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La Escalera.




          Por: Emanuel Bel Greco




     2
Dedicatoria.

¿Sabes? Ayer me asome debajo del sofá, estaba buscando la
perfección y me encontré mil cosas que creí perdidas, algunas las
retome, otras prefiero dejarlas ahí; pero lo más importante es que,
lo que estaba buscando de inicio lo encontré escrito en el polvo de
una tabla de aquel sofá, y decía… “sigue buscando”


Para: Miriam Grecia, te amo hija.




                                    3
Agradecimientos:

Agradezco el apoyo y colaboración al Lic. Aarón Mariano Castañón
por prestarme nuevamente su talento. Gracias Hermano.
Del mismo modo agradezco al Lic. Pedro Damián Moriel Quiralte
por su cooperación y disposición en este proyecto.: Gracias
Hermano.
A Isaac Viesca López por la Portada. Gracias amigo.




                               4
Introducción.

¿Por qué los hombres creemos conocer a Dios? ¿Por qué
disponemos de su sabiduría como si fuese un manual básico para
enmendar nuestros errores? ¿Por qué a pesar de saber que la
superación es interna, seguimos culpando a las causas externas? Las
preguntas sin respuesta suelen ser las mejores; la presente lectura
solo tiene la intención de ofrecerte un punto de vista acerca de la
sicología de los personajes. Las conclusiones no tienen dueño, el
punto de vista es una huella digital.
Si no estás listo para la escalera… mejor no la leas.




                                 5
CLARA




            ¡Parto en proceso! ¡Parto en proceso! Preparen la sala.

Gritaba la enfermera, mientras empujaba la camilla rodeada de asistentes, cada

uno con amplia destreza aplicaba a Clara los elementos para su atención,

mientras unos proporcionaban suero y oxigeno, otros rasgaban sus ropas para

liberar   la presión que ésta le causaba, Clara experimentaba soberbias

contracciones y con cada una sujetaba la barandilla de acero de la cama, este

parecía ceder ante la fuerza de Clara; una vez en la sala, los rostros de los

médicos no eran de tranquilidad, la excesiva presión del cuerpo de Clara no

soportaba más y el bebe solamente asomaba la parte superior de su cabeza que

se metía repentinamente al interior de Clara, las gotas del liquido amniótico en los

azulejos de la moderna sala, eran evidencia del sufrimiento de la madre; los

médicos principales intercambian miradas, como si en sus ojos existieran

manuales divinos que les permitieran tomar decisiones difíciles, Clara tiene un

instante de calma y voltea hacia su hijo que se niega a nacer, su vientre de pronto

es levantado por una de sus manitas que proyectaba perfectamente los cinco

pequeños dedos del bebe atreves de la piel en su vientre, la mirada de Clara se

dirige al médico que pregunta sin hablar; Clara interpreta perfectamente y

quitándose la mascarilla de su rostro le implora al médico.

<<Por favor sálvelo a él>>




                                         6
Ella sabía que su rechazo a la anestesia no le permitiría una exitosa intervención;

el cirujano espera la respuesta del médico a cargo y al asentir con un movimiento

de cabeza, saca el escalpelo para la incisión que relazaría sin anestesia y que

salvaría al producto, pero que seguramente sacrificaría a la joven madre. Al

colocar el filoso instrumento en el vientre de Clara, que le provoca la aparición de

un pequeño brote de sangre, se escucha el grito de una enfermera.

<<Ya viene, ya viene>>

El cirujano interrumpe el corte y todos se concentran hacia el nacimiento, Clara

saca fuerzas desde su interior, casi inexplicables y al grito de puje, el producto

sale expulsado a la vez que Clara rasga la almohada que le colocaron en su

cabeza, haciendo volar parte de las plumas de su interior. Momentos de

tranquilidad relajan la tensión de los médicos que voltean hacia la pared saturada

de modernos monitores que indican gráficamente si aún se está ahí. Las

enfermeras limpian y pesan al bebe que llora intensamente y espera encontrar el

aroma de su madre, el encuentro se da y Clara no soporta el llanto, en una mezcla

de dolor en su cuerpo y alegría en su alma, abraza al bebé y toma su pequeña

mano que sujeta fuertemente algún objeto, Clara abre los delicados dedos del

bebé encontrando una de las plumas que expulsó la almohada, con curiosidad la

examina y al borde de la pérdida del conocimiento Clara dice.

<<Seguramente es la pluma de algún ángel que lo jaló hacia fuera>>

Segundos después, Clara cae en coma y el pequeño bebé se quedó casi por

completo bajo los cuidados de las enfermeras, que al paso del tiempo ya lo

sentían parte de su vida, mientras la madre conectada a un sinfín de cables y



                                         7
catéteres que suministraban vida a la joven madre y que luchó contra ello por

meses.

Durante ese tiempo, el bebe ya identificaba infinidad de ambientes; enfermeras

amorosas que de vez en cuando platicaban con él y le arrancaban una sonrisa,

otras con el peso y el fastidioso cansancio de aquel turno de noche, y que

cambiaban el pañal al solitario niño con horas de retraso, gestos de horror por el

trabajo que depositaban en la cuna del indefenso bebé. Miles de rostros captados

por él, sin que llegara el cálido olor de la leche materna, todos esos silenciosos

momentos que se mantenían la mayor parte del día y que esporádicamente

alguien que se decía familiar de Clara, se acercaba al pequeño para tratar de

comparar rostros e identificar al padre que había elegido Clara para dicha

procreación, y que además enfurecía a los familiares por no haber cumplido con

los cánones que la familia tenía preestablecidos ante la sociedad y su religión.



Al paso de largos ocho meses en una noche que parecía común, salvo por el

fresco aire que corría por las ventanas abiertas y que indicaban que abría una

noche de lluvia, la enfermera de guardia, es sorprendida por una voz casi

inaudible que pedía agua; si, era el más viejo huésped del hospital, la famosa

Clara había salido del coma, el evento fue rápidamente divulgado en todo el

hospital y las visitas de todos los empleados no se hicieron esperar, desde los

directivos hasta los conserjes se hicieron presentes y por supuesto la noticia en

casi todos los diarios de la ciudad. Una semana después del asombro entre

charlas de pasillo y cafetería, acerca de lo que médicamente ocasionó que Clara

despertara del coma, fue despedida del hospital con flores, pastel y una carta que

                                         8
la comprometía a liquidar una enorme deuda. Pero ella era la mujer más feliz del

mundo, con su hijo en brazos y su vida alargada, trató de reincorporarse a las

actividades de la vida, sin embargo las condiciones ya no eran las mismas, en su

trabajo ya no hubo cabida, su familia le dio por completo la espalda al portar un

bebé sin padre, una lujosa residencia y demás propiedades que fueron rematadas

para liquidar las cuentas del hospital; pero la fortaleza de tener a Ángel y la nueva

vida que se le presentaba, no le permiten a Clara ningún intento de depresión, ella

logra conseguir un empleo en una pequeña farmacia mientras una vieja amiga le

ofrece alojamiento; no pasan      tres meses cuando Clara ya se ganó el cariño

entrañable de su amiga, el respeto de sus patrones y compañeros de trabajo; la

enorme capacidad de clara que tenía y que por alguna razón se acrecentó

después de su coma, le hicieron triunfar en su trabajo, llegando a ser de completa

confianza para sus patrones.

Clara recuperó su vida, y la hiperactividad tanto mental como física que

derrochaba, la hacían parecer una mujer sin problemas, su aparente salud y esas

ganas de vivir que la distinguían, hacían de Clara una interesante mujer. Ella

nunca le negaba a nadie        un buenos días, que se acompañaba de una bella

sonrisa, su esbelto cuerpo y sus caderas pronunciadas se mecían con rapidez

invitando a los barones a identificar la representación de la mujer bella y moderna;

el rítmico sonido de sus tacones cuando se dirigía al estacionamiento, era la señal

para hacer algunos segundos de tiempo y coincidir al paso entre Clara y los

habituados observadores.




                                          9
Mientras la vida pasaba, más lenta que Clara, el pequeño dejaba de ser bebé ante

los cuidados de la mejor amiga de Clara, la cual, aparte de ofrecer un espacio en

su confortable departamento, siempre estaba dispuesta a cuidar del pequeño.



El humo del cerillo se disipaba lentamente mientras dejaba ver el hermoso rostro

de Ángel al intentar apagar sus tres primeras velas sobre el pastel, Clara decidió

llamarlo Ángel por el favor que le brindaron    estos seres celestiales, quienes

ayudaron al pequeño en los momentos traumáticos de su nacimiento; el tiempo

transcurría con toda normalidad entre un niño sin padre y los excesivos cuidados

que ofrecían Clara y su amiga, Ángel se adaptó a ello y el vinculo amoroso madre

e hijo no tenía comparativo; Ángel creció y la relación amorosa fue cambiando por

una excelente relación amistosa, los raspones infantiles de pronto se convertían

en grandes moretones que eran acompañados de un reporte escolar y a la vez,

estos eran ocultados por el joven; a Clara no le preocupaba mucho la actividad

escolar de su hijo, ella sabía que su capacidad intelectual, le había abierto las

puertas de los mejores colegios, esto aunado a la buena posición económica que

habían recuperado Clara; mientras tanto la armonía interna de la pequeña familia

hacían a Clara una mujer íntegra.

Pero la única seguridad que te ofrece la vida es la pérdida de la misma, Clara

enfermó severamente después de que Ángel cumplió 15 años, y los últimos 6

meses Ángel permaneció al lado de ella, le tomaba la mano y la consolaba con

ligeras caricias, él le platicaba todo el tiempo cada momento alegre de su vida,

cada travesura que ocultó a Clara para no recibir un regaño, cada cumpleaños sin

familiares, con tan   solo un puñado de amigos y vecinos… pero Clara no

                                        10
respondía, Clara simplemente abría los parpados esporádicamente para ver a su

hijo, para asegurarse que todo por lo que había luchado y todo por lo que se había

superado, fue de y para la persona que se encontraba a su lado; ella lo observaría

cada vez que tuviese fuerzas para levantar los parpados y        hasta su último

esfuerzo, las miradas estarían ahí, algunas veces borrosas por las lágrimas pero

algunas más con ese brillo de inmensa alegría por haber coincidido en este

mundo. Finalmente, después de meses en agonía, no más lágrimas, no más brillo

en los ojos… nunca más un parpadeo.




                                        11
AMIGOS



Ángel no puede superar el duelo por la pérdida de su madre, ni la droga que se

había convertido en algo habitual, ni las novias asediándolo por su atractivo

aspecto físico, ni los libros   consumidos como si estuviera en un bufete de

literatura y leía con tal velocidad que sorprendía a cualquiera; ni nada, lo

consolaría. Aquel día Ángel no probó droga, no abrió libro alguno, no le apeteció

el alcohol, ni el sexo ocasional con alguna de sus admiradoras; simplemente quiso

salir con su mejor amigo y pasear por el parque, una vez que pide permiso a los

familiares de Damián para dar un paseo por el hermoso e inmenso parque,

finalmente el permiso es otorgado con muchas dudas, ya que la familia deseaba

una distancia entre Ángel y Damián,          finalmente dejan que Ángel guié esa

moderna silla de ruedas por el parque, con una manta en las rodillas de Damián,

salen por la estrecha puerta con algo de dificultad para Ángel, ya que nunca había

maniobrado a su amigo, finalmente y con mucho esfuerzo logra superar la altura

de las dos banquetas que separan el parque y la casa de Damián; pasos

tranquilos y despreocupados avanzaban entre los corredores del parque, las hojas

secas crujían al ser trituradas por el paso de los amigos que estaban ahora

distanciados por esa horrible parálisis; hacen una pausa frente a la fuente que les

ofreció múltiples vagancias y ocurrentes ideas de niños, la hermosa figura de un

niño regordete orinando desnudo en la fuente es contemplada por ambos… Ángel

sonríe y seguramente Damián también lo hace, solo que sus atrofiados músculos

no permiten se note tal gesto. La imagen mental se hace presente, de aquel día en


                                        12
el que colocaron un largo globo en el pene de la estatua marmolada, con un

ingenioso orificio en la punta para que el globo no reventara por la presión del

agua pero se mantuviera con una cómica erección; también recordaban el día que

localizaron el grifo que controlaba el flujo del agua, esperaban con toda calma

durante minutos, hasta que algún visitante se colocara frente a la estatuilla, justo

ahí, abrían la presión del agua, mojando los rostros de los visitantes… sonrisas y

lágrimas; todo había cambiado y no había vuelta atrás. Ángel camina hacia la

copa de un árbol aun con hojas, coloca a Damián frente a la banca y él se sienta

en ella; ambos, frente a frente, vuelven a esbozar una sonrisa, esta vez, si se

distinguió el gesto de Damián.

<<Que tiempos, que momentos, que cabrones éramos… De verdad te extraño

mucho amigo mío, por eso vine a despedirme de ti, que eres la única persona que

me queda, la vida sin mi madre no será fácil, no tengo el apoyo de mis familiares,

no conozco a mi padre, no tengo un trabajo, la droga me resulta muy costosa y no

quiero robar a nadie para conseguirla; el panorama es difícil.>>

Ángel se queda en silencio y pensativo un par de minutos.

<<Pero que estoy diciéndote hermano, estoy hablando de dificultad frente a ti,

frente a la persona más valiente que conozco, frente a mi mejor amigo;

probablemente si yo tuviera tu valentía nuestras historias hubieran sido diferentes,

pero como tú siempre me decías “el hubiera nunca paso”             todo es un eterno

presente que nos envuelve, nos distrae con aquello de ¿Qué haremos mañana?

y es tanta la preocupación por el mañana que olvidamos nuestra existencia es

ese eterno presente, ese que tú siempre me señalaste; recuerdo cuando

jugábamos futbol y tú jugabas como si fuera un verdadero campeonato; en alguna

                                         13
ocasión yo tenía mucha flojera y recuerdo me regañabas con la mirada, como

diciendo, “ponle más empeño al juego”, yo simplemente dejé que el juego se

acabará y al final solo esperé el sermón y me dijiste “¿Qué te pasa? ¿Para qué

demonios vienes a jugar con esa pinche apatía?” Yo no tenía ganas de

escucharte, me coloque mi playera sudada al hombro mientras giraba el cuerpo y

comencé mi camino hacia la casa, recuerdo que tú me dejaste dar unos diez

pasos, luego el grito que no quería que llegará, “Ángel te estoy hablando”, lo

menos que debes hacer es ponerme atención; yo me puse colérico, regrese hacia

ti con paso apresurado como si fuese a golpearte y una vez que estábamos cara

acara, comenzamos a gritarnos al mismo tiempo, la gran apertura de ambas bocas

era como un duelo de estridencia, ambos expresábamos pero ninguno escuchaba,

tú defendías la tesis de poner el máximo en cualquier actividad, sin importar si era

la actividad más simple e irrelevante del mundo y yo te gritaba que no siempre hay

que dar el máximo, que hay ocasiones en las que hacer una pausa es importante

y viene bien; pero tu argumento final me dejo helado, recuerdo me diste una gran

lección de dar el máximo, me dijiste “tal vez algún día, por alguna circunstancia no

podrás jugar futbol y me dijiste también, me arrepentiría por no dar el máximo en

todos los partidos”, como si ya supieras lo que sucedería, también me hiciste

saber que, es lo mismo en cualquier actividad: en el estudio, en la amistad, como

hijo, líder, padre, novio ó como lo que fuere, siempre tendría que esforzarme al

máximo, me dijiste también, la mediocridad es un hábito y ese hábito se puede

volver indispensable para el ser humano. Y mírate hoy, no te puedes mover y aun

así, sé que das tu máximo esfuerzo ahí donde estas, sé que todo lo que hiciste lo

hiciste correctamente… sé que tenias razón.>>

                                         14
La silla de ruedas de Damián, ya acumulaba algunas hojas secas en sus ruedas,

evidencia de haber trascurrido algunas horas en esa extraña conversación donde

uno monologa y el otro reacciona con miradas y sonrisas de difícil apreciación.

Damián llora mientras escucha a Ángel, y lo mismo hace Ángel mientras platica,

pero él sabe, tiene que cambiar de tema para liberar la tensión, mientras limpia

sus lágrimas en la manta que cubre las piernas de Damián.

<<Oye ¿te acuerdas del tipo de las botas de hule que creíamos, era un loco? ¿El

tipo que era jardinero en la escuela de niñas? Todavía recuerdo el primer día en

que nos brincamos la barda de la escuela y nos metimos a la asquerosa

habitación donde él vivía, estaba dormido y sus pies se asomaban fuera de las

sabanas, ¿Te acuerdas de sus uñas? eran como troncos, gruesas y casi negras

con un apeste que se distinguía hasta afuera de la escuela; recuerdo tenía un

baúl de madera que esa noche abrimos; había cientos de revistas con pornografía;

me gustó que le robamos todas las revistas y sus asquerosas botas de hule,

luego les prendimos fuego; el pobre tipo huso huaraches durante unos días. ¿Te

acuerdas la noche que entramos y nos estaba esperando tras la puerta? No

dejamos de gritas de susto durante diez minutos, lo bueno fue que el loco no

podía correr y nosotros teníamos una velocidad sorprendente, además con una

carga de adrenalina que nos hacia pareces moscas evitando los manotazos que

nos lanzaba el tipo de las botas.>>

Sin duda, ambos amigos volvieron a vivir los hechos cuando Ángel lo narraba, el

corazón de Damián por fin tenia variaciones emocionales como nunca desde el

día de su accidente.



                                       15
<<¿Sabes? a ese señor lo metieron a la cárcel, luego lo mataron ahí mismo, en su

celda; me di cuenta por una noticia en un diario donde salió su fotografía.>>

La tranquila y relajada charla de pronto fue interrumpida por la madre de Damián

que se acerco a la orilla del parque y lanzó un grito “Ángel… ya es tarde regresa a

Damián” Ángel hace señas a la señora en calidad de afirmación, no sin antes

declararle a Damián el motivo por el cual lo saco al parque.

<<Amigo mío, solo quiero que sepas, me estoy despidiendo,           que fuiste una

inspiración para mí y que soy el único culpable de que tú estés en esa silla de

ruedas. Pero muy pronto pagaré todo lo que hice mal, muy pronto estaré lejos de

todo lo que no puedo corregir… muy pronto estaré con mi madre.>>




                                         16
LA BALANZA



Ángel portaba un rostro cargado de cansancio, su juventud no se reflejaba en ese

flácido y delgado cuerpo; las arrugas que rodeaban sus ojos, cronometraban esa

velocidad de vida que había probado de todo; las marcas de las agujas en su

cuerpo que buscaban el flujo sanguíneo para mezclarse con lo intangible, eran

testigos de la fusión que alteraba su conciencia, su actitud, sus emociones y su

destino, destino que estaba marcado en ese mismo momento y deseaba pasar la

delgada línea entre el azul y el naranja del final.

Humo espeso de colores que invitaba al llamado, se escuchaba claramente el

humo hablando en bellas frases, con sentido sarcástico de lo que Ángel no pudo

lograr, la gruesa voz masculina, por momentos pareciera una bella dama, daba a

Ángel un veredicto de los errores y el castigo que siempre se dejaron a libertad de

elección; si se tomaba, el escapé era eternamente imposible y si se rechazaba, la

fianza maldita triplicase conforme se repetían los eventos.

<<No es castigo ni error>>, decía la bella voz desde dentro del espeso humo,

simplemente así es la eterna circunstancia que padece todo el que desea el reto.

<<¿El reto? Yo no elegí ningún reto, es simplemente que por alguna razón se

juntaron las células dentro del vientre de mi madre y sin quererlo, sin siquiera

pedirlo, alguien me ha traído a este lugar que yo no elegí>>

El humo se matiza de colores grises y negros, y con grito ensordecedor lanza un

reclamo.




                                           17
<<insolente, aun que yo no tuve nada que ver con ello, te reclamo con toda mi ira

¿Cómo piensas pues que estas aquí? ¿Crees tener todas las respuestas

universales? ¿Crees que fue una circunstancia el que tú ocupes un valioso

espacio? ¿No te has dado cuanta aún que eres un engrane importante en esta

compleja maquinaria? pero como darte cuenta pequeño y despreciable ser,

¿Cómo respiras un aire prestado sin dar nada a cambio? ¿Cómo te atreves a

ocupar un espacio? sin tener la conciencia que es solo tuyo y en ese espacio

otorgado puedes hacer lo que tú quieras, mediocre, chico, mediano, grande o

infinito, bueno o malo, constructivo o destructivo, esa es tu decisión; así es que

nunca vuelvas a mencionar el que no has elegido, si así lo haces, yo mismo te

haré subir la escalera.>>

Ángel desesperado pone sus antebrazos en sus oídos entrelazando sus dedos

detrás de su cabeza y con movimientos bruscos de negación se balancea

mientras aprieta sus ojos, de pronto con más ansia que serenidad, grita a la voz.

<<Ninguna, entiéndelo bien, ninguna estúpida voz me hará saber lo que yo

decidiré, si subo o no subo la escalera será asunto solo mío y eso es lo único que

me hace libre frente a lo que no entiendo por destino, no entiendo por línea

marcada para cada uno y para todos a la vez, no aceptaré ninguna hipótesis que

me diga que no es obra de la casualidad y por más infieles teorías que se me

presenten a mi conciencia, no agradeceré a nadie, ni a nada mi, pobre

existencia.>>

<<Vaya, vaya… al menos has mostrado algo de coraje y defendiste tu sentir con

toda convicción, eso te hace valiente entre los valientes, pero también necio entre

los necios y tal vez tu rigidez de pensamiento te haga maldito entre los malditos>>

                                        18
<<A sí, ¿Y quién dictará el veredicto?>>

Pregunta Ángel ya sin miedo y con actitud de reto, mientras la voz serena y

modulando su tono tornándose suave y melodioso.

<<El mismo que existe y no existe, el mismo que premia y no premia, el mismo

que confunde con su sabiduría, el mismo que aturde con su silencio, el mismo que

propone sin oponer, el mismo que es, el mismo con infinidad de nombres y

cambiantes cultos, el infinito eterno>>

Ángel se confunde y vuelve a preguntar.

<<¡Pero cómo¡ ¿a caso no estamos hablando de tu peor enemigo?>>

<<Si así es>>

Responde la voz serenamente, Ángel no puede quedarse con la duda y

cuestiona.

<<¿Y por qué tanta admiración hacia él?>>

Con un grito que hace dar a Ángel un sobresalto, la voz responde.

