Zapatero se arrepiente de sus pecados ante Jesús, reconociendo que ha llevado a España a la ruina económica, ha traicionado al pueblo y engañado a la gente. Jesús le dice repetidamente que dé gracias al Señor en lugar de ofrecerle absolución. Finalmente, Jesús le dice que si no estuviera clavado lo pondría "tierno a patadas en el culo" y lo llama "hijo de la gran puta".