1. Los Proyectos Didácticos Integrados, una herramienta
didáctica en Educación Popular
Lic. Javier Castagnola
La o las didácticas, en la concepción que tenemos desde el equipo de Educación Popular
no son instrumentos o herramientas neutras que nos permiten dar clase, facilitar el
proceso de aprendizaje, motivar a los alumnos,... La didáctica tiene un fuerte
componente ideológico y epistemológico. Se fundamenta en concepciones en torno al
saber, a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, a la concepción que tenemos del
alumno, del docente, del sentido de la escuela.
La didáctica es un elemento fundamental en los procesos de transformación que se
pretenden a través de la escuela. Por lo tanto en la elección de un modelo didáctico
como institución también estamos haciendo opciones político-pedagógicas, también
hablamos de nuestras creencias, valores, posicionamientos.
Consideramos la propuesta de los Proyectos Didácticos Integrados como una
herramienta válida en el encuadre de la Educación Popular, aunque no la única.
Tiene como supuesto básico que todos los saberes escolares están integrados y
profundamente relacionados entre sí en la vida cotidiana, en el mundo. Todos los
contenidos que desde la escuela enseñamos, o casi todos, antes de que entraran en la
currícula escolar están vivos y presentes en el mundo, en las relaciones que
establecemos en él, en las cosas que nos rodean, en nuestra vida y en la vida de nuestros
alumnos. Los saberes nos ayudan a entender la realidad, el mundo. Son explicativos de
lo que nos pasa. Su origen tiene que ver con problemáticas, con deseos, con intereses de
los hombres. En su nacimiento estuvieron vinculados con la relación que los hombres
establecemos con lo que nos rodea. Una de las características del saber es la
relacionalidad.
“Hubo un momento, imposible de descifrar en el
enmarañado del tiempo escolarizado, en el que la
vida- nuestra vida, la vida de ellos y de ellas, la vida
de los otros- escapó en sigilo de la escuela. Ignorada,
traicionada y transformada en simulacro, la vida
salio de la escuela. Nadie lo percibio. Y nadie parece
haber reclamado absolutamente nada.
Es obvio que también sería posible que la escuela
huyó de la vida, pero ese es otro asunto.
Y cuando la vida huyó de la escuela, ya nunca más
las cosas volvieron a ser como el ficticio consenso
pedagógico pretendía que fuera. El maestro
explicador dejó de vivir, para solo explicar la
2. erosionada superficie de otras vidas. El alumno
aprisionado por la explicación de otras vidas, ocultó
su propia vida detrás de su aparente y efímera
comprensión.
La vida su fue de la escuela y la única solución que
encontramos para hacerla regresar es la de retratarla
en un currículo. Hicimos grados, series, ciclos con la
vida. Pero no vivimos la vida en la escuela. No
vivimos nuestra vida, la vida de ellos/ellas, la vida
de los otros.
No vivimos en la escuela. Explicamos la vida, pero
no vivimos la vida en la escuela.
Hicimos el simulacro de comprender la vida en la
escuela, pero no la celebramos”. (Carlos Skliar)
Desde este lugar el primer paso o el punto de partida fundamental es la resignificación
curricular que tiene que hacer el docente. Es decir volver a encontrar en el contenido
su carácter explicativo del mundo, su relacionalidad. Es “sacarle el guardapolvo al
contenido” como siempre nos insistía la Prof. Silvia Alvarez, investigadora de esta
propuesta didáctica. Es desescolarizar el contenido y volverlo a instalar en la red de
relaciones en la que se encuentra en el mundo.
¿Cómo hacer este proceso? Nosotros creemos fundamental un proceso de diálogo del
docente con el contenido, una serie de pasos para “abrir el contenido”. Como
herramientas para esto proponemos:
a. Atravesar el contenido con preguntas y
vinculaciones:
i. ¿En mí vida dónde lo encuentro?
ii. ¿En la vida de mis alumnos?
iii. ¿En la vida y problemáticas de las
familias, del barrio, del contexto de
mis alumnos?
