El Profesor Heurístico y la Construcción del Modelo Nanoeducativo

El Profesor Heurístico y la Construcción del Modelo Nanoeducativo 1
Iten Mario Mendoza Camacho

EL PROFESOR HEURÍSTICO
Y LA CONSTRUCCIÓN DEL MODELO NANOEDUCATIVO

ITEN MARIO MENDOZA CAMACHO

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A mi Padre Divino
Por crearme humano y obsequiarme vida, no fallaré en nuestro pacto:
Mientras me des aliento, seguiré avanzando; que los obstáculos son externos,
decisiones ajenas; la voluntad de no parar, convicción personal, mi ofrenda a
ti. Al final del camino estás Tú, no he de recoger carga alguna por preciosa
que sea, pues nada ante tu presencia, más que mis actos he de llevar, solo por
estos y sus frutos me has de valuar.

A mi Santa Madre
Profesora Adela Camacho Hernández, de quien todo lo que soy, es humilde
reflejo de su grandioso ser; Madre, espero ser digno ante tus ojos. ¡Gracias
totales!

A mis hijos
Mis cachorros, mis más grandes logros y compromiso para con el Señor, si
quiero un mundo mejor, es para ustedes; sean siempre hombres y mujeres
libres, de bien; voluntariosos y de honor; pero humildes, bondadosos,
generosos, leales y justos; sobre todo, sean humanos, sean felices hijos míos.

A mi familia y seres queridos
Gracias por su cariño y aliento en las diversas etapas de mi vida; a la
memoria de mis queridos abuelos, Profesor y Doctor Mario Camacho
Espinoza, y Sr. Iten Covalin, ambos, grandes pilares y faros en mi
conformación; mis hermosas abuelas, Dra. Martha Hernández Vda. De
Camacho y Lulú Ferré Virgilio, grandes amazonas de su tiempo; a mi amado
padre Sr. Juan Raúl Mendoza Ferré, a mis tías, en especial, Golda Covalin
Ferré.



A mis congéneres
Hermanos y hermanas de trinchera en esta oscura batalla por la defensa del
libre pensamiento y divino derecho a la felicidad; Quienes no capitulan ante
el enemigo, hidra de mil cabezas globalizadas, que apuesta a quitarnos
nuestra más poderosa arma defensiva: La voluntad.

A la Universidad del Sur
Alma Mater Studiorum, al Excelentísimo Rector, Dr. Efraín Gutiérrez y
Rodríguez, y en lo particular, por su apoyo académico, al Vicerrector
General, Dr. José Antonio Gutiérrez y Rodríguez; a todos mis compañeros y
maestros, en especial, a la Dra. Xochitl Valdéz Portillo, querida compañera y
admirada educadora de preescolar, de quien aprendí el lado humano de la
educación.



ÍNDICE
Pág.

PRÓLOGO………………………………………………………....……. 6

PREFACIO………………………….…………………………………… 9

CAPÍTULO PRIMERO:
RETROSPECTIVA EDUCATIVA……………………………………... 16

CAPÍTULO SEGUNDO:
INTROSPECTIVA A LOS SISTEMAS EDUCATIVOS
CONTEMPORANEOS…………………………………………………. 32
CAPÍTULO TERCERO:
PERSPECTIVA DEL PROFESOR HEURÍSTICO…………………… 46
CAPÍTULO CUARTO:
PROSPECTIVA METAEDUCATIVA, LA CONSTRUCCIÓN
DEL MODELO NANOEDUCATIVO................................................. 120

EPÍLOGO………………………………………………………………. 160

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………… 166



PROLÓGO

Los cambios constantes que se dan en la sociedad y en el conocimiento
contemporáneo obligan a las instituciones educativas a asumir esta realidad
cambiante como consustancial de su rol actual. La universidad debe ser puerta
abierta y dar respuesta al dinamismo y a las exigencias de la sociedad del
conocimiento.
Es así, que desde hace varios años dentro de la imponente selva del Estado de
Chiapas, México, la Universidad del Sur nace con el afán de brindar a jóvenes
y profesionales alternativas de formación universitaria, ofreciendo carreras
necesarias para impulsar la productividad del Estado y el País, fomentando la
libertad de pensamiento en nuestros estudiantes, fortaleciendo las habilidades
de emprendimiento, privilegiando la creatividad, esfuerzo y conocimientos de
nuestros emprendedores para integrarse en el complejo ambiente laboral, para
que encuentren su trascendencia en el servicio a la sociedad.
Por otra parte, en lo que a formación de cuarto nivel se refiere,
específicamente el Doctorado en Educación, representa terreno fértil donde se
germina y se forman voluntades que le permite a nuestros egresados presentar
sus propuestas de solución a la gran tarea que tenemos todas las universidades
latinoamericanas de convertir a la educación en un acto emancipador y eje
central del crecimiento cultural y demás facetas de la vida nacional. En aras de
engendrar una nueva idea de universidad que conlleva los elementos que se
requieren para dar respuesta al gran desafío que representa el ingreso de
nuestra región latinoamericana a la sociedad del conocimiento, la información
y el aprendizaje permanente en un contexto globalizado y de apertura a
grandes espacios económicos. Esta nueva idea de Universidad joven y con
espíritu de grandeza; como lo es la Universidad del Sur, parte de tres
paradigmas fundamentales característicos del siglo XXI, como lo son: el
desarrollo humano sostenible, la cultura de paz y la educación permanente.
Tópicos estos que son abordados desde una perspectiva sencilla, fresca, pero
no menos profunda y concienzuda en la obra del Dr. Mendoza denominada: El
Profesor Heurístico y la Construcción del Modelo Nanoeducativo.


El Dr. Iten Mario Mendoza, es egresado de esta Institución, de la Vigésima
Cuarta generación del Doctorado en Educación y dentro de las aulas de clase
lo atraparon interrogantes como: ¿Para qué se educa? ¿Cómo debe ser un
maestro innovador y eficiente? Las respuestas fueron emergiendo de la
dialéctica y reflexión constante, que ahora se pueden disfrutar en esta obra
literaria digna de ser leída por todos los que nos encontramos en este camino
del hecho educativo.
La obra, aunque se presenta con el modesto título: El Profesor Heurístico y el
Modelo Nanoeducativo, constituye una invitación positiva al actuar, ya que no
tiene entre sus objetivos romper paradigmas, ni ninguna otra pretensión de tal
envergadura. Sólo persigue desnudar una verdad dentro del quehacer
educativo, no con afán de crítica, sino más bien de una comprensión profunda
del fenómeno en estudio. Lo que se pretende es, que el docente reconozca en
sí mismo sus capacidades creadoras, sus responsabilidades como líder social y
formador de voluntades de sus educandos, asumiendo que quizás las
condiciones no son las mejores, que al proceso educativo mexicano hay que
priorizarlo dentro de los planes de gobierno, que el hambre y la exclusión
social hacen que la tarea de enseñar sea cada vez más dura. Pero que ninguna
de las realidades anteriores son excusas para ser mediocre y conformista, por
el contrario son experiencias que deben enriquecer el debate para replantear el
trabajo y el rol docente dentro de la sociedad mexicana.
Este libro aborda la problemática en cuatro temas marco, para comprender la
Retrospectiva, Introspectiva, Perspectiva y Prospectiva de la Educación
mexicana y el papel fundamental del profesor Heurístico, un docente creativo,
dinámico, que acepta el caos, la crisis y la incertidumbre como oportunidades
de cambio e innovación. Un ser humano dedicado a la tarea de enseñar,
esperanzado y esperanzador; que conoce las limitaciones de su entorno, pero
también apuesta por las fortalezas de su salón de clases, y sus asociados en la
tarea de educar como lo son los padres de familia. Finalmente, ofrece un
modelo más que operativo, enunciativo, abierto y perfectible, de las distintas
acciones que debe emplear el profesor dentro y fuera del salón de clases para
maximizar sus resultados esperados.



La obra del Dr. Mendoza, es el inicio filosófico de cómo pensar la educación
del futuro y de cómo hay que redefinir los modelos educativos priorizando los
verdaderos fines de las Ciencias de la Educación. Por tal razón, la Universidad
del Sur, avala esta creación literaria, por considerarla un digno aporte, que
invita a la reflexión del hecho educativo y al reencuentro con los más excelsos
valores humanos.

Dr. Efraín Gutiérrez Rodríguez
Rector Universidad del Sur.



PREFACIO

Los avances científicos y tecnológicos nutrientes de la titánides llamada
globalización, que en teoría estaban a nuestro servicio, se convirtieron en
grilletes invisibles de la más atroz forma de esclavitud padecida por la
humanidad; una que es adictiva, que exprime a sus esclavos, utilizando sus
vanos deseos como una droga, despertándoles un apetito insaciable por
consumir todo lo que tal modernidad produce.
En este contexto, el ser humano ha cambiado su individualidad, su voluntad
por baratijas brillantes, desechables; es necesario un despertar, un reencuentro
filosófico, humanista, una nueva clase de hombre y mujer que actúen como
insurgentes del libre pensamiento, del ejercicio de voluntad, guerreros
constructores al servicio de sus semejantes, teniendo como armas o
herramientas, voluntad y conciencia social, que despierten y alienten el juicio
crítico, de valores en las nuevas generaciones; por tanto, los profesionistas de
la educación, son la primera línea de batalla en tal frente.
Es el ser humano, formado profesionista en el seno de la titánides para ser
capataz de sus iguales, quien debe abandonar la mediocre comodidad que en
pago se le ofrece, para convertirse en libertador de conciencias y forjador de
voluntades; pues tiene la luz del saber, acapararla es mayor delito que negar el
grano y el pan, ya que estos conocimientos alimentan algo más grande que el
estomago del hombre.
Es ahora, cuando se necesita más que nunca, conciencias y voluntades unidas,
ahora que ya no basta para una revolución fusiles, pues el sistema, como un
virus, se ha nutrido de la sangre de los hombres, aprendió que no es la fuerza
física lo que le impulsa, si no su voluntad; por lo que cambió de estrategia, ya
no se requieren arsenales, ni ejércitos para conquistar, aprendieron que el ser
humano siempre se revela ante la injusticia, este nuevo orden mundial apuesta
a quitarle ese impulso, a dormir la conciencia con medios de control
tecnológicos masivos, vendiendo una falsa libertad y creando miles de
necesidades artificiales, para luego decirnos que podemos adquirir los
productos que cubran esas necesidades, incluso, que nos den felicidad, si nos