<< <<Error humano ¿Cuándo entenderán que la verdad no es un entreguismo

absoluto? Pocos han sabido que el reconocer la fortaleza ajena es el primer plano

para dominar al contendiente, los que lo entendieron y se han dispuesto a ello,

simplemente hoy están en la historia de la humanidad, como héroes o como

villanos, eso ustedes se los ponen, pero la verdad es que no puedes aclarar tu

actuar si no hay un punto referente de avance ¿A dónde podrá llegar un

caminante si no se distingue ninguna piedra o montaña que alcanzar? pero no, de

ninguna manera hay enemistad, simple alianza que compense la envolvente

balanza de las energías y tiene que tener tres lados para mantenerla… recuerda,



                                          19
la balanza no puede estar cargada para un solo lado, el universo no se puede

descompensar y cada extremo lucha por mantenerse a un nivel>>

<<¿Pero cómo? Yo pensé que ustedes estaban en su cómodo lecho observantes,

que sin esfuerzo, simplemente levantaban su índice para premiar y castigar el

actuar humano, que su vida era lo más cómodo y relajado de la existencia>>



El espeso humo cubrió a Ángel y sin respuesta sonora lo traslada dejando su

cuerpo para que sintiese el sufrimiento ajeno que hace inclinar las balanzas. Ángel

pide piedad al ver exudar sangre por los poros de su cuerpo, mientras un soldado

preso, es sometido a intensas torturas, el dolor es insoportablemente castigador,

pero el mismo soldado no exuda ni una gota de sangre; Ángel quiere desfallecer

pero su momentáneo potencial no le permite hacerlo; el castigo termina una vez

que Ángel lucha por aceptar el dolor y lo supera; una vez salvo el soldado, el dolor

comienza a cesar y la sangre que empapó las prendas de Ángel, retornan a su

cuerpo dejando las telas con limpieza celestial; no conforme con ello, de pronto

siente una soledad desgarradora y un sentimiento de indescriptible pesar que ni

siquiera las lágrimas pueden calmar, ese grito de negro vacío que nacía en la

boca de su estomago y subía de pronto hasta la garganta, con la mirada siempre

fija de la madre que observaba el cadáver de su pequeño hijo y que pareciera no

estar mirando nada, era transmitido a Ángel y este simplemente se           retorcía

pidiendo clemencia.

<<¿Pensaste que era fácil y cómodo? Ahora sabes como se le quita la carga a un

ser, el dolor del soldado que es torturado y la angustia de la madre que pierde a su



                                         20
hijo, no son nada comparados con las tiranías de la misma humanidad, ahora

multiplica todo ello cada segundo que pasa millones de veces.>>

La voz hace una larga pausa que permite a Ángel tratar de digerir lo que había

vivido.

<<Pero no creas que siempre es así, las alianzas que se llegan a formar entre las

personas y nosotros, nos ayudan a que la carga de dolor, angustia, desesperación

y sufrimiento, sean más cortos y soportables>>

Ángel observa el humo espeso tratando de encontrar a una figura en su interior y

pregunta.

<<Pero tú eres el otro extremo, y a ti ¿Qué te podría importar si la angustia, el

dolor, la desesperación o el sufrimiento son mayores?>>

<<Tienes que tener claro que no se trata de ganar o perder sino de balancear>>

<<Por cierto te equivocaste>> le dice Ángel a la voz, las balanzas no son de tres

sino de dos.

<<No pequeño y confundido ser, yo nunca me equivoco>>

<<Y ¿Quién está al tercer extremo?>>

El humo se desvanece y el dolor que siente Ángel en sus huesos, lo hacen

retorcerse mientras piensa que este intenso dolor es producto de los efectos de la

droga que comienza a ceder. Abre los ojos poco a poco y la luz del día que entra

por el hueco que hace el enorme pórtico del edificio, ciegan al confuso sujeto y

moviendo lentamente cada miembro de su cuerpo para que cedieran los intensos

calambres que le daban esa sensación de ausencia de droga, comienza a

reaccionar, una vez que se supo vivo y con la misma apatía de vivir que antes de

la experiencia pasada, se dispone a subir la escalera.

                                        21
El frío concreto y el mohoso hierro de la escalera, tan estrecha que no permitía el

asenso a más de una persona, se protegía con un rustico pasamanos, éste

formaba figuras caprichosas hechas por manos artesanales y que pareciera, no

les alcanzo el tiempo a dos generaciones para forjarla, aquellas figuras hacían

perfecto juego con el viejo entorno del edificio, edificio que segregaba un fétido

olor a húmedo y viejo; paredes con cáncer que exponían el ladrillo en más de la

mitad del edificio; a lo largo del viaje hacia los pisos superiores se distinguían siete

pisos que presentaban una decena de puertas cada uno de ellos; pareciera que el

enorme caracol que formaba la escalera a lo largo del asenso y el piso

ajedrezado, sacaban de perspectiva el aplomo del edificio y de pronto la ilusión

óptica de este juego de cuadros y caracoles, desbalanceaba las estructuras del

edificio, aparentando un repentino derrumbe; cables de electricidad que

atravesaban el patio para electrificar cada una de las habitaciones, de pronto

chocaban con las ráfagas de viento que entraban por el techo y contactaban los

polos de electricidad suspendiendo el suministro, ofreciendo un evento de chispas

que antecedía a una inminente oscuridad; cuando ello, lo más prudente era

tomarse del pasamanos o de los muros para no dar ningún mal paso que pudiera

fracturar un tobillo o incluso caer de un piso superior. Por las noches, descender la

escalera era una experiencia sumamente aterradora, al pasar por las puertas

camino hacia abajo, el goteo constante de las tuberías era el sonido más

tranquilizador, que de pronto se frustraba por el estridente llanto de los inquilinos;

llantos secos sin sentido que piden lo que ya no tiene solución; luego, el silencio

cuando aquellos dolosos cesan de cansancio y nuevamente el goteo de las

                                          22
tuberías; los pasos sigilosos de pronto desprenden una teja de los escalones y su

fino estallido hace eco en todo el edificio despertando la ira del portero que vigila

el acceso del edificio con un iracundo celo.

<<¿Y ahora quien viene a perturbar? Mejor lárguense al infierno antes de que yo

mismo los saque de aquí.>>

El fiel guardián de la enorme puerta de madera que había visto pasar a infinidad

de personajes y como pago a su labor, recibía su estancia inamovible al empleo,

hasta que decidiese perdonar al reflejo de su barbudo y arrugado rostro; pero la

decisión no era fácil para el portero, ni para Ángel, ni para nadie que decida la

escalera, esa fuerza que obliga a la negación de no subirla y que se erradica sin

sentido al no salir, no superar el mismo miedo y no darse la oportunidad de creer,

es lo que alimenta al viejo edificio que ha pagado su eterno derecho de piso, al

cual, ni la modernidad del entorno ni los nuevos proyectos lo derribarán mientras

la balanza permanezca y alguien tenga que realizar el equilibrio.




                                         23
LIMPIEZA



Ángel siente las piernas como si fueran de plomo, cada paso que sigue se dificulta

más, como si la altura del extraño edificio aumentará la gravedad de los objetos,

incluso el ambiente y las mismas palabras se tornaban tan pesadas que parecía

que tardaban algunos segundos en llegar entre la boca del emisor y los oídos del

receptor, todo era lento… todo era en movimientos que detenían el tiempo. Ángel

se sienta en el último peldaño del siguiente piso, con la mirada fija en la cuadricula

de la planta baja que cada vez se alejaba más, recuesta su espalda húmeda sobre

el fresco y sucio piso, poniendo sus manos sobre la frente y parte de sus ojos,

como en postura de dormir; se hacen notar sus costillas al ritmo de su respiración

y descansa unos minutos. La intensa luz que se proyectaba debajo de una puerta,

se reflejaba directo a sus ojos, esta luz le impedía el quedarse dormido por

completo, al voltear hacia la molesta luz le llamó la atención la exagerada blancura

con la que estaba pintada la puerta, y como un cuerpo bajo los efectos de un

hipnotismo, se acerco lentamente para tocar dicha blancura y mientras lo hace,

una anciana voz le invita a pasar.

<<Pase, pase por favor>>

<<No gracias no, solo estaba viendo su puerta, ¿Cómo es que la mantiene tan

blanca?>>

<<Bueno soy excesivamente limpia, tanto que me ha costado no poder ser esposa

ni ser madre>>

<<No me diga que se fue su familia por que lavaba mucho la puerta>>



                                          24
<<No, en realidad nunca tuve una familia, nunca me di el espacio para tener un

serio noviazgo y mucho menos un esposo; pero, el exceso de limpieza lo traigo

desde bebé, yo nací entre cunas de sabanas blancas y la limpieza militarizada que

imponía mi madre a las criadas, era exhaustiva, aún recuerdo que mi educación

era limpieza, formalidad, limpieza, cortesía, limpieza, respeto, limpieza, estudio,

limpieza, limpieza, limpieza y así toda mi niñez y mi juventud, hasta que mi madre

murió; si supieras todas las pastillas de jabón que se derritieron en mis manos

durante lo largo de mi vida, lástima que hoy no me alcanza el dinero para tanto y

tengo que administrar una pastilla por semana. Pero no todo ha sido tan malo, en

mi trabajo como enfermera de cunas me ascendieron rápidamente por mantener

un estricto control de la limpieza en mis treinta años de trabajar en un hospital. Y

tú ¿Cómo te llamas?>>

Interrumpe su charla la anciana.

<<Ángel, me llamo Ángel.>>

<<Te llamas como el último paciente que cuide en el hospital, un bebito que

esperaba a que su madre se recuperara, de hecho déjame platicarte que ese niño

fue la causa de mi despido del hospital, una vez que te acostumbras a una rutina

tediosa, monótona y horriblemente aburrida, es decir te levantas de la cama

blanca, excesivamente blanca para distinguir las manchas que puedan ocasionar

el polvo de la habitación y sabes que te tienes que levantar para trabajar, pero no

con ganas de hacerlo, sabes que te enfrentarás nuevamente a esa constante

lucha entre tú y la mugre, entre tú y las bacterias, entre tú y la suciedad pero

pasan y pasan los años y nunca ganas, nunca ceden las manchas, la mugre; aún

recuerdo a mi madre esterilizando todo para alimentarme, cada cuchara que se

                                         25
utilizaba para prepararme el alimento, cada biberón, cada juguete que se me

acercaba era ferozmente esterilizado ¿será por eso que yo hago lo mismo que mi

madre? Tal vez si, se dice que las conductas se heredan de padres a hijos, luego

tú trasfieres a tus hijos y tus hijos a tus nietos hasta que se distingue como algo

tan normal que pasa, solo pasa; de hecho mi madre murió de una extraña

enfermedad de contagio, decían los doctores que era una infección grave pero

nada que no se haya podido controlar, solo que es como si a un soldado le da

miedo la guerra, como si una monja perdiera la fe, como si un bombero le diera

pánico el calor; en fin ella murió de depresión por haber contagiado su cuerpo de

algo extraño. Y así fue mi educación, luego al crecer sola, no me quedo otra

opción que aprender a limpiar todo; de hecho desde niña, ya sin mi mamá y

obviamente sin sirvientes, yo recordaba como eran los procesos de limpieza y

traté de asignarme tareas que no había realizado jamás, sin alguna asesoría, así

es que conforme me fueron corrigiendo mis familiares, que esporádicamente se

acercaban a la casa, yo rectificaba; es curioso creer como pensaba que aún

teniendo ocho años yo tendría que alimentarme con un biberón esterilizado, así es

que cuando me tope con el reto de utilizar un vaso simplemente se me escurría

todo, por los lados y entre los labios. Luego llego la pubertad y con ello los novios,

no recuerdo la cantidad de ellos que salieron corriendo al saber que antes de un

beso necesitaban un lavado bucal y mantener gárgaras de solución salina durante

minutos, algunos creían que era una simple broma y se sometían para después

obtener el preciado beso, algunos otros se ofendían y jamás me dirigían la

palabra, pero no es que yo lo quisiera así, simplemente así se me enseño, así se

me educo y por ello murió mi madre; toda mi vida fue extraña y por lo tanto nunca

                                          26
me case, nunca nadie se acerco después de saber mi adicción a la limpieza y aquí

me tienes sola, sin pareja y sin familia.>>

Una pesada pausa se apodero del momento y la mujer rompe con pausada voz.

<< Aún que no tengas el ánimo de preguntarme, sé que en tu cabeza están

ciertas preguntas incomodas; si… si me quede con las locas ganas de tener una

familia, hubo incluso alguna ocasión, cuando yo recién cumplía los cincuenta

años, realice un muñeco en forma de bebé, lo confeccioné, lo vestí, incluso le

puse nombre, ya te imaginaras como eran los cuidados para el muñeco de trapo,

seguramente le cambie tres o cuatro veces la tela de la piel, por tanto desgaste

que se producía al limpiarlo y por supuesto comencé a llegar tarde y desvelada al

trabajo; pero los verdaderos problemas vinieron cuando tenía que responder las

filosas preguntas de los jefes y compañeras, ¿Tarde otra vez? ¿Pues que ya

tenemos pareja? La estúpida ironía de las preguntas me hacían enfurecer y

responder con mentiras, “me desvele atendiendo al niño y mi esposo no me

ayudo” al principio se reían como si se tratara de una elaborada respuesta en son

de broma, pero luego tenía que soportar las miradas evasivas que te dicen “vieja

loca” pero claro, como se me ocurre decir que tenía un esposo y peor aún como

se me ocurrió decir que tenía un bebé; tal vez la desesperación de tener

relaciones sexuales y formar una familia me orillaron a la locura, así es que hoy

me conformo con un muñeco de trapo, que ya no aseo, y unas manos

exageradamente limpias que me hacen tener una pareja sublime que estoy

comenzando a amar>>

<<Pero dígame señora ¿Por qué dijo que perdió el trabajo? ¿O a caso la corrieron

por loca?>>

                                          27
<<Si, me corrieron, pero no por loca; en un turno de noche en el hospital yo estaba

completamente desolada, la desesperación me asfixiaba y salí corriendo por los

pasillos, ya no había nada que perder, a quien le puede si falta la jefa de cunas o a

quien le importa si vivo o muero, no tenía a nadie, de pronto el largo pasillo hacia

la salida se encontraba solo, decenas de puertas laterales fueron testigos de mis

pensamientos mientras bajaba la velocidad al ritmo de mis intenciones, una vez

que mi cuerpo se freno, la decisión ya estaba tomada, me tenía que ir de ese

ostentoso y monótono lugar, pero nunca sola, al fin y al cabo ¿a quién le podría

importar un bebé de tres meses que ya nadie visita?, con una madre que morirá y

dejará un indefenso niño en las garras de algún orfanato o en el mejor de los

casos sería adoptado a una familia rica que compra la felicidad con juguetes, no

nunca lo permitiría, ese hermoso bebé y yo seriamos una bonita familia, con

proyectos, pastel con velas cada año, regalos bajo el árbol, protección, limpieza,

buena educación, lejos de las malas amistades, las malas influencias, lejos de

todo mal, solos él y yo… su nueva madre. Pero eso no fue así, cuando faltaban

unos cuantos pasos para la puerta de cristal con un esperanzador letrero de

salida, la apurada voz de un guardia y el sonido de sus llaves que colgaban en su

cinturón me decían que todo había terminado para siempre, que regresara al niño.

Lo demás no es nada grato, unos meses de cárcel, un abogado que me pedía

sexo para transferirme a un hospital lleno de locos y un nuevo bebé de trapo que

confirmaba mi estado mental.>>

<<Pero entonces ¿está o no está loca?>>

<<¿Tú conoces a alguien sano? … claro, tu silencio no me deja mentir; ¿sabes

muchacho? La única diferencia es que mi habitación debe estar cubierta con

                                         28
colchones, por si me deseo golpear la cabeza, pero haya afuera, en la vida, no

hay colchones y la gente vive y se desangra a diario, minuto a minuto y nadie

reclama, nadie les pide aclaración alguna, no hay electroshock, no hay jeringas

con sedantes ¿Estás de acuerdo con eso?>>

<<Pues no… la verdad que no estoy de acuerdo>>

<<Entonces lárgate, lárgate, vete ya, si no entiendes esa parte de la humanidad,

donde la normalidad solo son parámetros de percepción y la mayoría cree tener la

razón, no tienes porque opinar del tema que desconoces; pero lo que no sabes es

que detrás del espejo siempre es gris, y ese lado gris nunca lo quieres ver, porque

no hay reflejo que te diga. “eres normal, eres como la mayoría… sigue así” el gris

lo tienes que interpretar y adaptarte a ello. Ahora vete para jamás posar sobre mi

puerta>>




                                        29
LA FLOR Y LA BESTIA




Ángel, sube un peldaño más y su agitada respiración le exige abrir la boca tan

grande que las bocanadas de aliento se acompañaban con un extraño sonido de

ronco jadeo, su energía se agotó y decide hacer una pausa sujeto fuertemente del

picaporte de una puerta para detener su flácido cuerpo, pero su ritual de

recuperación es interrumpido por el inquilino de la habitación al creer que alguien

trataba de penetrar su puerta, el individuo exaltado pataleaba la puerta y gritaba a

Ángel que se retirará de su habitación, sin embargo Ángel apenas podía dar un

paso más y prefirió conciliar la estancia.


<< Un momento… por favor… solo estoy descansando>>


<< No es cierto, largo, ¿Tú quien eres? ¿Acaso eres un policía? Largo yo ya

pague mi condena, largo>>


<<No, no, señor yo no soy ningún policía, solo me dirijo hacia arriba>>


<< Mienten, malditos policías, ya les dije que he pagado mi condena>>


Ángel, se llena de ira y entre cansancio y coraje le grita a la puerta.


<<No importa lo que piense… si cree que soy o no soy policía, no me importa yo

solo estoy descansando y me voy en este momento>>


<<Espera, espera, ¿seguro que no eres policía?>>


<<¿Quiere que le repita la misma respuesta por tercera vez?>>

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<<No espera, no te marches, solo cuéntame acerca de ti ¿a qué has venido a

este edificio?>>


Ángel desea saciar la sed que le ocasionó el esfuerzo de subir.


<<Eso es asunto mío, si quiere platicar deme un vaso de agua>>


<<Espera un poco, por favor>>


El individuo mucho más sereno y con un tono de voz más conciliador, le pasa a

Ángel un vaso de agua por una pequeña portezuela que se encontraba a la altura

de la cara de quien deseaba entrar, pero su rostro jamás asomo.


<<De aquí en adelante el asenso es mucho más ligero, no te desanimes o debería

decir mejor desanímate, al fin es lo mismo si subes o te quedas>>


Ángel bebe con desesperación el vaso de agua y aún escurriendo de su boca

entrega el vaso y agradece entre jadeos.


<<Gracias señor, ¿Y usted que le teme a la policía?>>


<<Si tú estuvieras preso durante más de diez años sabrías lo que es temerle a los

policías>>


<<Diez años es mucho tiempo, ¿Puedo saber que hizo?>>


<<Justicia>>


<<¿Cómo? ¿Lo encerraron por justicia?>>




                                        31
Ángel simplemente arruga el entrecejo y abre sus ojos a máxima expresión

cuando escucho la aparente contradicción que le hace perder el interés.


<< Si claro, eso han de decir todos ahí en la cárcel. ¿Sabe? que yo tengo muchos

escalones que subir, adiós>>


 Ángel se decidía a subir, cuando escuchó una frase que le hizo prestar atención


<<Mate a un individuo, si así como lo escuchas, pero no creas que me arrepiento,

con ese asesinato he rescatado la paz de mi hija>>


<<¿Mato por la paz de su hija y no está arrepentido? ¿Quién le dijo que matando

se gana la paz?>>


<<Me lo dijo un sacerdote>>


Ángel no pudo resistir el escuchar tal confusión y se queda tras la puerta con su

oído dirigido a la abierta puertezuela para poder escuchar.


<<Cuando era chico mi amigo de la infancia y yo formamos un lazo muy especial,

no había nada que no hiciéramos juntos, los primeros años de escuela, los

equipos de fútbol, las primeras novias, en fin; todo lo hacíamos juntos,

naturalmente crecimos y yo decidí estudiar una carrera en administración y llegué

a ser el gerente general de un hospital de maternidad, y por alguna razón que aún

no recuerdo por qué sucedió, Miguel se fue al seminario, por supuesto que ambos

triunfamos en nuestros respectivos proyectos; él, un respetado y querido

sacerdote y yo un triunfador hombre de negocios; ya no hubo contacto entre

Miguel y yo, solo un par de llamadas al año para recordarnos los cumpleaños y


                                        32
felicitarnos en las fiestas navideñas y por supuesto que yo donaba un buen

cheque a la parroquia de Miguel, cada semana santa. Pero dejemos un rato a

Miguel para hablarte de mi hija, cuando yo enviude de mi esposa, porque ella

padecía un cáncer que le consumió todo su cuerpo, no fue muy larga su espera,

solo tres meses después de una metástasis y su cuerpo ya no resistió… falleció.

Yo   refugié la tristeza en mi única hija, le trate de dar todo lo material y lo

espiritual, pero en esto último nunca fui bueno, pensaba que con un amigo

sacerdote y un cheque lleno de ceros, mi alma estaba tranquila y salva. Pero que

iluso y estúpido he sido, nunca pensé que el destino cambia como cambia el

clima, nunca me di cuenta que los planes de vida son planes ajenos y hoy ni mi

esposa ni mi hija están aquí>>


<<¿Su hija también murió?>>


<<No a ella la asesinaron, y yo me siento tan culpable de ello, no debí haber

escogido ese colegio, pero como saber que el conserje era un loco maniático…

estúpido loco>>


<<¿Acaso el asesino a su hija?>>


Con palabras entrecortadas y a punto de romper en llanto, hace un esfuerzo por

responder.


<<Así fue… y aún tengo el recuerdo de cada letra de la declaración ante las

autoridades. ¿Pero cómo puede haber algo tan atroz en una persona?>>




                                       33
El llanto sollozante y los constantes golpes de su talón en la puerta hacían

suponer a Ángel que le había dado la espalda a la puerta y que no se era

momento para otra pregunta, un silencio de ambos que los conectó en mente

abrió la posibilidad para que el letrado y educado personaje rompiera el silencio

que se guardó durante tantos años y como una posibilidad de auto terapia

comienza a describir el horror que lo aprisionaba.


<<Imagínate que una bestia con rostro grotesco y largo bigote, toma una pequeña

flor, naturalmente la bestia y la pequeña flor no corresponden a una misma

frecuencia de pensamiento, edad, genero, sentimiento y el solo hecho de ver a

esta mal oliente bestia con una pequeña flor, rompe toda lógica de armonía divina;

pero la bestia se aprovecha de su fuerza superior y arranca la flor de la planta, las

demás flores solo observan… angustiadas, tristes, impotentes; la bestia corre

algún lugar con la delicada flor, después de un rato de observar tal belleza…

belleza que llora, comienza a despojarla de sus pétalos, el frió y el temor de mi flor

la hacen ceder ante la bestia y después de un shock de temblor y espanto, la

pequeña flor pasa de temblante rigidez a inconsciente flacidez; ella ya no estaba

ahí mientras sucedía lo más horrible y sin embargo el rostro de la bestia fue lo

último que los ojos de mi pequeña flor vieron de este extraño e injusto destino>>


Ángel estaba plenamente sorprendido de cómo un hombre pueda sacar fuerzas de

su interior para describir tal evento, el agotamiento mental de ambos los obligo a

hacer una pausa para digerir el amargo bocado que compartían.




                                          34
<<Pero eso no es todo mi amigo, déjame decirte que ante la ausencia de mi hija,

no encontraba consuelo en ningún lado, se dice que al extraño ritual, ese de velar

a los muertos, fueron miles de personas a las que yo tenía que abrazar y decirles

gracias, sin embargo aun no puedo recordar ningún rostro, incluso el de Miguel,

que dicen, siempre estuvo a mi lado y que por cierto fue la primera persona que

visite una vez que volví en sí de mi extraño estado de ausencia mental.


