Lección 2 | El Sábado enseñaré | El Hijo | Escuela Sabática para Maestros
1. El sábado enseñaré
Texto clave: Mateo 20:28.
Enseña a tu clase a:
Saber comprender la autoidentificación de Cristo, y las implicaciones de
esa identidad para la salvación de cada uno.
Sentir la presencia de Dios por medio del espíritu de sacrificio propio
de Cristo demostrado al renunciar a sus prerrogativas divinas y al
entregar su vida.
Hacer: Aceptar personalmente la generosa provisión de la salvación por
el sacrificio de Jesús.
Bosquejo de la lección:
I. Saber: El Mesías encarnaba dos naturalezas: la divina y la
humana.
A. ¿Por qué era necesario que Cristo fuera plenamente humano y plena-
mente divino?
B. ¿De qué modo la autoidentificación de Cristo afectó la comprensión de
su misión?
C. ¿De qué forma estos dos aspectos afectan nuestro aprecio por lo que
Dios hizo?
II. Sentir: Percibir la presencia de Dios llega a ser más fácil al
comprender las naturalezas complementarias de Cristo.
A. ¿De qué modo la comprensión de la humanidad de Cristo alivia el te-
mor que el hombre siente por Dios?
B. ¿De qué manera la comprensión de la divinidad de Cristo nos da con-
fianza en que él puede salvarnos?
C. ¿Qué sucede si descuidamos cualquiera de estas dos creencias?
III. Hacer: El aceptar la salvación de Dios es directamente pro-
porcional a la confianza que tenemos en quién es Cristo.
A. ¿De qué forma el no comprender la naturaleza divina de Cristo podría
disuadir a las personas de confiar en él para su salvación?
B. ¿En qué sentido no apreciar la naturaleza humana de Cristo genera que
la gente ignore su salvación?
C. ¿De qué modo el apreciar a Dios atrae al alma humana a aceptar a Je-
sús como Salvador?
2. -
Ciclo de aprendizaje
Texto destacado: Mateo 20:28.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Jesús llegó a ser
plenamente humano, abdicando de sus prerrogativas divinas. Al hacerlo, ob-
tuvo la calificación necesaria para ser tanto un fiel Sumo Sacerdote como el
sacrificio del rescate mediante el cual tenemos salvación.
{ 1: ¡Motiva!}
• Solo para los maestros: La Escritura revela un delicado equilibrio
entre dos doctrinas aparentemente conflictivas: la divinidad y la humanidad del
Mesías. Siempre que su divinidad fue rechazada o menospreciada, surgieron las
aberraciones de la justicia y la salvación propias. Después de todo, si Jesús era
esencialmente humano, ¿por qué los humanos no habrían de poder salvarse a sí
mismos imitándolo?
En tales modelos, Jesús actúa como "instructor de natación" en lugar de
salvavidas. Él nos "salva" al enseñarnos a nadar (vivir rectamente). Este pa-
radigma afirma que no nos ahogamos sin remedio en nuestra pecaminosidad
sino que, con el instructor adecuado, podemos ser nadadores competentes.
Cuando la humanidad de Jesús es rechazada o menospreciada hay desespe-
ración y falta de esperanza. Estas mentes razonan que Dios es todopoderoso y
perfectamente justo, y que, por ello, es incapaz de comprender las tentaciones
humanas y sus luchas. Siendo que los humanos no pueden alcanzar la norma
divina, renuncian a vivir con rectitud. Aquí se bifurca el camino en dos aberra-
ciones separadas, pero igualmente destructoras: 1) la gracia barata: "como no
puedo vivir rectamente, pecaré con libertad y esperaré que la gracia de Dios
cubra esos pecados"; o 2) el pecado descarado: "como estoy condenado no
importa lo que haga, viviré egoístamente y gozaré la vida". Sin embargo, cuando
estas dos posturas se comparan con las Escrituras, se ven sus errores y puede
buscarse el equilibrio correcto.
Actividad inicial: Muestra a la clase la figura de una persona que camina
sobre una cuerda floja, con una larga vara para equilibrarse. (O pide que se
imaginen a tal persona.) Analiza qué le da éxito al equilibrista y qué función
cumple la vara. Piensa en lo que constituye la vara de equilibrio para los cris-
tianos mientras establecen su comprensión de Dios.