conducimos dentro de su esquema y nos esforzamos por seguir el ritmo
frenético que la modernidad impone, aún a costa de nuestro desarrollo
integral, de nuestra familia, de nuestro medio ambiente; por lo que nunca,
ningún sistema o régimen como el ahora conocido por globalización, había
logrado tal perfeccionamiento de la célebre fórmula: Al pueblo pan y circo;
no! ¡Al pueblo libertad y progreso de su género! No demos conformarnos con
menos.
Es ahora que necesitamos de la rebelión pacífica, de conciencias y voluntades
de los profesionistas en general, en especial, de profesores y maestros; pues
estamos inmersos en la cultura de lo rápido, de lo desechable, del consumo;
estamos devorando nuestro entorno y a nosotros mismos, esto se refleja en la
descomposición del tejido social y equilibrio natural; el profesionista que fue
a la escuela por la luz del conocimiento, no puede ser egoísta con tales
saberes, debe ponerlos al servicio de sus semejantes con una perspectiva
renovada y en beneficio de sus congéneres, en ese ejercicio profesional de
voluntad encontrará la satisfacción y felicidad, pues entenderá que el falso
dios del consumismo globalizado pide sacrificios, ya no es sangre el tributo,
exige conciencias, voluntades, y somos los profesionistas sus verdugos.
El presente libro no pretende ser una obra deontológica profesional o
educativa, ya existen tantos! Conocemos la materia como tema obligado,
entonces, ¿Por qué principios tan difundidos y rezados de la ética normativa
educativa son letra muerta en nuestro actuar profesional diario? La respuesta
es que antes de serlo, el profesionista, el profesor o maestro, es un ser humano
que germina fruto de la tierra en la que es plantado; es decir, antes que
profesionista, es ya un adulto joven, que en su tiempo fue niño, y todo ese
cúmulo de conocimientos adquiridos en su entorno familiar , educativo y
social le marcaron un código más crudo, el del ser, el de la vida diaria;
creándose la falsa moral profesional, una dualidad ética, entendiendo el deber
ser, como el discurso y postura obligada oficial; es desde la raíz, la familia y el
salón de clases, que esta doble moral basaba en el hipócrita egoísmo y
mediocridad, marcan profundamente a todos los niños y jóvenes, creando
patrones de grabado a un nivel ya inconsciente, que para cuando llegan a las
universidades, con modelos educativos comprometidos con el sistema de


poder, poco se puede hacer por ellos; convirtiéndose las instituciones de
educación superior en redituables negocios, meras empresas, fabricas de
fantasía, pues no conforman al sujeto, ni le ayudan a su equilibrada e integral
construcción interna en su beneficio personal y grupal, solo le recubren con
una capa exterior brillante, dejando su interior imperfectamente oculto.
Y es que el sistema de poder no necesita de más, el primer error de quienes lo
critican, empezando desde los programas educativos, así como las demás
directrices económicas y sociales en los que descansan los ejes rectores del
desarrollo social, es pensar que el Estado se equivoca, que es torpe e
ineficiente, porque constantemente implementa reformas a sus fracasados
programas educativos y sociales, parchando y remendando supuestos errores e
incompetencias con las reformas interminables que no permiten una
continuidad en cualquier rubro económico o social.
Nada más alejado de la realidad, el sistema de poder actual es exitoso, los
Estados modernos se han convertido en una cabeza de esa hidra conocida
como globalización, son meras sucursales tremendamente eficientes para los
fines de la titánides, y su alimento es el género humano; que mantienen en la
ignorancia y pobreza a la mayoría por interés a sus fines, no por ineptitud o
incapacidad para gobernar, y a los pocos necesarios como capataces, los droga
en la indiferencia social del egoísmo, son estos los profesionistas, funcionarios
de medio y alto nivel que conforman el esqueleto de instituciones que
soportan a la cabeza; en la ignorancia de unos y el egoísmo indiferente de
otros, nadie se percata de que si somos el esqueleto, la base, podemos
reorganizarnos, eso haría rodar a la cabeza, por ende, esta nos quita la
capacidad de movimiento o voluntad; así, cada quien con pasos erráticos, no
atinamos a movernos en conjunto y beneficio del colectivo social.
Es tal visión de esta realidad, propia del ser humano ilustrado en las escuelas
superiores a quien se le hace exigible, en lo que ocupa, nuestros profesores y
maestros, pues no tienen la excusa de la ignorancia, el que sea agente del
cambio social necesario que le rescate a sí mismo y a sus congéneres de este
imperio tecnológico globalizado, el cual, como el virus que es, no repara en
pensar que al utilizar como materia prima y desechable al ser humano,
permitiéndole que éste, a su vez haga lo mismo con su entorno, en un afán de


satisfacer comodidades más que necesidades; pronto no habrá un solo
ecosistema o hábitat mínimamente satisfactorio para la vida, llevando a la
extinción del planeta; siendo tal la ambición, que se destinan recursos
incuantificables a la conquista del espacio y nuevos planetas, con lo que se
podría, sin duda, solventar en la tierra las necesidades alimenticias y sociales
de toda la humanidad. ¿Por qué será esto? ¿La ciencia al servicio de la
humanidad como herramienta del progreso? No lo parece; la ciencia está al
servicio fiel de la titánides, y si nos ayuda o logra salvar a veces, es solo
porque en este u otro planeta, el ser humano es requisito indispensable, como
el combustible o alimento base para el funcionamiento de tal monstruo
globalizado.
Luego entonces, haciendo uso de lo más preciado que como ser humano
tenemos, la conciencia de voluntad creadora crecida por el conocimiento que
le da como si fuere un sexto sentido, la capacidad de hacer juicios críticos y de
valores elevados, el profesionista de la educación, como el de cualquier otra
ciencia o rama del conocimiento, debe como primer paso obligado llevar a
cabo un doloroso ejercicio, el de arrancarse la falsa piel o recubrimiento de
fantasía dado por el sistema de poder y verse a sí mismo tal cual, desnudo,
imperfecto y vulnerable, pero dotado de una revitalizada humanidad, que le
permitirá reconstruirse mediante el servicio a sus semejantes, para
eventualmente renovarse con un recubrimiento solido y verdadero, con el cual
ha de venir la plenitud de su ser.
El profesionista, sea cual fuere su ciencia o especialidad en nuestros días, tiene
la honrosa misión de guiar, dar luz a los cegados ojos de sus congéneres por
los destellos deslumbrantes de la modernidad; he aquí la finalidad de la
presente obra, la cual no fue concebida para remarcar conceptos o teorías
ajenas por reconocidas que fueren, ni hacer enciclopedia del tema, es un
sincero llamado a mis hermanos profesionistas en general, y profesores en lo
particular, educadores en el amplio sentido de la palabra, sin importar
denominación de maestros, facilitadores, catedráticos, entre otros, a cerrar
filas y servir a nuestro prójimo, a nuestros semejantes con los conocimientos
adquiridos; a recobrar la dignidad del ejercicio profesional y obtener de nuevo



un salario olvidado: el respeto y cariño de la comunidad, la dignidad del
servicio pues!
Dignidad, que nos aleje de la mentalidad del “embarque”, como entre
militares y policías se conoce, esa en la cual se deja de hacer por temor a las
consecuencias, en una mentalidad alejada de la legalidad y apegada a la
mediocridad, en la que nos confortamos pensando que: “nadie te agrade lo
bien hecho, pero comete un error y estarás perdido!”, hacer lo correcto es
difícil, porque constituye una obligatoriedad de congruencia futura en nuestros
actos, y es precisamente lo que nos impide recuperar a los profesionistas,
servidores públicos y profesores en particular, esa dignidad profesional, esa
confianza social perdida, esa nueva mentalidad de conciencia legal y voluntad
de servicio en pocas palabras.
No hay en verdad otro fin en la vida, que encontrar la plenitud, la felicidad en
el servicio, conste que tampoco se pretende hablar de religión o creencias,
pero hablar del ser humano sin hacerlo de su espiritualidad, seria estéril, como
estéril será todo profesionista que no abone al bienestar de su comunidad, pues
a fin de cuentas, para este imperio, no somos más que animales de engorda, al
habernos quitado ya nuestra fuerza de voluntad y conciencia social; los
profesionistas, en vez de vergüenza, actualmente se enorgullecen de ser los
más robustos y fuertes de todos en este criadero, por no decir chiquero,
olvidando cual es el destino de todos los animales de engorda, que entre más
grandes, mayor ganancia.
Demostremos pues, que somos dignos de algo más que un criadero virtual de
animales de engorda, que tenemos fuerza de voluntad, la suficiente para atacar
desde su interior a esta titánides, adoptando su propia estrategia de virus; es un
hecho indiscutible que nos devora, luego entonces, no opongamos resistencia,
pero trabajemos en ese recubrimiento como individuos, para cuando dé el
bocado, no sea alimento sino veneno el que ingiera, y desde adentro hacerla
explotar, para dar al género humano una nueva oportunidad, que no atina a ver
la luz, que confundidos, en últimos intentos de resistencia luchan, pero no
saben que el sistema se ha crecido tanto en los dos últimos siglos, que ahora
ya no basta que los hombres y mujeres den su sangre en revoluciones, porque
ya es inmune a esa vacuna, la sangre de los revolucionarios la fortalece en


