REFLEXIÓN

2. 1. Evita cuánto puedas el bullicio de los hombres,
pues el tratar de lo que sucede en el mundo
estorba mucho, aunque se haga con recta
intención. Porque fácilmente somos
contaminados y cautivados por las cosas vanas.
¡Cuántas veces quisiera haber callado y no haber
estado entre los hombres! Pero, ¿por qué
hablamos y platicamos unos con otros con tanto
gusto, aun cuando raramente volvemos al silencio
sin detrimento de la conciencia?

3. Hablamos con tanto gusto porque con estas
conversaciones buscamos ser consolados unos
de otros y deseamos aliviar el corazón fatigado
por diversas preocupaciones. Y nos deleita
mucho el hablar y fantasear de las cosas que
amamos y deseamos y de las que sentimos que
nos contrarían; pero, lamentablemente, muchas
veces del todo en vano. Porque este consuelo
exterior es de no poco detrimento del consuelo
interior y divino.

4. 2. Por eso, hay que velar y orar, para que el
tiempo no pase en vano. Si se puede y conviene
hablar, habla de cosas edificantes. La mala
costumbre y la negligencia respecto de nuestro
progreso espiritual contribuyen mucho a la falta
de custodia de nuestra lengua. Por el contrario,
ayuda no poco para el progreso del alma la devota
conversación de cosas espirituales, sobre todo
allí donde se hallan reunidas en Dios personas de
un mismo propósito y un mismo espíritu.
FUENTE: IMITACIÓN DE CRISTO

5. EXAMÍNENLO TODO Y QUÉDENSE CON LO BUENO. CUÍDENSE
DEL MAL, DONDEQUIERA QUE LO ENCUENTREN.
1 TESALONICENSES 5:21-22
POR LO DEMÁS, HERMANOS, FÍJENSE EN TODO LO QUE
ENCUENTREN DE VERDADERO, DE NOBLE, DE JUSTO, DE
LIMPIO, EN TODO LO QUE ES HERMOSO Y HONRADO.
FÍJENSE EN CUANTO MERECE ADMIRACIÓN Y ALABANZA.
FILIPENSES 4:8

6. NOS PRESENTAMOS, PUES, COMO MENSAJEROS DE PARTE
DE CRISTO, COMO SI DIOS MISMO LES ROGARA POR
NUESTRA BOCA. Y DE PARTE DE CRISTO LES SUPLICAMOS:
“DÉJENSE RECONCILIAR CON DIOS”.
2 CORINTIOS 5:20