2.
Egipto surge en la prehistoria en estrecha relación con el río Nilo que atraviesa
el legendario país fluyendo hasta el mediterráneo y determinando su culta
existencia. Las crecidas regulares y periódicas que experimenta el caudal por
el deshielo de las nieves con el consiguiente desbordamiento de las aguas e
inundaciones de las tierras hacen la vida y la historia de Egipto. Las
inundaciones crean un limo que actúa como fertilizante natural de las tierras
favoreciendo la producción agrícola y en consecuencia, la concentración de la
vida humana a lo largo del valle del río. Incluso el año para los egipcios es
reflejo de esta peculiaridad geográfica. Se divide en tres estaciones según la
situación de las aguas del río. Es lo que se llama 'calendario nilótico'. Egipto es
el don del sol. Nada podría el Nilo con su limo fertilizador sin el sol que nutre
las tierras y las vivifica. El único astro que reina y domina en Egipto es el sol.
Él es el que cría las plantas, regula las inundaciones y funde las nieves. Es el
astro mágico que anima a las almas. Cuando vayáis a Egipto veréis que el día
empieza con un estadillo de luz. Las otras estrellas no brillan con el brillo como
lucen en las tierras altas del planeta tierra. Egipto es un país de tumbas. Más
acertado sería decir, Egipto está poblado de personajes vivos, si el vivir es
existir como espíritus y entes de razón. Las tumbas en Egipto son moradas.
Allá van a morar los difuntos con otra vida diferente pero no peor que la que
tienen cuando vivían.
3.
4.
Egipto es tierra de muchas cosas, es tierra de piedras. Tanto el Valle del Nilo
como el Delta carecen de madera. Los egipcios tuvieron que importar los
postes y las vigas de Siria. El limo del Nilo tampoco era un material muy
apropiado para elaborar ladrillos y recurrieron a los bloques de piedras.Ellos se
enorgullecen de haberlos descubierto y haberlos labrado. Egipto también es
tierra de jeroglíficos, llegando la caligrafía a perfección nunca superada. Una
piedra encontrada en 1789 en Roseta, en el Delta del Nilo, sirvió para descifrar
los jeroglíficos egipcios. Es tierra de dioses, polvareda de dioses. Entre los
numerosos dioses egipcios adorados bajo formas materiales, se distinguen dos
categorías. Los dioses de culto local, de ciudad y provincia, y los dioses
oficiales que se consideran creadores y cuidadores del mundo. Para ellos se
construyen los grandes templos. Se les representa como animales o con
cuerpos humanos y cabeza de animal o algún atributo de estos, con
representaciones teleomórficas. Anubis, dios de los muertos, se le representa
como un hombre con cabeza de 'chacal'. Horus,protector de los reyes en vida,
le representa el 'halcón' u hombre con cabeza de halcón que lleva el disco solar
sobre la cabeza. Isis, considerada como la esposa de Osiris y la madre de
Horus, es representada en ocasiones, con dos cuernos liriformes que
encerraban el disco solar. Osiris, dios de la fertilidad y del más allá se le
representa con una 'momia'. A él hay que rendir cuenta después de la muerte.
5. Algunos dioses del
antiguo egipto
Giedion escribe 'el origen de la religión descansa en el
anhelo del hombre por entrar en contacto con las
fuerzas sobrenaturales, el de prologar la vida y
continuar la existencia después de la muerte'.
6.
Este último pensamiento es muy importante para los egipcios. Creían que el
hombre se componía de elementos materiales y espirituales. Entre ellosestaba
el Ka, que continuaba después de la muerte en la tierra. Durante el día estaba
fuera y durante la noche descansaba en el cuerpo. Era el elemento de fuerza
vital, como un doble mortal que confiere a la persona protección y vida en el
más allá. Abandona el cadáver y está condenado a vagar siempre pero si
consigue volver al cuerpo, volvería a la vida. Para que esta segunda existencia
fuera posible, había que asegurar el mantenimiento eterno del cuerpo, de ahí
la momificación. El Ka no puede vivir solo, necesita el cuerpo. Las distintas
vísceras se colocan en unos vasos canopes o canónicos que representan los
cuatro hijos de Horus y sus cuatro hijos protegen cuatro partes del cuerpo:
Apis (mono), los pulmones. Duamutef (Chacal), el estómago. Amsite
(humano), el hígado y Aebsenuf, (gavilán), los intestinos. Después de la
momificación se celebra 'la apertura de la boca', conjuros que los sacerdotes
realizaban para atraer el Ka del difunto y mediante un instrumento tocaban la
boca del cadáver y el Ka penetraba nuevamente en él. También este ritual se
efectuaba sobre las esculturas que podían ser soportes del Ka si la momia se
destruía.
7.
