1. Prolactina:
Es una hormona adenohipofisiaria y entre sus funciones principales en la parte
reproductiva están:
-Estimulo de la producción láctea
-Mantenimiento del cuerpo lúteo cíclico
-Mantenimiento del cuerpo lúteo en el embarazo
-Participa en el control de la espermatogenesis
-Estimula la síntesis del receptor LH en ovario y testículo
Liberación y control de la prolactina: a nivel del Hipotálamo
PRF: factor liberador de prolactina
PFI: factor inhibidor de la prolactina
TRH: hormona liberadora de la tiroestimulante
Estrógenos
Serotonina
Cuando hay producción de leche en un estado de amamantamiento es una situación
denominada galactorrea que se acompaña con alteraciones del la función reproductiva y
que producen infertilidad transitoria.
Los niveles altos de prolactina producen una inhibición de LHRH lo cual produce una
inhibición de la LH-FSH inhibiendo la capacidad de concepción de la hembra, otro caso
de hiperprolactinemia son tumores a nivel de las células lactotrofas a nivel de la
adenohipofisis.
Fases del parto de la perra
Como norma general el parto se divide en tres fases.
Primera Fase: relajación y dilatación del cuello uterino. Esta fase tiene una duración
variable (de 2 a 12 horas), aunque normalmente dura unas 4 horas. En las hembras
primíparas o de primer parto puede alargarse hasta las 36 horas. En este momento la
perra se pone más nerviosa e inquieta y deja de comer. Tiembla, jadea y puede vomitar.
Los labios vulvares se engruesan, su vuelven blandos y colgantes y se escapa por la
comisura inferior un líquido viscoso, pegajoso y blanco-amarillento que se une a los
pelos de la cola y los ensucia. En algunos casos se pueden apreciar contracciones
uterinas, pero siempre de débil intensidad, y la perra puede destrozar su cama,
probablemente como reacción al dolor.
Segunda Fase: expulsión de las crías. Esta fase se caracteriza por fuertes contracciones
uterinas (de 50 a 60 segundos de duración con intervalos de 3 a 6 minutos) y por un
esfuerzo ostensible. Muchas personas identifican esta fase con el parto propiamente
dicho, simplificándolo y desconociendo, por tanto, unas manifestaciones cuyo
conocimiento será de gran importancia en el caso de que fuese problemático. La perra
se lame la región vulvar entre cada contracción, especialmente cuando se ha roto el saco
fetal y se libera el saco placentario, momento en que los propietarios pueden notar un
líquido claro saliendo por la vulva. Una vez que la cabeza o la pelvis del feto alcanzan
2. el anillo pelviano de la perra, se estimulan fuertes contracciones abdominales cada 2 a 3
minutos que se intensifican a medida que la cabeza y los miembros se introducen a
través del cuello uterino. La duración de esta fase del parto es extremadamente variable
para cada perra y para cada cachorro en una misma camada. Sin embargo, como norma,
no debe permitirse que transcurran más de 6 horas desde la expulsión del primer
cachorro, ya que es probable que tenga lugar la separación de la placenta en este
momento y la vida de los demás cachorros podría verse amenazada. El intervalo entre
nacimientos es igualmente variable para aquellas perras que alternan las fases primera y
segunda del parto. El segundo y siguientes cachorros se deberán expulsar tras intervalos
de contracciones inferiores a 30 minutos. Se deben considerar como anormales los
intervalos de descanso de más de 4 horas. Es frecuente que el parto de una camada
numerosa se prolongue hasta 24 horas. Las perras con buen instinto maternal limpiarán
y amamantarán a sus cachorros entre los sucesivos alumbramientos y probablemente
será mejor permitir esto que retirar los cachorros a medida que nacen y devolverlos a su
madre al final del parto. Esta acción limpiadora mediante el lamido ayuda a estimular la
función cardiovascular y respiratoria en los cachorros y la excitación de los pezones en
el amamantamiento contribuye a la descarga de oxitocina, lo que constituye un
elemento regulador de la expulsión fetal.
Tercera Fase: expulsión de las placentas. En esta fase se expulsan las membranas
fetales. Los perritos pueden nacer con las membranas intactas o simplemente unidos por
el cordón umbilical a la placenta que permanece en el tracto genital. En este último caso
la placenta se expulsará por separado antes, durante o después de nacimientos
posteriores. Una secreción espesa verdosa (loquios) acompaña la separación placentaria
y puede observarse en las tres etapas del parto y hasta 3 a 6 semanas después de haber
finalizado. El permitir que las perras coman las placentas o no es un asunto de
preferencia personal, aunque se ha sugerido que las hormonas placentarias pueden
favorecer la involución uterina y la producción de leche. En el caso de grandes camadas
probablemente sea desaconsejable dejar comer todas las placentas, pues puede producir
problemas digestivos a la madre.