3. iv. Este contenido, ¿fue respuesta a
qué problemática en su origen?
v. Hoy, ¿a qué problemáticas
responde?
vi. ¿A qué problemáticas éticas,
estéticas, sociales, de la cultura
contemporánea lo puedo vincular?
vii. ¿qué preguntas sobre el sentido de
la vida están presentes en el
contenido o se me abren a partir de
éste?
viii. ¿Qué relación puedo encontrar
entre este contenido y la
transformación social, una vida
digna y mejor para todos, un
cambio de sociedad?
b.También ayuda en el proceso de
resignificación curricular una técnica que
nos enseño Silvia Álvarez en los talleres de
formación en Proyectos: “Asociación libre
o torbellino de ideas”. La misma consiste
en seleccionar un contenido a enseñar y
empezar a escribir palabras con las que lo
vinculo. Es importante no pensar
“escolarizadamente”. Es pensar en el
contenido y lo que me sugiere a mí, a mi
vida, a situaciones que conozco, a la vida
4. de mis alumnos... Podemos entonces
relacionar el sistema solar con el frío, el
calor, el horario, el sueño, el amor, la ropa,
la economía, ... porque en definitiva todos
los contenidos están relacionados entre sí,
porque en la vida misma no existen sin
relación.
Es decir, a través de estas preguntas o esta técnica lo que se intenta hacer es volver a
situar el contenido en la profundidad del mundo de dónde surgió y dotarlo de vida, de
significación
Existe una gran dificultad en nosotros docentes frente a este proceso. Hemos aprendido
los contenidos escolares como alumnos de la primaria, del secundario y, sobre todo, en
los profesorados como “escolares” precisamente, como conceptos a enseñar. Y pocas
veces los relacionamos con cuestiones más vitales: “el sistema circulatorio era el de la
lámina, y no el que en nuestro cuerpo estaba...”
Este primer paso es clave porque nos sitúa frente a nuestra intencionalidad pedagógica
del porqué enseñar esto o aquello y nos responde una pregunta muy frecuente en las
aulas, “y esto, para qué sirve?
Luego sí podemos pasar al segundo paso que es pensar dos o tres productos finales
del Proyecto. Es decir “haceres concretos” que en su construcción van a necesitar de
aprendizajes de varios contenidos conectados entre sí. Este producto es una “excusa”
para enseñar en forma significativa y relacionada los contenidos. Este producto debe ser
posible, real, significativo para el barrio, el contexto, concreto y su construcción no nos
tiene que distraer de la enseñanza de los contenidos. Debemos prever bien los tiempos
para que no construyamos proyectos muy largos que, en el medio del camino, nos
olvidemos para qué estamos aprendiendo. Algunos productos finales: una cartilla de
salud, un libro de cuentos, un diario barrial, programas de radio, una fiesta popular, el
arreglo de una plaza en el barrio, la huerta comunitaria,...
El tercer paso consiste en enumerar todas las acciones principales y secundarias que
hay que realizar para la confección del producto final. Es fundamental que todavía no
pensemos en lógica de contenidos curriculares. Es un paso posterior.
Una vez que tenemos claro el producto y las acciones a desatar para llegar a él viene el
cuarto paso: el desarrollo de actividades didácticas que operativicen las acciones
propuestas. Estas actividades sí tienen que estar atravesadas por los contenidos que
deseamos enseñar de todas las áreas o de la mayor cantidad de área posibles. Este paso
es el que más se asemeja a lo que muchas veces veníamos haciendo en nuestra carpeta
didáctica de maestros.
El quinto paso consistirá en calendarizar el proyecto, ponderar las actividades y
prever los plazos. Es importante este momento para que podamos ponderar bien los
tiempos y proyectar las etapas del proceso.
5. El último momento es proponer el proyecto a los alumnos y dialogar con ellos la
propuesta del producto final. Muchas veces nuestras inquietudes e intereses son
distintos. Aquí la importancia de la empatía, el escucharlos y que ellos mismos puedan
proponer y participar con ideas del proyecto.
Hemos querido en forma muy sintética describir el proceso de construcción de los
proyectos didácticos integrados, sabiendo que el aprendizaje de esta metodología se
realiza haciéndolo, equivocándonos, animándonos a aprender unos de otros, en equipos
docentes los mejores caminos para una propuesta de enseñanza significativa.