1. 09. Introducción a los Libros Proféticos II: Nombre y
Contenido de los libros proféticos.
Introducción
En el tema anterior dijimos que, el profeta del A.T. es uno que habla en lugar de Dios al
pueblo transmitiendo su voluntad que había previamente recibido por revelación directa.
Ellos mismos eran ejemplos de lo que Dios esperaba acerca del comportamiento,
obediencia y testimonio de su pueblo a los demás.
En ese contexto, Dios siempre levantó profetas que hablaran por él, desde el momento en
que la comunión perfecta que Adán disfrutaba con Dios fue interrumpida a causa del
pecado. Judas menciona en su epístola uno de los profetas más antiguos de los tiempos
prediluvianos, que fue Enoc quien en ese tiempo ya hablaba de la venida en gloria del Señor
Jesucristo (Judas 1:14). También a Noé se le llama “pregonero de justicia” quien construyó
el arca dispuesta por Dios para salvación en medio del juicio del diluvio universal.
En ese sentido, debemos entender que aunque Dios siempre levantó profetas para revelar
su voluntad y dar testimonio a los hombres, sin embargo no todos estos profetas dejaron sus
escritos hasta nuestros días. Por lo tanto, queremos iniciar nuestro primer encabezado
considerando los tipos de profetas en la Biblia antes de entrar en materia.
I- Tipos de Profetas del AT: Profetas Orales y Profetas Escritores
A. Profetas orales o anteriores
1. Sus profecías nunca tomaron forma escrita. Lo que conocemos de sus personas y sus
mensajes ha sido revelado en los libros históricos.
2. Se les llama anteriores porque en sentido general ministraron antes que los profetas
escritores. Se pueden dividir en dos períodos:
a) Antes de la monarquía: (lista no exhaustiva; sólo como ejemplo).
· Abraham (Gn.20:7);
· Moisés (Dt.34:10);
· Samuel (1Sa.3:20).
b) Después de la monarquía:
· En tiempos de David: Natán y Gad (2Cr.29:25).
· En tiempos de la división del Reino: Ahías (1R.11:29)
· En tiempos del rey Acab, Ocozías y Joram: Elías (1Re.17:1) y Eliseo (2Re.2:1).
3. Sus mensajes fueron dirigidos de manera específica durante crisis contemporáneas de
Israel y carecían de significado permanente para las generaciones futuras. Cuando la
revelación era importante para todas las épocas el Espíritu instaba al profeta a escribirlas.
4. Ministraron más con los pecados individuales, mayormente con los reyes.
B. Profetas escritores o posteriores.
1. Sus profecías tomaron forma escrita y son los que conocemos por el nombre de sus libros
(Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum,
Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías).
2. 2. Se les llama posteriores porque ministraron después de los profetas orales, después de la
división del reino hasta después de la cautividad o exilio.
3. Los profetas escritores concentraron su ministerio denunciaron los pecados del pueblo, no
se limitaban a personas individuales, sino que se dirigían a toda la nación.
II. División de los Libros de los Profetas escritores
La disposición de los libros del AT ha sido un asunto de desarrollo histórico. Como vemos en
el Anexo 1 del presente documento y en el cuadro trazado más adelante, en la Biblia hebrea
moderna los cinco libros de la Ley están seguidos por seis libros llamados profetas
“anteriores” (Josué, Jueces, 1&2 Samuel, 1&2 Reyes) y quince libros llamados profetas
“posteriores”, desde Isaías hasta Malaquías. Finalmente, los hebreos clasificaban la última
sección como “Los Escritos” o hagiógrafos: Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantar de los
Cantares, Lamentaciones, Ester, Daniel, Esdras-Nehemías y 1&2 Crónicas.
El orden de los libros era algo irrelevante, sin mucha importancia en la antigüedad, ya que
los libros consistían en rollos o pergaminos sueltos que no estaban compilados en forma de
libro o códice sino hasta el siglo segundo de la era cristiana. En ese momento, los libros
requerían cierto orden para su “encuadernación”, y ahí surgen las distintas divisiones.
Básicamente nosotros mencionaremos las dos clasificaciones más conocidas. Una es la
división judía y otra es la que conocemos actualmente.
A- División Judía.
Para el año 250 a.C. cuando Ptolomeo II Filadelfo auspició la traducción del Antiguo
Testamento hebreo al idioma griego (la Septuaginta o versión de los LXX), ya el canon del
Antiguo Testamento había sido completado de manera tal que esta versión griega fue muy
utilizada por los autores del Nuevo Testamento al momento de citar en sus escritos al
Antiguo Testamento.
