1. INTRODUCCIONA LA TEORIA HUMANISTA DE CARL ROGERS
Rogers se interesa en el estudio del individuo en sí mismo. Desarrolló una teoría
de la personalidad centrada en el yo, en la que ve al hombre como un ser racional,
con el mejor conocimiento de sí mismo y de sus reacciones; además propone el
autoconocimiento como base de la personalidad y a cada individuo como ser
individual y único.
A medida que el ser humano va madurando, el entorno impone lógica y orden. El
individuo se va haciendo consciente de esta lógica, el yo se asoma y se diferencia
del mundo fenoménico. Es hay donde el yo, pasa a ser parte de consciente de su
experiencia; evoluciona en relación con el mundo, desea ser consistente y podría
presentarse un cambio mediante las interacciones que se producen.
Rogers nos plantea el organismo como un todo organizado y funcional, con una
fuente central de energía que sería la tendencia a la actualización, mantenimiento
y mejora del mismo. Esta valoración se entiende como las experiencias percibidas
optimizadoras para el organismo, tendrían un valor positivo; por lo tanto, las que
no mantienen ni mejoran el organismo, tendrían un valor negativo.
La incongruencia, que es la oposición entre los dos sistemas propuestos por
Rogers: el yo concepto de sí mismo y el organismo.
En relación al enfoque, este autor está ubicado dentro de las teorías humanistas,
las cuales destacan que el hombre posee una motivación intrínseca para luchar
por la autoactualización, que es la tendencia de la evolución de potenciales
espontáneos y naturales que mantienen o acentúan el organismo.
ELABORACION DE CONCEPTOS
Yo: es el concepto de sí mismo. Está integrado, por una parte, por las
percepciones del yo, y por otra parte, por la percepción de las interacciones entre
el yo y otros individuos, además de vivencias, relacionadas a estas percepciones.
El yo o concepto de sí mismo, encausará la conducta y percepciones de la
persona; es decir, influye en el modo en que el individuo percibe el mundo externo.
Tendencia de Actualización: tendencia innata de crecimiento orgánico; es la
fuerza que enfatiza el crecimiento y mantención del organismo.
Tendencia a la Autoactualización: ligada a la tendencia de actualización innata e
inherente al yo, que promueve su expresión y evolución.
Valoración Orgásmica: aptitud innata para elegir un curso de acción, mediante
una cualidad afectiva positiva o negativa. Depende de la tendencia de
actualización, y es entorpecida por las condiciones de valor.
2. Incongruencia: Rogers define como divergencia entre el concepto del yo y las
experiencias reales del yo. El individuo que cae en incongruencia puede presentar
tendencias a emociones negativas, tiene un autoconcepto distorsionado e
incompleto en relación con su personalidad. Si establecemos un paralelo, este
proceso de incongruencia, es conocido como alienación.
Condiciones de Valía: Exigencias requeridas para obtener respeto. Impulsa los
valores de la introyección. Estas condiciones obstruyen la realización del proceso
de valoración orgánica.
Introyección: integración de normas y valores externos, a nuestro concepto
individual; es la principal causa de incongruencia.
Respeto Positivo Condicional: aceptación e interés hacia un individuo, sólo si
cumple con las condiciones de valía.
Respeto Positivo Incondicional: implica la total aceptación de y hacia un
individuo, sin basarse en el cumplimiento de las condiciones de valía. Según
Rogers, es una de las tres características que un terapeuta exitoso debe poseer.
Ansiedad: condición de tensión, producida por el sentimiento, no plenamente
consciente, de inconsistencia entre el concepto propio y una experiencia.
El conflicto entre individuos y su contexto social, se enmarca en el concepto de
defensa o deformación de la fuerza central, este no es inevitable y se define vida
ideal como un proceso de trascender a la sociedad.
Las características que un individuo debe desarrollar son la espontaneidad,
autoconfianza, individualidad, apertura a la experiencia, imaginación y
profundo autoconocimiento.
La vida existencial se presenta en un individuo que funciona de manera integral.
Rogers afirma que el yo y la personalidad nacen de la experiencia, y que por ende,
nos transformamos en participantes y observadores de la experiencia
organísmica.
La valoración organísmica sería una característica de un individuo integral; abierto
a su experiencia, exigencias sensoriales, necesidades personales, recuerdos de
alguna situación previa, percepción, consciencia participante, entre otros.El
individuo debe incorporar sensaciones, memoria, aprendizaje previo y condiciones
viscerales, en el proceso de toma de una decisión con respecto de un curso de
acción.
El ser humano procura percibir las experiencias de un modo coherente con su
concepto de yo; sirviendo este concepto como punto referencial para valorar y
revisar las experiencias organísmica reales. Este supone una necesidad de
consideración universal positiva, que se desarrollaría a medida que evoluciona la
consciencia del yo. Esta necesidad se traduce en el deseo de ser aceptado y
querido por quienes se considera importante en la vida.
