Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Prog Ed15 Ingridodgers
1. ASTILLAS
JUAN CARLOS RIVERA – ARGENTINA
quot;Cada uno crea
de las astillas que recibequot;.
Juan José Saer, de El arte de narrar.
de la arboleda del abuelo
no queda
más que el leve roce
de las amarillentas hojas
del mango/
la calma extraña de la flor blanca
de los naranjos/
donde jugaba a las escondidas
intentando que siempre me hallaran
para perderme.
también sólo persiste el raro hedor
del almendro/
donde una vez sangré toda la infancia,
con un pico de botella ambarino
en el que abuela guardaba
su aceite de hígado de bacalao
para su tos convulsa,
después de masticar su tabaco en las noches,
bajo la luz brillante del quinqué de querosina.
de aquel mamoncillo que daba a la ventana,
de la cocina de tablas pulidas
como un puente para escapar de ciertas
novelas que se hacían rosa en la vega
sólo aguardan las raíces afincadas
en la tierra colorada
como un puñado de piedras,
que gastaban mis zapatos colegiales
y de domingo
camino a la mata de anón
en la búsqueda de aquellos nidos de tomeguines,
que nunca
tocaba por temor a desatar un maleficio
de madre pájara ultrajada
por un pésimo cazador furtivo;
era sólo un observador asombrado
entre cuerpos reales de palmas erguidas
que jugaban a lanzar sus racimos
para alimentar el corralón de chanchos
que terminaban sus días envueltos entre
1
2. hojas de guayaba/
y sazones campesinos de ajo, naranja agría
con ajíes de la puta de su madre,
acostados sobre parrillas humeantes de algarrobos
con olores quot;levantamuertosquot;;
entrar a la arboleda demiurga y centenaria
era como un ritual oscuro,
que me dejaba casi exangué
donde se desanudaban los conjuros
de la vieja Mercé
entre cintas de todos los colores
y jícaras de coco/
rocíadas con aguardiente de caña de azúcar
que alguien (nunca supe quién)
ofrendaba a los dioses para romper sortilegios
y alargar la vida terrenal de la familia.
Hoy que ni abuelo, ni abuela, ni madre
están conmigo (pero me acompañan)
siento aún cuando la puerta del gran comedor
se abre en las madrugadas y la abuela
filtra el agua del pozo sobre la piedra poroza
con destino a la tinaja siempre fría,
preparando el desayuno y haciendo el pan
en el horno de barro,
que le regaló su madre (en señal de aprobación)
cuando decidió escaparse
para siempre con mi abuelo
en un alazán cerrero y blanco;
a lo lejos aún escucho el mugir de la vaca quot;Palomaquot;
con sus tetas hinchadas y dolorosas de tanta leche
y huelo el aroma dulzón de la marmita y el carbón
por la mermelada de la frutabomba/
(más conocida como papaya)
por su semejanza a un sexo abierto de mujer;
cierro los ojos y aún estoy allí
bajo la arboleda/
queriendo (siempre vanamente, ahora sé) detener
ese terrible enemigo -cono de sombra - que
tardíamente identifiqué: el tiempo
aquel veneno que todo lo difumina y devora.
Sábado 9 de agosto, de regreso a Buenos Aires, desde Foz de Iguazú.
2
3. CASA VACIA
Obra de la artista cubana, Zaida del Río.
“(...) en un lugar arcaico y sin orillas”.
De Juan José Saer, en El arte de narrar
Silencio se quiebran los horcones carcomidos por la humedad
Prolifera el musgo verdenegro de la soñolienta despedida.
Los párpados caen como el telón roto de un desaparecido
circo de barrio
donde el león fue muerto en combate y terminó en las fauces
del payaso/
allí donde la explosión hizo añicos los trapecios de la retina
y cierto olor a muerte se hospedó en el umbral de nuestra carpa.
El azar, esa desnudez de agua mansa para saciar nuestras sequedades
busca su resquicio dentro de la casa vacía./ desciende las escaleras
y se pega a la bóveda del techo/ se apaga el fuego del hogar sin leñas
de la sala.
La pereza desciende por las paredes despertando a los ruidos
que deslumbran por su decantada precisión.
Inocentemente se crucifica la tarde / deja su lugar en el zaguán, donde
el viento bate el tedio contra la aldaba sorda y herrumbrosa.
Después tan sólo el paraíso/ un estrépito de vidrios rotos/ cabezas
envejecidas en pasadas primaveras / reuniones que se
prolongan sin acuerdo alguno/ desarmaderos de autos que
ya no van a ningún sitio./ La luz atenazada por la limosna de los que
no encuentran su lugar en este mundo.
26 de mayo de 2003
Buenos Aires.
TÚ PARA MI YO PARA TI
Grechka Lee Maldonado
Kissimmee, FL
Estados Unidos
Vendaval que te desbordas
vivo, intenso,
melodía sublime es tu canto
3
4. con notas hermosas
acompasada nostalgia
librada en llanto,
formado camino del temor
que retorna a mi pasos
cual historia se añeja en
pergaminos de sangre
es tu espíritu redimido
por mis manos,
hoy que se,
has venido a mí, limpio de recelos
deseoso de amarme,
con latidos seguidos,
retumbando en tu pecho
con tu alma en un hilo
y con tu corazón entregado
te confieso a ti;
-“que te adoro”
y que siempre;
-“te he amado”
mas rozando mis dedos
tu alma tangible, de adorarte
con mi corazón extendido
abierto ,ensangrentado
renuevo
mi voto hacia ti,
entregando mi vida, mi espíritu
siendo este tan
tuyo desde siempre
contemplando aun
tu mundo en mis ojos
cediéndote mi tiempo
no importando,
que tan lejos este de ti
4
5. viviendo en el encanto
de una realidad, perdurable
afianzando mi fe en un Dios
que desea,
ungirnos en su eterno amor
declara mi sentir,
que vendrán tiempos mejores
que tomados de las manos
despleguemos las alas
para volar de entre las sombras
a ese lugar cálido,
donde nos esperan nuestros sueños
caminaremos juntos, unidos
sin mirar al pasado
Surcaremos el horizonte
eterno de nuestros besos
Respirare tu aire, te robare el aliento
llevándote al mismísimo edén
rozando tus labios, besando tu boca
dicha sublime cercana al cielo,
- ¡no lo creo!
mas te seguiré paso a paso
sin advertirlo,
cautelosa, silenciosa
sin presumir de celos
mas reservando mi caudal en
-‘ tu lealtad”
y entregando a ti
la misma reciprocidad
-“mí fidelidad”
hoy solo se,
que nos aguardan días hermosos
pues se que
si el amor es puro triunfara
sobre todas las cosas
sueña amado mío,
5
6. que yo solo vivo para amarte
para reflejarme
en tus ojos,
para regalarte
miles de sonrisas,
para amarte
entre miles de lunas llenas
para adorarte por siempre
construyendo ,
nuestra perpetuidad día a día
no con un amor
precipitado, perfecto
sino con
un amor lento, cadencioso
como melodía sublime
Y al fin podamos vivir juntos
Tu para mí, yo para ti…
¡Por siempre… amor…!