realidad, por lo que el antídoto debe ser más potente y profundo, directo a sus
entrañas.
Este antídoto es la Metaeducación, una educación renacida en el seno
filosófico del humanismo, y su agente, un profesor que conoceremos como
heurístico, que se apoyará en un modelo Nanoeducativo alterno en
construcción; seamos, profesionistas todos, de la educación y otras ciencias,
esos agentes, anticuerpos que liberen al tejido social del virus llamado
globalización y sus aterradores síntomas, como lo son la pobreza extrema, la
ignorancia, la injusticia, la destrucción del entorno, ecosistemas y la
amputación de una parte vital del ser humano como su principal alimento, su
conciencia, su voluntad, en una palabra, su espíritu.
Ya que este virus se ha perfeccionado o mutado, con la eficacia de un asesino
serial y ha permeado al sujeto portador, la sociedad humana, hasta la médula;
Este “sistema virus” sabe de los efectos negativos que provoca, el ser humano
en sociedad es un huésped, al que pronto destruirá junto con su entorno; en
resumen, el programa concebido para el hombre mediante el contrato social de
vida común fue infectado de origen con un virus mutante, que actualmente se
conoce como el sucesor del neoliberalismo, el Régimen Globalizado; las
revoluciones armadas, luchas opositoras o cambios sociales parciales, son
reinicios que no lo afectan, solo lo modifican y afinan en su desempeño; por lo
que se propone, que para un virus social de este tipo, se necesita un antídoto,
una “vacuna”, y una buena fórmula es infectarlo desde su núcleo, no pelear
con algo tan monstruoso que se ha fortalecido durante siglos, si no hacerle
perder el equilibrio, y con su propio peso, derrotarlo.
Traducido a la realidad actual, no luchar contra la globalización y sus efectos,
si no adaptarse a ella, infiltrarse como elementos útiles al sistema, y activarse
como células autónomas pero resonantes todas en su conjunto, con acciones
individuales, utilizando los propios conductos de esta hidra; es la naturaleza
del modelo Nanoeducativo alternativo en construcción constante; si bien
pareciera una postura radical y beligerante, no se trata de cavar trincheras,
simplemente de reconocer el terreno que se pisa, de estar consientes de la
cruda realidad imperante; y con esa perspectiva, emprender un camino de
construcción, positivo y de finalidad humana.
Y tan no se trata de una mentalidad de guerra, que la propuesta del presente
libro, se enfoca en la alianza estratégica con las problemáticas y crisis
educativas, para desde su comprensión interna, desmarcarse en el momento


oportuno, y darles solución; es decir, ni profesores conformistas y cómplices
del régimen, ni profesores reaccionarios que abandonen su salón de clases
para unirse a protestas por las calles en contra del sistema; ambas posturas
perjudican a los que realmente importan, los educandos; se propone un
profesor equilibrado, con una perspectiva realista y capacidad prospectiva
heurística que le den ventaja sobre el poderoso, pero lento accionar del Estado
a micro universos, como lo son, las aulas, en las cuales, se fomentaran todos
los preceptos humanistas y filosóficos, que permitirán a nuestro profesor,
desde la libertad de cátedra y respeto al programa oficial, emprender la
cruzada por una educación humanista de calidad.
A final de cuentas, todos los hombres y mujeres, profesionistas de la
educación o no, somos profesores o educandos en diversos escenarios y
momentos de nuestra conformación; la naturaleza misma del género humano
tiene implícita el proceso de enseñanza y aprendizaje, y si es algo que por
instinto hacemos, hagámoslo bien entonces, voluntaria y conscientemente;
todos somos educadores y educandos, todos somos seres humanos; re
direccionemos pues nuestro pensamiento y actuar, a una nueva perspectiva
educativa, no importa el Estado globalizado, importamos nosotros, olvidemos
la descalificación, negación o justificación, y pongamos voluntades en acción;
esa es la propuesta, la invitación, que debe, como toda postura propositiva,
superar la crítica y abonar a la construcción común que reditúe en el progreso
y bienestar del género humano.
Ese es el exhorto a nuestros actuales profesores y maestros, a que se
reencuentren con su vocación, con sus ideales, con su humanismo; que tengan
el coraje, inteligencia y voluntad de ponerlos en acción sin confrontación, pero
en beneficio de sus educandos, de los niños y jóvenes que tienen bajo su
cuidado y responsabilidad, con renovados bríos, ver mas allá del programa
oficial y su cumplimiento, prospectar el integral desarrollo de su grupo,
alejándose de aquellos conformados como mercenarios del saber o
mercachifles del conocimiento, para convertirse en apóstoles, humildes
peregrinos por los senderos del conocimiento, que guían a sus pupilos cálida y
desinteresadamente, impulsándolos a ser mejores que ayer, a conformarse
mediante el pensamiento crítico-reflexivo y ejercicio de voluntad creadora, en
hombres y mujeres integrales, vinculados entre sí, equilibrados y funcionales,
en seres humanos felices, productivos, respetuosos de sus semejantes y de la
naturaleza.
Lo anterior, se traducirá en una nueva cultura de esfuerzo, de respeto a la
legalidad, de inclusión, diversidad, pluralidad y equilibrio, que permitan un


saneamiento y regeneración social que emerja de las aulas, de las escuelas;
alejados del perverso discurso institucional; la realidad es que la globalización
no quiere un tejido social sano! por la simple razón de que un virus, un cáncer
no puede vivir en un tejido sano! Esa restauración, esa regeneración debe
gestarse en las conciencias y voluntades de los hombres y mujeres
comprometidos con su género; debemos pensar por nosotros mismos, dejar de
movernos en automático, cual “zombies tecnológicos consumistas”,
desvincularnos de la ciencia y tecnología, no permitir una era infrahumana,
para emprender la construcción volitiva del ser, vinculación humana y
regeneración social; estos hombres y mujeres, profesores y profesoras
heurísticas, se apartarán de los demás renegados inconscientes de su género,
para trabajar duro, en su despertar y emancipación a temprana o mediana edad
preferible, en una nueva vinculación al interior del aula, mediante una
Metaeducación filosófica y humanista.



CAPÍTULO PRIMERO: RETROSPECTIVA EDUCATIVA

La educación ha sido viciada de origen, condicionada a sistemas educativos al
servicio de entes sociopolíticos denominados Estados, los cuales sin importar
su ámbito temporal o territorial han visto en ella -más que una herramientaun arma poderosa de contensión y uniformidad social; este secuestro de la
educación ha sido desde el principio de los tiempos, cobrando como rescate su
lado filosófico, en los cuales el ser humano -hombre y mujer- determinó
asociarse para el bien común, pactando colectivamente; y dentro de estos
términos, al nacer los primeros Estados, como forma de organización y
conjunto de Instituciones encaminadas a regular la vida del ser humano en
territorio y tiempo determinado, nació también un concepto distorsionado de
la educación, el cual a nuestros días se traduce en capas milenarias de
formación social, la cual no por ser ancestral deja de ser equivocada.
Uno de los primeros errores que encontramos en la educación, tal y como la
conocemos hoy, es pensar que tiene un origen netamente occidental y que aún
conserva los postulados filosóficos que la vieron nacer, remitiéndonos
instintiva y evocativamente a la antigua Grecia, en la cual fijamos el
romántico escenario que sustenta todo lo que socialmente hoy somos,
formados por las corrientes de pensamiento clásico, las cuales tenemos
intocadas a nuestros días como si de reliquias sagradas se tratare, tomando a
sacrilegio y con descalificación a priori todo aquello que intente un aporte
desde otra óptica; minimizando culturas primarias y sabidurías ancestrales que
en realidad fueron materia prima para esas primeras Ciudades Estado1, que
mediante la fuerza militar arrasaron conquistando todo a su paso, imponiendo
su normatividad al tiempo que absorbían de reinos conquistados esos
1

- Las primeras ciudades-estado se hallaban al sur de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, en el
territorio de Sumer. Los ciudadanos ya practicaban una cultura agraria. Alrededor del siglo IV a. C. los
ciudadanos ya controlaban las aguas y las aprovechaban al máximo. Allí surgieron las ciudades-estado que
eran muy independientes. Ejemplo de estas ciudades lo constituyen Grecia y Mesopotamia en Occidente y de
obligatoria referencia en Centro América la Cultura Maya, que ubicados en la Península de Yucatán y el
sureste de México, tuvieron un sistema de ciudades-estado similar al de los griegos, siendo de las más
importantes Chichén Itzá, Uxmal, Palenque y Calakmul en México, Copán en Honduras, así como Tikal y El
Mirador en Guatemala. Abbagnano, N y Visalberchi, Y. Historia de la Pedagogía. (1964) Fondo de Cultura
Económica, México.



conocimientos ancestrales 2, sobre los cuales luego habrían de brillar grandes
mentes, llámense Aristóteles, Sócrates o Platón, personajes de los cuales
abiertamente se sabe de sus viajes a la India o sus teorías y relatos de
Ciudades Estado ya en esos remotos tiempos consideradas leyendas o luces de
grandes sabidurías perdidas, como lo es la Atlántida.3

2

- La Edad Antigua. Es una época histórica que coincide con el surgimiento y desarrollo de las Primeras
Civilizaciones y Culturas Antiguas, constituidas por Egipto, India, el pueblo Hebreo y China, las originarias.
Y culturas más jóvenes hacia el Occidente, pero con mucho adelanto en su organización como Estado, que
son Grecia, Roma y Mesopotamia. En el caso concreto de los Griegos a quien se le atribuye gran parte de la
cosmovisión actual en cuanto a Ciencias Exactas: Matemáticas, Biología, Astronomía y Ciencias Humanas:
Filosofía; Literatura y Artes. Este período, es aquél que sigue a la gran conquista de Alejandro Magno,
denominado de la civilización helenística o helenismo. Pero debe señalarse que dicho florecimiento en
Grecia, (sobre todo en Filosofía) no fue auténticamente griego en su concreción ya que pueden señalarse
numerosos elementos orientales que integran dicha civilización, pues, China e India constituyen los
antecedentes históricos de la Filosofía y sabiduría Griega. El pensamiento filosófico, surgió a la vez en tres
zonas distintas del mundo: Grecia, China e India, aproximadamente en el siglo –VI. A.C. La época
helenística fue un periodo de profunda crisis, motivada por diversos factores, entre los cuales se pueden
considerar como importantes: la fragmentación del extenso imperio de Alejandro Magno, la desaparición de
la polis como lugar autónomo, una fuerte recesión económica, entre otros. Factores que provocaron un giro
decisivo en el hombre helenístico, que se va alejando de las cuestiones cívicas para volverse más hacia sí
mismo (eje central de la filosofía china). Este giro, en el que la polis pierde su importancia y la gente
empieza a sentirse como una pequeña parte de un gran imperio con un vasto territorio, implica también el
cambio hacia una nueva forma de entender las cosas. Los filósofos buscan otros caminos para conseguir que
el individuo pueda ser feliz al margen de la colectividad. Por ello además de buscar el conocimiento, buscan
también la parte práctica del mismo, (otro elemento importantísimo de la filosofía China, ya que ella supone
una práctica más que una reflexión) la que les proporciona otra forma de entender los cambios, que les
pueden conducir hacia la felicidad. El concepto de felicidad (eudaimonía) tiene hoy en día un significado
muy diferente al que tenía en otros tiempos donde se entendía como un paso para alcanzar un estado, como
un logro personal. Este importante cambio influyó decisivamente en la forma de pensar y de afrontar las
cosas de los griegos. Lo que antes estaba centrado en la polis y sobre todo en Atenas, ahora se repartía por
extensos lugares, y los ciudadanos empezaban a considerarse cosmopolitas y no solo politas. Los centros de
influencia seguían siendo las ciudades, pero Atenas tenía que compartir su importancia con Alejandría,
Antioquia, Pérgamo o Esmirna, ciudades que se esforzaban en atraer a todo el mundo cultural. Los filósofos
de esta época de desentienden de la política y de sus deberes ciudadanos que ya no entienden ni comparten y
se esfuerzan en buscar soluciones individuales para conseguir la felicidad al margen de la colectividad. Por
esto, a las escuelas que surgen en este periodo se las ha llamado, a veces, escuelas de felicidad, porque lo
que buscan es precisamente conseguir la felicidad y compartirla con todos aquellos que se acerquen por sus
escuelas. En esta realidad griega, se entiende un volver incuestionable a la Filosofía del antiguo Oriente, ya
que supone más que un desarrollo del pensamiento una forma de vivir, como lo decían confucianos y
taoístas, abre, además, una perspectiva muy diferente con nuestra forma de pensar y sincretiza de manera
interesante elementos de ambas culturas, donde se supera la distancia histórica temporal de la antigüedad y
la distancia espacial. FARIÑAS, MARÍA DAISY. (2002). Historia del Mundo Antiguo. Ed: Pueblo y
Educación. La Habana.


