La caña de azúcar es un cultivo importante en México y Morelos. En Morelos, la caña de azúcar se cultiva en 16,745 hectáreas para abastecer dos ingenios azucareros. Entre los principales plagas y enfermedades de la caña en Morelos se encuentran el gusano barrenador de la caña, la rata cañera, la escama acanalada y el hongo fumagina. El documento proporciona detalles sobre el ciclo de vida, daños y control de estas plagas.
1. Campaña manejo fitosanitario de la caña
de azucar
En México la superficie sembrada con el cultivo de caña de azúcar es de 736,130 hectáreas, para
abastecer a 58 ingenios, los que representan el séptimo lugar en consumo y producción a nivel mundial.
La producción de caña de azúcar en México genera 440,000 empleos directos y 2.5 millones de empleos
indirectos, registrándose un consumo per cápita de azúcar de 44 kg por habitante al año.
Los principales estados productores a nivel nacional con ingenios azucareros son: Veracruz (22), Jalisco
(6), San Luis Potosí (4), Tamaulipas (2), Oaxaca (4), Nayarit (2), Sinaloa (3), Tabasco (3), Chiapas (2),
Quintana Roo (1), Michoacán (3), Morelos (2) Puebla (2), Campeche (1), Colima (1).
La superficie sembrada en el estado de Morelos es de 16,745 hectáreas, que abastece a dos ingenios
que son Ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec e Ingenio La Abeja de Casasano.
Las variedades del cultivo de caña de azúcar sembradas en el Estado de Morelos sobresalen: CP 72-2086
(ciclo temprano), MEX 79-431 (ciclo tardío), MEX 69-290 (ciclo mediana) y MY 55-14(ciclo medio). Los
rendimientos en campo oscilan entre las 100 y 120 ton/Ha., como promedio en los diferentes ciclos del
cultivo.
Gusano Barrenador de la Caña de Azucar
Se han identificado dos especies de barrenadores del tallo en el estado de Morelos: Diatraea
magnifactella Dyar y Eoreuma loftini (Dyar). Es importante hacer notar que esta última especie no se
detectó en muestreos previos realizados en junio de 1989 en la misma región (Rodríguez-del-Bosque y
Smith 1990). Aparentemente, este barrenador es una especie que invadió esta zona en años recientes.
En algunas regiones cañeras de México y Texas se considera a E. loftini como más problemática que las
especies de Diatraea (Browning et al. 1989, Reay-Jones et al. 2007). En ciertas localidades, como San
Rafael municipio de Tlaltizapan, E. loftini ha desplazado proporcionalmente en abundancia a D.
magnifactella, lo que sugiere que E. loftini pudiera convertirse en una plaga potencial en esta región, no
sólo en caña de azúcar, sino en otros cultivos como maíz, sorgo y arroz (Rodríguez-del Bosque et al.
1988, Browning et al. 1989, Reay-Jones et al. 2007).
Larva D. magnifactella Larva de E. loftini
2. Huevecillo: Los huevos que ovipositan las
palomillas pueden ser puestos sobre el haz o
en el envés de las hojas, por lo general en las
más tiernas y las que tienen mayor altura. Los
huevos miden alrededor de 1 mm de forma
oval aplanada y su color es amarillo lechoso
cuando son recién ovipositados pero conforme
van transcurriendo los días se van tornando de
un color café-rojizo. El número de huevos por
masa puede variar pero en general una
hembra pone de 50 a 60 huevos durante toda
su vida, los cuales requieren de 8 a 15 días
para eclosionar (Flores y Abarca, 1961; Flores,
1994).
