El documento discute la cosmovisión andina tradicional en la que los líderes de la comunidad como el Jilakata y la Mama T'alla debían estar casados y tener hijos para ser considerados completos y guiar sabiamente a su pueblo. Sin embargo, los sacerdotes católicos no pueden casarse, por lo que no tienen experiencia en las relaciones de pareja o la crianza de hijos. Esto plantea dudas sobre su capacidad para aconsejar en estos temas. La iglesia católica reemplazó por la fuerza
Una mirada desde la cosmovisión andina a la doctrina de la iglesia católica
1. Una mirada desde la cosmovisión andina a la
doctrina de la iglesia católica
En la cosmovisión de los pueblos originarios, el Jilakata era el
representante de su ayllu o comunidad, autoridad, protector y guía.
Para ser elegido como Jilakata, en el caso del hombre, y Mama T’alla,
en el caso de la mujer, había que estar casado y con hijos. Tradición
que se mantiene aún entre las comunidades o agrupaciones más
autóctonas e indianistas.
Esto, ya que se considera que el
estar casado indica que el hombre o
mujer están completos, unidos en el
chacha-warmi o relación hombre-
mujer, obteniendo la experiencia de
vida, responsabilidad y sabiduría
con la que una autoridad puede
guiar a su pueblo, siendo bien visto
y validado por los amautas o sabios
del pueblo, generalmente reunidos
en un consejo de ancianos.
2. Bajo estos conceptos, ¿qué rol puede cumplir un sacerdote de la
iglesia católica, al no estar casado, mucho menos tener hijos?. Es
posible que un sacerdote pueda aconsejar moral o espiritualmente a
alguien sobre:
- La relación de pareja? - Hablar sobre fidelidad?
- El momento o tiempo para casarse, cuándo o cuántos hijos tener?
- Como criar a los hijos? - Los problemas cotidianos de la casa?
Se sabe que la iglesia católica
entró en forma violenta en la vida
de los pueblos originarios, siendo
impuesta a la fuerza por sobre la
cosmovisión andina, en donde los
comuneros aceptaron finalmente
el evangelizarse, rescatando parte
de las creencias ancestrales en un
sincretismo religioso que se
mantiene hasta el día de hoy.
3. Ejemplo: Fiesta de las cruces, donde se celebra
una cruz ubicada en lo más alto del pueblo
pero a la vez se venera al cerro o Mallku
protector. En esta evangelización, el sacerdote
o cura fue impuesto mediante el miedo y
castigo en la comunidad, por sobre el Yatiri o
religioso aymara, quien también era casado.
De ahí nace el cuestionamiento a la iglesia católica, puesto que el cura,
por más formación teológica y comunitaria que tenga, finalmente es un
hombre solo, incompleto, con tentaciones y defectos como cualquier
ser humano, y sin experiencia en la naturaleza básica del ser humano: la
unión hombre-mujer, pero que en la doctrina occidental católica puede
ser elevado a la categoría de obispo, monseñor o papa.
4. Creemos que la iglesia debe hacer un análisis
profundo a sus bases y considerar la opción de
guías religiosos casados, como los diáconos,
más aún cuando se ha destapado el tema
sobre los abusos sexuales a niños por parte de
los “hombres de fé”, y tampoco descartar que
sea la mujer la que pueda asumir un rol
importante dentro de los cánones de la iglesia:
una mujer obispa, y aunque suene
contradictorio, una mujer papa.