TENTATIVAS
NORTON-CHILE
Te miro a través de los ojos del tiempo
suspendido en los momentos de los recuerdos.
El desayuno cotidiano se consume en el café con leche
en las tostadas con mermeladas
en las conversación ,en las miradas, y en la rutina
Afuera la primavera con sus flores pinta el día de aromas y colores.
Adentro florecen la nostalgia, las ilusiones y pensamientos
de lo que pudo haber sido si la mirada hubiese revelado
lo que nunca viste en ella,
si el verbo hubiese germinado los versos en el tiempo preciso
en el lugar exacto,
pero se quedó esperando, aguardando
un nuevo día un nuevo amanecer, algo así como el renacimiento
de los tiempos pretéritos en la conjugación del presente.
En el desayuno cotidiano
6
7. aquí en la cocina
se fueron consumiendo
cada ilusión y pensamiento
cada tentativa de renacer
en el pretérito imperfecto del verbo
cada tentativa de ser presente en la pasión y el amor
aquí y ahora…..
y por los siglos
de los siglos
perdurar en el amor.
Nota: Del poemario en preparación, Poemas peregrinos
ENCUENTRO EN URUGUAY
AZUCENA CABALLERO-CHILE
Transcurria el poeta
por la vida
ciudadela del insomnio
y de los años.
Una tarde
bardos extranjeros llegaron
como girasoles
iluminando de metáforas
el cielo de Trinidad.
Sus palabras en reposo
tanto tiempo
se incendiaron de poesía,
pero la pasión tan violenta
quemó su voz.
Esa noche durmió
entre lágrimas ardientes
el poeta de Trinidad.
Azucena Caballero
7
8. HERENCIA
JUAN CARLOS RIVERA
Obra del artista cubano, Cundo Bermùdez.
“Camino del patíbulo, ha buscado su rostro
como quien busca el rostro de la muerte.
Culpable repite,
repetirá culpable una y otra vez
y el camino será más corto y el tiempo menos árido”.
Heriberto Sánchez Medina, en Hanging Judge
Cada día me parezco más a mis difuntos
me miro al espejo y noto la misma placidez
de la mirada de mi madre, su aire bohemio
y desnudo, casi rayano en la indiferencia;
también similar gesto con la boca
al que hacía mi abuelo, cuando camino de la vega
el sol le chamuscaba la piel y le extraviaba la mirada;
igual rubor en el rostro al de mi abuela, que
terminó sus días con un cáncer de tiroides
y en las noches, después de la aplicación del yodo radioactivo,
chamuscaba lucecitas verdes en la oscuridad
entre sus sábanas de lino almidonada y su nariz llena de humo
por la hornillo de carbón/
entonces ya era una aparición en pleno ascenso hacia la nada.
De mi padre conservo aún esa templanza y hasta cierto
aire circunspecto para mirar al enemigo e irrumpir
entre las reglas del juego de la competencia profesional;
también una fenotípica inclinación por el alcohol
hasta que la boca se aletarga y
no se distingue entre el consuelo de
una tibia sonrisa y una mueca de insensible hartazgo.
De mi bisabuela paterna, de origen canario,
guardo su percha, su etiqueta para las grandes solemnidades
su ironía como hacha corta cabezas contra los intolerantes
y hasta cierta cara compasiva ante la vulgaridad existencial.
De Juan Amador, mi abuelo paterno,
(gracias a los orishas y al marxismo leninismo),
no heredé ni un ápice, siempre fue un sádico con mucha plata/
que colgaba a sus hijos cabeza abajo de los árboles,
cuando por impericia no cumplían las faenas de la hacienda.
Quizás ello explique que su velorio fuera una fiesta y
sus hijos prepararán la gran repartija con sus autos/
era una forma de desquite, de liberación adolescente
de revancha caída del cielo/
se arrancaron un gran peso de encima,
8
9. cuando le incomunicaron en su caja de bronce.
De mi tío “Chito”, aquel que murió sin cabeza
cuando un machete haitiano le truncó la mirada
por una pelea de cercas corridas durante una madrugada
(en plena finca de Candelaria)
dicen que heredé semejante sangre para la lidia,
la misma posición filosa ante la desidia, igual lengua dura
y punzante para la pedrada.
Me contemplo y siento que soy un poco de todos / as
un grano de arroz, mecido por el estival soplo del sur
(donde abrevan pescadores)
un viejo árbol del pan que ya no ofrece frutos
un barranco oloroso y apacible por donde nadie cae/
un fantasma que - muy a su pesar - todas las
noches escruta su rostro, (que ya no reconoce),
frente a un enmohecido espejo
y persiste obstinadamente en dejar hablar al viento
la más severa compañía para las ánimas extraviados
sin consuelo.
3 de octubre 2008
(Semana de mucha fatiga laboral)
NUESTRO PLANETA
Alex Alberto Santiago Ripoll-COLOMBIA
N Nuestro verde mundo se acaba lentamente
U Un mundo que nos brinda el hogar y la comida
E Es cual madre que nos quiere siempre proteger
S Sin ella de nada nos sirve el basto universo.
T Todos somos responsables de su belleza y de su suerte
R Ríos, mares, bosques y lagos necesitan nuestra ayuda
O O la contaminación habremos todos que contener
P Pocos seres sobreviven ante un caos inmenso.
L Las praderas que antes recorrían la liebre y el bisonte
A Ahora están vacías, tristes y escasas de vida
N Necesitan de manantiales de agua para acoger
E El canto de las aves y las nuevas crías del oso.
T Terremotos, huracanes y devastación frecuente
A Andan presentes como una realidad cruda
T Tus descendientes y los míos no verían llover
I Inservibles serían la ciencia, la tecnología y el progreso.
9
10. E En un gran desierto solo hay cansancio y muerte
R Ricos y pobres tendrían absolutamente nada
R Ricos y pobres en guerras injustas habrían de caer
A Atrás quedarían la sabiduría, el amor y el verso.
ELSA TÉBERE- ARGENTINA
El Inquilino
Espeluznado iba el vello
por la cavidad flotando,
hecho levedad imperceptible
pero al fin de la piel inquilino,
porque desalojarlo ella intentaba.
Lupa feroz lo perseguía,
pinza metálica con boca hambrienta,
aullido en el estertor de su partida.
Ni un velorio,nada.
(Encima despreciado)
No te rías.
CIERTOS FESTEJOS NOCTURNOS
JUAN CARLOS RIVERA- ARGENTINA
Obra del pintor cubano, Roberto Fabelo.