Los rasgos de la vida de Egipto son propios de pueblos que como él han tenido la
oportunidad de envejecer y al igual que muchas grandes civilizaciones, también tienen un
pasado prehistórico. Es seguro que en esta época hubo un clima moderado en la última
época glaciar y pudo estar ocupado por cazadores-recolectores que manejaban primitivos
útiles de piedra. A los egipcios se les llama de etnia hamítica. Pero esto solo significa que
eran descendientes de Ham o Cam distinta a la de Sem. Se ha descubierto que eran
mezclas de distintas etnias. Hacia el quinto milenio antes de J.C. debió ser invadido por
comunidades de origen africano en posesión de útiles de piedra pulida y cerámica. Debían
conocer metales porque se habla de ellos como de hombres herreros. Lo más probable es
que vinieran siguiendo la corriente del Nilo Blanco y del Nilo. Así tendríamos dos
pueblos, los aborígenes y los herreros. Hay quienes opinan, Flinders Petrie, que en las
antiguas representaciones de los relieves de las tumbas aparecen seis tipos de Egipcios. De
cualquier modo, la historia de estos antiguos tiempos predinásticos la conocemos
vagamente por una serie de relieves grabados en pequeñas placas de pizarra a las que
llamamos paletas, aunque la información es incoherente y confusa. Esta es la dificultad de
la egiptología. Hay material muy abundante pero fragmentario. Y esto parece suceder
incluso en las primeras dinastías. Es al llegar a la dinastía decimoctava cuando ya no
existen dificultades, prácticamente, para interpretar las fuentes. En las anteriores
dinastías, los egiptólogos suelen tener grandes desacuerdos y conscientes de las
limitaciones que ofrecen los materiales manejados, no piden gran precisión en la
cronología histórica, aunque sí se ha formado cierta urdimbre sobre la que se sigue
tejiendo y retejiendo la historia de los hechos.
8. Periodo Tinita, I y II dinastía
En el Periodo Tinita, I y II dinastía (3.000 a 2.686 a.C.) es
cuando Egipto entra en la historia. En esta época el Alto y Bajo
Egipto (Valle y Delta) se unificaron bajo el poder de Menes, del
alto Egipto, al conseguir este rey vencer a los gobernantes del
norte, unifica las dos tierras y comienza la primera dinastía de las
treinta y una que se fueron sucediendo hasta el 332, año que fue
conquistado por Alejandro Magno. Con el mítico rey Menes se
unió el país, aunque cada reino mantuvo sus propias
características y sus símbolos. Cada reino tenía su respectiva flor
simbólica, el loto, para el sur y el papiro para el norte. Dos
coronas para el faraón, blanca del sur y roja del norte. Incluso al
faraón se le llamó 'Señor de las dos tierras'. En realidad el mayor
acierto del país fue considerar que su fuerza residía en la unidad
del Valle del Nilo bajo el gobierno del faraón y la consecuencia
más inmediata de todo ello fue la estabilidad interna que dio paso
a etapas muy fecundas aunque también se alternaron con
periodos de crisis.
9. El Imperio Antiguo
En el Imperio Antiguo que abarca desde la III a la VIII dinastía (2.686 a
2160 a.J.C.) comienza en Egipto un desarrollo importante cultivándose el Valle
del Nilo y regulando el régimen del río mediante un sistema de canales que
permite repartir el agua de la inundación, retardando al mismo tiempo la
desecación producida por la rapidez con que el nivel del agua decrece. Surge el
pensamiento religioso y la jerarquización de la sociedad en los diversos grupos
que van a conformarla. La capital se sitúa en Menfis, cerca de la cabecera del
delta del Nilo, al sur del Cairo, originándose en sus inmediaciones grandes
necrópolis. Alcanza el máximo desarrollo en la III dinastía con el faraón Zoser
(Djeser) con el conjunto mortuorio en Saqqara. En la IV dinastía con Snefru,
se construyen las pirámides de Gizah. Kheops, Khefren y Mikerinos. Durante la
V dinastía tuvo lugar la idea del KA que posteriormente fue elaborada por los
teólogos heliopolitanos e incorporada a su sistema religioso. La idea más
cercana al concepto del Ka es la de la fuerza vital. El rey recibía el KA de la
divinidad que luego lo dispensaba al pueblo. A través del Ka, el rey era la
manifestación de la divinidad. Las estatuas funerarias estaban estrechamente
relacionadas con el Ka. Los egipcios no consideraban las estatuas funerarias
como la representación de los muertos sino que dichas estatuas estaban
existencialmente relacionadas con los muertos a través del KA.
10.
Durante el primer periodo intermedio que comprende
las dinastías IX a la XI (2.160 a 2.065 a. J.C.) disminuye la
autoridad del faraón que es un monarca absoluto con carácter
divino frente a la progresiva independencia del alto
funcionariado, cayendo el país en la anarquía, dividiéndose y
produciéndose una gran crisis de valores.