Miguel dime que hice mal, le preguntaba constantemente ¿Por qué tu Dios me

odia tanto? ¿Acaso es un castigo por no seguirte los pasos al sacerdocio? Miguel

solo me callaba y renegaba de mis blasfemias, me recitaba citas bíblicas y me

daba fortaleza moral, pero yo no estaba satisfecho y me obsesione por querer

encontrar un alivio que me diera esa tranquilidad que no se calmaba aun sabiendo

que el asesino estaba preso. Al poco tiempo, una vez que me quede sin mi

negocio del hospital, por los chantajes y extorciones de un periodista, yo me

encontraba en una verdadera crisis económica y de conciencia, y el poco alimento

que podía comprar deterioró mi salud, corrí para con Miguel nuevamente, su rostro

alcanzó a denotar un gesto de fastidio al verme, y mi poca lucidez encontró las

palabras precisas para captar su atención, “Miguel,        dime si en verdad Dios

perdona a los verdaderos arrepentidos”, la respuesta fue lógica viniendo de un

sacerdote; al poco tiempo Miguel no podía creer lo que leía en un citatorio que le

hicieron las autoridades para declarar sobre el asesinato de la bestia>>


<<¿Mato al asesino de su hija?>> Pregunta Ángel plenamente sorprendido, pero

con la oculta sensación de alivio si la respuesta fuese un si.




                                          35
<<Por supuesto que lo hice, entré a la cárcel haciéndome pasar por el primo de la

bestia y sin más, cuando lo tuve de frente me quite el cinturón, lo enrede en su

cuello y lo apreté hasta que dejo de respirar>>


<<¿Y el padre Miguel que tuvo que ver con ello?>>


<<Cuando me dejaron ver a Miguel en mi celda me hizo la misma pregunta, el no

podía creer que le di las gracias por haberme dado la luz de la paz; ante el

reproche que me hizo Miguel de mi afirmación le dije, recuerdas que en mi última

visita a tu iglesia me sacaste de una gran duda, pues ahí lo tienes, el

arrepentimiento siempre llega si es sincero y de todo corazón>>


<<Pero usted primero pregunto acerca del arrepentimiento y después fue y mato

a una persona, ¿Cómo puede ser eso?>>


<<Así como te escuchas, escuché a Miguel, y la misma respuesta es para ti; Si

mi pequeña hija, que ahora está en el cielo, ve nuevamente el horrible rostro de su

asesino, jamás me lo perdonaría a mí mismo, sin embargo ante la posibilidad de

que esta bestia se arrepintiera de todo corazón y Dios le dé cabida en su paraíso,

me adelanté y le quite la vida, con ello evite un encuentro entre la flor y la bestia>>




                                          36
NO ENCONTRE A DIOS



<<Hey tú, te estaba esperando, sabía que pasarías por esta puerta, te he visto

platicar con Lisandro, sé que tienes algunas dudas y que deseas preguntar mil

cosas, pero no creas que se tienen todas las respuestas, mucho menos si bienes

de abajo. ¿Sabes?... no basta con estudiar teología para encontrar las verdaderas

respuestas que la humanidad tiene que saber, en realidad todo es relativo, todo es

con la claridad u oscuridad que tu lente interno determine; sin embargo esto que te

digo me ha costado el retiro de la iglesia, que mas bien, fue despido de mi iglesia,

de mi trabajo>> el hombre exhala y hace una meditada pausa <<y cuantas veces

te detienes a pensar que en realidad es un trabajo, que puede salvar almas, vidas

y conciencias, pero al final del día es un trabajo. ¡Padre Miguel, padre Miguel por

favor escuche lo que le tengo que platicar! Me pedían los feligreses; no, no, ahora

no, tengo que agarrar mi sotana e irme a ofrecer confesiones, como si a un

bombero le pidieras apagar tu casa y te contestara, no, no ahora no, tengo que ir a

apagar incendios. Pero eso no es importante lo verdaderamente importante es que

ahora que ya no soy sacerdote sigo amando a Dios, un Dios que nunca intimide

con él, que nunca me di la oportunidad de decirle gracias, te quiero, te admiro,

eres parte de mi ser. y no se lo dije, porque creí que una vez culminados mis

estudios sacerdotales le podría hablar al oído y él me respondería. Y es que lo

más difícil de hablar con Dios no es sacar sonidos con la boca, lo más difícil es

encontrar la mirada exacta, justo cuando él te esta volteando a ver y en ese

momento aprovechar y decirle, mira salve a uno de tus hijos, rescate a una de tus



                                         37
hijas, hoy hice sonreír a un niño, hoy no comí… pero ese indigente si lo hizo; y no

pedirles absolutamente nada a cambio, ni quiero que me lo agradezcas mi Dios,

pero quiero que sientas el sonido frágil, suave y satisfecho de mi corazón. Así

captas la mirada del Dios que nunca vemos y que todos creemos conocer, pero

más allá de que todos lo creemos conocer, sentimos que es un esclavo nuestro…

me incluyo.

¿Aún estas ahí muchacho? ¡imagínate tener a un Dios como esclavo¡ pero así ha

sido siempre, la humanidad se acostumbró a decir: Dios ayúdame, sácame de

este apuro, salva a mi padre de esa enfermedad, no dejes que me reprueben en el

colegio, dame trabajo, bendice mis propiedades para que no les pase nada,

ayúdame a ganar esta contienda; y claro, cuando no se cumple la voluntad del

amo, todo es reproche, todo es injusticia y todo es malo; luego, por alguna razón,

nos acordamos que tenemos que darle al esclavo algo a cambio y empezamos a

intercambiar idioteces: si me sacas de esta yo te prometo que, si lo salvas yo te

juro que, si me ayudas yo estoy dispuesto a. Como si al santísimo le interesará

hacer algún tipo de trueque o negocio que haga más rica su inmensa sabiduría,

como si la vida, que es de él, fuera un privilegio de los individuos para determinar

el rumbo por peticiones que se dicen en locos momentos de impotencia humana.

A todo esto ¿Cómo te llamas?>>

<<Ángel, señor>>

<<Mira Ángel, no me importa todo lo que Lisandro te pudo haber dicho de mí o del

perdón, pero además la idea del perdón, del arrepentimiento, de la vida presente y

la vida en muerte, son cosas tan personales que tienes que encontrar el verdadero

sentido y no explicarle a nadie tal confusión, espero que comprendas esto.

                                         38
¿Te platique del individuo que quería encontrar a Dios? Perdón estoy pensando

que tienes todo el tiempo del mundo y ni siquiera sé si te interese>>

<<Pues la verdad…>>

Ángel tuvo un titubeo ante su respuesta y la palabra le fue arrebatada.

<<Además con Lisandro te estuviste mucho tiempo y hasta te dio un vaso de

whisky>>

<<No señor, la verdad era agua, y al igual que usted, no me permitió verle el

rostro>>

El sacerdote le responde a Ángel con una carga de meditación.

<<Los rostros son solamente figuras para guardar los pensamientos, esos no

importan, pero déjame te sigo diciendo de aquel individuo que quiso conocer a

Dios. Era la preparación de la pascua, todos los sacerdotes estamos sumamente

atareados en esas épocas. que la organización, que los horarios, que cambio de

insignias, los coros, las flores, los monaguillos, en fin, y lo último que quieres es

encontrarte con un necio individuo que desee saber cosas de Dios, pero parece

mentira, siempre se aparece uno de ellos, Don Carlos un tipo rico que siempre

vivió frente a la iglesia y que jamás se acerco a ella hasta que la vida le dio la más

grande de las maldiciones… la soledad, su familia lo fue dejando solo porque no

soportaban a un alcohólico, pero no era un alcohólico convencional sino que

aparte de bebedor, era altanero, prepotente y con mucho dinero. Así es que sus

hijos prefirieron casarse a temprana edad y claro que las celebraciones de cada

una de las bodas tenían dos festejos, uno sencillo y con tres o cuatro familiares en

la casa de Don Carlos y otra en grande, con cientos de invitados… menos Don

Carlos, ya te imaginaras el por qué de la exclusión y el pobre Don Carlos solo se

                                          39
limitaba a preguntar ¿Pues a dónde van todos tan formales? En fin, ese era Don

Carlos que al final su esposa también lo dejó, ella aprendió a soportar el

alcoholismo de Don Carlos casi hasta el final, solo que un día se entero que, aquel

imperfecto hombre había tenido un hijo fuera del matrimonio y la angustiada

esposa se limitó a tomar sus maletas y dejar a Don Carlos como un perro en casa

de lujo, tal vez a la esposa no le hubiese importado tanto el romance fuera del

matrimonio, a esa edad puedes tolerar ciertas cosas, sin embargo la triste historia

de aquel romance que dejó como saldo una mujer embarazada, que perdió su

trabajo, sus bienes y casi pierde a su hijo en el parto dejándola en coma durante

meses, obligó a la esposa a tomar esa dura decisión. Pero regresemos a lo otro,

te decía que a vísperas de pascua se acerca Don Carlos con su característico

aliento etílico que te obliga a retroceder un par de pasos, suplicando le indique el

camino de Dios y preguntando que si Dios puede hacer que su soledad

desaparezca; la pregunta fue tan trivial que no supe responderle, En ese

momento, un simple “si” o “un claro que es el camino”, no serviría de mucho, así

es que mejor mandé a Don Carlos a buscar a Dios, y te soy sincero, con una leve

esperanza de que lo encontrara y viniera nuevamente con migo a indicarme donde

lo encontró; así pasaron las fiestas de pascua y Don Carlos jamás se acerco y la

verdad a mi ya se me había olvidado el asunto. Un día que salí fuera del templo

para supervisar unas reparaciones al edificio, dirigí la mirada a la mansión de Don

Carlos y ahí estaba, fuera de su casa en una gran sombra que proyectaba el árbol

de su banqueta, se veía tan pasivo, tranquilo relajado y hasta se distinguía una

sonrisa en su rostro, no pude dejar pasar la oportunidad de preguntarle si había

encontrado el camino, la compañía de Dios>>

                                         40
<<Mire padre Miguel, estoy satisfecho de no haberlo encontrado, y créalo         lo

busqué, es mas, hace dos domingos vine a la misa que usted celebró por la tarde,

créalo padre, nunca había puesto tanta atención en tan elevado ritual, pero antes

de continuar déjeme darle la libertad de que me corrija, si es que estoy diciendo

algo incorrecto, estoy sorprendido que usted tenga el permiso para decirle a Dios

que se transforme en pan y dárselo en la boca a los feligreses, pero además me

sentí muy desdichado de no haber querido participar en esto de alimentarse con el

cuerpo y sangre del mismísimo Dios, sin embargo también me puse a pensar

¿qué haría yo con tal responsabilidad dentro de mí? Y para no tener la tremenda

tentación de recibir al Dios que andaba buscando, mejor observe a los que se

alimentaron de él, con todo cuidado me grave un par de rostros y al terminar la

misa los seguí, sin duda que fue para mí una gran decepción, esa gente no traía a

Dios dentro, y yo no note algún cambio en ellos, incluso puedo decirle, algunos lo

hicieron con la misma naturalidad con la que defecan, nadie lloró, nadie mostró

una sonrisa diferente, nadie gritó de alegría; por lo tanto pensé que ahí no estaba

Dios y lo seguí buscando. Usted no lo va a creer padre, pero ya no lo quise buscar

en los templos donde se enseña religión, mejor me fui a la cantina, en esta

ocasión no pedí ni una gota de alcohol, solo me aboqué a buscar a Dios. La tétrica

música, los escupitajos, las palabras incongruentes que emanaban de los ahí

borrachos, me hicieron ver una realidad en la cual yo estaba ahí dentro la mayoría

del tiempo, pero ese loco día yo solo estaba buscando a Dios, al poco tiempo me

acerque a la barra, pedí un refresco, el cual me despacho el cantinero con la cara

de extrañeza, y me dedique a escuchar las platicas         incongruentes    y casi

incomprensibles a pesar del estridente tono con el que se platicaba. Pues vera

                                        41
padre, no encontré mucho, pareciera que todos vivían en la misma casa,

trabajaban en el mismo lugar y tenían a la misma esposa, sus problemas eran

como un guión de una trágica obra de teatro donde cada quien le ponía su final,

unos dejaban todo, sus hogares, sus trabajos, su familia; otros se resignaban a

vivir con sus problemas e incluso había quien intentaba matar a su esposa… No

sé, tal vez era el estado etílico y la frustración de no saber resolver los problemas.

El caso es, padre, que ahí tampoco encontré a Dios, pero déjeme decirle que al

salir de la cantina vi a un muerto en vida, el individuo se sujetaba fuertemente de

un poste para mantener el equilibrio, pareciera una feroz lucha entre el movimiento

del planeta y el individuo que trataba de controlarlo, tras de él, un niño que le

decía con tremendo llanto mientras sujetaba las mangas de su pantalón, “Papi,

papi, por favor ya vámonos a la casa”. Así es que decidí en ese momento soportar

la angustia del niño que luchaba con tremenda fuerza para controlar al muerto, el

borracho ni siquiera se daba cuenta de que el mundo no se movía y que era su

hijo el de la verdadera lucha contra ese involuntario movimiento, por último, ese

mundo que sigue girando con toda soberbia sin siquiera darse cuenta que un

muerto lo quiere detener>>

<<¿Pero por que la expresión de “muerto” ante una persona?>>

Pregunta un tanto desconcertado el padre Miguel.

<<¿Y cuál es la diferencia entre un muerto que camina, come y grita, a uno que

simplemente yace en la tierra? La única diferencia es que uno consume y el otro

no, pero ambos se pudren lentamente.>>

 <<Entonces Don Carlos ¿Encontró a Dios o no lo encontró?>>



                                          42
Don Carlos, inclina ligeramente la cabeza mientras su mirada sigue fija al rostro

del padre Miguel y con ambas manos hace un ademan hacia su cuerpo poniendo

las palmas cruzadas en su pecho.

<<Míreme Padre, acaso le parezco al mismo muerto de antes? >>

<<La verdad lo veo con tremenda vitalidad Don Carlos>>

<<Entonces… lo he encontrado, Padre. Y hoy dedicaré todas mis energías a

buscar a mi hijo que nunca quise conocer, le daré todo lo que le pueda dar, si él

me lo permite, y compensaré todo el daño que le pude ocasionar a él y a su

madre.

Como vez Ángel, solo me quedó el saber, que Dios es ese efecto positivo que se

encuentra en donde tú lo quieres encontrar, como lo quieras encontrar y tienes

que darte el libre valor de saber que lo necesitas, nada tiene sentido sin un Dios a

quien recurrir, a quien ofrecer, a quien corresponder, así de sencillo así de

profundo… así de doloroso.>>




                                         43
VIDAS AJENAS.



Ángel continua su ascenso, lo que más desea es estar en el final, sus

pensamientos le ocasionaban tal fatiga, como al caminante del desierto le

ocasiona la deshidratación, que prefería desplomarse; sin embargo no podía dejar

inconcluso lo que empezó. Al llegar al siguiente piso, decide hacer un reposo,

coloca los antebrazos en el pasamanos de la barandilla y entrecruza sus dedos

pegando las palmas de sus manos, su espalda hacía una prolongada curvatura

que dejaba ver la mayoría de sus vertebras; respiraba con dificultad y comenzó a

presentar mareos; inhalaba y exhalaba aire para poder recuperarse, pero ello no

fue suficiente y repentinamente expulsó una gran cantidad de vomito, al momento

e instintivamente para no llenar el suelo del primer piso y que éste llamara la

atención, decide voltearse y arrojar su vomito al interior del pasillo; inevitablemente

ensucia una puerta, Ángel intenta limpiarla con su pantalón usando su rodilla, pero

solo extiende la mancha, después de controlar las nauseas con largas y lentas

inhalaciones, coloca una de sus palma en la pared y la otra en el estomago, como

trasmitiendo energía al interior, una vez recuperado, decide continuar.

<<¿Crees que te puedes ir dejando tu mugre en mi entrada? ¿Crees que es

suficiente con ese intento de limpiar? ó ¿Qué crees que te da derecho de ir

ensuciando el camino de las demás personas?>>

<<Estoy mareado, ¿podría comprender eso?>>

<<Me importa un rábano si estas mareado, me importa un rábano si te estás

muriendo, yo no te pregunté qué te pasaba, te pregunte si ¿Crees que puedes ir


                                          44
dejando tu mugre en mi entrada? Pero ni te molestes en contestarme

seguramente y por lo que escuché, eso es lo que haces, vas dejando mugre en el

camino de los demás; eres igual a nosotros los periodistas, que sin importar a

quien dañemos, alteramos los hechos para que las notas periodísticas sean más

atractivas a la gente, entre más sangre, infidelidades, engaños, venganzas y odio;

los periodistas vendemos más notas que son publicadas en los prostituidos

diarios. ¡Si¡ esa expresión es correcta… “vamos llenando de mugre las vidas” ¿te

parece bien ese encabezado? Al menos que quieras que lo distorsione más y le

ponga “vidas entre vomito y porquería”>>

Suelta una carcajada con tremenda ironía, y continua.

<<aquí todo se vale, y entre más denigrante y asqueroso pongas el titulo, más

ventas, más dinero, más prestigio y sobre todo más controlas a la gente y la

sumerges en tus pensamientos, en tu propia distorsión de la vida hacia los demás;

porque llega un momento en el que te conviertes en Dios, puedes con un bolígrafo

poner palabras que destruyen, puedes cambiar vidas con solo apuntar en una

libreta, aquellos datos que no corresponden a la realidad, además ya cuando eres

muy hábil en esto y te mueves rápidamente, puedes ir con el afectado y le pláticas

la noticia que saldrá a las cinco de la mañana del siguiente día, si a él no le gusta,

con una módica suma de dinero le quitamos las palabras sangre, traición, incesto,

infidelidad, violación, etcétera etcétera etcétera; así, vives bien económicamente y

haces la función de Dios, controlas todas las voluntades con un solo dedo. Porque

creo que eso hace Dios ¿no? O también eres como esos de extraño pensamiento

que creen que Dios te deja al libre albedrio todo lo que rige tu vida; nombre… no

seas ingenuo, si eso fuera ni siquiera habría diferencias, siempre las habrá, en la

                                          45
vida siempre habrá, ricos y pobres, poderosos y sometidos, negros y blancos,

judíos y arios, buenos y malos; imagínate la vida sin ello, sería bastante aburrida.

Mira, el control que Dios ejerce ante la humanidad es para eso, para que existan

algunos nacidos que su función sea la de ser pobre, abusado, golpeado,

asesinado, violado, invadido, y todo lo malo que te pueda decir; si esto no fuera

así, el trabajo de Dios sería muy aburrido y sus ocho horas laborales estarían

llenas de tedio, solamente confiando en “el libre albedrio”.>>

<<Espera, espera reportero loco, ya hasta le pusiste un horario de ocho horas al

creador, ya le pusiste trabajo interesante y definiste sus tareas, lo que yo creo es

que no solo haces las funciones de él, sino que te crees superior a él. Mira anota

esto en tu libreta “Este estúpido periodista se cree Dios” para que salga en el

encabezado de mañana. ¿Qué te parece?>>

<<Mal, en realidad seria ”Estúpido periodista se cree Dios” tienes que eliminar

pronombre de los encabezados.>>

<<De cualquier forma el saber redactar no te quita lo estúpido>>

El periodista responde.

<<Tu opinión es lo que menos me interesa, este mundo siempre ha sido de los

estúpidos, los poderosos, los influyentes, los lame pies, los rudos, los potentados,

y si te quieres quedar atrás es decisión tuya>>

Ángel responde apresurado.

<<Entonces ¿si estás de acuerdo o no estás de acuerdo en lo del libre albedrio?

Porque hace rato me dijiste que Dios controlaba todo para no aburrirse y que

algunos nacidos tendrían que…>>

El periodista interrumpe a Ángel con un sonido de su boca.

                                         46
<<Shhhhh basta, basta. Ya sé lo que te dije, lo que no has entendido tú, es que

soy periodista y cambio realidades, nunca creas nada de lo que escriba o diga un

periodista, nuestra mente ya está dispuesta a distorsionar lo más sencillo y lo

convertimos en lo más crudo, así de fácil.

Mira te platicaré lo que logré hacer en una ocasión con un hospital. Era ya tarde,

las noticias que saldrían al día siguiente ya estaban entregadas a la redacción; de

pronto un telefonema me indica que hay una noticia en un hospital, que acuda a

tal dirección por que una mujer duró ocho meses en coma, ya despertó y está en

perfectas condiciones. Mi respuesta fue negativa, ya había noticias para el día

siguiente y eso de despertar de un coma no es algo que pueda vender tanto. Pero

la sugerencia se convirtió en orden y tuve que acudir al dichoso hospital. Al entrar

era como una fiesta alrededor de la paciente, había globos, flores, periodistas de

toda la ciudad; ese día yo no pregunté nada, no entrevisté a nadie, simplemente

estaba observando y escuchando las preguntas inútiles que hacían mis colegas y

por supuesto ya conocía las respuestas de la paciente, aunque muy inteligentes,

todas las personas te contestan lo mismo. Yo con el fastidio de cubrir una noticia

que no quería, comencé a observas otras cosas, dirigí la mirada a los pasillos y

me percaté de dos individuos que portaban trajes elegantes y discutían

acaloradamente; sigiloso me fui acercando hasta que la distancia me permitía

escuchar perfectamente. Uno de ellos, el más joven, le decía al otro que no era

conveniente hacer que la paciente recién salida del coma, pagara la cuenta, que

hacía meses perdieron el contacto con sus familiares y según la investigación ella

ya no tenía trabajo ni algún fiador que se responsabilizara de sus cuentas.

Finalmente el joven ejecutivo logra persuadir al otro individuo, por su forma de

                                         47
hablar y autoridad que denotaba, seguramente era de un puesto superior al joven,

ahí las palabras mágicas llegaron a mis oídos, cuando le dice al joven ejecutivo

“pero nada de abogados externos, que todo quede internamente”. De seguro ese

hospital ya había tenido problemas legales; yo espere un largo rato hasta que los

periodistas, doctores y metiches se fueron de la sala de la paciente, entre con

algunos papeles y me presente. “Buenas noches señora, soy abogado del bufet

de defensa para los pacientes en coma, estamos perfectamente enterados de su

situación económica y en defensa a sus bienes queremos que nos contrate para

que el hospital no le pueda cobrar ni embargar nada”. La señora solo me veía y

me preguntaba si habría un problema con su bebé, yo no sabía a cual bebé se

refería, pero obviamente le tenía que responder que todo estaba bien, a los pocos

minutos de platicar y calmarla con relación a su futuro, logré que me firmara una

carta poder donde me cedía todos sus bienes; luego de ese acto, me aboqué a

buscar al tipo de traje que quería cobrarle la cuenta a la paciente, busque por todo

el hospital, preguntaba al personal hasta que un guardia me indico que era el

gerente general y accionista mayoritario del hospital, también me indicó cual era

su oficina, yo entre al baño, me acomode mi corbata y mi barato traje, me mojé un

poco el cabello y acudí con el gerente. Una vez que me presenté como abogado y

apoderado legal de todos los bienes de la paciente, le improvisé una triste historia

de embargos y problemas financieros de la familia de la señora, con la finalidad de

lograr vincular su deuda con sus bienes y así poder embargarle todo, el individuo

simplemente me decía que la cuenta de la señora y la de su hijo, ya eran parte de

los gastos del hospital, que nunca le cobraría ni un solo peso; sin embargo yo ya



                                         48
sabía que ese hombre tenía toda la intención de recuperar, por lo menos algo de

los exorbitantes gastos que le generó tener a una paciente en coma y su bebé.

“Bien abogado, ¿Qué propone?” me preguntó.