“Para que se abran los caminos
es menester empezar a abandonar los atajos”
Lidia Cabrera, en Cuentos Negros.
Alguna vez soñamos con recuperarlo todo
desde la ventana azul, repleta de termitas
hasta el escaparate antiguo y aquel juego de
cuarto de la abuela rica, aquel biombo laqueado
de blanco-inmaculado con pequeñas figurillas chinas
que hacían mohines a los transeúntes y
buscaban en los zaguanes el lugar preciso para su
rito de geishas pudorosas con cintas de seda en los pies.
Deliramos con entrar y salir a piaccere
dentro de aquella casa con olor a arenas movedizas
(como aquel caimán de isla)
que cierto huracán caribeño, con nombre de mujer lasciva,
arruinó y lanzó al mar terminando de cuajo con una infancia
10
11. que jugó a empinar barriletes en sitios equivocados y a
dejarse llevar con chivichanas cuesta abajo por las empinadas
calles de una ciudad decadente y ruinosa, casi a oscuras
que aún se ufana de sus trofeos de guerra como dama indigna
y luego se tapa la cara con un abanico para que no veamos tanto
rubor en las mejillas y las ojeras de pasadas malas noches.
Ahora estremecido por momentos del bochorno de la tarde
escuchamos a mi hijo con su trompeta romper la mudez
del nuevo barrio, (esa Flores Sur-Habana bella)
con su partitura dedicada al fantasma de la ópera
y le vemos crecer tan de repente en el exilio porteño
malabrigado y andarín entre retumbes de tambores y
bufandas perdidas en sitios oscuros
comiendo ravioles y empanadas salteñas donde le sorprenda
la noche o bajo las bóvedas catalanas de una casa expuesta
a todas las miradas furtivas y los comentarios extramuros
por su color demasiado rojo para ser “decente”, según
chismorrea mi vecina pacata.
Todo ha cambiado, pero sigo preservando ese árbol que
se cuela sin permiso por la ventana y salpica con sus hojas secas
(mis días bonaerenses)
como el que tenía en la isla cuando se esfumaron mis extraños sueños
bajo una bandera pálida y alguna consigna que repetí hasta
(el desgano-inanición)
cuando comprendí que no puede ser opción legítima la Patria o la Muerte
(¡al pueblo denle la Vida!/No hay derecho; diría en mis días
de discursos panfletarios).
En mis bolsillos me traje aquellos pequeños huevos de codorniz
que mi padre freía en la vieja sartén del patio para ser mejor marido,
el San Lázaro de yeso de mi madre que me protege
y el mantel blanco que mi madre zurcía con una aguja de plata
adquirida en un concurso televisivo promovido por el
aséptico Jabón Candado,
aquel lino blanco de pichón, salpicado de frutas alegres, que
era su principal orgullo los domingos cuando alistaba su mejor
almuerzo “de pobres, pero con dignidad” y nos sentaba a todos
cansinamente en la mesa
como-un-destino-rito-familiar-irrevocable.
Con qué espejos nos miraremos dentro de algunos años
cuando olvidemos entre la confusión del vino y la noche de otro sitio
bajo la lumbre de un hogar demasiado tibio que juega a ser el trópico
todas las canciones de Omara Portuondo que cantamos
y aquella pañoleta azul alondra, cual vórtice del silencio
que siempre guardamos por temor a perderla para siempre.
Y pensar que han pasado casi cincuenta años pero sigo hablando con el
plural de modestia, que me enseñó mi primera maestra
11
12. en una ignota escuelita de barrio
y cargo con esa tribulación constante de peregrino desatando nudos
(al rescate de su extraviada fe),
con aquella nave de añil-premonición que me flagela,
pero borroneando todo lo que se me antoje (ya sin censura)
en la corteza de los árboles/
aunque no perduren ni siquiera los malos restos
de-mis-pasados-festejos-nocturnos.
HUIDA
AZUCENA CABALLERO
Un día
no habrá puesta de sol.
Envolveré mi rostro
con tus manos
y escaparemos
al final
de las miradas.
Será como el canto
del cisne
en la eternidad.
Azucena Caballero
De quot;La Conspiración de las Estatuasquot;
AL CONECTARME CON DIOS
ELSA TÉBERE - Argentina
Soy el ave que arrulla la mañana
con sus trinos que salpican los silencios
y evade los barrotes de esa jaula
para internarse en el azul del cielo.
Soy el nudo de esa cinta,desatado,
por la simple constancia de mis dedos
que buscan crear en un poema
la voz impredecible del misterio.
Y esa música que mece los latidos
del corazón que parecía muerto
para darle compases melodiosos
y transformar en jardines los desiertos.
Soy la lluvia que besa los trigales
12
13. y el rocío que duerme entre los pétalos
la miel que endulza los panales
y el aire que sostiene cada vuelo.
Soy el color triunfal del arco iris
que se eleva sobre la tormenta
y la palabra tierna que consigue
diluir a la otra que es afrenta.
Soy un beso ,una mirada y un suspiro,
soy la lágrima,el dolor y la tristeza
soy la mano que a la tuya ha sostenido
y aparta la piedra en que tropiezas.
Soy sin embargo una frágil criatura,
sólo una chispa de ese ser Divino
que ansía deleitarse con la obra
que el Creador ha puesto en su camino.
(De mi libro:quot;DE LA VIDA Y SUS MATICES...quot; que se presentará el 27/04/09
18hs en Edit.Dunken y 28 de abril /09 20hs en la FERIA DEL LIBRO BS AS)
MONOLOGO DE UN SECUESTRADO
ALEX ALBERT SANTIAGO RIPOLL- COLOMBIA
M Miro la luna llena acariciar las nubes desafiantes
O Oigo el croar de las ranas adormeciendo las estrellas
N No quiero morir aquí en la húmeda y fría soledad
O Oscureciendo mi alma sin sentir mujer tus vivos ojos.
L Lejos quedaron tus recuerdos y los besos con que antes
O Ofrendábamos al amor, a la vida y a las musas bellas
G Ganando espacio a la muerte y a su temible maldad
O Ora, amarados a las nucas, cual humanos rastrojos.
D Dejamos vacías nuestras venas y nuestras mentes
E Enarbolando las pasiones con el ruido de las centellas
U Un puñado de canciones en el cielo que el creador mostrad
N Ni regaños ni torturas nos hacen poner así más rojos.
S Sentimos con ellas el miedo y rifamos nuestras suertes
E Enfermando de malarias y pestes ante vanas querellas
C Ciñendo el leve corazón a la bondadosa cristiandad
U Un versículo bastaría para complacer mis antojos.
E Es un antojo de justicia entre voluntarios caminantes
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14. S Soltando la paz entre los amores de nuevas doncellas
T Tomando de estas su pasión y de Dios su humildad
R Resguardados en la selva que nos vuelve ciegos y cojos.