3

- Cuando Platón describió la existencia de la Atlántida en sus diálogos Timeo y Critias, algunos autores
clásicos,
compañeros
de
filósofo,
comenzaron
a
interesarse
por
el
mítico
continente. Plutarco, Estrabón, Plinio el Viejo y Diodoro de Sicilia, entre otros, tratan este asunto en algunos
de sus escritos. Desde entonces, se han planteado infinidad de hipótesis para demostrar la existencia de un
continente, que con el paso del tiempo, ha llegado a convertirse en arquetipo de una civilización ideal. La
Atlántida siempre resuena en nuestros oídos como un viaje épico hacia el descubrimiento de nuestros
orígenes. Su nombre continúa estimulando nuestra imaginación. Según se dice, la Atlántida, era una tierra
abundante en recursos naturales, con una vegetación exuberante y la existencia de valiosos yacimientos
minerales, entre ellos los de plata y de oro. La gente que habitaba la Atlántida, era pueblo gozaba de un alto
nivel científico y cultural. En el centro mismo la Atlántida, sobre la cima de una pequeña colina, se
levantaban un palacio y un templo, en tomo a los cuales se extendía la gran ciudad, que medía 19 kilómetros
de largo. Alrededor de la colina, un amplio canal permitía el paso de barcos de vela. Alrededor de la ciudad,
otras vías de agua formaban círculos concéntricos; el canal que rodeaba la ciudadela se comunicaba con el
mar abierto a través de un sistema de muelles y puertos, que exportaban los valiosos productos del país a
todo el mundo conocido entonces. La Atlántida era un país rico y célebre; tanto que, a pesar de que
desapareció de la faz de la Tierra muchos siglos antes de la era cristiana, el nombre de la Altántida resulta
aún más familiar a los hombres de hoy que muchas de las naciones que le sobrevivieron. Los arqueólogos
saben hoy que la civilización de la Atlántida, tal como la describe Platón, es muy similar a la
desarrolladísima cultura minoica, que floreció durante la Edad de Bronce, hasta el siglo XV ac, en las islas
del mar Egeo. La cultura minoica desapareció bruscamente alrededor de 1470 ac, y hasta ahora nadie ha
podido explicar por qué. Sin embargo, hoy sabemos que alrededor de esa fecha el centro de la isla de Minas
de Kalliste (que se conoce actualmente como Santorín y está a mitad de camino entre Creta y Grecia
continental) estalló por obra de una erupción volcánica de incalculable poder destructivo. El cráter abierto
en medio de la isla fue cubierto de inmediato por el mar. Los hallazgos realizados hasta ahora en las
excavaciones permiten a los científicos precisar un cuadro estremecedor de los sucesos que se produjeron en
la isla hace casi 3500 años. El cráter lanzó al aire roca fundida y vomitó ceniza y piedra pómez sobre las
embarcaciones hacinadas de la posible Atlántida; la gente de los barcos, imposibilitada de escapar, sufrió
una muerte lenta, horrible, mientras el torrente de lava ardiente crecía y hacía irrespirable la atmósfera.
Para algunos habitantes de Minos o la Atlántida, la agonía terminó con la llegada de una ola gigantesca, tal
vez de 60 metros de altura, que barrió la isla y destrozó las embarcaciones. La enorme ola, que viajaba a
más de 240 kilómetros por hora, alcanzó pronto Creta, corazón del imperio minoico; el agua arrasó todas
las ciudades y aldeas a lo largo de la costa septentrional y destruyó el puerto que abastecía a la
capital, Knossos. La ola gigantesca prosiguió su marcha hacia la costa norte de África; allí sus efectos
pueden haber dado origen al relato del Viejo Testamento acerca de la separación del mar Rojo, que permitió
el éxodo de Moisés. También se ha propuesto una teoría según la cual la lluvia de cenizas provocada por el
volcán habría sido responsable de las plagas que azotaron Egipto y en las cuales se basó el relato bíblico. La
lluvia de cenizas abarcó un área de más de 16,000 kilómetros cuadrados. Platón. Diálogos de Platón.
(2003). Madrid, España.



Pensamientos o corrientes filosóficas que constituyen una base piramidal, que
por más de dos mil años ha sido andamiaje de todo Estado moderno, sin
atrevernos a presentar nuevas fórmulas, ya sea en nuestra forma de gobierno
democrático o nuestros modelos educativos, los cuales siguen replicándose de
forma cíclica y autómata, aun cuando en teoría se realizan constantes reformas
y propuestas, estas son siempre desde el mismo ángulo, por lo que el resultado
no ha variado significativamente, debido a su estrecha vinculación con el
pensamiento clásico occidental y compromiso institucional al interior de la
estructura de poder.
Es necesario dejar de lado la reverencia ciega a tales preceptos clásicos, los
cuales sin duda fueron base de nuestra cultura, pero que en la actualidad ya no
responden a los retos que enfrenta la sociedad humana, entendiendo que su
problemática requiere urgente una evolución integral en todos los ámbitos del
ser y del hacer, sin temor a excursionar en el saber, alejándonos de viejas
certezas, reconociendo nuestra incertidumbre y aventurándonos a encontrar
nuevos puertos, en el caso que nos ocupa, revolucionar nuestra visión y
expectativas de la educación, en cuanto a sus propósitos y fines.
En realidad, la historia de la educación es la historia del ser humano, desde su
edad antigua en culturas como la Egipcia, Hebrea, China, entre otras 4;
culturas casi olvidadas pero que fueron el caldo de cultivo del cual surgió esa
noción hoy aceptada y reverenciada de conceptualizaciones griegas o romanas,
cuando en realidad el único merito de éstas, fue el absorber la sabiduría de
pueblos y culturas en ese sentido más avanzadas, pero que por motivos
económicos o militares les llevaron a una dominación y extinción, quedando
en el olvido de los tiempos.

4

- Civilizaciones Antiguas. Egipto: fue una civilización que surgió al agruparse los asentamientos situados en
las riberas del cauce medio y bajo del río Nilo. La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3.000
años. Tiene una combinación única de características geográficas, situada en el África nororiental y
confinada por Libia, Sudán, el mar Rojo y el Mar Mediterráneo. El Nilo fue la clave para el éxito de la
civilización egipcia, ya que éste permitía el aprovechamiento de los recursos y ofrecía una gran ventaja lo
que significo para los egipcios el practicar una forma de agricultura menos laboriosa que en otras zonas,
liberando a la población para dedicar más tiempo y recursos al desarrollo cultural, tecnológico y artístico.
La vida se ordenaba en torno al desarrollo de un sistema de escritura y de una literatura independiente, así
como en un cuidadoso control estatal sobre los recursos naturales y humanos, caracterizado sobre todo por
la irrigación del fértil valle del Nilo, el comercio con las regiones vecinas. La motivación y la organización
de estas actividades dependían de una élite sociopolítica y económica que alcanzó consenso social por medio


No importa en qué edad del ser humano nos situemos, ni según quien, ya que
por ejemplo, para el poeta Romano Ovidio, en el Libro I de sus poemas Las
Metamorfosis, nos explica la edad de Oro, Plata; Bronce y Hierro; mientras
que, al otro lado del mundo, nuestro lado del mundo, dentro de las leyendas
del pueblo Maya, conocemos la narración que explica el origen del mundo y la
civilización -Popol Vuh-, y en todas ellas, no importa si Maya o Egipcia, la
educación estaba íntimamente ligada a la espiritualidad del ser y estructura de
poder.
Dentro de esta retrospectiva, encontramos que el segundo error en la
apreciación actual de la educación, es el desconocer la bifurcación de este
proceso de transmisión de costumbres, conocimientos y valores, enfocándonos
en su desarrollo histórico como parte de la evolución del Estado o ente social,
y olvidando que en sus inicios la educación estaba orientada al ser, a una
autentica transmisión genética de un pueblo a sus nuevas generaciones, y no
era su finalidad competencia o producción alguna, sino, perpetuar la esencia
de su pueblo.