Mire, yo como apoderado de los bienes tengo que ponerlos legalmente a mi

nombre, es lo que más le conviene a la familia ya que están en proceso de

embargo; pero no podré sin un fin legal, así es que si le decimos a la paciente que

firme unos pagares y que firme una carta compromiso para pagar la deuda del

hospital, yo podré hacer un auto embargo, así le pago a usted su cuenta y yo me

cobro mis honorarios de lo que me sobre.>>

El accionista del hospital estaba impactado por lo que escuchaba, él creía que no

había persona más maldita y ventajosa que él. Pero el negocio no estaba nada

bien y sería algo entre el abogado y él.

<< “Quiero ver el documento que muestre que usted es el apoderado de los

bienes” me dijo, al momento saque de mi viejo maletín de cuero café, una carpeta

donde esta estampada la firma de la paciente, y que en efecto mostraba que yo

era el apoderado legal de los bienes.

Lo demás mejor ni te lo platico porque a mí mismo me da tristeza, creo que la

señora hoy vive en la calle, el mocoso debe estar en algún orfanato del gobierno y

a los directivos del hospital los demandé por fraude y los amenacé con sacar

historias macabras de su hospital, así es que, simplemente me quede con todos

los bienes de la señora sin pagarle ni un céntimo al hospital.

Desde ese momento mi destino, mi estilo de vivir y mi elección de estar por

encima de los demás a costa de lo que sea, me ha hecho el hombre más feliz del

mundo.>>

                                           49
Ángel siente una rabia interna, no solo por lo escuchado en esa puerta, sino

porque sabe que en la humanidad, los mismos cánones del periodista son los que

rigen las conductas y las acciones de las personas, sabe que casi siempre las

riquezas materiales son motivo de respeto y adulación, y que hay personas

dispuestas a todo para lograr ese extraño estatus, que una vez logrado, cambia la

expectativa a controlar a los demás, luego a tener poder y es justo cuando se

combina esa acumulación material con la ambición de poder, cuando ya nada

importa, no importa si aplastas sin sentido al prójimo, cuando robas y abusas de

los débiles, cuando ultrajas a placer con la plena convicción de que serás

exonerado por los tuyos y por quien te adula. Ángel siente nuevamente nauseas,

solo que en esta ocasión no es por malestar físico, es por malestar moral, no hace

nada por evitar el vomito en esta ocasión, y con tremenda fuerza hace una

contracción estomacal y deja salir un torrente hacia la puerta del periodista.

<<Ahí te dejo ese vomito, para que recuerdes que todo lo que hagas tiene

consecuencias, que aún que no conozcas a las personas, les cambias la vida

cuando las puedes convertir en personas marcadas para siempre, te dejo ese

vomito para que el ácido olor, te recuerde que cada paso dado sin sentido positivo,

perjudicó a otras personas y con ello perjudicas a toda una humanidad, también

quiero que te acuerdes con esta mancha, que nadie puede tomar el papel de Dios,

que solo los enfermos de poder y los estúpidos, creen tener esa facultad y si eres

tan valiente abre esa puerta saca tu maldita cabeza y pruébalo, así sabrás lo que

probaron las personas que les hiciste mal.>>

Ángel, se aleja de la puerta, con una carga de rabia en su alma, cuando escucha

la voz del periodista.

                                         50
<<Espera un momento, tengo que pedirte un favor. Cuando estés en asenso y te

encuentres una puerta que diga “Familia González” por favor toca y dile a la dama

que te atienda, que aún la amo>>




                                       51
AMBIVALENCIA



El inevitable encuentro con otra puerta se hizo presente, en esta ocasión la más

extraña puerta que jamás haya visto Ángel, delgadas líneas diagonales que se

intercalaban con la blanca puerta, realmente parecía la entrada a una dulcería, a

los costados dos ligeros recuadros enmarcados con madera también con líneas

diagonales, con estos protegían dos poemas mano escritos con perfecta letra

cursiva, Ángel fue invitado por el extraño entorno para que los poemas sean

leídos, se queda y hace un esfuerzo por enfocar las pequeñas letras de un poema,

que de inicio le parecieron bastante empalagosos; al cuarto renglón Ángel

comienza a saltearse líneas para terminar más rápido.

<<No, no, no, pero ¿Quién te dijo que los poemas se leen con prisa?>>

Ángel justifica el espontáneo regaño.

<<No realmente de todo lo que he leído, los poemas son lo que menos me

interesa, pero espera… ¿Cómo saben ustedes cuando uno llega a las puertas,

jamás se asoman y sin embargo siempre están pendientes de lo que sucede

afuera, esta vez no le seguiré el juego, yo ya me voy, tengo algo que hacer al

final de las escaleras; adiós>>

Cuando Ángel se dispone a marcharse, responden detrás de la puerta.

<<Hey, hey, hey, no puedes irte sin pagarme>>

<<¿Qué demonios le tengo que pagar?>>

Cuestiona Ángel.




                                        52
<<Primeramente no me hables de usted, tal vez sea mucho menor que tú y

segundo, me debes la lectura del poema>>

<<Quien puede atreverse a cobrar por leer esos horribles poemas>>

<<¿Horribles? ¿Horribles? Ja!!, Te puedo pasar el insulto de la edad, incluso tu

crítica de mi puerta, pero jamás te permitiré que no aprecies estas hermosas

letras>>

<<Es una locura, además no cargo ni una moneda en mis ropas, así es que ni

quiero ni puedo pagar por tan ridículos poemas>>

<<Está bien, no te pido dinero, puedes pagarme de otra forma, solamente quiero

escucharlos de tu voz, acércate a la puerta y comienza a leer pausado y claro;

pero por favor antes de que te suene una locura déjame te digo la importancia de

esos poemas>>

Ángel se siente incomodo ante dicha charla, y con más ganas de marcharse que

de escuchar se queda para no ser descortés ante la intensidad con la que le

platicaban.

<<Cuando yo tenía escasos doce años mi mamá trabajaba en una farmacia, ella

limpiaba los pisos y los sanitarios, pero claro, la mayoría de las veces me tenía

que llevar al trabajo porque no había quien me cuidara ya que ella fue madre

soltera, algunas veces me depositaba en un rincón del almacén, me dejaba ahí

tres o cuatro horas con la instrucción precisa de que no hiciera ruido, no me

moviera y mucho menos que saliera de ahí, de cuando en cuando mi madre

tomaba una barra de chocolate y la lanzaba apuradamente desde algunos metros

para introducirla por entre las cajas, yo ya nada mas esperaba el ruido aliviador

del chocolate, no para calmar el hambre, sino para tratar de leer las decenas de

                                       53
letras que indicaban, desde los ingredientes hasta el país donde se fabricó, y es

que mi madre nunca supo que leer era mi verdadera pasión. Un día el jefe del

almacén me descubrió en el rincón de las cajas, por supuesto que después de un

mutuo susto y un par de puntapiés que me aplicó, me identifique pero el colérico

individuo simplemente me tomo de los cabellos y se dirigió a la puerta de entrada,

los empleados y los clientes comenzaron a cuestionar al individuo por el trato que

me estaba aplicando, él simplemente con toda soberbia se sintió el gran súper

héroe del almacén y explicaba “estaba a punto de robarse los medicamentos del

almacén, llamen a la policía” mi madre estaba limpiando los sanitarios y alcanzo a

escuchar los gritos, su instinto maternal le hicieron pensar lo que ella siempre

temía, al ver los jaloneos corrió a mi rescate, en ese momento ya había llegado la

policía y mi madre solo gritaba “déjenlo, es mi hijo” de pronto mis brazos se

querían separar de mi cuerpo en la feroz lucha entre mi madre y el par de

panzones policías, no sé de donde pudo sacar tanta fuerza una mujer tan delgada;

en ese justo momento, llegaba la gerente de la farmacia, una señora de nombre

Clara y sin saber nada del asunto les dijo a los oficiales, ¿qué les pasa, a donde

llevan a la criatura? ¿Que no saben que trabaja aquí en la farmacia? Todo mundo

comenzó a intercambiar miradas de explicación y la señora Clara, como siempre,

formal y con una presencia que imponía su autoridad, explico: es la nueva persona

que limpia las cajas del almacén. Al final todo quedo en un disculpe usted señora,

pero mi madre, ya en su oficina, le besaba las manos a la señora Clara.

<<Mire señora yo ya sabía desde hace mucho lo que usted hace, ¿apoco cree que

no sé cuantos chocolates me faltan?, pero nunca pensé que el almacenista lo

descubriría. Pero como a de saber, yo no necesito a alguien que limpie las cajas,

                                        54
ni usted puede traer niños al trabajo, así es que haremos esto; de una a ocho de la

tarde, yo puedo estar al pendiente de su hijo aquí mismo en mi oficina, mientras

usted trabaja ¿le parece?>>.

Mi madre no podía creer lo que la señora Clara le estaba proponiendo, cuidarme

siete horas con todo y la carga de trabajo que tenía. Pero desde ahí comenzó la

línea que marcaría mi vida, la señora Clara un día llevo a su hijo a la farmacia, un

lindo niño espigado, con mirada firme y penetrante, pero algo serio y enojón; como

todo proceso de conocimiento al principio solo nos intercambiábamos algunos

comentarios, pero pasando tres o cuatro encuentros se formo la mejor amistad

que dos niños hayan tenido jamás, largas horas de infantil fantasía se hacían

minutos,   no   había   cansancio,    ni   hambre,   ni   sueño,   simplemente   nos

transportábamos a       ese   mundo    imaginario.   Pero   algunas ocasiones yo

simplemente dejaba de jugar para observarlo, largamente veía sus gestos,

escuchaba los ruidos que hacía con su boca para complementar ese momento de

juego, sin duda que lo envolvía hasta meterse a los pequeños carritos y barcos, y

casi podría jurar que él se proyectaba dentro de los controles operando los

pequeños juguetes. De ahí, de esos momentos infantiles y ese hermoso rostro

flaco, nació el gran amor de mi vida; me enamore de ese niño por muchos años y

aún que mis difíciles relaciones de pareja fueron muchas, nunca lo olvidé.

Ahora que ya sabes parte de mi vida, por favor, págame con la lectura que te

pedí.>>



Ángel tímidamente se posa frente al cuadro donde se encontraba plasmado el

poema e inicia una tímida lectura.

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Amanece

filo que rasga

maldito vicio de tenerte

cristal en resplandor aún…

niño inocente



Tu soplo resucita cierto fuego

al cielo, solo luces

al fondo obscuras voces

niebla que te viste, dolor y ternura

cuando tu burbuja se descubre, bello



Conciencia parapléjica de absuelto pecado

limpieza que corrompe y empacha mi mente

por fuera solo tú, por dentro te acompaño

asfixia refrescante que me quema

yo sé que moriré.



Moriré por ti, moriré contigo

homicidio limpio de un perfecto crimen

y aún que sin pulso en mi mundo

en mi mente… signos vitales



                                         56
Y aun te tengo

sin verte, sentirte

tu olor yace en mi loco recuerdo

proyección ilusa en la habitación

que me invita a llorar gritando…

gritar llorando



De púrpura se viste mi fin

rincón que aterra tras esa obscuridad

obscuridad de espera, espera que mata

por estar sin ti



Mi paciencia se desploma

el tiempo desquicia las ansias de amarte

solo tú y yo la solución

circulo perfecto entre miradas acuosas

al ver el espejo y observar lo mismo.




Ángel termina la lectura y con un gesto de cansancio e incomprensión hace un

largo silencio que deja escuchar un ligero y discreto llanto.

<<¿Está llorando? Por favor no lo haga, me sentiré muy mal si lo hace

¿realmente se enamoro de ese chico? ¿Por qué nunca se lo dijo?>>

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<<En realidad no fue él en especial de quien me enamore, sino de lo que me

enamore, es decir, desde ese momento supe de mi afición a los chicos>>

<<¿Y eso es malo?>>

<<La sociedad dice que sí, cuando perteneces a la misma clasificación genérica,

cuando un lugar en el cielo esta apartado para los que no se encuentran o definen;

pero te aseguro que si logró estar en ese lugar, le preguntare a Dios, ¿Qué he

hecho mal para que me separes? ¿Qué maldición me marca por ser diferente?

¿Qué tan horrible delito es enamorarse de tu propio género? ¿Qué es lo

estúpidamente difícil de explicar? Es solo un sentimiento que nace, es ese

hermoso vacio que se siente a la altura de tu pecho y que te acelera el ritmo

cardiaco… créelo, yo no elegí eso, yo nunca tome un catalogo de la cantidad de

virilidad que debiera tener un varón, pero ahí está y es insoportablemente fuerte y

la energía empleada para tratar de ocultarlo o cambiarlo, primero te agota la vida

antes de ceder a tan maravilloso sentimiento. Por ello creo firmemente que la

sociedad está sumamente equivocada en señalar, segregar y acusar sin siquiera

saber lo que se siente; pero estoy plenamente convencido que al final, ello no

importará, que el amor no es juzgado, señalado y mucho menos castigado, si así

fuere, simplemente no sería amor.>>

Ángel se despide de él, después de un intercambio de acuerdos de pensamiento,

le desea lo mejor de la existencia y se despide. Sus pasos continúan con dos

grandes bloques de reflexión que le pesan a cada paso cuando recuerda haberse

burlado de las personas con diferentes preferencias.




                                        58
REFLEXION



Mil situaciones, pensamientos y una tremenda confusión hacen de la conciencia

de Ángel un verdadero laberinto: avanza y se detiene, piensa y reflexiona, pero

nunca concluye, no sabe si todo esto es parte de un momento de dosis, que ha

durado mucho más de lo habitual, o si ya es parte de otro plano de vida donde se

ha estancado como una especie de examen de conciencia y desintoxicación del

alma para proseguir con lo eternamente escrito.

Y es que tal vez, aquello de los equilibrios, si tenga razón de ser, reflexiona

pensativo; tal vez cada gasto de energía que derroche el ser humano, abone a la

causa de las mismas, y cuando el ser humano en la suma de todas estas

energías, no logra hacer ese balance, es ahí cuando interviene el dedo divino del

que todo lo ve, las formas son múltiples y en ocasiones espantosas: sismos,

tsunamis, incendios, cáncer, SIDA, esclavitud, guerras… qué se yo. Se decía

Ángel a sí mismo. Lo que no lograba comprender era aquello de lo bueno o lo

malo, la virtud y el vicio, lo negro y lo blanco ¿que no se supondría que siempre

debe ganar el bueno, la virtud, el blanco? ¿Y que cuando ello no suceda, esas

catástrofes dejan ver su poderío y hacen una especie de purga? O quizá aquella

voz dentro del humo, no estaba equivocada y que la etiqueta de bueno o malo

simplemente se la colocamos nosotros los mortales, porque no encuentro razón

para entender el por qué, en esa especie de purga, mueren más personas que

no participan en la dinámica de maldad, del vicio. ¿Acaso será por eso, porque no

hacen el gasto de energía?. Seguramente así es; porque tan peligroso es gastar



                                       59
energía para asesinar personas, como no gastarlas para evitarlo; por que tan

peligroso es gastar energía para hacer una red de esclavas sexuales, como no

gastarla en moderar el sexo; por que tan culpable es el que corrompe, mata,

degrada, como el que se deja corromper; tan culpable es        el que no grita al

asesino, ni salva al asesinado, como el que dispara o entierra el hierro; tan

culpable es el que destruye    todas las formas de equilibrio de la naturaleza,

sociales, biológicas, mentales, como el que no derrocha ni un ápice de energía

para evitarlo y simplemente se queda en esa zona cómoda, esperando a que pase

algo, y que piensa que nada puede hacer o nada cambiaría con su pequeña

aportación de energía. Y es que tal vez eso es lo que no hemos entendido, que

cada ápice de energía aplicada tiene una interacción directa con el todo, que cada

aportación inteligente bien aplicada y a tiempo, se suma a las demás haciendo

una enorme bola de nieve y reprograma el sentido de la vida, y está le da un

rumbo… un rumbo que puede ser moderado por nosotros mismos y que además

contamos con ese inmenso potencial para lograrlo, que la suma de esas energías

pueden acabar con imperios deshonestos, con personajes nefastos y poderosos,

con todo aquello que abuse de la balanza…




                                        60
ARTE



Aquella puerta que se distinguía en el piso superior tenía un rótulo en forma de

semicírculo, Ángel no lograba leer lo que este decía, poco a poco se acerca a la

puerta; sube la escalera ayudándose con las dos manos asidas fuertemente del

pasamanos metálico, en pausas, coordina cada paso que da con el movimiento

de jalón que hacen sus manos ayudados del metal, sin quitar ni un momento la

mirada de las letras mientras aprieta los ojos fuertemente y con frecuencia, para

enfocar su borrosa visión; finalmente logra leer el letrero de la puerta, “Dr. Nicols”

“Medico Cirujano”. Ángel no puede dejar pasar el momento y cuando llega a la

puerta, que tenía en la mitad superior un vidrio traslucido que dejaba ver solo la

silueta de las personas que se acercaban a ella, golpea fuertemente el vidrio para

que el doctor atienda su llamado, no hubo inmediata respuesta por lo que Ángel

insiste en tocar, hasta que la silueta de un hombre sumamente obeso pega su

rostro en el vidrio, colocando ambas manos en los lados de su rostro para no dejar

pasar la luz y distinguir quien golpeaba a su puerta.

<<¿Quién es? ¿Qué quiere?>>

<<Yo señor, ¿usted es el doctor?>>

<<Así parece ¿Qué quieres aquí? Hoy no hay consulta>>

<<¿Ya está cerrado? ¿A qué hora cerro?>>

Ángel se extraña de las golpeadas respuestas y grosero tono del doctor.

<<cerré el consultorio a las doce, del día viernes, del mes de abril, de hace

diecisiete años; así es que llegaste un poco tarde>>



                                          61
El obeso sujeto hace una extraña reflexión. <<Sin embargo hace mucho tiempo

que no ejerzo mi trabajo, si quieres te puedo consultar>>

<<ha, que bien ¿puedo pasar?>>

<<nunca, jamás podrás entrar, si quieres te puedo consultar desde donde estas, o

si lo prefieres puedes seguir tu camino.>>

Ángel se estaba acostumbrando a que los inquilinos del edificio, no mostraban su

rostro y que por alguna razón se ocultaban tras las puertas.

<<Está bien, consúlteme desde ahí adentro>>

<<¿Dime qué te pasa?>>

<<yo soy adicto ¿sabe? Así es que no me he inyectado desde que entre a este

edificio y ya siento que el corazón me revienta, me falta la respiración y se me

acalambra los brazos y las piernas, también siento la lengua seca y escamosa, me

duele la cabeza en constantes punzadas que me atraviesan de lado a lado, a la

altura de la sien… ¿me está escuchando?>>

<<Claro, te estoy escuchando.>>

Responde completamente despreocupado el cirujano.

<<Porque me pareció haber escuchado que silbaba mientras le decía mi

padecimiento>>

<<ha sí, estaba silbando la canción de Santa Lucia ¿la conoces?>>

Ángel se desespera por la infantil respuesta y le grita pegando toda la apertura de

su boca a pocos milímetros del vidrio.

<<¿No me estabaaaa escuchandooooo?>>

<<Ya te dije que si te escuchaba, solo que también estaba silbando>>

<<Entonces dígame que tengo>>

                                         62
<<Nada… tienes una gran estupidez y contra la estupidez no hay píldoras. Eres

adicto ¿no me dijiste tu mismo? Ante eso no te puedo dar nada y claro que todos

los síntomas que me das, son solamente un síndrome de abstinencia. Eso lo

tienes más claro que yo, así es que te confundiste, soy cirujano no psicólogo.>>

Ángel no refuta eso, él sabe que el doctor tiene razón, sabe también que era más

la necesidad de platicar para que pasaran más ligeros los padecimientos de la

abstinencia. Y le responde al doctor con toda calma.

<<Claro, claro… desearía que hubiera medicamento para la estupidez, así el

mundo sería diferente ¿no lo cree doctor?>>

 <<Por favor a mi no me hagas preguntas ingenuas, yo no necesito terapia.>>

<<No es eso doctor… >>

Ángel inclina su espalda hacia atrás para leer el nombre en la puerta

 <<Nicols. Mire doctor Nicols usted se cree superior a mí, de eso no tengo duda,

pero la silueta de su cuerpo me dice que usted se come la comida de cinco

personas, eso no es sano para alguien que se supone conoce el cuerpo humano a

la perfección, déjeme le digo, Dr. Nicols, que una vecina falleció por que su forma

de comer…>>

El doctor comienza a golpear el grueso y rugoso vidrio con la palma de su mano,

el sonido era sumamente estridente y parecía que de un momento a otro el vidrio

se fragmentaría en mil pedazos. Una vez que cesan los golpeteos, comienza a

hablarle a Ángel con tono por demás entre pausado y condescendiente.

<<No… me… interesa… lo que tragaba… tu vecina. Yo sé mis riesgos y mis

límites, además yo nunca quise ser médico, mi padre me obligo a estudiar

medicina, la verdad yo no sé porque los padres quieren que los hijos sean como

                                        63
ellos, logré ser médico pero mi mente siempre estuvo en las artes, las artes es mi

pasión y todo lo relaciono con ello. Un día, en exámenes finales en la facultad yo

terminé un trabajo a altas horas de la noche, al siguiente día tenía otro examen y

decidí quedarme a estudiar en la biblioteca, una vez que el cansancio y el hambre

comenzaron a distraer mi atención en el estudio, cerré el libro y mi mente

comenzó a crear arte, por mi cabeza pasaban infinidad de formas, diseños,

colores, bailes, etc. Mis ganas de crear se intensificaron, primero tome algunos

libros y forme algunas figuras con ellos, luego las dibuje; pero no me fue

suficiente, necesitaba más arte, más expresión. No tardé mucho en decidir que en

la morgue no había nadie que me observará, entré y saqué varios cuerpos

acomodándolos en formas artísticamente bellas,        era como un gran cuadro

tridimensional; era sumamente bello; la niña que posaba en una silla con el rostro

en la mesita de trabajo, le tapé la cara con su mismo cabello de un negro intenso,

y le coloqué las manos sobre su cabeza, con un hilo le amarre los dedos para que

se sostuvieran, también le coloqué un lápiz entre sus dedos y el libro de bitácoras

entre la mesa y su rostro, para que diera la impresión de que estaba cansada de

hacer su tarea escolar. Coloqué también a un anciano que tenía su piel pegada a

todos sus huesos, lo saque de su gaveta y lo coloqué pegado a la pared, mirando

hacia una ventana, su rigidez me permitió fácilmente inclinarle la cabeza como

volteando a ver el alba, la luz de la ventana hacían de su afilado rostro un bello

panorama. El par de jovencitos que logre detener uno contra otro inclinándolos un

poco y recargados contra sus propias espaldas, ambos con porte atlético y uno de

ellos con la pierna entrecruzada enseñando la planta de su pie. La mejor figura de

todas fue la señora de hermoso cuerpo que colgué con sus manos sobre su

                                        64
cabeza en forma de bailarina de ballet en quinta posición, su rostro reflejaba ese

desplante de vanidad y ausencia que reflejan las bailarinas de ballet.

Terminé casi al amanecer y podría haberme estado contemplándolo por horas,

pero tenía un examen en minutos y ni siquiera me dio tiempo de regresar los

cuerpos a sus gavetas. Lo más raro de todo fue que disfruté como nunca esa

creación; mi cuerpo, aunque cansado, tenía toda la energía para seguir creando.

