El documento narra la historia de una niña que debe someterse a una cirugía delicada. Antes de ser anestesiada, la niña pide permiso para rezar sus tres Ave Marías nocturnas, lo cual conmueve profundamente a uno de los cirujanos, quien había estado alejado de la iglesia. Luego, el documento presenta la devoción de rezar tres Ave Marías diarias agradeciendo a la Santísima Trinidad por sus dones a la Virgen María y pidiendo su intercesión, y explica cómo practicar esta devoci
4. Ante aquel cuadro encantador, uno de los cirujanos se sintió conmovido, y, en cuanto pudo, abandonó el quirófano para retirarse a su despacho. Allí se arrodilló y empezó a llorar. Llevaba muchos años alejado de la Iglesia, sin recibir los sacramentos y sin hacer oración... Y salió de allí decidido a confesarse y a comenzar una vida nueva.
5. Devoción de las tres Ave Marías Practica esta devoción que es fácil y breve. Se reza todos los días tres Avemarías (cada Ave María, una bella flor para la Virgen) agradeciendo a la Santísima Trinidad los dones de : Poder, Sabiduría y Amor que otorgó a la Virgen Inmaculada , pidiendo a María que use de ellos en auxilio nuestro. Devoción de efectos seguros: ¿Te parece, quizá, que rezar cada día tres Avemarías es poca cosa para tanto bien como se te ofrece? San Andrés Cretense decía que : María es tan generosa y magnifica que acostumbra recompensar con grandes favores los más pequeños servicios. San Leonardo de Puerto Mauricio exclamaba: ¡Oh, qué santa práctica de piedad! Este es un medio muy eficaz de asegurar nuestra salvación. E l venerable siervo de Dios, Luis María Baudoin (fundador de las Ursulinas de Chavagnes) llegó a escribir: Rezad cada día las tres Avemarías; porque si sois fieles en pagar a María este tributo de homenaje, yo os prometo el Paraíso A continuación, m odo de practicar esta devoción :
6. ¡María, Madre mía; líbrame de caer en pecado mortal! ¡ Por el P oder que te concedió el Padre Eterno ! Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡ Por la Sabiduría que te concedió el Hijo ! Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡ Por el Amor que te concedió el E spíritu Santo ! Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo!, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Todos los días, rezar lo siguiente:
7. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo...
8. Deseando vivamente que María, Reina de la Paz, visite tu hogar y lo llene de bendiciones.