de un sistema basado en creencias religiosas, bajo la dirección del Faraón, un personaje semi divino,
generalmente masculino, perteneciente a una sucesión de dinastías, no siempre del mismo linaje.
La India : La antigua civilización india ocupó la zona que hoy corresponde al estado de Pakistán y a la parte
occidental de la India. Este territorio limita al norte con la famosa cordillera de los Himalayas (la más
elevada del planeta) y hacia el sur con la península formada por la meseta del Decán; en la zona central
existe una amplia llanura que es irrigada por los ríos Indo, Ganges y Brahnmaputra. Socialmente en la India
se organizaban en castas, cerrados estamentos sociales de carácter vitalicio y que no reconocen la movilidad
social. Esta organización social de castas era considerada de origen divino y la cultura hindú la estimaba
una revelación, esto se desarrolló hace más de 3.000 años.
China, como cronología de una de las civilizaciones más antiguas del mundo con continuidad hasta la
actualidad, tiene sus orígenes en la cuenca del Río Amarillo, donde surgieron las primeras
dinastías Xia y Shang . La existencia de documentos escritos hace cerca de 3500 años han permitido el
desarrollo en China de una tradición historiográfica muy precisa, que ofrece una narración continua desde
las primeras dinastías hasta la edad contemporánea. La cultura china, según el mito, se inaugura con los tres
emperadores originarios: Fuxi, Shennong y finalmente el Emperador Amarillo Huang, este último
considerado como el verdadero creador de la cultura. Sin embargo, no existen registros históricos que
demuestren la existencia real de estas personalidades, las que de acuerdo con la transmisión oral de
generación en generación, habrían vivido hace unos 5000 a 6000 años. Consultable en http: //www.
ujaen.es/investiga/cts380/historia/civilizaciones_antiguas.htm



Es, con el nacimiento del Estado moderno que la educación se institucionaliza,
se estandariza en capsulas o píldoras que se suministran al interior de
instituciones educativas, dirigidas a los educandos de forma sistemática,
adoptando objetivos en beneficio de este ente colectivo, mas no del ser
individual; dejando en el discurso obligado las antiguas finalidades de
imaginación creadora y fortalecimiento de vínculos sociales que el sujeto
lograba mediante el entendimiento guiado de su universo, alcanzando con esto
el fortalecimiento de capacidades no solo físicas e intelectuales, sino de
aquellas propias espirituales a la naturaleza misma del ser humano, generando
entonces un equilibrio individual, que luego se reflejaba en una sana
convivencia grupal; concepción original contraria a la máxima actual de
Estados modernos, y comúnmente aceptada de que el bienestar común es lo
que importa, incluso por encima del ser humano, reducido a sujeto.
Está claro que al Estado Moderno no le interesa – aún cuando simula que- el
desarrollo emocional y espiritual de tal sujeto, pues lo considera únicamente
un recurso, el cual solo debe ser apto y competente para la producción, cosa
que claramente se encuentra reflejado en los planes y modelos educativos de
cualquier Estado que se quiera tomar como ejemplo; pues, sin importar
corriente ideológica o política, ninguno de ellos deja de ser esa persona moral
o ente socio jurídico, una mera empresa administrativa y económica, como tal,
buscará siempre la reducción de costos y el incremento de utilidades; que
encuentra el sustento en concilio de voluntades y cesión de libertades a su
favor por parte del individuo, y como tal, prioriza su subsistencia en base a la
normatividad, producción necesaria de bienes y servicios para satisfacer sus
necesidades internas, enarbolando las banderas de orden y progreso, lo cual no
deja de ser cierto, lo que no dice, es que tales ventajas lo son exclusivamente
para él; entendiendo entonces, que los fines del Estado siempre han de ser
opuestos a los del ser humano, el cual, escudándose en el progreso colectivo,
sacrifica su desarrollo intelectual, emocional y espiritual; así tenemos
inicialmente una educación filosófica ancestral, que era el conducto de
crecimiento, identidad y perpetuidad de una cultura, que tenía como principio
fundamental el autentico conocimiento y respeto del ser, y su entorno llámese
veneración a los ancestros, o respeto casi divino por la naturaleza, con la
finalidad de encontrar un equilibrio y lugar propio en su grupo social; esta
educación filosófica o de oro, cedió paso a la moderna, mediante un proceso
de perversión en el que los primeros Estados tomaran el control de la
educación, que antes estaba al acceso de todos sea en torno de una fogata, en
palabras de un chaman o gurú 5, sin necesidad de sistemas educativos, grados


o títulos más que aquellos que eran ganados por las propias acciones y
evolución del hombre y mujer en su comunidad, a una educación
institucionalizada para la cual, capacidades y habilidades del sujeto solo son
necesarias a desarrollar en la medida que fuere del interés y beneficio de estos
nuevos seres o entes colectivos llamados Estados; es tal visión de aldea
colectiva, con unidad e identidad propia, así como respeto a su ecosistema y
semejantes, que la presente obra pretende retomar mediante su propuesta.
La normatividad, en las cuales se sustenta los sistemas educativos no son más
que limitantes, en el discurso rezan que la educación es para todos, cuando
desde la antigua China, el Estado ya regulaba los procesos de enseñanza, la
cual fue dividida en su etapa elemental con la finalidad de mantener
tradiciones y unidad nacional, mientras que la enseñanza superior era
reservada para formar funcionarios y mandatarios; en tanto que en la India la
educación era de castas 6, esto nos demuestra que la educación como producto
y oferta del Estado se encuentra encaminada a definir el lugar en el cual ha de
crecer y morir un sujeto, lugar determinado desde luego por el propio Estado y
para el cual se le exige que tenga habilidades necesarias para el desempeño de
las tareas encomendadas.

5

- Hechicero que se supone con poder para entrar en contacto con los espíritus y los dioses, adivinar, y curar
enfermos, ver el futuro y aconsejar espiritualmente a su tribu. SHARON, DOUGLAS, (2004), Siglo xxi
Editores. C.A de C.V.
6

- La India además de las clases sociales existen las castas. Este sistema surge y se desarrolla básicamente
dentro de la religión hindú, La educación básicamente consistía en leer e interpretar los textos sagrados,
escritos en sánscrito, el idioma clásico que las masas de la sociedad no podían leer y entender. Era un idioma
difícil que se requería un alto nivel intelectual para aprenderlo. Así se creó una sección de la sociedad para
quienes sabían leer el sánscrito. Formaban la primera casta o la Casta brahmín y eran los responsables de
pensar,
interpretar
la
realidad,
dar
consejo…
Ocupaban una posición superior en la sociedad y se consideraban ser los más cercanos a Dios. Eran
respetados y gozaban de muchos privilegios. 2. El segundo trabajo importante que tampoco puede hacerlo
cualquiera era la administración de la sociedad y el Estado. Los administradores (los reyes y gobernantes)
formaban la segunda Casta khatriya o la casta guerrera. Este trabajo supone una serie de habilidades y
responsabilidades, como defender al estado o protegerlo o impartir justicia, algo en manos de unos pocos. 3.
El tercer trabajo era el Comercio. Cualquier persona no es capaz de hacer negocios, se requiere una mente
comercial. Así, los comerciantes formaban la tercera casta o la casta “viasya” o “vaishya”. También se
consideraba viasyas a los terratenientes y propietarios y personas con la responsabilidad de “producir” en
general. 4. La cuarta casta era la clase trabajadora como los agricultores, campesinos, los artesanos etc.
también llamados “sudras”. Forman la inmensa mayoría de la población. Pero existía una sección de la
sociedad. Eran quienes hacían los trabajos sucios o impuros. Incluso se consideraban físicamente impuros y
no les estaba permitido mezclarse con las demás castas. Consultable en http: //www:
lasociedadgeografica.com/tradiciones/las-castas-en-india-sociedad-geografica-de-las-indias/



Entendamos entonces, que la educación en su etapa filosófica o Edad de Oro,
murió por la espada conquistadora de las primeras Ciudades Estados e
Imperios, o en el mejor de los casos fue cautiva en aras de los intereses de
estos nuevos ordenes, con lo que debemos de entender al mismo tiempo la
hipocresía y perversión en el discurso de la educación institucional que evoca
valores y finalidades que no tienen cabida en su movimiento constante de
supuesto desarrollo pues -como ya se dijo- efectivamente se busca un sustento
y desarrollo, pero no es el del ser humano, si no el del Estado.
Luego, nos encontramos ante el tercer error de apreciación, al considerar que
es el verdugo quien nos dará la libertad, buscando en la educación
institucional el crecimiento y armonía espiritual del ser; dicho crecimiento
integral es responsabilidad de nosotros, no del Estado, estribando este tercer
error en esperar y exigirle al Estado una educación de calidad integral que
satisfaga todas las necesidades humanas, creyendo que es nuestro derecho a
exigir lo que es, en realidad una obligación y responsabilidad para con
nosotros mismos; pues si bien podemos encontrar instrucción de calidad en los
programas educativos, el verdadero progreso que conlleve a un balance y
estabilidad en todos los ámbitos al ser humano es una tarea encomendada a él
mismo -como soldado- cuya misión es la búsqueda del conocimiento y la
emancipación del pensamiento, valiéndose de todas las armas a su alcance,
sean o no institucionales, y no limitándose por ellas.
El sujeto que se encuentra contractuado a este pacto social, debe de hallar el
justo balance entre la educación institucional que no es más que una
instrucción practica para fines específicos, -lo cual sí le es exigible al Estadoy con base en esta, emprender la misión o cruzada en busca del Santo Grial
educativo, esa educación perdida o filosófica; el ser humano ya concedió
mucho al Estado, pero no puede escudarse en sus pérdidas para no luchar por
sus ganancias.
Existe la percepción equivocada de que la educación conoció sus puros y
elevados fines gracias al nacimiento de Ciudades Estado, como que si a
Grecia o Roma, le debiéramos la luz del saber cuándo con ellos no fue el
inicio sino el fin de una educación libre y universal, trasmitida de padres a
hijos y de ancianos a jóvenes, sin títulos ni programas y con el único interés de
preparar al individuo para un armónico vivir y servicio a sus semejantes en la
comunidad o aldea; lo que les permitió a estos nuevos colosos institucionales
tener ciudadanos lo suficientemente capaces para tolerar su existencia.