Cuando estás en ese éxtasis, el tiempo no existe, las manos se apresuran para

crear a la velocidad de tus ideas, que casi nunca las alcanzas, pero el reto es

maravilloso y celestial.   Esa mañana      se suspendieron las clases, todas las

autoridades de la facultad estaban en la morgue, buscando una explicación; pero

nunca sabrían la verdad, eso, se quedaría entre mis modelos y yo.

Ese día llegue a mi casa, dispuesto a decirle a mi padre que mi vocación no es

ser médico, que mi corazón estaba en las artes; no te fastidiaré con la cantidad de

insultos que me dirigió, solo te diré que al siguiente día ya no tenía carro,

departamento, tarjetas de crédito, ni padres, así que mejor cedí ante las presiones

de mis padres; me esforcé y logré graduarme de médico cirujano, a escasos dos

meses ya mi padre me había colocado en un hospital de natalidad y ginecología,

pero yo trabajaba sin gusto, sin ganas, sin deseos de superarme.

Ángel hace una pregunta al cirujano.

<<Eso no es fácil ¿Cómo realizaba cirugías pensando el ballet ó pintura?>>

La respuesta que dio el cirujano nunca la hubiera esperado Ángel.

<<Lo peor no es que hiciera cirugías con esos pensamientos, lo peor llegó con el

tiempo. Cuando abres tantos cuerpos, te vuelves insensible, al grado que crees

que la vida esta en tus manos, por lo tanto crees que eres el dueño de esa vida y

