1. Es bueno que todas las personas puedan aprender a manejar las emociones desde la
niñez. Si esto sucede, es decir si un niño controla y domina sus emociones desde muy
temprano, podrá controlarlas cada vez que así se requiera y además podrá concentrarse
en la parte constructiva de su vida.
Si su hijo se siente mal, en cualquier circunstancia, no se deje confundir. Es muy
importante enseñarles a los niños a reorientar ese tipo de emociones.
Encontrar las razones que desencadenan las emociones negativas de su hijo y tratar de
explicar la situación en un momento posterior cuando pueda escuchar con calma. La
mayoría de los niños necesitan las técnicas del manejo de las emociones.
Porque inevitablemente ellos también deben enfrentarse a situaciones donde los malos
sentimientos se hacen presentes. Algunos ejemplos de dichas situaciones pueden ser:
- Cuando llegan los conflictos sobre sus posesiones, cuando alguien se apodera de su
propiedad u ocupan su espacio.
- Cuando son propensos a asalto físico, tales como golpes o empujones.
- Cuando el niño se encuentra con alguna manera de rechazo, como ser ignorado y no se
le permite jugar con otros niños.
- Cuando se ven obligados a hacer algo que no quieren hacer. El aprender a manejar sus
emociones les ayuda a razonar la causa de los sentimientos no favorables. Lo que el
niño piensa como mal puede parecer una situación correcta desde el punto de vista de
los padres o maestros.
Así, si un niño se enfada a menudo y se nota de cierto modo con ganas de llorar, mal
humor, irritación, o regaños a través de expresiones faciales, sin duda requiere
comenzar a aplicar formas para controlar sus emociones.
Existen métodos para dominar la ira tanto para el niño y sus padres, quienes son los
encargados de establecer un clima de seguridad emocional para sus hijos. Son los que
reconocen todos sus sentimientos y establecen los límites saludables y flexibles para la
crianza de su hijo.
También ayuda a los niños a desarrollar habilidades de autorregulación. Estas
habilidades sirven para prepararlos para enfrentar la situación con valentía y cambiar las
consecuencias de los acontecimientos en lugar de sentarse con los malos sentimientos y
el llanto. No hay que olvidar que el método único y universal de mostrar las emociones
para los niños pequeños es llorando.
La mayoría de los padres dan el respeto a los intereses del niño, sólo cuando este
empieza a llorar. El niño sabe que el llanto es una poderosa herramienta para obtener lo
que quiera.
Pero esta es una actitud equivocada que debería ser cambiada a través de los programas
infantiles del manejo de las emociones.
Estos programas ayudan a los niños a definir sus sentimientos en una sola palabra como
un loco, enojado, triste o irritado y les ayuda a hablar sobre las interacciones y
consecuencias que pudieran traer los malos sentimientos.
También el manejo de las emociones en los niños hace que este aprenda a vivir más
feliz y pueda sustituir el sentimiento negativo con otras medidas positivas.