Tal luz, filosóficamente hablando, siempre ha ido de la mano como
característica principal del Ser Humano, fuere Chino, Africano, Hindú, u otro;
es decir, no tenemos nada que agradecerle a esos grandes periodos o culturas
fundadoras de Ciudades Estado o Imperios, pues tan cíclico como es la vida,
su nacimiento implicó la muerte de culturas primarias olvidadas, de las cuales
hasta hoy en día se admiran, sin comprender, sus grandes obras y su
integralidad cultural en respeto al medio ambiente; refugiándonos por
necesidad o consolación en la creencia de que los grandes pensadores nacieron
con esos Estados, que antes de ellos, todo era barbarie y oscuridad; tanto es así,
que llevamos más de dos mil años en el mismo sendero y con las mismas
reglas, por temor a aventurarnos al redescubrimiento de nuestra verdadera
identidad, y es que verdaderamente las culturas prehispánicas -en el caso de
México- por citar un ejemplo, no necesitaban de la masacre y violación
llamada descubrimiento o conquista para ser sociedades ,como ya se conoce,
avanzadas en muchos rubros del pensamiento y quehacer humano.7
Ellos, por continuar con el ejemplo, ya tenían un sistema establecido de
educación como el Calmécac 8 , que no era más que una escuela para los hijos
de los nobles Mexica en la cual eran entrenados para ser sacerdotes o
guerreros, maestros o gobernantes, educados en historia, astronomía y otras
ciencias, así como en la música, filosofía e incluso hábitos de limpieza,
teniendo especial importancia, la disciplina, valores morales así como la
tradición y los rituales; es de pensarse sí hubiere sido más fructífero para la
humanidad, que una civilización como la Azteca hubiere tomado iniciativa,
conquistando el llamado viejo continente, preguntándose entonces quiénes
serían los sabios a recordar y los valores a preservar.

7

- Dentro del territorio que actualmente abarcan los Estados Unidos Mexicanos se desarrollaron una gran
variedad de civilizaciones, cada una de estas civilizaciones tiene cosas en común, sin embargo también
cuentan con diversas características propias. Dentro del mosaico cultural que representan, sobresalen las
culturas: Olmeca, Maya, Tolteca, Azteca. Muchos historiadores suelen llamar a los Olmecas como la
“Cultura Madre de Mesoamérica”, ya que de ella tomaron rasgos comunes muchas de las culturas que se
desarrollaron posteriormente. En la última etapa del Preclásico, se inicio el proceso de decadencia de esta
cultura, y por otro lado comenzó a desarrollarse la cultura Maya. Quienes crearon un avanzado sistema de
escritura, que ha sido descifrado poco a poco en las décadas recientes. La escritura era utilizada para
registrar las hazañas guerreras de los gobernantes, para anotar la cuenta del tiempo y también con
propósitos religiosos. El movimiento de los cuerpos celestes y la medición del tiempo interesaban muchísimo
a los mayas. Organizaron un calendario sumamente preciso, que utilizaban no sólo para medir el tiempo,
sino también para predecir las fechas que según sus creencias serían propicias o desdichadas para los
hombres. Consultable en: www.artehistoria.jcyl.es/civilizaciones/



Por lo que -a criterio de quien escribe- la educación es y siempre ha sido
víctima y rehén de los devenires de la historia, siendo el resultado de la
interacción pacífica o violenta de los Estados, que mediante pacto o
imposición, alianza o guerra han impuesto su estructura a otros, y con esto la
necesidad de uniformar a sus nuevos esclavos, vasallos o ciudadanos según
fuere los términos de tal encuentro de culturas; aterrizando entonces –a
reflexión de quien escribe- que la educación es también fase última en el arte
de la guerra, pues una vez concluida la batalla, hecha la ocupación y fijado los
tributos, es necesario destruir el andamiaje social y la memoria histórica del
Estado conquistado, y para ello nada mejor que un eficiente sistema educativo
desde el punto de vista de los intereses del Estado triunfante.
En general, se establece que la educación está al servicio del Estado
dominante, y los supuestos avances o beneficios no son más que el reflejo del
dinamismo sociocultural al interior de este ente sociojurídico, y sus
respectivas necesidades de preservación, teniendo como característica, en
cualquier cultura y tiempo, la finalidad de uniformar al sujeto para que
responda a los fines e intereses de dicho ente; creándole la necesidad
-contraria a su estado natural- de pertenecer y permanecer en el peldaño social
y económico asignado.9
8

- Era la escuela para los hijos de los nobles de México. En esta institución se les entrenaba para
ser sacerdotes, guerreros de la élite, jueces, maestros o gobernantes, educándolos en historia, astronomía y
otras ciencias, la medición del tiempo, música y filosofía, religión, hábitos de limpieza, cuestiones
de economía y gobierno, y sobre todo, disciplina y valores morales. Había maestros especiales que les
enseñaban la tradición, y leían y aprendían de memoria las historias ilustradas en los códices. La escuela
funcionaba como un internado, donde los jóvenes vivían, dormían y comían. Con los aspirantes a sacerdotes
su educación se enfocaba en la religión, e incluía rituales, cantos a los dioses e interpretación de los sueños.
Los aspirantes a guerreros de la élite o a gobernantes recibían más entrenamiento militar y sobre asuntos de
economía y gobierno. Consultable en: http://www.todopormexico.com/t9183-el-calmecac.
9

- La teoría del Contrato social plantea que las obligaciones morales y políticas de las personas en una
sociedad dependen de un pacto o contrato acordado entre ellas. Este pacto social es en sí bastante limitado.
Se dictan unas normas que sean la continuidad de las leyes naturales y que consistirán en el reconocimiento
de los fines de la naturaleza de hombres libres e iguales, a asegurar los derechos de la libertad, la igualdad,
la vida y la propiedad. Un rasgo común de los manifiestos políticos es su potente carga ideológica, definida
en gran medida por los intereses y vinculaciones de clase de sus autores, que marca las propuestas de
organización social y de forma de gobierno. Esa carga ideológica se traduce necesariamente en un sesgo en
el análisis de las condiciones de la sociedad, que sirve de justificación, o si se quiere de racionalización, de
la propuesta política. Los redactores de los manifiestos políticos están lejos de ser los equilibrados
pensadores que se interesan en un tema objeto de sus reflexiones y por el contrario constituyen la vanguardia
intelectual de los movimientos políticos o sus defensores más calificados. Goldwin, R.A., 1963, John Locke,
in Strauss, L. & Cropsey, J., 1963, History of Political Philosophy,University of Chicago Press, traducción
de Fondo de Cultura Económica, 1996, Mexico.


Y es que, sin entrar a fondo en la materia, el Estado como sistema ha sufrido
adaptaciones derivadas de sus errores y corrientes ideológicas en su génesis
opositoras, teniendo la innegable capacidad de hacer propio todo elemento
potencialmente dañino a su naturaleza, llámese educación o religión, los
cuales en su momento fueron agentes que incluso dominaron periodos
históricos de su existencia 10, para luego, una vez integrados a su andamiaje,
utilizarlos en contra de los mismos que identificaban estos agentes como
alicientes o fuentes generadoras de conocimiento y progreso para el género
humano.

10.

Si hay una unión espinosa para el dominio poblacional es el de la iglesia con el Estado, donde lo
espiritual se involucra con lo terrenal. Las relaciones entre la Iglesia y el Estado proviene del siglo XIX,
frente al Estado absolutista. Sin embargo, a partir de la Segunda Guerra Mundial, respecto al Estado, y del
Concilio Vaticano IIº (respecto a la iglesia católica), se ha producido una evolución en la naturaleza de las
relaciones entre el Estado y la iglesia: aquél abandona el concepto de sociedad perfecta, desechando el de
las corporaciones religiosas como un estado dentro de otro, y a cambio colocando como base la dignidad
humana, poniendo en primer término los derechos de la persona, incluyendo el de profesar la religión tanto
de manera privada como públicamente, considerando a su vez que los miembros de la iglesia lo son también
del Estado. La Iglesia, por su parte, asume la Eclesiología Sacramentaria de la Encarnación del Verbo,
propuesta en la Const. Lumen Gentium, que define su naturaleza como una comunidad de carácter religioso,
sacramental y místico. Así se asume el principio de igualdad entre los hombres –el cual está fundado en la
dignidad y en la acción de la condición humana– y reconoce los derechos de la persona como el de reunirse
libremente, el de asociarse, el de expresar las opiniones propias, y el de profesar la religión, ya sea
privadamente, como públicamente. Además afirma el principio de la libertad religiosa en su Declaración
Dignitatis humanae, así como el de colaboración con el Estado, no sólo de los fieles que en forma singular la
integran, sino como Iglesia-comunidad que se actualiza en las iglesias particulares da cada región del
mundo. Constitución pastoral Gáudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano
segundo (Núms.9-10). Documento del Vaticano.



La educación institucional actual, -resumiendo- nació en la punta de una lanza
espartana –brazo armado Griego- o en un gladius romano, quienes después de
destruir culturas dedicadas a la luz y al progreso del género humano –sin ser
santas, por ser Estados también- las catalogaron como bárbaros, para absorber
de ellas su milenaria sabiduría; fueron las grandes culturas primarias
ancestrales conquistadas y violadas, que le dieron a tribus bárbaras la
posibilidad de engendrar grandes culturas como la Romana, a la que ahora
conocemos como cuna de civilizaciones, por lo que en consecuencia los
grandes personajes representativos de esta era, que hasta la fecha rigen nuestra
formación, llámese Homero, Virgilio, Séneca, entre otros no fueron a lo más,
que eficientes replicadores de un conocimiento y sabiduría que un su tiempo
pereció en la punta de dicha espada.11
De este breve transitar – o reflexionar- en la historia de la educación,
entendemos que es uno de los pilares constitutivos de cualquier Estado que se
precie de serlo, para lo cual fue necesario institucionalizarla, según las
necesidades propias, ya sea en Imperios ancestrales y olvidados como los
hindúes o Mayas, hasta Ciudades Estado a quienes presuntuosamente se les
llama cuna de la civilización, pues tal estructura obedece a necesidades
realmente simples como lo fue en estas culturas, las clases sociales a grandes
rasgos, sacerdotes y mandatarios, militares o guerreros, y el grueso de la
población destinada a sostener dicha estructura.
Es por ello, que no puede llamársele educación en su amplio sentido, a un
sistema de conveniencias, en el cual se capacita o uniforma al ser humano para
desempeñarse toda su vida como un obrero competente o soldado eficaz,
mientras que a otro se le instruye en el arte de la guerra, y a otros pocos en las
bellas artes, filosofía y dirección del Estado; y no se le puede llamar educación
a esto, por una simple y sencilla razón, que carece de su característica básica y
esencial, que es la universalidad.