Larva: Después de emerger, las larvas pueden
ser observadas muy activas y se pueden
desplazar con gran rapidez. En su primer
instar, las larvas miden de 1 a 2 mm, y en los
primeros días se alimentan de las partes verdes
de las hojas para posteriormente alojarse en el
centro del cogollo. A los 2 o 3 días las larvas
penetran la nervadura central y se alimentan
del tejido carnoso, donde realizan la segunda
muda de piel. Cuando las larvas alcanzan de 6
a 8 mm, salen y penetran por entre las hojas
del cogollo perforando los canutos apicales y
penetrando al tallo donde realizan galerías de
forma longitudinal al tallo. Cuando las larvas
alcanzan el quinto instar de desarrollo llegan a
medir hasta 4 cm. Duración: de 20 a 28 días.
Pupa: Flores (1994) menciona que cuando la
larva ha llegado a su máximo desarrollo entra
en un estado de letargo para transformarse en
pupa. Sin embargo antes de su transformación,
la larva forma un orificio de salida en el tallo,
dejando una especie de “ventana” por la que
saldrá posteriormente la palomilla. La pupa es
de color café oscuro. Duración: de 8 a 10 días.
3. Adulto: Son palomillas de tamaño pequeño a
mediano, alcanzan a medir de 3 a 4 cm de
expansión alar, son de color pajizo claro, estas
palomillas tienen patrón de vuelo corto y son
de hábitos nocturnos (Flores, 1994). Duración
de 7 a 10 días.
Rata de campo o cañera
La hembra es sexualmente madura a los 30 ó 40 días, mientras que el macho está preparado, la hembra
puede iniciar un nuevo periodo gestal después de tres días posteriores al alumbramiento. Longevidad de
2 a 3 años, los jóvenes son destetados entre 14 y 28 días. El período de gestación es de 27 días y la
camada es normalmente de 12 ratoncitos. Por lo tanto una sola pareja en potencia puede dar origen a
unos 35,000 individuos por año (Gispert 1991). Sin embargo, la rata cañera al igual que otros
congéneres, tienen un alto sentido de control poblacional, ya sea por canibalismo (Gispert 1991) o bien
por dispersión. Se han encontrado correlaciones positivas entre la dispersión y la densidad de la
población.
En Morelos se tienen presentes dos especies en los cañaverales (Sigmodon hispidus y Oryzomys couesi.
Sigmodon hispidus, es uno de los mayores limitantes para la producción de caña de azúcar a nivel
mundial. En México se han reportado pérdidas de 20 t/ha, y en Guatemala las pérdidas pueden llegar
hasta un 40% del total de producción (Dieseldort 1993).
Rata arrocera Oryzomys couesi su hábitat son pantanos, pastizales y matorrales cercanos a la humedad.
Se encuentran en las partes altas de tallos de caña de azúcar, frecuentemente construyen nidos aéreos,
se alimentan de: Semillas, raicillas, tallos e insectos.
4. Escama acanalada Orthezia acapulcoa
El insecto succiona la savia de las hojas. Sus deposiciones sirven de medio de cultivo al hongo conocido
como Fumagina (Capnodium sp) que ennegrece el cultivo, afectando la captación de la energía solar y
retrasa su desarrollo.
Escama en caña de azúcar Presencia de fumagina
Escama acanalada de caña de azúcar
5. La caña de azúcar.
La caña de azúcar (Saccharum
officinarum L) es una gramínea
tropical, un pasto gigante emparentado
con el sorgo y el maíz en cuyo tallo se
forma y acumula un jugo rico en
sacarosa, compuesto que al ser
extraído y cristalizado en el ingenio
forma el azúcar. La sacarosa es
sintetizada por la caña gracias a la
energía tomada del sol durante la
fotosíntesis.
Amanecer en el cañamelar.
Constituyentes de la caña.
El tronco de la caña de azúcar está
compuesto por una parte sólida llamada fibra
y una parte líquida, el jugo, que contiene
agua y sacarosa. En ambas partes también
se encuentran otras sustancias en
cantidades muy pequeñas.
6. Las proporciones de los componentes varían
de acuerdo con la variedad (familia) de la
caña, edad, madurez, clima, suelo, método
de cultivo, abonos, lluvias, riegos, etc. Sin
embargo, unos valores de referencia general
pueden ser:
agua 73 - 76 %
sacarosa 8 - 15 %
fibra 11 - 16 %
La sacarosa del jugo es cristalizada en el
proceso como azúcar y la fibra constituye el
bagazo una vez molida la caña.