A Aquí estoy escribiendo una carta a los gobernantes
D Dando un trazo que acabe con los olvidos frecuentes
O O argumentando la libertad ante los ángeles distantes.
MAR
Grechka Lee Maldonado
Kissimmee, FL
Estados Unidos
Horizonte Mar
cúspide desencadenada
de torrentes perdidos,
enigma en dimensión inalcanzable
olas desmedidas
imponente cuerpo fluyen
irrumpiendo entre el caudal
insondable de su fuente
aguardando entre el celaje
te descubres soberbio
entre las olas del viento
mar embravecido
fuerza irascible, embriagadora
que invades el cauce del tiempo
vigilante en sus sitúes
con cuanta bravura
arroja su entraña suspicaz
arremetiendo a su entorno
con truenos de odio
tenebrosas aguas,
profundas y danzantes
oscura intensidad en su tormenta,
insulsa de estocadas
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15. es tan furioso el mar
que no detiene sus olas salvajes
es su instinto devorador
que lo posee,
-“ruge mar”
-“ronda entre la niebla”
desata tu cólera
presta para tu dominio
entre aguas turbulentas
encausa torbellinos
inconsciencia de la naturaleza
donde drena su llanto,
petrificados suelos de arena
sostenidos en quebrantos
eres mar temible
sin playa, sin cauce
incendio bárbaro,
son tus corrientes dementes
dejas pasar la bruma
entre tus lonjas,
manchadas de saña y desventura,
-“ruge mar”
-“ronda entre la niebla”
desata tu cólera
presta para tu dominio
detén el universo
en un instante,
eleva tus caudales a la tierra
desandando la cuesta
de tus yugos
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16. EL ABISMO DE TU PIEL
MONICA LOPEZ BORDON - ESPAÑA
Se confunden los minutos con la vida,
variamos las fronteras,
resucitamos al clamor impar que piden las voces:
Beso, beso, beso...
Y nuestro amor vertical desvaría perdido
en este laberinto de aritmética mutua,
de hemisferio compartido como una casa de muñecas
donde, casi siempre, está todo a punto
y, donde, casi siempre, hay algún tropiezo.
Este viento azul de soledad
me permite cruzar la linde de tus labios
palmo a palmo
como ese astro que no suma ni resta
porque sabe que la carne no se mide
y que el tiempo no se cuenta.
Ambos pasan hasta la muerte
rozando todos los límites posibles,
al filo de tu boca,
al abismo de tu piel.
M.L.B.
QUE SERA DE LA RICA
FRANCISCO MUÑOZ SOLER
Qué será de la rica
y sustantiva esencia
de mi acaudalada memoria,
donde hallará cobijo
sus magníficos nutrientes
cuando la vasija
que los contiene
deje de vibrar y se reseque.
16
17. VISCERAL
Maria del Carmen Ruiz
Me acerco al delirio
a estruendos rojos
que pulverizan conciencias
en medio de la espalda.
Intento risas,
silenciar gritos
y desteñir heridas
en esta carne violentada
que no cede.
Porque soy visceral,
absurdamente visceral
intentando eclipsarme
en la memoria de otros ojos.
( de mi libro de poemas: VISCERAL)
LEVANTEMOS LAS MANOS
Ime Biassoni Ceres,Santa Fe, Argentina
Desnudo recorrido
en este vacío de sombras
por destrucción sin límites
y sin piedad
del regalo de Dios
natura toda.
Las ideas se borran
en la nostalgia oscura
y la irradiación se vuelve gris.
Levantemos las manos
tocando corazones,
seamos el efluvio
en busca de árboles nuevos
con raíces profundas,
para que nadie las viole.
17
18. ANCIANO
Adelis de Jesús Becerrit Díaz, VENEZUELA
Miro tus ojos tristes
llenos de experiencias.
Miro esa mirada tuya
colmada de delicadeza.
Es esa expresión de antaño,
esa, la de los primeros años.
Es la bendita bondad
la que atesoras.
Es tu vida mágica
cargada de grandeza
Tus pasos cansados
caminan el sendero.
Y dejas el camino andado,
y dejas atrás la vida soñada.
y tras de tus huellas
mi esperanza busca,
un recodo del camino,
una leve pausa,
para decirte señor
que tus sabios consejos
son gotas de saber,
puntos de mi enseñanza,
que guía un camino,
que ofrecen mil vidas
que esparce al mundo
entero, mi esperanza.
Eres tú anciano,
son tus canas sienes
tus manos surcadas
por el tiempo eterno,
tu cara cargando
el paso de los años
tus pasos lentos,
que aun siguen andando
que saborean aún
los tiempos de antaño
esos, los de los primeros
encantadores momentos.
Esos días de tus mocedades
cuando eran tibias tus felicidades.
18
19. Y siguen tus pies buscando ese camino
que guías, que muestras, que demuestra
que apasiona y grita, que alcanza ese sueño
ese tiempo eterno del que eres el dueño
tus pasos asidos de un bastón lujoso
que ayuda a enfrentar el camino extenso
tu camino Don, tu camino glorioso.
Un eclipse de amor
oculta tus pesares
de tus sonrisas divinas
nacen mil amores
que se llenan de
impresionantes fulgores
y expresa mil quereres,
y esgrimen mil atenciones
como los días del año viejo,
que tu lucidez cobija
como el primero de un mes
que nunca lo olvidarías.
Es tu sonrisa mi viejo,
es el soñar con que viajarías
a un mundo que te recuerde,
al edén de corazones
a un mundo que mire en ti,
el recuerdo que nunca olvida.
Nace un día, nace el alba,
nace un rayo de luz
nace en mi corazón,
este sentimiento hermoso
que me parece que es muy airoso
cuan bello es, es glorioso
porque sueño con el anciano
y quiero verter es sus manos
el pasaje hacia el recuerdo
el saber que soy pupilo
que conozco su bello camino
que miró un día donde hoy yo miro
que mis pasos siguen a los suyos
con encantador brillo
que me guían con el amor
que siempre nos tuvimos.
Esas palabras muy sabias
que hoy salen de tu boca
son palabras de lecciones
que llegan presurosas.
Son saberes que enseñan,
19
20. son lecciones de ensueños
son mágicas expresiones
que un día me provocan
tener toditos esos años,
y ser como tu, hermoso
para que me admire alguien,
para que me admire el mundo
para ser la gloria eterna,
el sol con su brillo profundo.
Allá vas querido anciano
Espérame, tómame de tu mano
espera que voy tras de ti
como yo lo presentí
espérame mi abuelito
que me siento chiquitito
dame tu presencia grata,
dame tu glorioso amor
dame el recuerdo que llega y perdura
dame de ti, ese recuerdo tan bonito.
