2. INTRODUCCIÓN
De esta forma describía hacia el cambio de Era el
historiador griego Estrabón los pueblos que habitaban las
regiones norteñas en tiempos del emperador Augusto. Eran
los habitantes de los castros, las gentes que durante siglos
habían poblado estas tierras y que siguieron haciéndolo tras
la llegada de los romanos.Hasta entonces, habían construido
aldeas que se proveían de todo cuanto les era necesario
mediante la explotación de su entorno más próximo o el
intercambio con otras comunidades. La competencia y
rivalidad entre grupos les obligó a levantar poderosas
fortificaciones para proteger a sus familias y sus
pertenencias.
3. CASTRO DE COAÑA
El castro de Coaña, El Castrillon o
Castilón es un castro situado cerca de
Coaña (Asturias, España). Fue el
primer castro estudiado y actualmente
es un Monumento Histórico Artístico,
contando desde 1993 con un Aula
Didáctica.
El castro data del siglo I perdiendo
importancia a partir del siglo III. Fue
excavado en 1878 por José María
Flórez y tras la Guerra Civil se
realizarían diversas intervenciones
llevadas a cabo por Antonio García y
Bellido y Juan Uría Ríu, quienes
contribuirían notablemente a la
elaboración del paradigma céltico
asociado a los pueblos del Norte
4. CASTRO DE COAÑA
(estructura)
El sistema defensivo del castro está compuesto
por una muralla, un foso y varios torreones. En
su interior se diferencian dos espacios
claramente: el recinto superior, que se cree que
servía para guardar el ganado y carente casi de
edificaciones; y el Barrio Norte, poblado con
unas 80 cabañas con otra muralla perimetral
más pequeña, situado debajo. A partir de este
número se calcula que han llegado a vivir en él
entre 1500 a 2000 personas.
La estructura de las edificaciones es la típica
que se encuentra en esta zona: planta circular y
con porche y construida con pizarra y barro con
tejado vegetal o, muy raramente, de pizarra.
Otros edificios son ovalados o rectangulares
con esquinas redondeadas y tienen tabiques.
Las calles están enlosados y tienen un
sistemas de desagüe.
5. CASTRO DE COAÑA
(estructura 2)
Edificio singular es El Torreón, una
atalaya desde la que se supone se
realizaban labores de vigilancia
dentro del recinto superior.
En una pequeña terraza, sobre el
camino de acceso, existen dos
construcciones (que en realidad se
sucedieron en el tiempo) que tienen
la característica de tener alguna de
sus cámaras cubiertas por una
falsa bóveda, suelo enlosado con
canalizaciones y una gran pieza
monolítica de granito en forma de
bañera. Estas edificaciones se han
interpretado como hornos
crematorios o como termas
6. CASTRO DE CHAO SANMARTÍN
Las ruinas del Chao Samartín
se localizan en el extremo
suroccidental de la Comunidad
Autónoma del Principado de
Asturias, inmediato a la
población de Castro que dista
unos 6 Km de Grandas de
Salime, capital del concejo.
Catalogado como castro desde
1967, la excavación sistemática
del yacimiento dió comienzo en
1990. Su extraordinaria
secuencia estratigráfica ha
posibilitado la revisión y
actualización de la
investigación sobre el
desarrollo de la Cultura
Castreña en Asturias.
7. CASTRO DE CHAO SANMARTÍN
( DESCUBRIMIENTO 1)
Aunque la existencia de antiguas fortificaciones
en el lugar era recogida en los diccionarios
geográficos elaborados durante los siglos XVIII y
XIX, J.M. González con el Chao Samartín al
fondo, 1967. Colección de Diógenes Garcíael
Chao Samartín fue reconocido como castro en
1967 por José Manuel González, tras la visita
realizada en compañía y por indicación de José
Lombardía Zardaín.
Una década después tuvo lugar el
acontecimiento que habría de determinar el
inicio de las excavaciones arqueológicas y la
revisión de lo hasta entonces conocido del
mundo castreño en el occidente de Asturias.
8. CASTRO DE CHAO SANMARTÍN
(DESCUBRIMIENTO 2)
El protagonista de aquellos hechos, José
María Navieras Escanlar, “Pepe el Ferreiro”,
describió el acontecimiento en la prensa
regional con todo tipo de detalles.
Su relato apasionado resume el
descubrimiento casual de una cabaña bajo
las, por entonces, tierras de labor del Chao
que se convirtió durante meses en
entretenimiento arqueológico de un grupo de
voluntariosos vecinos.
La preocupación del señor Naveiras hizo
posible la conservación de aquel
extraordinario material y el conocimiento de
su existencia por los investigadores
universitarios.