Caña de azúcar.
Otros constituyentes de la caña presentes en el
jugo son:
glucosa 0,2 - 0,6 %
fructosa 0,2 - 0,6 %
sales 0,3 - 0,8 %
ácidos orgánicos 0,1 - 0,8 %
otros 0,3 - 0,8 %
Las hojas de la caña nacen en los entrenudos
del tronco. A medida que crece la caña las
hojas más bajas se secan, caen y son
reemplazadas por las que aparecen en los
entrenudos superiores. También nacen en los
entrenudos las yemas que bajo ciertas
Tronco de la caña.
condiciones pueden llegar a dar lugar al
nacimiento de otra planta. En la fotografía a la
izquierda se ve en el entrenudo superior unas
hojas secas próximas a caer y en el inferior el
nacimiento de una yema.
7. A la derecha se muestra el corte
de una caña ampliado en donde
se pueden apreciar los canales
que corren a lo largo del tallo
llevando los alimentos y el agua.
Fuente:
http://sugar.cs.jhu.edu/sugar_pictures.html.
Corte de una caña ampliado.
Espiga de caña florecida. (izquierda) - Retoño de una soca de caña. (derecha)
Fotosíntesis.
El desarrollo de la caña de azúcar depende en
gran medida de la luz solar, razón por la cual su
cultivo se realiza en las zonas tropicales que
poseen un brillo solar alto y prolongado.
La clorofila existente en las células de las hojas de
la caña absorbe la energía de la luz solar [1], la
cual sirve como combustible en la reacción entre el
dióxido de carbono que las hojas toman del aire [2]
y el agua que junto con varios minerales las raíces
sacan de la tierra [3], para formar sacarosa [4] que
se almacena en el tallo y constituye la reserva
alimenticia de la planta, a partir de la cual fabrican
otros azúcares, almidones y fibra [5].
dióxido de carbono + agua = sacarosa + oxígeno.
12CO2 + 11H2O = C12H22O11 + 12O2
La caña de azúcar se encuentra dentro del grupo
más eficiente de convertidores de la energía solar
que existen.
8. Fotosíntesis en la caña de azúcar.
En Colombia.
Algo sobre Colombia.
Colombia está situado en la esquina noroccidental de
o o
Suramérica, entre los 67 y 79 de longitud oeste, los
o o
4 de latitud sur y los 13 de latitud norte. Tiene 1,1
2
millones de km de superficie con toda una gama de
climas que van desde los calurosos desérticos hasta
las nieves perpetuas.
Se cultiva caña para la producción de azúcar en el
valle del río Cauca y para producción de panela en
todas las zonas cálidas del país.
Más información sobre...
Colombia: Uniandes, Colombia in cyberspace, Lonely Planet.
Departamento del Valle del Cauca:
Cali: La Ciudad.
Colombia en Suramérica.
Zona de cultivo de la caña de azúcar: el valle del
río Cauca.
En el valle geográfico del río Cauca se encuentran
localizados los trece ingenios azucareros que
fabrican casi todo el azúcar producido en Colombia.
Es una región que posee las condiciones idóneas
para el crecimiento de la caña de azúcar: brillo solar
permanente e intenso a lo largo del año, caída
adecuada de temperatura entre el día y la noche,
disponibilidad de agua, lluvias adecuadas y fertilidad
en los suelos. El cultivo de la caña de azúcar se hace
en forma continua durante todo el año y no en forma
estacional o por zafra como lo es en el resto del
mundo. Lo anterior hace del valle del río Cauca una
región especial que la sitúa dentro de las mejores El valle del río Cauca
regiones cañeras del mundo. en Colombia.