Material auxiliar para el maestro // Lección 1
Resumen: La naturaleza esencial de Cristo ofrece a la humanidad compren-
der que cuenta con un Amigo y Creador omnipotente capaz de llegar a ser el
divino Sustituto de los pecadores.
3. Lección 5 // Material auxiliar para el maestro
{ 2: ¡Explora!}
• Solo para los maestros: Entender la naturaleza de Cristo es indispen-
sable para comprender la naturaleza de la salvación. Es importante que captemos
bien esto, a fin de evitar muchas discusiones teológicas y espirituales.
Las verdades auténticas de las Escrituras no están sepultadas bajo montañas
de discusiones. La divinidad de Cristo demuestra que los humanos no pueden
salvarse a sí mismos. Alguien fuera de nosotros debe salvarnos. La humanidad
de Cristo muestra que Dios comprende nuestras pruebas y tentaciones. Jesús
vivió dentro de nuestra piel. Estos conceptos deben mantenerse claros.
Comentario de la Biblia
I. Una combinación singular
(Repasa, con tu clase, Mat. 14:33; 24:30; 25:31; Mar. 15:39.)
Arrio, un devoto fanático que vivió en el siglo IV, pretendía que Cristo no
había poseído naturaleza divina, y que solo existía un Dios (el Padre celestial);
por lo tanto, Cristo no podía ser también Dios. Al rechazar la comprensión tri-
nitaria de Dios, Arrio no entendió las implicaciones soteriológicas [relativas a la
salvación] de su posición. Si Cristo no fue divino, la salvación de la humanidad
fue efectuada por una criatura. Esto sugiere que los seres creados pueden
salvarse a sí mismos.
Las conclusiones de Arrio se unieron a las creencias de Luciano de Antio-
quía, que basaba sus ideas cristológicas en la filosofía adopcionista de Pablo
de Samosata, quien creía que Cristo había sido adoptado, como humano, por
Dios. Arrio afirmaba que Cristo había sido una criatura perfecta con una rela-
ción subordinada a Dios. (Estas ideas todavía las sostienen los Universalistas
Unitarios y los Testigos de Jehová.)
Por el año 325 d.C., estas distorsiones habían dividido a los creyentes, y se
reunió el Concilio de Nicea para responder a estos desafíos. La asamblea afirmó
que la naturaleza de Cristo era "plenamente humana y plenamente divina".
Otros lucharon con la idea de la humanidad de Cristo. Los gnósticos del siglo
II y los maniqueos del siglo IV (ambos, grupos cristianos disidentes) postulaban
que la humanidad de Cristo había sido solo aparente. Esta herejía es conocida
como "docetismo", que significa "parecer". Los docetistas razonaban que, si
la materia es inherentemente mala, la pureza de Jesús impedía que tuviera un
cuerpo real (materia mala).
Otro que se opuso a la creencia de que Cristo vino en forma corporal fue
Marción. Para él, Cristo poseía un "cuerpo fantasmal". Tertuliano se le opuso,
pues rechazaba la idea de que la materia era inherentemente mala. Marción
pensaba que la Encarnación era inferior a Dios; Tertuliano aceptaba la encar-
nación (Juan 1:1-14; Col. 1:22; Heb. 2:5-18).
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4. Material auxiliar para el maestro // Lección 1
Considera: ¿Por qué los cristianos son muy cuidadosos al hablar de la na-
turaleza de Cristo?
II. Naturalezas gemelas
(Repasa, con tu clase, Juan 3:13; 8:58; 17:5; Mat. 25:31-46.)
En lugar de aceptar sencillamente esas doctrinas bíblicas que enseñaban la
divinidad y la humanidad de Cristo, algunos cuestionaron cómo podía ocurrir esta
integración de naturalezas. Pero, Moisés declaró: "Las cosas secretas pertenecen
a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley" (Deut. 29:29).
