Recursos para la inclusión de alumnos con discapacidad
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Recursos para tratar la
discapacidad en las aulas
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Bases psicopedagógicas para la inclusión
de alumnos con NEE
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25/11/2011
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Lara Garcia Beamonte
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2. “EL GATO QUE SOLO TENÍA CUATRO PATAS”
El cuento que yo he elegido se llama “El gato que solo tenía cuatro patas”. Lo
he encontrado en un libro de cuentos infantiles sobre la discapacidad, llamado
“DisCuentos”.
El cuento trata de un gato de cuatro patas, Nico, que vive en un mundo donde
todos los demás gatos tienen seis. Se siente diferente y excluido, porque hay muchas
cosas que no puede hacer igual que el resto dado que tiene dos patas menos. Muchos
se burlan de él por ser diferente y le restriegan todo lo que pueden hacer que Nico no.
Nico cuenta con la ayuda de su amigo Tigre, el cual siempre le está ayudando y
defendiendo de los demás gatos malvados. Pero esto sólo hace que Nico se sienta más
diferente aún, por el simple hecho de que tenga que tener a alguien que le defienda y
por tener que depender de alguien y no poder valerse por sí mismo como le gustaría y
como hace el resto.
Con el tiempo Nico aprende que no tiene que hacer las mismas cosas que el
resto de los gatos, y que no tiene que intentar imitarles siempre. Aprende a hacer las
cosas a su modo, con las capacidades y limitaciones que tiene, y trabajando y
esforzándose mucho.
Esto hace que se haga famoso en su planeta y es elegido para ir de exploración
a otro mundo. En este nuevo mundo Nico descubre que hay muchos más gatos como
él que sólo tienen cuatro patas, y por primera vez en su vida siente que encaja y es
feliz.
3. LA DISCAPACIDAD COMO TEMA TABÚ
“Los alumnos no pueden constituir una comunidad ni sentirse cómodos si
creen que deben dejar de lado sus diferencias y las de sus compañeros para poder
pertenecer al grupo”.
En una época tan evolucionada como la de hoy en día, el tema de las
discapacidades sigue siendo un poco un tema tabú. Cuando nos encontramos con
alguien discapacitado, ya sea en la calle, en el aula, o en cualquier sitio, en vez de
tratarlo y actuar con él con normalidad o como haríamos con cualquiera, tendemos a
obviar su diferencia, ni mencionarla siquiera, como si no nos hubiéramos dado cuenta
de que es diferente. Pero la realidad es que sí que lo es, pero no por ello es un bicho
raro ni tenemos que fingir que no nos hemos dado cuenta.
Las personas con discapacidad son diferentes, sí. Pero en el fondo todos somos
diferentes en un aspecto u otro. Uno será ciego, otro autista, uno sabrá más de mates,
otra bailará de maravilla. A uno le faltará un brazo y otro no sabrá escribir bien o le
costará leer. Pero todas estas cosas que nos hacen diferentes deben ser tratadas con
naturalidad, sin infravalorar a nadie por lo que no puede hacer, y animándole a
desarrollar sus puntos fuertes, que aunque a veces no lo creamos, todos tenemos
alguno.
El tema de la discapacidad en las aulas es algo que no se trata normalmente, se
tiende a no hablar de ello con los niños. Y en el fondo es en la etapa de la infancia
donde se debería trabajar más con los niños el tema de las diferencias. En esta etapa
los niños si ven a alguien diferente lo van a tratar como un bicho raro, y sucede que
luego se le acaba marginando y excluyendo de los juegos. Por ello es de vital
importancia que se trate el tema de la diversidad con ellos, y precisamente estos
cuentos están dirigidos a los niños que no tienen ninguna discapacidad funcional, para
que se trabaje la aceptación e integración de otros niños que sí que la tienen.
Como bien explica la frase que he puesto al principio, no se debe tratar a los
niños con diferencias como si no las tuvieran. Estas diferencias les hacen ser quienes
son, y no se puede hacer como si no existieran. Se deben tratar con naturalidad y
nunca se debe hacer sentir a alguien con una discapacidad, que tiene que dejar de lado
cómo es, y quién es, para poder integrarse con el resto.
En el fondo es lo que dice en el prólogo del libro, la única discapacidad que hay
en la vida es nuestra actitud negativa.
4. ACTIVIDADES A REALIZAR EN LAS AULAS
Más allá del simple juego de ‘ponerse en la piel del otro’ y hacer que somos
ciegos, o cojos, o algo así, yo haría las siguientes actividades:
Haría que cada niño encontrase cual es su punto fuerte y lo explotase al
máximo. Es decir, que ayudaría a que cada niño eligiese algo que se le diera bien o en
lo que fuera bueno, y lo pusiera a disposición del resto de los compañeros. Y a la vez
tendrían que buscar un defecto o actividad que no se les diera tan bien, como puede
ser leer en voz alta, saltar a la comba, o hacer el pino. De esta manera, los niños
podrían compartir unos con otros sus habilidades y ayudar a los demás en las que son
buenos. Esto serviría para que se dieran cuenta de que a cada uno se le da bien unas
cosas que puede que a otro no, o que unos tienen unas limitaciones que otros no. Y al
enseñar o ayudar ellos a otro de sus compañeros también estaríamos potenciando su
autoestima y la confianza en sí mismos. Esta es una actividad parecida a la que nos
encontramos en el texto que nos leímos anteriormente de ‘Celebrar la diversidad’.
Otra actividad que realizaría sería la de que nos contasen al resto si alguna vez
se habían sentidos bichos raros por algo, o si habían sentido que se les excluía por
algo. Esto ayudaría a que se dieran cuenta de que las personas con alguna
discapacidad, pueden sentir eso constantemente y que no es agradable. Sería una
manera de que empatizasen con los que son diferentes.
También sería interesante el que un día sean ellos los que me tuvieran que
hablar a mí de alguien discapacitado que conocen o que hayan visto alguna vez. Esto
servirá para que surjan nuevos temas para hablar y para resolverles dudas al respecto.
5. PROGRAMACIÓN
Creo que la discapacidad es un tema que no hay que no hay que tratar en una
sesión o solo durante una semana, y luego dejarlo de lado y ni hablar o trabajar sobre
ello mas. Y tampoco creo que se deban tratar estos temas solo si nos encontramos con
algún caso en el aula. Porque puede que este año no coincidan con ningún niño o
persona discapacitada, pero en algún momento lo harán y no debe resultarles extraño
cuando se encuentren con ello.
Empezaría por contarles este cuento que he elegido para que empiecen a ver
que las diferencias o las dificultades físicas (o de otro tipo) que tenga una persona, no
impiden que puedan llevar una vida normal o que no se puedan integrar plenamente
en la sociedad como cualquier otra persona.
Cada día que se leyera un cuento o se hablaría de algún tipo de discapacidad,
haría una asamblea para que todos los niños pudiesen preguntar sus dudas o
inquietudes y que así supieran que no es un tema tabú, que es algo de lo que pueden
preguntar y que no es nada malo el querer saber.
Con la actividad que he mencionado anteriormente de que sean ellos los que
me digan de alguien que conozcan que tenga alguna discapacidad, podría formar parte
de esta asamblea, y que cada día un niño nos cuente a los demás su experiencia o lo
que sabe de alguien diferente de su entorno.