3. Había una vez un niño llamado Mathías,
todos los días caminaba con su madre María
a la escuela, en el camino se encontraban a
diario con un cachorrito que los
acompañaba hasta la escuela, el pequeño
cachorro se alegraba mucho al ver a Mathías
y a su madre cada mañana.
Cuando el pequeño cachorro aparecía en
el camino para acompañar a Mathías a la
escuela, el niño sentía una gran emoción
al verlo.
4. En el morral de Mathías no podía faltar un hueso
para darle de comer a su peludo amigo.
Al dejar a Mathías en la escuela, su madre
observaba que el cachorro se quedaba en la
puerta de entrada, esperando la hora de
salida para volver a jugar con su hijo.
Lo que Mathías no se imaginaba era que su
madre, la señora María, pensaba algún día
llevarse al cachorro a vivir con ellos, pero
algo no terminaba de convencerla.
5. La abuela le respondió:
-¡Tener una mascota es gran responsabilidad¡
¿Crees que Mathías esté listo para sacarlo a
pasear, asearlo, darle de comer y todos los
demás quehaceres?
- La madre respondió:
Una vez en casa la señora María hablaba
con la abuela, de su gran idea de traer al
pequeño cachorro a casa, comentándole la
gran amistad y cariño que observaba entre
ellos.
- Yo pienso que Mathías sí lo cuidará,
tienes que ver como cada día le lleva
comida. Eso es responsabilidad.
6. La abuela no se opuso a la idea de tener
al pequeño cachorrito en casa. Ese mismo
día la madre salió en busca del cachorro,
que estaba en la escuela, lo llevo a casa y
espero que Mathías saliera de clase.
Todos los días al sonar el timbre de salida,
Mathías se alegraba, pues sabía que el
pequeño cachorro lo estaba esperando en
la puerta de su escuela.
7. Pero ese día a la salida, no encontró al
cachorrito, solo vio a su madre. La cara de
tristeza de Mathías fue de inmediato.
La madre para consolar a su hijo le dijo:
- Tranquilo Mathías, tal vez el pequeño
cachorro esta distraído en otro lugar.
Cambia esa cara, al llegar a casa te
encontraras una sorpresa.
El niño muy preocupado responde:
-Pero madre él siempre me acompaña, es mi
mejor amigo.
8. Continuó triste todo el camino, la
madre solo pensaba en la alegría que
sentiría su hijo al llegar a casa y ver la
sorpresa que había preparado.
En casa, la carita de Mathías
cambió, la sonrisa apareció en su
rostro después de ver al cachorro
con ellos.
9. Mathías fue a su encuentro, lo acarició
y decidió llamarlo Enzo, la alegría que
sentían ambos se les notaba.
Jugaron toda la tarde en el patio.
Mathías le enseñaba nuevos trucos a
su nueva mascota Enzo.
La madre no podía estar más
contenta por la decisión que tomó
de traer al pequeño cachorro a casa
que aún seguía acompañándolos
todos los días a la escuela.
FIN.