2024t203.pptx Leccion de Escuela Sabatica 20/4/24 PPT
Kentenich
1. 1968 - 15 de septiembre – 2009
41º ANIVERSARIO DEL REGRESO A LA CASA DEL PADRE
DEL
SIERVO DE DIOS PADRE JOSÉ KENTENICH
(1885 - 1968)
FUNDADOR DE LA OBRA INTERNACIONAL DE SCHOENSTATT
Nació el 18 de noviembre de 1885 cerca de Colonia (Alemania) y
2. fue ordenado sacerdote el 8 de julio de 1910.
En los primeros años de su labor pastoral fue Director Espiritual del seminario menor de los
Palotinos en Schoenstatt, cerca del Rin, y en esa época puso los fundamentos de su Obra: la
Familia de Schoenstatt.
En los años que siguieron formó las comunidades sacerdotales y laicales que la componen, y a
partir de 1926 fundó los diferentes Institutos Seculares de Schoenstatt.
Detenido por la Gestapo en septiembre de 1941, fue enviado al campo de concentración de
Dachau,
donde permaneció hasta abril de 1945. Allí consolidó su Obra y le dio alcances internacionales.
A partir de 1949 la Iglesia sometió a prueba a la Obra de Schoenstatt, y
la mayor parte de esos años los pasó el Fundador en Milwaukee (EE. UU.).
3. En Navidad de 1965 regresó a Schoenstatt, y sin atender a su avanzada edad,
se dedicó con todas sus energías a la dirección de su Obra, extendida por todo el mundo.
Inesperadamente, en plena labor sacerdotal, lo llamó Dios a la Patria Eterna el 15 de septiembre
de 1968, luego de celebrar la Santa Misa.
Lo más característico de su personalidad son los rasgos de una paternidad singular y
sobrenatural, que Dios le regaló en forma especial.
Lo capacitó con extraordinarias dotes naturales y abundantes dones sobrenaturales para realizar
su misión específica para la Iglesia actual y del futuro.
4. Todos los éxitos los atribuyó al poder de la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de
Schoenstatt, y su gran anhelo era anunciar la grandeza de la Madre de Dios y formar nuevos
hombres y comunidades, en los que resplandeciera la presencia y la imagen de María.
Empleó toda la fuerza y la atracción de su personalidad en conducir a las personas que se le
confiaron hacia la cercanía de Dios, hacia el abandono total a la Santísima Trinidad.
Totalmente arraigado en el más allá, y siempre
atento a lo presente, interpretaba proféticamente los
signos de Dios en la Iglesia y en el mundo.
Las palabras "DILEXIT ECCLESIAM" (Amó a la
Iglesia) que eligió como epitafio, son las que mejor
resumen el sentir más profundo de quien fue Padre
y Fundador de la Familia de Schoenstatt.
5. http://cmsms.schoenstatt.de/es/index.php/conociendo_schoenstatt/kentenich.htm
EL BUEN PASTOR - EL SACERDOCIO PATERNAL
DEL PADRE KENTENICH
En un tiempo donde el sacerdocio tuvo los acentos más diversos y las crisis más profundas, él
vivió y propuso un sacerdocio de rasgos profundamente paternales. Así lo experimentaron las
miles de personas que lo conocieron, trataron y recibieron el don de su hacer sacerdotal.
Lo primero es lo que el Padre manifestó a los jóvenes del seminario de los Padres Pallottinos,
cuando él asumió el cargo de director espiritual del mismo en 1912. En su primera comunicación
con el grupo, de por sí bastante revoltoso, les dijo algo que sorprende por dos motivos al menos:
porque es inusitadamente cercano en lo que dice a los jóvenes, y, segundo, porque pone a
disposición de ellos su calidez afectiva. Lo dice así: (Estoy) "...firmemente decidido a cumplir del
modo más perfecto, mis deberes para con todos y cada uno de ustedes. Me pongo, por lo tanto,
enteramente a su disposición, con todo lo que soy y tengo; con mi saber y mi ignorancia, con mi
poder y mi impotencia, pero, por sobre todo, les pertenece mi corazón".
El servicio a los demás pasa por el corazón.