CRISTIAN LAGOS, CURACAUTIN, CHILE
3.-
el trigo barniza el agua que bebes
el bastón gastado de tus huesos
el aire y su campana
el barco de tus ojos
el cuerno de tus dedos
y el molino que viste balanceándose en sus propias tablas
4
No me invitaron a la fiesta
Por eso el piano monocorde de la lluvia cae en esta pieza
Y saca notas luminosas en un tarro de café
5
tras los vidrios
los árboles
mostrándonos sus rasgos indolentes a los niños que orinábamos
la cama
6
El filo de hacha vuelto a la pared
20
21. ahuyenta los párpados azules de los rayos
LA NADA
Thania
Maracaibo - Venezuela
Quiero que cierres los ojos y no me veas,
no me escuches, no me toques, no me sientas.
Es la nada…
Quiero que sientas lo que yo
cuando mis prendas desgarras cegado de pasión
y no me hablas.
Es la nada…
Quiero que reposes tu cansancio en la arena
y sientas mi voz que te susurra que estoy aquí para ti
y mi verbo con dedos ágiles dibuje mapas en tu pecho
y mis canciones de besos cubran hasta el último centímetro de tu cuerpo
Y ya no sentirás la nada.
Entonces tus muslos se llenarán de rítmico embeleso
cuando sientas cómo el amor se enciende con las palabras.
ERES (EROS)
ALEJANDRO CABROL ARGENTINA
la cuenca que me contiene
entibia mi morada
y me acomete
eres la noche de los días
yo la península de tu bahía
los radares de tu pecho
detectan mis naves
y de tu suave cuerpo
tengo la llave.
tu proyectil húmedo ataca mi pecho
una ráfaga desesperada
sigue hacia el ecuador
y hace estallar de blanca lava
a la base apostada a la altura
del trópico de capricornio
21
22. dispuesto ya al revés
bebo breve y bravo y busco
la fuente morada
la morada de mi sierpe
la tormenta se desprende de tus hombros
me abarca me abrasa me avasalla
te abre te embreta se embebe abrupta
entonces miramos la lluvia
por la ventana
llenos de calma post guerra
llenos de lava de babas del diablo
y de fiesta
mientras nuevas nubes nievan
en tu ombligo
el elixir perlado
del abismo
Alejandro Cabrol 2009
Paraná, Entre Ríos - Argentina
CARRUSEL
EVANGELINA ARROYO- ARGENTINA
“donde el sueño de Infancia
abraza a la Memoria en lazo místico”
(Lewis Carroll, “Alicia en el país de las maravillas”)
carrousel de mañanita
cuando quiera
un vals
nos canta
y desborda
por la calle de cascadas
o será que el otoño
a veces nos disfraza
en el destiempo
carrousel
que venís
a jugar conmigo
22
23. a la memoria
antesala del pánico
beso antes de dormir
cajita de cartón mojado
carrousel:
te pago mi infancia
y todos mis silencios
me voy
con el poema triste
y ese vals en la sonrisa
DESCRIPCION
Una mujer frente a un espejo es manantial en otoño, laberinto de orquídeas al
desamparo del tiempo, fruto indeleble, agualuz. Una mujer, con sus días y sus
cantares, con el mundo entero sobre el hombro, con las manos nuevas en cada
tramo de piel que reconoce.
Una mujer,
un pájaro abierto a la memoria,
un suspiro en la tormenta,
una loba acechando el poema.
Todas las mujeres, todas las promesas de la luz.
Todas las mujeres:
el grito universal de la vida misma.
VOLVER AL GENESIS
MARIA DEL CARMEN RUIZ - ARGENTINA
¡Cuántas verdades, cuántas mentiras devoran el tic-tac de los frelojes!.
!Cuántos colores se amalgaman en lo negro de la noche que escapa de mis
ojos!. Tantas preguntas, como sucesivos comienzos se engarzan en la punta
de los pies, o en el centro del ombligo y sin embargo, no alcanzan para llegar a
la hoguera del cerebro. Seguir preguntando siempre, a cada instante, con las
uñas aferradas a invisibles escaleras donde encontraré respuestas o fugaces
destellos de silencio. Y mañana; ¿en qué manos el sol irreverente clavará su
puñal?, ¿en las otras?, en las ajenas?, ¿en estas mías que ya no me pertencen
aunque sangren mutiladas y frías?.
El dolor de mis manos es dulce, anónimo, resignado, pero fuerte para continuar
pariendo metáforas, como un cordón umbilical aferrado al poema. ¿Dónde
están las palabras, las señales, los íconos que pueblan la piel de los versos?.
¿En qué Olimpo sin dioses ni guijarros habrá de morir la espalda de la luna?.
Las preguntas continúan, rodean mi cintura, las puntas de los pies y el centro
del ombligo. Y sigo aquí, parado sobre cada peldaño sin llegar al límite, ¿ y
mañana qué?
23
24. Volveré al genésis, a esa rueda gigante que atrapa centímetro a centímetro mi
lengua, mi traje amarillo y mis tardes vestidas de esperanzas. Pero el útero
ileso, ha de seguir engendrando sueños, aferrado al poema con su piel en mi
piel. Y los dioses, los guijarros, el centro del ombligo, la punta de los pies, el tic-
tac de los relojes y mi lengua fragmentada, se unirán a la espalda de la luna...
Maria del Carmen Ruiz R
Hacia el interior, alejándonos
Patricio Bruna P. - Valparaíso, Chile
Una brisa tenue y helada, casi
tímida se pasea por el soleado
recinto, una plaza, ¡destápala,
destápala!, ella insistía, y uno
claro, el merodeador. Gritóme
entonces, ella era así, por nada
encolerizarse: podía ser un ángel
también un día… y al otro no; roe
el alba los márgenes de las fiestas
hasta el último tramo el hilo
del carrete; aventurados fines
de semana, tras cartón nos íbamos
hacia el interior, alejándonos
de la costa; crecimos
triangulando una sucesión de verdes
sombras; tan levemente cambiamos
que no nos dimos cuenta, que hacia tal
radicalidad, ya eran secas y pardas; dílo,
sólo dílo, cuál podría ser
la amenaza; que el zapato, que la cartera
agregaste; tres inyecciones, y la rebelde
gripe que no para: Una vez allí recién
caímos, en que el poderoso ímpetu
del sol, ¿era lo que nos mantenía
a firmes?... en fin, lograba sacarnos
del tedio, una vez más… por lo menos
en medio de la resaca
pleno espacio interior del día siguiente
24
25. buscando la placita estival hecha de fachadas ajenas,
más precisamente, arquitectura de exteriores
encerrándonos. Podremos deducir que, todo
esto, otra superficie, otro casual gesto
mucho menos comprometedor, acompañados
por igual, casi desahuciando el rastro más mínimo
del idealista; aún no sabemos nada,
si se conserva o no. Y es odioso
admitirlo, pero las constelaciones de estos crayones
son más que meros coloridos albures de la falta
de motricidad fina de aquel…
infante; de aquel rayoneado alegre, casi un pecado,
algo guardar, de aquel cuaderno
el pedazo de aquel paisaje, esponjamos hoy
por hoy, en sueños: caídas más benevolentes;
¡oh sÍ!... somos casi un milagro, el… que,
el en césped
bajo la primera sombra
de un árbol que se nos dio, estemos vivos. Aún
necesitamos sí, esa llave
francesa, está demasiada rígida, pero
dale otra
vuelta… piensa un poco más
alternamente, morder,
el testamento espesa un futuro negado, acciones
cotidianas deshilachando; ella con su gracioso acento,
en rigor no, no habla castellano, sino algo
que se le aproxima
en el corto
metraje; solíamos esgrimir,
de este, sólidos
argumentos, esteticidades, manejos
técnicos, por lo menos, sino… más artísticos,
cámaras más ágiles, flotantes
virtualidades del giro, el guión
su síntesis más precisa, etc., etc. Pues bien. Ahora
nos movemos, ya no como hormigas, hemos archivado
la ansiedad. Ahora
con una sonrisa sen la sobra.