                                         65
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La Escalera

  • 1. 1
  • 2. La Escalera. Por: Emanuel Bel Greco 2
  • 3. Dedicatoria. ¿Sabes? Ayer me asome debajo del sofá, estaba buscando la perfección y me encontré mil cosas que creí perdidas, algunas las retome, otras prefiero dejarlas ahí; pero lo más importante es que, lo que estaba buscando de inicio lo encontré escrito en el polvo de una tabla de aquel sofá, y decía… “sigue buscando” Para: Miriam Grecia, te amo hija. 3
  • 4. Agradecimientos: Agradezco el apoyo y colaboración al Lic. Aarón Mariano Castañón por prestarme nuevamente su talento. Gracias Hermano. Del mismo modo agradezco al Lic. Pedro Damián Moriel Quiralte por su cooperación y disposición en este proyecto.: Gracias Hermano. A Isaac Viesca López por la Portada. Gracias amigo. 4
  • 5. Introducción. ¿Por qué los hombres creemos conocer a Dios? ¿Por qué disponemos de su sabiduría como si fuese un manual básico para enmendar nuestros errores? ¿Por qué a pesar de saber que la superación es interna, seguimos culpando a las causas externas? Las preguntas sin respuesta suelen ser las mejores; la presente lectura solo tiene la intención de ofrecerte un punto de vista acerca de la sicología de los personajes. Las conclusiones no tienen dueño, el punto de vista es una huella digital. Si no estás listo para la escalera… mejor no la leas. 5
  • 6. CLARA ¡Parto en proceso! ¡Parto en proceso! Preparen la sala. Gritaba la enfermera, mientras empujaba la camilla rodeada de asistentes, cada uno con amplia destreza aplicaba a Clara los elementos para su atención, mientras unos proporcionaban suero y oxigeno, otros rasgaban sus ropas para liberar la presión que ésta le causaba, Clara experimentaba soberbias contracciones y con cada una sujetaba la barandilla de acero de la cama, este parecía ceder ante la fuerza de Clara; una vez en la sala, los rostros de los médicos no eran de tranquilidad, la excesiva presión del cuerpo de Clara no soportaba más y el bebe solamente asomaba la parte superior de su cabeza que se metía repentinamente al interior de Clara, las gotas del liquido amniótico en los azulejos de la moderna sala, eran evidencia del sufrimiento de la madre; los médicos principales intercambian miradas, como si en sus ojos existieran manuales divinos que les permitieran tomar decisiones difíciles, Clara tiene un instante de calma y voltea hacia su hijo que se niega a nacer, su vientre de pronto es levantado por una de sus manitas que proyectaba perfectamente los cinco pequeños dedos del bebe atreves de la piel en su vientre, la mirada de Clara se dirige al médico que pregunta sin hablar; Clara interpreta perfectamente y quitándose la mascarilla de su rostro le implora al médico. <<Por favor sálvelo a él>> 6
  • 7. Ella sabía que su rechazo a la anestesia no le permitiría una exitosa intervención; el cirujano espera la respuesta del médico a cargo y al asentir con un movimiento de cabeza, saca el escalpelo para la incisión que relazaría sin anestesia y que salvaría al producto, pero que seguramente sacrificaría a la joven madre. Al colocar el filoso instrumento en el vientre de Clara, que le provoca la aparición de un pequeño brote de sangre, se escucha el grito de una enfermera. <<Ya viene, ya viene>> El cirujano interrumpe el corte y todos se concentran hacia el nacimiento, Clara saca fuerzas desde su interior, casi inexplicables y al grito de puje, el producto sale expulsado a la vez que Clara rasga la almohada que le colocaron en su cabeza, haciendo volar parte de las plumas de su interior. Momentos de tranquilidad relajan la tensión de los médicos que voltean hacia la pared saturada de modernos monitores que indican gráficamente si aún se está ahí. Las enfermeras limpian y pesan al bebe que llora intensamente y espera encontrar el aroma de su madre, el encuentro se da y Clara no soporta el llanto, en una mezcla de dolor en su cuerpo y alegría en su alma, abraza al bebé y toma su pequeña mano que sujeta fuertemente algún objeto, Clara abre los delicados dedos del bebé encontrando una de las plumas que expulsó la almohada, con curiosidad la examina y al borde de la pérdida del conocimiento Clara dice. <<Seguramente es la pluma de algún ángel que lo jaló hacia fuera>> Segundos después, Clara cae en coma y el pequeño bebé se quedó casi por completo bajo los cuidados de las enfermeras, que al paso del tiempo ya lo sentían parte de su vida, mientras la madre conectada a un sinfín de cables y 7
  • 8. catéteres que suministraban vida a la joven madre y que luchó contra ello por meses. Durante ese tiempo, el bebe ya identificaba infinidad de ambientes; enfermeras amorosas que de vez en cuando platicaban con él y le arrancaban una sonrisa, otras con el peso y el fastidioso cansancio de aquel turno de noche, y que cambiaban el pañal al solitario niño con horas de retraso, gestos de horror por el trabajo que depositaban en la cuna del indefenso bebé. Miles de rostros captados por él, sin que llegara el cálido olor de la leche materna, todos esos silenciosos momentos que se mantenían la mayor parte del día y que esporádicamente alguien que se decía familiar de Clara, se acercaba al pequeño para tratar de comparar rostros e identificar al padre que había elegido Clara para dicha procreación, y que además enfurecía a los familiares por no haber cumplido con los cánones que la familia tenía preestablecidos ante la sociedad y su religión. Al paso de largos ocho meses en una noche que parecía común, salvo por el fresco aire que corría por las ventanas abiertas y que indicaban que abría una noche de lluvia, la enfermera de guardia, es sorprendida por una voz casi inaudible que pedía agua; si, era el más viejo huésped del hospital, la famosa Clara había salido del coma, el evento fue rápidamente divulgado en todo el hospital y las visitas de todos los empleados no se hicieron esperar, desde los directivos hasta los conserjes se hicieron presentes y por supuesto la noticia en casi todos los diarios de la ciudad. Una semana después del asombro entre charlas de pasillo y cafetería, acerca de lo que médicamente ocasionó que Clara despertara del coma, fue despedida del hospital con flores, pastel y una carta que 8
  • 9. la comprometía a liquidar una enorme deuda. Pero ella era la mujer más feliz del mundo, con su hijo en brazos y su vida alargada, trató de reincorporarse a las actividades de la vida, sin embargo las condiciones ya no eran las mismas, en su trabajo ya no hubo cabida, su familia le dio por completo la espalda al portar un bebé sin padre, una lujosa residencia y demás propiedades que fueron rematadas para liquidar las cuentas del hospital; pero la fortaleza de tener a Ángel y la nueva vida que se le presentaba, no le permiten a Clara ningún intento de depresión, ella logra conseguir un empleo en una pequeña farmacia mientras una vieja amiga le ofrece alojamiento; no pasan tres meses cuando Clara ya se ganó el cariño entrañable de su amiga, el respeto de sus patrones y compañeros de trabajo; la enorme capacidad de clara que tenía y que por alguna razón se acrecentó después de su coma, le hicieron triunfar en su trabajo, llegando a ser de completa confianza para sus patrones. Clara recuperó su vida, y la hiperactividad tanto mental como física que derrochaba, la hacían parecer una mujer sin problemas, su aparente salud y esas ganas de vivir que la distinguían, hacían de Clara una interesante mujer. Ella nunca le negaba a nadie un buenos días, que se acompañaba de una bella sonrisa, su esbelto cuerpo y sus caderas pronunciadas se mecían con rapidez invitando a los barones a identificar la representación de la mujer bella y moderna; el rítmico sonido de sus tacones cuando se dirigía al estacionamiento, era la señal para hacer algunos segundos de tiempo y coincidir al paso entre Clara y los habituados observadores. 9
  • 10. Mientras la vida pasaba, más lenta que Clara, el pequeño dejaba de ser bebé ante los cuidados de la mejor amiga de Clara, la cual, aparte de ofrecer un espacio en su confortable departamento, siempre estaba dispuesta a cuidar del pequeño. El humo del cerillo se disipaba lentamente mientras dejaba ver el hermoso rostro de Ángel al intentar apagar sus tres primeras velas sobre el pastel, Clara decidió llamarlo Ángel por el favor que le brindaron estos seres celestiales, quienes ayudaron al pequeño en los momentos traumáticos de su nacimiento; el tiempo transcurría con toda normalidad entre un niño sin padre y los excesivos cuidados que ofrecían Clara y su amiga, Ángel se adaptó a ello y el vinculo amoroso madre e hijo no tenía comparativo; Ángel creció y la relación amorosa fue cambiando por una excelente relación amistosa, los raspones infantiles de pronto se convertían en grandes moretones que eran acompañados de un reporte escolar y a la vez, estos eran ocultados por el joven; a Clara no le preocupaba mucho la actividad escolar de su hijo, ella sabía que su capacidad intelectual, le había abierto las puertas de los mejores colegios, esto aunado a la buena posición económica que habían recuperado Clara; mientras tanto la armonía interna de la pequeña familia hacían a Clara una mujer íntegra. Pero la única seguridad que te ofrece la vida es la pérdida de la misma, Clara enfermó severamente después de que Ángel cumplió 15 años, y los últimos 6 meses Ángel permaneció al lado de ella, le tomaba la mano y la consolaba con ligeras caricias, él le platicaba todo el tiempo cada momento alegre de su vida, cada travesura que ocultó a Clara para no recibir un regaño, cada cumpleaños sin familiares, con tan solo un puñado de amigos y vecinos… pero Clara no 10
  • 11. respondía, Clara simplemente abría los parpados esporádicamente para ver a su hijo, para asegurarse que todo por lo que había luchado y todo por lo que se había superado, fue de y para la persona que se encontraba a su lado; ella lo observaría cada vez que tuviese fuerzas para levantar los parpados y hasta su último esfuerzo, las miradas estarían ahí, algunas veces borrosas por las lágrimas pero algunas más con ese brillo de inmensa alegría por haber coincidido en este mundo. Finalmente, después de meses en agonía, no más lágrimas, no más brillo en los ojos… nunca más un parpadeo. 11
  • 12. AMIGOS Ángel no puede superar el duelo por la pérdida de su madre, ni la droga que se había convertido en algo habitual, ni las novias asediándolo por su atractivo aspecto físico, ni los libros consumidos como si estuviera en un bufete de literatura y leía con tal velocidad que sorprendía a cualquiera; ni nada, lo consolaría. Aquel día Ángel no probó droga, no abrió libro alguno, no le apeteció el alcohol, ni el sexo ocasional con alguna de sus admiradoras; simplemente quiso salir con su mejor amigo y pasear por el parque, una vez que pide permiso a los familiares de Damián para dar un paseo por el hermoso e inmenso parque, finalmente el permiso es otorgado con muchas dudas, ya que la familia deseaba una distancia entre Ángel y Damián, finalmente dejan que Ángel guié esa moderna silla de ruedas por el parque, con una manta en las rodillas de Damián, salen por la estrecha puerta con algo de dificultad para Ángel, ya que nunca había maniobrado a su amigo, finalmente y con mucho esfuerzo logra superar la altura de las dos banquetas que separan el parque y la casa de Damián; pasos tranquilos y despreocupados avanzaban entre los corredores del parque, las hojas secas crujían al ser trituradas por el paso de los amigos que estaban ahora distanciados por esa horrible parálisis; hacen una pausa frente a la fuente que les ofreció múltiples vagancias y ocurrentes ideas de niños, la hermosa figura de un niño regordete orinando desnudo en la fuente es contemplada por ambos… Ángel sonríe y seguramente Damián también lo hace, solo que sus atrofiados músculos no permiten se note tal gesto. La imagen mental se hace presente, de aquel día en 12
  • 13. el que colocaron un largo globo en el pene de la estatua marmolada, con un ingenioso orificio en la punta para que el globo no reventara por la presión del agua pero se mantuviera con una cómica erección; también recordaban el día que localizaron el grifo que controlaba el flujo del agua, esperaban con toda calma durante minutos, hasta que algún visitante se colocara frente a la estatuilla, justo ahí, abrían la presión del agua, mojando los rostros de los visitantes… sonrisas y lágrimas; todo había cambiado y no había vuelta atrás. Ángel camina hacia la copa de un árbol aun con hojas, coloca a Damián frente a la banca y él se sienta en ella; ambos, frente a frente, vuelven a esbozar una sonrisa, esta vez, si se distinguió el gesto de Damián. <<Que tiempos, que momentos, que cabrones éramos… De verdad te extraño mucho amigo mío, por eso vine a despedirme de ti, que eres la única persona que me queda, la vida sin mi madre no será fácil, no tengo el apoyo de mis familiares, no conozco a mi padre, no tengo un trabajo, la droga me resulta muy costosa y no quiero robar a nadie para conseguirla; el panorama es difícil.>> Ángel se queda en silencio y pensativo un par de minutos. <<Pero que estoy diciéndote hermano, estoy hablando de dificultad frente a ti, frente a la persona más valiente que conozco, frente a mi mejor amigo; probablemente si yo tuviera tu valentía nuestras historias hubieran sido diferentes, pero como tú siempre me decías “el hubiera nunca paso” todo es un eterno presente que nos envuelve, nos distrae con aquello de ¿Qué haremos mañana? y es tanta la preocupación por el mañana que olvidamos nuestra existencia es ese eterno presente, ese que tú siempre me señalaste; recuerdo cuando jugábamos futbol y tú jugabas como si fuera un verdadero campeonato; en alguna 13
  • 14. ocasión yo tenía mucha flojera y recuerdo me regañabas con la mirada, como diciendo, “ponle más empeño al juego”, yo simplemente dejé que el juego se acabará y al final solo esperé el sermón y me dijiste “¿Qué te pasa? ¿Para qué demonios vienes a jugar con esa pinche apatía?” Yo no tenía ganas de escucharte, me coloque mi playera sudada al hombro mientras giraba el cuerpo y comencé mi camino hacia la casa, recuerdo que tú me dejaste dar unos diez pasos, luego el grito que no quería que llegará, “Ángel te estoy hablando”, lo menos que debes hacer es ponerme atención; yo me puse colérico, regrese hacia ti con paso apresurado como si fuese a golpearte y una vez que estábamos cara acara, comenzamos a gritarnos al mismo tiempo, la gran apertura de ambas bocas era como un duelo de estridencia, ambos expresábamos pero ninguno escuchaba, tú defendías la tesis de poner el máximo en cualquier actividad, sin importar si era la actividad más simple e irrelevante del mundo y yo te gritaba que no siempre hay que dar el máximo, que hay ocasiones en las que hacer una pausa es importante y viene bien; pero tu argumento final me dejo helado, recuerdo me diste una gran lección de dar el máximo, me dijiste “tal vez algún día, por alguna circunstancia no podrás jugar futbol y me dijiste también, me arrepentiría por no dar el máximo en todos los partidos”, como si ya supieras lo que sucedería, también me hiciste saber que, es lo mismo en cualquier actividad: en el estudio, en la amistad, como hijo, líder, padre, novio ó como lo que fuere, siempre tendría que esforzarme al máximo, me dijiste también, la mediocridad es un hábito y ese hábito se puede volver indispensable para el ser humano. Y mírate hoy, no te puedes mover y aun así, sé que das tu máximo esfuerzo ahí donde estas, sé que todo lo que hiciste lo hiciste correctamente… sé que tenias razón.>> 14
  • 15. La silla de ruedas de Damián, ya acumulaba algunas hojas secas en sus ruedas, evidencia de haber trascurrido algunas horas en esa extraña conversación donde uno monologa y el otro reacciona con miradas y sonrisas de difícil apreciación. Damián llora mientras escucha a Ángel, y lo mismo hace Ángel mientras platica, pero él sabe, tiene que cambiar de tema para liberar la tensión, mientras limpia sus lágrimas en la manta que cubre las piernas de Damián. <<Oye ¿te acuerdas del tipo de las botas de hule que creíamos, era un loco? ¿El tipo que era jardinero en la escuela de niñas? Todavía recuerdo el primer día en que nos brincamos la barda de la escuela y nos metimos a la asquerosa habitación donde él vivía, estaba dormido y sus pies se asomaban fuera de las sabanas, ¿Te acuerdas de sus uñas? eran como troncos, gruesas y casi negras con un apeste que se distinguía hasta afuera de la escuela; recuerdo tenía un baúl de madera que esa noche abrimos; había cientos de revistas con pornografía; me gustó que le robamos todas las revistas y sus asquerosas botas de hule, luego les prendimos fuego; el pobre tipo huso huaraches durante unos días. ¿Te acuerdas la noche que entramos y nos estaba esperando tras la puerta? No dejamos de gritas de susto durante diez minutos, lo bueno fue que el loco no podía correr y nosotros teníamos una velocidad sorprendente, además con una carga de adrenalina que nos hacia pareces moscas evitando los manotazos que nos lanzaba el tipo de las botas.>> Sin duda, ambos amigos volvieron a vivir los hechos cuando Ángel lo narraba, el corazón de Damián por fin tenia variaciones emocionales como nunca desde el día de su accidente. 15
  • 16. <<¿Sabes? a ese señor lo metieron a la cárcel, luego lo mataron ahí mismo, en su celda; me di cuenta por una noticia en un diario donde salió su fotografía.>> La tranquila y relajada charla de pronto fue interrumpida por la madre de Damián que se acerco a la orilla del parque y lanzó un grito “Ángel… ya es tarde regresa a Damián” Ángel hace señas a la señora en calidad de afirmación, no sin antes declararle a Damián el motivo por el cual lo saco al parque. <<Amigo mío, solo quiero que sepas, me estoy despidiendo, que fuiste una inspiración para mí y que soy el único culpable de que tú estés en esa silla de ruedas. Pero muy pronto pagaré todo lo que hice mal, muy pronto estaré lejos de todo lo que no puedo corregir… muy pronto estaré con mi madre.>> 16
  • 17. LA BALANZA Ángel portaba un rostro cargado de cansancio, su juventud no se reflejaba en ese flácido y delgado cuerpo; las arrugas que rodeaban sus ojos, cronometraban esa velocidad de vida que había probado de todo; las marcas de las agujas en su cuerpo que buscaban el flujo sanguíneo para mezclarse con lo intangible, eran testigos de la fusión que alteraba su conciencia, su actitud, sus emociones y su destino, destino que estaba marcado en ese mismo momento y deseaba pasar la delgada línea entre el azul y el naranja del final. Humo espeso de colores que invitaba al llamado, se escuchaba claramente el humo hablando en bellas frases, con sentido sarcástico de lo que Ángel no pudo lograr, la gruesa voz masculina, por momentos pareciera una bella dama, daba a Ángel un veredicto de los errores y el castigo que siempre se dejaron a libertad de elección; si se tomaba, el escapé era eternamente imposible y si se rechazaba, la fianza maldita triplicase conforme se repetían los eventos. <<No es castigo ni error>>, decía la bella voz desde dentro del espeso humo, simplemente así es la eterna circunstancia que padece todo el que desea el reto. <<¿El reto? Yo no elegí ningún reto, es simplemente que por alguna razón se juntaron las células dentro del vientre de mi madre y sin quererlo, sin siquiera pedirlo, alguien me ha traído a este lugar que yo no elegí>> El humo se matiza de colores grises y negros, y con grito ensordecedor lanza un reclamo. 17
  • 18. <<insolente, aun que yo no tuve nada que ver con ello, te reclamo con toda mi ira ¿Cómo piensas pues que estas aquí? ¿Crees tener todas las respuestas universales? ¿Crees que fue una circunstancia el que tú ocupes un valioso espacio? ¿No te has dado cuanta aún que eres un engrane importante en esta compleja maquinaria? pero como darte cuenta pequeño y despreciable ser, ¿Cómo respiras un aire prestado sin dar nada a cambio? ¿Cómo te atreves a ocupar un espacio? sin tener la conciencia que es solo tuyo y en ese espacio otorgado puedes hacer lo que tú quieras, mediocre, chico, mediano, grande o infinito, bueno o malo, constructivo o destructivo, esa es tu decisión; así es que nunca vuelvas a mencionar el que no has elegido, si así lo haces, yo mismo te haré subir la escalera.>> Ángel desesperado pone sus antebrazos en sus oídos entrelazando sus dedos detrás de su cabeza y con movimientos bruscos de negación se balancea mientras aprieta sus ojos, de pronto con más ansia que serenidad, grita a la voz. <<Ninguna, entiéndelo bien, ninguna estúpida voz me hará saber lo que yo decidiré, si subo o no subo la escalera será asunto solo mío y eso es lo único que me hace libre frente a lo que no entiendo por destino, no entiendo por línea marcada para cada uno y para todos a la vez, no aceptaré ninguna hipótesis que me diga que no es obra de la casualidad y por más infieles teorías que se me presenten a mi conciencia, no agradeceré a nadie, ni a nada mi, pobre existencia.>> <<Vaya, vaya… al menos has mostrado algo de coraje y defendiste tu sentir con toda convicción, eso te hace valiente entre los valientes, pero también necio entre los necios y tal vez tu rigidez de pensamiento te haga maldito entre los malditos>> 18
  • 19. <<A sí, ¿Y quién dictará el veredicto?>> Pregunta Ángel ya sin miedo y con actitud de reto, mientras la voz serena y modulando su tono tornándose suave y melodioso. <<El mismo que existe y no existe, el mismo que premia y no premia, el mismo que confunde con su sabiduría, el mismo que aturde con su silencio, el mismo que propone sin oponer, el mismo que es, el mismo con infinidad de nombres y cambiantes cultos, el infinito eterno>> Ángel se confunde y vuelve a preguntar. <<¡Pero cómo¡ ¿a caso no estamos hablando de tu peor enemigo?>> <<Si así es>> Responde la voz serenamente, Ángel no puede quedarse con la duda y cuestiona. <<¿Y por qué tanta admiración hacia él?>> Con un grito que hace dar a Ángel un sobresalto, la voz responde. << <<Error humano ¿Cuándo entenderán que la verdad no es un entreguismo absoluto? Pocos han sabido que el reconocer la fortaleza ajena es el primer plano para dominar al contendiente, los que lo entendieron y se han dispuesto a ello, simplemente hoy están en la historia de la humanidad, como héroes o como villanos, eso ustedes se los ponen, pero la verdad es que no puedes aclarar tu actuar si no hay un punto referente de avance ¿A dónde podrá llegar un caminante si no se distingue ninguna piedra o montaña que alcanzar? pero no, de ninguna manera hay enemistad, simple alianza que compense la envolvente balanza de las energías y tiene que tener tres lados para mantenerla… recuerda, 19
  • 20. la balanza no puede estar cargada para un solo lado, el universo no se puede descompensar y cada extremo lucha por mantenerse a un nivel>> <<¿Pero cómo? Yo pensé que ustedes estaban en su cómodo lecho observantes, que sin esfuerzo, simplemente levantaban su índice para premiar y castigar el actuar humano, que su vida era lo más cómodo y relajado de la existencia>> El espeso humo cubrió a Ángel y sin respuesta sonora lo traslada dejando su cuerpo para que sintiese el sufrimiento ajeno que hace inclinar las balanzas. Ángel pide piedad al ver exudar sangre por los poros de su cuerpo, mientras un soldado preso, es sometido a intensas torturas, el dolor es insoportablemente castigador, pero el mismo soldado no exuda ni una gota de sangre; Ángel quiere desfallecer pero su momentáneo potencial no le permite hacerlo; el castigo termina una vez que Ángel lucha por aceptar el dolor y lo supera; una vez salvo el soldado, el dolor comienza a cesar y la sangre que empapó las prendas de Ángel, retornan a su cuerpo dejando las telas con limpieza celestial; no conforme con ello, de pronto siente una soledad desgarradora y un sentimiento de indescriptible pesar que ni siquiera las lágrimas pueden calmar, ese grito de negro vacío que nacía en la boca de su estomago y subía de pronto hasta la garganta, con la mirada siempre fija de la madre que observaba el cadáver de su pequeño hijo y que pareciera no estar mirando nada, era transmitido a Ángel y este simplemente se retorcía pidiendo clemencia. <<¿Pensaste que era fácil y cómodo? Ahora sabes como se le quita la carga a un ser, el dolor del soldado que es torturado y la angustia de la madre que pierde a su 20
  • 21. hijo, no son nada comparados con las tiranías de la misma humanidad, ahora multiplica todo ello cada segundo que pasa millones de veces.>> La voz hace una larga pausa que permite a Ángel tratar de digerir lo que había vivido. <<Pero no creas que siempre es así, las alianzas que se llegan a formar entre las personas y nosotros, nos ayudan a que la carga de dolor, angustia, desesperación y sufrimiento, sean más cortos y soportables>> Ángel observa el humo espeso tratando de encontrar a una figura en su interior y pregunta. <<Pero tú eres el otro extremo, y a ti ¿Qué te podría importar si la angustia, el dolor, la desesperación o el sufrimiento son mayores?>> <<Tienes que tener claro que no se trata de ganar o perder sino de balancear>> <<Por cierto te equivocaste>> le dice Ángel a la voz, las balanzas no son de tres sino de dos. <<No pequeño y confundido ser, yo nunca me equivoco>> <<Y ¿Quién está al tercer extremo?>> El humo se desvanece y el dolor que siente Ángel en sus huesos, lo hacen retorcerse mientras piensa que este intenso dolor es producto de los efectos de la droga que comienza a ceder. Abre los ojos poco a poco y la luz del día que entra por el hueco que hace el enorme pórtico del edificio, ciegan al confuso sujeto y moviendo lentamente cada miembro de su cuerpo para que cedieran los intensos calambres que le daban esa sensación de ausencia de droga, comienza a reaccionar, una vez que se supo vivo y con la misma apatía de vivir que antes de la experiencia pasada, se dispone a subir la escalera. 21
  • 22. El frío concreto y el mohoso hierro de la escalera, tan estrecha que no permitía el asenso a más de una persona, se protegía con un rustico pasamanos, éste formaba figuras caprichosas hechas por manos artesanales y que pareciera, no les alcanzo el tiempo a dos generaciones para forjarla, aquellas figuras hacían perfecto juego con el viejo entorno del edificio, edificio que segregaba un fétido olor a húmedo y viejo; paredes con cáncer que exponían el ladrillo en más de la mitad del edificio; a lo largo del viaje hacia los pisos superiores se distinguían siete pisos que presentaban una decena de puertas cada uno de ellos; pareciera que el enorme caracol que formaba la escalera a lo largo del asenso y el piso ajedrezado, sacaban de perspectiva el aplomo del edificio y de pronto la ilusión óptica de este juego de cuadros y caracoles, desbalanceaba las estructuras del edificio, aparentando un repentino derrumbe; cables de electricidad que atravesaban el patio para electrificar cada una de las habitaciones, de pronto chocaban con las ráfagas de viento que entraban por el techo y contactaban los polos de electricidad suspendiendo el suministro, ofreciendo un evento de chispas que antecedía a una inminente oscuridad; cuando ello, lo más prudente era tomarse del pasamanos o de los muros para no dar ningún mal paso que pudiera fracturar un tobillo o incluso caer de un piso superior. Por las noches, descender la escalera era una experiencia sumamente aterradora, al pasar por las puertas camino hacia abajo, el goteo constante de las tuberías era el sonido más tranquilizador, que de pronto se frustraba por el estridente llanto de los inquilinos; llantos secos sin sentido que piden lo que ya no tiene solución; luego, el silencio cuando aquellos dolosos cesan de cansancio y nuevamente el goteo de las 22
  • 23. tuberías; los pasos sigilosos de pronto desprenden una teja de los escalones y su fino estallido hace eco en todo el edificio despertando la ira del portero que vigila el acceso del edificio con un iracundo celo. <<¿Y ahora quien viene a perturbar? Mejor lárguense al infierno antes de que yo mismo los saque de aquí.>> El fiel guardián de la enorme puerta de madera que había visto pasar a infinidad de personajes y como pago a su labor, recibía su estancia inamovible al empleo, hasta que decidiese perdonar al reflejo de su barbudo y arrugado rostro; pero la decisión no era fácil para el portero, ni para Ángel, ni para nadie que decida la escalera, esa fuerza que obliga a la negación de no subirla y que se erradica sin sentido al no salir, no superar el mismo miedo y no darse la oportunidad de creer, es lo que alimenta al viejo edificio que ha pagado su eterno derecho de piso, al cual, ni la modernidad del entorno ni los nuevos proyectos lo derribarán mientras la balanza permanezca y alguien tenga que realizar el equilibrio. 23
  • 24. LIMPIEZA Ángel siente las piernas como si fueran de plomo, cada paso que sigue se dificulta más, como si la altura del extraño edificio aumentará la gravedad de los objetos, incluso el ambiente y las mismas palabras se tornaban tan pesadas que parecía que tardaban algunos segundos en llegar entre la boca del emisor y los oídos del receptor, todo era lento… todo era en movimientos que detenían el tiempo. Ángel se sienta en el último peldaño del siguiente piso, con la mirada fija en la cuadricula de la planta baja que cada vez se alejaba más, recuesta su espalda húmeda sobre el fresco y sucio piso, poniendo sus manos sobre la frente y parte de sus ojos, como en postura de dormir; se hacen notar sus costillas al ritmo de su respiración y descansa unos minutos. La intensa luz que se proyectaba debajo de una puerta, se reflejaba directo a sus ojos, esta luz le impedía el quedarse dormido por completo, al voltear hacia la molesta luz le llamó la atención la exagerada blancura con la que estaba pintada la puerta, y como un cuerpo bajo los efectos de un hipnotismo, se acerco lentamente para tocar dicha blancura y mientras lo hace, una anciana voz le invita a pasar. <<Pase, pase por favor>> <<No gracias no, solo estaba viendo su puerta, ¿Cómo es que la mantiene tan blanca?>> <<Bueno soy excesivamente limpia, tanto que me ha costado no poder ser esposa ni ser madre>> <<No me diga que se fue su familia por que lavaba mucho la puerta>> 24