Vemos cómo ya desde el inicio de su vida sacerdotal, el Padre Fundador tenía claro que su
servicio a los demás pasaba por el corazón. Tenía la convicción de que no se puede educar, ni
ayudar a alguien a educarse si no se le ama. Se trata de un servicio que no pasa en primer lugar
por la inteligencia y la voluntad, sino por el compromiso afectivo, por el corazón. Es este
profundo convencimiento el que le llevará más tarde a formular su definición de
6. educador: "Educar es el servicio abnegado, desinteresado y apasionado a la vida y originalidad
del educando". No hay educación sin amor, porque el amor es lo único que produce apertura en
los otros y les abre a los ideales y valores de la vida. Sin lugar había tomado absolutamente en
serio las palabras de Jesús:"Donde está tu tesoro estará tu corazón".
El Buen Pastor conoce a sus ovejas y las ovejas lo conocen a él
Esta actitud de alma lo llevará -segundo acento- también a simbolizar su vivir sacerdotal en la
imagen evangélica del Buen Pastor. Cuántas veces repetirá en su vida las palabras de Jesús: "el
Buen Pastor conoce a sus ovejas y las ovejas lo conocen a él".El trato personal, original, con
cada persona es esencial a la acción del sacerdote-padre y educador, por ello cita nuevamente
el texto del Evangelio de Juan (cap. 10): "El Buen Pastor llama a las ovejas por su nombre...y las
ovejas lo siguen porque conocen su voz. A un extraño no lo seguirían...". Es así como el Padre
concebía su relación sacerdotal con los que se confiaban a él: como un conocimiento mutuo.
Nadie abre su alma a otro si se experimenta extraño, esto es no respetado, no amado. Por eso,
hay que llamarlas por el nombre, esto es por su originalidad, a fin de servir la vida concreta del
que viene a buscar orientación y guía. Pero no sólo el pastor ha de conocer a las ovejas, las
ovejas han de conocer al pastor. Si éste fuera inaccesible, ellas no lo conocerían, o en todo caso
no habría una relación de confianza y acogida de lo que brota del corazón y los labios del
educador, en este caso sacerdote-padre.
Es así como señala tres características del sacerdote para con aquellos que se confían y confían
en él:
• ocuparse de los suyos, como el Buen Pastor;
• cuidar de los suyos, como el Buen Pastor;
• cultivar la fidelidad del Buen Pastor para con los suyos.
Si observamos la vida del Padre Kentenich veremos cómo vivió intensamente este trípode de su
ser sacerdotal. Es muy revelador lo que, en el campo de concentración, ora a la Virgen
pensando en los suyos: "...mira a los míos, a quienes te encomiendo. Cuando debo verlos librar
solitarios el combate, sólo confiado en ti puedo continuar el camino".
Ser manifestación del amor misericordioso de Dios
Cuando estuve por última vez con el Padre, pocos días antes de su muerte, él salía de la casa
de formación de las Hermanas, en el Monte Schoenstatt, hacia el jardín. Un grupo de jóvenes lo
vimos y corrimos hacia él. Nos atendió con alegría y serenidad, se notaba que no estaba bien de
salud. Tras oírnos unos minutos nos dijo con enorme sencillez:"Ahora los dejo, porque voy a
rezar el rosario por la conversión de los pecadores".¿Qué me conmovió de estas palabras,
dichas en agosto de 1968? Que me hicieron recordar otras dichas por él 56 años antes, cuando
explicó a los seminaristas por qué no le había sido fácil aceptar el cargo de director espiritual de
ellos: "...para poder dedicar todo mi tiempo libre y mis fuerzas a los laicos, especialmente a la
conversión de los viejos y empedernidos pecadores. Quería dar caza a los llamados ‘corderos
7. pascuales' y mi mayor alegría de sacerdote la sentía cuando venía uno de ellos agobiado por el
peso de una vieja carga...de modo que el confesionario llegaba a crujir".
¿Qué es lo que me tocó el alma?
La constatación de cómo mantuvo el anhelo de ser manifestación del amor misericordioso de
Dios desde la ordenación hasta el final de su vida. Este es el Dios que anunció y que propuso
como la imagen de y para "los tiempos más nuevos", la misión de "la Iglesia de las nuevas
playas". Que este 18 de septiembre, al renovar la alianza, podamos seguir diciendo a nuestro
Padre y Fundador: "Padre, nuestro corazón en tu corazón, nuestro pensamiento en tu
pensamiento, nuestra mano en tu mano, tu misión nuestra misión".
P. Alberto Eronti,
Argentina
http://cmsms.schoenstatt.de/es/index.php/conociendo_schoenstatt/kentenich/sacerdocio-paternal.htm
Madrugadores de Buenos Aires