3. Pasaba el tiempo pensando lo bonito que sería poder estar todo el día jugando con su manguera
4. ¡Oh, dulce princesita! ¿Por qué tan triste y callada por el palacio paseas? ¿Es que acaso no te doy todo lo que tú deseas? – preguntó el rey a su hija. -Pero, papá… No te pido joyas, ni vestidos de seda. Todos en palacio saben… ¡que yo quiero ser bombera!
5. -¡Válgame Dios,princesita! ¡Por mi patria y por mi trono, que la hija de este rey no debe llevar manguera! -Pero papi… -¡Calla, calla que has de ser la más dulce princesita que este reino ha de tener!
6. Así pasaban los días y la triste princesita, Por el palacio escondida, jugaba con su manguera: -¡Soy la princesita bombera! ¡La princesa más valiente de todo el continente!
7. Apagaba las chimeneas, los fogones y algunas velas. Y hasta a un pobre dragoncito apago la poca llama con la que asustar solía a todos los que veía.
8. -¡Princesita, princesita! ¡ No juegues con la maguera!- en el palacio gritaban-. Como tu padre se entere que en vez de bordar pañuelos insistes en ser bombera, ¡te dejará castigada todo un mes sin merienda!
9. Pero sucedió que un día, mientras dormía la realeza, una vela muy malvada prendió fuego a la mesa. ¡Todo empezó a arder! Las cortinas, los tapices, los manteles y las servilletas. En palacio todos corrían como si un incendio hubiera. Bueno…, ¡y es que en verdad lo había!
10. -¡Que llamen a los bomberos!-gritó el rey desde su alcoba. Y en el preciso instante en que gritaba y gritaba, un chorro de agua helada le mojó sus largas barbas. -¡Qué desfachatez es esta!-gruñó el monarca, empapado.-
11. Pero al fijarse bien, vio que la princesita, jugando con su manguera, había salvado el palacio de las llamas traicioneras.
12. Entonces el rey anunció: -Que quede escrito y sellado que a partir de este momento, Nombro a mi valiente hija Princesa de los Bomberos. Podrá llevar su manguera, si ella así lo desea, y en vez de corona de oro….. ¡llevará un casco molón como el de sus compañeros.
13. Quedó el reino en paz por siempre, ningún fuego en él ardió. Y cuando la princesita en reina se convirtió, Desde un coche de bomberos dirigió aquella nación.