2. Introducción
• Resulta verdaderamente imposible valorar los discursos de
Cicerón sin conocer su teoría retórica.
• Cicerón define los principios de sus discursos “a posteriori”, a
partir de su experiencia oratoria.
• Entender las ideas fundamentales de los
tratados de retórica es necesario para
entender y valorar la praxis oratoria de
Cicerón.
3. 1. Los tratados de retórica
• La producción retórica de Cicerón puede circunscribirse a dos
períodos de su vida donde se encuentra apartado de la
contienda política:
– 55-54 a.C.: Vuelta del exilio. Compone “De Oratore”
– 46-44 a.C.: Dictadura de César. Compone el resto de sus tratados: el
Orator, De optimo genera dicendi…
Tres son los objetivos de las obras retóricas de Cicerón:
a) difundir en Roma la teoría retórica griega
b) asociar “los preceptos de la elocuencia a la filosofía”
c) justificar frente a las críticas su propio estilo oratorio.
a) Al primero le corresponde: “De oratore”= resume su educación
retórica; describe las partes de un discurso y las técnicas
necesarias para desarrollarlos. Junto con “Retórica a Herenio”
será una via para conocer la retórica clásica en la E. Media
4. •
Desde el punto de vista didáctico, destaca “Partitiones oratoriae”: sintetiza
la actividad del orador y desarrolla las partes del discurso.
• B) Compone sus grandes obras retóricas: De oratore, Brutus y Orator)
que se pueden incluir en su producción filosófica.
En ellos, hace referencia a la necesidad de que el orador conozca el arte de la
palabra, la filosofía y la elocuencia.
Donde mejor se reflejan estas ideas es en “De oratore”, una obra maestra de la
retórica ciceroniana desde el punto de vista conceptual y formal, toda una
novedad a la literatura latina. La retórica y las enseñanzas de Cicerón van a
perdurar durante siglos.
C) Pertenecen a este tipo “Brutus” y “Orator”, tratados dedicados al joven
Bruto, cultivador del aticismo puro. Aunque tiene una apariencia
deshilvanada, Cicerón menciona las características del orador perfecto,
expone los principios básicos de la oratoria: enseñar, conmover y
deleitar y se centra en exponer los “genera dicendi”, la importancia de la
Filosofía.
En el “Brutus”, un modelo de ensayo histórico-literario, Cicerón nos ofrece un
retrato y una valoración estilística de las grandes figuras de la oratoria
romana, las funcíones del orador (docere, commouere, delectare) y
cánones de la retorica.
Otro destacable es “De optimo genere oratorum”, en el que destaca a
Demóstenes como el más grande de los oradores por haber mostrado su
elocuencia en los tres estilos.
5. 2. Los discursos de Cicerón a la
luz de su teoría retórica
• La praxis oratoria de Cicerón es inseparable de su teoría retórica.
• Sus discursos resultan un modelo de equilibrio en la forma y de cohesión
interna en la estructura.
• El estilo de Cicerón va evolucionando a lo largo del tiempo, y madura desde
el asianismo de sus primeros discursos a la búsqueda de un estilo propio,
que culmina en las “Filípicas”.
• Cicerón subordina su lengua y estilo a las leyes del “decorum”
– A) cada parte de su discurso requiere un tono determinado
– B) la naturaleza misma del discurso, contenido o importancia, condicionan
el estilo
• C) el público y las circunstancias de publicación también condicionan
su estilo
A) EXORDIUM: captar la atención de su auditorio (captatio
benevolentia), estilo ornamental, períodos sintácticos amplios; se
adecua a su auditorio; claridad expositiva, estilo sencillo, frases
cortas y léxico corriente (ante un tribunal)
6. • NARRATIO: cuerpo del discurso; parte más dialéctica del discurso, con
presentación de argumentos constructivos o la impugnación de la parte
contraria. Pone en juego TODOS los recursos retóricos (humor, ironía.
disgresiones, falacias…).
• PERORATIO: Broche final del discurso. Imposición de un estilo elevado, un
lenguaje culto y elaborado, tratado con decoro y precisión para CONMOVER.
• B) El tipo de discurso, su contenido y motivación condiciona el estilo de Cicerón.
Hay que distinguir entre discursos políticos y causas judiciales: cuestiones de
propiedad, delitos de alta traición, asesinatos, fraude electoral, mala gestión de
las magistraturas, discursos epidícticos…
• Es sobre todo en los discursos judiciales donde más brilla el genio oratorio
de Cicerón, por la riqueza de los casos y diversidad de contenidos (lo que le
obliga a usar tonos inimaginables).
• No obstante, en no pocos discursos queda en el lector una sensación de
artificialidad tras la perfección de sus amplios períodos o de un lenguaje
grandilocuente, aunque las Catilinarias y las Filípicas son la excepción (muestra
una visión excepcional, hace que el lector se identifique, usa un lenguaje
declamatorio y exaltado, pero en realidad, expresa una convicción,
acomodando la forma al contenido.
• C) Para cumplir su propósito, el discurso debe cumplir las propiedades de
adecuación y la función de la oratoria (persuadir y captar la atención del
espectador adaptándose a las circunstancias).
7. • Por último, a la hora de valorar motivaciones, silencios o alusiones, pero
también recursos estilísticos, no hay que olvidar el momento y las
circunstancias en las que cada discurso fue publicado, pero sobre todo,
refleja un duro proceso de reelaboración literaria y un duro proceso de
elaboración.