9. Desde el punto de vista geográfico el valle
del río Cauca es un valle interandino de
2
8.160 km , con 200 km de longitud, 15 km
de anchura en promedio y suelos
formados por sedimentos aluviales del
cuaternario. Es plano y nivelado, situado
entre los 900 y 1.000 metros sobre el nivel
del mar, con un piso térmico cálido y seco
de temperaturas superiores a 24 °C.
Tiene lluvias anuales entre los 500 y
1.500 mm con las precipitaciones
mayores hacia el sur. Son suelos fértiles
con vegetación de bosque subandino.
Cultivo de caña en el valle del río Cauca.
En el fondo la cordillera Central.
Cosecha mecánica de caña. Los tornillos sinfín aprisionan la caña para el corte (izquierda). La cosechadora envía la caña
trozada al vagón de transporte y deja las hojas en el campo, que salen por encima del vagón (derecha).
Control de malezas
Plantillas: el control químico de malezas, en plantillas, debe efectuarse después
del segundo riego (9 días después de la siembra). Al momento de esta aplicación,
la caña no ha comenzado a emerger y así el herbicida no ocasiona daños al cultivo.
Una segunda aplicación se efectuará cuando el cultivo lo amerite. El control químico
debe complementarse con el mecánico para así lograr un control de mayor
eficiencia y menor costo, y además disminuir los efectos de contaminación
ambiental por el excesivo uso de agroquímicos.
Socas: el control químico de malezas, en socas, disminuye, dado que éste se
complementa con las labores mecanizadas como subsolado, desapor que, aporque,
pase de cultivadoras.
Plagas
El cultivo de la caña de azúcar se ve afectado en su rendimiento por una
diversidad de plagas, pero las dos más importantes, en Venezuela, son los
10. taladradores del género Diatraea y la candelilla de la caña de azúcar Aeneolamia
spp., al ocasionar Técnico Asociado serios problemas fitosanitarios y grandes
pérdidas económicas.
Con respecto a las medidas de control, el manejo integrado de ambas es la
fórmula más recomendable para efectuar un control eficiente y reducir sus
poblaciones a niveles que no causen daños económicos al cultivo.
La utilización del control biológico, en el caso de los taladradores, ha resultado el
método más efectivo. Liberaciones de insectos benéficos en el campo, como la
mosca amazónica (Metagonistylum minense), en el caso del parásito de larvas de
Diatraea, a razón de 40 moscas/ha, cuando se ha detectado un 5% en el nivel de
infestación, determinado a través de las evaluaciones a los cinco meses de edad del
cultivo.
También se ha logrado un efectivo control con la reciente introducción, en el país,
de la avispita Cotesia (=Apanteles) flavipes, de la cual se están empleando 1 000
adultos/ha (aprox. 1 g/ha), para el mismo nivel de infestación antes indicado.
En el caso de la candelilla de la caña de azúcar (Aeneo/amia varia), para combatir
esta plaga, es de vital importancia efectuar evaluaciones de campo, ya que ellas
determinarán el momento de aplicar las medidas de control. Estas se realizan al
inicio de las lluvias con la colocación de trampas adhesivas amarillas
(recomendadas por PICANTA),las cuales se ubican hacia las esquinas del tablón (4
lados) y una quinta hacia el centro del mismo. Semanalmente, se realiza el contaje
de los platos (a los cuales debe cambiarse el pegamento cada 15 días) y la
evaluación de las ninfas en dos metros lineales de surcos por punto o plato. Estos
datos son recogidos en una planilla de campo para su posterior análisis.
Medidas de control
Se recomienda, cuando los contajes indiquen niveles críticos de poblaciones: 10
adultos/trampa. para los primeros seis meses del cultivo y los tres primeros meses
de lluvias; 15 adultos/trampa, a partir del séptimo mes del cultivo y 30 o más
adultos/trampa. después del noveno mes.
Control químico
Debe comenzarse por el control químico de ninfas a través de granulados,
procediendo luego a utilizar insecticidas emulsionables para el control de adultos.
