1. De Ciencias y Poemas
(José Acevedo Jiménez)
Números Primos
Indivisibles, los misterios que ocultan; si algún día
revelarlos pudieran. Ese día sería de gozo, para
aquellos
que aman la ciencia.
Matemáticos quieren domar, a esos tan memorables;
sus secretos poder divulgar, aunque
tiempo pueda llevarles. La verdad, grandioso sería domar
a los indomables.
A Euclides
Por milenios aprendimos, de Los Elementos,
las figuras y rectas
tratar.
Maestro de generaciones, el padre de la geometría
clásica
que el conocimiento supo agrupar.
A
las matemáticas tu nombre por siempre unido estará. Euclides, geómetra
griego, tu semblante en la escuela no debe
faltar.
A Fermat
Sin ser tu profesión, por la ciencia exacta sentiste una
gran pasión y a Diofanto
estudiaste con fervor.
2. De Pitágoras generalizaste el denominado
último teorema, una verdad eterna que te consagró como el más
Grande de los matemáticos
aficionados.
La Dama de Ciencias (Marie Curie)
En un mundo de hombres supiste
probar, que las mujeres pueden
en ciencias brillar.
Mujer laboriosa y muy singular, dos
premios Nobel lograste
alcanzar.
El radio y el polonio legados fueron,
que diste a la ciencia y al mundo
entero.
La dama de ciencias, siempre serás;
por ser un ejemplo, mujer
de verdad.
A Tesla
Hombres ingratos no supieron pagar, aquél
que hizo tanto por la humanidad.
Fue todo un genio, él pudo crear y, es su legado
la electricidad.
Iluminó al mundo con sus inventos, la era
moderna le debe el progreso.
Y, aunque parezca tarde no hay
que olvidar, Tesla fue un genio
muy singular.
3. A Einstein
Grande es el genio que descubre las
leyes del universo y guía
por el camino del conocimiento
a la humanidad. Pacifista y humanista, ser muy sincero;
de Alemania a América, emigró,
buscando la paz.
La energía unió a la materia, el espacio
con el tiempo; ¡oh, ecuación tan perfecta!,
revelada a un solo genio.
Y, los hombres malvados quisieron
de la nueva ciencia sacar provecho; genocidios
cometieron, sin que tú estuvieras
de acuerdo, el átomo
dividieron .
Horrorizados, la lección aprendieron y luego
buscaron la paz; por no llevarse de sabio
consejo, que diste, a favor
de la humanidad.
Arquímedes
Cual profeta, te anticipaste
a la ciencia moderna. Matemático, físico,
ingeniero, astrónomo e inventor. Arquímedes
de Siracusa, genio inigualable que
con sus ideas el mundo
movió.
Extraordinarias proezas se cuentan de él.
Hundió barcos, con grandes espejos, y con mucho
ingenio defendió a su
pueblo.
Inmerso en sus estudios, no vio
el peligro y, de espada romana
la muerte encontró.
4. Mortales del mundo, alabad su genio; gritemos
¡Eureka!, rendidle honor. Que en el cielo
nocturno su estrella nos guíe y alcancemos
la ciencia que él
persiguió.
El Sir de la Ciencia
Sobre hombros de gigantes, pudiste ver más allá que el resto de los
mortales y, las leyes del universo te fueron reveladas. Amparado en Kepler,
Copérnico, Galileo y tantos
otros, construiste la nueva
ciencia que llevaría al hombre hasta las
estrellas.
El universo entero te rinde homenaje, y hasta los monarcas
se postraron ante tu gran intelecto. Sir Newton te llamaron.
En la abadía de Westminster, lugar de reyes, sus restos
mortales descansan. Se había apagado la llama,
del cuerpo, mas
no la del alma; que vive en aquellos que buscan de la ciencia y, que esperan
poder algún día posarse
sobre los
hombros del más grande de los
gigantes.
A Euler
Los matemáticos del mundo a él rinden homenaje;
por sus valiosos aportes, sublimes
e inigualables.
En Rusia y Alemania pasó parte de su vida, mas fue Basilea la afortunada
y bendecida. De legarnos tan ilustre pensador, que con su brillantez
las matemáticas encumbró;
del cálculo
al análisis, de los grafos a la aritmética,
no hubo rama conocida que escapara
a su sapiencia.
5. Con concurrencia su nombre en matemáticas encontramos, de
constantes e identidades que nos
legó hace tantos años.
Uno grande entre los grande, al Olimpo ascendiste;
al dejar de calcular, cuando
del plano físico partiste, en inmortal te
convertiste.
Oda a Pitágoras
Del triángulo rectángulo, nos mostró la relación
entre la hipotenusa y los catetos;
¡cuánto le debemos hoy!
En la isla de Samos, ahí nació Pitágoras
para hacer de las matemáticas una ciencia
noble y exaltada.
Y, de la música ni hablar; ¡qué diferente sonaría!
sin las proporciones de Pitágoras, que le dieron
armonía.
Estudió muy bien los números e hizo importantes
descubrimientos y, junto a su sociedad
secreta, los divulgó por el mundo
entero.
A ese ilustre griego, le dedico estas líneas; para
honrar su memoria y resaltar lo
que hizo en vida.