1) Jesús perdonó los pecados de un hombre paralítico que había llevado una vida destructiva. 2) Aunque los líderes religiosos criticaron a Jesús, él sanó al hombre para demostrar que tenía el poder de perdonar pecados. 3) Esta historia enseña que la salvación y el perdón están disponibles para todos los que se arrepienten sinceramente y aceptan a Jesús como su Salvador.
Capítulo 4 | La Salvación en tiempo presente | Libro Complementario | Escuela Sabática
1. “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene
vida eterna"(Juan 6:47).
g esús pasó mucho tiempo en Capernaum. Parecía amar a la gente
Id e allí y a ellos les gustaba escucharlo. Cuando Jesús estaba en
lia ciudad, la gente lo seguía por donde iba. Pareciera ser que
L , ...«»ill moraba en la casa de Pedro cuando estaba en la ciudad,y hacia
ese lugar se dirigían todos para verlo.
En esta ocasión, Jesús estaba en la casa de Pedro, enseñando a la gente.
Algunas de las personas habían llenado la casa, aunque la mayoría estaba
afuera, mirando por las ventanas,y por la puerta, procurando acercarse tanto
cuanto podían. Ninguno quería perderse nada de lo que se decía y se hacía.
Como de costumbre,la multitud que seguía a Jesús incluía a algunos que
no eran sus amigos. Casi en todo lugar donde iba, los acompañaban espías
de sus enemigos.Algunas veces,los espías guardaban silencio,simplemente
observando lo que Jesús decía o hacía,y lo informaban a los líderes judíos.
Pero,a menudo, los sacerdotes, rabinos o dirigentes estaban allí para discutir
lo que Jesús decía, para indicarle a la gente dónde se equivocaba Jesús.
Estaban allí para criticar a Jesús e impedir que la gente creyera en él.
Siendo que ellos eran “importantes”, estos críticos probablemente
se sentaban en la primera fila cuando Jesús hablaba. Fbr temor o por
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2. 34 ENSEÑANZAS DE CRISTO
respeto, la gente les daba lugar para estar al frente en medio de cualquier
muchedumbre. En ese día específico, debieron haber estado sentados
inmediatamente detrás de los discípulos dentro de la casa de Pedro.
Mientras seguimos esta historia, veremos un ejemplo vivido de lo que
Jesús enseñó acerca de la salvación.
Capernaum tenía otros vecindarios además de aquel en el que vivía
Pedro. En secciones más oscuras del pueblo, uno podía encontrar excitación
y peligro.Se podían encontrar maneras en que la gente destruía su salud,y
aún toda su vida. Nuestra historia involucra a un joven que había perdido
su relación con Dios y abandonado su fe. Se había vuelto más y más a una
vida de perseguir el placer. Finalmente, perdió su salud por vivir una vida
desenfrenada.Ahora estaba paralizado.
Se volvió a los sacerdotes y doctores de la ley pidiendo ayuda, pero no
tenían nada para ofrecerle.“No hay cura para tu enfermedad”, declararon.
“POr causa de tus pecados, Dios te ha maldecido”.
Oyendo esto, la conciencia del hombre, la que había tratado de
ahogar con bebidas y drogas, comenzó a hablarle otra vez a su corazón.
Estaba profundamente angustiado por remordimientos, no por causa de
su enfermedad, sino porque ahora se daba cuenta de cuán erróneamente
había vivido. Muy deprimido, abandonó la esperanza.
Pero no había perdido a sus amigos, por lo menos no a todos.
Se quedaron con él, lo animaron aun cuando ahora estaba paralítico.
“Ten fe”,le dijeron mientras compartían con él las historias de Jesús. Antes
de mucho, su fe comenzó a crecer. Anhelaba ir a Jesús, pero estaba más
interesado en el perdón que en la curación. ¿Fbdría amar Dios todavía a
uno como él? ¿Podría Dios perdonarlo por las cosas que había hecho?