Control biológico
Hasta la fecha se ha estado aplicando a nivel comercial (zona del Central
Portuguesa y Central Río Guanare, principalmente) con éxito, el hongo
entomopatógeno Metaryhizium anisopliae, al inicio de las lluvias y dependiendo de
buenas condiciones ambientales, de humedad y temperatura. Este insecticida
biológico se está empleando en dosis mínimas de 2 kg/ha, diluido en agua y
aplicado con diferentes equipos de aspersión.
Medidas preventivas
Es de hacer notar que las prácticas de medidas culturales como las que a
continuación se mencionan, contribuyen a reducir las poblaciones y la incidencia de
la plaga en el campo:
11. -Alineación y quemado del tamo.
-Rajado de la soca.
-Eliminación de malezas dentro y alrededor del tablón, como de los demás tablones
con alta incidencia de esta plaga.
-Iniciar las observaciones tan pronto como se inicien las lluvias o se requieran
riegos fuertes y prolongados, colocando las trampas y realizando los contajes
semanalmente.
-Mantener un contacto permanente con el técnico (oficial o privado), para atender
cualquier eventualidad.
Además de estas medidas, es importante señalar que si no se aplican las prácticas
culturales como alineación y quemado del tamo, rajado de soca, eliminación de
malezas de los callejones y zonas aledañas a los tablones, no se puede conseguir la
eficiencia deseada con las recomendaciones dadas. Por último, es de vital
importancia que el cañicultor mantenga contacto continuo con los Centrales y los
entes oficiales (FONAIAP, MAC y otros) con el fin de integrar equipos
multidisciplinarios para solucionar cualquier problema que se les presente.
Enfermedades
Son muchas las enfermedades de importancia que afectan al cultivo.
Afortunadamente, después de la crisis de los años 1978 y 1982 -fecha en que
aparecen el carbón y la roya, y aumenta la incidencia de otras enfermedades
causadas por hongos, virus y bacterias-, se seleccionaron un grupo de variedades
resistentes a las principales enfermedades que causan daño económico al cultivo
(carbón, roya, mosaico, escaldadura de la hoja y raquitismo de las socas).
Cosecha
Debe realizarse en el momento más oportuno, según las recomendaciones de
época de cosecha para cada variedad, de esta manera se garantiza u n mejor
rendimiento por cultivar. La cosecha debe efectuarse causando el menor daño
posible a los tablones, con el fin de asegurar un buen rebrote y producción de las
sucesivas socas.
Tratamiento de socas
Una vez realizado el primer corte o cosecha a un tablón de caña de azúcar, éste
deja de ser "plantilla" para empezar a denominarse "soca 1 ", "soca 2" y así
sucesivamente hasta que deje de ser económicamente rentable su explotación.
El mayor beneficio económico que va a obtener el cañicultor, se logra
principalmente en las cañas socas. Por lo tanto, este beneficio dependerá del buen
tratamiento que a éstas se les dé. Para ello puede guiarse por las recomendaciones
aportadas en el presente trabajo para el manejo de socas.
Variedades recomendadas
Venezolanas: 'V64-10','V58-4 "'V68-74", 'V68-78' y 'V67-56'.
Introducidas:'86749','PR61632','CP5659','PR980','841227','851129' y '864278'.
Variedades promisoras
12. Actualmente se encuentra en diversas zonas cañeras del país, en etapa de
propagación un lote de cinco variedades promisoras: '876226', '875403', 'V74-7',
'V75-6' y '87549', las cuales presentan muy buenas características fitosanitarias,
agronómicas y de buena adaptación. Variedades en etapa de semillas Se
encuentran en semillero de propagación un grupo de 11 variedades: 'V77-12',
'MEX641487', 'CP722086', 'CP742005', 'V71-39', 'C32368', 'C37167', 'V77-9' y
'V77-11 " las cuales pasaron todas las etapas de selección, a que son llevadas por
el FONAIAP en el Programa de Producción e Introducción de Variedades. Estas
variedades serán entregadas posteriormente a los cañicultores.
