada m s. Muchas gracias, se¤ora Presidenta.




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     La se¤ora PRESIDENTA: Muchas gracias, senador Xucl….
     Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra do¤a F tima Aburto.

     La se¤ora ABURTO BASELGA: Gracias, se¤ora Presidenta.


     Quiero agradecer a do¤a Pilar Diezhandino el esfuerzo y el trabajo que ha realizado en esta
     comparecencia que adem s ha sido muy interesante.
     Lo que m s me ha llamado la atenci¢n es algo que d bamos por sentado, referente a que los
     medios de comunicaci¢n son el cuarto poder y me sorprende que lo niegue. Es cierto que el
     ejemplo del 11 de septiembre es muy llamativo, los medios lo reflejaron tal como ocurri¢.
     Tambi‚n es cierto que exist¡an im genes y esto es dif¡cil de tergiversar porque aunque se puede
     hacer, evidentemente, es bastante m s complicado. El hecho se constata con m s seguridad
     que cuando se expresan s¢lo opiniones.
     En la l¡nea de lo que comentaba el senador Xucl…, es cierto que todav¡a en Espa¤a se sigue
     insistiendo mucho en la prensa como independiente cuando en realidad todos tenemos, como
     se refleja en los ponentes de esta Comisi¢n, contradicciones. Eso no es otra cosa que el factor
     humano.
     Dependiendo de quienes expongan los hechos, ‚stos cambian; es algo inevitable. Lo mismo
     ocurre con los medios de comunicaci¢n, pero la opini¢n generalizada es que ‚stos deben ser
     independientes y les acusamos de algo que quiz hagamos todos; la cuesti¢n est en que
     presumen de ello y no deber¡an hacerlo limit ndose a expresar su opini¢n. Como dice el
     senador Xucl…, deber¡an ser m s claros, m s valientes y defender una l¡nea editorial propia
     porque ser¡a bastante m s claro, se podr¡a formar mejor una opini¢n y ser¡a m s honesto.
     De todas formas, no conozco muy bien los l¡mites de los c¢digos deontol¢gicos de los medios o
     c¢digos ‚ticos y si han realizado un esfuerzo importante en cuanto a la perspectiva de g‚nero.
     Queda mucho por hacer en la cuesti¢n de las mujeres y, como ha dicho la ponente, la
     investigaci¢n period¡stica conlleva much¡simo dinero, muchos recursos y mucho esfuerzo, pero
     se hace; sin embargo, a algo tan importante como es la prostituci¢n, merecer¡a much¡simo la
     pena dedicar recursos y dinero pero, qu‚ casualidad, es un tema de mujeres. ¨Puede que esto
     influya? Es algo que le planteo.
     Desde el principio, se ha posicionado como abolicionista pero tambi‚n est la contradicci¢n de
     ser partidaria de la regulaci¢n, puntualizando que con ella apoyamos la violencia. Puedo estar
     muy de acuerdo en esa postura pero hay otro factor a favor de la regulaci¢n. En esta Comisi¢n,
     hemos repetido m s de una vez que existen much¡simas cosas por conocer dentro de la
     prostituci¢n, de las que sabemos muy poco, y una de ellas es la opini¢n de las propias
     prostitutas, y, como dec¡a otro compareciente, la opini¢n p£blica respecto a este tema. La
     regulaci¢n de esta actividad, oficio o trabajo para las inmigrantes ser¡a distinto, pero si se
     pudiera regular para las prostitutas espa¤olas a lo mejor se conseguir¡a que ‚stas tuvieran m s
     voz, y de esta manera todos podr¡amos tener m s conocimiento de este asunto, y saber de lo
     que carecen, pero todav¡a nos falta much¡simo para ello.
     Creo que no no tengo nada m s que decir. Gracias.

     La se¤ora PRESIDENTA: Gracias, senadora Aburto.
     Por el Grupo Parlamenterio Popular, tiene la palabra do¤a Cristina Tejedor.
     La se¤ora TEJEDOR UTRILLA: Gracias, se¤ora Presidenta.
     En primer lugar, he de agradecer a do¤a Pilar Diezhandino su intervenci¢n en esta Comisi¢n a
     lo largo de esta tarde y tambi‚n felicitarla por los datos que nos ha aportado, como dec¡a el
     senador Xucl…, respecto a su informaci¢n de la situaci¢n actual en Francia con el proyecto de
     regulaci¢n sobre determinados aspectos de las prostituci¢n que tambi‚n desconoc¡a.
     Los portavoces de los grupos parlamentarios de ConvergŠncia i Uni¢ y Socialista han
     interpretado una intenci¢n diferente en la ponente. El se¤or Xucl… ha interpretado que la
     ponente estaba a favor de la abolici¢n y la portavoz del grupo parlamentario socialista, F tima
     Aburto, que estaba a favor de la regulaci¢n, solucionando toda esa complejidad que ‚sta
     conlleva. Me gustar¡a que nos aclarara su postura porque se han barajado las dos opciones
     dentro de la complejidad del asunto que nos trae a esta Comisi¢n.
     Por otra parte, tambi‚n se han dicho una serie de cosas con relaci¢n a la importancia o
     influencia de los medios de comunicaci¢n que, en definitiva, afectan much¡simo en cualquier
     aspecto de actualidad de la sociedad respecto a un planteamiento u otro. En mi opini¢n, lo que
     los medios de comunicaci¢n reflejan respecto al tema de la prostituci¢n es, por una parte, esas
     p ginas completas de anuncios que generan unas cifras millonarias para los medios como
     consecuencia de su publicaci¢n y, por otra, lo que habitualmente nos llega con relaci¢n a la
     prostituci¢n que son esas detenciones que se producen en las mafias, redes, alg£n local o
     espacio donde se tiene a determinadas mujeres en una situaci¢n de semiesclavitud o de
     explotaci¢n total. Tambi‚n la pol‚mica que surge en ocasiones en algunas zonas de las grandes




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     ciudades con relaci¢n al ejercicio de la prostituci¢n por las posibles molestias que se pueden
     causar a los vecinos, comerciantes de ese barrio o de esa determinada zona.
     Sin embargo, los medios de comunicaci¢n adolecen de la existencia de una l¡nea editorial
     concreta apoyando una u otra postura en torno a la regulaci¢n, o la abolici¢n en estos temas
     tan complejos inmersos en el mundo de la prostituci¢n. No creo que sea £nicamente porque se
     pueda considerar un tema de mujeres porque, en mi opini¢n, la prostituci¢n es un tema econ¢
     mico, de mujeres y de hombres; en definitiva, no podemos considerar que la prostituci¢n afecta
     s¢lo a las mujeres porque aunque las v¡ctimas, entre comillas, que a veces no lo son, sean las
     mujeres, en su conjunto es un campo muy amplio.
     Me gustar¡a destacar que ha quedado clara la opini¢n de la ponente en su comparecencia de
     esta tarde respecto a que la cuesti¢n de la prostituci¢n es muy compleja no tanto por todos los
     aspectos que la rodean sino por el an lisis de las distintas intervenciones que se han producido
     desde que se iniciaron los trabajos en esta Comisi¢n y que es muy dif¡cil encontrar una l¡nea
     concreta porque cada uno de los ponentes que han acudido nos han aportado aspectos muy
     diferentes con relaci¢n a la misma y se ha puesto de manifiesto, como bien ha dicho, la
     complejidad de abordar una soluci¢n a este tema.


     En definitiva, no quer¡a extenderme m s en el tiempo dado que es la primera comparecencia.
     Unicamente me gustar¡a que nos aclarara este aspecto que planteaba al principio de mi
     intervenci¢n.
     Muchas gracias.

     La se¤ora PRESIDENTA: Gracias, senadora Tejedor.
     A continuaci¢n, tiene de nuevo la palabra la se¤ora Diezhandino.

     La se¤ora DIEZHANDINO NIETO (Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad
     Carlos III): Muchas gracias, se¤ora presidenta.
     En primer lugar, pido disculpas porque me he extendido especial e innecesariamente en mi
     exposici¢n. Pero lo cierto es que el tema es tan rico que finalmente me he involucrado
     excesivamente en ‚l.
     Respecto a la idea com£n de todas las intervenciones sobre si soy abolicionista o
     reglamentista, el se¤or Xucl… ha dicho que parto de principios morales cuando hablo de mi
     posici¢n sobre la prostituci¢n. No s‚ si lo hago, creo que no, simplemente es que siempre hay
     un principio moral en todo, ‚tica obviamente, no podemos darle la espalda a esto.
     Hablo quiz desde la idea de los valores, desde la idea de que todo no puede ser mercado y
     que se est utilizando demasiado ese t‚rmino cuando hablamos de la prostituci¢n; si existe un
     mercado por qu‚ no regularlo, si hay tanto dinero de por medio, etc‚tera. Las propias mujeres
     que trabajan en la prostituci¢n se preguntan d¢nde se encuentra ese trabajo que les permita
     ganar tanto como en lo que hacen porque entonces se ir¡an, pero es que no existe ese trabajo.
     Existe un valor por encima de la ganancia y eso es lo que me preocupa, que todo se iguale por
     abajo, que todas las profesiones son v lidas, que ‚sta es una profesi¢n; es igual siempre que los
     valores prevalezcan, y aqu¡ evidentemente algunos no prevalecen.
     Esta es mi posici¢n. Mi deseo ser¡a que no existiese la prostituci¢n. Es una cuesti¢n que afecta
     a la lucha que mantenemos en favor de la igualdad en la que nunca se van a dar pasos
     positivos, porque existe un principio de violencia, de abuso; en los propios anuncios est muy
     claro que se hacen sobre la base de la sumisi¢n, el haz lo que quieras, en un momento en que
     el hombre est empezando a dar un poco la media vuelta en su propia casa cuando la mujer ha
     tomado la parte de responsabilidad que como tal le corresponde en el hogar y en el mundo
     laboral. Es decir, no estamos avanzando, pero si hay que regular, hag moslo. No soy
     abolicionista por una cuesti¢n moral; quiz s haya una cuesti¢n trasnochada que queda en m¡ de
     la lucha feminista, de la igualdad entre g‚neros. Frente a todo por lo que he luchado veo
     claramente que en este tema hay un discurso contrario a ese favor que pretendemos hacer a la
     lucha por la igualdad.
     Por tanto, efectivamente, ante el hecho evidente de que esto es as¡, que el problema se
     encuentra en todos los pa¡ses, si hay que regularlo, hag moslo, pero sabiendo lo que hacemos,
     en qu‚ mundo estamos interviniendo y conozcamos cu l es ese mundo, qu‚ existe detr s de ‚l,
     regul ndolo a sabiendas de lo que estamos haciendo porque mi opini¢n es, si se considera
     importante, que estamos beneficiando a las redes, a los empresarios, etc‚tera; a todos aquellos
     que est n obteniendo grandes sumas de dinero. Por eso es imprescindible que se regule
     partiendo del principio de que existen derechos y obligaciones para las prostitutas, para los
     clientes, para los empresarios, etc‚tera y no dando por bueno que el hecho que se nos plantea
     de esta manera es muy complejo y muy dif¡cil de regular, pero vamos a entrar en ‚l, y por eso
     he dicho que primero hay que conocerlo. Es lo mismo que hacer un relato period¡stico; mal se
     podr confeccionar un buen relato si no has entrado en el mbito en el que la historia se ha




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     producido; si no conoces a las gentes; si no sabes sus datos; si no has palpado el tono y la
     emoci¢n que se vive ah¡; si no sabes qu‚ consecuencias y qu‚ antecedentes hay en ellos; si no
     sabes si sufren o no; si vibran o no; si gozan o no.
     Lo que yo veo es que existe violencia, evidentemente, pero tambi‚n que hay una situaci¢n de
     hecho y, aunque me cueste personalmente, tengo que creer que existe una voluntad por parte
     de muchas prostitutas de serlo, por tanto, ¨qui‚n soy yo, si tuviera que ser alguien, para
     oponerme? Pero si se ha de regular que se haga sabiendo lo que se hace, no s¢lo conociendo
     las cifras de mercado, las cifras de beneficios y las cifras de mujeres, sino conoci‚ndolas a ellas,
     y por eso mencionaba tambi‚n a los hijos. Es muy importante saber qu‚ mundo es ‚ste, c¢mo se
     vive en ‚l, qu‚ hay detr s de ‚l. Leemos en la prensa, quiz s en demas¡a o solamente, que existen
     redes, que a las mujeres les hacen vud£ o ese tipo de cosas cuando las redes las manejan
     africanos; he le¡do varios art¡culos en esta temporada, tambi‚n el otro d¡a le¡ algunas cosas
     terribles. Posiblemente sea exagerado pero, ¨y si es s¢lo medianamente cierto? ¨En qu‚ mundo
     entramos? Aunque s¢lo sea medianamente cierto --como decimos acerca del terrorismo--,
     basta con uno.
     Esa es mi postura. Me gustar¡a que no existiera pero ya que existe, ya que tenemos que
     regularlo, ya que hay mujeres que toman esa decisi¢n, debe saberse que no es una cuesti¢n
     que vaya a beneficiar como tal al principio de igualdad entre sexos; ‚sa es al menos mi idea sino
     m s bien al contrario, estamos viendo muchos retrocesos en la sociedad del conocimiento y del
     progreso. No me quiero extender mucho en esto.
     El se¤or Xucl… ha mencionado lo de los anuncios en los medios de comunicaci¢n; no s‚ muy
     bien cu l era la vertiente, pero en todo caso se mueve mucho dinero. Ahora bien, cuando se
     habla de prensa yo hablo de periodistas; ‚stos no funcionan porque haya o no dinero en t‚rminos
     generales, porque muchos tambi‚n son gestores, pero en esta cuesti¢n no informan m s o
     menos porque vayan a desequilibrar el estado de las cuentas de sus empresas, porque haya
     m s o menos anuncios. Por supuesto que no, con independencia de que el no rotundo es una
     generalidad y obviamente siempre existen excepciones.
     Dicho esto, tambi‚n hay que retomar aquel eslogan de la Espa¤a diferente; hemos de llegar a la
     conclusi¢n una vez m s de que diferimos en aspectos que no nos gustan; somos gente que
     tratamos de luchar por un pa¡s, justo, moderno, dem¢crata; quiz s sea porque haya que
     perseguir al

     cliente, quiz sea porque haya que perseguir la incitaci¢n a la b£squeda del servicio de la
     prostituci¢n; quiz sea porque haya que endurecer las leyes, pero lo que es cierto es que existe
     una permisibilidad mayor de la que existe en los pa¡ses de nuestro entorno y tambi‚n lo es que
     los anuncios que aqu¡ se leen no se ven en ning£n otro pa¡s de nuestro mbito. Eso es as¡
     lamentablemente. Me parece un esc ndalo que se publiquen en peri¢dicos como ®El Pa¡s¯ que
     dicen que no informan sobre boxeo porque es un deporte violento o sobre la violencia; es una
     contradicci¢n. Pero en este sentido, al mismo tiempo el medio puede decir y ¨por qu‚ no?
     ®ABC¯ se resisti¢ durante mucho tiempo y ®YA¯ no quiso nunca introducir este tipo de
     anuncios. Pero, ¨por qu‚ no?, si estamos en un mercado, est permitido y no existe nada en
     contra. Al final, la l¢gica del mercado es la que se impone. Por tanto, si se trata de regular la
     prostituci¢n que en los reguladores no se imponga la l¢gica del mercado; ‚sa es la cuesti¢n.
     No s‚ si los medios abordan suficientemente o no la cuesti¢n de la prostituci¢n. En mi exposici¢
     n he dicho que es un tema delicado, con muchas vertientes, en el que ni los pol¡ticos ni los
     expertos se ponen de acuerdo; es algo oscuro, un galimat¡as. Ante este tipo de cuestiones los
     medios se previenen un poco no abord ndolos o haci‚ndolo a partir de la informaci¢n que les
     llega de fuera; la nota de la Guardia Civil, la manifestaci¢n, la actuaci¢n de la sociedad civil, los
     movimientos vecinales, las manifestaciones de las propias prostitutas. Informaciones concretas
     muy puntuales sobre actuaciones a partir de las cuales no necesitan ofrecer su posici¢n como
     medios, simplemente informan. Ahora bien, informan mucho porque tambi‚n lo hacen sobre
     regulaci¢n en otros pa¡ses; sobre diferencias entre tipolog¡as de prostitutas; sobre la implicaci¢
     n de la prostituci¢n en la inmigraci¢n; es decir, no existe mucha cantidad de informaci¢n, pero al
     final la suficiente como para si se siguiera obtener recursos y estar medianamente enterados.
     ¨Por qu‚ no se posicionan? ¨Y por qu‚ lo van a hacer?, pregunto. ¨Por qu‚ se pide al medio que
     lo haga si no lo ha hecho el pol¡tico ni el experto que ha estudiado este tema, que lo conoce,
     que lo ha palpado? Ellos s¡ se posicionan, lo tienen claro. En este caso, es lo que decimos de la
     acusaci¢n a los medios acerca del discurso sobre la connivencia que est tratando de
     introducirse en la idea general entre prostituci¢n e inmigraci¢n y entre inmigraci¢n y violencia
     callejera. En realidad el medio lo que hace es seguir --y ‚sa es una acusaci¢n que se le debe
     hace-- el discurso del pol¡tico. Pero no olvidemos que antes de que el medio informe sobre esa
     cuesti¢n, el pol¡tico le ha hablado de ello; algo se ha movido en la clase pol¡tica en ese terreno
     para que el medio llegue a hablar sobre esa cuesti¢n.
     Por tanto, la se¤ora Aburto ha dicho que segu¡amos pensando que la prensa era el cuarto
     poder o que tiene m s poder del que yo expresaba en mi exposici¢n, he de decir que quiz lo




