La predicación de Juan Pablo II (que en cada uno de los lugares donde estuvo fueron distintos temas), en Rosario, fue el tema de “Los Laicos”. La misión de los laicos.Ver Mateo 5, 13-16
1. Rosario,
11 de Abril de 1987
Homilía del 5º Domingo Ordinario,
ciclo A, 9/2/14
La predicación de Juan Pablo II (que en cada uno de los lugares donde estuvo fueron distintos temas), en
Rosario, fue el tema de “Los Laicos”. La misión de los laicos.Ver Mateo 5, 13-16
Rosario
En nuestra ciudad (Rosario) tuvimos un acontecimiento muy importante (uno
de los más importantes de nuestra ciudad). 1987. 11 de Abril de 1987. Se
acuerdan qué pasó? Vino el Papa a nuestra ciudad, por primera vez y única
2. en la historia. Estuvo aquí, en nuestra tierra. No sólo eso. Pasó por aquí
cerquita. Por la calle Córdoba (Hoy Eva Perón). No se ustedes dónde
estaban ese día, si lo pudieron apreciar, este acontecimiento. No tuvieron
que ir a Roma para verlo, estuvo aquí. Única vez. Y este acontecimiento, lo
traigo hoy a la memoria, justamente porque el Papa estuvo en el monumento
a la Bandera y allí dijo algunas cosas. Se acuerdan qué dijo? De qué habló?
No! Es decir que el acontecimiento que nos impactó, nos quedó marcado,
pero lo que dijo…?! Y celebró la misa y se leyó el Evangelio y habló.
Evangelio
Pero, ¿Qué Evangelio se leyó? Este que leímos hoy. El mismo. Por eso lo
traigo de recuerdo, de memoria, porque justamente todavía más importante
que la venida del Papa es el Evangelio. Es Jesús hablándonos. Es decir, a
nuestra ciudad, por primera vez viene el Santo Padre, única vez en la
historia, y se eligió este texto. Así que es muy significativo para nosotros.
Dios nos quiere decir algo en este Evangelio. A los de Rosario. A nosotros
que somos cristianos bajo la advocación de María, Virgen del Rosario,
Nuestra Señora del Rosario, este texto.
Misión de los Laicos
Y justamente la predicación de Juan Pablo II (que en cada uno de los
lugares donde estuvo fueron distintos temas), en Rosario, fue el tema de
“Los Laicos”. La misión de los laicos. Ser “sal de la tierra y luz del mundo”.
Parece como una cosa subrayada allí, porque Dios nos está diciendo algo. Y
sobre todo yo pensaba, que esto de la sal y de la luz, nosotros parece que
nos damos cuenta de lo que significan cuando no las tenemos. Recién ahí!
Luz artificial
Cuando nos falta la luz, se corta la luz, ya no sabemos
qué hacer, estamos todos desconcertados porque todo
funciona en base a la energía eléctrica, a la luz artificial.
Esto tiene menos de doscientos años. Los antiguos, cómo
hacían? Es más, hoy día, hay un montón de lugares donde
no hay luz eléctrica, luz artificial. Cómo sobreviven, eh?
Parece que hemos creado una dependencia tan grande de
3. esto, que digo, notamos su ausencia cuando no está. Si no, ni nos damos
cuenta.
Sal
Y con la sal pasa lo mismo. Un día el médico me
dijo: ¡Basta de Sal! Y ahora, qué hacemos?
Cómo reemplazamos la sal? Y empezamos a
hacer artimañas, poner otros condimentos,
limón, qué se yo! Nada reemplaza la sal. Nada.
Es otra cosa. Y así lo notamos, es más, el
exceso de sal, también es perjudicial. La
comida, con exceso de sal, no se puede comer.
Encandilan
Cuando la luz es demasiada quedamos encandilados, no podemos ver. Por
allí, a veces pasa que las personas religiosas, son tan religiosas, que ya no
queremos ni escucharlas. No puede ser que no puedan hablar de otra cosa
del mundo que no sea: ¡Gloria a Dios! Nos volvimos locos, es demasiada sal
ya. Desproporcionada. Encandila tanta luz. Por eso también la comparación
es buena. “Sal de la tierra, Luz del mundo”. A eso estamos llamados. Ese es
el gran desafío de la Palabra.
Insustituible
Es más, no podemos reemplazarla con nada. Con nada! Yo recuerdo que fui
al supermercado y había una “sal sin sodio”. Entonces voy ahí con la sal sin
sodio en la mesa, pongo esta “sal”, es blanca igual, pero no tiene gusto! Sal
sin sodio es como el agua sin oxígeno, o sin hidrógeno, no es. El sodio es
componente fundamental de la sal, es cloruro de sodio, cómo le vamos a
sacar el sodio? No es sal, es otra cosa. No podemos querer reemplazar
esto.
Evangelizar
Y la Iglesia, nos decía Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, existe para evangelizar.
No es otra su razón. Su existencia se justifica en el anuncio del Evangelio.
4. Para lo único que existe. Después
le fuimos agregando un montón
de
cosas.
Podemos
tener
patinaje,
Inglés,
cocina
macrobiótica,
danzas
tradicionales, fútbol, lo que a
ustedes se les ocurra, como
actividades de los cristianos.
Pero si no anunciamos el
Evangelio qué es la Iglesia?
Nada. Existe para. Cuando la sal
no sala, no sirve para nada. “Sirve para ser tirada y pisada por los
hombres”. El Evangelio de hoy.
Que ilumine
La luz no está puesta para ponerla debajo de un cajón sino para ponerla en
un lugar que ilumine a todos. Y nosotros, los cristianos, las comunidades, el
pueblo de Dios están para iluminar al mundo. Esa es nuestra razón de ser.
Por eso creo que hoy, nos invita la Palabra a mirarnos, a mirar como
comunidad eclesial, mirar como discípulos de Jesús, cómo estamos viviendo
nosotros. Si estamos siendo sal que da sabor, que da el verdadero sabor a
las comidas, si no estamos ahí presentes, la comida no tiene sabor, si
estamos en exceso también es un desastre. Por eso, la medida adecuada. El
ama de casa sabe cual es la medida adecuada de la sal en cada alimento. No
en todos es igual. Algunos alimentos ya vienen pre-salados, por eso hay que
saber todo eso. Y lo otro es poner luz. El Señor es la Luz del mundo, pero
nosotros somos portadores de esa luz. Entonces tenemos que llevar esa luz
al mundo, sin encandilar pero sí iluminando todas las situaciones donde
estemos. Porque esa es nuestra misión. Y ese es el gran desafío. Por eso
entonces decía al final la Palabra, tan sencillamente como esto: “Así debe
brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de
que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el
cielo”.
ver en: http://pquiacristoredentor.blogspot.com.ar/2014/02/5ordarosario-11-de-abril-de-1987.html