El siguiente periodo, el Imperio Medio, comprende las dinastías
XI a la XIV (2.065 al 1.650 a. J.C.). La llegada de Mentuhotep
II, faraón de la XI dinastía, puso fin al desgobierno, reunificando
el país. La capital se trasladó al sur, a Tebas. Destacan en esta
época la construcción de los templos de Luxor y Karnac, aunque
fueron finalizadas en el Imperio Nuevo, en el que se realiza el
templo funerario de Mentuhotep. Hoy Tebas se encuentra
ocupada parcialmente por las ciudades de Karnac y
Luxor, identificada también en el Antiguo testamento como la
ciudad de Amón.
11. Segundo Imperio Intermedio
Sigue a continuación, el segundo periodo intermedio, desde la XII a la XVII dinastía.
(1.650 a 1.550 a. J.C.). Es un periodo de crisis provocado no sólo por la decadencia interna
sino por la invasión de los hicsos, tribus asiáticas que invaden Egipto hacia el 1730 antes
de J.C. estableciendo su capital en la parte oriental del delta, Abanis. Su poder solo duró
150 años y fue efectiva en el delta y en el Egipto medio, ya que en el sur solo se pagaba
un pequeño tributo. Los hicsos introdujeron el carro con caballo, elemento con el que luego
los egipcios los expulsaron del país. Otra aportación significativa fue el arco.
El llamado Imperio Nuevo abarca desde la dinastía XVIII a la XX.(1550-1080 a. J.C.).
En esta época alcanzó Egipto el periodo más brillante de su historia. Logró una importante
expansión territorial. Los tebanos expulsaron a los hicsos y reunifican el país, vencen a los
asirios y se enfrentan a los hititas. Comienza a generalizarse el lujo ya que afluían las
riquezas procedentes de botines de guerras y de tributos anuales y hay un gran impulso
constructivo elevándose los templos de Luxor, Karnac, Abu-Simbel y la tumba de
Tutankhamon. A finales de la dinastía XVIII, Amenofis IV, que cambió su nombre por
Akhenatón, impulsó una especie de revolución religiosa que sustituyó al dios Amón, a
comienzos del Imperio Nuevo, por el culto a Atón, que fue considerado dios protector de la
dinastía, pretendiendo imponer una religión monoteísta. Esta revolución no fue sólo
religiosa o ideológica, sino que también alcanza el arte. Trasladó su capital a Tell el
Amarna. Duró escasamente 20 años. Su sucesor restableció el culto a Amón y trasladó la
capital a Tebas.
12. Tercer Periodo Intermedio
En el tercer periodo intermedio, también conocido como época Tanita, debido a su capital
Tanis, comprende desde la dinastía XXI a la XXV (1069 a 664 a. de J.C.), ninguna autoridad
política egipcia conseguirá la unidad del estado. La región del delta, que siempre había tenido una población
más cosmopolita, vivió iniciativas políticas de individuos de origen libio que reclamaban para sí la
representación de esta monarquía milenaria, pero que no fueron capaces de controlar casi más que el
territorio del Bajo Egipto. Mientras tanto, en el sur, algunos señores nubios reclamaban la autoridad sobre
el valle. Todo el Próximo Oriente se encontraba, por entonces, bajo dominio de los Asirios, que habían
establecido un imperio de control político y tributario sobre muchos territorios, incluso sobre Egipto. La
dinastía Saita (dinastía XXVI), en el delta, iniciada con Psamético I, se libró del yugo asirio y extendió su
poder por todo el valle. Estos soberanos de origen libio revitalizaron las tradiciones egipcias. Fue el
fenómeno más interesante. Las estatuillas de bronce de animales, hechas para ser colocadas como
ofrendas votivas en los templos por ejemplo halcones o ibis (el pájaro de Thot), o las numerosas esculturas
de gatos dedicadas a la diosa Bastet, forman parte de esta revitalización del culto a los animales en esta
época. Ningún gato tuvo nunca las proporciones del gato de Bastet o estuvieron sentados tan
derechos, pero son precisamente esos rasgos los que le confieren su atractivo.
En el llamado Periodo tardío desde la dinastía XXII al 2º Imperio Persa (664 al 332 antes de J.C.).
Desde el siglo VI antes de J.C., Egipto se convirtió ya en provincia de sucesivos estados. En el 525 antes de
J.C., el rey persa Cambises lo incorporó a su imperio como una de las satrapías más occidentales. En 332
antes de J.C., Alejandro Magno lo conquistó como parte de su gran imperio oriental y fundó Alejandría, que
desde entonces se convirtió en la capital del estado. Transcurrieron tres siglos bajo los tolomeos (332 al 32
antes de J.C.) y en el año 32 antes de J.C. una descendiente de esta dinastía helenística, la reina Cleopatra
VII, se vio implicada en las luchas de los últimos momentos de la república romana. Aliada con Marco
Antonio, ambos fueron vencidos por Augusto. En el año 31 antes de J.C. Egipto se convierte así en
provincia romana. (32 al 395 después de J.C.)