Ataque de candelilla Cosecha manual con machete australiano
Prueba varietal de resistencia al carbón Tratamiento de socas
Cosechadora de caña de azúcar Ensayo de variedades
Diatraea saccharalis, conocida como el "barrenador del tallo", es una de las plagas más importantes del
cultivo de maíz en la Argentina, afectando también al sorgo, entre otros (Igarzábal et al., 1994). Este
insecto ocasiona, en promedio, pérdidas totales medias de un 21% de la producción de maíz (Leiva y
Iannone, 1993), lo que representa un valor estimado entre 150 y 170 millones de pesos por año
(Ventimiglia et al.; 1999; Carta et al., 2000).
El barrenador del tallo tiene entre tres y cuatro generaciones anuales, según la región (Aragón, 1996). Las
poblaciones de esta plaga aumentan desde la siembra hasta la cosecha de maíz (Parisi y Dagoberto,
1979; Dagoberto y Lecuona, 1982). La primera generación proveniente de larvas invernantes emerge en
octubre y noviembre infestando gramíneas silvestres y cultivadas. La segunda generación de adultos, por
lo general reducida, afecta al maíz en floración (siembra temprana). Durante la tercera y cuarta
generaciones ocurren ataques generalizados afectando principalmente a lotes de siembra tardía que
13. están en la etapa de llenado de grano (Aragón, 1996).
Las disminuciones en el rendimiento son ocasionadas por los daños que provocan las larvas. Éstas se
alimentan primero de tejido foliar y a los dos o tres días (Alvarado et al., 1980) o después del segundo
estadio (Greco, 1995) las larvas penetran en el tallo. Cuando el ataque se produce sobre una planta
joven, las larvas pueden dañar el brote terminal provocando su muerte (Alvarado et al., 1980). En plantas
más desarrolladas, el efecto directo por la construcción de galerías produce disminución del rendimiento
de la planta al cortar los haces vasculares y disminuir la conducción de fotoasimilados a la espiga (Alonso
y Miguez, 1984). La presencia de un orificio o entrenudo barrenado por tallo genera una disminución de 2
a 2,5 quintales por hectárea (Iannone, 2001; Serra, 2003). Los efectos indirectos son el quebrado de
plantas desde la fructificación a la cosecha, ingreso de diversos patógenos, siendo la podredumbre del
tallo (Fusarium spp. y Sclerotium bataticola) la enfermedad más común, y pérdidas durante la cosecha por
caída de espigas como consecuencia del barrenado del pedúnculo y base de las mismas (Leiva y
Iannone, 1993).
Tecnologías de control
El manejo integrado de plagas esta basado en la conjunción de todas las técnicas disponibles en un
programa para manejar poblaciones de organismos perjudiciales, de modo tal de evitar las pérdidas
económicas y minimizar los efectos secundarios sobre el ambiente y sus consecuencias sobre la salud
humana (Metcalf y Luckman, 1994).
Control biológico.
Numerosos enemigos naturales atacan los diferentes estados de desarrollo del barrenador del tallo. El
estado de huevo es parasitado por Trichogramma sp. (Alvarado et al., 1980), alcanzando en algunas
campañas entre 70 % y 95 % de parasitismo (Aragón, 1996). Los estadios larvales son parasitados por
Apanteles sp., Ipobracon amabilis, Agathis stigmaterus, Paratheresia claripalpis. Los depredadores de
huevos y larvas son Cycloneda sanguínea, Eriopis connexa, Coleomegilla quadrisfasciata, Chrysoperla
sp., Coccinella sp., Hippodamia sp. y Doru sp.
(Alvarado et al., 1980, Aragón, 1996). La mortalidad promedio de huevos causada por parasitoides y
depredadores fue de 18, 38 y 77 % en fechas de siembra de septiembre, octubre y diciembre,
respectivamente (Andrian et al, 2003). En Manfredi, la mortalidad de huevos por depredación, parasitismo
e inviabilidad varió entre 32 y 96 % entre enero y marzo de 2001 (Fava y Trumper, datos no publicados).