En la época del Señor Jesucristo, es interesante la manera en que él se refiere a la Escritura
en Lucas 24:44: “era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos”.
Algunos infieren que esta declaración de Jesucristo está acorde con la división judía de esos
días:
La Ley Los Profetas Los Escritos
Génesis A. Primeros o Anteriores A. Poéticos
Exodo Josué Job
Levítico Jueces Salmos
Número Samuel (1&2) Proverbios
Deuteronomio Reyes (1&2)
B. Cinco Rollos (Megillot)
B. Postreros o Posteriores Cantares
Isaías Rut
Jeremías Lamentaciones
Ezequiel Eclesiastés
Los Doce Profetas Menores Ester
C. Históricos
Daniel
3. Esdras-Nehemías
Crónicas (1&2)
Lo más importante es resaltar que los libros que la Septuaginta tenía compilados como el
canon bíblico en el momento en que Cristo viene a la tierra son exactamente los mismos
libros que nosotros conocemos hoy como el Antiguo Testamento. De hecho, el erudito
Pfeiffer computó que el 80% de los textos del AT que son citados en el NT son copiados
textualmente de la Septuaginta o versión Alejandrina.
En ese sentido, aunque el orden de los libros como son presentados en nuestras versiones
modernas es diferente, no obstante los libros son exactamente los mismos.
B- División Actual
Actualmente la división del AT está dada por el género literario y el autor, pues, por ejemplo,
aunque el libro de Lamentaciones de Jeremías es un libro escrito en género de poesía no de
prosa, sin embargo está clasificado por su contenido dentro de la Profecía, no dentro de la
poesía.
• Pentateuco: los primeros 5 libros.
• Históricos: los 12 siguientes (Josué, Jueces, Rut, 1&2 Samuel, 1&2 Reyes, 1&2
Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester).
• Poéticos: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantares.
• Profetas Mayores: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel.
• Profetas Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc,
Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
III- Contenido de los libros proféticos vistos en orden cronológico
A. Tema central de los libros proféticos
A continuación daremos un vistazo del contenido de cada uno de los libros proféticos para
introducir nuestro estudio con un conocimiento general sobre los mismos. Pero serán
mencionados, no en el orden en el que aparecen en nuestras Biblias, sino en el orden
cronológico en que ejercieron sus ministerios (hasta donde sea posible acercarnos a la
fecha más probable).
• Abdías (841 a.C.?) “La futura ruina de Edom por su traición hacia Judá.”
• Joel (830 a.C.?): “La necesidad para Judá de arrepentirse y una predicción del día de
Jehová”
• Jonás (770 a.C.): “Arrepentimiento en Nínive bajo la predicación renuente de Jonás”.
• Amós (760 a.C.): “El juicio inevitable de Dios sobre el pecado” (profetizó a 8
naciones, especialmente a Israel del Norte).
• Oseas (760 – 730 a.C.): “La infidelidad de Israel, su castigo y restauración y el amor
sin falla de Dios”.
• Isaías (740 – 700 a.C.): “El juicio cercano de Israel con su restauración y Mesías”.
• Miqueas (737 – 690 a.C.): Juicio sobre todo Israel por su pecado y su última
restauración por la gracia de Dios.
• Nahum (650 a.C.): “Destrucción de Nínive, la capital de Asiria.”
• Sofonías (627 a.C.): “El día de Jehová pre-figurado por la invasión de los babilonios”.
4. • Habacuc (612 – 606 a.C.): “La santidad de Dios con referencia al pecado del
hombre” – trata la pregunta “¿Cómo puede Dios prosperar al impío?”
• Jeremías (627 – 580 a.C.): “La maldad de Judá que trae como consecuencia la
cautividad por Babilonia”.
• Ezequiel (593 – 570 a.C.): “La cautividad de Judá y su restauración gloriosa”
• Daniel (605 – 530 a.C.): “Ascenso y decadencia de las potencias gentiles”
• Hageo (520 a.C.): “Reconstrucción de la casa de Jehová”.
• Zacarías (520 – 518 a.C.): “Dos venidas del Mesías, como siervo y como Rey”.
• Malaquías (433 a.C.): “Reprensión a los sacerdotes y al pueblo judío por su pecado
de menosprecio al Señor”.
B. Principales temas dentro de los libros proféticos.
A- Asuntos Contemporáneos
1. Amonestación al pueblo por su idolatría e infidelidad a Dios.
2. Llamado al arrepentimiento.
3. Aliento al pueblo a confiar solo en Dios, no en las propias fuerzas o en aliados
humanos. Ej. Isaías y Ezequías ante la invasión de Senaquerib. Oseas 8:8-10; Is.31:1
B- Cautiverio de Israel y Judá
1. Antes del cautiverio, prediciéndolo como justo castigo por sus pecados.
2. Durante y después, como recordatorio de las causas que lo produjeron.
C- Destrucción de los enemigos de Israel y sus aplicaciones prácticas.