25
26. ARTURO VOLANTINES - COPIAPÓ, CHILE
... este canto me parece heredado de los indígenas, porque lo he oído en una
fiesta de los indios de Copiapó en celebración de la Candelaria, y como canto
religioso debe ser antiguo, y los indios chilenos no lo han de haber adoptado
de los españoles argentinos. La vidalita es el metro popular en que se cantan
los asuntos del día, las canciones guerreras; el gaucho compone el verso que
canta y lo populariza por la asociación que su canto exige...quot;
Domingo Faustino Sarmiento
Pachamama
sema (1)
Ella es fea. Nunca ha entrado a una peluquería.
Le basta una cinta para sujetar el pelo.
Le basta para que sonría una mirada.
Llega cansada del potrero. Usa alpargatas.
Me invita a un mediodía de legumbres.
La dejo con un beso acodada en la ventana:
a lo lejos levanta su mano áspera y pura.
Me voy recordando lo ancho de su lenguaje,
cuando habla de la generosidad de la tierra.
Reprocha algo de ternura para su hijo muerto.
V
Tican tamsi cielo stansi santificado chema izcu charcer chema alu acs koytans
levardice. Señor volunta tansiac koytansy cielo sacuna ctanta acsa viñayapun
acsacanálo anjapia acperdona as deuma chancosinys acperdona acsetunas
andejacháculo colcoma en tentación aca líbrame Señor hualchas unic, amén.
Padre Nuestro,
26
27. Lengua Cunza;
Sacerdote Anónimo.
LO QUE LA TIERRA
ECHA A VOLAR EN PÁJAROS
4
Los montes de Copiapó
son los rebaños pastando
entre el cielo y la memoria.
Las casas hincadas
en la oración matutina
son interrumpidas por quot;la máquina
de follarquot; saliendo de la taberna: encendida
y trasnochada en ojos de los asnos.
Las nubes flotan y resuenan dolorosas
en el alambre de púas tendido en los patios.
Todavía viene el tren de Caldera
con su traje de jote ceremonioso:
cortando el sembradío y la siesta,
y arriba como animal cansado
a la memoria. De esa Estación, sale
un niño que espera a su madre:
tierna pasa, desciende
con las manos gastadas,
como arado de madera:
27
28. organiza la mesa, lava el rostro
a los pepinos dormidos sobre el hambre.
Amanece mugiendo en Copiapó:
los montes vuelven a rebuznar
entre la leche vinagre de las nubes
y las flautas de los promeseros más viejos.
6
Oí.
Oí-oí.
Oí-oí-oí.
¡Oigo!
Ése amarillea
pastando, mugiendo, enlunado girando
con la piel aguada de las nubes.
Oigo
a ésas: girasolas viudas
amamantando totorales
en la tierra: en caverna del sol.
Oigo
girasoles mustios y devotos,
ensillados en medio de los arenales,
en naranjados como bala devorando al viento;
obreros de las minas, quietos en el desgarro de la muerte
28
29. cuando el comandante Popolgallo pasa en su zaino constitucionalista,
cuando el comandante Popolgallo pasa como ciclón por un pequeño amado
pueblo,
cuando el comandante Popolgallo pasa tantos años después por la
astronómica de un niño.
Oigo. Oigo. Oigo.
Me llama en cabalgada la tierra,
como la casa del cielo a los pájaros carpinteros.
9
Todo Copiapó en la mazorca:
sol en el vientre, sol cúprico
en la 1 con hambre y lontananza,
sol en la mesa con mis hermanos
esperando los augurios del jote, sol
en la 2 sin más remedio que el espanto.
Por allí apareció la nube,
como la isla en el cielo.
Y en ella me fui a una niebla
que me dio potreros de zorzales.
Volteado me quedé debajo de la 3,
adentro de su vasija funeraria de greda,
y ya no llovió sol sino agua de cardos.
Y volví a ser cactáceo copiapoa
sobre la piedra del mundo.
29
30. 14
Mi taita
reúne a su tropa
y cuenta las monedas
para conseguir la alfalfa.
Los hijos, en torno a la mesa,
le contamos, en silencio,
las lágrimas del cielo
c
a
y
e
n
do
sobre
los platos.
15
Me refugio en tu monte,
como niño huérfano frente a los astros,
o aquel de La Edad de la Ira de Guayasamín.
Y cuando el sol relincha arriba de los cogollos,
aleteo como el Cristo de Elqui en sábanas de tu pubis
y leo boleros que dejan los tordos en hojas del bosque.
30
31. Me dice la Mistral: quot;la cordillera no necesita sombrero.quot;
Me envuelvo en tus faldeos: enhebro mi osamenta en ti;
no así el Reichstag sino un satélite en la casa de Asterión,
sino una lavandera inclinada en el overol tiznado de la nube.
Y cuando Copiapó resuella mansamente me baño en tu ombligo,
así el alba al día o la fruta al árbol o la boca a tus olas oscuras.
Desde el acordeón del viento inflamo carbones de tus pezones
y me sitúo como cordero magallánico en nylon de las pampas.
Siéntate, le dije, Llano triste: tus nietos están sepultando
a la revolución cartesiana: quot;Adiós a la bandera roja.quot;
Del cielo me veo: soy una sola cordillera contigo,
con tus tesoros donde cantan nuestros dientes,
como el sábado de campanas en la catedral
de la Candelaria. Y vuelvo a tu set fílmico
así un trompo ronroneando en álbum sepia,
así Andrómeda adueñada del flash nocturno.
Y cuando el chonchón se duerma en tu piel;
trasquilado por la araña de Doña Bárbara,
me vuelvo greda en tu regazo: me hago
vasija en tu vientre; pulpa y palomo.