  • 25. <<No, en realidad nunca tuve una familia, nunca me di el espacio para tener un serio noviazgo y mucho menos un esposo; pero, el exceso de limpieza lo traigo desde bebé, yo nací entre cunas de sabanas blancas y la limpieza militarizada que imponía mi madre a las criadas, era exhaustiva, aún recuerdo que mi educación era limpieza, formalidad, limpieza, cortesía, limpieza, respeto, limpieza, estudio, limpieza, limpieza, limpieza y así toda mi niñez y mi juventud, hasta que mi madre murió; si supieras todas las pastillas de jabón que se derritieron en mis manos durante lo largo de mi vida, lástima que hoy no me alcanza el dinero para tanto y tengo que administrar una pastilla por semana. Pero no todo ha sido tan malo, en mi trabajo como enfermera de cunas me ascendieron rápidamente por mantener un estricto control de la limpieza en mis treinta años de trabajar en un hospital. Y tú ¿Cómo te llamas?>> Interrumpe su charla la anciana. <<Ángel, me llamo Ángel.>> <<Te llamas como el último paciente que cuide en el hospital, un bebito que esperaba a que su madre se recuperara, de hecho déjame platicarte que ese niño fue la causa de mi despido del hospital, una vez que te acostumbras a una rutina tediosa, monótona y horriblemente aburrida, es decir te levantas de la cama blanca, excesivamente blanca para distinguir las manchas que puedan ocasionar el polvo de la habitación y sabes que te tienes que levantar para trabajar, pero no con ganas de hacerlo, sabes que te enfrentarás nuevamente a esa constante lucha entre tú y la mugre, entre tú y las bacterias, entre tú y la suciedad pero pasan y pasan los años y nunca ganas, nunca ceden las manchas, la mugre; aún recuerdo a mi madre esterilizando todo para alimentarme, cada cuchara que se 25
  • 26. utilizaba para prepararme el alimento, cada biberón, cada juguete que se me acercaba era ferozmente esterilizado ¿será por eso que yo hago lo mismo que mi madre? Tal vez si, se dice que las conductas se heredan de padres a hijos, luego tú trasfieres a tus hijos y tus hijos a tus nietos hasta que se distingue como algo tan normal que pasa, solo pasa; de hecho mi madre murió de una extraña enfermedad de contagio, decían los doctores que era una infección grave pero nada que no se haya podido controlar, solo que es como si a un soldado le da miedo la guerra, como si una monja perdiera la fe, como si un bombero le diera pánico el calor; en fin ella murió de depresión por haber contagiado su cuerpo de algo extraño. Y así fue mi educación, luego al crecer sola, no me quedo otra opción que aprender a limpiar todo; de hecho desde niña, ya sin mi mamá y obviamente sin sirvientes, yo recordaba como eran los procesos de limpieza y traté de asignarme tareas que no había realizado jamás, sin alguna asesoría, así es que conforme me fueron corrigiendo mis familiares, que esporádicamente se acercaban a la casa, yo rectificaba; es curioso creer como pensaba que aún teniendo ocho años yo tendría que alimentarme con un biberón esterilizado, así es que cuando me tope con el reto de utilizar un vaso simplemente se me escurría todo, por los lados y entre los labios. Luego llego la pubertad y con ello los novios, no recuerdo la cantidad de ellos que salieron corriendo al saber que antes de un beso necesitaban un lavado bucal y mantener gárgaras de solución salina durante minutos, algunos creían que era una simple broma y se sometían para después obtener el preciado beso, algunos otros se ofendían y jamás me dirigían la palabra, pero no es que yo lo quisiera así, simplemente así se me enseño, así se me educo y por ello murió mi madre; toda mi vida fue extraña y por lo tanto nunca 26
  • 27. me case, nunca nadie se acerco después de saber mi adicción a la limpieza y aquí me tienes sola, sin pareja y sin familia.>> Una pesada pausa se apodero del momento y la mujer rompe con pausada voz. << Aún que no tengas el ánimo de preguntarme, sé que en tu cabeza están ciertas preguntas incomodas; si… si me quede con las locas ganas de tener una familia, hubo incluso alguna ocasión, cuando yo recién cumplía los cincuenta años, realice un muñeco en forma de bebé, lo confeccioné, lo vestí, incluso le puse nombre, ya te imaginaras como eran los cuidados para el muñeco de trapo, seguramente le cambie tres o cuatro veces la tela de la piel, por tanto desgaste que se producía al limpiarlo y por supuesto comencé a llegar tarde y desvelada al trabajo; pero los verdaderos problemas vinieron cuando tenía que responder las filosas preguntas de los jefes y compañeras, ¿Tarde otra vez? ¿Pues que ya tenemos pareja? La estúpida ironía de las preguntas me hacían enfurecer y responder con mentiras, “me desvele atendiendo al niño y mi esposo no me ayudo” al principio se reían como si se tratara de una elaborada respuesta en son de broma, pero luego tenía que soportar las miradas evasivas que te dicen “vieja loca” pero claro, como se me ocurre decir que tenía un esposo y peor aún como se me ocurrió decir que tenía un bebé; tal vez la desesperación de tener relaciones sexuales y formar una familia me orillaron a la locura, así es que hoy me conformo con un muñeco de trapo, que ya no aseo, y unas manos exageradamente limpias que me hacen tener una pareja sublime que estoy comenzando a amar>> <<Pero dígame señora ¿Por qué dijo que perdió el trabajo? ¿O a caso la corrieron por loca?>> 27
  • 28. <<Si, me corrieron, pero no por loca; en un turno de noche en el hospital yo estaba completamente desolada, la desesperación me asfixiaba y salí corriendo por los pasillos, ya no había nada que perder, a quien le puede si falta la jefa de cunas o a quien le importa si vivo o muero, no tenía a nadie, de pronto el largo pasillo hacia la salida se encontraba solo, decenas de puertas laterales fueron testigos de mis pensamientos mientras bajaba la velocidad al ritmo de mis intenciones, una vez que mi cuerpo se freno, la decisión ya estaba tomada, me tenía que ir de ese ostentoso y monótono lugar, pero nunca sola, al fin y al cabo ¿a quién le podría importar un bebé de tres meses que ya nadie visita?, con una madre que morirá y dejará un indefenso niño en las garras de algún orfanato o en el mejor de los casos sería adoptado a una familia rica que compra la felicidad con juguetes, no nunca lo permitiría, ese hermoso bebé y yo seriamos una bonita familia, con proyectos, pastel con velas cada año, regalos bajo el árbol, protección, limpieza, buena educación, lejos de las malas amistades, las malas influencias, lejos de todo mal, solos él y yo… su nueva madre. Pero eso no fue así, cuando faltaban unos cuantos pasos para la puerta de cristal con un esperanzador letrero de salida, la apurada voz de un guardia y el sonido de sus llaves que colgaban en su cinturón me decían que todo había terminado para siempre, que regresara al niño. Lo demás no es nada grato, unos meses de cárcel, un abogado que me pedía sexo para transferirme a un hospital lleno de locos y un nuevo bebé de trapo que confirmaba mi estado mental.>> <<Pero entonces ¿está o no está loca?>> <<¿Tú conoces a alguien sano? … claro, tu silencio no me deja mentir; ¿sabes muchacho? La única diferencia es que mi habitación debe estar cubierta con 28
  • 29. colchones, por si me deseo golpear la cabeza, pero haya afuera, en la vida, no hay colchones y la gente vive y se desangra a diario, minuto a minuto y nadie reclama, nadie les pide aclaración alguna, no hay electroshock, no hay jeringas con sedantes ¿Estás de acuerdo con eso?>> <<Pues no… la verdad que no estoy de acuerdo>> <<Entonces lárgate, lárgate, vete ya, si no entiendes esa parte de la humanidad, donde la normalidad solo son parámetros de percepción y la mayoría cree tener la razón, no tienes porque opinar del tema que desconoces; pero lo que no sabes es que detrás del espejo siempre es gris, y ese lado gris nunca lo quieres ver, porque no hay reflejo que te diga. “eres normal, eres como la mayoría… sigue así” el gris lo tienes que interpretar y adaptarte a ello. Ahora vete para jamás posar sobre mi puerta>> 29
  • 30. LA FLOR Y LA BESTIA Ángel, sube un peldaño más y su agitada respiración le exige abrir la boca tan grande que las bocanadas de aliento se acompañaban con un extraño sonido de ronco jadeo, su energía se agotó y decide hacer una pausa sujeto fuertemente del picaporte de una puerta para detener su flácido cuerpo, pero su ritual de recuperación es interrumpido por el inquilino de la habitación al creer que alguien trataba de penetrar su puerta, el individuo exaltado pataleaba la puerta y gritaba a Ángel que se retirará de su habitación, sin embargo Ángel apenas podía dar un paso más y prefirió conciliar la estancia. << Un momento… por favor… solo estoy descansando>> << No es cierto, largo, ¿Tú quien eres? ¿Acaso eres un policía? Largo yo ya pague mi condena, largo>> <<No, no, señor yo no soy ningún policía, solo me dirijo hacia arriba>> << Mienten, malditos policías, ya les dije que he pagado mi condena>> Ángel, se llena de ira y entre cansancio y coraje le grita a la puerta. <<No importa lo que piense… si cree que soy o no soy policía, no me importa yo solo estoy descansando y me voy en este momento>> <<Espera, espera, ¿seguro que no eres policía?>> <<¿Quiere que le repita la misma respuesta por tercera vez?>> 30
  • 31. <<No espera, no te marches, solo cuéntame acerca de ti ¿a qué has venido a este edificio?>> Ángel desea saciar la sed que le ocasionó el esfuerzo de subir. <<Eso es asunto mío, si quiere platicar deme un vaso de agua>> <<Espera un poco, por favor>> El individuo mucho más sereno y con un tono de voz más conciliador, le pasa a Ángel un vaso de agua por una pequeña portezuela que se encontraba a la altura de la cara de quien deseaba entrar, pero su rostro jamás asomo. <<De aquí en adelante el asenso es mucho más ligero, no te desanimes o debería decir mejor desanímate, al fin es lo mismo si subes o te quedas>> Ángel bebe con desesperación el vaso de agua y aún escurriendo de su boca entrega el vaso y agradece entre jadeos. <<Gracias señor, ¿Y usted que le teme a la policía?>> <<Si tú estuvieras preso durante más de diez años sabrías lo que es temerle a los policías>> <<Diez años es mucho tiempo, ¿Puedo saber que hizo?>> <<Justicia>> <<¿Cómo? ¿Lo encerraron por justicia?>> 31
  • 32. Ángel simplemente arruga el entrecejo y abre sus ojos a máxima expresión cuando escucho la aparente contradicción que le hace perder el interés. << Si claro, eso han de decir todos ahí en la cárcel. ¿Sabe? que yo tengo muchos escalones que subir, adiós>> Ángel se decidía a subir, cuando escuchó una frase que le hizo prestar atención <<Mate a un individuo, si así como lo escuchas, pero no creas que me arrepiento, con ese asesinato he rescatado la paz de mi hija>> <<¿Mato por la paz de su hija y no está arrepentido? ¿Quién le dijo que matando se gana la paz?>> <<Me lo dijo un sacerdote>> Ángel no pudo resistir el escuchar tal confusión y se queda tras la puerta con su oído dirigido a la abierta puertezuela para poder escuchar. <<Cuando era chico mi amigo de la infancia y yo formamos un lazo muy especial, no había nada que no hiciéramos juntos, los primeros años de escuela, los equipos de fútbol, las primeras novias, en fin; todo lo hacíamos juntos, naturalmente crecimos y yo decidí estudiar una carrera en administración y llegué a ser el gerente general de un hospital de maternidad, y por alguna razón que aún no recuerdo por qué sucedió, Miguel se fue al seminario, por supuesto que ambos triunfamos en nuestros respectivos proyectos; él, un respetado y querido sacerdote y yo un triunfador hombre de negocios; ya no hubo contacto entre Miguel y yo, solo un par de llamadas al año para recordarnos los cumpleaños y 32
  • 33. felicitarnos en las fiestas navideñas y por supuesto que yo donaba un buen cheque a la parroquia de Miguel, cada semana santa. Pero dejemos un rato a Miguel para hablarte de mi hija, cuando yo enviude de mi esposa, porque ella padecía un cáncer que le consumió todo su cuerpo, no fue muy larga su espera, solo tres meses después de una metástasis y su cuerpo ya no resistió… falleció. Yo refugié la tristeza en mi única hija, le trate de dar todo lo material y lo espiritual, pero en esto último nunca fui bueno, pensaba que con un amigo sacerdote y un cheque lleno de ceros, mi alma estaba tranquila y salva. Pero que iluso y estúpido he sido, nunca pensé que el destino cambia como cambia el clima, nunca me di cuenta que los planes de vida son planes ajenos y hoy ni mi esposa ni mi hija están aquí>> <<¿Su hija también murió?>> <<No a ella la asesinaron, y yo me siento tan culpable de ello, no debí haber escogido ese colegio, pero como saber que el conserje era un loco maniático… estúpido loco>> <<¿Acaso el asesino a su hija?>> Con palabras entrecortadas y a punto de romper en llanto, hace un esfuerzo por responder. <<Así fue… y aún tengo el recuerdo de cada letra de la declaración ante las autoridades. ¿Pero cómo puede haber algo tan atroz en una persona?>> 33
  • 34. El llanto sollozante y los constantes golpes de su talón en la puerta hacían suponer a Ángel que le había dado la espalda a la puerta y que no se era momento para otra pregunta, un silencio de ambos que los conectó en mente abrió la posibilidad para que el letrado y educado personaje rompiera el silencio que se guardó durante tantos años y como una posibilidad de auto terapia comienza a describir el horror que lo aprisionaba. <<Imagínate que una bestia con rostro grotesco y largo bigote, toma una pequeña flor, naturalmente la bestia y la pequeña flor no corresponden a una misma frecuencia de pensamiento, edad, genero, sentimiento y el solo hecho de ver a esta mal oliente bestia con una pequeña flor, rompe toda lógica de armonía divina; pero la bestia se aprovecha de su fuerza superior y arranca la flor de la planta, las demás flores solo observan… angustiadas, tristes, impotentes; la bestia corre algún lugar con la delicada flor, después de un rato de observar tal belleza… belleza que llora, comienza a despojarla de sus pétalos, el frió y el temor de mi flor la hacen ceder ante la bestia y después de un shock de temblor y espanto, la pequeña flor pasa de temblante rigidez a inconsciente flacidez; ella ya no estaba ahí mientras sucedía lo más horrible y sin embargo el rostro de la bestia fue lo último que los ojos de mi pequeña flor vieron de este extraño e injusto destino>> Ángel estaba plenamente sorprendido de cómo un hombre pueda sacar fuerzas de su interior para describir tal evento, el agotamiento mental de ambos los obligo a hacer una pausa para digerir el amargo bocado que compartían. 34
  • 35. <<Pero eso no es todo mi amigo, déjame decirte que ante la ausencia de mi hija, no encontraba consuelo en ningún lado, se dice que al extraño ritual, ese de velar a los muertos, fueron miles de personas a las que yo tenía que abrazar y decirles gracias, sin embargo aun no puedo recordar ningún rostro, incluso el de Miguel, que dicen, siempre estuvo a mi lado y que por cierto fue la primera persona que visite una vez que volví en sí de mi extraño estado de ausencia mental. Miguel dime que hice mal, le preguntaba constantemente ¿Por qué tu Dios me odia tanto? ¿Acaso es un castigo por no seguirte los pasos al sacerdocio? Miguel solo me callaba y renegaba de mis blasfemias, me recitaba citas bíblicas y me daba fortaleza moral, pero yo no estaba satisfecho y me obsesione por querer encontrar un alivio que me diera esa tranquilidad que no se calmaba aun sabiendo que el asesino estaba preso. Al poco tiempo, una vez que me quede sin mi negocio del hospital, por los chantajes y extorciones de un periodista, yo me encontraba en una verdadera crisis económica y de conciencia, y el poco alimento que podía comprar deterioró mi salud, corrí para con Miguel nuevamente, su rostro alcanzó a denotar un gesto de fastidio al verme, y mi poca lucidez encontró las palabras precisas para captar su atención, “Miguel, dime si en verdad Dios perdona a los verdaderos arrepentidos”, la respuesta fue lógica viniendo de un sacerdote; al poco tiempo Miguel no podía creer lo que leía en un citatorio que le hicieron las autoridades para declarar sobre el asesinato de la bestia>> <<¿Mato al asesino de su hija?>> Pregunta Ángel plenamente sorprendido, pero con la oculta sensación de alivio si la respuesta fuese un si. 35
  • 36. <<Por supuesto que lo hice, entré a la cárcel haciéndome pasar por el primo de la bestia y sin más, cuando lo tuve de frente me quite el cinturón, lo enrede en su cuello y lo apreté hasta que dejo de respirar>> <<¿Y el padre Miguel que tuvo que ver con ello?>> <<Cuando me dejaron ver a Miguel en mi celda me hizo la misma pregunta, el no podía creer que le di las gracias por haberme dado la luz de la paz; ante el reproche que me hizo Miguel de mi afirmación le dije, recuerdas que en mi última visita a tu iglesia me sacaste de una gran duda, pues ahí lo tienes, el arrepentimiento siempre llega si es sincero y de todo corazón>> <<Pero usted primero pregunto acerca del arrepentimiento y después fue y mato a una persona, ¿Cómo puede ser eso?>> <<Así como te escuchas, escuché a Miguel, y la misma respuesta es para ti; Si mi pequeña hija, que ahora está en el cielo, ve nuevamente el horrible rostro de su asesino, jamás me lo perdonaría a mí mismo, sin embargo ante la posibilidad de que esta bestia se arrepintiera de todo corazón y Dios le dé cabida en su paraíso, me adelanté y le quite la vida, con ello evite un encuentro entre la flor y la bestia>> 36
  • 37. NO ENCONTRE A DIOS <<Hey tú, te estaba esperando, sabía que pasarías por esta puerta, te he visto platicar con Lisandro, sé que tienes algunas dudas y que deseas preguntar mil cosas, pero no creas que se tienen todas las respuestas, mucho menos si bienes de abajo. ¿Sabes?... no basta con estudiar teología para encontrar las verdaderas respuestas que la humanidad tiene que saber, en realidad todo es relativo, todo es con la claridad u oscuridad que tu lente interno determine; sin embargo esto que te digo me ha costado el retiro de la iglesia, que mas bien, fue despido de mi iglesia, de mi trabajo>> el hombre exhala y hace una meditada pausa <<y cuantas veces te detienes a pensar que en realidad es un trabajo, que puede salvar almas, vidas y conciencias, pero al final del día es un trabajo. ¡Padre Miguel, padre Miguel por favor escuche lo que le tengo que platicar! Me pedían los feligreses; no, no, ahora no, tengo que agarrar mi sotana e irme a ofrecer confesiones, como si a un bombero le pidieras apagar tu casa y te contestara, no, no ahora no, tengo que ir a apagar incendios. Pero eso no es importante lo verdaderamente importante es que ahora que ya no soy sacerdote sigo amando a Dios, un Dios que nunca intimide con él, que nunca me di la oportunidad de decirle gracias, te quiero, te admiro, eres parte de mi ser. y no se lo dije, porque creí que una vez culminados mis estudios sacerdotales le podría hablar al oído y él me respondería. Y es que lo más difícil de hablar con Dios no es sacar sonidos con la boca, lo más difícil es encontrar la mirada exacta, justo cuando él te esta volteando a ver y en ese momento aprovechar y decirle, mira salve a uno de tus hijos, rescate a una de tus 37
  • 38. hijas, hoy hice sonreír a un niño, hoy no comí… pero ese indigente si lo hizo; y no pedirles absolutamente nada a cambio, ni quiero que me lo agradezcas mi Dios, pero quiero que sientas el sonido frágil, suave y satisfecho de mi corazón. Así captas la mirada del Dios que nunca vemos y que todos creemos conocer, pero más allá de que todos lo creemos conocer, sentimos que es un esclavo nuestro… me incluyo. ¿Aún estas ahí muchacho? ¡imagínate tener a un Dios como esclavo¡ pero así ha sido siempre, la humanidad se acostumbró a decir: Dios ayúdame, sácame de este apuro, salva a mi padre de esa enfermedad, no dejes que me reprueben en el colegio, dame trabajo, bendice mis propiedades para que no les pase nada, ayúdame a ganar esta contienda; y claro, cuando no se cumple la voluntad del amo, todo es reproche, todo es injusticia y todo es malo; luego, por alguna razón, nos acordamos que tenemos que darle al esclavo algo a cambio y empezamos a intercambiar idioteces: si me sacas de esta yo te prometo que, si lo salvas yo te juro que, si me ayudas yo estoy dispuesto a. Como si al santísimo le interesará hacer algún tipo de trueque o negocio que haga más rica su inmensa sabiduría, como si la vida, que es de él, fuera un privilegio de los individuos para determinar el rumbo por peticiones que se dicen en locos momentos de impotencia humana. A todo esto ¿Cómo te llamas?>> <<Ángel, señor>> <<Mira Ángel, no me importa todo lo que Lisandro te pudo haber dicho de mí o del perdón, pero además la idea del perdón, del arrepentimiento, de la vida presente y la vida en muerte, son cosas tan personales que tienes que encontrar el verdadero sentido y no explicarle a nadie tal confusión, espero que comprendas esto. 38
  • 39. ¿Te platique del individuo que quería encontrar a Dios? Perdón estoy pensando que tienes todo el tiempo del mundo y ni siquiera sé si te interese>> <<Pues la verdad…>> Ángel tuvo un titubeo ante su respuesta y la palabra le fue arrebatada. <<Además con Lisandro te estuviste mucho tiempo y hasta te dio un vaso de whisky>> <<No señor, la verdad era agua, y al igual que usted, no me permitió verle el rostro>> El sacerdote le responde a Ángel con una carga de meditación. <<Los rostros son solamente figuras para guardar los pensamientos, esos no importan, pero déjame te sigo diciendo de aquel individuo que quiso conocer a Dios. Era la preparación de la pascua, todos los sacerdotes estamos sumamente atareados en esas épocas. que la organización, que los horarios, que cambio de insignias, los coros, las flores, los monaguillos, en fin, y lo último que quieres es encontrarte con un necio individuo que desee saber cosas de Dios, pero parece mentira, siempre se aparece uno de ellos, Don Carlos un tipo rico que siempre vivió frente a la iglesia y que jamás se acerco a ella hasta que la vida le dio la más grande de las maldiciones… la soledad, su familia lo fue dejando solo porque no soportaban a un alcohólico, pero no era un alcohólico convencional sino que aparte de bebedor, era altanero, prepotente y con mucho dinero. Así es que sus hijos prefirieron casarse a temprana edad y claro que las celebraciones de cada una de las bodas tenían dos festejos, uno sencillo y con tres o cuatro familiares en la casa de Don Carlos y otra en grande, con cientos de invitados… menos Don Carlos, ya te imaginaras el por qué de la exclusión y el pobre Don Carlos solo se 39
  • 40. limitaba a preguntar ¿Pues a dónde van todos tan formales? En fin, ese era Don Carlos que al final su esposa también lo dejó, ella aprendió a soportar el alcoholismo de Don Carlos casi hasta el final, solo que un día se entero que, aquel imperfecto hombre había tenido un hijo fuera del matrimonio y la angustiada esposa se limitó a tomar sus maletas y dejar a Don Carlos como un perro en casa de lujo, tal vez a la esposa no le hubiese importado tanto el romance fuera del matrimonio, a esa edad puedes tolerar ciertas cosas, sin embargo la triste historia de aquel romance que dejó como saldo una mujer embarazada, que perdió su trabajo, sus bienes y casi pierde a su hijo en el parto dejándola en coma durante meses, obligó a la esposa a tomar esa dura decisión. Pero regresemos a lo otro, te decía que a vísperas de pascua se acerca Don Carlos con su característico aliento etílico que te obliga a retroceder un par de pasos, suplicando le indique el camino de Dios y preguntando que si Dios puede hacer que su soledad desaparezca; la pregunta fue tan trivial que no supe responderle, En ese momento, un simple “si” o “un claro que es el camino”, no serviría de mucho, así es que mejor mandé a Don Carlos a buscar a Dios, y te soy sincero, con una leve esperanza de que lo encontrara y viniera nuevamente con migo a indicarme donde lo encontró; así pasaron las fiestas de pascua y Don Carlos jamás se acerco y la verdad a mi ya se me había olvidado el asunto. Un día que salí fuera del templo para supervisar unas reparaciones al edificio, dirigí la mirada a la mansión de Don Carlos y ahí estaba, fuera de su casa en una gran sombra que proyectaba el árbol de su banqueta, se veía tan pasivo, tranquilo relajado y hasta se distinguía una sonrisa en su rostro, no pude dejar pasar la oportunidad de preguntarle si había encontrado el camino, la compañía de Dios>> 40
  • 41. <<Mire padre Miguel, estoy satisfecho de no haberlo encontrado, y créalo lo busqué, es mas, hace dos domingos vine a la misa que usted celebró por la tarde, créalo padre, nunca había puesto tanta atención en tan elevado ritual, pero antes de continuar déjeme darle la libertad de que me corrija, si es que estoy diciendo algo incorrecto, estoy sorprendido que usted tenga el permiso para decirle a Dios que se transforme en pan y dárselo en la boca a los feligreses, pero además me sentí muy desdichado de no haber querido participar en esto de alimentarse con el cuerpo y sangre del mismísimo Dios, sin embargo también me puse a pensar ¿qué haría yo con tal responsabilidad dentro de mí? Y para no tener la tremenda tentación de recibir al Dios que andaba buscando, mejor observe a los que se alimentaron de él, con todo cuidado me grave un par de rostros y al terminar la misa los seguí, sin duda que fue para mí una gran decepción, esa gente no traía a Dios dentro, y yo no note algún cambio en ellos, incluso puedo decirle, algunos lo hicieron con la misma naturalidad con la que defecan, nadie lloró, nadie mostró una sonrisa diferente, nadie gritó de alegría; por lo tanto pensé que ahí no estaba Dios y lo seguí buscando. Usted no lo va a creer padre, pero ya no lo quise buscar en los templos donde se enseña religión, mejor me fui a la cantina, en esta ocasión no pedí ni una gota de alcohol, solo me aboqué a buscar a Dios. La tétrica música, los escupitajos, las palabras incongruentes que emanaban de los ahí borrachos, me hicieron ver una realidad en la cual yo estaba ahí dentro la mayoría del tiempo, pero ese loco día yo solo estaba buscando a Dios, al poco tiempo me acerque a la barra, pedí un refresco, el cual me despacho el cantinero con la cara de extrañeza, y me dedique a escuchar las platicas incongruentes y casi incomprensibles a pesar del estridente tono con el que se platicaba. Pues vera 41
  • 42. padre, no encontré mucho, pareciera que todos vivían en la misma casa, trabajaban en el mismo lugar y tenían a la misma esposa, sus problemas eran como un guión de una trágica obra de teatro donde cada quien le ponía su final, unos dejaban todo, sus hogares, sus trabajos, su familia; otros se resignaban a vivir con sus problemas e incluso había quien intentaba matar a su esposa… No sé, tal vez era el estado etílico y la frustración de no saber resolver los problemas. El caso es, padre, que ahí tampoco encontré a Dios, pero déjeme decirle que al salir de la cantina vi a un muerto en vida, el individuo se sujetaba fuertemente de un poste para mantener el equilibrio, pareciera una feroz lucha entre el movimiento del planeta y el individuo que trataba de controlarlo, tras de él, un niño que le decía con tremendo llanto mientras sujetaba las mangas de su pantalón, “Papi, papi, por favor ya vámonos a la casa”. Así es que decidí en ese momento soportar la angustia del niño que luchaba con tremenda fuerza para controlar al muerto, el borracho ni siquiera se daba cuenta de que el mundo no se movía y que era su hijo el de la verdadera lucha contra ese involuntario movimiento, por último, ese mundo que sigue girando con toda soberbia sin siquiera darse cuenta que un muerto lo quiere detener>> <<¿Pero por que la expresión de “muerto” ante una persona?>> Pregunta un tanto desconcertado el padre Miguel. <<¿Y cuál es la diferencia entre un muerto que camina, come y grita, a uno que simplemente yace en la tierra? La única diferencia es que uno consume y el otro no, pero ambos se pudren lentamente.>> <<Entonces Don Carlos ¿Encontró a Dios o no lo encontró?>> 42
  • 43. Don Carlos, inclina ligeramente la cabeza mientras su mirada sigue fija al rostro del padre Miguel y con ambas manos hace un ademan hacia su cuerpo poniendo las palmas cruzadas en su pecho. <<Míreme Padre, acaso le parezco al mismo muerto de antes? >> <<La verdad lo veo con tremenda vitalidad Don Carlos>> <<Entonces… lo he encontrado, Padre. Y hoy dedicaré todas mis energías a buscar a mi hijo que nunca quise conocer, le daré todo lo que le pueda dar, si él me lo permite, y compensaré todo el daño que le pude ocasionar a él y a su madre. Como vez Ángel, solo me quedó el saber, que Dios es ese efecto positivo que se encuentra en donde tú lo quieres encontrar, como lo quieras encontrar y tienes que darte el libre valor de saber que lo necesitas, nada tiene sentido sin un Dios a quien recurrir, a quien ofrecer, a quien corresponder, así de sencillo así de profundo… así de doloroso.>> 43
  • 44. VIDAS AJENAS. Ángel continua su ascenso, lo que más desea es estar en el final, sus pensamientos le ocasionaban tal fatiga, como al caminante del desierto le ocasiona la deshidratación, que prefería desplomarse; sin embargo no podía dejar inconcluso lo que empezó. Al llegar al siguiente piso, decide hacer un reposo, coloca los antebrazos en el pasamanos de la barandilla y entrecruza sus dedos pegando las palmas de sus manos, su espalda hacía una prolongada curvatura que dejaba ver la mayoría de sus vertebras; respiraba con dificultad y comenzó a presentar mareos; inhalaba y exhalaba aire para poder recuperarse, pero ello no fue suficiente y repentinamente expulsó una gran cantidad de vomito, al momento e instintivamente para no llenar el suelo del primer piso y que éste llamara la atención, decide voltearse y arrojar su vomito al interior del pasillo; inevitablemente ensucia una puerta, Ángel intenta limpiarla con su pantalón usando su rodilla, pero solo extiende la mancha, después de controlar las nauseas con largas y lentas inhalaciones, coloca una de sus palma en la pared y la otra en el estomago, como trasmitiendo energía al interior, una vez recuperado, decide continuar. <<¿Crees que te puedes ir dejando tu mugre en mi entrada? ¿Crees que es suficiente con ese intento de limpiar? ó ¿Qué crees que te da derecho de ir ensuciando el camino de las demás personas?>> <<Estoy mareado, ¿podría comprender eso?>> <<Me importa un rábano si estas mareado, me importa un rábano si te estás muriendo, yo no te pregunté qué te pasaba, te pregunte si ¿Crees que puedes ir 44