En oposición directa a este precepto mosaico, la gente desperdicia horas
tratando de racionalizar cosas que Dios no ha revelado claramente. Tratan de
hurtar los secretos de Dios por medio del pensamiento racional. Un defensor
tal fue Apolinario, que luchó con el pensamiento de que el Verbo divino pudiera
unirse con una naturaleza completamente humana. Él concluyó que estas dos
naturalezas estuvieron mezcladas, pero que la divinidad aplastó a la humani-
dad durante el proceso de unión. Aunque rechazó efectivamente la herejía de
Arrio, cayó en un docetismo complicado. Su apoyo ferviente de la divinidad de
Cristo resultó en una comprensión desequilibrada de la humanidad de Cristo,
disminuyendo su valor. Si Apolinario hubiera aceptado las verdades reveladas
en vez de esquematizar los detalles desconocidos y no revelados, su aberración
podría no haberse concebido nunca. Aquí hay una lección que todos haríamos
bien en aprender.
Considera: ¿En qué sentido los cristianos se perjudican al tratar de ir más
allá de lo que Dios ha revelado?
{ 3: ¡Aplica!}
• Solo para los maestros: La sabiduría divina revela que Cristo poseía
por igual dos naturalezas complementarias. Enfatizar una en detrimento de la otra
resulta ya sea en la pasividad humana (Dios hace todo; así, ¿por qué desperdiciar
esfuerzos?), o en el conductismo (el ejemplo de Cristo bosqueja los requerimien-
tos de Dios que, cuando se siguen, producen la salvación). Una comprensión
equilibrada de la interrelación de Dios con la humanidad apunta a una relación
cooperativa entre Dios y la raza humana, por la que Dios provee la salvación, y
los humanos aceptan el poder transformador del evangelio. En forma similar, la
misión de Cristo puede describirse como doble: 1) redención, y 2) transformación.
Cristo es tanto el Rescate como el Sumo Sacerdote comprensivo. Por medio de
su sacrificio, él perdona nuestras transgresiones pasadas, y recibimos poder. La
redención precede a la transformación, y esta transformación continúa en forma
natural. ¿De qué modo la comprensión de la interrelación de estas dos naturalezas
favorece grandemente nuestro aprecio por Cristo y facilita el desarrollo cristiano?
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5. Lección 2 // Material auxiliar para el maestro
Preguntas:
1. ¿De qué manera la completa divinidad de Cristo influye en su misión?
2. ¿De qué modo la plena humanidad de Cristo influye en su misión?
3. ¿De qué modo la divinidad de Cristo afecta mi salvación?
4. ¿De qué forma la humanidad de Cristo afecta mi salvación?
5. ¿De qué manera la divinidad y la humanidad de Cristo afectan mi misión
y mi sentido de propósito?
{ 4: ¡Crea!}
• Solo para los maestros: La misión terrenal de Cristo era restaurar la
condición fracturada de la humanidad. Su divinidad proveyó el poder por el cual él
pudo aplastar el mal y destruir la muerte. Su humanidad proveyó comprensión y
credibilidad en quienes él deseaba salvar. Muchas campañas políticas se ganaron
con mentiras como: "Mi adversario es tan rico que no puede entenderme". Satanás
usa la misma mentira. Sin embargo, cuando se descubre el sufrimiento de Cristo y
vemos su cuerpo clavado a una cruz, rechazamos las mentiras de Satanás. Cristo
adquiere credibilidad, y comenzamos a confiar en este fiel Amigo. Jesús ya no
está distante, sino más bien es un compañero de prisión que, a su vez, tiene los
recursos para escapar de la celda de la muerte.
Actividad: A veces se acusa a los cristianos de estar fuera de contacto
con la realidad de la comunidad. Formulen planes para una actividad en la
que los miembros de la clase puedan ser siervos entre los no creyentes, y
hacer avanzar la misión de Cristo. Consideren qué acciones o eventos les
darían credibilidad para llamar a pecadores al arrepentimiento y a la gracia
transformadora de Dios. Analicen posibles pasos para pasar de ser testigos
sufrientes a ser dispensadores de esperanza. En otras palabras, una vez que
el testimonio haya ganado credibilidad, ¿cómo compartirán el evangelio sin
alejarlos otra vez? ¿De qué forma pueden los creyentes llamar a los pecadores
al arrepentimiento sin aparecer como llenos de justicia propia por un lado, o
diluir el pecado por el otro?
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