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     haya reducido mucho, pero desde luego nox es un cuarto poder.
     Otra cuesti¢n en ese sentido es que los pol¡ticos tienen mucho m s poder que la prensa; quiz s
     esto sea un poco exagerado, pero estoy casi convencida de ello. El poder de la prensa se est
     reduciendo cada d¡a m s, entre otros motivos porque cada vez existen m s medios e internet ha
     desproporcionado todo. Cada vez existen m s fuentes que aportan informaci¢n; la informaci¢n
     de la que antes dispon¡a s¢lo el periodista, ahora la tiene cualquier individuo que acceda desde
     su casa con un ordenador a internet. Cada vez existen m s voces, m s posibilidades de
     informarse, m s medios para conseguirlo, etc‚tera. Lo importante es diluir el poder de los
     medios. Quiz hablamos en este sentido de los tradicionales medios de comunicaci¢n y porque
     la propia sociedad civil ha empezado a moverse frente al poder pol¡tico en este caso, pero ha
     actuado frente a los medios como un agente que ha cambiado la agenda de ‚stos.
     Por tanto, les aseguro que cada vez es menos su poder y cuando he citado lo que me ocurri¢ el
     a¤o pasado entonces dije: gracias a los medios se ha cambiado, pero resulta que despu‚s
     vemos que esa cifra era coyuntural, s¢lo para ese a¤o, y que al siguiente volvemos a las
     mismas. Entonces, gracias al tratamiento, cada vez m s adecuado que del tema de la mujer
     realizan los medios, se va ayudando a cambiar poco a poco a las gentes en su mentalidad,
     pero no han sido ellos los que han iniciado este camino sino las asociaciones, las propias
     mujeres que se han constituido en ONGs, en peque¤os grup£sculos que intentan ayudar a sus
     convecinos que tienen problemas de malos tratos, la judicatura, los pol¡ticos que han entrado
     en el discurso de la calle de: hasta aqu¡ hemos llegado, hagan algo.
     Por tanto, no piensen que a lo largo de mi exposici¢n he estado apoyando a los medios, pero
     quiero que contemplen cu l es su posici¢n. Habl bamos de los medios como los resortes, los
     aportes y tambi‚n como los que informan, pero siempre a toro pasado. Primero ha sido la
     sociedad la que se ha movido; ha sido la asociaci¢n de vecinos la que ha organizado la
     manifestaci¢n para que los medios hablen de los vecinos; unos pensar n que son unos
     intransigentes, en cambio otros pensar n que se han movilizado porque ya est bien. F¡jense
     que la propia Guardia Civil est organizando lo que llaman sus peque¤as oficinas de informaci¢
     n y muchas veces, m s de las necesarias, llegan estos comunicados de prensa
     --menciono a la Guardia Civil, pero puedo mencionar cualquier gabinete de comunicaci¢n-- y los
     medios los reproducen textualmente sin ni siquiera contrastar o abundar en esa informaci¢n.
     La sociedad se est organizando para impulsar a los medios a que hablen de esos temas, ¨por
     qu‚ tienen que movilizarse permanentemente en contra de?, porque haci‚ndolo aparecen los
     medios y el pol¡tico los teme y el pol¡tico act£a, no por el poder del medio sino porque es una
     plataforma indispensable. No se puede hacer nada sin ellos, ya no hay posibilidad; ni siquiera
     ese se¤or que tiene tanto poder empresarial, tambi‚n necesita el medio. Pero el pol¡tico tiene
     mucho m s poder en su actuaci¢n que el medio, entre otras cosas porque puede utilizarlo,
     mientras que ‚ste s¢lo qu‚ puede hacer; el principio fundamental es el relato de los hechos y
     necesita a las gentes para que le cuenten qu‚ ha pasado y c¢mo y, entre otros, al propio
     pol¡tico. Lo que ocurre es que existe una cierta

     renuencia, rechazo o quiz miedo a acercarse al medio; es lo que he querido decir en mi
     intervenci¢n. Ustedes son m s creadores de opini¢n que el medio aunque lo tengan que hacer a
     trav‚s de ‚l. Y es que tienen que colaborar, hay que inducir a las gentes a hacerlo; es decir, ese
     silencio es muy a menudo culpable de quienes critican pero no dan respuestas.
     Quiz en la prostituci¢n tambi‚n ocurre porque es algo referente a la mujer; no lo s‚, pero en todo
     caso lo que pasa --en mi opini¢n y lo pongo tambi‚n en tela de juicio-- con la prostituci¢n es que
     el medio no se atreve a definirse quiz por temor, porque estamos en un pa¡s muy permisivo en
     general y no s¢lo con este tema; incluso con el terrorismo ha tenido que llegar un punto en que
     se diga que ya no se puede m s, tendr n sus razones tambi‚n.
     Por tanto, el medio, que al fin y al cabo son personas, seguramente no se posiciona sobre este
     tema y si la tuviera a lo mejor prefiere no exponerla. En todo caso, ¨cu l es la posici¢n del
     medio?, ¨la de la empresa?, ¨la del periodista?, ¨el especialista en temas de sociedad que
     aborda esta cuesti¢n? ¨Cu l es? ¨Qui‚n es qui‚n en el medio para tomar esa posici¢n? De todas
     formas lo han hecho; ha habido m s de un editorial sobre este tema.
     No hace mucho he le¡do uno en ®El Mundo¯ a favor de la regulaci¢n a sabiendas de lo que
     significa o de lo que significa el problema que se vive en las calles; ha sido el clamor de hacer
     algo aunque sea menos bueno de lo que todos quisi‚ramos. El medio en este momento tambi‚n
     ha entrado en un espacio muy complicado porque son grandes grupos empresariales muy
     fuertes, con much¡simo poder, muy implicados en los distintos poderes sociales, econ¢micos,
     pol¡ticos, etc‚tera y, por tanto, se cuidan mucho de opinar sobre algo que puede afectar a parte
     de sus corresponsables empresariales. Existen muchos elementos a considerar tambi‚n.
     No s‚ si con esto habr‚ contestado a todas las cuestiones.

     La se¤ora PRESIDENTA: ¨Desea a¤adir algo m s?
     La se¤ora DIEZHANDINO NIETO (Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad




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     Carlos III): Nada m s. Muchas gracias, ruego disculpen mi extensa intervenci¢n y espero no
     haber restado tiempo al siguiente interviniente. Les reitero las gracias por darme esta
     oportunidad de expresarme en esta Comisi¢n.

     La se¤ora PRESIDENTA: Muchas gracias, se¤ora Diezhandino.
     No se preocupe por la extensi¢n en su exposici¢n, dado lo interesante de lo expuesto y de la
     visi¢n que nos ha aportado del papel y de la funci¢n de los medios de comunicaci¢n en general
     y en concreto en esta cuesti¢n que estamos analizando. Le reiteramos nuestro agradecimiento
     por su presencia en el seno de esta comisi¢n y tambi‚n por sus aportaciones respecto a lo que
     ha se¤alado.
     En cinco minutos, reanudaremos la Comisi¢n con el siguiente compareciente (Pausa.)
     --DE DON JAVIER ALONSO TORRENS, PRESIDENTE DEL EQUIPO DE INVESTIGACION
     SOCIOLOGICA, EDIS (715/000278).

     La se¤ora PRESIDENTA: Reanudamos la sesi¢n con la comparecencia de don Javier Alonso
     Torrens al que damos la tambi‚n bienvenida al seno de la Comisi¢n. El se¤or Alonso Torrens es
     profesor en Sociolog¡a y Filosof¡a y su presencia aqu¡ se justifica por ser presidente de un
     equipo de investigaci¢n sociol¢gica (EDIS) y por haber sido autor de dos investigaciones
     espec¡fica sobre la prostituci¢n, una en 1974, la primera emp¡rica realizada en Espa¤a, y, otra,
     en 2001 sobre la aproximaci¢n al fen¢meno de la prostituci¢n femenina en la provincia de
     Salamanca.
     El se¤or Alonso tiene la palabra.

     El se¤or ALONSO TORRENS (Presidente del Equipo de Investigaci¢n Sociol¢gica (EDIS):
     Buenas tardes, efectivamente a lo largo de mi ya dilatada historia como profesional de la
     sociolog¡a y a partir de investigaciones emp¡ricas con las metodolog¡as que se emplean en este
     campo he tenido la oportunidad en dos ocasiones de aproximarme al mundo de la prostituci¢n.
     La primera fue en 1974, siendo ministro de la Gobernaci¢n don Manuel Fraga Iribarne quien
     promocion¢ la primera investigaci¢n en Espa¤a sobre la situaci¢n de la prostituci¢n; en aquel
     momento no hab¡a m s que prostituci¢n, por lo menos oficial y oficiosamente, femenina.
     Todav¡a no hab¡a muerto Franco, era otra Espa¤a; entonces se hablaba de una especie de
     n£mero m¡tico de aproximadamente 500.000 mujeres y lo digo porque a mi entender era un
     porcentaje muy alto de poblaci¢n femenina dedicado a la prostituci¢n y creo que nunca se
     prob¢ que existiera esa cantidad. Ahora bien, era un colectivo de unas caracter¡sticas
     completamente diferentes al que existe hoy. En aquel momento no hab¡a inmigraci¢n,
     pr cticamente todas eran mujeres hispanas, quiz s en la zona de la frontera portuguesa pod¡a
     haber alguna mujer de este pa¡s al igual que en la zona marroqu¡ en el sur. Ordinariamente casi
     todas ten¡an una caracter¡stica com£n: pertenec¡an al mundo pobre, casi todas. No era
     prostitutas de alto standing, que eran escasas. En aquel momento comenzaba el fen¢meno de
     los contactos telef¢nicos con una modalidad que proven¡a de los pa¡ses n¢rdicos y, sobre todo,
     de Estados Unidos. No exist¡a pr cticamente pero s¡ ten¡a como caracter¡stica que se trataba
     de un colectivo de mujeres pobres.
     El pasado a¤o y por iniciativa del Ayuntamiento y de la Diputaci¢n de Salamanca, as¡ como de
     una asociaci¢n que trabaja en Madrid, al igual que en Salamanca (APRAMP), se promovi¢ un
     estudio sobre la prostituci¢n femenina en esa provincia. Se encomend¢ a nuestro equipo
     (EDIS), el Equipo de Investigaci¢n Sociol¢gica y yo me encargu‚ del mismo.
     El estudio se realiz¢ en mi provincia que creo que tambi‚n es la de do¤a Cristina, Presidenta de
     la Comisi¢n, cuya ventaja es que es una especie de micromundo, son 350.0000 habitantes,
     donde se observan bastante bien los fen¢menos sociales y pudimos llegar casi a la totalidad de

     la provincia. Nos aproximamos mucho ya que nuestro planteamiento era modesto; no era
     nuestra intenci¢n decir la £ltima palabra ni un dogma de fe sino aproximarnos al fen¢meno de la
     realidad de la prostituci¢n femenina en la misma porque ya conoc¡amos --y me imagino que sus
     se¤or¡as tambi‚n lo conocen-- que ‚ste es un mundo fundamentalmente opaco, muy oscuro en
     much¡simas cosas y en el que se desconocen sus t‚rminos y sus l¡neas n¡tidamente.
     Realizamos una metodolog¡a relativamente novedosa porque nos aproximamos al fen¢meno a
     trav‚s de la visi¢n de los vecinos, de la prensa, de una parte de la opini¢n p£blica, de la opini¢n
     publicada, de los profesionales de los servicios sociales y de la sanidad, de la polic¡a as¡ como
     una observaci¢n directa de m s de la mitad de los clubes de alterne y g isquer¡as existentes en
     la provincia, al igual que una investigaci¢n directa en el colectivo de las prostitutas de todas las
     tipolog¡as existentes. Con respecto a este tema les voy a hablar brevemente, d ndoles unas
     pinceladas y despu‚s, si desean, podemos entablar un coloquio.
     En primer lugar, como soci¢logo, me llama la atenci¢n que el fen¢meno de la prostituci¢n
     femenina est‚ parad¢jicamente en crecimiento en una sociedad como la nuestra, que se
     considera libre en el terreno afectivo sexual y adem s igualitaria en cuesti¢n de g‚neros. Por




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Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002                 Página 15 de 21



     tanto, es un fen¢meno que como soci¢logo me interesa mucho observar; un fen¢meno que est
     creciendo.
     Observando este hecho en la provincia de Salamanca llegamos a la conclusi¢n de que s¢lo en
     un a¤o, de 1999 a 2000, hab¡a aumentado el n£mero de prostitutas, se hab¡a multiplicado por
     2,4. Seg£n datos de la Junta de Castilla y Le¢n que realiz¢ un estudio y tambi‚n de la misma
     Guardia Civil y de la Polic¡a, en 1999 exist¡an unas 350.000 dedicadas a la prostituci¢n y se
     produjo un incremento de aproximadamente 800 mujeres. Esta multiplicaci¢n se debi¢
     fundamentalmente como hecho social que es la prostituci¢n, a la llegada a Salamanca, igual
     que a toda Espa¤a, de un n£mero creciente de mujeres pobres del tercer mundo dentro de la
     llamada globalizaci¢n porque tambi‚n hab¡a cambiado la composici¢n en un a¤o del colectivo
     de la prostituci¢n femenina. Seg£n un estudio realizado por la Junta de Castilla y Le¢n, en el
     a¤o 1999 el 60 por ciento de las prostitutas ejercientes en Salamanca eran nacionales y en el
     a¤o 2000 el 80 por ciento eran extranjeras, seg£n la Guardia Civil.
     Este es un fen¢meno minoritario y aparentemente marginal, pero sobre todo opaco, del que la
     opini¢n p£blica sospecha ilegalidades y explotaciones pero que, a fin de cuentas, para la
     mayor¡a de los ciudadanos tiene una baja peligrosidad social como para que constituya un fen¢
     meno que amenace la tranquilidad personal y familiar y de los barrios, salvo en los casos de la
     prostituci¢n callejera de ¡nfima categor¡a donde se mezcla la droga, la violencia y todo lo que se
     considera un esc ndalo p£blico.
     Entiendo que la sociedad espa¤ola sigue la filosof¡a del viejo dicho:
     ®que se queme la casa, pero que no se vea el humo¯ , y los ciudadanos y ciudadanas hip¢crita
     y farisaicamente, la opini¢n p£blica, inclusive la publicada en la prensa y la radio, las
     autoridades y la misma Polic¡a est n tranquilos porque no hay excesivas broncas y porque lo
     poco que se ve, la punta del iceberg, no afecta a la seguridad de casi nadie.
     La prostituci¢n, como ustedes saben, no es oficialmente un delito en ciertas circunstancias
     pero, sobre todo, tiene un car cter opaco, laboral, econ¢mico, jur¡dico y fiscalmente; y si en
     estos momentos se multiplica --porque lo que ocurre en Salamanca, sucede igualmente en
     Soria, Segovia o Madrid-- es porque unas mujeres pobres de otros pa¡ses deben ejercerla para
     subsistir o para mejorar sus condiciones miserables o las de sus familias. Me refiero al grueso
     del fen¢meno no a las elites sobre las que luego hablaremos.
     Ese hecho no tiene cabida en los c¢digos de la conciencia social de la inmensa mayor¡a de la
     poblaci¢n. Tanto para la opini¢n p£blica como para la publicada, por supuesto, e incluso para la
     misma Polic¡a, es evidente que existen redes y mafias, organizaciones explotadoras de este
     comercio, carentes por completo de principios de ‚tica y de respeto hacia las personas.
     Ante esta situaci¢n, antes de comenzar el trabajo reflexionamos primeramente sobre qu‚ es
     realmente la prostituci¢n --algo que me supongo que en esta Comisi¢n se habr n planteado
     cincuenta veces y yo no les voy a presentar ninguna novedad--. Es un fen¢meno antiguo y
     complejo, se dice que el oficio m s antiguo del mundo, con lo que no estoy de acuerdo; no lo es,
     ya que m s antiguo que ‚ste es el del agricultor, ganadero, pastor o incluso de constructor.
     Me parece que la primera referencia que existe en la historia se refiere a la Grecia de Sol¢n, del
     a¤o 600 antes de Cristo, y mucho antes ya exist¡an sociedades y humanidades que trabajaban
     de otra manera.
     Es de suponer que en una Comisi¢n como ‚sta se plantea una cuesti¢n: ¨la prostituci¢n --me
     refiero a la femenina, pero se puede aplicar tambi‚n a la masculina-- es hoy un trabajo a
     legalizar o una explotaci¢n a erradicar? ¨Si es un trabajo es uno m s o es indigno o indignante?
     Si esa explotaci¢n lleva o se aproxima a la esclavitud ¨es as¡ en todos los casos? En nuestra
     sociedad existe una doble moral desde siempre, en los siglos XVIII, XIX, antes de la guerra,
     despu‚s de la guerra, despu‚s de la democracia, etc‚tera; una doble moral que por un lado cree
     que la prostituci¢n es necesaria, como medio de desahogo sexual para muchos hombres o
     mujeres, en este momento en menor medida. Por una parte, debe existir libertad en las
     personas para hacer con su cuerpo lo que quieran, por otra, que es un medio de ganarse la
     vida, de conseguir dinero y, por £ltimo, se denigra globalmente como algo indigno, impuro,
     malo, sistema de explotaci¢n, fuente de dinero oculto, tr fico de personas, creadora de
     marginalidad y exclusi¢n y, por tanto, algo a eliminar. La contradicci¢n consiste en eliminar algo
     que se cree necesario y uno de los dos supuestos ‚ticos debe ser falso.
     Siguiendo en la l¡nea de estas supuestas reflexiones ‚ticas hay que decir que en el imaginario
     colectivo hay una idea fundamental con relaci¢n a las mujeres: existen mujeres malas y
     buenas, seg£n sea su comportamiento sexual. Esta idea sirve para reforzar el orden moral
     sexista, dominante que implica un cors‚ para muchas mujeres y que

     sirve para justificar muchos atropellos. Los tribunales y las leyes est n para defender a las
     buenas, pero a las malas les puede suceder cualquier cosa. Por otra parte, las mujeres malas
     son necesarias, pero por este motivo deben desaparecer.
     De esta manera, apunto las ideas de las corrientes de pensamiento --que no solamente ahora,
     ayer mismo estaban en la prensa-- con respecto a qu‚ hacer con el tema de la prostituci¢n;