D- Sobre la Primera Venida de Cristo:
1. Isaías es conocido como el profeta evangélico. Incluye predicciones sobre:
a. Nacimiento virginal (7:14)
b. Encarnación (9:6)
c. Ministerio de Juan el Bautista (40:3)
d. Sufrimiento y muerte del Señor (53)
2. Jeremías predice la muerte de los niños menores de 2 años (31:15)
3. Oseas predice el llamado de Jesús desde Egipto (11:1)
4. Joel predice el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés (2:28-32)
5. Jonás es un tipo de Cristo (Mat.12:40)
6. Miqueas predice que el Cristo nacería en Belén (5:2)
7. Zacarías predice que el Cristo entraría sobre un pollino de asna (9:9)
8. Malaquías predice sobre el ministerio de Juan el Bautista (3:1)
E. Sobre la Segunda Venida de Jesucristo.
1- Isaías 9:7; 65:17
2- Jeremías 23:5-6
3- Daniel 7:13-14
4- Joel 3:11-16
5- Zacarias 9:10
F. Sobre la Restauración de Su Pueblo.
Casi todos los profetas concluyen sus libros hablando del tema de la restauración. Es crucial
entender la frase “pueblo de Dios”. El pueblo de Dios no consiste en un reino terrenal
5. representado por una nación particular. El pueblo de Dios consiste en un reino espiritual
compuesto de personas que han sido elegidas por Dios (1Pe.2:9) que componen los
redimidos por la sangre del Cordero de Dios de todo linaje y lengua y pueblo y nación
(Ap.5:9), o sea que el pueblo de Dios no se circunscribe a una raza sino a gente de todas
las naciones que han sido redimidas para ser insertadas en el Israel de Dios. De hecho,
antes de que Josué entrara a Canaán no existía una nación de Israel, y antes de que
naciera Jacob no existía ni siquiera las doce tribus de Israel. Pero antes de todos los
patriarcas Dios tenía su linaje escogido, su nación santa que a través del cordón de sangre
del Cordero de Dios que ata a su pueblo redimido desde Adán hasta nuestros días. El
pueblo de Dios no consiste en la nación de Israel cuyo padre carnal fue Abraham, cuyo
patriarca fue Isaac y Jacob y cuyo legislador fue Moisés. Esa nación física no es de manera
absoluta el “Israel de Dios”, sino que muchos de los judíos que han compuesto esa nación
han sido excluidos. De hecho Israel desapareció como nación más adelante en el 586 a.C. a
manos de Babilonia, y fue restaurada como nación en el 539 a.C. por el decreto de Ciro,
siendo subyugada por los persas, los griegos y los romanos, hasta que en el 70 d.C.
nuevamente los dispersa Tito destruyendo el templo de Herodes en Jerusalén. Israel como
nación dejó de ser casi dos mil años hasta que en 1945 un grupo de descendientes judíos
reclaman a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que le devuelvan su tierra y
desde entonces re-establecen nuevamente su país, y se disputan esa tierra con los árabes y
palestinos que habían tomado estos terrenos. ¿Acaso es este Israel “el pueblo de Dios”? De
ninguna mane. Todos aquellos (judíos o gentiles) que se convierten a Jesucristo son el
verdadero Israel de Dios. Dice pablo que “no todos los que descienden de Israel son
israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos...” Dice Pablo “No los que
son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa
son contados como descendientes.” (Ro.9:7-8). Y dice Pablo a los gálatas “Y a todos los que
anden conforme a esta regla (esto es los que andan bajo el señorío de Jesucristo), paz y
misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios”. (Gal.6:16). (Las palabras dentro del paréntesis
son comentarios del autor sobre el texto de Gálatas).
Así que cuando hablamos de la “restauración de su pueblo”, estamos refiriéndonos al
verdadero Israel de Dios. El profeta podría estar hablando tanto una profecía de doble
cumplimiento así como una profecía con “vista telescópica” (esto lo vimos en el tema
anterior). Podría estar refiriéndose a la restauración de la nación contemporánea de Israel
de manera política, como también una restauración total del verdadero pueblo espiritual de
Dios, del Israel de Dios a través de todos los tiempos. O podría estar refiriéndose a la vista
telescópica en el sentido de que la restauración del Israel contemporáneo al profeta sería
una muestra como primera referencia a la restauración final cuando el número total de los
redimidos sea completado y entonces “todo Israel será salvo” (Ro.11:26).