11

- Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado
incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez, todos los territorios conquistados (en su
mayoría pueblos sin tradición bélica) fueron ocupados por el Imperio, llevándose lo más valioso de su
cultura, riquezas materiales y vida social, tomaban lo necesario y exigían impuestos y sumisión a Roma, sin
embargo no modificaron en mayor medida la vida religiosa o política de los territorios conquistados.
Consultable en: http://explorethemed.com/RomeMedEs.asp



La verdadera educación es un festín o buffet al que todos sin excepción están
invitados, y cada quien habrá de degustar lo que más le apetezca, no lo que
más convenga a un tercero según necesidades, sin omitir que para celebrar
dicho festín es menester que cada uno lleve o aporte su receta.
Así, tenemos que una vez recorrido los Estados Clásicos, llegamos a la Edad
Media, en donde las sociedades se convulsionaron por la oscuridad y represión
del pensamiento originado por el fanatismo religioso que controló en ese
periodo histórico el timón de los Estados 12, lo cual en su momento, le fue útil
para tener atemorizados a sus súbditos; pronto se percató que el ser humano
tiene necesidades más grandes de alimento que las del estómago, cuando al
salir del oscurantismo y sobrevenir la llamada Edad de la Luz, Edad de las
Luces o Ilustración 13, la esencia del ser humano demostró que no era

12

- El Oscurantismo Filosófico, es como se conoce al período comprendido por la Edad Media (476, fecha
de la caída del imperio romano de occidente y el año 1453 año en que cayó el Imperio Romano de Oriente,
aunque su influencia se extendió aunque menguada hasta el siglo XVIII). La oscuridad de la mente humana
se hacía palpable, ante la imposibilidad de cuestionar los dogmas religiosos, verdades reveladas que no
admitían crítica, ni posibilidad de prueba. La Iglesia adquirió en esta etapa un inmenso poder que trascendía
el ámbito religioso, y así como la adopción del cristianismo hacia fines de la Edad Antigua, durante el
mandato del emperador Teodosio, a través del edicto de Tesalónica (24 de noviembre de 380) significó un
gran progreso, humanizando las costumbres, en la Edad Media, se produjo un gran retroceso científico, al
impedirse elaborar teorías que pudieran contradecir los dichos bíblicos El derecho a la libre expresión de las
ideas fue coartado al punto tal, que muchos que se atrevieron a ejercerlo terminaron condenados por los
Tribunales de la Inquisición. La antigüedad griega y romana con la profundidad de sus pensamientos, sobre
todo los procedentes de Atenas, debieron sufrir un profundo y prolongado letargo, del que despertaron en el
siglo XV, cuando el Renacimiento, vino a poner otra vez, las expresiones artísticas y filosóficas, en el ámbito
de la libertad creativa. En la Edad Media, el arte y la filosofía tenían un único tema: el religioso cristiano.
Los clásicos latinos fueron sin embargo preservados, no así los griegos. El centro de las preocupaciones
humanas, fue Dios (teocentrismo) y hacia allí debían dirigirse todas sus acciones, para lograr una vida
virtuosa, de un hombre que llevaba en su propia esencia el pecado original, con derecho a una vida plena
solo en el más allá. En el siglo XI se organizaron las Cruzadas, contra los turcos seléucidas que impedían los
peregrinajes hacia Tierra Santa, y así en nombre de la fe, se gestaron luchas encarnizadas contra los infieles,
con el fin de unificar la cristiandad. Un mundo cristiano, y un pensamiento cristiano, pusieron al hombre y
sus ideas, de rodillas ante Dios. La búsqueda de la verdad científica no era necesaria ante la existencia de la
única verdad posible: la revelada por el Creador. La cultura de la época estaba en manos de los clérigos,
que monopolizaban los saberes. El trabajo no debía tener fin de lucro, sino la mera supervivencia.
Consultable en: www.filosofia.org/filomat/df386.htm
13-

La Ilustración se basa en la creencia de que la ciencia y la educación al margen de la Iglesia llevará al
hombre a su perfección moral. Es el intento, imperante en las clases altas y en los gobiernos absolutistas de
la segunda mitad del XVIII, de cimentar todos los aspectos de la vida social en un naturalismo
racionalista. Naturalismo es descartar, en la práctica, a Dios y a su Iglesia, descartar lo sobrenatural.
Racionalismo es, en la práctica, la creencia de que la razón humana es lo



sencillo quitarle su hambre de conocimiento, en ese parte aguas en el cual la
humanidad pudo haberse sacudido de sistemas establecidos miles de años
atrás, se conformó con revolucionarse ante reinos y dictaduras pactando con el
Estado un término medio, acuerdo que hoy conocemos como democracia; tal
parece que de esa edad y esas inquietudes nada se recuerda, sentimientos con
los que el ser humano al borde de la extinción no aprendió su lección y en
menos de dos siglos evolucionó al Estado actual, globalizado, pasando por
varios intentos como lo fue el capitalismo neoliberal y otros francamente
fallidos como los Estados comunistas o socialistas, pero que contribuyeron a
manera de ensayo y error al nacimiento de los Estados modernos globalizados,
en los cuales la ilusión de libertad y progreso es perfecta, a costa del ser
humano y su entorno; estamos ante un Estado más voraz que ninguno, que
droga la voluntad de los seres humanos en forma de consumismo y
satisfacción de necesidades inmediatas, que con grilletes tecnológicos son
manipulados al abono de sus fines.
Si bien pareciere la presente retrospectiva un análisis de teoría del Estado,
interesa a esta causa más que la historia educativa vista de forma cronológica,
entender los verdaderos factores precipitantes y desencadenantes que
sepultaron su espíritu filosófico y universal, cual sacrificio ritual en las bases
de esa pirámide o andamiaje al servicio del Estado, tal como lo hicieren
conquistadores Españoles al erigir Iglesias sobre templos ancestrales,
demostrando que el medio más efectivo para dominar a un pueblo era
uniformarlo en una nueva creencia, destruyendo la de origen, re direccionando
a las masas, mediante la sustracción y sustitución de sus valores originales,
misión encomendada a la educación de conquista o institucional.
máximo existente; no es racional, es una creencia irracional, porque no se puede demostrar racionalmente,
por consiguiente es una creencia supersticiosa, porque superstición es atribuir poderes a lo que no los tiene.
Descartar la sobrenaturalidad de la Iglesia es, en la práctica, convertir al hombre en el ser supremo
pretendidamente, porque en realidad es dejarle huérfano o declararle hijo de padre desconocido. La
Ilustración,
El Siglo de las Luces, que son las luces de la razón huérfana. Y también se
denomina Enciclopedismo, por el proyecto desarrollado por los ilustrados franceses, que se hacían
llamar "los Filósofos", de recopilar en La Enciclopedia todo el saber existente teñido de racionalismo, según
la creencia supersticiosa de que el saber racionalista separado de lo sobrenatural, llevaría a la virtud y a la
perfección al pueblo (aun en contra de su voluntad). Esa creencia supersticiosa en la razón desemboca
durante la Revolución Francesa en la entronización en la catedral de París del culto a la diosa Razón
personificada en una mujer descarriada. La Ilustración es un intento de hacer una revolución con orden, una
revolución desde arriba. Michel Foucault , (2006) Editorial Tecnos. Madrid, España.



Mas que repasar estadios históricos, la presente obra invita primero a
replantear de forma íntima la conceptualización y entendimiento que el Estado
nos vende de la educación; reflexión que nos lleve a rescatar el ingrediente
omiso en la presente formula educativa, el cual es su universalidad humanista
y filosófica, a efecto de reconciliar y estructurar sanamente esa gran
diversidad en la que el ser humano está inmerso.
Se trata pues, de generar una visión de género renovada en cuanto a su
existencia e interacción social, que permita a los pueblos, liberarse del
colonialismo virtual que la mundialización impone, la cual, hasta en el nombre
esta errada, ya que la conocemos por globalización; esa que genera
inconsciencia y depravada complicidad en las empresas trasnacionales, que no
tienen identidad, ni compromiso para con los pueblos y ecosistemas que
explotan; ¿Cómo puede tener el sentido de responsabilidad y pertenencia algo
que es y no es? ¿Que está en todos lados y al a vez en ninguno? Que
considera a la educación como una mala inversión, que genera altos costos
inmediatos y una dudosa o nada conveniente recuperación; es claro que tal
régimen no apuesta a su capital humano, y la única libertad que cuida toda
costa es la de su mercado, la del libre flujo no del pensamiento, si no de
capitales.
Nosotros sí somos y estamos! Es hora de que veamos por nuestros derechos y
prerrogativas; ya que los gobiernos están rebasados en su capacidad de
respuesta, destinan toda su energía al cuidado de sus intereses, no de su pueblo;
pues cada quien que vea por los suyos! Los Estados ya lo hicieron, ya nos
aventajaron, en tal globalización; es nuestro turno, de reagruparnos como
sociedades, comunidades unidas de seres humanos cohesionados
voluntariamente por una identidad y pertenencia en diversos pueblos o
naciones, que mediante una nueva perspectiva de la educación, encuentren el
medio para la integración y vinculación humana necesaria, que contrarreste, al
menos a un balance justo, a esta mundialización económica; ya que sí bien
ésta es el estado óptimo para los países desarrollados, no lo es para sus
respectivos pueblos, que se ven forzados a una integración nada consensada;
todas las supuestas ventajas se le revertirán en el rostro, como un golpe
demoledor; iniciará en los pueblos europeos, quienes reclamarán su identidad,
su derecho a la defensa de pertenecía, de soberanía en el más amplio de los
sentidos, y lucharán por recobrar su independencia de tal colonialismo
económico tecnológico-virtual, ya que no seguirán sacrificando su bienestar
por la fortaleza de un sistema, que solo les entrega desempleo, perversas
condiciones laborales y falta de responsabilidad solidaria de sus gobernantes.