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Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002                  Página 16 de 21



     existen personas que han pretendido erradicarla, eliminarla, suprimirla, abolirla, otros han
     intentado legalizarla y otros regularla.
     Sus se¤or¡as conocen perfectamente que en el C¢digo espa¤ol la prostituci¢n no existe como
     delito, excepto en dos condiciones --no soy experto en derecho--, una, que se ejerza como
     obligaci¢n y, otra, que las ejercientes sean menores; es decir, que se ejerza por coacci¢n o por
     minor¡a de edad. Pero no existe un reconocimiento legal de ning£n tipo ni siquiera como trabajo
     aut¢nomo para las que trabajan en su casa, por ejemplo, en los contactos telef¢nicos, o
     asalariadas: bares, clubes, g isquer¡as, saunas o masajes. Sencillamente para la ley esto no
     existe.
     Este es un asunto bastante peliagudo.
     Y voy a exponer otra idea --estoy haciendo un extracto de las ideas de este £ltimo estudio en la
     provincia de Salamanca-- y es que la inmensa mayor¡a, me atrever¡a a decir que m s del 90 por
     ciento de las mujeres que ejercen la prostituci¢n en Espa¤a en este momento no lo hacen por
     vocaci¢n, no les gusta el oficio y lo consideran como una situaci¢n transitoria de unos meses o
     unos a¤os para obtener un dinero, pero despu‚s todas piensan dejarlo.
     Por otra parte, seg£n las consultas realizadas tanto con las prostitutas como en los clubes, no
     est n por la labor de ning£n tipo de legalizaci¢n o, lo que es lo mismo, de que el oficio deje de
     ser opaco, y cuando digo opaco me refiero a nivel de Seguridad Social, sanitario, de contrato de
     trabajo y de condiciones laborales. Las prostitutas creen --y yo tambi‚n, y como est n las cosas--
     que son m s las desventajas que las ventajas y no digamos ya los organizadores o beneficiarios
     principales del negocio.
     Esto est muy claro en el estudio realizado en la provincia de Salamanca e igualmente ocurrir¡a
     si el estudio hubiese sido realizado en Madrid y, sobre todo, referente a un tema tan popular
     como el de las prostitutas de la Casa de Campo, el 90 por ciento son emigrantes y no quieren
     ning£n tipo de legalizaci¢n.
     En este momento, por contraposici¢n al estudio que he citado realizado hace m s de un cuarto
     de siglo, la prostituci¢n --que tambi‚n ahora puede ser y lo es masculina, no solamente
     femenina-- tiene una complejidad y una heterogeneidad muy grande. Por ejemplo, contrasta
     con la homogeneidad cl sica del a¤o 1974 donde pr cticamente todav¡a era una continuaci¢n de
     la medieval casa de manceb¡a oficial u oficializada por el poder, incluso por los Reyes Cat¢
     licos, como en nuestro pueblo, donde se fund¢ esta casa y adem s el regente era un funcionario
     del Estado y de alguna familia muy c‚lebre de nuestra ciudad o la prostituci¢n de los barrios
     chinos de la primera mitad del siglo pasado o de todo el siglo XIX, o los m s modernistas bares
     de alterne que ya empezaron en los a¤os veinte o treinta, o los emergentes caf‚s de los a¤os
     setenta en Espa¤a. Hoy la prostituci¢n es absolutamente heterog‚nea, de tal manera que hay
     una colecci¢n de variables sociol¢gicas fundamentales como el g‚nero, no todo el comercio
     sexual es femenino; la edad; el nivel cultural; la clase social; la apariencia f¡sica; la
     nacionalidad; el origen ‚tnico, etc‚tera, que influyen en las diferentes modalidades y formas de
     ejercer la prostituci¢n as¡ como de vivirla y tambi‚n en la consideraci¢n social que merecen
     quienes la ejercen. Las que son guapas y est n de buen ver tienen una consideraci¢n social m s
     alta, ejercen la prostituci¢n en unas condiciones diferentes y confundiendo la ‚tica con la est‚tica
     e incluso la xenofobia, que en este mundo tiene mucha presencia, las pobres, desagradables,
     ajadas y mayores que est n en la calle resultan molestas y a veces repugnantes.
     En este momento existe prostituci¢n callejera, de calle o carretera; de clubes urbanos; de
     hostales, clubes o clubes g isquer¡as de carretera y n£cleos semiurbanos o rurales; de redes
     telef¢nicas en el 906, particulares en domicilio u hoteles; de tel‚fonos m¢viles o fijos; de casas
     de citas, estables o rotatorias; de citas en cafeter¡as y hoteles; es decir, un asunto variopinto --
     que se puede describir y de hecho se ha descrito varias veces, como lo hemos hecho nosotros
     en este estudio que he dirigido-- que se ha repetido varias veces en Espa¤a.
     Sin embargo, una £ltima reflexi¢n dentro de esta l¡nea antes de llegar a unas conclusiones,
     tirando piedras sobre nuestro propio tejado, y es que pensamos que no existe ninguna
     investigaci¢n seria y en profundidad de los clientes, del colectivo masculino que de forma
     espor dica m s o menos habitual requiere, paga y exige los servicios sexuales de estas
     mujeres.
     Supongo que ustedes recordar n a sor Juana In‚s de la Cruz, una monja mejicana del siglo XVII,
     que se preguntaba cu l era la peor de las inmoralidades, si la de los que pecan por la paga o la
     de los que pagan por pecar. Pero de eso han pasado cuatro siglos y todo el acento se pone
     £nicamente en las que pecan por la paga. Y un ejemplo de esta hipocres¡a social p£blica puede
     ser el aspecto sanitario. A lo largo de los tiempos y a£n hoy d¡a la opini¢n m s com£n exige,
     quiere --y a lo mejor tambi‚n lo exige la inspecci¢n sanitaria-- el control sanitario del sida,
     enfermedades ven‚reas, hepatitis a estas mujeres, pero nunca se plantea el control sanitario de
     los clientes y puestos a suponer ella le puede contagiar a ‚l tanto como ‚l a ella y no se trata de
     un supuesto excepcional o imaginario. Esto sucede, pero no existe posibilidad de legislar o
     dictar una normativa en este sentido, y tampoco se conoce --no conozco ninguno, ni de aqu¡ ni
     de fuera-- un estudio en profundidad sobre la personalidad; la tipolog¡a; las motivaciones, de los




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Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002                 Página 17 de 21



     clientes de la prostituci¢n callejera, de clubes o de los tel‚fonos m¢viles, etc‚tera.
     Como conclusi¢n y para no extenderme demasiado por si ustedes desean que hagamos un
     coloquio, he de decir que la prostituci¢n femenina en Espa¤a es un fen¢meno creciente y
     acelerado. En los dos o tres £ltimos a¤os se ha m s que duplicado el n£mero de mujeres
     ejercientes y aunque

     no tengo datos de todo el pa¡s; s‚ lo que ocurre en una provincia como Salamanca, muy
     provinciana y peque¤a, donde se ha multiplicado por 2,4 y la mayor¡a de estas mujeres
     pertenecen a pa¡ses del tercer mundo.
     Sin embargo, esa multiplicaci¢n de n£mero de efectivos, de mujeres ejercientes de la prostituci¢
     n no se correlaciona directamente con el crecimiento del n£mero de clubes, de tal manera que
     las de estos locales han multiplicado sus efectivos en los mismos lugares que exist¡an el a¤o
     anterior. Como ya he mencionado hemos visitado m s de la mitad de los clubes de la provincia y
     nos hemos dado cuenta de que, desde el punto de vista de habitabilidad, padecen unos
     tremendos niveles de hacinamiento y a ese respecto los arquitectos y urbanistas hablan de
     menos de 10 metros cuadrados por personas. La Polic¡a y, sobre todo, la Guardia Civil conocen
     muy bien el fen¢meno en las zonas rurales, nosotros hemos tenido la posibilidad de contrastar
     sus informes y son casi perfectos. Lo £nico que tienen controlado es evitar conflictos con las
     vecindades, ri¤as y broncas, ausencia de drogas, que no trascienda a la calle y da¤e a la vista -
     -este estudio realizado en Salamanca surgi¢ por el foll¢n que se produjo en el barrio m s
     elegante de Salamanca, Labradores, que se pobl¢ en un momento de doce o catorce clubs en
     cuatro o cinco calles--. Para ellos la legalidad a grandes rasgos parece cumplirse, no hay
     menores, no est n a la fuerza; los polic¡as municipales, nacionales, de paisano o la Guardia
     Civil est n convencidos de que existen redes y asimismo saben que la mayor¡a de las
     extranjeras est n sin papeles pero, palabras textuales, tienen ¢rdenes de que no se les moleste.
     Los aspectos econ¢micos de este negocio son, probablemente, junto a las condiciones
     laborales en el que se desarrolla, la raz¢n de que sea un fen¢meno oscuro y opaco. Hemos
     podido estimar a la baja el dinero que se mueve en Salamanca, una provincia peque¤a con
     aproximadamente 350.000 habitantes, la mitad de ella rural y la otra mitad vive en la capital, en
     donde el negocio sexual mueve alrededor de los 10.000 millones de pesetas de las antiguas al
     a¤o --no s‚ convertir en euros autom ticamente-- unos 7.000 millones en negocio sexual y unos
     3.000 millones en servicios de copas. En el momento en que se elabor¢ el estudio eso supon¡a
     el 1,3 por ciento del PIB de toda la provincia. El c lculo estaba realizado a la baja, pero con ‚l
     pudimos aproximarnos a una estimaci¢n referente a que cada mujer ejerciente de la prostituci¢
     n genera al mes unas 900.000 pesetas de las que como mucho percibe, la que m s, 250.000 ¢
     300.000, seg£n la categor¡a, porque las m s bajas no perciben absolutamente nada y, por tanto,
     m s del 70 por ciento del negocio que se mueve queda dentro de la red. Por supuesto, ‚ste es
     un negocio de dinero negro, no paga IVA, ni IRPF, absolutamente nada. Otros estudios a nivel
     nacional hablan de 2 o incluso 3 billones de pesetas al a¤o en el negocio de la prostituci¢n
     porque est n los clubes y las g isquer¡as, pero tambi‚n est n los contactos telef¢nicos que
     puede suponer aproximadamente el 60 o el 70 por ciento de toda la prostituci¢n femenina, con
     redes: un 906 --y es una l stima que no tenga tiempo para detallarlo-- puede tener en un mismo
     n£mero 30 mujeres trabajando en sus casas y pueden salir al d¡a aproximadamente por 70 u
     80.000 pesetas diarias, adem s, escogiendo las mujeres un poco a la carta; seg£n usted desee,
     rubia, morena, alta, baja, etc‚tera.
     En este sentido, tambi‚n quiero denunciar que en la colaboraci¢n del crecimiento de la
     prostituci¢n en Espa¤a, no la de escaparate si no la que est detr s de los tel‚fonos, se beneficia
     Telef¢nica, que creo que es la que controla la mayor¡a de las l¡neas 906 a niveles
     impresionantes.
     Existe un estudio realizado por la se¤ora Barahona, no s‚ si se ha nombrado en
     comparecencias anteriores, de la Universidad Aut¢noma de Madrid, sobre los tel‚fonos y los
     contactos telef¢nicos, y tambi‚n la prensa, sobre todo la escrita.
     En el estudio realizado en Salamanca nos entretuvimos en contar los anuncios er¢ticos y de
     contactos de los tres peri¢dicos provinciales que existen en la provincia; en el llamado ®El
     Adelanto¯ , del grupo Zeta
     --ustedes lo conocen bien por las tendencias--, el ®Tribuna de Salamanca¯ y ®La Gaceta
     Regional¯ que siempre ha sido el peri¢dico conservador de la provincia. Pues bien, por cada
     anuncio er¢tico de ®El Adelanto¯ , ®La Gaceta¯ ten¡a 3,69 anuncios er¢ticos, y con las tarifas
     estipuladas por publicar el anuncio estimamos que una provincia como ‚sta, con unos peri¢
     dicos de muy poca tirada aproximadamente de 6 ¢ 7.000 cada uno, obtienen al a¤o unos
     ingresos por este negocio, de 151 millones de pesetas. Concretamente, ®La Gaceta Regional¯
     era el peri¢dico que m s dinero percib¡a por publicar los anuncios de tel‚fonos de contacto,
     exactamente, 91,800 millones de pesetas al a¤o.
     Les he planteado una serie de asuntos dado que tambi‚n pertenec¡ a una plataforma sobre
     igualdad de la mujer en Castilla y Le¢n cuyas Cortes me pidieron que realizara unas propuestas