Finalmente, el hombre paralítico les pidió a cuatro de sus amigos que
lo llevaran para ver a Jesús. Fueron buenos amigos, tomaron su catre y
caminaron por las calles de Capernaum.
No era difícil encontrar a Jesús,solo era difícil acercarse a él. Los amigos
del paralítico trataron de abrirse paso entre la multitud que se apretujaba
alrededor de la casa de Pedro.
-Por favor, déjennos pasar -pidieron-. Nuestro amigo está enfermo.
3. Capítulo 4: Salvación en tiempo presente 35
Necesita ver a Jesús. Pero ninguno se movía. Ninguno abandonaba su
oportunidad de ver a Jesús por sí mismo.
Así que estaban detenidos en la calle. Jesús estaba allí adentro, cerca,
pero bien podría haber estado en Jerusalén por lo que a ellos se refería.
Justo cuando estaban por abandonar el intento, el paralítico tuvo una idea.
Era una idea loca, tan loca que podría resultar.
-Llévenme al techo -sugirió-. Por allí entraremos a la casa para ver a
Jesús.
Así que eso hicieron. De alguna manera llevaron a su amigo encima del
techo.Y comenzaron a trabajar para bajarlo hasta donde estaba Jesús.
Dentro de la casa, ¿quién creen ustedes que miró hacia arriba primero?
¿Pedro? ¿Su esposa? Primero se oyeron ruidos, luego polvo, más tarde
trozos del techo comenzaron a caer al piso. Hasta Jesús debió haber tenido
dificultades para mantener la atención de la multitud, cuando el techo
comenzó a abrirse y la luz del sol brilló por aquel hueco. Pero cuando el
catre apareció en la abertura y un enfermo comenzó a descender, todos
sabían lo que ocurría. Una persona más había llegado al extremo para
alcanzar a Jesús, esperando y orando por curación.
Jesús debe haber retrocedido y mirado cómo se desarrollaba la escena.
Él ya sabía de este hombre. Él conocía la historia: el estilo de vida, los
pecados.Y él sabía lo que el hombre realmente quería, en lo profundo de
su corazón.Así que sabía exactamente lo que debía decir. Cuando Jesús vio
la fe de estas personas, dijo al paralítico:
-Hijo, tus pecados te son perdonados (Mar.2:5).
El hombre debió haberse relajado en su catre con una sonrisa en su
rostro. ¡Perdonado! Lo que había esperado de Jesús se había cumplido.
Pero no todos estaban contentos. Los espías y sacerdotes presentes
conocían a este hombre.No le habían dado ninguna esperanza,ni simpatía.
Le habían dicho que Dios lo había maldecido. Ahora Jesús los dejaba mal
parados ante la gente. Las personas escucharon que Jesús le había dicho
que el hombre estaba perdonado después de que los espías y sacerdotes
habían declarado que él no podía ser perdonado.
Sin decir una palabra, se miraron entre sí y concordaron. Condenarían
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a Jesús por pretender perdonar pecados, cuando solo Dios tiene esa
autoridad. “¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar
pecados sino solo Dios?”(Luc. 5:21).
Aun cuando no lo habían dicho en voz alta,Jesús leyó sus pensamientos
escritos en sus rostros. Les dijo: “¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué
es más fácil,decir:Tus pecados te son perdonados,o decir: Levántate y anda?
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho,
y vete a tu casa”(vers. 22-24).
El hombre perdonado no dudó de las palabras de Jesús. Se levantó de
un salto, tomó su camilla, saludó a sus amigos que rodeaban el agujero en
el techo,y atravesó la multitud con dirección a su casa.
LO QUE JESÚS ENSEÑÓ SOBRE LA SALVACIÓN
¿Qué nos enseña este relato acerca de la salvación? Nos da un ejemplo
de la real de una vida destruida por el pecado, y rescatada por la salvación.
Cada uno de nosotros ha luchado contra el pecado en su vida. Podemos
no haber caído tan profundamente como el hombre <iel relato. Podemos
no haber destruido nuestra salud, familia o relaciones todavía. Pero
hemos experimentado algo del dolor sufrido a causa de las elecciones
equivocadas.de vivir fuera de la voluntad de Dios.Aprendamos lo que Jesús
enseñó acerca del perdón -acerca de la salvación- en esta historia.