La humanidad esta obesa de tecnología, requiere ejercitar la voluntad, la
libertad real de pensamiento y juicio crítico, para conformar hombres y
mujeres integrales y equilibrados; entendidos que no se trata de ganarle a los
demás, sino de superarnos a nosotros mismos; ni de ser el mejor, corriendo en
atropellada carrera por “los senderos del éxito” que nos vende la modernidad,
si no simplemente de ser mejor humano, integral, productivo y feliz; la
Metaeducación no aspira a crear lideres, el ser humano ha nacido ya líder y
triunfador! Desde el momento de ser concebido, es el mejor esperma el que
logra fecundar a un óvulo creado perfecto; somos humanos, divinos y
perfectibles solo por ejercicio de voluntad, no necesitamos que vengan a
vendernos lo que primero nos convencen de que no tenemos o no somos;
necesitamos abrir la mente, el corazón; apartar los ojos de aparatos
tecnológicos y fijarlos en nosotros mismos y en nuestros semejantes; ser
auténticos, libres y autónomos en nuestro pensar y sentir.
Tampoco queremos “campeones” o “héroes”, valores como el honor y
dignidad, son elevados, pero estériles y peligrosos, si no están acompañados
de humildad y espíritu de servicio generoso al prójimo; necesitamos mejores
seres humanos, urgen! En todos los niveles y quehaceres sociales, ser mejor
que uno mismo en el presente respecto del ayer, y tener la voluntad de ser
mejor en el mañana de lo que hoy somos; es la clave, el ejercicio de voluntad
que la humanidad requiere para recobrar y fortalecer sus capacidades
dormidas; ser mejor no es competencia egoísta y desleal con el próximo, es
superación personal, íntima; no apostemos nuestro futuro a ser meras prótesis
de la tecnología, no deleguemos a las maquinas nuestras prerrogativas
humanas; no esperemos curas al cáncer, diabetes u otras enfermedades
degenerativas que el propio “avance científico y tecnológico” ha
incrementado o traído consigo; en la voluntad está la cura, para hacer ejercicio,
para comer sanamente, para cambiar nuestros parámetros de valor.
Esta visión apuesta a la construcción que deja atrás la crítica, a poner manos a
la obra, en un hacer de conciencia, voluntad y con lo mejor de sí, en aquello
que nos corresponde hacer; dejar de ver al exterior y vernos a nosotros
mismos, crecer al interior; así han de regenerarse los humanos, mediante una
Metaeducación humanista y filosófica, de la mano de nuestros profesores y
profesoras heurísticas, que conforman la resistencia no violenta ante el
régimen tecnológico mundializado, el cual ambiciona utilizarnos como
huéspedes de su virulento y cancerígeno existir, mediante una vinculación que
aspira ser material y permanente; somos el poder constituyente de un nuevo
orden mundial restaurador humanista.


CAPÍTULO SEGUNDO: INTROSPECTIVA A LOS
EDUCATIVOS CONTEMPORANEOS

SISTEMAS

Tan cierto es el viejo adagio: “quien no conoce su historia está condenado a
repetirla”; Como lo es –para quien escribe- que si no sabe dónde se encuentra,
difícilmente sabrá a dónde se dirige.
En una visión amplia del fenómeno educativo, con mira a su correcto
entendimiento, no basta el conocimiento evolutivo o histórico, se requiere
también la comprensión en su estado del arte, concatenando lo conocido y
entendido con la realidad imperante, resultando de esto la perspectiva
adecuada para abordar la dinámica actual de dicho fenómeno; ya que los
avances significativos –otra vez a criterio de quien escribe – tanto en este
como en otros campos del quehacer humano, no emergen directamente al
romper paradigmas, si no en fomentar el pensamiento asertivo y prospectivo
que permita accionar a cada individuo como una célula de un organismo, es
decir, el actuar individual ha de condicionar el modelo a seguir, y no viceversa,
pilar esto del Modelo Nanoeducativo propuesto.
Dada la velocidad con la que nuevos conocimientos se amalgaman con viejos
esquemas, no reparamos, o no tenemos tiempo de hacerlo, víctimas de una
automatización, intencional o no, del ser y hacer, en la aplicación y
seguimiento de sistemas, educativos al caso, desconociendo incluso su
naturaleza y normatividad, dando por cierto aquello que solo en nuestra
particular percepción de él, existe; ignorando el panorama general y verdadero,
así, no es raro encontrar profesores que siendo pieza clave dentro del sistema,
desconozcan las motivaciones y finalidades ciertas normativas de este, las
cuales se encuentran en un marco legal de carácter público y obligatorio
cumplimiento; por lo que interesante sería preguntarle a tal profesorado
conceptos y definiciones básicas educativas, así cómo cuáles son a su entender,
los pilares rectores de la educación y las finalidades de la misma dentro del
actual sistema educativo; encontrándonos tal vez, con la sorpresa de
respuestas y concepciones la mayoría de corte filosófico, equivocadas; pocos
sabrían que, por citar como ejemplo, en México, la educación es lo que dice el
Artículo Tercero Constitucional14 y que existe un plan nacional de desarrollo,
del cual emergen las directrices que ésta educación ya conceptualizada y
normada ha de seguir; que así mismo contamos con Leyes Generales



reglamentarias de la materia, definiendo y delimitando la existencia de tal
sistema y sus actores.
Para muestra, como dicen, un botón, preguntémonos en este instante: ¿Qué
finalidad tiene la Educación en México? Probablemente cavilemos la
respuesta, mediante un viaje relámpago a nuestra formación académica,
esmerándonos por construirla de manera integral, con tonalidades filosóficas y
humanistas; examinemos ahora, los fines que la educación tiene para el Estado,
los cuales a “grosso modo” de acuerdo al Artículo Tercero de la Constitución
Política del los Estados Unidos Mexicanos 14, define que tenderá a desarrollar
armónicamente, todas las facultades del ser humano y fortalecerá en él, a la
vez el amor a la Patria, el respeto a los Derechos Humanos, y la conciencia de
la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia; el criterio que
orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico,
además será democrática nacional y para dar pleno cumplimiento a lo anterior
el Ejecutivo Federal determinará los planes y Programas de estudio para todos
los niveles educativos en toda la República.
¿Fueron ambas respuestas en el mismo sentido? Estamos de acuerdo que la
mínima variación entre lo que consideramos dichas finalidades y lo que en
realidad son para el Estado rector, se traducen en una motivación mal
encausada; ya que toda la formación pedagógica y docente recibida en tu
preparación profesional fue encaminada a la promoción y desarrollo de
objetivos vinculados esencialmente a una educación de corte filosófico y
humanista, para luego encuadrarnos ocultamente en un marco jurídico y
normativo que rige todas nuestras actividades educativas.
Sujetándonos en la realidad a una estructura limitada y rígida, que gira en base
a presupuestos económicos, potestades políticas y pugnas sindicales, como
aquella que da la facultad al Presidente de la Republica, continuando con el
ejemplo de México, para determinar los planes y programas de estudio,
interponiendo como tibia sugerencia el considerar – no obligado- a todos los
sectores sociales involucrados en la educación, -y hasta eso- en los términos
que la propia Ley señale.

14-

Todo individuo tiene derecho a recibir educación. La educación que imparta el estado tendera a
desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentara en el, a la vez, el amor a la
patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la
independencia y en la justicia. Articulo Tercero. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.



De lo anterior, tenemos un sistema educativo rígido y normativo – Caso
Mexicano-, que se vale de los educadores formados en tales corrientes del
pensamiento, para alcanzar sus fines de uniformidad social, cercenándoles
toda posibilidad creadora y de verdadero desarrollo intelectual,
conduciéndolos por un camino –cual matadero- al conformismo
institucionalizado, en el cual fenece su espíritu filosófico, reduciéndose a un
mero burócrata educativo con funciones de –mal- repetidor o reproductor de
contenidos y conocimientos que minuto a minuto pierden vigencia, un
burócrata forzado a encaminar toda su energía en llenar estadísticas, formatos
y cumplir de manera intimidatoria con actualizaciones constantes –muchas de
las veces sin sentido- totalmente desvinculadas de su realidad y quehacer
diario.
Atrás –de la norma- quedaron grandes teorías que dentro de las aulas de
formación, donde se evocaban tal poema, desde Piaget a Vigosky, pasando por
Freire y Morín 15, hasta llegar a las tendencias más novedosas, nos hablan
sobre la neurociencia16, y modas que tarde llegan, como ahora lo es, no el
aprender a aprender, sino mas bien el desaprender17, como estrategias o vías
pedagógicas para lograr un aprendizaje significativo orientado al desarrollo
integral del ser y sus potencialidades.
15-

Grandes Teóricos, cuyos trabajos desde diversas disciplinas de la ciencia, fueron enfocados al análisis de
los procesos de aprendizaje. Jean Piaget (Psicología del Desarrollo y la Educación) Ausbel, creador de la
Teoría del Aprendizaje Significativo, Vigostky (La información socio Cultural en los Aprendizajes) cada una
de estas teorías nos dan las respuestas correctas, desde distintas perspectivas para el aprendizaje y nos
señalan el curso a seguir. Estas aportaciones enriquecen el origen y la naturaleza del conocimiento, dentro
de la educación formal. Consultable en: www.rmm.cl/index.
16-

En el nivel más alto, la neurociencia se combina con la psicología para crear la neurociencia cognitiva,
una disciplina que al principio fue dominada totalmente por psicólogos cognitivos. Hoy en día la
Neurociencia Cognitiva proporciona una nueva manera de entender el cerebro y la conciencia, pues se basa
en un estudio científico que aún a disciplinas tales como la neurobiología, la psicobiología o la propia
psicología cognitiva, un hecho que con seguridad cambiará la concepción actual que existe acerca procesos
mentales implicados en el comportamiento y sus bases biológicas. añodelaneurociencia.senc.es/.
17-

Consiste en poder desestimar millones de ideas en las que un día creímos infalibles. En él plantea que no
somos conscientes todavía de lo que implica para nuestro futuro poder echar por la borda gran parte de lo
conocido hasta hace muy poco. Y menos todavía, asimilar que mucho más útil que aprender empieza a ser
desaprender determinadas cosas. Es la oportunidad que tienen las personas de aprender temas o cosas de
interés inmediato, dejando de lado aquellos contenidos que no se ajustan a la realidad del momento, no dejar
del todos sus conocimientos, sino más bien por el contrario ampliar su bagaje cultural con temás de más
importancia o trascendencia para la persona. Eduardo Punset, (2010) El viaje al poder de la mente,
Editorial Destino, Barcelona, España

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