Me crecen raíces y salgo al aire
desde tu cuerpo: de esa luz
alimentamos al mundo.
31
32. JUAN ANTILLÓN -COSTA RICA
MECÁNICA
“He tenido un sueño”
M. L. King
Tal vez el compartir
un nombre de rebelde
le ayudó
a concebir su sueño.
Siempre se dijo
en la cuenca del Mississippi
y del Missouri
que soñar no bastaba.
Pero
es una aplicación
del Principio de Arquímedes
que
aplicada en lo justo
la palanca de un sueño
puede mover el mundo.
MIRÁNDONOS DE REOJO
El sexo es lo irracional.
El amor
por el contrario
es de una
coherencia
perfecta
pues
como una maldición
estarás
condenado
a amar
en otros
sólo
lo que amarías
en tí mismo.
32
33. EPITAFIO
Durante
toda
su vida
-péndulo
entre
sombra
y
ensueño-
el labio
fue
muralla
pantano
la página
en blanco
donde
la palabra
se detuvo
en fórmula
y quimera
guillotina
de la luz
fueron
sus párpados
detrás
de la música
solo
percibió
el silencio
que vendría
MERLE COLLINS –GRANADA
MÚSICA
tal vez tú tienes
suerte
cuando estás a
tono con la música que
están tocando
no así los
33
34. que quieren una canción
diferente
SUEÑO DE LUTO
Durante siete meses, y siete
días, cada noche penosamente
atravesaron el patio. Dime,
¿no viste el largo sudario blanco
de la muerte, del luto, de los finales
amargos, de más comienzos
pavorosos? Siete meses, siete larguísimos
días, del trece de marzo al diecinueve
de octubre, se desplazan de la montaña
a los sueños flotando en el
sueño drogado de días de incertidumbre.
Vienen con la forma de las cosas
para que recuerdes. Piqueta, azadón,
cuchillo de cacao, horca, azote, machete,
tallo de caña, canasto, sombrero de paja,
botas, morral, pala. ¿De qué otra
manera decirte? Bailan
sobre cobre, cacao pulido,
en círculo triturando piedras para
recordarte. Dime que no viste filas
andando penosas, redoblando el paso, noche
oscura tras profética noche.
Tal vez no querías ver
la ropa anudada, las cajas,
los atados, las rápidas miradas
sobre los hombros, y no te despertabas
pensando en qué y por qué pasaba eso. Dime
que no oíste ni un susurro
silbando en tus sueños, que no
viste gente llorando, con miedo y
a la deriva, botes en agua fangosa
zigzagueando y esperando. Dime
que no viste sombras
34
35. agazapadas en la orilla, que no
despertaste de un salto pensando
qué viejo dolor te estaba asediando
y por qué. Siete meses, siete días
de duelo, una revelación
que se abría ante ti y esperaba.
Pero las revelaciones de los sueños
son humo, no tu clase
de conocimiento. Luego viene la furia,
vienen las salpicaduras de sangre, vienen
los pasos pesados, viene el horror
del pasado convertido en futura crucifixión
de nuevo. Y ahora se han llevado
a los soñadores muertos de vuelta a la
montaña para alimentar la fuente de
los sueños de nuevo. ¿Qué quiere decir esto?
¿Que el hombre es más humano de lo que
cree? ¿Necesita esa mujer mostrar
su desconfianza? ¿Que los jóvenes
soñadores se emborrachan con la novedad
del conocimiento y se apartan de la
sabiduría de los viejos?
*
Un tributo (pasaje de Una carta)
Día cuatro
A ti, desconocido, a los que
caen y mueren marchando o mirando hacia delante,
a aquellos cuyos nombres permanecen escondidos para la multitud,
a los que fueron llorados por la madre, la hermana, el hermano, la
amante,
lamentados por los que tienen miedo de hablar,
que temen llamar la atención sobre una pérdida.
A ustedes no celebrados en estatuas
o placas, o muros conmemorativos, o tumbas del soldado desconocido,
a ustedes que pueden haber gritado por amor al líder,
que pueden haber gritado por amor al país,
o que pueden sólo haber luchado por el amor,
a ustedes, que muertos en la cama,
pueden no haber conocido su participación hasta que despertaron
para preguntarse bajo otra luz.
35
36. Les damos gracias por su viaje hasta acá.
Día cinco
En el principio
fue la Palabra
y la Palabra que cada cual oye es la Palabra
de Olodumare, Jah, Alá, Dios,
Jehová, Yavé, Ciencia, suprema.
Un hombre está de pie sobre un cráter
donde antes estaba su casa,
mira en la oscuridad sin fondo,
llora y llama a su hijo, Mahoma.
Y alguien abre los brazos y dice,
Mahoma, no hay Mahoma,
Mahoma no está allí.
Y los profetas inclinan la cabeza y lloran.
La palabra que ha sido dicha antes,
tendrá que ser dicha de nuevo.
Marcos Peres Ramirez- La Habana-Puerto Rico
la orilla letal
I.
La utopía desnuda como una península
se levanta sola e intranquila entre el calor de los archivos.
Allí, el papel,
desmembrado todo, querido por la ausencia de la letra,
Se incrusta en la playa de la memoria
donde el tiempo vierte su forja en agraz.
Ese terco pleamar de los minutos
llena los costados de su tierra triangular,
Mas no alcanzan su misión cabal.
Ya que la isla siempre es la posibilidad de una península por otra isla
Y por otra de esas otras que ahora rumian distantes
Cuando un poeta negro, tataranieto del oprobio,
Sucumbe con Homero hacia el fondo de la niebla
En el libro de aquellos que se abandonan a sus islas.
Penínsulas, continentes, islas, barricada, puentes,
Túneles o palabras que caven bajo las banderas.
Qué más da.
Son otras las piedras sobre las cuales lo vasto rompe.
Esta es la edad de los labios secos,
Decía Martí,
Mientras sus manos eran trozos de piel acosados por el calla y muere.
36
37. Vamos.
Vamos porque ya nadie quiere extender el pie
Y poner su talón sobre la piedra.
Vamos, ya son infinitas las islas que nos permiten cruzar anchos ríos.
Cuéntame tú no hay lugar en el camino.
II.
Una isla es un estera de vino caliente rodando por tus muslos.
La navegación de cabotaje me permite dibujar cada bahía con precisión,
Saber dónde el fétido mar busca esa piedra ancha.
Como los libros que abren sus páginas sobre la cama.
III.
Antes dijo que los trenes infinitos
Eran tu imagen de la noche en las entrañas de la tierra.
Pero ahora quiere mirar las vías,
Mástiles de hierro sobre las orillas de los kilómetros.
En ellas,
Como en alguna costa,
Quiebran los trenes la lejanía
mientras barren la arena del tiempo.