NADA DE LO QUE PODAMOS HACER NOS LLEVA DEMASIADO
LEJOS PARA VOLVER A ÉL.
En la historia del paralítico, no hay intentos de explicar su conducta.
No le echa la culpa de su enfermedad a la mala suerte o a la genética. Él
no sugiere que no merecía lo que le había ocurrido. Claramente, él es el
culpable de su situación. Hizo elecciones malas, siguió su propio camino,
ignoró las cosas que sabía que eran correctas. O sea, había pecado y se
había alejado de la gloria de Dios. Como todos nosotros.
Jesús enseña que ninguno de nosotros está demasiado lejos como para
no poder volver. Como la historia del hijo pródigo, este relato nos enseña
5. Capítulo 4: Salvación en tiempo presente 37
que el perdón y la aceptación están allí cuando nos volvemos de nuestros
caminos de rebeldía,y pedimos ese perdón y aceptación.
El Espíritu Santo nos está atrayendo
continuamente al arrepentimiento
Cuando el joven estuvo en su punto más bajo, cuando estaba listo para
abandonar todo, el Espíritu Santo lo estaba trayendo de regreso a Dios.
Despertó en él un deseo de ser perdonado, un deseo de saber que Dios
podía aceptarlo a pesar de las cosas malas que había hecho.
Hay algo importante que debemos aprender. El Espíritu Santo está
hablándonos continuamente, trayéndonos de regreso a Dios. No importa
dónde estemos o qué elecciones hayamos hecho en nuestras vidas. Dios no
deja de llamarnos de regreso al hogar.
El arrepentimiento incluye un deseo
de detener la conducta pecaminosa
En la historia, el joven reconoció que su estilo de vida había causado
su enfermedad. No deseaba sanarse para volver a las fiestas. Lamentaba sus
elecciones y su estilo de vida. Su deseo era dejar atrás esa vida, regresar a
una relación con Dios.
No hay verdadero arrepentimiento sin un deseo de cambiar de
conducta. No podemos estar realmente tristes por nuestras decisiones a
menos que deseemos dejar de hacerlas. No quiere decir que no caeremos
alguna vez en nuestros hábitos antiguos, o repitamos malas conductas, pero
el deseo de cambio debe estar en nuestro corazón. El Espíritu Santo nos
habla y nos conduce, pero nosotros debemos elegir hacer el cambio, dejar
nuestras antiguas vidas para recibir vidas nuevas.
El perdón está disponible para todos
Cuando pedimos perdón, Dios nos lo da. Esta es una oración que Dios
siempre responde con un “Sí”.Siendo que él nos da el deseo de buscarlo,él
nos da el perdón que le pedimos cuando lo encontramos.
“Cuando pedimos bendiciones terrenales, tal vez la respuesta a nuestra
6. 38 ENSEÑANZAS DE CRISTO
oración sea dilatada,o Dios nos dé algo diferente de lo que pedimos, pero no
sucede así cuando pedimos liberación del pecado. El quiere limpiarnos del
pecado, hacernos hijos suyos y habilitarnos para vivir una vida santa. Cristo
‘se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo
malo, conforme a la voluntad de Dios y Padre nuestro’(Gál. l:4).Y‘ésta es la
confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme
a su voluntad,él nos oye.Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos
dem andado’(1 Juan 5:14,15).‘Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y
justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad’
(1 Juan 1:9y (El Deseado de todas las gentes, pp. 231,232).
La salvación viene por medio de Jesús
El hombre de la historia quería volver a Dios por el perdón,y reconoció
a Dios en Jesús cuando escuchó su voz. Nunca cuestionó que Jesús pudiera
perdonarlo, o que sus pecados fueran perdonados cuando Jesús habló.
