Este documento discute la naturaleza del enojo y cómo puede degenerar en resentimiento y pecado si no se maneja adecuadamente. Jesús nos advierte sobre un enojo continuo que no perdona, mientras Pablo nos exhorta a no dejar que el sol se ponga sobre nuestro enojo para evitar que se convierta en un estado de ánimo. El documento también explica cómo el resentimiento puede surgir de ira no resuelta y alimentarse a sí mismo, llevando potencialmente a la violencia. Nos invita a reflexionar sobre cómo man
2. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería, maledicencia, y toda malicia.
Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesio 4:31-32
3. • La ira o enojo es una de las emociones más
complejas de gestionar con sabiduría. El enojo
puede contaminar el corazón del hombre, si
no se maneja adecuadamente, pudiendo
degenerar en amargura, rencor, odio, deseos
de venganza y violencia; e incapacidad para
perdonar.
4. • Esta verdad podemos apreciarla en las
enseñanzas de Jesús, en su discurso del
Sermón de Monte, acerca de las
Bienaventuranzas.
5. • “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No
matarás; y cualquiera que matare (asesinato
premeditado) será culpable de juicio. Pero yo
os digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio…” (Mateo
5:21-22).
7. • Notemos que Jesús no se refiere al enojo
puntual y momentáneo, sino al enojo que se
alberga por largo tiempo en el corazón, vale
decir, al enojo carnal.
8. • La expresión “cualquiera que se enoje
contra su hermano está en presente
participio, indicando que se trata de un
enojo continuo, permanente, sostenido;
que no perdona.
9. Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates, y
todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.” Pero yo
les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará
sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su
hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera
que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno
Mateo 5:21-22
Jesús nos habla aquí de un enojo continuo,
permanente, sostenido que no perdona
10. • El enojo del cual se habla aquí es muy
particular. Hay dos palabras griegas que se
traducen como enojo en la Biblia (W.
Barclay):
• Thymós: cuyo sentido es el de la llama que
enciende la paja seca que rápido se prende
y rápido se extingue.
• Orguê: no es la ira fugaz, sino la duradera.
11. • Jesús está hablando aquí de enojo (orguê),
que se refiere a un enojo viejo, añejado,
permanente, que se niega a perdonar. Es el
enojo contra el cual también amonesta el
apóstol Juan: “Todo aquel que aborrece a su
hermano es homicida…” (1 Juan 3:15).
12. • El enojo Orguê es el enojo que retiene el
perdón, y contra el cual el Señor Jesús
expresa: “Porque si vosotros no perdonáis,
tampoco vuestro Padre que está en los cielos
os perdonará vuestras ofensas” (Marcos
11:26).
13. • Para el Señor Jesús ese tipo de enojo está en
el mismo nivel que el asesinato; y ambos son
dignos de juicio. Para Él, esa actitud continua
de la ira, es espiritualmente hablando tan
dañina como el homicidio real. El enojo carnal
es la base del odio, la venganza y el asesinato.
14.
15. «Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga
estando aún enojados.
Efesios 4:26
16. • Ese es el enojo del cual el apóstol Pablo nos
previene al decirnos: “No se ponga el sol sobre
tu enojo” (Efesios 4:26).
• Vale decir “no pases todo el día enojado”, “no
dejes que se ponga el sol y tú todavía
permanezcas enojado”.
17. • Es como si Pablo le estuviera poniendo un
límite corto a la duración de la ira, que es lo
que corresponde a la neuroanatomía del
funcionamiento sano de una emoción, para
evitar así los efectos tóxicos que genera la
cronificación de ésta.
18. • El apóstol Pablo comprendía profundamente
la emoción del enojo, y diferenciaba entre el
enojo carnal que se traduce en pecado, y el
enojo como emoción que es expresión normal
en la gestión emocional de cualquier ser
humano.
19. • En efesios 4:26 el apóstol expresa: “Airaos,
pero no pequéis; no se ponga el sol sobre
vuestro enojo”. Pablo indicaba que era posible
sentir ira y no pecar, porque lo moral no está
en la emoción en sí misma, sino en la acción.
20. • También hace una distinción importante entre
el enojo como emoción puntual, y el enojo
como estado de ánimo. Y nos exhorta a no
dejar que el enojo pernote en nuestra vida
continuamente, vale decir, que se convierta en
un estado de ánimo: mal humor, indignación,
irritabilidad.
21. • El enojo puede ser utilizado para poner
límites, exigir derechos, implantar justicia,
corregir, enseñar, exhortar, amonestar y aún
reprender; o puede ser utilizado para agredir,
tomar venganza, herir, ofender, maltratar o
matar (Efesios 4:31; Gálatas 5:21). En este
último caso hablamos de un enojo carnal, que
está fuera del control del Espíritu Santo.
22. • Una cosa es experimentar la rabia
puntualmente, como una reacción aguda,
ante una situación o evento, y otra
permanecer con rabia, y adoptar la rabia
como un hábito; como una forma de ser y
estar en la vida.
23. • La expresión “no se ponga el sol sobre vuestro
enojo”, nos exhorta a generar un manejo
emocional que no de lugar a la permanencia
del enojo, para evitar que la rabia se convierta
en mal humor, rencor, resentimiento, odio,
amargura, etc.
24. • La ira en su expresión sana debería tener una
aparición corta. Como en el caso de Dios, de
quien se dice que su “ira es por un momento”
(Salmos 30:5).
25. • Cuando la rabia pernota por largo tiempo se
hace ira añejada, se cronifica, se convierte en
resentimiento, rencor, amargura, odio y
venganza, que forman la constelación
emocional de la ira cronificada como estado
de ánimo.
26. • Hablamos, entonces, de un enojo carnal, que
Jesús lo considera como actitudes y
motivaciones pecaminosas, que contaminan el
corazón del hombre, y que tarde o temprano
nos lleva a ejecutar acciones dañinas.
27. Ciclo y Constelación Del Resentimiento
• Cuando la rabia pernota por largo tiempo se
hace ira añejada, se cronifica, y puede dar
lugar al ciclo del resentimiento.
28. Ciclo y Constelación Del Resentimiento
• El resentimiento comienza con una ofensa real
o percibida. La ofensa da lugar a la ira, la cual
por lo general es reprimida o no consigue
expresarse adecuadamente. Luego la ira se
hace crónica - se envejece – para
transformarse en resentimiento, y puede dar
lugar al odio, los deseos de venganza y a la
violencia. Una vez que la persona da lugar al
resentimiento, éste se autoabastece y
autoalimenta.
29. • El resentimiento es como una raíz que se
aferra en el alma de la persona, y se alimenta
de los propios pensamientos y argumentos del
resentido.
30. Para reflexionar
1. ¿Cómo manejas el enojo?
2. ¿Acostumbras a guardar enojo en la forma de
resentimiento?
3. ¿Dejas que el sol se ponga sobre tu enojo?