3. No todo el tiempo el individuo es aceptado por derecho propio y se le reconoce
incondicionalmente. Además de que todo individuo debe ser aceptado
positivamente en su entorno.
En el campo psicológico total, que abarca todas las experiencias psicológicas,
existe una fracción consciente y una inconsciente. Por lo tanto la estructura
conceptual del yo, puede que corresponda o no al yo real. En el inconsciente, las
experiencias psicológicas no se encuentran simbolizadas, es decir, no se
encuentran viables al yo consciente. Si se da el caso de que todas las
experiencias psicológicas se presenten consistentemente, el individuo se
encuentra en una condición de congruencia, es decir, el individuo presenta una
concepción del yo, congruente con su yo real.
Rogers presupone que una individualidad saludable, lleva a cabo sus elecciones
basadas en sentimientos positivos o negativos. El individuo debe confiar en sus
tendencias de crecimiento, las cuales no son infalibles. En algunas oportunidades,
la evaluación racional supera a la organísmica.
La valoración organísmica se ve restringida por las introyecciones inconsistentes
con las necesidades reales del individuo, proceso que puede conllevar a
anormalidades. Para subsanar esto, se debe conseguir que el concepto del yo sea
congruente con el yo real.
El individuo que cae en incongruencia posee un concepto propio distorsionado, y
si no es congruente con las necesidades reales del yo, puede conllevar
frustración, comúnmente relacionada con emociones negativas y comportamiento
antisocial. Frecuentemente, padres y maestros, transmiten a los niños la idea que
no están bien o que no les gusta el modo en que éstos se comportan, enfatizando
una autoevaluación negativa, que terminaría por desalentar sentimientos positivos
hacia el yo, al evaluarse como malo o inferior, el niño interpreta y distorsiona las
interpretaciones externas sobre su conducta, desarrollando una concepción propia
negativa. Cuando una persona trata de expresar un sentimiento verdadero,
generalmente es reprimida y obligada a obviar este sentimiento, lo que implica
quitar algún aspecto vital de la personalidad.
A continuación, presentaremos un cuadro comparativo en donde se muestran
algunas de las características de los yo integrales y de los incongruentes, con la
finalidad de un entendimiento más cabal sobre la incongruencia:
Yo integral Yo incongruente
Autoconocedor Fuera de contacto con el yo
Firme sentido de identidad. Falta sentido de la identidad
Creativo. Espontáneo. Libré de restricciones Impulsos frustrados
Abierto a la experiencia Emociones negativas
Evita las apariencias. Se aleja de la introyección. Estructura propia distorsionada
Completa salida de potenciales Comportamiento antisocial
Confía en su organismo. Apreciación irreal de potenciales
4. Vivencia existencial
Rogers propone como clave el descubrimiento del yo real, en base al
conocimiento de experiencias sensitivas y viscerales; ya que este conocimiento le
permite a un individuo saber qué ocurre en su entorno y en sí mismos; un
alejamiento de apariencias y obligaciones, evitando cualquier situación que no sea
consistente con su yo real; participar en la experiencia, ya sea interna o externa;
seguir los caminos que se sienten bien; ser auténtico, real y genuino; confiar en
nuestro organismo (valoración organísmica), sentimientos, intuiciones, emociones
y motivos; actuar sin demasiadas represiones.“La persona que está abierta a
todas sus experiencias puede considerar todos los componentes porque al
menos están disponibles".
Ventajas:
Su método centralizado en el cliente (paciente), se ha difundido
ampliamente a campos tan distintos a la psicología, como lo son: negocios,
industrias, ministerios y enfermería, entre otros.
El método rogeriano se puede utilizar no sólo de forma individual, sino
también en dinámicas de grupo y de movimiento potencial humano.
Rogers ha abierto el campo de la psicología, el asesoramiento y la
psicoterapia, a la investigación científica; todo esto mediante el
procedimiento de grabación de sesiones y análisis de respuestas de
clientes y terapeutas.
La teoría de Rogers da luces sobre varios de los principales puntos de la
visión humanística y fenomenológica de la personalidad, en la que se
enfatiza la realidad percibida por el individuo, sus experiencias subjetivas y
la lucha organísmica por la autorrealización, el potencial de crecimiento y el
logro de libertad.
Desventajas:
Rogers ha sido criticado y tachado como "ingenuamente optimista", debido
a su planteamiento de un yo benigno que no se desdobla, y que sólo
necesita ser aceptado.
Rogers enfatiza en los beneficios que otorga el estado de congruencia, pero
no plantea caminos ni tareas específicos para lograr este estado, sino que
solamente presenta términos generales e imprecisos. Ni autoexploración ni
autoaceptación darían instantáneamente habilidades para satisfacer las
necesidades.