Nosotros podemos tener la misma certeza. La salvación viene a nosotros
por medio de Jesús. Él vino a la Tierra para “buscar y salvar lo que se había
perdido”y por medio de su muerte, la salvación está disponible para todo
el que cree. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”(Hech.4:12).
Los líderes judíos que estaban allí en la casa de Pedro ese día querían
acusar a Jesús de blasfemia, de pretender ser Dios. No podían aceptar que él
era Dios, que estaba haciendo la voluntad de su Padre. Para Jesús, el poder
de sanar no era diferente del poder de perdonar.
Como el perdón, la salvación es algo que
se nos da hoy, no un día en el futuro
El paralítico no recibió la promesa de que sería sanado. Jesús lo sanó
y él se levantó y salió caminando. El don de la sanidad fue instantáneo.
Debemos creer que el don del perdón también fue instantáneo. Cuando
Jesús dijo: “Tus pecados te son perdonados”, la culpa del hombre
desapareció y él descansó en la aceptación de Dios en ese momento.
7. Capítulo 4: Salvación en tiempo presente 39
Así como fue perdonado, fue salvado. En ese momento, la salvación
también fue suya. No quedó grabada en piedra, pues continuó siendo un
hombre con libertad de elección. Podía apartarse de la voluntad de Dios otra
vez,y hacer elecciones malas. Pero como lo hizo con Zaqueo, la salvación le
llegó ese día.“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor,
la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno,
se lo devuelvo cuadruplicado.Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta
casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre
vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”(Luc. 19:8-10).
Tendemos a considerar la salvación como un evento futuro, un premio
para ser otorgado al final de la vida, o en la Segunda Venida. Pero la
salvación es un don que se da hoy Cuando creemos y aceptamos a Jesús
como nuestro Salvador, la salvación en ese momento es nuestra.
El camino a la salvación se transita mejor en grupos
En los tres evangelios donde se cuenta esta historia, Jesús reconoció
más que solo la del paralítico. “Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:
Hijo, tus pecados te son perdonados”(Mar. 2:5)?
Jesús vio que la fe de los amigos del hombre tuvo un impacto en la
curación del hombre. Él sabía cuánto estos hombres lo habían animado
a creer, cuántas historias le habrían contado y cuánto se interesaban en él.
Jesús reconoció la fortaleza del grupo y la diferencia que hacía.
¿Qué dice esto acerca del valor de la familia y los amigos? ¿Acerca del
valor de la familia de nuestra iglesia? Tal vez ninguno de nosotros puede ser
tan fuerte en la fe como todos nosotros juntos podemos serlo.
Podemos crecer en la fe al compartir unos con otros las historias
personales de nuestro caminar cotidiano con Dios. Nuestros testimonios
-nuestras historiéis de alabanza y esperanza- pueden ser la herramienta
espiritual de edificación más poderosa de la iglesia.
LA SALVACIÓN EN TIEMPO PRESENTE
Cuando Jesús habló acerca de la salvación, acerca de la “vida eterna”,
habló en tiempo presente. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan
8. 40 ENSEÑANZAS DE CRISTO
3:36).Cuando creemos en Jesús,tenemos“vida eterna”ahora.Si creer en Jesús
nos cambia por dentro, esto hace que nuestras vidas sean mejores desde el
primer momento. La vida eterna comienza cuando comenzamos a creer.
Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan
en abundancia” (Juan 10:10). Con fe en Jesús tenemos una vida más
significativa, una vida gozosa. El gozo que tenemos en la familia y con los
amigos se fortalece. La satisfacción que encontramos en un trabajo valioso,
en ayudar a otros, adquiere una importancia más profunda.
Cuando creemos, ¡el cielo comienza hoy! El pecado y el sufrimiento no
desaparecen, pero con nuestra captación limitada del amor de Dios y de
su plan para nosotros, podemos ver la eternidad que Dios está preparando.
Más aun, podemos descansar en el conocimiento de que nuestras vidas se
viven a la luz del amor de Dios.Sin importar qué ocurra, tenemos a un Padre
que se interesa por nosotros.