  • 45. dejando tu mugre en mi entrada? Pero ni te molestes en contestarme seguramente y por lo que escuché, eso es lo que haces, vas dejando mugre en el camino de los demás; eres igual a nosotros los periodistas, que sin importar a quien dañemos, alteramos los hechos para que las notas periodísticas sean más atractivas a la gente, entre más sangre, infidelidades, engaños, venganzas y odio; los periodistas vendemos más notas que son publicadas en los prostituidos diarios. ¡Si¡ esa expresión es correcta… “vamos llenando de mugre las vidas” ¿te parece bien ese encabezado? Al menos que quieras que lo distorsione más y le ponga “vidas entre vomito y porquería”>> Suelta una carcajada con tremenda ironía, y continua. <<aquí todo se vale, y entre más denigrante y asqueroso pongas el titulo, más ventas, más dinero, más prestigio y sobre todo más controlas a la gente y la sumerges en tus pensamientos, en tu propia distorsión de la vida hacia los demás; porque llega un momento en el que te conviertes en Dios, puedes con un bolígrafo poner palabras que destruyen, puedes cambiar vidas con solo apuntar en una libreta, aquellos datos que no corresponden a la realidad, además ya cuando eres muy hábil en esto y te mueves rápidamente, puedes ir con el afectado y le pláticas la noticia que saldrá a las cinco de la mañana del siguiente día, si a él no le gusta, con una módica suma de dinero le quitamos las palabras sangre, traición, incesto, infidelidad, violación, etcétera etcétera etcétera; así, vives bien económicamente y haces la función de Dios, controlas todas las voluntades con un solo dedo. Porque creo que eso hace Dios ¿no? O también eres como esos de extraño pensamiento que creen que Dios te deja al libre albedrio todo lo que rige tu vida; nombre… no seas ingenuo, si eso fuera ni siquiera habría diferencias, siempre las habrá, en la 45
  • 46. vida siempre habrá, ricos y pobres, poderosos y sometidos, negros y blancos, judíos y arios, buenos y malos; imagínate la vida sin ello, sería bastante aburrida. Mira, el control que Dios ejerce ante la humanidad es para eso, para que existan algunos nacidos que su función sea la de ser pobre, abusado, golpeado, asesinado, violado, invadido, y todo lo malo que te pueda decir; si esto no fuera así, el trabajo de Dios sería muy aburrido y sus ocho horas laborales estarían llenas de tedio, solamente confiando en “el libre albedrio”.>> <<Espera, espera reportero loco, ya hasta le pusiste un horario de ocho horas al creador, ya le pusiste trabajo interesante y definiste sus tareas, lo que yo creo es que no solo haces las funciones de él, sino que te crees superior a él. Mira anota esto en tu libreta “Este estúpido periodista se cree Dios” para que salga en el encabezado de mañana. ¿Qué te parece?>> <<Mal, en realidad seria ”Estúpido periodista se cree Dios” tienes que eliminar pronombre de los encabezados.>> <<De cualquier forma el saber redactar no te quita lo estúpido>> El periodista responde. <<Tu opinión es lo que menos me interesa, este mundo siempre ha sido de los estúpidos, los poderosos, los influyentes, los lame pies, los rudos, los potentados, y si te quieres quedar atrás es decisión tuya>> Ángel responde apresurado. <<Entonces ¿si estás de acuerdo o no estás de acuerdo en lo del libre albedrio? Porque hace rato me dijiste que Dios controlaba todo para no aburrirse y que algunos nacidos tendrían que…>> El periodista interrumpe a Ángel con un sonido de su boca. 46
  • 47. <<Shhhhh basta, basta. Ya sé lo que te dije, lo que no has entendido tú, es que soy periodista y cambio realidades, nunca creas nada de lo que escriba o diga un periodista, nuestra mente ya está dispuesta a distorsionar lo más sencillo y lo convertimos en lo más crudo, así de fácil. Mira te platicaré lo que logré hacer en una ocasión con un hospital. Era ya tarde, las noticias que saldrían al día siguiente ya estaban entregadas a la redacción; de pronto un telefonema me indica que hay una noticia en un hospital, que acuda a tal dirección por que una mujer duró ocho meses en coma, ya despertó y está en perfectas condiciones. Mi respuesta fue negativa, ya había noticias para el día siguiente y eso de despertar de un coma no es algo que pueda vender tanto. Pero la sugerencia se convirtió en orden y tuve que acudir al dichoso hospital. Al entrar era como una fiesta alrededor de la paciente, había globos, flores, periodistas de toda la ciudad; ese día yo no pregunté nada, no entrevisté a nadie, simplemente estaba observando y escuchando las preguntas inútiles que hacían mis colegas y por supuesto ya conocía las respuestas de la paciente, aunque muy inteligentes, todas las personas te contestan lo mismo. Yo con el fastidio de cubrir una noticia que no quería, comencé a observas otras cosas, dirigí la mirada a los pasillos y me percaté de dos individuos que portaban trajes elegantes y discutían acaloradamente; sigiloso me fui acercando hasta que la distancia me permitía escuchar perfectamente. Uno de ellos, el más joven, le decía al otro que no era conveniente hacer que la paciente recién salida del coma, pagara la cuenta, que hacía meses perdieron el contacto con sus familiares y según la investigación ella ya no tenía trabajo ni algún fiador que se responsabilizara de sus cuentas. Finalmente el joven ejecutivo logra persuadir al otro individuo, por su forma de 47
  • 48. hablar y autoridad que denotaba, seguramente era de un puesto superior al joven, ahí las palabras mágicas llegaron a mis oídos, cuando le dice al joven ejecutivo “pero nada de abogados externos, que todo quede internamente”. De seguro ese hospital ya había tenido problemas legales; yo espere un largo rato hasta que los periodistas, doctores y metiches se fueron de la sala de la paciente, entre con algunos papeles y me presente. “Buenas noches señora, soy abogado del bufet de defensa para los pacientes en coma, estamos perfectamente enterados de su situación económica y en defensa a sus bienes queremos que nos contrate para que el hospital no le pueda cobrar ni embargar nada”. La señora solo me veía y me preguntaba si habría un problema con su bebé, yo no sabía a cual bebé se refería, pero obviamente le tenía que responder que todo estaba bien, a los pocos minutos de platicar y calmarla con relación a su futuro, logré que me firmara una carta poder donde me cedía todos sus bienes; luego de ese acto, me aboqué a buscar al tipo de traje que quería cobrarle la cuenta a la paciente, busque por todo el hospital, preguntaba al personal hasta que un guardia me indico que era el gerente general y accionista mayoritario del hospital, también me indicó cual era su oficina, yo entre al baño, me acomode mi corbata y mi barato traje, me mojé un poco el cabello y acudí con el gerente. Una vez que me presenté como abogado y apoderado legal de todos los bienes de la paciente, le improvisé una triste historia de embargos y problemas financieros de la familia de la señora, con la finalidad de lograr vincular su deuda con sus bienes y así poder embargarle todo, el individuo simplemente me decía que la cuenta de la señora y la de su hijo, ya eran parte de los gastos del hospital, que nunca le cobraría ni un solo peso; sin embargo yo ya 48
  • 49. sabía que ese hombre tenía toda la intención de recuperar, por lo menos algo de los exorbitantes gastos que le generó tener a una paciente en coma y su bebé. “Bien abogado, ¿Qué propone?” me preguntó. Mire, yo como apoderado de los bienes tengo que ponerlos legalmente a mi nombre, es lo que más le conviene a la familia ya que están en proceso de embargo; pero no podré sin un fin legal, así es que si le decimos a la paciente que firme unos pagares y que firme una carta compromiso para pagar la deuda del hospital, yo podré hacer un auto embargo, así le pago a usted su cuenta y yo me cobro mis honorarios de lo que me sobre.>> El accionista del hospital estaba impactado por lo que escuchaba, él creía que no había persona más maldita y ventajosa que él. Pero el negocio no estaba nada bien y sería algo entre el abogado y él. << “Quiero ver el documento que muestre que usted es el apoderado de los bienes” me dijo, al momento saque de mi viejo maletín de cuero café, una carpeta donde esta estampada la firma de la paciente, y que en efecto mostraba que yo era el apoderado legal de los bienes. Lo demás mejor ni te lo platico porque a mí mismo me da tristeza, creo que la señora hoy vive en la calle, el mocoso debe estar en algún orfanato del gobierno y a los directivos del hospital los demandé por fraude y los amenacé con sacar historias macabras de su hospital, así es que, simplemente me quede con todos los bienes de la señora sin pagarle ni un céntimo al hospital. Desde ese momento mi destino, mi estilo de vivir y mi elección de estar por encima de los demás a costa de lo que sea, me ha hecho el hombre más feliz del mundo.>> 49
  • 50. Ángel siente una rabia interna, no solo por lo escuchado en esa puerta, sino porque sabe que en la humanidad, los mismos cánones del periodista son los que rigen las conductas y las acciones de las personas, sabe que casi siempre las riquezas materiales son motivo de respeto y adulación, y que hay personas dispuestas a todo para lograr ese extraño estatus, que una vez logrado, cambia la expectativa a controlar a los demás, luego a tener poder y es justo cuando se combina esa acumulación material con la ambición de poder, cuando ya nada importa, no importa si aplastas sin sentido al prójimo, cuando robas y abusas de los débiles, cuando ultrajas a placer con la plena convicción de que serás exonerado por los tuyos y por quien te adula. Ángel siente nuevamente nauseas, solo que en esta ocasión no es por malestar físico, es por malestar moral, no hace nada por evitar el vomito en esta ocasión, y con tremenda fuerza hace una contracción estomacal y deja salir un torrente hacia la puerta del periodista. <<Ahí te dejo ese vomito, para que recuerdes que todo lo que hagas tiene consecuencias, que aún que no conozcas a las personas, les cambias la vida cuando las puedes convertir en personas marcadas para siempre, te dejo ese vomito para que el ácido olor, te recuerde que cada paso dado sin sentido positivo, perjudicó a otras personas y con ello perjudicas a toda una humanidad, también quiero que te acuerdes con esta mancha, que nadie puede tomar el papel de Dios, que solo los enfermos de poder y los estúpidos, creen tener esa facultad y si eres tan valiente abre esa puerta saca tu maldita cabeza y pruébalo, así sabrás lo que probaron las personas que les hiciste mal.>> Ángel, se aleja de la puerta, con una carga de rabia en su alma, cuando escucha la voz del periodista. 50
  • 51. <<Espera un momento, tengo que pedirte un favor. Cuando estés en asenso y te encuentres una puerta que diga “Familia González” por favor toca y dile a la dama que te atienda, que aún la amo>> 51
  • 52. AMBIVALENCIA El inevitable encuentro con otra puerta se hizo presente, en esta ocasión la más extraña puerta que jamás haya visto Ángel, delgadas líneas diagonales que se intercalaban con la blanca puerta, realmente parecía la entrada a una dulcería, a los costados dos ligeros recuadros enmarcados con madera también con líneas diagonales, con estos protegían dos poemas mano escritos con perfecta letra cursiva, Ángel fue invitado por el extraño entorno para que los poemas sean leídos, se queda y hace un esfuerzo por enfocar las pequeñas letras de un poema, que de inicio le parecieron bastante empalagosos; al cuarto renglón Ángel comienza a saltearse líneas para terminar más rápido. <<No, no, no, pero ¿Quién te dijo que los poemas se leen con prisa?>> Ángel justifica el espontáneo regaño. <<No realmente de todo lo que he leído, los poemas son lo que menos me interesa, pero espera… ¿Cómo saben ustedes cuando uno llega a las puertas, jamás se asoman y sin embargo siempre están pendientes de lo que sucede afuera, esta vez no le seguiré el juego, yo ya me voy, tengo algo que hacer al final de las escaleras; adiós>> Cuando Ángel se dispone a marcharse, responden detrás de la puerta. <<Hey, hey, hey, no puedes irte sin pagarme>> <<¿Qué demonios le tengo que pagar?>> Cuestiona Ángel. 52
  • 53. <<Primeramente no me hables de usted, tal vez sea mucho menor que tú y segundo, me debes la lectura del poema>> <<Quien puede atreverse a cobrar por leer esos horribles poemas>> <<¿Horribles? ¿Horribles? Ja!!, Te puedo pasar el insulto de la edad, incluso tu crítica de mi puerta, pero jamás te permitiré que no aprecies estas hermosas letras>> <<Es una locura, además no cargo ni una moneda en mis ropas, así es que ni quiero ni puedo pagar por tan ridículos poemas>> <<Está bien, no te pido dinero, puedes pagarme de otra forma, solamente quiero escucharlos de tu voz, acércate a la puerta y comienza a leer pausado y claro; pero por favor antes de que te suene una locura déjame te digo la importancia de esos poemas>> Ángel se siente incomodo ante dicha charla, y con más ganas de marcharse que de escuchar se queda para no ser descortés ante la intensidad con la que le platicaban. <<Cuando yo tenía escasos doce años mi mamá trabajaba en una farmacia, ella limpiaba los pisos y los sanitarios, pero claro, la mayoría de las veces me tenía que llevar al trabajo porque no había quien me cuidara ya que ella fue madre soltera, algunas veces me depositaba en un rincón del almacén, me dejaba ahí tres o cuatro horas con la instrucción precisa de que no hiciera ruido, no me moviera y mucho menos que saliera de ahí, de cuando en cuando mi madre tomaba una barra de chocolate y la lanzaba apuradamente desde algunos metros para introducirla por entre las cajas, yo ya nada mas esperaba el ruido aliviador del chocolate, no para calmar el hambre, sino para tratar de leer las decenas de 53
  • 54. letras que indicaban, desde los ingredientes hasta el país donde se fabricó, y es que mi madre nunca supo que leer era mi verdadera pasión. Un día el jefe del almacén me descubrió en el rincón de las cajas, por supuesto que después de un mutuo susto y un par de puntapiés que me aplicó, me identifique pero el colérico individuo simplemente me tomo de los cabellos y se dirigió a la puerta de entrada, los empleados y los clientes comenzaron a cuestionar al individuo por el trato que me estaba aplicando, él simplemente con toda soberbia se sintió el gran súper héroe del almacén y explicaba “estaba a punto de robarse los medicamentos del almacén, llamen a la policía” mi madre estaba limpiando los sanitarios y alcanzo a escuchar los gritos, su instinto maternal le hicieron pensar lo que ella siempre temía, al ver los jaloneos corrió a mi rescate, en ese momento ya había llegado la policía y mi madre solo gritaba “déjenlo, es mi hijo” de pronto mis brazos se querían separar de mi cuerpo en la feroz lucha entre mi madre y el par de panzones policías, no sé de donde pudo sacar tanta fuerza una mujer tan delgada; en ese justo momento, llegaba la gerente de la farmacia, una señora de nombre Clara y sin saber nada del asunto les dijo a los oficiales, ¿qué les pasa, a donde llevan a la criatura? ¿Que no saben que trabaja aquí en la farmacia? Todo mundo comenzó a intercambiar miradas de explicación y la señora Clara, como siempre, formal y con una presencia que imponía su autoridad, explico: es la nueva persona que limpia las cajas del almacén. Al final todo quedo en un disculpe usted señora, pero mi madre, ya en su oficina, le besaba las manos a la señora Clara. <<Mire señora yo ya sabía desde hace mucho lo que usted hace, ¿apoco cree que no sé cuantos chocolates me faltan?, pero nunca pensé que el almacenista lo descubriría. Pero como a de saber, yo no necesito a alguien que limpie las cajas, 54
  • 55. ni usted puede traer niños al trabajo, así es que haremos esto; de una a ocho de la tarde, yo puedo estar al pendiente de su hijo aquí mismo en mi oficina, mientras usted trabaja ¿le parece?>>. Mi madre no podía creer lo que la señora Clara le estaba proponiendo, cuidarme siete horas con todo y la carga de trabajo que tenía. Pero desde ahí comenzó la línea que marcaría mi vida, la señora Clara un día llevo a su hijo a la farmacia, un lindo niño espigado, con mirada firme y penetrante, pero algo serio y enojón; como todo proceso de conocimiento al principio solo nos intercambiábamos algunos comentarios, pero pasando tres o cuatro encuentros se formo la mejor amistad que dos niños hayan tenido jamás, largas horas de infantil fantasía se hacían minutos, no había cansancio, ni hambre, ni sueño, simplemente nos transportábamos a ese mundo imaginario. Pero algunas ocasiones yo simplemente dejaba de jugar para observarlo, largamente veía sus gestos, escuchaba los ruidos que hacía con su boca para complementar ese momento de juego, sin duda que lo envolvía hasta meterse a los pequeños carritos y barcos, y casi podría jurar que él se proyectaba dentro de los controles operando los pequeños juguetes. De ahí, de esos momentos infantiles y ese hermoso rostro flaco, nació el gran amor de mi vida; me enamore de ese niño por muchos años y aún que mis difíciles relaciones de pareja fueron muchas, nunca lo olvidé. Ahora que ya sabes parte de mi vida, por favor, págame con la lectura que te pedí.>> Ángel tímidamente se posa frente al cuadro donde se encontraba plasmado el poema e inicia una tímida lectura. 55
  • 56. Amanece filo que rasga maldito vicio de tenerte cristal en resplandor aún… niño inocente Tu soplo resucita cierto fuego al cielo, solo luces al fondo obscuras voces niebla que te viste, dolor y ternura cuando tu burbuja se descubre, bello Conciencia parapléjica de absuelto pecado limpieza que corrompe y empacha mi mente por fuera solo tú, por dentro te acompaño asfixia refrescante que me quema yo sé que moriré. Moriré por ti, moriré contigo homicidio limpio de un perfecto crimen y aún que sin pulso en mi mundo en mi mente… signos vitales 56
  • 57. Y aun te tengo sin verte, sentirte tu olor yace en mi loco recuerdo proyección ilusa en la habitación que me invita a llorar gritando… gritar llorando De púrpura se viste mi fin rincón que aterra tras esa obscuridad obscuridad de espera, espera que mata por estar sin ti Mi paciencia se desploma el tiempo desquicia las ansias de amarte solo tú y yo la solución circulo perfecto entre miradas acuosas al ver el espejo y observar lo mismo. Ángel termina la lectura y con un gesto de cansancio e incomprensión hace un largo silencio que deja escuchar un ligero y discreto llanto. <<¿Está llorando? Por favor no lo haga, me sentiré muy mal si lo hace ¿realmente se enamoro de ese chico? ¿Por qué nunca se lo dijo?>> 57
  • 58. <<En realidad no fue él en especial de quien me enamore, sino de lo que me enamore, es decir, desde ese momento supe de mi afición a los chicos>> <<¿Y eso es malo?>> <<La sociedad dice que sí, cuando perteneces a la misma clasificación genérica, cuando un lugar en el cielo esta apartado para los que no se encuentran o definen; pero te aseguro que si logró estar en ese lugar, le preguntare a Dios, ¿Qué he hecho mal para que me separes? ¿Qué maldición me marca por ser diferente? ¿Qué tan horrible delito es enamorarse de tu propio género? ¿Qué es lo estúpidamente difícil de explicar? Es solo un sentimiento que nace, es ese hermoso vacio que se siente a la altura de tu pecho y que te acelera el ritmo cardiaco… créelo, yo no elegí eso, yo nunca tome un catalogo de la cantidad de virilidad que debiera tener un varón, pero ahí está y es insoportablemente fuerte y la energía empleada para tratar de ocultarlo o cambiarlo, primero te agota la vida antes de ceder a tan maravilloso sentimiento. Por ello creo firmemente que la sociedad está sumamente equivocada en señalar, segregar y acusar sin siquiera saber lo que se siente; pero estoy plenamente convencido que al final, ello no importará, que el amor no es juzgado, señalado y mucho menos castigado, si así fuere, simplemente no sería amor.>> Ángel se despide de él, después de un intercambio de acuerdos de pensamiento, le desea lo mejor de la existencia y se despide. Sus pasos continúan con dos grandes bloques de reflexión que le pesan a cada paso cuando recuerda haberse burlado de las personas con diferentes preferencias. 58
  • 59. REFLEXION Mil situaciones, pensamientos y una tremenda confusión hacen de la conciencia de Ángel un verdadero laberinto: avanza y se detiene, piensa y reflexiona, pero nunca concluye, no sabe si todo esto es parte de un momento de dosis, que ha durado mucho más de lo habitual, o si ya es parte de otro plano de vida donde se ha estancado como una especie de examen de conciencia y desintoxicación del alma para proseguir con lo eternamente escrito. Y es que tal vez, aquello de los equilibrios, si tenga razón de ser, reflexiona pensativo; tal vez cada gasto de energía que derroche el ser humano, abone a la causa de las mismas, y cuando el ser humano en la suma de todas estas energías, no logra hacer ese balance, es ahí cuando interviene el dedo divino del que todo lo ve, las formas son múltiples y en ocasiones espantosas: sismos, tsunamis, incendios, cáncer, SIDA, esclavitud, guerras… qué se yo. Se decía Ángel a sí mismo. Lo que no lograba comprender era aquello de lo bueno o lo malo, la virtud y el vicio, lo negro y lo blanco ¿que no se supondría que siempre debe ganar el bueno, la virtud, el blanco? ¿Y que cuando ello no suceda, esas catástrofes dejan ver su poderío y hacen una especie de purga? O quizá aquella voz dentro del humo, no estaba equivocada y que la etiqueta de bueno o malo simplemente se la colocamos nosotros los mortales, porque no encuentro razón para entender el por qué, en esa especie de purga, mueren más personas que no participan en la dinámica de maldad, del vicio. ¿Acaso será por eso, porque no hacen el gasto de energía?. Seguramente así es; porque tan peligroso es gastar 59
  • 60. energía para asesinar personas, como no gastarlas para evitarlo; por que tan peligroso es gastar energía para hacer una red de esclavas sexuales, como no gastarla en moderar el sexo; por que tan culpable es el que corrompe, mata, degrada, como el que se deja corromper; tan culpable es el que no grita al asesino, ni salva al asesinado, como el que dispara o entierra el hierro; tan culpable es el que destruye todas las formas de equilibrio de la naturaleza, sociales, biológicas, mentales, como el que no derrocha ni un ápice de energía para evitarlo y simplemente se queda en esa zona cómoda, esperando a que pase algo, y que piensa que nada puede hacer o nada cambiaría con su pequeña aportación de energía. Y es que tal vez eso es lo que no hemos entendido, que cada ápice de energía aplicada tiene una interacción directa con el todo, que cada aportación inteligente bien aplicada y a tiempo, se suma a las demás haciendo una enorme bola de nieve y reprograma el sentido de la vida, y está le da un rumbo… un rumbo que puede ser moderado por nosotros mismos y que además contamos con ese inmenso potencial para lograrlo, que la suma de esas energías pueden acabar con imperios deshonestos, con personajes nefastos y poderosos, con todo aquello que abuse de la balanza… 60
  • 61. ARTE Aquella puerta que se distinguía en el piso superior tenía un rótulo en forma de semicírculo, Ángel no lograba leer lo que este decía, poco a poco se acerca a la puerta; sube la escalera ayudándose con las dos manos asidas fuertemente del pasamanos metálico, en pausas, coordina cada paso que da con el movimiento de jalón que hacen sus manos ayudados del metal, sin quitar ni un momento la mirada de las letras mientras aprieta los ojos fuertemente y con frecuencia, para enfocar su borrosa visión; finalmente logra leer el letrero de la puerta, “Dr. Nicols” “Medico Cirujano”. Ángel no puede dejar pasar el momento y cuando llega a la puerta, que tenía en la mitad superior un vidrio traslucido que dejaba ver solo la silueta de las personas que se acercaban a ella, golpea fuertemente el vidrio para que el doctor atienda su llamado, no hubo inmediata respuesta por lo que Ángel insiste en tocar, hasta que la silueta de un hombre sumamente obeso pega su rostro en el vidrio, colocando ambas manos en los lados de su rostro para no dejar pasar la luz y distinguir quien golpeaba a su puerta. <<¿Quién es? ¿Qué quiere?>> <<Yo señor, ¿usted es el doctor?>> <<Así parece ¿Qué quieres aquí? Hoy no hay consulta>> <<¿Ya está cerrado? ¿A qué hora cerro?>> Ángel se extraña de las golpeadas respuestas y grosero tono del doctor. <<cerré el consultorio a las doce, del día viernes, del mes de abril, de hace diecisiete años; así es que llegaste un poco tarde>> 61
  • 62. El obeso sujeto hace una extraña reflexión. <<Sin embargo hace mucho tiempo que no ejerzo mi trabajo, si quieres te puedo consultar>> <<ha, que bien ¿puedo pasar?>> <<nunca, jamás podrás entrar, si quieres te puedo consultar desde donde estas, o si lo prefieres puedes seguir tu camino.>> Ángel se estaba acostumbrando a que los inquilinos del edificio, no mostraban su rostro y que por alguna razón se ocultaban tras las puertas. <<Está bien, consúlteme desde ahí adentro>> <<¿Dime qué te pasa?>> <<yo soy adicto ¿sabe? Así es que no me he inyectado desde que entre a este edificio y ya siento que el corazón me revienta, me falta la respiración y se me acalambra los brazos y las piernas, también siento la lengua seca y escamosa, me duele la cabeza en constantes punzadas que me atraviesan de lado a lado, a la altura de la sien… ¿me está escuchando?>> <<Claro, te estoy escuchando.>> Responde completamente despreocupado el cirujano. <<Porque me pareció haber escuchado que silbaba mientras le decía mi padecimiento>> <<ha sí, estaba silbando la canción de Santa Lucia ¿la conoces?>> Ángel se desespera por la infantil respuesta y le grita pegando toda la apertura de su boca a pocos milímetros del vidrio. <<¿No me estabaaaa escuchandooooo?>> <<Ya te dije que si te escuchaba, solo que también estaba silbando>> <<Entonces dígame que tengo>> 62
  • 63. <<Nada… tienes una gran estupidez y contra la estupidez no hay píldoras. Eres adicto ¿no me dijiste tu mismo? Ante eso no te puedo dar nada y claro que todos los síntomas que me das, son solamente un síndrome de abstinencia. Eso lo tienes más claro que yo, así es que te confundiste, soy cirujano no psicólogo.>> Ángel no refuta eso, él sabe que el doctor tiene razón, sabe también que era más la necesidad de platicar para que pasaran más ligeros los padecimientos de la abstinencia. Y le responde al doctor con toda calma. <<Claro, claro… desearía que hubiera medicamento para la estupidez, así el mundo sería diferente ¿no lo cree doctor?>> <<Por favor a mi no me hagas preguntas ingenuas, yo no necesito terapia.>> <<No es eso doctor… >> Ángel inclina su espalda hacia atrás para leer el nombre en la puerta <<Nicols. Mire doctor Nicols usted se cree superior a mí, de eso no tengo duda, pero la silueta de su cuerpo me dice que usted se come la comida de cinco personas, eso no es sano para alguien que se supone conoce el cuerpo humano a la perfección, déjeme le digo, Dr. Nicols, que una vecina falleció por que su forma de comer…>> El doctor comienza a golpear el grueso y rugoso vidrio con la palma de su mano, el sonido era sumamente estridente y parecía que de un momento a otro el vidrio se fragmentaría en mil pedazos. Una vez que cesan los golpeteos, comienza a hablarle a Ángel con tono por demás entre pausado y condescendiente. <<No… me… interesa… lo que tragaba… tu vecina. Yo sé mis riesgos y mis límites, además yo nunca quise ser médico, mi padre me obligo a estudiar medicina, la verdad yo no sé porque los padres quieren que los hijos sean como 63
  • 64. ellos, logré ser médico pero mi mente siempre estuvo en las artes, las artes es mi pasión y todo lo relaciono con ello. Un día, en exámenes finales en la facultad yo terminé un trabajo a altas horas de la noche, al siguiente día tenía otro examen y decidí quedarme a estudiar en la biblioteca, una vez que el cansancio y el hambre comenzaron a distraer mi atención en el estudio, cerré el libro y mi mente comenzó a crear arte, por mi cabeza pasaban infinidad de formas, diseños, colores, bailes, etc. Mis ganas de crear se intensificaron, primero tome algunos libros y forme algunas figuras con ellos, luego las dibuje; pero no me fue suficiente, necesitaba más arte, más expresión. No tardé mucho en decidir que en la morgue no había nadie que me observará, entré y saqué varios cuerpos acomodándolos en formas artísticamente bellas, era como un gran cuadro tridimensional; era sumamente bello; la niña que posaba en una silla con el rostro en la mesita de trabajo, le tapé la cara con su mismo cabello de un negro intenso, y le coloqué las manos sobre su cabeza, con un hilo le amarre los dedos para que se sostuvieran, también le coloqué un lápiz entre sus dedos y el libro de bitácoras entre la mesa y su rostro, para que diera la impresión de que estaba cansada de hacer su tarea escolar. Coloqué también a un anciano que tenía su piel pegada a todos sus huesos, lo saque de su gaveta y lo coloqué pegado a la pared, mirando hacia una ventana, su rigidez me permitió fácilmente inclinarle la cabeza como volteando a ver el alba, la luz de la ventana hacían de su afilado rostro un bello panorama. El par de jovencitos que logre detener uno contra otro inclinándolos un poco y recargados contra sus propias espaldas, ambos con porte atlético y uno de ellos con la pierna entrecruzada enseñando la planta de su pie. La mejor figura de todas fue la señora de hermoso cuerpo que colgué con sus manos sobre su 64
  • 65. cabeza en forma de bailarina de ballet en quinta posición, su rostro reflejaba ese desplante de vanidad y ausencia que reflejan las bailarinas de ballet. Terminé casi al amanecer y podría haberme estado contemplándolo por horas, pero tenía un examen en minutos y ni siquiera me dio tiempo de regresar los cuerpos a sus gavetas. Lo más raro de todo fue que disfruté como nunca esa creación; mi cuerpo, aunque cansado, tenía toda la energía para seguir creando. Cuando estás en ese éxtasis, el tiempo no existe, las manos se apresuran para crear a la velocidad de tus ideas, que casi nunca las alcanzas, pero el reto es maravilloso y celestial. Esa mañana se suspendieron las clases, todas las autoridades de la facultad estaban en la morgue, buscando una explicación; pero nunca sabrían la verdad, eso, se quedaría entre mis modelos y yo. Ese día llegue a mi casa, dispuesto a decirle a mi padre que mi vocación no es ser médico, que mi corazón estaba en las artes; no te fastidiaré con la cantidad de insultos que me dirigió, solo te diré que al siguiente día ya no tenía carro, departamento, tarjetas de crédito, ni padres, así que mejor cedí ante las presiones de mis padres; me esforcé y logré graduarme de médico cirujano, a escasos dos meses ya mi padre me había colocado en un hospital de natalidad y ginecología, pero yo trabajaba sin gusto, sin ganas, sin deseos de superarme. Ángel hace una pregunta al cirujano. <<Eso no es fácil ¿Cómo realizaba cirugías pensando el ballet ó pintura?>> La respuesta que dio el cirujano nunca la hubiera esperado Ángel. <<Lo peor no es que hiciera cirugías con esos pensamientos, lo peor llegó con el tiempo. Cuando abres tantos cuerpos, te vuelves insensible, al grado que crees que la vida esta en tus manos, por lo tanto crees que eres el dueño de esa vida y 65