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  • 1. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 1 de 21 CORTES GENERALES DIARIO DE SESIONES DEL SENADO A¤o 2002 VII Legislatura Comisiones. N£m. 326 COMISION ESPECIAL SOBRE LA PROSTITUCION PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. DO¥A M¦ CRISTINA KLIMOWITZ WALDMANN celebrada el lunes, 23 de septiembre de 2002 ORDEN DEL DIA: Comparecencias para informar sobre la materia objeto de estudio de la Comisi¢n: --De do¤a Pilar Diezhandino Nieto, Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad Carlos III. (N£mero de expediente 713/000629). --De don Francisco Javier Alonso Torrens, Presidente del Equipo de Investigaci¢n Sociol¢gica, S. A. (EDIS). (N£mero de expediente 715/000278). Se abre la sesi¢n a las diecisiete horas y diez minutos. La se¤ora PRESIDENTA: Se abre la sesi¢n. COMPARECENCIAS: --DE DO¥A PILAR DIEZHANDINO NIETO, CATEDRATICA DE REDACCION PERIODISTICA DE LA UNIVERSIDAD CARLOS III (713/000629). La se¤ora PRESIDENTA: Buenas tardes, se¤or¡as. En primer lugar, vamos a proceder a aprobar el acta de la sesi¢n anterior. ¨Est n ustedes de acuerdo? (Asentimiento.) Queda aprobado. Contamos Contamos hoy con la presencia de do¤a Pilar Diezhandino Nieto, catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad Carlos III, a la que damos la bienvenida al seno de esta Comisi¢n especial sobre prostituci¢n, para hablarnos sobre el papel que los medios de comunicaci¢n tienen respecto al fen¢meno de la prostituci¢n y dem s cuestiones que considere pertinentes. Tiene usted la palabra. La se¤ora DIEZHANDINO NIETO (Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad Carlos III): Muchas gracias, se¤ora Presidenta. En primer lugar, quiero expresar mi agradecimiento por estar hoy en esta C mara, al igual que mi satisfacci¢n y mi sorpresa ya que no he trabajado directamente en la cuesti¢n de la prostituci¢n sino en el periodismo y los medios de comunicaci¢n. Pero, en todo caso, he de agradecer la oportunidad que se me brinda de encontrarme hoy aqu¡ y, en lo posible, poder participar, siempre en mi humilde medida, en esta causa que considero realmente importante. Mi posici¢n parte de una especie de declaraci¢n de principios. No s‚ si decirlo as¡ tan rotundamente, pero me considero abolicionista, si es que entre nosotros podemos utilizar ese t‚rmino; la cuesti¢n no est entre abolicionistas y reglamentistas, porque considero que la prostituci¢n es una agresi¢n a la mujer; a mi juicio lesiona los derechos fundamentales y es una humillaci¢n. Por eso tambi‚n renuncio a considerar que sea una profesi¢n, incluso un trabajo. En todo caso, lo mismo que se invoca la tolerancia para defender el derecho a expresar cualquier opini¢n, lo que no significa que todas tengan el mismo valor, tambi‚n podemos http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 2. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 2 de 21 aplicarlo a la prostituci¢n como profesi¢n. El hecho de que ‚sta sea una actividad con la que miles, millones de mujeres se ganen la vida, no significa que est‚ al mismo nivel que otras actividades, con el agravante de que, adem s, est n peor remuneradas, del pol¡tico al periodista, del maestro al procurador. La se¤ora Carreras dec¡a lo siguiente: prefiero ser prostituta por 100.000 pesetas al d¡a que fregona por 100.000 pesetas al mes; y a¤ad¡a que hay muy pocos trabajos dignos, en general, en la sociedad y, sobre todo, que hay muy pocos trabajos alternativos a la prostituci¢n que sean rentables a la prostituta. Adem s, ella consideraba m s gratificante ser prostituta que estar limpiando v teres. Pues bien, con independencia de que quien m s o quien menos no har¡a ascos a ganar 100.000 pesetas diarias en lugar de 100.000 pesetas al mes, es indudable que el problema est en la manera de ganar esa cantidad. Con mi respeto a la decisi¢n personal --si es que ser prostituta es una elecci¢n, que no est tan claro--, es muy importante que se sepa que esa decisi¢n personal de buscar un dinero f cil y r pido, cualesquiera que sean las razones no legitima necesariamente el modo de conseguirlo ni lo iguala con otros y, adem s, tiene sus riesgos. Todo no tiene el mismo valor. Este es un principio que debe quedar a salvo, por decadente y pol¡ticamente incorrecto que resulte; todo cuanto se escape a la permisividad y a la l¢gica del mercado que hoy se imponen. Como dice Castells, en esa enciclop‚dica obra que es ®La Era de la Informaci¢n¯ , en la sociedad informacional la l¢gica del mercado es la £nica gu¡a de las relaciones entre las gentes sustituyendo a los valores. Y en el mundo de la prostituci¢n existe el mercado y con exceso de demanda, a pesar de que tanta libertad sexual como cre¡amos haber alcanzado no parece responder a la necesidad del momento. Pues bien, mi caso no es aislado. F¡jense en algunas ideas del informe de la Comisi¢n interministerial francesa sobre la violencia contra las mujeres de fecha 21 de diciembre de 2001, que se titula: ®El sistema de la prostituci¢n, una violencia contra las mujeres¯ . Ah¡ se dice, entre otras cosas, que la prostituci¢n debe ser considerada como una violencia contra las mujeres, igual que la trata de blancas es una de las manifestaciones de la explotaci¢n de la prostituci¢n. La violencia niega al otro en toda su humanidad y su identidad. El acto sexual como mercanc¡a supone la persistencia de la desigualdad entre hombres y mujeres. El hecho de que el sistema de la prostituci¢n est‚ organizado para la sexualidad de los hombres y que los compradores sigan siendo invisibles constituye una violencia. Este informe distingue entre violencia caliente y violencia fr¡a y denuncia que practicar actos sexuales sin deseo no se considere violencia caliente. El informe apela a la Convenci¢n de Naciones Unidas de 2 de diciembre de 1949 que castiga a aquel que explote la prostituci¢n de otra persona, incluso con consentimiento de ‚sta. Tambi‚n est la ley sueca, que entr¢ en vigor en enero de 1999, y que define a la prostituci¢n como una violencia e identifica uno de los factores principales hasta ahora invisibles en la compra de servicios sexuales. Asimismo, en esta misma l¡nea, est el ®lobby¯ europeo de mujeres, con m s de 3.000 ONGs, que afirma que la prostituci¢n es una violencia contra las mujeres y que la legalizaci¢n favorece la industria del sexo y facilita la trata de las mujeres. Se oponen a la terminolog¡a de prostituci¢ n forzada frente a prostituci¢n libre porque la distinci¢n entre una y otra es precisamente lo que la industria del sexo quiere; porque proporcionar a la industria mayor seguridad y estabilidad legal de las que siempre ha tenido y ser virtualmente --sigo leyendo-- imposible para las mujeres, especialmente para las mujeres de pa¡ses en desarrollo, demostrar que ellas fueron forzadas a la prostituci¢n o sexualmente explotadas en contra de su voluntad. Nos encontramos ante el mismo problema de los malos tratos: demostrarlos. La cuesti¢n ser siempre saber --y contin£o con la introducci¢n en cuanto a mi visi¢n de este tema-- el porcentaje de quienes deciden libremente y quienes no han participado en esta decisi¢n, no necesariamente por estar presas en alguna red de trata de mujeres sino por responder a situaciones personales: motivos econ¢micos, sociales, educativos, etc‚tera, que facilitan la manipulaci¢n de la persona. Stuart Mill dec¡a que prefer¡a el derecho a la educaci¢n al derecho al voto, porque sin educaci¢n el ciudadano puede ser manipulado. Unicamente para centrar el tema, aunque son de sobra conocidas por sus se¤or¡as, voy a partir de algunas ideas generales sobre el estado de la cuesti¢n en Europa. Europa se debate entre abolicionismo y reglamentismo. En realidad, el ejercicio individual de la prostituci¢n no est prohibido en ning£n pa¡s de la Uni¢n Europea: B‚lgica, Francia, Dinamarca, Italia, Luxemburgo, etc‚tera y, por supuesto, Espa¤a. Es una actividad libre siempre que no afecte al orden p£blico, pero sancionan el proxenetismo y algo importante, en algunos casos, la b£squeda activa de clientes. Desde octubre de 2000 los Pa¡ses Bajos adelantados de los reglamentistas han legalizado los prost¡bulos y la actividad de aquellos que los mantienen, en la medida en que la prostituci¢n es voluntaria; las prostitutas tienen los mismos derechos que los trabajadores independientes. http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 3. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 3 de 21 Pero esta legislaci¢n no permite a los no ciudadanos de la Uni¢n Europea obtener un permiso de trabajo en este sector de actividad; de ah¡ la sentencia --de la que tanto se ha hablado-- del Tribunal de Justicia europeo de 20 de noviembre de 2001 que se ampara en el acuerdo de asociaci¢n entre las Comunidades Europeas y sus Estados miembros, por una parte, y, por otra, las rep£blicas checa y polaca y se construye argumentalmente desde el marco en el que la legislaci¢n nacional ampara el ejercicio de la prostituci¢n. En la actualidad Francia est en pleno debate sobre el tema. Por un lado, los socialistas han presentado al Parlamento una proposici¢n de ley cuya novedad es el castigo impuesto a los clientes: dos a¤os de c rcel y multa de 30.000 euros. Esta proposici¢n de ley prev‚ la creaci¢n de un consejo nacional de prevenci¢n y lucha contra la prostituci¢n y la trata de seres humanos y pretende --e insisto en ello-- sancionar a los clientes. Por otra parte, est el proyecto de ley relativo a la seguridad y que modifica el r‚gimen jur¡dico de la prostituci¢n que presentar en oto¤o el Ministerio del Interior cuyo objetivo es la expulsi¢n de las prostitutas extranjeras. El Gobierno franc‚s pretende medidas sistem ticas de alejamiento dado que entre el 60 y el 75 por ciento del fen¢meno de la prostituci¢n est generado por ‚stas. Repito, esta medida se sit£a dentro del debate y de las acciones en torno a la seguridad interior, en este momento la gran obsesi¢n en Francia. En este proyecto de ley est incluido penalizar la b£squeda activa y pasiva de clientes: incitaci¢n por gestos, palabras, escritos o cualquier otro medio. En Italia, a propuesta del Ministro para las Reformas y l¡der de la Liga Norte, Umberto Bossi, tambi‚n se contempla la expulsi¢n de las extranjeras y la creaci¢n de centros de prostituci¢n para retirar a las prostitutas de la calle. Desde diciembre de 2001 Alemania autoriza a las prostitutas a obtener contratos de trabajo con aquellos que las empleen o tienen derecho a las prestaciones de paro, enfermedad y pensiones. Pero en el borrador de esta ley se reconoc¡a la prostituci¢n como un ocio y los socialdem¢cratas renunciaron en el £ltimo momento a utilizar este t‚rmino argumentando que esto abrir¡a el derecho de formaci¢n a las prostitutas y los puestos vacantes tendr¡an que anunciarse en las oficinas del paro. En Inglaterra, donde la prostituci¢n es legal, hacer la calle es ilegal, al igual que anunciarse para conseguir clientes, as¡ como lo es vivir de la ganancia de una prostituta. Espa¤a es el £nico pa¡s que no obtiene beneficio alguno de la prostituci¢n, que no cobra impuestos por la actividad, que no pone barreras a la b£squeda activa de clientes, en la calle ni en anuncios, hasta el extremo de observarse un aumento de los anuncios clasificados en prensa que suponen unos ingresos semanales aproximadamente de 60.000 euros y que garantizan --lo que considero un esc ndalo-- el 60 por ciento de la actividad. Abolicionistas, reglamentistas, defensores a ultranza y detractores estamos ante una cuesti¢n realmente peliaguda. De todos modos, no crean que con todo esto me estoy escapando de mi intento de hablar de la funci¢n de los medios; intento centrarla. Supongo que para eso he venido aqu¡, habida cuenta adem s de la preocupaci¢n que suscita, en t‚rminos generales, el problema de la manipulaci¢n medi tica y el papel y la influencia de los medios de comunicaci¢n en 1a opini¢n p£blica. Partiendo de esta cuesti¢n una cosa es cierta, al menos buena parte de lo que conocemos y algo sabemos, sobre la prostituci¢n es a trav‚s de los medios. Como su propio nombre indica son mediadores, transmisores, adem s de int‚rpretes de la realidad social, obviamente s¢lo como tales, contribuyen a la formaci¢n de la opini¢n p£blica. Pero este concepto tiene muchos matices y, en todo caso, s¢lo una opini¢n es s¢lida cuando est basada en el conocimiento de los hechos, de las situaciones y las tendencias. En lo concerniente a los medios se dan las garant¡as para la creaci¢n de una opini¢n s¢lida cuando han cumplido con su deber de ser veraces. Pero los medios, como la opini¢n p£blica, son f cilmente manipulables y no siempre es f cil distinguir cu ndo y qui‚n te manipula. Pues bien, desde esta misma Comisi¢n se ha culpado a la prensa con distintas palabras e id‚nticas ideas: la prensa lo manipula y distorsiona todo; crea una opini¢n desde la distorsi¢n, su influencia es pues peligrosa. En algunas de las comparecencias se ha dicho que la prensa descontextualiza, que distorsiona, que deforma, que s¢lo se fija en esta cuesti¢n --se ha dicho-- tan popular y tan golosa de las redes y de las mafias; que lo que se deduce de la prensa --por supuesto, cuando hablamos de prensa hablamos de medios de comunicaci¢n en general-- es falso; la mayor¡a de las informaciones m s medi ticas buscan los aspectos m s llamativos; que los medios de comunicaci¢n y las Fuerzas de Seguridad del Estado est n tergiversando el tema de las redes mafiosas y del tr fico; que hay tergiversaci¢n medi tica; que no se puede confundir a la opini¢n p£blica; crear alarma social, etc‚tera; al igual que montajes policiales m s medi ticos, interesados y que el fen¢meno de las redes existe pero est sobredimensionado. Lo que aparece en los titulares de prensa referente a que las mujeres vienen forzadas --se ha dicho textualmente-- a ejercer la prostituci¢n, es un fen¢meno que de producirse es muy minoritario. El se¤or Pons piensa que la prensa descontextualiza ante la falta de conocimiento sobre http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 4. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 4 de 21 opiniones y actitudes de la prostituci¢n y sobre opiniones y actitudes de la poblaci¢n, lo cual me resulta muy interesante. Dec¡a que la prostituci¢n ten¡a la resistencia que puede tener cualquier iniciativa de reglamentaci¢n en una parte de la poblaci¢n y, adem s sabiendo, que de entrada la informaci¢n que se posee proviene de los medios de comunicaci¢n, es decir, es una informaci¢ n sesgada y deformada. En esa l¡nea se encuentra tambi‚n otra compareciente, la se¤ora Miranda, que opina que existe falta de objetividad de la prensa, respecto de la penalizaci¢n, legislaci¢n de tipo sueco que supondr¡a --y dice textualmente-- ®una p‚rdida de ingresos derivada de la prohibici¢n de la publicidad relacionada con los servicios sexuales¯ . Cuatro p ginas enteras de anuncios por palabras no deben ser desde¤ables, por eso cree que la prensa va a posicionarse en contra de una actitud abolicionista. Tambi‚n dec¡a que los intereses econ¢micos son importantes por lo que no creo que se consiga el consenso pol¡tico suficiente. Se ha llegado a sugerir que es imprescindible una negociaci¢n con los medios de comunicaci¢n en el momento en que se quiera implantar alguna pol¡tica. Y yo me pregunto: ¨tanto poder se da a la prensa? Por supuesto que ‚sta no es una cuesti¢n ni de las comparecencias de esta Comisi¢n ni de este pa¡s, sino en general, obviamente; estamos hablando de golpe, leyendo sobre la acusaci¢n de golpe medi tico a prop¢sito del caso del Tribunal Correccional de Burdeos contra cuatro clientes acusados --ustedes conocen el tema-- de exhibicionismo sexual. Con todo, propongo, como puro juego o ejercicio instructivo, el an lisis de contenido del ®Diario de Sesiones¯ de las comparecencias en esta Comisi¢n, juzgando el conjunto de las intervenciones como un bloque £nico. Hemos aprendido mucho con cada comparecencia, nos han enriquecido mucho, e incluso, en m s de un punto nos han convencido y, en cambio, le¡das en su conjunto, siempre se podr¡an deducir contradicciones, confusiones, incoherencias, abuso de la simplificaci¢n y lo anecd¢tico, etc‚tera. Hasta se podr¡a juzgar en su conjunto con la idea de que no se perfilan l¡neas de entendimiento y conocimiento que permitan crearnos una opini¢n, un pensamiento claro con el que se nos pueda inducir a tomar decisiones. Podr¡amos pensar en sesgos, cada cual desde su posici¢n defiende una postura u otra o ambas a lo largo de una sola exposici¢n. Y as¡ como con la prensa, despu‚s con el ®Diario de Sesiones¯ podr¡amos hacer deducciones f ciles a partir de esta lectura. Por ejemplo, si como se ha dicho aqu¡, seg£n la mayor¡a de las informaciones period¡sticas se buscan siempre los aspectos m s llamativos y, por tanto, parece que todas las prostitutas vienen ilegalmente, seg£n las comparecencias, le¡das en diagonal, podr¡a parecer que todas las prostitutas est n encantadas y que la mayor¡a son libres. Adem s existen aparentes contradicciones e insisto en que estamos ante un mero ejercicio de an lisis comparativo, una especie de juego, para luego poder tomar en consideraci¢n ciertas cosas. Extraigamos unas frases: que exageran los medios cuando aseguran que las mujeres vienen forzadas a ejercer la prostituci¢n; es un fen¢meno que, si se da, es minoritario. Pero quien dijo esto, en otro momento, aseguraba que la pol¡tica restrictiva de inmigraci¢n est favoreciendo el tr fico de mujeres inmigrantes. Se ha dicho: la prostituci¢n y la explotaci¢n de mujeres no ha hecho m s que crecer, provocando situaciones muy duras para muchas personas. Se ha dicho que un importante n£mero de mujeres extranjeras son atrapadas por las mafias en los permisos de salida de las c rceles porque les garantizaban su estancia en Espa¤a cuando obtuvieran la libertad condicional. Se ha dicho que en la prostituci¢n hay mucho dinero, luego est creciendo, y se ha reafirmado esta idea al aludir a que ANELA, la Asociaci¢n Nacional de Empresarios de locales de alterne, que hace publicidad en Internet y campa¤a prolegalizaci¢n en los medios, lo hace movida seguramente por el descenso de los beneficios ante la competencia de las mafias. Por tanto, las mafias existen y en dosis importantes como para hacer tambalear el negocio a m s de uno. Por un lado, se ha afirmado que la prostituci¢n es una opci¢n laboral y, por otro, que si se le pregunta a una prostituta si preferir¡a estar trabajando de due¤a de una boutique seguramente dir¡a que s¡, porque las mujeres en la prostituci¢n intentan reiteradamente trabajar en otros lugares, pero finalmente tienen que volver a aqu‚l. Se ha dicho que el problema espec¡fico de la prostituta s¢lo es el estigma. El mismo ponente, en otro momento, ha asegurado o que otro problema grave es la dificultad del ahorro porque es un trabajo estresante y el estr‚s se compensa consumiendo; desde otra intervenci¢n se afirma lo contrario, que la mayor¡a de las prostitutas despu‚s de los 50 a¤os han capitalizado sus ahorros, se han comprado pisos, han puesto un peque¤o negocio, etc‚tera. Mientras una ponente afirmaba que el trabajo de la prostituci¢n es duro y desagradable, no http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 5. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 5 de 21 tiene connotaciones interesantes otra, que se consideraba as¡ misma profesional del sexo, dec¡a que para ella era una satisfacci¢n, un reto, una clase de psicolog¡a acelerada. ¨Que resultado sacar¡amos en limpio si ley‚ramos el ®Diario de Sesiones¯ como un diario en su conjunto? ¨Confusi¢n, desinformaci¢n? No es verdad, hemos aprendido mucho, en algunos puntos nos han enriquecido y en otros, acaso muchos, nos han convencido. Una vez le¡dos los ®Diarios de Sesiones¯ imag¡nense que uno se cree a pies juntillas --y no tienen por qu‚ no hacerlo-- lo que han manifestado los expertos: para simplificar, que lo de las redes y las mafias no es para tanto y que no vienen enga¤adas. Y acudimos a otras voces, a otras fuentes y nos encontramos con que las Naciones Unidas estiman que m s de un mill¢n de mujeres y j¢venes son traficadas para la industria sexual cada a¤o y que el valor del mercado del tr fico de mujeres est estimado a escala mundial entre los 7.000 y 12.000 millones de d¢ lares anuales; un tr fico rentable y con menos riesgo que el de la droga o el de las armas, con posibilidad de aumentar. En las actas del simposio internacional sobre Prostituci¢n y Tr fico de Mujeres celebrado en Madrid en junio de 2000, nos encontramos con que C ritas Madrid alude a que el nuevo perfil de las mujeres que se prostituyen ahora se enfrentan a situaciones de tr fico de mujeres de otros pa¡ses que son explotadas sexualmente. Y tambi‚n relatan casos como el de Viena referente a que diferentes grupos quieren que se reconozcan lo que denominan migraci¢n para el comercio sexual; es decir, utilizan la definici¢n de trata para satisfacer sus propios intereses y legitimar la migraci¢n para fines sexuales. Es muy importante darse cuenta de que existen ONGs y grupos de defensa de derechos humanos que est n apoyando esta posici¢n. En el simposio se mencionaba la palabra ®trata¯ y es muy importante que conozcamos su definici¢n; ®trata¯ es cuando se puede probar el uso de la fuerza tanto como cuando no es posible. Ahora mismo, seg£n el informe del Defensor del Pueblo de Andaluc¡a, Jos‚ Chamizo, conocido el pasado 5 de este mes, un 75 por ciento de las 21.060 mujeres que ejercen la prostituci¢n en los 1.404 clubes de alterne de Andaluc¡a son inmigrantes, cuya situaci¢n es de pura y simple esclavitud; es la primera causa de esclavitud. Puede que estos datos tambi‚n est‚n manipulados, pero ah¡ est n. En ese simposio celebrado en Madrid participaron mujeres representantes de grupos que trabajan para prevenir e impedir que las mujeres caigan en manos de traficantes de Africa, Sudeste asi tico, Europa del Este, etc‚tera. Dec¡an que no hab¡a que minimizar el problema, que el tr fico existe y va en aumento. En Inglaterra m s del 70 por ciento de las mujeres que trabajan en burdeles son de origen no brit nico. Seg£n la organizaci¢n internacional para las migraciones cerca de 500.000 j¢venes, mujeres originarias del antiguo bloque comunista, se prostituyen en occidente. De hecho, en este momento, lo acabo de leer, la Federaci¢n Espa¤ola de Municipios y Provincias de Espa¤a ha constituido un grupo de trabajo para investigar el impacto de la prostituci¢n y analizar el problema que genera su ejercicio en las ciudades. ¨Qu‚ pensamos entonces? ¨Qui‚n manipula a qui‚n? ¨O nadie manipula a nadie? Lo que hoy es una tremenda confusi¢n de datos sobre la base de un gran desconocimiento es justamente con lo que estamos trabajando. La desinformaci¢n famosa en la sociedad de la informaci¢n. Esto es un ejemplo que espero no sea in£til. Cada interviniente ha expuesto su experiencia, sus conocimientos, con sus dudas y sus vac¡os porque nadie tiene la £ltima palabra sobre nada ni siquiera sobre el mundo de la prostituci¢n. Cuanto se ha dicho aqu¡ ha sido muy enriquecedor, muy documentado y argumentado. Pero no existen verdades absolutas; existen experiencias, historias de vidas ajenas, datos aproximados, estudios, investigaciones en mbitos concretos. Se ha comentado, insisto, que faltan an lisis, informes globales, conocer qu‚ piensan las prostitutas, qu‚ piensa la gente de ellas, situaciones, contextos, consecuencias, etc‚tera. A la prensa le ocurre lo mismo, no cuenta la historia global sino fragmentos de esta historia y lo hace siempre con la intervenci¢n de fuentes externas, testimonios de quienes tienen algo que decir acerca del tema. Nuestros intervinientes pueden ser sus fuentes, sus testimonios, voces de protagonistas, testigos, expertos, cargos p£blicos, etc‚tera. Por todo ello, siendo muchos de ellos soci¢logos, deber¡an entender que el periodista no habla desde su exclusiva voz y experiencia, ni es el due¤o ni el gestor del medio. Es cierto que existen limitaciones, manipulaci¢n y vac¡os. Tambi‚n es cierto que cada vez existen m s cortapisas para ofrecer una cobertura de calidad, pero les aseguro que todav¡a existen distinciones entre quien recoge los anuncios y quien recoge la informaci¢n. A quien crea que la prensa no ser objetiva ante la posibilidad del abolicionismo porque se quedar¡a sin los ingresos de los anuncios clasificados, le digo lo siguiente: si el periodista de a pie estuviera pensando siempre que acude a una informaci¢n en sesgarla de acuerdo con el potencial publicitario que de ah¡ puede derivarse para la empresa, lo poco que queda de lo que Garc¡a M rquez llamaba el oficio m s bello del mundo, que es contar lo que sucede, habr¡a desaparecido del mapa. Lo que ocurre es que en el ejemplo de la prostituci¢n se pone de manifiesto el problema de http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 6. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 6 de 21 contar lo que ocurre y hacerlo bien. Es un asunto complicado y muy complejo. Adem s todo est adobado con la tendencia a pensar que tenemos que ser los m s liberales, los m s progresistas, los m s abiertos. Creo que mi papel en esta Comisi¢n puede ser implicarles a ustedes como senadores, pol¡ticos, representantes del pueblo y a ellos como expertos, divulgadores, en el deber de colaborar con los propios medios para que la informaci¢n que reciben los ciudadanos sea la adecuada. No olviden que en la plataforma sobre la que observamos una representaci¢n de la sociedad son, y cada vez m s, antes que int‚rpretes transmisores de voces que les aportan informaciones, versiones, opiniones y reacciones. A partir de ah¡ y naturalmente de la particular representaci¢n de la realidad que ofrecen en sus p ginas, se crea s¢lo parte de lo que sustenta la opini¢n p£blica que se forma muy a menudo en falso por utilizar claves informativas, ambientales, sociales, equivocadas; a veces con clara intencionalidad de los creadores de noticias, que pr cticamente nunca son los periodistas, porque el medio es el soporte; la empresa; los periodistas y sus fuentes; las firmas; la voz de los l¡deres sociales; de los especialistas; la voz de la gente de la calle, en este caso demasiado escasa, especialmente escasa; de todo aquellos a los que acuden los periodistas para obtener recursos y que acuden a los periodistas para obtener espacios medi ticos a trav‚s de los cuales hacerse o¡r. Por ejemplo, sus se¤or¡as crean m s opini¢n p£blica que los propios medios. Lo que ocurre es que necesitan a los medios para hacerse o¡r, pero eso es otro cantar. Obviamente, nada es posible en nuestra sociedad de la informaci¢n y supuestamente del conocimiento sin los medios de comunicaci¢n. Como dec¡a Ortega --y no voy a realizar m s que esta cita en esta comparecencia porque es necesaria-- el peri¢dico no es ciencia sino arte; arte de las emociones sociales. Como en alg£n modo el pol¡tico, los peri¢dicos est n encargados de dar a la idea carne de emoci¢n para que se expanda y se haga emotiva. No les corresponde elaborar afirmaciones o negaciones, esto queda para el sabio, para el estadista. Su tarea se reduce a expresar robustamente estas afirmaciones o negaciones labradas por otros. Por supuesto que hemos de rendirnos a la evidencia de la confluencia medi tica y su impacto en nuestro mundo; un mundo en el que los medios no son, si es que lo fueron alguna vez, el cuarto poder. Insisto, son la representaci¢n y el sustrato sobre el que se cierne cualquier poder, se configuran y reconocen los pueblos. La cuesti¢n central es el uso que se hace de ellos como plataforma imprescindible en la vida p£blica, por el espacio que ocupan en nuestras vidas, conseguido al fin lo que siempre se ha considerado adem s un milagro: el poder de la ubicuidad, estar en todas partes y al mismo tiempo. Nuestro mundo se nos ofrece a trav‚s de la p gina de la pantalla, ya sea del televisor, del ordenador, del m¢vil, sin olvidar que con el £ltimo medio en llegar se puede confundir lo virtual con lo real, lo verdadero con lo falso, el rumor con la confirmaci¢n. El arma inigualable de las nuevas tecnolog¡as de la comunicaci¢n que permitieron a los terroristas, ahora que hemos cumplido el aniversario, conseguir un milim‚trico dise¤o para obtener el efecto medi tico deseado, que es que el mundo entero presenciara el castigo a la cabeza visible del occidente capitalista e imperialista. Y se logr¢; terroristas y medios cumplieron sus papeles. Pero los medios no se inventaron a Bin Laden, le dieron cobertura e hicieron posible el resultado impactante de la haza¤a. Es cierto que a veces refuerzan y alteran posiciones pero cambiar, cambian poco. El a¤o pasado con objeto de preparar una ponencia sobre la invisibilidad de la mujer en los medios, inclu¡ un dato del mes de octubre de ese a¤o. Pensaba que gracias al impacto que produce la denuncia en los medios se han modificado muchas de la din micas sociales que influyen directamente en la toma de decisiones. Ese dato referente a la Comunidad de Madrid dec¡a que la mujer sigue dedicando siete veces m s de tiempo al hogar que el hombre; el paro de las mujeres casi duplica al de hombres, pero ha aumentado el n£mero de denuncias de malos tratos en m s de 50 por ciento y se ha reducido el n£mero de muertes por este asunto. Por ello, mi reflexi¢n fue que sin duda se ha avanzado en este terreno porque los medios han dado una cobertura informativa relacionada con la mujer con el adecuado tratamiento y un volumen que nunca antes se hab¡a alcanzado. Pues bien, resulta que al menos en lo que se refiere a la reducci¢n de muertes, el dato era simplemente coyuntural porque recordemos la cita de la red de organizaciones feministas contra la violencia de g‚nero del 5 de este mismo mes en el Congreso: en este a¤o, 50 mujeres han muerto a manos de sus parejas, adem s de seis ni¤os, al final, el d‚bil, entre otras razones porque, aunque la mujer haya tomado conciencia de la necesidad de denunciar, es m s fuerte la convicci¢n que le aporta la experiencia de que sirven de poco las denuncias. Observen el estudio de la jurisprudencia desde la perspectiva de g‚nero que dice que los tribunales de justicia tratan con m s dureza a las mujeres que a los hombres. ¨No es cierto que impone m s opini¢n una sentencia que es la m xima expresi¢n de autoridad cuyo criterio hemos de acatar? ¨Qu‚ ha pasado entonces con el tratamiento m s adecuado de la http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 7. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 7 de 21 informaci¢n en los medios? Al que trata de generar un mal no le detiene una informaci¢n medi tica. La gente no cambia por recibir una informaci¢n sobre el mal que hace; lo hace precisamente por el impulso de causar el mal que desea y a quien desea. Todo lo dicho no significa que no haya motivos muy importantes para la critica de los medios que simplifican, que amplifican, que magnifican, que uniformizan, que intoxican; todo ello es cierto pero, adem s, informan, ofrecen gran espacio a la reflexi¢n, lo que ocurre es que no influyen como creemos o como se piensa que lo hacen. Es cierto que sigue imperando el viejo concepto de noticia y vuelvo a la critica medi tica con respecto a lo nuevo, lo raro, lo que provoca una reacci¢n, sea alarma, curiosidad, sorpresa; motivo por el cual es verdad que se exacerba lo alarmista, lo habitual puede ser la amplificaci¢n de un tema. Es cierto tambi‚n que hay un declive del periodismo anal¡tico y tambi‚n est el hecho de que van siempre detr s de la realidad social; es habitual la amplificaci¢n de un tema, aunque reste a menudo espacio a la contumaz realidad social que se impone sin la atenci¢n de los medios. Adem s est n las consecuencias propias del poder de los nuevos conglomerados empresariales, en fin, tantas cuestiones. Por tanto, los receptores p£blicos han aprendido el papel de actuantes en el proceso medi tico para el beneficio de la correspondiente actuaci¢n del medio. Lo mismo que ha ocurrido con la sociedad civil frente a los poderes p£blicos, el medio se preocupa gracias al efecto agenda, a la acci¢n de esa sociedad civil; por ejemplo, las protestas vecinales sobre la prostituci¢n han creado noticia, han originado que se hable sobre ella y han inducido a pensar sobre la misma. En cualquier caso, hay que saber mucho antes de poder contar poco. Y sobre la prostituci¢n da la impresi¢n de que se sabe poco y se teme mucho; existe temor a expresar alg£n pensamiento que no sea el pol¡ticamente correcto, que uno sea juzgado como trasnochado, ut¢pico, mojigato, hip¢crita, etc‚tera. Pero aqu¡, como en tantos otros temas de discusi¢n, hemos de considerar que hay que entrar de lleno sin hipocres¡as, pero sin medias palabras. De todos modos, observen c¢mo act£an los medios ante esta cuesti¢n de la prostituci¢n. Se refieren a ella, como he comentado anteriormente, cuando se les proporciona un elemento noticioso, una manifestaci¢n, una actuaci¢n policial, un informe, una estad¡stica que rompe las normas. Por eso, buena parte de las informaciones aparecidas en los medios est centrada en redes de trata de mujeres, la desarticulaci¢n de alguna de ellas, la denuncia de alguna prostituta, actuaciones de los Cuerpos de Seguridad del Estado, manifestaciones vecinales, alguna declaraci¢n, manifestaciones de prostitutas, etc‚tera. No es extra¤o que en este momento Francia se encuentre en pleno debate informativo sobre la prostituci¢n por encima del que tenemos en Espa¤a. La raz¢n es que all¡ el debate pol¡tico sobre la regulaci¢n est m s avanzado. Observo que el g‚nero habitual en los medios de comunicaci¢n es la informaci¢n; a veces una opini¢n, a veces un editorial, escasamente un reportaje. El reportaje es el relato de una historia de vida para el que se requiere saber captar el fondo de verdad de ‚sta, introducir a los personajes principales y secundarios, documentarse, barajar cuantas vertientes puedan considerarse de inter‚s para el conocimiento del tema y reflejar con el tono y la emoci¢n en su punto, los tonos y las emociones de la vida que se relata. Eso es dif¡cil y adem s muy arriesgado. Es m s f cil cubrir una manifestaci¢n o una declaraci¢n. Piensen que ‚ste es un tema delicado, complejo y un punto escabroso; un tema deslizante, escurridizo pero con f‚rreos cimientos. La sociedad hace ante ‚l la vista gorda; un asunto tan viejo que la costumbre lo ha admitido como un mal menor o acaso como un bien mayor. Los vecinos protestan pidiendo £nicamente que se aparte a las prostitutas de las calles por donde tienen que pasar sus hijos. En todo caso, hay que ver c¢mo se aborda este tema. Por si fuera poco, se mueve mucho dinero, se habla de 12.000 millones de euros, he le¡do cifras de 4 billones de pesetas, aunque no s‚ transformarlo en euros. Se acusa de que los medios no dan la voz a las prostitutas y es cierto porque no la tienen. Pero, tambi‚n es cierto que entrevistar a una prostituta servir¡a de poco si no se tiene el tiempo suficiente como para dedicarle el esfuerzo que ha de acompa¤ar a cualquier investigaci¢n, porque ‚sta es una cuesti¢n de investigaci¢n, de dedicaci¢n, de esfuerzo, de dinero por parte de las empresas period¡sticas, etc‚tera. Por tanto, es dif¡cil que un medio entre de lleno en esta cuesti¢n teniendo en cuenta el entorno que le rodea. En general es cierto que tambi‚n los medios a grandes rasgos --otra cosa es luego leer el texto o ver el documental completo-- victimizan a la prostituta, es cierto que exageradamente, unas veces son v¡ctimas de las redes y otras de su condici¢n de inmigrantes, de los vecinos, etc‚tera. Baste el titular del peri¢dico ®El Pa¡s¯ que dice: entre las mafias y la regularizaci¢n y como subt¡tulo: las redes que trafican con la prostituci¢n mueven en Espa¤a 12.000 millones de euros anuales. http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 8. