Una niña huérfana que vivía en la calle estaba muy triste porque no tenía a nadie con quien pasar la Navidad. Una familia la acogió y celebró la Navidad, Nochebuena, Año Nuevo y el Día de los Reyes Magos con ella. A partir de entonces, la niña, que la familia llamó María, ya nunca más se sentiría sola porque tenía nuevos padres con los que pasar las fiestas.