Por otra parte, el hongo Beauveria sp. generó 16 y 23 % de mortalidad en larvas invernantes de
D.saccharalis recolectadas de rastrojos de maíz provenientes de siembras de 1º y 2º época,
respectivamente (Bueno, 2004). Esta información coincide con lo hallado por Lecuona (1990), quien
registró para el sur de la provincia de Córdoba una mortalidad del 21.5%. La importancia de conocer la
incidencia de los diferentes enemigos naturales en distintas etapas del ciclo del cultivo radica en la
posibilidad de incluirlos en el cálculo del umbral económico (Trumper e Imwinkelried, 2003).
Técnicas culturales.
En nuestro país, las prácticas más recomendadas son siembras tempranas, cosechas anticipadas si se
encuen- tran más de dos entrenudos barrenados o más del 5% de espigas (pedúnculo) dañadas a la
madurez fisiológica (INTA, 1998), rotación de cultivos (Ven- timiglia et al., 1999), híbridos que tienen un
buen comportamiento frente al ataque de las larvas (Alvarez et al, 1997) y la destrucción del rastrojo que
contiene larvas invernantes, mediante labo- reo del suelo (Dagoberto, 1982; INTA, 1998). Esta última
técnica ya casi no es utilizada debido a la gran aceptación por parte de los agricultores de la siembra
directa. Esto ha favorecido el crecimiento poblacional de D. saccharalis, ya que la perma- nencia del
rastrojo favorece la supervivencia invernal de larvas (Aragón, 2000). La densidad de larvas invernantes
observadas en un rastrojo de maíz de siembra temprana fluctuó por debajo de 0.2 larvas por tocón,
observándose una leve dis- minución a lo largo del tiempo. En rastrojo prove- niente de una siembra
tardía, la densidad de lar- vas invernantes fue mayor, oscilando entre 0.4 y 0.6 larvas por tocón desde
junio hasta mediados de septiembre (Bueno, 2004). Por esto y teniendo en cuenta que la capacidad de
vuelo máxima de los adultos de D. saccharalis sería de 1500 m (Ro- ca, 2002), cabe pensar que la
siembra de maíz en lotes situados a esta distancia o menos a rastrojos de maíz convencional, favorecería
los ataques tempranos de la plaga.
14. Cultivares Transgénicos.
Una alter- nativa de control, surgida recientemente por medio de la biotecnología, la constituyen los híbri-
dos de maíz Bt, TD, etc., a los que se les incorporó un gen de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt),
permitiéndole producir una toxina con propieda- des insecticidas para las larvas de D. saccharalis. Se
estima que en la campaña agrícola 2000/2001 el nivel de adopción de esta tecnología alcanzó el 30 % del
área maicera Argentina (Roca, 2002). Entre los beneficios del uso de maíces Bt puede destacarse que
son altamente compatibles con los enemigos naturales y otros organismos no blanco de control; son
inocuos para vertebrados y reducen considerablemente los costos ambienta- les y de salud asociados con
el uso de insecticidas convencionales (Bauer, 1995). Como ventaja adi- cional se resalta que los insectos
son tratados en el estadio de máxima sensibilidad, y la protección es independiente de las condiciones
ambientales El maíz Bt tiene aspectos importantes a considerar antes de decidir su uso. Uno de esos
aspectos es que esta tecnología tiene un costo adi- cional que varia entre U$S 20 y U$S 30 por ha (Pa-
tiño, 2000). Este costo adicional se asume bajo cierto nivel de incertidumbre, ya que se descono- ce si la
intensidad de los ataques de la plaga supe- rará el nivel de daño económico. Iannone et al, 2003 señalan
que en la region pampeana sólo uno (Basi,1998). No obstante, en EE.UU. se han regis- trado casos en
los que el maíz transgénico ejerció influencia negativa sobre insectos no-plaga (Cal- vin, comunicación
personal).