En ellas,
Como en la playa,
El ojo se pierde en reflejos paralelos de luz y agua.
Y como momentos de lo efímero
Van desgastándose sobre la tierra recorrida.
En los trenes ha visto el débil sedimento de lo invencible:
La isla.
sócrates del dominicano
Abre la yola el océano.
Allá, la patria abandonada,
La ruina del pasado en la palabra.
En el horizonte: otra isla.
Ruge la mar embravecida.
El violento mar ya no es origen,
Sino fin posible agotando su presente.
Hace frio.
La yola se desborda en un río de vómitos,
Gritos,
Llantos.
El horizonte es el aquí, el allí,
Aquél es ahora,
Inmediato
37
38. Como el infierno.
Un hombre ha sido lanzado a las aguas infectadas,
El mareo ha suavizado su carne
Las fauces del escualo consumen su cuerpo.
La yola no conoce aquella ola donde termina su devenir.
Una mujer y una niña entre las aguas.
Piensa Sócrates:
En una orilla un hombre deja mis dineros en un par de piernas,
Seguro sonríe.
En otra orilla me espera el oprobio: la ley de extranjería.
Sócrates accede por fin al misterio,
Una salada sombra consume su omnisciencia.
helena helena
¿Cuándo comienza un nombre?
Helena de Troya, dónde,
Y antes de ella qué habrá sido Helena.
En la Homero es un tarde gris de Atenas,
El crepúsculo mustio del Anciano.
Helena tantas veces,
Una misma cólera rezagada en los brazos del tiempo.
La mujer por poseer en el soneto.
Quand vos seráis bien vielle,
Au soir a la chandele.
El cultivo del Carpe Diem
En una rosa de su cuerpo
Desgastándose en un día.
Ronsard esgrimiendo su falacia
Cuando intuye la fugacidad de la letra.
Y en otras patrias:
Mujer de batallas navales
Otra tierra por nombrar,
La codicia hecha carne,
La mujer amarga como la muerte de Salomón,
Su cuerpo inasido en el brazo del mar.
Helena vestida de amarillo
Como una almendra de playa donde hundimos los dientes
Buscando en su nombre la abolición cardinal de las horas.
Otra Helena mía,
Su beso de sangre consumiéndose en el puñal,
Sus piernas buscándome en el vientre de su baile.
38
40. la misma hambre de las rosas//
el camino es largo y no, no se acaba::
pasos y versos, marcha y poema::
me levanto de un recuerdo, emerjo::
innominable encuentro con mi sombra::
bajo una ingente lucerna de cos,
por donde pasea el otoño vago
mientras deshija la mansa arboleda,
como quitarle el vestido a una mujer
inoculada con tersas palabras,
a quien se le versan dulces encantos
para regalarle el temblor glorioso//
mi rostro intrágico no desfigura
sólo busca la serpiente de agua::
mi mirada navicular se arrastra::
la luna equinoccial se pluraliza::
la fiesta del maíz y el vino empieza::
revivo en la ánfora de una musa.
Dédalo, róbalo,
atardecer índigo-
la lluvia aplasta el rumor tácito
de las penas sin péndulo
vestidas de sándalo-
la soledad se ha puesto tu traje
y me hace un mendigo-
pétalo ácido-
vuelta sin círculo-
que a veces me besas
y a veces me salas-
me complicas en un páramo
dedal de ortigas-
veneno íntimo-
bésame a veces
cuando no, también-
¿quién campanea en tu crisálida? -
mi mar se muere a tu puerta-
lamiente libélua-
crápula y lívida-
esta tarde tísica
se fuga por un ojal-
tálamo pútrido-
tornasol vértigo-
has de mi risa un rosal de razones-
encuentra mi sombra
junto al árbol de ceniza-
soy el esqueleto
que en espera de tu verbo,
se quedó sin carne-
40
41. soy la fe de parafina-
soy la ostia mustia
y un arco iris asesina mi corazón.
fragmento
VI.
La noche giraba como un vasto domo
sobre mi cabeza
donde la luna irradiaba como
un osario de platino.
Sombras poblaban las calles
cual fantasmas viajeros
por esta ciudad
de caricatura en carboncillo.
A final,
mi cáliz espera
una
vaga lepra del alma.
Una mujer pasó por mi lado
pero sus ojos estaban perdidos
en la enajenación de la soledad.
Su traje parecía flotar
sobre la acera.
Llevaba flores en las manos
que no despedían aroma.
Ella no me miró.
O no me vio.
No supe quién era el muerto.
Alejandro Ananías – Chile
Herida
que la sensacion de pequeñez
abofetee la mejilla ególatra
marca uno de esos momentos
en la temporada vida,
cuando el antes y el después
no vuelven nunca más
a mirarse la cara.
41
42. Esperando
no se me ocurre otra manera
de imaginar absorbiendo un tiempo voraz
que traga indolente cada momentanea ilusión,
de aquellas ilusiones fantasiosas,
pero que ayudan a llegar
a la almohada por la noche.
Héctor Cediel Guzmán, Bogotá, Colombia
quot;LAS VOCES DE LAS MASCARASquot;
..
Ahora habla la madera del rostro
la fauna, la picardía, el dolor, el sufrimiento
se inmortalizan en imágenes congeladas
donde el espíritu grita o se expresa
sin sonrojos, sin barreras ni falsos espejos
..
Las manos poéticas del imaginario
ingenian las sonrisas y mil rostros del alma
La voz invisible de los ancestros
reinventa cosmogónicos versos
..
Mitos y leyendas han brotado de la huellas
del oso, del jaguar, del mico, del delfín, de las serpientes
El brujo ha cantado y pensado por ellos
hechizado por sus sentidos narcotizados
..
Los cantos y los sonidos de los bosques y de los ríos
se confunden con la lluvia de los sonidos de los loros
y los rugidos que despiertan o atemorizan la selva
..
He masticado coca y ayahuasca con el curaca
me he desnudado para que no me coja la mala hora
ni para que me entunde por culpa de los malos espíritus
Me han cubierto con flores para que comprenda
el efecto, la gratitud y la alegría del enjuague
..
Hemos exorcizado los espíritus de la violencia en el ritual
atrapamos al gallo volando y vimos danzas al matachín
Las mujeres amamantan los fantasmas de los suicidas
y se implora la alegría y el perdón bajo la máscara
..
El oro, el cedro, la quina, el caucho desolaron la tierra
42
43. El espíritu chamánico desfigura las risas y los rostros
mientras el yagé barre los maleficios
bajo el rostro de dantas, cerdos, coatis y la voz del taita
..
Todo ha muerto, Amor mío, absolutamente todo
Se han borrado las huellas de nuestros antepasados
ha desaparecido el nativo con rostros de madera
Nada sobrevivió del antiguo indígena... ¡máscaras!
¡Solo máscaras! y las lágrimas de los versos de sus cantos.
43