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 8 de 21 De ah¡ que la reacci¢n a iniciativas municipales para restar al menos visibilidad a la prostituci¢n callejera suelen provocar cr¡ticas importantes en los medios, sobre todo, en los del sesgo contrario al del pol¡tico y pocas alabanzas en los medios afines porque, como he dicho antes, tocan vientos a favor de la prostituci¢n. Pero, adem s, en un mundo de amplio espectro como es ‚ste, con tantos pliegues y aristas, con tal c£mulo de diferencias en las historias y en las experiencias vividas no hay un tema, ni una orientaci¢n, ni un contexto, ni una £nica verdad; existir n tantos como gentes vivan de una actividad en efecto que parece tan antigua como el mundo. Cuando todo esto ocurre de esta manera, ¨c¢mo abordamos la cuesti¢n? Les aseguro que habr pocas tareas que se igualen en dificultad a la de intentar transmitir eso que llamamos conocimiento de los hechos, de las situaciones, de las tendencias desde el deber de ser veraces porque es una tarea que depende del resultado de muchas variables, de la intervenci¢ n de muchas voces, de la indagaci¢n, del conocimiento que se debe extraer de terceras personas, de versiones, de testimonios; pura investigaci¢n, como antes dec¡a. Por cierto, habr¡a que hablar del silencio, culpable, de aquellos que puedan desmentir muchos de los datos publicados: si son falsos, qui‚nes minimizan la importancia de las redes en el mundo de la prostituci¢n y consideran que los medios crean alarma social, o al rev‚s, qui‚nes conocen algo m s sobre ellos y consideran que los medios no lo cuentan por inter‚s propio. ¨Por qu‚ no intervienen en el proceso informativo? Ortega tambi‚n hablaba del silencio culpable cuando dec¡a que es menester revolverse en‚rgicamente contra el parasitismo hist¢rico de las clases superiores. Hay muchas posturas, la posibilista, la moralista, la abolicionista, la reglamentista y todas con argumentos s¢lidos y contrarios entre ellas. Por tanto, ¨c¢mo abordamos la cuesti¢n? ¨Qui‚n ha pensado en las familias de las prostitutas, en su entorno y en el problema de los hijos al que nadie se refiere? ¨Y qui‚n ha acudido a los vecinos para considerar todo eso que ellos critican, que quieren librarse de la prostituci¢n porque creen que podr¡an acudir a otros lugares dado que entienden restan beneficios a sus negocios o que ofrecen una visi¢n que no desean para sus hijos, etc‚tera? Deteng monos en los medios y los anuncios de la prensa escrita --y con esto termino--, ¨qui‚n se ha interesado en conocer realmente lo que hay detr s de los mismos? F¡jense en los anuncios de la prensa escrita que s¢lo en esta medida se ofrecen en Espa¤a; hay cuatro aspectos que considero importantes destacar referente a los reclamos. Por un lado la sumisi¢n, por otro, el vicio, la edad y por £ltimo el servicio ofrecido. La sumisi¢n, es decir, el haz conmigo lo que quieras, cuando quieras, las veces que quieras, el tiempo que quieras. No es necesario que les lea ninguna de las frases, la alusi¢n al vicio y a sus sin¢nimos: viciosa, muy viciosa, morbosa, etc‚tera. Alusi¢n a la edad: mujercitas, jovencitas, rasurada, ani¤ada. Alusi¢n a todo tipo de servicios, todo por 18, 20, 30 euros. Luego est n los anuncios de ofertas: gana mucho dinero, r pido, seguro, f cil; se necesitan se¤oritas liberales, se puede ganar 12.000, 15.000 ¢ 20.000 euros. ¨Qu‚ puede hacer la prensa ante tanta complejidad? ¨Qu‚ se puede hacer? En definitiva, hay que regular esta actividad pero, si duda, teniendo en cuenta lo que hay detr s de ella, su complejidad, todos los aspectos que hay que abordar para conocer este tema. Es inevitable su regulaci¢n pero debe prevalecer el hecho de que efectivamente con ello estamos aceptando el ejercicio de la violencia; otra cosa es que no quede m s remedio que aceptarlo como bien mayor o mal menor, como he dicho antes. No es un asunto como para pedir a los medios de comunicaci¢n la claridad impropia de un galimat¡as; tambi‚n es un tema complicado para esta Comisi¢n y, por supuesto, s¢lo el hecho de que exista es un punto de esperanza. Nada m s y perd¢n por mi extensi¢n. Muchas gracias. La se¤ora PRESIDENTA: Muchas gracias, se¤ora Diezhandino, por su experimentada visi¢n sobre el papel de los medios de comunicaci¢n en este tema de estudio por parte de esta Comisi¢n. A continuaci¢n, por el Grupo Parlamentario de ConvergŠncia i Uni¢, tiene la palabra don Jordi Xucl…. El se¤or XUCLË I COSTA: Muchas gracias, se¤ora Presidenta. Muchas gracias, profesora Diezhandino, por sus aportaciones que me parecen muy interesantes desde dos puntos de vista: porque ha realizado un an lisis panor mico de las otras comparecencias que se han producido en esta Comisi¢n y se ha constatado que se ha informado de esas fuentes, y por las reflexiones que nos acaba de plantear sobre la manipulaci¢n medi tica, sobre la relaci¢ n entre medios, y entre esta Comisi¢n y los pol¡ticos. Me es dif¡cil plantearle preguntas concretas. Una de las primeras que hago a los comparecientes es sobre su postura ante una eventual regulaci¢n. Usted ha empezado con una http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 9. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 9 de 21 declaraci¢n de principios, como as¡ la define, posicion ndose desde un punto de vista moral de forma abolicionista, al igual que ha reflexionado sobre los valores y la l¢gica en el mercado en la sociedad actual. Yo comparto alguna de sus reflexiones en t‚rminos generales. Seguramente esta Comisi¢n tiene la obligaci¢n de realizar aproximaciones m s parciales a esta realidad, intentando costre¤ir cualquier manifestaci¢n de violencia, es decir, intentando acotar la equiparaci¢n del sexo con la l¢gica del mercado. Me han parecido muy interesantes algunas de sus aportaciones referidas al debate pol¡tico en Francia en este momento. Me hab¡a despistado y no lo hab¡a seguido, quiz s porque con el inicio de los trabajos y los debates de esta Comisi¢n hab¡amos perdido un poco la perspectiva y s¢lo conoc¡a los casos de Holanda, Alemania, Suecia y desconoc¡a ese debate m s que discutible sobre la expulsi¢n £nicamente de las prostitutas extranjeras en ese pa¡s. Ya he dicho que seguramente la pol¡tica es a veces el arte de aproximarse una por una a las utop¡as desde un camino de realidades, y hay algunos aspectos que nos ha planteado que pueden ser interesantes para todos; por ejemplo, las medidas para perseguir la b£squeda activa o pasiva de los clientes, que tendr¡amos que tomar en consideraci¢n. En esta misma l¡nea tambi‚n podr¡amos hacer una reflexi¢n conectada con los medios de comunicaci¢n sobre la publicidad del sexo a trav‚s de los contenidos de los anuncios y su propia limitaci¢n. Quiero pensar que la prensa no se mueve por ingresos econ¢micos a la hora de intervenir en este debate. De la misma forma que alrededor de los n£meros er¢ticos 906, con el paso del tiempo se ha entrado en una regulaci¢n, seguramente tambi‚n podr¡amos llegar a unas conclusiones en cuanto a la cuesti¢n de los anuncios como un trabajo parcial de esta Comisi¢n. Me parece que a todos los miembros de esta Comisi¢n nos une un com£n denominador con usted que es la diagnosis; peor que nos encontramos en el momento actual es dif¡cil estar y, por tanto, debemos adoptar unas medidas, no s‚ si abolicionistas o de intervenci¢n de los poderes p£blicos para luchar contra algunos abusos. Y en esta lesi¢n a los derechos humanos que nos ha anunciado desde un punto de vista de declaraci¢n de principios, pivota precisamente la dificultad que nos ha planteado en la segunda parte de su intervenci¢n sobre la interpretaci¢n exacta de los medios de comunicaci¢n con respecto a un tema tan complejo, con poca informaci¢n y pocas fuentes fiables como es el de la prostituci¢n. Usted ha hablado de la desinformaci¢n en la sociedad de la informaci¢n y la tremenda confusi¢n de datos al respecto. Aunque sea de forma divagante --porque no es tema de esta Comisi¢n ni tampoco quiero discrepar de forma frontal-- me gustar¡a matizar unos aspectos. En primer lugar, me parece que la prensa, como usted dec¡a, interpreta cada vez menos; realiza m s una funci¢n de transmisi¢n de las voces, y tiene su propia l¡nea editorial, en la cual muchas veces existe una actitud poco valiente en comparaci¢n con la de otros modelos de diferentes pa¡ses a la hora de tomar partido por una determinada l¡nea. En estos momentos en Espa¤a ning£n peri¢dico de referencia a nivel estatal ha tomado partido a favor de posturas revolucionistas o abolicionistas. Usted ha relativizado mucho el papel y la capacidad de influencia de los medios de comunicaci¢n pero a mi modo de ver contin£an teniendo una importante capacidad de impacto en la sociedad, al igual que la sociedad civil tiene capacidad de discernir y de llegar a conclusiones por sus propias reflexiones. Por ejemplo; tambi‚n nos apuntaba, que en materia de malos tratos los medios de comunicaci¢n han realizado una funci¢n positiva; han sido altavoces de una realidad que podr¡a existir hace dos, tres, cuatro o cinco a¤os, pero, £ltimamente, las medidas pol¡ticas, acompa¤adas por las medidas de popularidad del fen¢meno y de su problem tica, tambi‚n han ayudado. Me parece que los medios algunas veces toman partido, como dec¡a, a trav‚s de unas fuentes quiz s no lo suficientemente informadas. En ocasiones, los miembros de esta Comisi¢n formamos parte del listado de fuentes. Muchas veces nos han llamado y hemos aportado nuestros datos, en ocasiones bien informados y otras fruto de esta informaci¢n parcial. Quiero referirme a una noticia que se publicaba en el peri¢dico de ®La Vanguardia¯ el jueves pasado con respecto al tema que nos ocupa, cuyo titular dec¡a: Impotencia ante la nueva esclavitud, y un art¡culo: ®El vud£ de la madame¯ . Seguramente que existen historias m s interesantes desde un punto de vista period¡stico, pero esta informaci¢n iba acompa¤ada de un art¡culo sobre el tr fico sexual infantil en Europa. En muchas ocasiones este punto de vista que s¢lo apunta a lo m s morboso procede de los medios de comunicaci¢n. Termino planteando una pregunta, ya que he encontrado algunos puntos de discrepancia con su exposici¢n. De la misma forma que existen c¢digos deontol¢gicos generales para tratar la informaci¢n, ¨piensa usted que el mundo de la comunicaci¢n espa¤ol est bastante maduro para apostar por alcanzar un m¡nimo com£n a la hora de afrontar el debate sobre la prostituci¢n? Este ir a m s durante los pr¢ximos meses y a¤os, sin contar en modo alguno con la complicidad pero s¡ con un intento de objetivizaci¢n por parte de los medios de comunicaci¢n; en ese caso las tareas de esta Comisi¢n y del conjunto de los poderes p£blicos serian m s f ciles. Nada m s. Muchas gracias, se¤ora Presidenta. http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 10. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 10 de 21 La se¤ora PRESIDENTA: Muchas gracias, senador Xucl…. Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra do¤a F tima Aburto. La se¤ora ABURTO BASELGA: Gracias, se¤ora Presidenta. Quiero agradecer a do¤a Pilar Diezhandino el esfuerzo y el trabajo que ha realizado en esta comparecencia que adem s ha sido muy interesante. Lo que m s me ha llamado la atenci¢n es algo que d bamos por sentado, referente a que los medios de comunicaci¢n son el cuarto poder y me sorprende que lo niegue. Es cierto que el ejemplo del 11 de septiembre es muy llamativo, los medios lo reflejaron tal como ocurri¢. Tambi‚n es cierto que exist¡an im genes y esto es dif¡cil de tergiversar porque aunque se puede hacer, evidentemente, es bastante m s complicado. El hecho se constata con m s seguridad que cuando se expresan s¢lo opiniones. En la l¡nea de lo que comentaba el senador Xucl…, es cierto que todav¡a en Espa¤a se sigue insistiendo mucho en la prensa como independiente cuando en realidad todos tenemos, como se refleja en los ponentes de esta Comisi¢n, contradicciones. Eso no es otra cosa que el factor humano. Dependiendo de quienes expongan los hechos, ‚stos cambian; es algo inevitable. Lo mismo ocurre con los medios de comunicaci¢n, pero la opini¢n generalizada es que ‚stos deben ser independientes y les acusamos de algo que quiz hagamos todos; la cuesti¢n est en que presumen de ello y no deber¡an hacerlo limit ndose a expresar su opini¢n. Como dice el senador Xucl…, deber¡an ser m s claros, m s valientes y defender una l¡nea editorial propia porque ser¡a bastante m s claro, se podr¡a formar mejor una opini¢n y ser¡a m s honesto. De todas formas, no conozco muy bien los l¡mites de los c¢digos deontol¢gicos de los medios o c¢digos ‚ticos y si han realizado un esfuerzo importante en cuanto a la perspectiva de g‚nero. Queda mucho por hacer en la cuesti¢n de las mujeres y, como ha dicho la ponente, la investigaci¢n period¡stica conlleva much¡simo dinero, muchos recursos y mucho esfuerzo, pero se hace; sin embargo, a algo tan importante como es la prostituci¢n, merecer¡a much¡simo la pena dedicar recursos y dinero pero, qu‚ casualidad, es un tema de mujeres. ¨Puede que esto influya? Es algo que le planteo. Desde el principio, se ha posicionado como abolicionista pero tambi‚n est la contradicci¢n de ser partidaria de la regulaci¢n, puntualizando que con ella apoyamos la violencia. Puedo estar muy de acuerdo en esa postura pero hay otro factor a favor de la regulaci¢n. En esta Comisi¢n, hemos repetido m s de una vez que existen much¡simas cosas por conocer dentro de la prostituci¢n, de las que sabemos muy poco, y una de ellas es la opini¢n de las propias prostitutas, y, como dec¡a otro compareciente, la opini¢n p£blica respecto a este tema. La regulaci¢n de esta actividad, oficio o trabajo para las inmigrantes ser¡a distinto, pero si se pudiera regular para las prostitutas espa¤olas a lo mejor se conseguir¡a que ‚stas tuvieran m s voz, y de esta manera todos podr¡amos tener m s conocimiento de este asunto, y saber de lo que carecen, pero todav¡a nos falta much¡simo para ello. Creo que no no tengo nada m s que decir. Gracias. La se¤ora PRESIDENTA: Gracias, senadora Aburto. Por el Grupo Parlamenterio Popular, tiene la palabra do¤a Cristina Tejedor. La se¤ora TEJEDOR UTRILLA: Gracias, se¤ora Presidenta. En primer lugar, he de agradecer a do¤a Pilar Diezhandino su intervenci¢n en esta Comisi¢n a lo largo de esta tarde y tambi‚n felicitarla por los datos que nos ha aportado, como dec¡a el senador Xucl…, respecto a su informaci¢n de la situaci¢n actual en Francia con el proyecto de regulaci¢n sobre determinados aspectos de las prostituci¢n que tambi‚n desconoc¡a. Los portavoces de los grupos parlamentarios de ConvergŠncia i Uni¢ y Socialista han interpretado una intenci¢n diferente en la ponente. El se¤or Xucl… ha interpretado que la ponente estaba a favor de la abolici¢n y la portavoz del grupo parlamentario socialista, F tima Aburto, que estaba a favor de la regulaci¢n, solucionando toda esa complejidad que ‚sta conlleva. Me gustar¡a que nos aclarara su postura porque se han barajado las dos opciones dentro de la complejidad del asunto que nos trae a esta Comisi¢n. Por otra parte, tambi‚n se han dicho una serie de cosas con relaci¢n a la importancia o influencia de los medios de comunicaci¢n que, en definitiva, afectan much¡simo en cualquier aspecto de actualidad de la sociedad respecto a un planteamiento u otro. En mi opini¢n, lo que los medios de comunicaci¢n reflejan respecto al tema de la prostituci¢n es, por una parte, esas p ginas completas de anuncios que generan unas cifras millonarias para los medios como consecuencia de su publicaci¢n y, por otra, lo que habitualmente nos llega con relaci¢n a la prostituci¢n que son esas detenciones que se producen en las mafias, redes, alg£n local o espacio donde se tiene a determinadas mujeres en una situaci¢n de semiesclavitud o de explotaci¢n total. Tambi‚n la pol‚mica que surge en ocasiones en algunas zonas de las grandes http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 11. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 11 de 21 ciudades con relaci¢n al ejercicio de la prostituci¢n por las posibles molestias que se pueden causar a los vecinos, comerciantes de ese barrio o de esa determinada zona. Sin embargo, los medios de comunicaci¢n adolecen de la existencia de una l¡nea editorial concreta apoyando una u otra postura en torno a la regulaci¢n, o la abolici¢n en estos temas tan complejos inmersos en el mundo de la prostituci¢n. No creo que sea £nicamente porque se pueda considerar un tema de mujeres porque, en mi opini¢n, la prostituci¢n es un tema econ¢ mico, de mujeres y de hombres; en definitiva, no podemos considerar que la prostituci¢n afecta s¢lo a las mujeres porque aunque las v¡ctimas, entre comillas, que a veces no lo son, sean las mujeres, en su conjunto es un campo muy amplio. Me gustar¡a destacar que ha quedado clara la opini¢n de la ponente en su comparecencia de esta tarde respecto a que la cuesti¢n de la prostituci¢n es muy compleja no tanto por todos los aspectos que la rodean sino por el an lisis de las distintas intervenciones que se han producido desde que se iniciaron los trabajos en esta Comisi¢n y que es muy dif¡cil encontrar una l¡nea concreta porque cada uno de los ponentes que han acudido nos han aportado aspectos muy diferentes con relaci¢n a la misma y se ha puesto de manifiesto, como bien ha dicho, la complejidad de abordar una soluci¢n a este tema. En definitiva, no quer¡a extenderme m s en el tiempo dado que es la primera comparecencia. Unicamente me gustar¡a que nos aclarara este aspecto que planteaba al principio de mi intervenci¢n. Muchas gracias. La se¤ora PRESIDENTA: Gracias, senadora Tejedor. A continuaci¢n, tiene de nuevo la palabra la se¤ora Diezhandino. La se¤ora DIEZHANDINO NIETO (Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad Carlos III): Muchas gracias, se¤ora presidenta. En primer lugar, pido disculpas porque me he extendido especial e innecesariamente en mi exposici¢n. Pero lo cierto es que el tema es tan rico que finalmente me he involucrado excesivamente en ‚l. Respecto a la idea com£n de todas las intervenciones sobre si soy abolicionista o reglamentista, el se¤or Xucl… ha dicho que parto de principios morales cuando hablo de mi posici¢n sobre la prostituci¢n. No s‚ si lo hago, creo que no, simplemente es que siempre hay un principio moral en todo, ‚tica obviamente, no podemos darle la espalda a esto. Hablo quiz desde la idea de los valores, desde la idea de que todo no puede ser mercado y que se est utilizando demasiado ese t‚rmino cuando hablamos de la prostituci¢n; si existe un mercado por qu‚ no regularlo, si hay tanto dinero de por medio, etc‚tera. Las propias mujeres que trabajan en la prostituci¢n se preguntan d¢nde se encuentra ese trabajo que les permita ganar tanto como en lo que hacen porque entonces se ir¡an, pero es que no existe ese trabajo. Existe un valor por encima de la ganancia y eso es lo que me preocupa, que todo se iguale por abajo, que todas las profesiones son v lidas, que ‚sta es una profesi¢n; es igual siempre que los valores prevalezcan, y aqu¡ evidentemente algunos no prevalecen. Esta es mi posici¢n. Mi deseo ser¡a que no existiese la prostituci¢n. Es una cuesti¢n que afecta a la lucha que mantenemos en favor de la igualdad en la que nunca se van a dar pasos positivos, porque existe un principio de violencia, de abuso; en los propios anuncios est muy claro que se hacen sobre la base de la sumisi¢n, el haz lo que quieras, en un momento en que el hombre est empezando a dar un poco la media vuelta en su propia casa cuando la mujer ha tomado la parte de responsabilidad que como tal le corresponde en el hogar y en el mundo laboral. Es decir, no estamos avanzando, pero si hay que regular, hag moslo. No soy abolicionista por una cuesti¢n moral; quiz s haya una cuesti¢n trasnochada que queda en m¡ de la lucha feminista, de la igualdad entre g‚neros. Frente a todo por lo que he luchado veo claramente que en este tema hay un discurso contrario a ese favor que pretendemos hacer a la lucha por la igualdad. Por tanto, efectivamente, ante el hecho evidente de que esto es as¡, que el problema se encuentra en todos los pa¡ses, si hay que regularlo, hag moslo, pero sabiendo lo que hacemos, en qu‚ mundo estamos interviniendo y conozcamos cu l es ese mundo, qu‚ existe detr s de ‚l, regul ndolo a sabiendas de lo que estamos haciendo porque mi opini¢n es, si se considera importante, que estamos beneficiando a las redes, a los empresarios, etc‚tera; a todos aquellos que est n obteniendo grandes sumas de dinero. Por eso es imprescindible que se regule partiendo del principio de que existen derechos y obligaciones para las prostitutas, para los clientes, para los empresarios, etc‚tera y no dando por bueno que el hecho que se nos plantea de esta manera es muy complejo y muy dif¡cil de regular, pero vamos a entrar en ‚l, y por eso he dicho que primero hay que conocerlo. Es lo mismo que hacer un relato period¡stico; mal se podr confeccionar un buen relato si no has entrado en el mbito en el que la historia se ha http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 12. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 12 de 21 producido; si no conoces a las gentes; si no sabes sus datos; si no has palpado el tono y la emoci¢n que se vive ah¡; si no sabes qu‚ consecuencias y qu‚ antecedentes hay en ellos; si no sabes si sufren o no; si vibran o no; si gozan o no. Lo que yo veo es que existe violencia, evidentemente, pero tambi‚n que hay una situaci¢n de hecho y, aunque me cueste personalmente, tengo que creer que existe una voluntad por parte de muchas prostitutas de serlo, por tanto, ¨qui‚n soy yo, si tuviera que ser alguien, para oponerme? Pero si se ha de regular que se haga sabiendo lo que se hace, no s¢lo conociendo las cifras de mercado, las cifras de beneficios y las cifras de mujeres, sino conoci‚ndolas a ellas, y por eso mencionaba tambi‚n a los hijos. Es muy importante saber qu‚ mundo es ‚ste, c¢mo se vive en ‚l, qu‚ hay detr s de ‚l. Leemos en la prensa, quiz s en demas¡a o solamente, que existen redes, que a las mujeres les hacen vud£ o ese tipo de cosas cuando las redes las manejan africanos; he le¡do varios art¡culos en esta temporada, tambi‚n el otro d¡a le¡ algunas cosas terribles. Posiblemente sea exagerado pero, ¨y si es s¢lo medianamente cierto? ¨En qu‚ mundo entramos? Aunque s¢lo sea medianamente cierto --como decimos acerca del terrorismo--, basta con uno. Esa es mi postura. Me gustar¡a que no existiera pero ya que existe, ya que tenemos que regularlo, ya que hay mujeres que toman esa decisi¢n, debe saberse que no es una cuesti¢n que vaya a beneficiar como tal al principio de igualdad entre sexos; ‚sa es al menos mi idea sino m s bien al contrario, estamos viendo muchos retrocesos en la sociedad del conocimiento y del progreso. No me quiero extender mucho en esto. El se¤or Xucl… ha mencionado lo de los anuncios en los medios de comunicaci¢n; no s‚ muy bien cu l era la vertiente, pero en todo caso se mueve mucho dinero. Ahora bien, cuando se habla de prensa yo hablo de periodistas; ‚stos no funcionan porque haya o no dinero en t‚rminos generales, porque muchos tambi‚n son gestores, pero en esta cuesti¢n no informan m s o menos porque vayan a desequilibrar el estado de las cuentas de sus empresas, porque haya m s o menos anuncios. Por supuesto que no, con independencia de que el no rotundo es una generalidad y obviamente siempre existen excepciones. Dicho esto, tambi‚n hay que retomar aquel eslogan de la Espa¤a diferente; hemos de llegar a la conclusi¢n una vez m s de que diferimos en aspectos que no nos gustan; somos gente que tratamos de luchar por un pa¡s, justo, moderno, dem¢crata; quiz s sea porque haya que perseguir al cliente, quiz sea porque haya que perseguir la incitaci¢n a la b£squeda del servicio de la prostituci¢n; quiz sea porque haya que endurecer las leyes, pero lo que es cierto es que existe una permisibilidad mayor de la que existe en los pa¡ses de nuestro entorno y tambi‚n lo es que los anuncios que aqu¡ se leen no se ven en ning£n otro pa¡s de nuestro mbito. Eso es as¡ lamentablemente. Me parece un esc ndalo que se publiquen en peri¢dicos como ®El Pa¡s¯ que dicen que no informan sobre boxeo porque es un deporte violento o sobre la violencia; es una contradicci¢n. Pero en este sentido, al mismo tiempo el medio puede decir y ¨por qu‚ no? ®ABC¯ se resisti¢ durante mucho tiempo y ®YA¯ no quiso nunca introducir este tipo de anuncios. Pero, ¨por qu‚ no?, si estamos en un mercado, est permitido y no existe nada en contra. Al final, la l¢gica del mercado es la que se impone. Por tanto, si se trata de regular la prostituci¢n que en los reguladores no se imponga la l¢gica del mercado; ‚sa es la cuesti¢n. No s‚ si los medios abordan suficientemente o no la cuesti¢n de la prostituci¢n. En mi exposici¢ n he dicho que es un tema delicado, con muchas vertientes, en el que ni los pol¡ticos ni los expertos se ponen de acuerdo; es algo oscuro, un galimat¡as. Ante este tipo de cuestiones los medios se previenen un poco no abord ndolos o haci‚ndolo a partir de la informaci¢n que les llega de fuera; la nota de la Guardia Civil, la manifestaci¢n, la actuaci¢n de la sociedad civil, los movimientos vecinales, las manifestaciones de las propias prostitutas. Informaciones concretas muy puntuales sobre actuaciones a partir de las cuales no necesitan ofrecer su posici¢n como medios, simplemente informan. Ahora bien, informan mucho porque tambi‚n lo hacen sobre regulaci¢n en otros pa¡ses; sobre diferencias entre tipolog¡as de prostitutas; sobre la implicaci¢ n de la prostituci¢n en la inmigraci¢n; es decir, no existe mucha cantidad de informaci¢n, pero al final la suficiente como para si se siguiera obtener recursos y estar medianamente enterados. ¨Por qu‚ no se posicionan? ¨Y por qu‚ lo van a hacer?, pregunto. ¨Por qu‚ se pide al medio que lo haga si no lo ha hecho el pol¡tico ni el experto que ha estudiado este tema, que lo conoce, que lo ha palpado? Ellos s¡ se posicionan, lo tienen claro. En este caso, es lo que decimos de la acusaci¢n a los medios acerca del discurso sobre la connivencia que est tratando de introducirse en la idea general entre prostituci¢n e inmigraci¢n y entre inmigraci¢n y violencia callejera. En realidad el medio lo que hace es seguir --y ‚sa es una acusaci¢n que se le debe hace-- el discurso del pol¡tico. Pero no olvidemos que antes de que el medio informe sobre esa cuesti¢n, el pol¡tico le ha hablado de ello; algo se ha movido en la clase pol¡tica en ese terreno para que el medio llegue a hablar sobre esa cuesti¢n. Por tanto, la se¤ora Aburto ha dicho que segu¡amos pensando que la prensa era el cuarto poder o que tiene m s poder del que yo expresaba en mi exposici¢n, he de decir que quiz lo http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 13. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 13 de 21 haya reducido mucho, pero desde luego nox es un cuarto poder. Otra cuesti¢n en ese sentido es que los pol¡ticos tienen mucho m s poder que la prensa; quiz s esto sea un poco exagerado, pero estoy casi convencida de ello. El poder de la prensa se est reduciendo cada d¡a m s, entre otros motivos porque cada vez existen m s medios e internet ha desproporcionado todo. Cada vez existen m s fuentes que aportan informaci¢n; la informaci¢n de la que antes dispon¡a s¢lo el periodista, ahora la tiene cualquier individuo que acceda desde su casa con un ordenador a internet. Cada vez existen m s voces, m s posibilidades de informarse, m s medios para conseguirlo, etc‚tera. Lo importante es diluir el poder de los medios. Quiz hablamos en este sentido de los tradicionales medios de comunicaci¢n y porque la propia sociedad civil ha empezado a moverse frente al poder pol¡tico en este caso, pero ha actuado frente a los medios como un agente que ha cambiado la agenda de ‚stos. Por tanto, les aseguro que cada vez es menos su poder y cuando he citado lo que me ocurri¢ el a¤o pasado entonces dije: gracias a los medios se ha cambiado, pero resulta que despu‚s vemos que esa cifra era coyuntural, s¢lo para ese a¤o, y que al siguiente volvemos a las mismas. Entonces, gracias al tratamiento, cada vez m s adecuado que del tema de la mujer realizan los medios, se va ayudando a cambiar poco a poco a las gentes en su mentalidad, pero no han sido ellos los que han iniciado este camino sino las asociaciones, las propias mujeres que se han constituido en ONGs, en peque¤os grup£sculos que intentan ayudar a sus convecinos que tienen problemas de malos tratos, la judicatura, los pol¡ticos que han entrado en el discurso de la calle de: hasta aqu¡ hemos llegado, hagan algo. Por tanto, no piensen que a lo largo de mi exposici¢n he estado apoyando a los medios, pero quiero que contemplen cu l es su posici¢n. Habl bamos de los medios como los resortes, los aportes y tambi‚n como los que informan, pero siempre a toro pasado. Primero ha sido la sociedad la que se ha movido; ha sido la asociaci¢n de vecinos la que ha organizado la manifestaci¢n para que los medios hablen de los vecinos; unos pensar n que son unos intransigentes, en cambio otros pensar n que se han movilizado porque ya est bien. F¡jense que la propia Guardia Civil est organizando lo que llaman sus peque¤as oficinas de informaci¢ n y muchas veces, m s de las necesarias, llegan estos comunicados de prensa --menciono a la Guardia Civil, pero puedo mencionar cualquier gabinete de comunicaci¢n-- y los medios los reproducen textualmente sin ni siquiera contrastar o abundar en esa informaci¢n. La sociedad se est organizando para impulsar a los medios a que hablen de esos temas, ¨por qu‚ tienen que movilizarse permanentemente en contra de?, porque haci‚ndolo aparecen los medios y el pol¡tico los teme y el pol¡tico act£a, no por el poder del medio sino porque es una plataforma indispensable. No se puede hacer nada sin ellos, ya no hay posibilidad; ni siquiera ese se¤or que tiene tanto poder empresarial, tambi‚n necesita el medio. Pero el pol¡tico tiene mucho m s poder en su actuaci¢n que el medio, entre otras cosas porque puede utilizarlo, mientras que ‚ste s¢lo qu‚ puede hacer; el principio fundamental es el relato de los hechos y necesita a las gentes para que le cuenten qu‚ ha pasado y c¢mo y, entre otros, al propio pol¡tico. Lo que ocurre es que existe una cierta renuencia, rechazo o quiz miedo a acercarse al medio; es lo que he querido decir en mi intervenci¢n. Ustedes son m s creadores de opini¢n que el medio aunque lo tengan que hacer a trav‚s de ‚l. Y es que tienen que colaborar, hay que inducir a las gentes a hacerlo; es decir, ese silencio es muy a menudo culpable de quienes critican pero no dan respuestas. Quiz en la prostituci¢n tambi‚n ocurre porque es algo referente a la mujer; no lo s‚, pero en todo caso lo que pasa --en mi opini¢n y lo pongo tambi‚n en tela de juicio-- con la prostituci¢n es que el medio no se atreve a definirse quiz por temor, porque estamos en un pa¡s muy permisivo en general y no s¢lo con este tema; incluso con el terrorismo ha tenido que llegar un punto en que se diga que ya no se puede m s, tendr n sus razones tambi‚n. Por tanto, el medio, que al fin y al cabo son personas, seguramente no se posiciona sobre este tema y si la tuviera a lo mejor prefiere no exponerla. En todo caso, ¨cu l es la posici¢n del medio?, ¨la de la empresa?, ¨la del periodista?, ¨el especialista en temas de sociedad que aborda esta cuesti¢n? ¨Cu l es? ¨Qui‚n es qui‚n en el medio para tomar esa posici¢n? De todas formas lo han hecho; ha habido m s de un editorial sobre este tema. No hace mucho he le¡do uno en ®El Mundo¯ a favor de la regulaci¢n a sabiendas de lo que significa o de lo que significa el problema que se vive en las calles; ha sido el clamor de hacer algo aunque sea menos bueno de lo que todos quisi‚ramos. El medio en este momento tambi‚n ha entrado en un espacio muy complicado porque son grandes grupos empresariales muy fuertes, con much¡simo poder, muy implicados en los distintos poderes sociales, econ¢micos, pol¡ticos, etc‚tera y, por tanto, se cuidan mucho de opinar sobre algo que puede afectar a parte de sus corresponsables empresariales. Existen muchos elementos a considerar tambi‚n. No s‚ si con esto habr‚ contestado a todas las cuestiones. La se¤ora PRESIDENTA: ¨Desea a¤adir algo m s? La se¤ora DIEZHANDINO NIETO (Catedr tica de Redacci¢n Period¡stica de la Universidad http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 14. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 14 de 21 Carlos III): Nada m s. Muchas gracias, ruego disculpen mi extensa intervenci¢n y espero no haber restado tiempo al siguiente interviniente. Les reitero las gracias por darme esta oportunidad de expresarme en esta Comisi¢n. La se¤ora PRESIDENTA: Muchas gracias, se¤ora Diezhandino. No se preocupe por la extensi¢n en su exposici¢n, dado lo interesante de lo expuesto y de la visi¢n que nos ha aportado del papel y de la funci¢n de los medios de comunicaci¢n en general y en concreto en esta cuesti¢n que estamos analizando. Le reiteramos nuestro agradecimiento por su presencia en el seno de esta comisi¢n y tambi‚n por sus aportaciones respecto a lo que ha se¤alado. En cinco minutos, reanudaremos la Comisi¢n con el siguiente compareciente (Pausa.) --DE DON JAVIER ALONSO TORRENS, PRESIDENTE DEL EQUIPO DE INVESTIGACION SOCIOLOGICA, EDIS (715/000278). La se¤ora PRESIDENTA: Reanudamos la sesi¢n con la comparecencia de don Javier Alonso Torrens al que damos la tambi‚n bienvenida al seno de la Comisi¢n. El se¤or Alonso Torrens es profesor en Sociolog¡a y Filosof¡a y su presencia aqu¡ se justifica por ser presidente de un equipo de investigaci¢n sociol¢gica (EDIS) y por haber sido autor de dos investigaciones espec¡fica sobre la prostituci¢n, una en 1974, la primera emp¡rica realizada en Espa¤a, y, otra, en 2001 sobre la aproximaci¢n al fen¢meno de la prostituci¢n femenina en la provincia de Salamanca. El se¤or Alonso tiene la palabra. El se¤or ALONSO TORRENS (Presidente del Equipo de Investigaci¢n Sociol¢gica (EDIS): Buenas tardes, efectivamente a lo largo de mi ya dilatada historia como profesional de la sociolog¡a y a partir de investigaciones emp¡ricas con las metodolog¡as que se emplean en este campo he tenido la oportunidad en dos ocasiones de aproximarme al mundo de la prostituci¢n. La primera fue en 1974, siendo ministro de la Gobernaci¢n don Manuel Fraga Iribarne quien promocion¢ la primera investigaci¢n en Espa¤a sobre la situaci¢n de la prostituci¢n; en aquel momento no hab¡a m s que prostituci¢n, por lo menos oficial y oficiosamente, femenina. Todav¡a no hab¡a muerto Franco, era otra Espa¤a; entonces se hablaba de una especie de n£mero m¡tico de aproximadamente 500.000 mujeres y lo digo porque a mi entender era un porcentaje muy alto de poblaci¢n femenina dedicado a la prostituci¢n y creo que nunca se prob¢ que existiera esa cantidad. Ahora bien, era un colectivo de unas caracter¡sticas completamente diferentes al que existe hoy. En aquel momento no hab¡a inmigraci¢n, pr cticamente todas eran mujeres hispanas, quiz s en la zona de la frontera portuguesa pod¡a haber alguna mujer de este pa¡s al igual que en la zona marroqu¡ en el sur. Ordinariamente casi todas ten¡an una caracter¡stica com£n: pertenec¡an al mundo pobre, casi todas. No era prostitutas de alto standing, que eran escasas. En aquel momento comenzaba el fen¢meno de los contactos telef¢nicos con una modalidad que proven¡a de los pa¡ses n¢rdicos y, sobre todo, de Estados Unidos. No exist¡a pr cticamente pero s¡ ten¡a como caracter¡stica que se trataba de un colectivo de mujeres pobres. El pasado a¤o y por iniciativa del Ayuntamiento y de la Diputaci¢n de Salamanca, as¡ como de una asociaci¢n que trabaja en Madrid, al igual que en Salamanca (APRAMP), se promovi¢ un estudio sobre la prostituci¢n femenina en esa provincia. Se encomend¢ a nuestro equipo (EDIS), el Equipo de Investigaci¢n Sociol¢gica y yo me encargu‚ del mismo. El estudio se realiz¢ en mi provincia que creo que tambi‚n es la de do¤a Cristina, Presidenta de la Comisi¢n, cuya ventaja es que es una especie de micromundo, son 350.0000 habitantes, donde se observan bastante bien los fen¢menos sociales y pudimos llegar casi a la totalidad de la provincia. Nos aproximamos mucho ya que nuestro planteamiento era modesto; no era nuestra intenci¢n decir la £ltima palabra ni un dogma de fe sino aproximarnos al fen¢meno de la realidad de la prostituci¢n femenina en la misma porque ya conoc¡amos --y me imagino que sus se¤or¡as tambi‚n lo conocen-- que ‚ste es un mundo fundamentalmente opaco, muy oscuro en much¡simas cosas y en el que se desconocen sus t‚rminos y sus l¡neas n¡tidamente. Realizamos una metodolog¡a relativamente novedosa porque nos aproximamos al fen¢meno a trav‚s de la visi¢n de los vecinos, de la prensa, de una parte de la opini¢n p£blica, de la opini¢n publicada, de los profesionales de los servicios sociales y de la sanidad, de la polic¡a as¡ como una observaci¢n directa de m s de la mitad de los clubes de alterne y g isquer¡as existentes en la provincia, al igual que una investigaci¢n directa en el colectivo de las prostitutas de todas las tipolog¡as existentes. Con respecto a este tema les voy a hablar brevemente, d ndoles unas pinceladas y despu‚s, si desean, podemos entablar un coloquio. En primer lugar, como soci¢logo, me llama la atenci¢n que el fen¢meno de la prostituci¢n femenina est‚ parad¢jicamente en crecimiento en una sociedad como la nuestra, que se considera libre en el terreno afectivo sexual y adem s igualitaria en cuesti¢n de g‚neros. Por http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 15. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 15 de 21 tanto, es un fen¢meno que como soci¢logo me interesa mucho observar; un fen¢meno que est creciendo. Observando este hecho en la provincia de Salamanca llegamos a la conclusi¢n de que s¢lo en un a¤o, de 1999 a 2000, hab¡a aumentado el n£mero de prostitutas, se hab¡a multiplicado por 2,4. Seg£n datos de la Junta de Castilla y Le¢n que realiz¢ un estudio y tambi‚n de la misma Guardia Civil y de la Polic¡a, en 1999 exist¡an unas 350.000 dedicadas a la prostituci¢n y se produjo un incremento de aproximadamente 800 mujeres. Esta multiplicaci¢n se debi¢ fundamentalmente como hecho social que es la prostituci¢n, a la llegada a Salamanca, igual que a toda Espa¤a, de un n£mero creciente de mujeres pobres del tercer mundo dentro de la llamada globalizaci¢n porque tambi‚n hab¡a cambiado la composici¢n en un a¤o del colectivo de la prostituci¢n femenina. Seg£n un estudio realizado por la Junta de Castilla y Le¢n, en el a¤o 1999 el 60 por ciento de las prostitutas ejercientes en Salamanca eran nacionales y en el a¤o 2000 el 80 por ciento eran extranjeras, seg£n la Guardia Civil. Este es un fen¢meno minoritario y aparentemente marginal, pero sobre todo opaco, del que la opini¢n p£blica sospecha ilegalidades y explotaciones pero que, a fin de cuentas, para la mayor¡a de los ciudadanos tiene una baja peligrosidad social como para que constituya un fen¢ meno que amenace la tranquilidad personal y familiar y de los barrios, salvo en los casos de la prostituci¢n callejera de ¡nfima categor¡a donde se mezcla la droga, la violencia y todo lo que se considera un esc ndalo p£blico. Entiendo que la sociedad espa¤ola sigue la filosof¡a del viejo dicho: ®que se queme la casa, pero que no se vea el humo¯ , y los ciudadanos y ciudadanas hip¢crita y farisaicamente, la opini¢n p£blica, inclusive la publicada en la prensa y la radio, las autoridades y la misma Polic¡a est n tranquilos porque no hay excesivas broncas y porque lo poco que se ve, la punta del iceberg, no afecta a la seguridad de casi nadie. La prostituci¢n, como ustedes saben, no es oficialmente un delito en ciertas circunstancias pero, sobre todo, tiene un car cter opaco, laboral, econ¢mico, jur¡dico y fiscalmente; y si en estos momentos se multiplica --porque lo que ocurre en Salamanca, sucede igualmente en Soria, Segovia o Madrid-- es porque unas mujeres pobres de otros pa¡ses deben ejercerla para subsistir o para mejorar sus condiciones miserables o las de sus familias. Me refiero al grueso del fen¢meno no a las elites sobre las que luego hablaremos. Ese hecho no tiene cabida en los c¢digos de la conciencia social de la inmensa mayor¡a de la poblaci¢n. Tanto para la opini¢n p£blica como para la publicada, por supuesto, e incluso para la misma Polic¡a, es evidente que existen redes y mafias, organizaciones explotadoras de este comercio, carentes por completo de principios de ‚tica y de respeto hacia las personas. Ante esta situaci¢n, antes de comenzar el trabajo reflexionamos primeramente sobre qu‚ es realmente la prostituci¢n --algo que me supongo que en esta Comisi¢n se habr n planteado cincuenta veces y yo no les voy a presentar ninguna novedad--. Es un fen¢meno antiguo y complejo, se dice que el oficio m s antiguo del mundo, con lo que no estoy de acuerdo; no lo es, ya que m s antiguo que ‚ste es el del agricultor, ganadero, pastor o incluso de constructor. Me parece que la primera referencia que existe en la historia se refiere a la Grecia de Sol¢n, del a¤o 600 antes de Cristo, y mucho antes ya exist¡an sociedades y humanidades que trabajaban de otra manera. Es de suponer que en una Comisi¢n como ‚sta se plantea una cuesti¢n: ¨la prostituci¢n --me refiero a la femenina, pero se puede aplicar tambi‚n a la masculina-- es hoy un trabajo a legalizar o una explotaci¢n a erradicar? ¨Si es un trabajo es uno m s o es indigno o indignante? Si esa explotaci¢n lleva o se aproxima a la esclavitud ¨es as¡ en todos los casos? En nuestra sociedad existe una doble moral desde siempre, en los siglos XVIII, XIX, antes de la guerra, despu‚s de la guerra, despu‚s de la democracia, etc‚tera; una doble moral que por un lado cree que la prostituci¢n es necesaria, como medio de desahogo sexual para muchos hombres o mujeres, en este momento en menor medida. Por una parte, debe existir libertad en las personas para hacer con su cuerpo lo que quieran, por otra, que es un medio de ganarse la vida, de conseguir dinero y, por £ltimo, se denigra globalmente como algo indigno, impuro, malo, sistema de explotaci¢n, fuente de dinero oculto, tr fico de personas, creadora de marginalidad y exclusi¢n y, por tanto, algo a eliminar. La contradicci¢n consiste en eliminar algo que se cree necesario y uno de los dos supuestos ‚ticos debe ser falso. Siguiendo en la l¡nea de estas supuestas reflexiones ‚ticas hay que decir que en el imaginario colectivo hay una idea fundamental con relaci¢n a las mujeres: existen mujeres malas y buenas, seg£n sea su comportamiento sexual. Esta idea sirve para reforzar el orden moral sexista, dominante que implica un cors‚ para muchas mujeres y que sirve para justificar muchos atropellos. Los tribunales y las leyes est n para defender a las buenas, pero a las malas les puede suceder cualquier cosa. Por otra parte, las mujeres malas son necesarias, pero por este motivo deben desaparecer. De esta manera, apunto las ideas de las corrientes de pensamiento --que no solamente ahora, ayer mismo estaban en la prensa-- con respecto a qu‚ hacer con el tema de la prostituci¢n; http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 16. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 16 de 21 existen personas que han pretendido erradicarla, eliminarla, suprimirla, abolirla, otros han intentado legalizarla y otros regularla. Sus se¤or¡as conocen perfectamente que en el C¢digo espa¤ol la prostituci¢n no existe como delito, excepto en dos condiciones --no soy experto en derecho--, una, que se ejerza como obligaci¢n y, otra, que las ejercientes sean menores; es decir, que se ejerza por coacci¢n o por minor¡a de edad. Pero no existe un reconocimiento legal de ning£n tipo ni siquiera como trabajo aut¢nomo para las que trabajan en su casa, por ejemplo, en los contactos telef¢nicos, o asalariadas: bares, clubes, g isquer¡as, saunas o masajes. Sencillamente para la ley esto no existe. Este es un asunto bastante peliagudo. Y voy a exponer otra idea --estoy haciendo un extracto de las ideas de este £ltimo estudio en la provincia de Salamanca-- y es que la inmensa mayor¡a, me atrever¡a a decir que m s del 90 por ciento de las mujeres que ejercen la prostituci¢n en Espa¤a en este momento no lo hacen por vocaci¢n, no les gusta el oficio y lo consideran como una situaci¢n transitoria de unos meses o unos a¤os para obtener un dinero, pero despu‚s todas piensan dejarlo. Por otra parte, seg£n las consultas realizadas tanto con las prostitutas como en los clubes, no est n por la labor de ning£n tipo de legalizaci¢n o, lo que es lo mismo, de que el oficio deje de ser opaco, y cuando digo opaco me refiero a nivel de Seguridad Social, sanitario, de contrato de trabajo y de condiciones laborales. Las prostitutas creen --y yo tambi‚n, y como est n las cosas-- que son m s las desventajas que las ventajas y no digamos ya los organizadores o beneficiarios principales del negocio. Esto est muy claro en el estudio realizado en la provincia de Salamanca e igualmente ocurrir¡a si el estudio hubiese sido realizado en Madrid y, sobre todo, referente a un tema tan popular como el de las prostitutas de la Casa de Campo, el 90 por ciento son emigrantes y no quieren ning£n tipo de legalizaci¢n. En este momento, por contraposici¢n al estudio que he citado realizado hace m s de un cuarto de siglo, la prostituci¢n --que tambi‚n ahora puede ser y lo es masculina, no solamente femenina-- tiene una complejidad y una heterogeneidad muy grande. Por ejemplo, contrasta con la homogeneidad cl sica del a¤o 1974 donde pr cticamente todav¡a era una continuaci¢n de la medieval casa de manceb¡a oficial u oficializada por el poder, incluso por los Reyes Cat¢ licos, como en nuestro pueblo, donde se fund¢ esta casa y adem s el regente era un funcionario del Estado y de alguna familia muy c‚lebre de nuestra ciudad o la prostituci¢n de los barrios chinos de la primera mitad del siglo pasado o de todo el siglo XIX, o los m s modernistas bares de alterne que ya empezaron en los a¤os veinte o treinta, o los emergentes caf‚s de los a¤os setenta en Espa¤a. Hoy la prostituci¢n es absolutamente heterog‚nea, de tal manera que hay una colecci¢n de variables sociol¢gicas fundamentales como el g‚nero, no todo el comercio sexual es femenino; la edad; el nivel cultural; la clase social; la apariencia f¡sica; la nacionalidad; el origen ‚tnico, etc‚tera, que influyen en las diferentes modalidades y formas de ejercer la prostituci¢n as¡ como de vivirla y tambi‚n en la consideraci¢n social que merecen quienes la ejercen. Las que son guapas y est n de buen ver tienen una consideraci¢n social m s alta, ejercen la prostituci¢n en unas condiciones diferentes y confundiendo la ‚tica con la est‚tica e incluso la xenofobia, que en este mundo tiene mucha presencia, las pobres, desagradables, ajadas y mayores que est n en la calle resultan molestas y a veces repugnantes. En este momento existe prostituci¢n callejera, de calle o carretera; de clubes urbanos; de hostales, clubes o clubes g isquer¡as de carretera y n£cleos semiurbanos o rurales; de redes telef¢nicas en el 906, particulares en domicilio u hoteles; de tel‚fonos m¢viles o fijos; de casas de citas, estables o rotatorias; de citas en cafeter¡as y hoteles; es decir, un asunto variopinto -- que se puede describir y de hecho se ha descrito varias veces, como lo hemos hecho nosotros en este estudio que he dirigido-- que se ha repetido varias veces en Espa¤a. Sin embargo, una £ltima reflexi¢n dentro de esta l¡nea antes de llegar a unas conclusiones, tirando piedras sobre nuestro propio tejado, y es que pensamos que no existe ninguna investigaci¢n seria y en profundidad de los clientes, del colectivo masculino que de forma espor dica m s o menos habitual requiere, paga y exige los servicios sexuales de estas mujeres. Supongo que ustedes recordar n a sor Juana In‚s de la Cruz, una monja mejicana del siglo XVII, que se preguntaba cu l era la peor de las inmoralidades, si la de los que pecan por la paga o la de los que pagan por pecar. Pero de eso han pasado cuatro siglos y todo el acento se pone £nicamente en las que pecan por la paga. Y un ejemplo de esta hipocres¡a social p£blica puede ser el aspecto sanitario. A lo largo de los tiempos y a£n hoy d¡a la opini¢n m s com£n exige, quiere --y a lo mejor tambi‚n lo exige la inspecci¢n sanitaria-- el control sanitario del sida, enfermedades ven‚reas, hepatitis a estas mujeres, pero nunca se plantea el control sanitario de los clientes y puestos a suponer ella le puede contagiar a ‚l tanto como ‚l a ella y no se trata de un supuesto excepcional o imaginario. Esto sucede, pero no existe posibilidad de legislar o dictar una normativa en este sentido, y tampoco se conoce --no conozco ninguno, ni de aqu¡ ni de fuera-- un estudio en profundidad sobre la personalidad; la tipolog¡a; las motivaciones, de los http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009
  • 17. Diario de Sesiones del Senado de Comisión , número 326 de fecha 23-SEP-2002 Página 17 de 21 clientes de la prostituci¢n callejera, de clubes o de los tel‚fonos m¢viles, etc‚tera. Como conclusi¢n y para no extenderme demasiado por si ustedes desean que hagamos un coloquio, he de decir que la prostituci¢n femenina en Espa¤a es un fen¢meno creciente y acelerado. En los dos o tres £ltimos a¤os se ha m s que duplicado el n£mero de mujeres ejercientes y aunque no tengo datos de todo el pa¡s; s‚ lo que ocurre en una provincia como Salamanca, muy provinciana y peque¤a, donde se ha multiplicado por 2,4 y la mayor¡a de estas mujeres pertenecen a pa¡ses del tercer mundo. Sin embargo, esa multiplicaci¢n de n£mero de efectivos, de mujeres ejercientes de la prostituci¢ n no se correlaciona directamente con el crecimiento del n£mero de clubes, de tal manera que las de estos locales han multiplicado sus efectivos en los mismos lugares que exist¡an el a¤o anterior. Como ya he mencionado hemos visitado m s de la mitad de los clubes de la provincia y nos hemos dado cuenta de que, desde el punto de vista de habitabilidad, padecen unos tremendos niveles de hacinamiento y a ese respecto los arquitectos y urbanistas hablan de menos de 10 metros cuadrados por personas. La Polic¡a y, sobre todo, la Guardia Civil conocen muy bien el fen¢meno en las zonas rurales, nosotros hemos tenido la posibilidad de contrastar sus informes y son casi perfectos. Lo £nico que tienen controlado es evitar conflictos con las vecindades, ri¤as y broncas, ausencia de drogas, que no trascienda a la calle y da¤e a la vista - -este estudio realizado en Salamanca surgi¢ por el foll¢n que se produjo en el barrio m s elegante de Salamanca, Labradores, que se pobl¢ en un momento de doce o catorce clubs en cuatro o cinco calles--. Para ellos la legalidad a grandes rasgos parece cumplirse, no hay menores, no est n a la fuerza; los polic¡as municipales, nacionales, de paisano o la Guardia Civil est n convencidos de que existen redes y asimismo saben que la mayor¡a de las extranjeras est n sin papeles pero, palabras textuales, tienen ¢rdenes de que no se les moleste. Los aspectos econ¢micos de este negocio son, probablemente, junto a las condiciones laborales en el que se desarrolla, la raz¢n de que sea un fen¢meno oscuro y opaco. Hemos podido estimar a la baja el dinero que se mueve en Salamanca, una provincia peque¤a con aproximadamente 350.000 habitantes, la mitad de ella rural y la otra mitad vive en la capital, en donde el negocio sexual mueve alrededor de los 10.000 millones de pesetas de las antiguas al a¤o --no s‚ convertir en euros autom ticamente-- unos 7.000 millones en negocio sexual y unos 3.000 millones en servicios de copas. En el momento en que se elabor¢ el estudio eso supon¡a el 1,3 por ciento del PIB de toda la provincia. El c lculo estaba realizado a la baja, pero con ‚l pudimos aproximarnos a una estimaci¢n referente a que cada mujer ejerciente de la prostituci¢ n genera al mes unas 900.000 pesetas de las que como mucho percibe, la que m s, 250.000 ¢ 300.000, seg£n la categor¡a, porque las m s bajas no perciben absolutamente nada y, por tanto, m s del 70 por ciento del negocio que se mueve queda dentro de la red. Por supuesto, ‚ste es un negocio de dinero negro, no paga IVA, ni IRPF, absolutamente nada. Otros estudios a nivel nacional hablan de 2 o incluso 3 billones de pesetas al a¤o en el negocio de la prostituci¢n porque est n los clubes y las g isquer¡as, pero tambi‚n est n los contactos telef¢nicos que puede suponer aproximadamente el 60 o el 70 por ciento de toda la prostituci¢n femenina, con redes: un 906 --y es una l stima que no tenga tiempo para detallarlo-- puede tener en un mismo n£mero 30 mujeres trabajando en sus casas y pueden salir al d¡a aproximadamente por 70 u 80.000 pesetas diarias, adem s, escogiendo las mujeres un poco a la carta; seg£n usted desee, rubia, morena, alta, baja, etc‚tera. En este sentido, tambi‚n quiero denunciar que en la colaboraci¢n del crecimiento de la prostituci¢n en Espa¤a, no la de escaparate si no la que est detr s de los tel‚fonos, se beneficia Telef¢nica, que creo que es la que controla la mayor¡a de las l¡neas 906 a niveles impresionantes. Existe un estudio realizado por la se¤ora Barahona, no s‚ si se ha nombrado en comparecencias anteriores, de la Universidad Aut¢noma de Madrid, sobre los tel‚fonos y los contactos telef¢nicos, y tambi‚n la prensa, sobre todo la escrita. En el estudio realizado en Salamanca nos entretuvimos en contar los anuncios er¢ticos y de contactos de los tres peri¢dicos provinciales que existen en la provincia; en el llamado ®El Adelanto¯ , del grupo Zeta --ustedes lo conocen bien por las tendencias--, el ®Tribuna de Salamanca¯ y ®La Gaceta Regional¯ que siempre ha sido el peri¢dico conservador de la provincia. Pues bien, por cada anuncio er¢tico de ®El Adelanto¯ , ®La Gaceta¯ ten¡a 3,69 anuncios er¢ticos, y con las tarifas estipuladas por publicar el anuncio estimamos que una provincia como ‚sta, con unos peri¢ dicos de muy poca tirada aproximadamente de 6 ¢ 7.000 cada uno, obtienen al a¤o unos ingresos por este negocio, de 151 millones de pesetas. Concretamente, ®La Gaceta Regional¯ era el peri¢dico que m s dinero percib¡a por publicar los anuncios de tel‚fonos de contacto, exactamente, 91,800 millones de pesetas al a¤o. Les he planteado una serie de asuntos dado que tambi‚n pertenec¡ a una plataforma sobre igualdad de la mujer en Castilla y Le¢n cuyas Cortes me pidieron que realizara unas propuestas http://www.senado.es/legis7/publicaciones/html/textos/CS0326.html 19/11/2009