El maíz Bt tiene aspectos importantes a considerar antes de decidir su uso. Uno de esos aspectos es que
esta tecnología tiene un costo adicional que varia entre U$S 20 y U$S 30 por ha (Patiño, 2000). Este
costo adicional se asume bajo cierto nivel de incertidumbre, ya que se desconoce si la intensidad de los
ataques de la plaga superará el nivel de daño económico. Iannone et al, 2003 señalan que en la region
pampeana sólo uno de cada cinco lotes resulta afectado por esta plaga.
Por otra parte, los agricultores que se inclinen por la siembra de híbridos transgénicos están
comprometidos a destinar el 10 % de la superficie a la siembra de híbridos no transgénicos,
implementando así la "estrategia del refugio" para manejo de la resistencia. De acuerdo a tal estrategia,
no se recomienda el control químico de la plaga en la superficie refugio (Roca, 2002).
Debido a lo planteado anteriormente, la utilización de maíces Bt se recomiendan principalmente en
siembras tardías o en siembras tempranas con planteos de alta productividad bajo riego, en los cuales el
alto número de granos a llenar requiere de un elevado flujo de fotoasimilados hacia la espiga (Otegui y
Cirilo, 2001).
Control químico.
El criterio de decisión para el manejo de D. saccharalis mediante control químico se basa en la
identificación de picos de más de 100 adultos capturados con trampa de luz y la postura de huevos en
plantas (Aragón, 2000). El monitoreo de adultos, sólo debe ser tomado como un indicador de la presencia
de la plaga en el ambiente, pero no puede utilizarse per se para la toma de decisión de un control
químico, ya que la captura esta influida por factores climáticos y la distancia de la trampa a lotes de maíz.
Esto genera que en algunas ocasiones no se capturen adultos pero se encuentren oviposturas en el
campo (Fava y Trumper, datos no publicados).
El umbral económico sugerido es de una ovipostura color naranja cada diez plantas de maíz (Iannone,
2001) o de dos o más oviposturas cada 10 plantas (Aragón, 2002), debiéndose controlar una generación
en fechas de siembra tempranas y dos en tardías (INTA, 1998). El muestreo de las oviposturas debe
realizarse revisando toda la planta, aunque existe una preferencia de las hembras por depositar los
huevos en las hojas situadas en el
estrato medio del hospedante (Moré, 2001). Si bien el control químico puede ser efectivo, tiene
dificultades de orden práctico (Carta et al., 2000), ya que una vez que las larvas han penetrado en el tallo,
quedan fuera del alcance de los insecticidas (Alonso y Miguez, 1984). Esto resalta la importancia de
seleccionar el momento oportuno de aplicación química.
15. EC: emulsionable; GR:granulado; CS: Microencapsulado
Numerosos ensayos realizados con diferentes insecticidas han demostrado la efectividad del control
químico. (Gonzáles Llanos et al., 1998; Canova y Ridley, 2000; Iannone 2001, Iannone et al., 2003). En
INTA Pergamino señalan que para lograr un eficiente control de la plaga, las aplicaciones químicas con
equipos terrestres deben realizarse con caudales de alrededor de 150 l/ha y una presión de trabajo de 70
lb/pg². En aplicaciones aéreas se debe utilizar un caudal de agua de 20 lts/ha o 10 lts/ha con el agregado
de 2 lts/ha de aceite emulsionable. El objetivo de estos caudales es lograr alrededor de trece impactos de
gotas por cm² a la altura de la espiga (Iannone, comunicación personal). La forma de comprobar la
calidad de la aplicación se realiza mediante la colocación de tarjetas sensibles a la altura de la espigas y
separadas entre sí por más de 30 m a fin de controlar diferentes pasadas del avión (Iannone, 2001). Las
aplicaciones químicas deben realizarse preferentemente entre el atardecer y la noche.